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Autor : Víctor Martínez

Profesor. Lcdo salazar


ESCALA DE RICHTER. La escala sismológica de Richter o escala de magnitud local
(ML), es una escala logarítmica arbitraria que asigna un número para cuantificar la energía
liberada en un terremoto, denominada así en honor del sismólogo estadounidense Charles
Richter (1900-1985).

Richter desarrolló su escala en la década de 1930. Calculó que la magnitud de un terremoto


o sismo puede ser medida conociendo el tiempo transcurrido entre la aparición de las ondas
P y las ondas S, y la amplitud de éstas. Las primeras hacen vibrar el medio en la misma
dirección que la del desplazamiento de la onda, son ondas de compresión -y dilatación-. De
velocidad de propagación muy rápida -de 5 a 11 km/s-, aparecen las primeras en un
sismograma. A continuación llegan las ondas S, ondas de cizalla, que hacen vibrar el medio
en sentido perpendicular a la dirección de su desplazamiento

Donde A es la amplitud de las ondas S en milímetros, medida directamente en el


sismograma, y Δt el tiempo en segundos desde el inicio de las ondas P al de las ondas S,
asignando una magnitud arbitraria pero constante a terremotos que liberan la misma
cantidad de energía. El uso del logaritmo en la escala es para reflejar la energía que se
desprende en un terremoto. El logaritmo incorporado a la escala hace que los valores
asignados a cada nivel aumenten de forma exponencial, y no de forma lineal.

La escala de Richter es la escala utilizada para evaluar y comparar la intensidad de los


sismos. Esta escala mide la energía del terremoto en el hipocentro o foco y sigue una escala
de intensidades que aumenta exponencialmente de un valor al siguiente. Aunque la escala
de Richter no tiene límite superior, hasta hoy ningún sismo ha superado 9.6 de magnitud.

Ésta es una escala logarítmica: La magnitud de un sismo aumenta 10 veces de un grado al


siguiente. Por ejemplo, un temblor de grado 5 es 10 veces más intenso que uno de grado 4 y
un temblor de grado 8 no es el doble de intenso que uno de grado 4, sino 10000 más fuerte.
ENCABEZADO 1 ENCABEZADO 2

Generalmente no se siente, pero es


Menos de 3.5
registrado

Puede sentirse pero sólo causa daños


3.5 - 5.4
menores.

5.5 - 6.0 Ocasiona daños ligeros a edificios.

Ocasiona daños severos en áreas muy


6.1 - 6.9
pobladas.

7.0 - 7.9 Causa graves daños.

Destrucción total a comunidades


8 o mayor
cercanas

LA ESCALA DE MERCALLI. Toma su nombre del físico italiano Giuseppe Mercalli, quien la
desarrolló en el siglo XIX. Es una escala subjetiva, porque evalúa la percepción humana del sismo.
Sirve para recolectar información en zonas donde no existen aparatos detectores, o instrumentos
de medición. Se basa en lo que sintieron las personas que vivieron el sismo, o en los daños
ocasionados. Cuando se utiliza esta escala, se habla de grados de intensidad. Se basa en el efecto o
daño producido en las estructuras y en la sensación percibida por la gente. Para establecer la
Intensidad se recurre a la revisión de registros históricos, entrevistas a la gente, noticias de los
diarios públicos y personales, etc. La Intensidad puede ser diferente en los diferentes sitios
reportados para un mismo terremoto.

Características

La intensidad puede ser distinta en los diferentes sitios reportados para un mismo terremoto y
dependerá de:

