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Potenciar el clúster petroquímico es la respuesta al llamado de los empresarios de

la industria petroquímica y a las regiones para incorporar mayor tecnología, valor


agregado y encadenamiento en los procesos productivos, para impactar la
generación de empleo e ingresos y sacar ventaja de tener infraestructuras
robustas, como la Refinería de Cartagena, para garantizar el desarrollo hacia
adelante.

El gobierno, con el apoyo del sector público, trabaja en implementar un nuevo


modelo que permita mayor aprovechamiento y transformación en la estructura
productiva de las empresas del sector petroquímico del Caribe colombiano, que es
el 36,5% de la producción industrial nacional.

Bolívar y Atlántico tienen empresas de materias primas, bienes intermedios y


fabricación de bienes finales de cuatro cadenas productivas: plásticos, cauchos,
agroquímica y pinturas. El clúster petroquímico tiene 37 empresas nacionales y
extranjeras como Mexichem, Dow Química y Propilco, entre otras, dedicadas a
refinar y proveer materias primas y de bienes finales transformados.

La nueva apuesta que divulgaremos esta semana con el Ministerio de Comercio,


Industria y Turismo le permitirá a la región tener una industria petroquímica–
plástica competitiva y exportadora, que favorezca las alianzas estratégicas y el
fortalecimiento permanente del clúster, así como con un buen desarrollo del
recurso humano para innovar en productos, crear nuevos modelos de negocios
con sostenibilidad medioambiental y fortalecer el tejido empresarial.

En un entorno internacional pesimista, hay algunos buenos resultados: en los tres


primeros meses de 2016 hubo exportaciones de derivados petroquímicos por
US$176 millones, y la semana anterior salieron hacia Asia 51.000 toneladas de
coque de petróleo, derivado usado para fundir aluminio, acero y titanio.

La operación del clúster, apalancada por Reficar, le significa a Colombia sustituir


más de un millón de barriles al mes de combustibles para la aviación, diésel y
gasolina que el país importaba. A su vez, la industria química se verá beneficiada
al tener acceso al azufre para fabricar jabones, fungicidas y fertilizantes. También
la producción de derivados de polipropileno: plásticos, autopartes, juguetes,
bolsas, empaques de alimentos y envases de bebidas.

El clúster significa encadenamientos para diversificar productos con más calidad,


sofisticación e innovación.

ProColombia puso en marcha una estrategia para aprovechar la coyuntura. Con


gremios, cámaras de comercio, agencias de promoción y las zonas francas del
Caribe colombiano trabajamos para fortalecer la industria y en promover incentivos
de zonas francas para atraer más empresas ancla que multipliquen las ventajas, la
experiencia y los resultados del sector petroquímico de la región.
Cartagena (Bolívar), 19 de abril del 2016.- Aprovechar la entrada en operación
de la Refinería de Cartagena (Reficar) para impulsar encadenamientos
productivos entre ésta, Propilco y los sectores del caucho, plásticos, agroquímicos
y pinturas, es el objetivo del clúster petroquímico que se relanzó en esta ciudad.
Son más de 8.000 establecimientos de comercio relacionados
con este sector.
Ante cerca de 30 empresarios, la ministra de Comercio, Industria y Turismo,
Cecilia Álvarez-Correa, explicó que se trata de un sector que representa el 36,5%
de la producción industrial del país, el 16,2% de las exportaciones industriales y
responde por el 4,2% del empleo industrial.
“Son más de 8.000 establecimientos de comercio en el país que están
relacionados con este sector, pero además es el que ha jalonado el crecimiento de
la producción industrial en lo que va corrido de este año. La Refinería de
Cartagena dinamizará la industria petroquímica y todas sus cadenas.
Aprovechemos esta oportunidad y démosle un nuevo impulso a este clúster”, dijo
la Ministra.
A través de este encadenamiento, otros sectores como el de maquinaria y equipo
se verán también beneficiados, porque podrán ser proveedores de las grandes
empresas, entre ellas Ecopetrol y la misma Refinería, con lo cual se promoverán
las compras nacionales.
El propósito de esta iniciativa es alcanzar un trabajo articulado para desarrollar
esta industria, contando con el apoyo de la estatal petrolera y una estrategia de
acompañamiento del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y sus entidades
adscritas y vinculadas, así como de aliados locales.
La estrategia girará alrededor de tres ejes: conexión a mercados y tendencias
globales; desarrollo de cadenas de valor; y entorno competitivo y liderazgo
compartido.
“La propuesta de acompañamiento que inicia hoy, se enfocará en las empresas
que se encuentran en los eslabones de refinación, materias primas, bienes
intermedios o semitransformados y bienes finales con uso intensivo de materias
primas de la petroquímica”, explicó Álvarez-Correa.
Toda esta estrategia, que involucra el encadenamiento del sector petroquímico de
Bolívar y del Atlántico, llevará al fortalecimiento de esta industria para ser
proveedora de los grandes clientes nacionales. Y esto se traducirá también en un
impulso de los sectores de metalmecánica, mantenimiento industrial, transporte y
reciclaje, entre otros.
Esta iniciativa se convierte en un Proyecto de Interés Nacional Estratégico (PINE),
el cual tendrá un seguimiento desde la Presidencia de la República y el Ministerio
de Comercio, Industria y Turismo.
“Queremos una industria creciendo, siendo competitiva y que aporte a la
diversificación de la oferta exportable que nos hemos propuesto. Atrevámonos a
competir”, puntualiz

