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EDUCACIÓN RELIGIOSA
UNDÉCIMO GRADO
GUIA 06
Profesor: Gerardo Bonifacio Pineda Rodríguez
Mediante el trabajo las personas desarrollamos nuestra vocación y colaboramos con el desarrollo
de la sociedad. Sin embargo, el sistema de libre mercado plantea serios conflictos en el tratamiento
a los trabajadores y en la distribución de la riqueza, entre otros retos a los que es importante dar
respuesta.
Indicador de desempeño:
Identifica el concepto de economía y los sistemas económicos vigentes.
Reconoce el aporte del cristianismo y el respeto de la dignidad de hombre como creatura e hijo de Dios.
ACTIVIDAD
El desfile de la humanidad
Imagina un mundo en el que la talla de cada persona es proporcional al dinero
que gana. Supongamos que medimos un metro con setenta y tres centímetros.
Hoy es un día especial. Asistimos a un desfile extraordinario: la totalidad de
habitantes del planeta va a pasar delante de nosotros en una hora. Acaba de
empezar. ¿Realmente ha comenzado? No vemos nada. Perdón, sí, vemos algo
que se mueve... Parece increíble: miles y miles, cientos de millones de seres
más pequeños que hormigas avanzan sin que se pueda distinguir qué son.
Pasan y pasan durante diez minutos.
Ahora empieza a verse gente reconocible aunque no son más altos que un
celular. Pequeños y con ropas de muchos colores. La inmensa mayoría son
mujeres y van acompañadas de muchos niños. Siguen y siguen pasando... ya llevamos más de treinta
minutos, eso quiere decir que ya ha desfilado la mitad de la población del planeta. Sin embargo, todavía no
ha pasado nadie más alto de siete centímetros y medio.
Suponíamos que íbamos a esperar bastante antes de ver gente de nuestra estatura, pero, ¡no tanto!
Llevamos cuarenta minutos de desfile y los más altos nos llegan a las rodillas. Hay soldados y obreros de
muchos países pero enanos todavía. Ya solo quedan diez minutos y empezamos a sospechar que el
desfile no acabará a tiempo. Al menos ahora las caras son más familiares. Quedan solo cinco minutos y
empezamos a ver gente de nuestra talla: funcionarios y comerciantes sobre todo, y todos norteamericanos
o europeos. Ahora vienen gerentes y directores de empresas; estos ya pasan de nuestra estatura.
Y ahora, ¿qué pasa? De pronto parece como si la gente creciese de golpe, ¡cada vez son más altos!
Empresarios y terratenientes de muchos países, todos bien vestidos y de un tamaño... de cuatro metros, de
seis, ¡de nueve! Es el turno de la gente famosa: algunos actores, deportistas y cantantes mezclados con
tipos sospechosos, todos altos como torres de treinta y cuarenta metros.
Acabamos de entrar en el último minuto del desfile, el minuto cincuenta y nueve. Hacen falta binoculares
para ver bien la cara de estos jeques. También hay directores de multinacionales. Son realmente
sorprendentes. Superan fácilmente los novecientos metros. ¡Allá arriba debe estar nevando! Los últimos
segundos. Paseos de los multimillonarios. Son muy pocos, pero alcanzan alturas de kilómetros y
kilómetros. ¿Quién iba a imaginarlo? Ya se acaba el tiempo. Pero, ¿qué pasa? Se oscurece el horizonte.
¡Atención! Nos cubre una gigantesca nube negra que se nos viene encima... se trata de... ¡Cuidado, el pie
de Bill Gates!
ADAPTADO DE, La alternativa del juego II
CAPITALISMO Y COMUNISMO
El capitalismo es el sistema mayoritario de producción en todo el mundo. Pocos países mantienen un
sistema comunista desde la caída del muro de Berlín (1989).
La producción es el proceso por el cual se transforman recursos para el mercado. Así, de la leche se
produce queso o la carne de los
animales queda lista para el consumo.
* Los materiales necesarios son las
materias primas.
* La maquinaria y recursos industriales
son los medios de producción.
* Con la mano de obra humana, los
productos quedan listos para su
distribución y venta.
* El capital aporta los medios de
producción, compra las materias
primas necesarias, paga los salarios
de los trabajadores y vende los
productos.
La diferencia entre lo que cuesta el
producto y el precio por el que se
vende es el valor añadido, que aporta el beneficio al capital.
EL SISTEMA CAPITALISTA
El sistema capitalista defiende:
* La propiedad privada de los medios de producción. Los
empresarios son los que asumen el riesgo de su inversión; tanto si
pierden como si ganan. Ocupan una situación de privilegio en la
cadena de producción.
* El libre funcionamiento del mercado. El precio de los productos se
fija por la ley de la oferta y la demanda. Si aumenta la competencia,
los precios tienden a bajar y el margen de beneficio disminuye. Este
sencillo mecanismo regula el mercado sin necesidad de intervención.
