El SGI forma parte de la segunda línea de defensa de la Arquitectura de Control
definida en el GEB, verificando que los procesos se desarrollen bajo el cumplimiento de los lineamientos corporativos y los requisitos normativos, buscando fomentar en sus colaboradores la cultura de la calidad en la prestación de los servicios, del autocuidado personal y general, la protección del medio ambiente y la protección la información.