CLÚSTER PETROQUÍMICO EN EL CARIBE COLOMBIANO

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El gobierno colombiano está trabajando en pro de fortalecer la industria
petroquímica–plástica del caribe colombiano, que le permitirá ser competitiva y
altamente exportadora, por medio de la generación de alianzas estratégicas y el
fortalecimiento del clúster en la región. Por tanto, esta semana Procolombia y el
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo darán a conocer más detalles sobre la
estrategia a desarrollar para el sector.

Es importante resaltar que las empresas del sector petroquímico del Caribe
colombiano, representan el 36,5% de la producción industrial nacional. Por tanto,
Bolívar y Atlántico tienen empresas de materias primas, bienes intermedios y
fabricación de bienes finales de cuatro cadenas productivas: plásticos, cauchos,
agroquímica y pinturas. El clúster petroquímico tiene 37 empresas nacionales y
extranjeras como Mexichem, Dow Química y Propilco, entre otras, dedicadas a
refinar y proveer materias primas y de bienes finales transformados, según lo dio a
conocer la Presidenta de ProColombia, María Claudia Lacouture, en El Universal.

De acuerdo con el mismo medio, en lo corrido de este año ya aparecen resultados


positivos para el sector. En los tres primeros meses de 2016 hubo exportaciones
de derivados petroquímicos por US$176 millones, y la semana anterior salieron
hacia Asia 51.000 toneladas de coque de petróleo, derivado usado para fundir
aluminio, acero y titanio.
Por su parte, Revista Dinero, resaltó otras cifras de interés dela industria
petroquímica, y es que esta generó ingresos superiores a los $6,2 billones en
2015, y empleó a más de 3.000 personas, convirtiéndose en una de las más
dinámicas, no solo del país sino de la región. Entre 2013 y 2015 la ciudad de
Cartagena registró un aumento de empresas de este sector, al pasar de 97 a 168,
respectivamente.

El modelo del clúster que se plantea, está apalancado en gran parte en la nueva
planta de la Refinería de Cartagena (Reficar), espera ver los impactos positivos en
la economía del país en el transcurso de este año.

Lo anterior se espera se dé a través de los efectos secundarios que traería Reficar


para la industria química, como por ejemplo que se verá beneficiada de una mayor
disponibilidad de azufre para la fabricación de jabones, fungicidas y fertilizantes.
Así mismo, la mayor fabricación de materias primas incentivará la inversión para la
elaboración de sintéticos (fibras, textiles, nylon), productos de polipropileno
(juguetes, autopartes, recipientes plásticos) y de polietileno (bolsas, empaques de
alimentos y bebidas), según indicó Revista Dinero.

 
La industria petroquímica jalona el desarrollo económico en Cartagena

La industria petroquímica de Cartagena, un sector que generó ingresos superiores


a los $9 billones y empleó a unas 3.039 personas en el 2014, avanza a pasos
agigantados para convertirse en una de las más dinámicas, robustas y
competitivas de América Latina.

Cartagena, considerada la principal ciudad industrial del Caribe y la quinta más


importante en Colombia, registró un aumento del número de empresas
dedicas al sector petroquímico entre 2013 y 2014, al pasar de 97 a 119
respectivamente. 

Desde microempresas hasta grandes compañías como Mexichem, Dow Química,


Popilco o Abocol conforman la estructura de ese clúster, cuya historia se
remonta a las primeras operaciones de la petrolera canadiense Andian
National Corporation en la década de 1920.