 La energía del terremoto


 La distancia de la falla donde se produjo el terremoto
 La forma como las ondas llegan al sitio en que se registra (oblicua, perpendicular...)
 Las características geológicas del material subyacente del sitio donde se registra la
Intensidad
 Cómo la población sintió o dejó registros del terremoto
 Los grados no son equivalentes con la Escala de Richter.
Sacudida sentida por muy pocas personas en
Grado I
condiciones especialmente favorables.
Sacudida sentida sólo por pocas personas en
reposo, especialmente en los pisos altos de los
Grado II
edificios. Los objetos suspendidos pueden
oscilar.
Sacudida sentida claramente en los
interiores, especialmente en los pisos altos de
los edificios, muchas personas no lo asocian
Grado III con un temblor. Los vehículos de motor
estacionados pueden moverse ligeramente.
Vibración como la originada por el paso de un
carro pesado. Duración estimable
Sacudida sentida durante el día por muchas
personas en los interiores, por pocas en el
exterior. Por la noche algunas despiertan.
Vibración de vajillas, vidrios de ventanas y
Grado IV
puertas; los muros crujen. Sensación como de
un carro pesado chocando contra un edificio,
los vehículos de motor estacionados se
balancean claramente.
Sacudida sentida casi por todo el mundo;
muchos despiertan. Algunas piezas de vajilla,
vidrios de ventanas, etcétera, se rompen;
pocos casos de agrietamiento de aplanados;
Grado V
caen objetos inestables. Se observan
perturbaciones en los árboles, postes y otros
objetos altos. Se detienen de relojes de
péndulo.
Sacudida sentida por todo mundo; muchas
personas atemorizadas huyen hacia afuera.
Grado VI Algunos muebles pesados cambian de sitio;
pocos ejemplos de caída de aplanados o daño
en chimeneas. Daños ligeros.
Advertido por todos. La gente huye al exterior.
Daños sin importancia en edificios de buen
diseño y construcción. Daños ligeros en
estructuras ordinarias bien construidas; daños
Grado VII
considerables en las débiles o mal planeadas;
rotura de algunas chimeneas. Estimado por las
personas conduciendo vehículos en
movimiento.
Daños ligeros en estructuras de diseño
especialmente bueno; considerable en
edificios ordinarios con derrumbe parcial;
grande en estructuras débilmente construidas.
Los muros salen de sus armaduras. Caída de
chimeneas, pilas de productos en los
Grado VIII
almacenes de las fábricas, columnas,
monumentos y muros. Los muebles pesados
se vuelcan. Arena y lodo proyectados en
pequeñas cantidades. Cambio en el nivel del
agua de los pozos. Pérdida de control en las
personas que guían vehículos motorizados.
Daño considerable en las estructuras de
Grado IX
diseño bueno; las armaduras de las
estructuras bien planeadas se desploman;
grandes daños en los edificios sólidos, con
derrumbe parcial. Los edificios salen de sus
cimientos. El terreno se agrieta notablemente.
Las tuberías subterráneas se rompen.
Destrucción de algunas estructuras de madera
bien construidas; la mayor parte de las
estructuras de mampostería y armaduras se
destruyen con todo y cimientos; agrietamiento
Grado X considerable del terreno. Las vías del
ferrocarril se tuercen. Considerables
deslizamientos en las márgenes de los ríos y
pendientes fuertes. Invasión del agua de los
ríos sobre sus márgenes.
Casi ninguna estructura de mampostería
queda en pie. Puentes destruidos. Anchas
grietas en el terreno. Las tuberías
Grado XI
subterráneas quedan fuera de servicio.
Hundimientos y derrumbes en terreno suave.
Gran torsión de vías férreas.
Destrucción total. Ondas visibles sobre el
terreno. Perturbaciones de las cotas de nivel
Grado XII
(ríos, lagos y mares). Objetos lanzados en el
aire hacia arriba.

CARACTERÍSTICAS DE LOS DESASTRES


TIPOS DE DESASTRE
Un desastre puede definirse como un evento o suceso que ocurre en la mayoría de los casos
en forma repentina e inesperada causando sobre los elementos sometidos alteraciones
intensas, representadas en la pérdida de vida y salud de la población, la destrucción o pérdida
de los bienes de una colectividad y daños severos sobre el medio ambiente. Esta situación
significa la desorganización de los patrones normales de vida generando adversidad,
desamparo y sufrimiento en las personas, efectos sobre la estructura socioeconómica de una
región o un país y la modificación del medio ambiente, lo cual determina la necesidad de
asistencia y de intervención inmediata.
Los desastres pueden ser originados por la manifestación de un fenómeno natural,
provocados por el hombre o como consecuencia de una falla de carácter técnico en sistemas
industriales o bélicos.
Algunos desastres de origen natural corresponden a amenazas que no pueden ser
neutralizadas debido a que difícilmente su mecanismo de origen puede ser intervenido,
aunque en algunos casos puede controlarse parcialmente. Terremotos, erupciones volcánicas,
tsunamis (maremotos) y huracanes son ejemplos de amenazas que aún no pueden ser
intervenidas en la práctica, mientras que inundaciones, sequías y deslizamientos pueden
llegar a controlarse o atenuarse con obras civiles de canalización y estabilización de suelos.
Una lista amplia de los fenómenos naturales que pueden originar desastres o calamidades, es
la siguiente:
 Terremotos
 Tsunamis (maremotos)
 Erupciones volcánicas
 Huracanes (tormentas, vendavales)
 Inundaciones (lentas, rápidas)
 Movimientos en masa (deslizamientos, derrumbes, flujos)
 Sequías (desertificación)
 Epidemias (biológicos)
 Plagas
Entendiendo estos fenómenos como los básicos, otros pueden considerarse resultado de los
mismos, como el caso de las avalanchas, las lluvias o flujos de material piroclástico que están
directamente asociados con el fenómeno volcánico, u otro tipo de fenómenos que pueden
asimilarse como equivalentes, como el caso de tornados, ciclones tropicales o tifones que
pueden relacionarse con el término huracanes. La mayoría de estos fenómenos ocurren en
forma cataclísmica, es decir, súbitamente, y afectan un área no muy grande. Sin embargo hay
casos como la desertificación y las sequías los cuales ocurren durante un largo período y
sobre áreas extensas en forma casi irreversible.
Los desastres de origen antrópico pueden ser originados intencionalmente por el hombre o
por una falla de carácter técnico, la cual puede desencadenar fallas en serie causando un
desastre de gran magnitud.
Entre otros desastres de origen antrópico pueden mencionarse los siguientes:
 Guerras (terrorismo)
 Explosiones
 Incendios
 Accidentes
 Deforestación
 Contaminación
 Colapsos (impactos)
En general, existe una diversidad de posibles desastres de origen tecnológico. En la
actualidad, los centros urbanos y los puertos ofrecen una alta susceptibilidad a que se
presenten este tipo de eventos debido a la alta densificación de la industria, de la edificación
y de los medios de transporte masivo de carga y población.
EFECTOS DE LOS DESASTRES
Los efectos que puede causar un desastre varían dependiendo de las características propias
de los elementos expuestos y de la naturaleza del evento mismo. El impacto puede causar
diferentes tipos de alteraciones.
En general pueden considerarse como elementos bajo riesgo la población, el medio ambiente
y la estructura física representada por la vivienda, la industria, el comercio y los servicios
públicos.
Los efectos pueden clasificarse en pérdidas directas e indirectas.
Las Pérdidas directas están relacionadas con el daño físico, expresado en víctimas, en daños
en la infraestructura de servicios públicos, daños en las edificaciones, el espacio urbano, la
industria, el comercio y el deterioro del medio ambiente, es decir, la alteración física del
hábitat.
Las pérdidas indirectas generalmente pueden subdividirse en efectos sociales tales como la
interrupción del transporte, de los servicios públicos, de los medios de información y la
desfavorable imagen que puede tomar una región con respecto a otras; y en efectos
económicos que representan la alteración del comercio y la industria como consecuencia de
la baja en la producción, la desmotivación de la inversión y la generación de gastos de
rehabilitación y reconstrucción.
En un amplio número de países en desarrollo, como los países de América Latina, se han
presentado desastres en los cuales han muerto miles de personas y se han perdido cientos de
millones de dólares en veinte o treinta segundos. Cifras en muchos casos incalculables en
eventos cuyos costos directos y obviamente indirectos pueden llegar a un inmenso porcentaje
de su Producto Interno Bruto. Debido a la recurrencia de diferentes tipos de desastres, en
varios países del continente, se puede llegar a tener un significativo porcentaje promedio
anual de pérdidas por desastres naturales con respecto a su Producto Nacional Bruto.
Situación que, como es obvio, se traduce en empobrecimiento de la población y
estancamiento, puesto que implica llevar a cabo gastos no previstos que afectan la balanza
de pagos y en general el desarrollo económico de los mismos.
Las medidas de prevención contra los efectos de los desastres deben considerarse como parte
fundamental de los procesos de desarrollo integral a nivel regional y urbano, con el fin de
reducir el nivel de riesgo existente.
Dado que eventos de estas características pueden causar grave impacto en el desarrollo de
las comunidades expuestas, es necesario enfrentar la ejecución de medidas preventivas versus
la recuperación posterior a los desastres, e incorporar los análisis de riesgo a los aspectos
sociales y económicos de cada región o país.