* La búsqueda del beneficio. Todos, trabajadores, productores de
materias primas, empresarios, distribuidores y vendedores, quieren
ganar más dinero. Se establece así un difícil equilibrio entre todos los elementos del sistema que genera
muchos conflictos.
Como resultado del sistema capitalista, emerge la “sociedad de consumo”, un modo de vida que vuelve
absolutos los deseos y las necesidades del ser humano, con la insaciable premisa de “compro, luego
existo”.
EL SISTEMA COMUNISTA
El capitalismo se desarrolló en la época de la Revolución Industrial durante el siglo XIX en Europa. Fueron
años duros para los trabajadores que, sin ningún tipo de protección legal, trabajaban en jornadas
interminables, en condiciones infrahumanas y con un salario indigno. Surgen entonces muchas voces que
denuncian la situación laboral y social de los trabajadores.
Carlos Marx fue quien estableció las bases del sistema comunista que no se hizo
realidad hasta la Revolución rusa de 1917. Entonces surgen los países
comunistas. Este sistema defiende:
* La propiedad pública de los medios de producción. Las fábricas, granjas y
redes de distribución, entre otros, pertenecen al Estado, para garantizar la igual
distribución de la riqueza.
* La planificación estatal de la economía. Desde el gobierno de la nación se
orquesta la totalidad de la economía: se fijan precios para el público (y no el
mercado libre), se calcula la cantidad de producción, las fechas, etc.
El objetivo es favorecer la igualdad. Pero, en la práctica, se hizo a expensas de
la libertad personal. Los regímenes comunistas impusieron un régimen de partido
único y recortaron las libertades personales: expresión, reunión, asociación,
prensa e incluso, en algunos momentos, la propiedad privada.
El sistema comunista fracasó, principalmente, porque es muy difícil programar tanto volumen de manera
eficiente, porque no eliminó las desigualdades económicas y, sobre todo, por la desmotivación de los
trabajadores por su propia promoción.
El sistema comunista también tuvo resonancia en algunas naciones latinoamericanas. La Revolución
cubana de 1959 es la única que persiste, a pesar de la caída del muro de Berlín en 1989, que marcó el final
del régimen comunista y, al mismo tiempo, la consolidación de la hegemonía capitalista.
Trabajo y capital
Ya que el ser humano desarrolla su propia vocación en su trabajo, no puede considerarse solo como una
mercancía o un elemento impersonal de la producción. Las personas son más importantes que los
productos, las máquinas y el propio capital. No podemos anteponer el beneficio financiero a la dignidad y a
beneficio personal. La mayor riqueza de una empresa es el conjunto de sus trabajadores. Cuidarlos
redundará en una mejor consecución de sus fines y un mayor rendimiento.
De la misma manera que el capital está subordinado al trabajo, la propiedad privada está subordinada al
principio del destino universal de todos los bienes; es decir, todas las personas tienen derecho a los bienes
necesarios para una vida digna y nadie puede apropiarse de ellos aunque sean de su propiedad.
Los derechos de los trabajadores
El pensamiento cristiano reconoce los principales derechos de los trabajadores, como son:
* El derecho a una justa remuneración
* El derecho al descanso
* El derecho a trabajar en condiciones seguras
* El derecho a salvaguardar su identidad y libertad
* El derecho a un subsidio de desempleo
* El derecho a una pensión por vejez, enfermedad o accidente laboral
* El derecho a recibir prestaciones por la maternidad
* El derecho a conciliar vida familiar y laboral
* El derecho a asociarse y reunirse
La actividad laboral debe servir al verdadero bien de la humanidad, permitiendo «al hombre, como individuo
y como miembro de la sociedad, cultivar y realizar íntegramente su plena vocación» (Gaudium et epes, 35).
Para que ello suceda no basta la necesaria cualificación técnica y profesional; no es suficiente tampoco la
creación de un orden social justo y atento al bien de todos. Se necesita vivir una espiritualidad que ayude a
los creyentes a santificarse a través del propio trabajo, imitando a San José, que cada día tuvo que proveer
a las necesidades de la Sagrada Familia con sus manos y a quien por ello la Iglesia señala como patrono
de los trabajadores. Su testimonio muestra que el hombre es sujeto y protagonista del trabajo. Desearía
encomendar a él a los jóvenes que a duras penas consiguen introducirse en el mundo del trabajo, a los
desempleados y a los que sufren las molestias debidas a la difundida crisis ocupacional. Que junto a María,
su Esposa, vele San José sobre todos los trabajadores y obtenga para las familias y para toda la
humanidad serenidad y paz. Que contemplando a este gran Santo, los cristianos aprendan a testimoniar en
todo ámbito laboral el amor de Cristo, fuente de solidaridad verdadera y de paz estable.
Homilia del Sumo Pontífice Benedicto XVI