Desde entonces, esa actividad económica empezó a convertirse en uno de los


principales motores de desarrollo y generación de nuevos conocimientos en
Cartagena, ciudad que participa con el 5% del Producto Interno Bruto (PIB)
del país. Lea también: Las empresas familiares y el ‘boom’ de la industria
petroquímica enmarcan la historia económica de Cartagena

Y es que la participación de la industria petroquímica en la economía de


Cartagena es equiparable e incluso superior a la de sectores tan importantes
como el logístico-portuario (ingresos superiores a $1 billón en 2014), turismo
($762.000 millones) o el naval ($97.000 millones).

La apuesta de esa urbe es fortalecer las competencias de las personas que están
involucradas en dicha actividad y por ello ha desarrollado programas que han
beneficiado a más de 5.000 trabajadores (actualmente especializados y
certificados en oficios de mantenimiento industrial). 
  
El talento y la mano de obra calificada se han convertido en una de las prioridades
para el Gobierno de esa ciudad luego de la puesta en marcha de Reficar,  una de
las refinerías más grandes (un área de 106.400 metros cuadrados) y
avanzadas en términos de tecnología de la región. Vea también: La refinería
de Cartagena, una de las obras de infraestructura más ambiciosas de LATAM
“La expansión de Reficar es el proyecto más representativo en términos de
inversión en el país y de impacto en América Latina, del orden de 8.000 millones
de dólares, convirtiéndolo en un referente de desarrollo en infraestructura,
tecnología, seguridad y empleo para la región Caribe”, según lo explica la
Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet). 

A comienzos de noviembre, Reficar produjo el primer cargamento de productos


derivados del crudo, entre los que se destacan diésel, nafta, Gas Licuado de
Petróleo (GLP) y  gasolina para avión (Jet).

“Los primeros productos destilados se obtuvieron con una carga de 90.000


barriles por día de crudo”, explicaron los encargados de Reficar en un
comunicado de prensa, en el que además exponen que la producción
incrementará hasta llegar a su plena capacidad en marzo de 2016 (165.000 bd).
La presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Cartagena (CCC), María
Claudia Páez, señaló que el sector petroquímico de la ciudad se caracteriza
por su alto grado de “innovación y tecnología”, así como por el interés que
despierta en los inversionistas. 

Sin embargo, aclaró que aún es necesario articular los esfuerzos para que el buen
momento de esa actividad se refleje en la distribución de beneficios en la
comunidad. “Ese sector es como una burbuja. Hace parte de la ciudad y
aporta grandemente a su PIB pero no está conectado a la ciudad” , advirtió la
encargada de la CCC.

Este punto es fundamental si se tiene en que cuenta que Bolívar se rajó en el


más reciente índice de competitividad departamental, en el que ocupó la
casilla número 12 (4,40 puntos sobre 10) por debajo de Quindío, Meta, Boyacá,
Cundinamarca, Risaralda, Valle del Cauca, Santander, Caldas, Antioquia y
Bogotá, que fue primero con 8,13 puntos. 

A pesar de que Bolívar cuenta con la refinería más moderna de América


Latina,paradójicamente no le fue tan bien en el segmento de innovación y
sofisticación (logró la casilla nueve con 4,41 puntos). Aunque le fue mucho peor
en el ítem de instituciones, así como en el de educación y medio ambiente (casilla
número 21 en los tres).

En una conversación con este medio el alcalde de Cartagena, Dionisio Fernando


Vélez, reconoció los inmensos desafíos que tiene la ciudad para impulsar la
competitividad integral de todo el departamento, compuesto por 48 municipios y
unos 2.049 millones de habitantes.

Vélez, quien es el predecesor del fallecido Campo Elías Terán, destacó los


esfuerzos que están realizando entidades como la agencia de inversiones de
Cartagena de Indias y Bolívar (Invest in Cartagena). Esa organización mixta, en
palabras del mandatario, es la que va a “reunir las fuerzas” de los distintos
actores de la economía de ese departamento para así jalonar la
competitividad en los distintos frentes.

En lo que va corrido de 2015 se instalaron 10 empresas del sector petroquímico


con el apoyo de Invest in Cartagena, la cual también ha facilitado el ingreso de
firmas del sector de telecomunicaciones, metalmecánica, infraestructura,
entretenimiento, servicios de salud, entre otras.  Con respecto a los lugares de
origen de los inversionistas  apoyados por esa entidad destacan Europa (35%),
América Latina y el Caribe (18%), Norte América  (12%), Asia (7%), África (1%) y
las distintas ciudades del país (27%
Actualmente estos sectores vistos como cadena van desde refinación de petróleo
a fabricación de materias primas (monómeros, polímeros, copolímeros, etcétera),
bienes intermedios (placas, hojas, láminas, etcétera) y bienes finales (plásticos,
agroquímicos, pinturas y caucho), entre otros. En conjunto representan en la
industria manufacturera colombiana el 35 por ciento de la producción, 31 por
ciento del valor agregado y 35 por ciento de las exportaciones.

La refinación de petróleo en Colombia se concentra en la producción de


combustibles y en cuanto a insumos petroquímicos tiene la capacidad de
suministrar insumos básicos como nafta, etano, propano, BTX.

De otra parte, la puesta en marcha de la Refinería de Cartagena hace dos años


con una capacidad de 165 KBDP (mil barriles por día) y la modernización futura de
la Refinería de Barrancabermeja, brindan posibilidades para aumentar el nivel de
complejidad y diversidad de la cadena. De esta manera, Colombia tiene una
oportunidad de producir materias primas como el etileno, propileno y otros
productos intermedios de la cadena.

Se debe desarrollar la industria para impulsar la competitividad de sectores


intermedios como plásticos, agroquímicos, pinturas y caucho, y contar con
productos con mayor valor agregado, alto potencial exportador y que son insumos
claves para la agroindustria alimentaria, la construcción y el sector cosméticos,
entre otros, cuya demanda futura tiene perspectivas positivas de crecimiento.

La capacidad potencial existe, la demanda crece, las oportunidades son muchas,


pero también son muchos los desafíos. Algunas de las brechas por superar están
relacionadas con capital humano especializado, investigación y desarrollo,
sostenibilidad ambiental, desarrollo de industrias soporte, suministro eficiente de
energía, infraestructura y temas arancelarios, entre otros. Para avanzar en la
consolidación de esta cadena, es clave apropiarse de la visión de cadena de valor,
que facilite el flujo de información y conocimiento entre los sectores relacionados,
y permita superar de manera conjunta con el gobierno las brechas de
competitividad, productividad e información de una forma integral.

Es necesaria una estrategia conjunta que permita aprovechar al máximo las


capacidades de las refinerías de Cartagena y de Barrancabermeja que están
unidas por el río Magdalena, la competitividad de los puertos del Caribe y del
tejido productivo existente en industrias de la cadena, especialmente la gran
capacidad de transformación de polímeros por parte de nuestras plantas.

Con lo anterior, se pueden desarrollar encadenamientos productivos que


estimulen la creación de nuevas empresas, mayor inversión, impulso de
economías de escala, innovación, transferencia de tecnología, buenas prácticas y,
en general, un proceso de modernización funcional y de aprendizaje conjunto que
facilitaría adquirir las capacidades productivas necesarias para insertarnos
eficientemente en las Cadenas Globales de Valor.
Auge industrial

Los proyectos que se han implementado en la bahía de Cartagena han hecho de


ese puerto un epicentro del comercio marítimo, el cual ha atraído las inversiones
de varias empresas. Solo el sector petroquímico, de la mano de Reficar, ha
desembolsado 8.016 millones de dólares. Así mismo, planes industriales como
ampliaciones de muelles, dragados y fortalecimiento de diques, a cargo de otras
empresas y alianzas público-privadas, suman otros 3.000 millones de dólares al
consolidado inversionista de la bahía.

Se evidencia que gran parte de la industria está pasando por verdaderos


momentos de crisis.

Anif ha venido señalando que la industria colombiana atraviesa por una


preocupante crisis, encubada durante los años de “Enfermedad Holandesa” del
período 2005-2014 y la cual ha persistido durante 2015-2017.

Los datos hablan por sí solos: i) el crecimiento del PIB-industrial promedió un 2,2%
real por año durante 2006-2016 vs. el 4,3% anual del total de la economía; y ii) el
aporte industrial al PIB-real se ha continuado reduciendo del 18% a principios de
los años noventa a tan solo un 11% en 2016, pudiéndose demostrar
econométricamente que la apreciación cambiaria aceleró esa pérdida en
contribución al PIB-real.

Más aún, frente a las expectativas de rebote del sector industrial en 2017, lo que
se observa es que este sector se estará contrayendo en cerca del -1,2% real (vs.
3% de 2016). Aquí, pese al aporte que pueda estar dando la reapertura de Reficar,
están primando las serias dificultades en los subsectores de textiles, el calzado,
las prendas de vestir y el sector relacionado con la construcción.

En efecto, a puertas de haberse disipado casi completamente el efecto de Reficar,


la refinación y los encadenamientos de la cadena petroquímica han crecido a un
ritmo mucho mayor al del resto de la industria, evidenciado en una expansión
proyectada de este subsector del 3% para 2017.

No obstante, ese buen comportamiento de la refinación y de sus conexos no ha


sido suficiente para contrarrestar el mal desempeño del resto de la industria
colombiana (proyectándose una caída del -3% para el resto de la industria), aun
cuando la cadena petroquímica representa el 32% de la industria.

Así, se evidencia que gran parte de la industria está pasando por verdaderos
momentos de crisis. Esto es consecuencia, por un lado, de la débil demanda
interna y, por otro, de los lastres estructurales del país que restan a la
competitividad industrial.

Dentro de ellos son recurrentes: i) los sobrecostos laborales (que ascienden al


49% del salario en el caso de los pagos no salariales); ii) los sobrecostos
energéticos (donde somos superados por países como Perú, Argentina y Brasil);
iii) los sobrecostos de transporte-logísticos (de hasta el 15% según la Oecd); y iv)
la elevada carga tributaria (del 40%, aunque bajaría escalonadamente al 33%
durante 2017-2019 según lo estipulado en la Ley 1819 de 2016).

No obstante, específicamente dentro de la cadena petroquímica sí se observó un


buen desempeño durante 2017, pese a que el efecto estadístico de la reapertura
de Reficar se ha ido diluyendo y ha generado una leve desaceleración.

Por ejemplo, en el caso del subsector de refinación, sus niveles de producción


crecieron al 5,2% en el acumulado en 12 meses a noviembre de 2107, según la
Encuesta Mensual Manufacturera (EMM) del Dane.

Aquí, como mencionamos, ya no se logran los registros de crecimiento de un año


atrás (+19,3%), pero se mantiene el impulso positivo y aprovechamiento de la
nueva capacidad de Reficar.

En el caso de los subsectores conexos a los productos químicos, su producción


creció 4,9% en el acumulado en 12 meses a noviembre de 2017 (vs. -3.7% de un
año atrás), según la EMM. Ello ocurrió gracias al buen comportamiento del agro y
su demanda por abonos.

Asimismo, la producción del subsector de caucho se expandió a ritmos del 9,3%


en el acumulado 12 meses a noviembre de 2017 según la EMM (vs. 2,1% de un
año atrás), donde este sector estuvo impulsado por el buen comportamiento de las
autopartes, las cuales se han visto beneficiadas por el mal momento de las ventas
de vehículos nuevos.

Por último, el sector de plásticos fue el único que no tuvo una dinámica positiva
dentro de la cadena (sus niveles de producción se contraían al -1,2% en los 12
meses a noviembre de 2017). Pero, esto ocurrió por factores exógenos como las
iniciativas ambientales que están frenando el consumo de desechables plásticos.

En síntesis, pese al buen desempeño de la mayoría de la cadena petroquímica, el


sector industrial se habría contraído a -1,2% real en 2017. El efecto de una
demanda interna débil y los lastres estructurales de la industria jugaron en contra
del desempeño de todo el sector.

Para 2018, Anif proyecta una lenta recuperación hacia el +1,2% real para todo el
sector industrial. En este caso, la cadena petroquímica crecería al 4% y el resto
del aparato industrial lo haría a ritmos prácticamente nulos del -0,1% real.
Hacia futuro, para regresar a expansiones del 4%-6% real a nivel industrial se
requiere aprovechar: i) la recuperación de la demanda interna; y ii) el impulso de la
cadena petroquímica (aprovechando la mayor capacidad de Reficar hasta 160.000
barriles diarios y un precio del petróleo estable cerca de US$60/barril) y de los
sectores conexos a la construcción (impulsados por la demanda de las obras 4G).

Pero a esto deben sumarse políticas transversales que ayuden en la superación


de los lastres estructurales del sector y eleven su productividad, para lograr
mayores niveles de exportación.

En esto último serían necesarias reformas estructurales que reduzcan los


sobrecostos que enfrenta el sector (por ejemplo, una laboral que reduzca los
costos no-salariales) y políticas que promuevan las cadenas productivas, la
relocalización geográfica de algunos sectores y el manejo de mayores niveles de
eficiencia con ajustes en la escala de producción.

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