MANUAL DE GESTIÓN DE RIESGO


Es un documento desarrollado para elaborar las pautas necesarias en la administración,
organización y evaluación de los riesgos que puede poseer determinado objeto de estudio, el
enfoque y la práctica sistemática de gestionar la incertidumbre para minimizar los daños y
las pérdidas potenciales.
La gestión del riesgo abarca la evaluación y el análisis del riesgo, al igual que la ejecución
de estrategias y de acciones específicas para controlar, reducir y transferir el riesgo. Esta es
una práctica generalizada de diversas organizaciones para minimizar el riesgo en las
decisiones de inversión y para abordar riesgos operativos, tales como la interrupción de los
negocios, las fallas en la producción, el daño ambiental, los impactos sociales y los daños
como consecuencia de los incendios y de las amenazas naturales. La gestión del riesgo es un
tema fundamental para sectores tales como el suministro de agua y de energía, al igual que
para la agricultura, cuya19 producción resulta afectada directa o indirectamente por episodios
meteorológicos y climáticos extremos.

Caracterización de eventos adversos crisis catástrofes.


Categorización de los eventos adversos: Crisis, emergencia, desastre, catástrofe.
Generalmente se utiliza indistintamente el término desastre para referirse a eventos adversos
de distinto origen, magnitud y grado de impacto que se manifiestan en un determinado
territorio. Es un hecho común entre las personas, y entre algunos periodistas, referirse a las
crisis, emergencias, desastres ó catástrofes como si fueran sinónimos.
Si bien los cuatro conceptos se refieren a eventos adversos que pueden afectar y causar daños
en la población y sus medios de subsistencia, la magnitud, intensidad, impacto,
consecuencias y la capacidad de respuesta que requiera la población para enfrentar el impacto
de cada uno de ellos es muy diferente.
La crisis es una alteración o desequilibrio en el estado emocional de la persona que se ve
incapaz de recuperarse y salir de ella con los recursos de afrontamiento que habitualmente
emplea. Las crisis relacionadas con la vivencia de desastres son situacionales. Pueden ocurrir
tanto a nivel personal como a nivel social y por lo general representan un cambio traumático
en la vida o en la salud de una persona. Las crisis pueden manifestarse también como una
situación social inestable y peligrosa en lo político, económico o militar entre otros, que trae
como consecuencia una alteración interna o externa en el sistema social.

En algunas ocasiones las crisis pueden ser relacionadas con un hecho medioambiental de
gran escala que se refleja en un cambio abrupto en los ecosistemas o en las personas.

La emergencia es una situación adversa, a veces repentina e imprevista, que hace necesario
tomar decisiones inmediatas y acertadas para superarla. Puede afectar a una persona, un
grupo social una comunidad, una región o un país, y su atención se hace con recursos propios,
sin requerir de ayuda externa de ningún tipo.

El desastre, a diferencia de los dos conceptos anteriores, es un evento adverso que se


manifiesta en un territorio determinado y cuya magnitud altera en gran medida la vida
cotidiana de las personas, sus bienes, actividades y servicios, provocando un retroceso en el
desarrollo previamente planificado.
Por lo general, cuando el desastre se manifiesta, sobrepasa la capacidad de respuesta de la
comunidad, municipio o departamento afectados, en cuyo caso se requiere de la ayuda y
cooperación externa para llevar a cabo los procesos de rehabilitación y reconstrucción de las
zonas afectadas.
Dependiendo de la gravedad de la situación, esta ayuda podría provenir del mismo distrito,
de la provincia, del departamento o, en algunos casos, de otras zonas geográficas del mismo
país o del exterior.
Cuando el evento adverso que se suscita es de enormes proporciones, con un alto número de
víctimas y daños, y se excede la capacidad del país para dar atención y respuesta a la situación
con los recursos propios disponibles, podemos entonces decir que se trata de una catástrofe.
Comunicación en caso de emergencias y desastres, busque y rescate
La percepción del riesgo ha ido cambiando a través de los años, se adquieren mayores
conocimientos científicos sobre las causas de los riesgos y los desastres. Por ejemplo, en la
actualidad a diferencia de la primera mitad del siglo XX, con la ayuda de los satélites se
puede visualizar la posición de los huracanes desde su formación como tormentas en el
Atlántico cerca de África, seguir su desarrollo y evolución hasta llegar al Caribe y poder
estimar la intensidad de los vientos, la hora y lugar en que impactará en tierra firme. Estos
avances tecnológicos permiten dar un seguimiento en “vivo” al fenómeno de origen natural
a través de los medios e informar a la población antes que el huracán impacte, para que las
personas puedan prepararse para evacuar, acudir a un refugio o fortalecer sus viviendas para
el embate del fenómeno hidrometeorológicos.
La comunicación es una actividad inherente a la naturaleza humana que implica la interacción
y la puesta en común de mensajes significativos, a través de diversos canales y medios para
influir, de alguna manera, en el comportamiento de los demás y en la organización y
desarrollo de los sistemas sociales
Estrategia de comunicación para la gestión de riesgo y desastres, que tipos de
comunicación en la gestión de riesgo y desastres.

