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29 Vendajes y Drenajes 2014 PDF
29 Vendajes y Drenajes 2014 PDF
Vendajes y Drenajes
VENDAJES
Vet. