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INSTITUTO SANTO ANGEL

Bucaramanga
"Todos en todo mejorando la calidad de vida"

Area: Ética Asignatura: Ética


Docente: Grado 10 Periodo:
Estudiante:
TEMA: LA COMUNIDAD EDUCATIVA, FORMADORA DE PAZ

ACTIVIDAD INICIAL

Hoy la realidad mundial y la política de globalización nos están enseñando que el mundo es “una
aldea donde cabemos todos” y nos urge a prepararnos para construir juntos la paz, donde hombres
y mujeres dando lo mejor de nosotros mismos aprendamos a convivir y a poner en juego la tolerancia,
la comprensión, la honestidad y el diálogo como el mejor medio para resolver conflictos.
El gobierno consciente de la necesidad de educar para la paz, y de ayudar a construir una Colombia
nueva, promulgó la Ley General de Educación y en sus decretos reglamentarios P. 11-12. 1996, nos
dice: El plan general de educación ha sido destinado a la formación de seres integrales,
comprometidos socialmente en la construcción de un país en el que primen la convivencia y la
tolerancia, seres humanos con capacidad de discrepar y argüir sin emplear la fuerza, seres humanos
preparados para incorporar el saber científico y tecnológico de la humanidad a favor de su propio
desarrollo y el del país.

1. Quién sufre más la guerra? por qué?

Los campesinos
Los soldados
Los guerrilleros
Los ricos.
Los pobres
La población civil
Las Autodefensas

2. ¿Cómo defines la paz?

ACTIVIDADES DE DESARROLLO:

1. Lee atentamente el contenido y responde las preguntas que aparecen al final.

Educación para la paz

La evolución de la humanidad no puede explicarse sin guerras y conflictos.


Cotidianamente vemos como se ponen en juego alternativas personales para resolver conflictos a
través de la violencia y la imposición. Sabemos que, cuando un poder o alguien, se imponen a otro
mediante la fuerza, este poder está predispuesto a que se vuelva a perder por el mismo sistema, por
la fuerza.
Incluso, llegamos a aceptar que la fuerza es el último o habitual recurso, para hacer valer la razón y
tal vez, no nos damos cuenta de que en nombre de la razón y la verdad, estamos construyendo una
sociedad violenta y en permanente amenaza.
Cada vez que hay una imposición por la fuerza se dan muchos pasos hacia atrás en el progreso
social, si no es que se destruye totalmente lo conseguido hasta este momento.
Para conseguir una sociedad en paz, tenemos la inteligencia que nos permitiría comprender y
reflexionar sobre la realidad que nos rodea, además de comunicarnos, asociarnos y utilizar la libertad
para crear y construir una sociedad mejor.
La escuela y la educación que en ella se brindan. Constituyen un ámbito de intervención fundamental,
para generar conciencia social.
Educar para la paz es una forma particular de educar en valores. Cuando educamos, consciente o
inconscientemente estamos transmitiéndolos.
Supone enseñar y aprender a resolver los conflictos que están presentes de forma permanente en
nuestra sociedad como manifestación de la diversidad de intereses y cosmovisiones empleando
otros mecanismos.
El concepto de paz no es meramente la ausencia de guerra, sino que se opone al concepto de
violencia, entendida ésta como aquellas situaciones en los que los seres humanos se desenvuelven
en unas condiciones que le impiden llegar a realizar todas sus potencialidades.
La Educación para la Paz se fundamenta en dos conceptos básicos: el concepto de paz positiva y la
perspectiva creativa del conflicto.
La concepción de paz dominante en el mundo continúa siendo la occidental, heredada del concepto
de paz romana: ausencia de conflictos bélicos entre estados. Concepto interesante pero insuficiente.
Con el nacimiento de la denominada Investigación para la Paz, en los años 60, el concepto de paz
adquiere un nuevo significado al asociarlo no como antítesis de guerra, sino al de violencia. Según
J. Galtung, existe violencia cuando los seres humanos están influenciados de tal forma que sus
realizaciones afectivas, somáticas y mentales están por debajo de sus realizaciones potenciales. En
este sentido, se establece una diferencia fundamental: la distinción entre violencia directa y violencia
estructural; se ha de entender la primera como la agresión física directa y la segunda como inherente
a las estructuras sociales, sinónima de la injusticia social.

Podemos sintetizar las características de este nuevo concepto de paz o paz positiva:

La paz es un proceso dinámico y permanente.


La paz hace referencia a una estructura social de amplia justicia y reducida violencia.
La paz exige, en consecuencia, la igualdad y reciprocidad en las relaciones e interacciones.
Afecta a todas las dimensiones de la vida.
La paz implica y hace referencia a dos conceptos íntimamente ligados entre sí: el desarrollo y los
derechos humanos.
El segundo concepto en que se apoya Educación para la Paz es el de conflicto. Habitualmente
conflicto se presenta como sinónimo de desgracia y, por consiguiente, como algo no deseable.
Incluso en ocasiones se asocia el conflicto a la violencia, confundiendo determinadas respuestas a
un conflicto con su propia naturaleza. El conflicto hemos de entenderlo como un proceso natural y
consustancial a la existencia humana.
Podemos sintetizar la idea de conflicto en:
Un fenómeno de incompatibilidad entre personas o entre grupos, o entre aquéllas y éstos, mediante
el cual se afirman o perciben intereses, valores y /o aspiraciones contrarias.
Los elementos que intervienen en un conflicto son básicamente tres: las personas, el proceso y el
problema.
Es necesario diferenciar entre la propia existencia del conflicto, con algunas formas no positivas de
resolución. Es decir, la violencia no es más que uno de los medios para afrontar un conflicto.
Es necesario diferenciar entre la agresión y otras conductas violentas de la agresividad o
combatividad. La agresividad forma parte del comportamiento humano, no es negativa en sí
misma, sino necesaria para la autoafirmación, física y psíquica del individuo. La agresividad no
deriva inevitablemente en violencia.

De todo lo expuesto, hemos de entender Educación para la Paz como un proceso educativo, continuo
y permanente, fundamentado en los dos conceptos definidores, el concepto de paz positiva y la
perspectiva creativa de conflicto, y que a través de la aplicación de métodos problematizantes
pretende desarrollar un nuevo tipo de cultura, la cultura de la paz, que ayude a las personas a
desvelar críticamente la realidad, compleja y conflictiva, para poder situarse ante ella y actuar en
consecuencia.
De esta definición, así como de las características de los dos conceptos en los que se fundamenta,
se pueden deducir los siguientes principios educativos:
Educar para la Paz es una forma particular de educación en valores. Educar para la paz supone
educar desde y para unos determinados valores; valores tales como la justicia, la cooperación, la
solidaridad, el desarrollo de la autonomía personal y la toma de decisiones,… al mismo tiempo que
se cuestionan aquellos que son antitéticos a la cultura de la paz, como son la discriminación, la
intolerancia, el etnocentrismo, la obediencia ciega, la indiferencia e insolidaridad, el conformismo,
etc.
Educar para la Paz es una educación para la acción. Presupone una invitación para la acción
comenzando por nuestros comportamientos y actitudes como educadores, sabiendo que cuanto más
corta sea la distancia entre lo que decimos y lo que hacemos, más eficaz será nuestra labor.
Desde el punto de vista pedagógico, esta acción debe entenderse continuamente en la relación que
debe existir entre el microcosmos escolar y el macronivel de las estructuras sociales.
Educar para la Paz, pretende recuperar la idea de paz positiva para el conjunto de los ciudadanos y
en todas las esferas de relación humana. Desde esta perspectiva, y en el ámbito escolar, la
Educación para la Paz comienza en el micronivel más cercano, el aula, su organización e
interacciones que en la misma se producen.
Educar para la paz: una forma creativa de no -
violencia
Será responsabilidad de toda la comunidad educativa,
y en especial de nosotros los docentes, en el que sean
tratados de forma adecuada: deben estar presentes en
el Proyecto Educativo de Centro, en el Proyecto
Curricular de Etapa y en las Programaciones del
Profesorado.
Vivimos en una sociedad en la que el egoísmo y el
materialismo "sonríen, se divierten y aparecen por
doquier", y no estaría de más que desde los centros
educativos, que desde nuestras aulas, y que desde las
instituciones sociales y políticas del país se lanzasen
modelos de convivencia para conseguir una sociedad
más justa y homogénea, y, ¿por qué no?, una sociedad más feliz.
Hay ciertas cuestiones en la época actual, sobre las cuales nuestra sociedad reclama una atención
prioritaria: la violencia, la escasa presencia de valores éticos básicos. En la actualidad el dinero es
el "rey" de la sociedad y el conseguir ser "number one" la meta a la que todos aspiramos, el
consumismo, el despilfarro, frente al hambre en el mundo, la degradación del medio ambiente, la
violencia, etc.
Tenemos que posibilitar a nuestros alumnos, desde el aula, el entendimiento y la sensibilización ante
estos problemas, siendo capaces de emitir juicios críticos respecto a ellos y competentes para
adoptar actitudes y comportamientos basados en valores racionales y libremente asumidos. Por eso
se ha introducido en el currículo de la Educación Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria este tipo
de enseñanza que responde a los problemas sociales y que nosotros conocemos como "Temas
Transversales".
La enseñanza-aprendizaje de los temas transversales no debe ser específica de un departamento o
áreas, sino que sus contenidos tienen que impregnar los currículos de todos y las diferentes
asignaturas no pueden aparecer ante el alumno como compartimentos estancos, sin una clara
relación con las demás, sino que deben ser partes complementarias en el estudio de una realidad
única.
La educación para la paz es un proceso que debe estar presente en el desarrollo de la personalidad.
Como proceso debe ser continuo y permanente, para enseñar a "aprender a vivir en la no violencia",
y que confía en la creación de ámbitos de justicia, de respeto, de tolerancia y felicidad gradualmente
más amplios. Diríamos que educativamente pretendemos un proceso de enseñanza-aprendizaje de
la cultura de la paz que implica una ética personal y social fundamentada en la convivencia en libertad
y en igualdad, es decir, plenamente democrática. Esta concepción se inspiraría en el respecto y
reconocimiento de todos los convenios internacionales que reconocen los derechos humanos,
favorecen un concepto internacionalista y global de la sociedad humana, se fundamentan en carácter
intercultural y mundialista, pretenden el desarrollo de todos los pueblos y optan por el desarme como
principio.

2. ¿Qué problemas que desestabilicen la paz tienes en tu familia, comunidad, país?


3. ¿Qué necesitamos para tener una vida digna, plena, feliz y en abundancia?
4. Con base a este ejercicio vamos a construir el concepto de Derechos Humanos.

Actividad final

1. haz un diseño o un proyecto de cómo sería el país si los centros educativos fueran
formadores para la paz y ayudaran a que se viviera y se proclamara la paz, es decir, “si en
nuestro país alcanzara la paz viviríamos así…” (Pensar en las áreas urbanos, rurales,
marginales, indígenas, afrocolombianos)
2. diseña un cartel en el que demuestres que las instituciones educativas son centros
formadores para la paz.

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