El primer paso para acceder a la información sobre el desastre es conocer los actores y los
mecanismos técnicos y gerenciales que intervienen en la gestión de una emergencia. Sean
nacionales o internacionales, es prioritario generar mecanismos de coordinación con ellos,
de manera que sus sistemas de producción y divulgación de información se alimenten con
los reportes del sector salud y viceversa.

Entre los más importantes destacan el centro de operaciones de emergencia, las salas de
situación y los espacios de información articulados por la cooperación internacional. Aun
cuando en las primeras horas del desastre o la emergencia estos actores o mecanismos no se
encuentren funcionando al 100% de su capacidad, deben ser siempre fuente prioritaria de
información.

El COE o Centro de Operaciones de Emergencia

Es un mecanismo de articulación, conducción y toma de decisiones para la gestión de la


emergencia. Sus roles centrales son coordinar la emergencia y tomar las decisiones políticas
y técnicas para garantizar una respuesta eficaz y oportuna. Los COE actúan siempre de
acuerdo a la información disponible y están organizados bajo criterios sectoriales (COE del
sector salud) y geográficos (COE nacional, local, regional).
De acuerdo con el país y la magnitud del desastre, se puede organizar un COE interno en las
oficinas de OPS/OMS, uno en el Sistema de Naciones Unidas, otro en el Ministerio de Salud
y además, siempre debe existir un COE intersectorial organizado por la entidad nacional de
protección civil, donde hay un representante del sector salud.

Los COE disponen de un local estable, y deben estar equipados con los recursos tecnológicos
y humanos necesarios para dar un seguimiento riguroso a cada detalle de la respuesta a la
emergencia.

La Sala de Situación

Es una herramienta técnica de recolección y análisis de información en apoyo a la toma de


decisiones del COE. Es el sitio que recibe, sistematiza, procesa y divulga la información.
Físicamente, puede estar o no articulada con el COE, compartir infraestructura, estar en un
anexo o en otro espacio distinto.
Puede incluso ser una sala virtual, con información disponible en la web. Muchas oficinas de
OPS/OMS han creado salas de situación de manera permanente o han apoyado su creación
en los ministerios de salud.
Para el equipo de respuesta, la sala de situación debe ser un punto de recolección y análisis,
pero también de divulgación de información. Todos los informes, evaluaciones y reportes
especializados que nutren los datos y los análisis de la sala de situación pueden ser fuente
para los reportes de situación del sector salud. De igual manera, los reportes del sector salud
van a la sala de situación, que pone esa información al servicio de otros actores.

La Evaluación de Daños y Necesidades (EDAN)

La evaluación de daños y necesidades (EDAN) es un mecanismo esencial para tomar


decisiones. Pueden ser generales o específicas del sector salud, pero en todos los casos su
función es identificar el impacto del desastre y las necesidades de la población.
La EDAN-salud busca determinar el tipo y la extensión de los efectos del desastre en la salud
de las comunidades afectadas, los daños específicos y las áreas que requieren ser intervenidas
con mayor urgencia. Es una medida que evalúa no sólo la salud de los afectados, sino también
las condiciones sanitarias y el estado de los establecimientos y los servicios de salud.

La OPS/OMS apoya directamente a las autoridades de salud para realizar el EDAN-salud y


participa en las evaluaciones multisectoriales que realiza el Sistema de Naciones Unidas.

La EDAN-salud no es un proceso fijo y estático; es dinámico y evoluciona de acuerdo con la


situación de la emergencia, por eso se realiza y se actualiza periódicamente. La información
obtenida en las primeras horas servirá para responder a las necesidades más urgentes, que
permitan salvar vidas y aliviar el sufrimiento humano. La información que se genere en las
48 a 72 horas siguientes a la emergencia permitirá cuantificar los daños para planificar la
asistencia sanitaria y los recursos para la rehabilitación.

Los reportes de situación son informes, usualmente diarios, donde se describe el estatus de
la emergencia, su impacto, las necesidades de la población y las acciones llevadas a cabo
para atenderlas. Conocidos como SITREP (por las siglas en inglés de situation report), estos
informes deben presentar hechos, no conjeturas, lo que les convierte en una fuente de
información fable sobre el estado del desastre.
Para el Equipo Regional de Respuesta de la OPS/OMS la producción de los SITREP es una
actividad prioritaria. Es ahí donde se recogen los resultados de la evaluación de daños y
necesidades que permitirán que se tomen decisiones para responder a los requerimientos de
la población afectada.
Cuando se trata de una emergencia de gran impacto, diferentes miembros del equipo de
respuesta envían información desde los lugares afectados, o bien generan informes parciales
de la zona. Esto hace imprescindible la consolidación y el análisis de la información, de
manera que la OPS/OMS publique un informe oficial único cada día o con la periodicidad
que se establezca.

Cada agencia u organización usa formatos o modelos diferentes, pero suelen estructurarse en
función de puntos comunes. En el caso de OPS/OMS, se produce un SITREP diario cuya
información puede ser la base para generar otros informes más específicos, o bien, que
atiendan las necesidades de audiencias más amplias y diversas. En el anexo ll pueden
encontrar el formato propuesto por la OPS/OMS y varios ejemplos prácticos de informes
producidos en emergencias.

PREPARACIÓN DE UNA PÁGINA WEB SOBRE LA EMERGENCIA

Durante una emergencia, las páginas web deben convertirse en un sitio de referencia y
preferencia para quienes demandan reportes y análisis sobre las necesidades de la población
y los avances en la respuesta.
Los sitios tienen que actualizarse constantemente. En el caso de la OPS/OMS, siempre que
sea posible, debe asignarse un técnico y un comunicador que le den mantenimiento a su
estructura y sus contenidos.
El Centro de Operaciones de Emergencia de la OPS/OMS está en Washington DC y funciona
de manera permanente. Sus objetivos son: recopilar, analizar y difundir información
relacionada con eventos que pueden convertirse en emergencias y facilitar la coordinación
del Grupo de Trabajo de Desastres y del Grupo de Trabajo de Alerta y Respuesta a
Epidemias.
También se deben prever mecanismos eficientes de revisión y aprobación de la información
que será publicada. Se recomienda que se construyan y se validen previamente formatos o
estructuras temáticas (“templates”, en inglés) para la página o la sección de la emergencia,
de tal forma que cuando llega el momento de publicar la información se reduce la
improvisación y se facilita la organización.
Contar con un sitio web facilita y organiza el intercambio de información entre técnicos y
consultores de diferentes áreas, entre agencias e instituciones (Defensa Civil, el Sistema de
Naciones Unidas, Ministerios de Salud, Cruz Roja) y entre la OPS/OMS y los medios de
comunicación. A la vez, es un recurso que visibiliza las acciones del sector salud y fortalece
una cultura de rendición de cuentas y transparencia.
Cada vez más, se convierte en una fuente de información básica para donantes, para la
comunidad internacional en general e incluso para la población del país que –afectada o no-
desea conocer los mecanismos y las acciones de respuesta.
Referencias

EcuRed (sf) Escala de Richter. Disponible en la web:

https://www.ecured.cu/Escala_de_Richter

EcuRed (sf) Escala de Mercalli. Disponible en la web:

https://www.ecured.cu/Escala_Mercalli

comitato internazionale per lo sviluppo dei popoli( cisp) (2007) La Comunicación social en
la Gestión del Riesgo. Quito, ecuador.

Capítulo I (sf) Caracterización de los Desastres. Documento disponible en la web:


http://www.disaster-info.net/lideres/spanish/mexico/biblio/spa/doc3677/doc3677-00.PDF

Organización Panamericana de la Salud (2009) Gestión de la Información y Comunicación


en Emergencias y Desastres. Panamá. Disponible en la web:
https://www.paho.org/chi/index.php?option=com_docman&view=download&category_slu
g=guias-para-desastres&alias=19-gestion-de-la-informacion-y-comunicacion-en-
emergencias-y-desastres&Itemid=1145

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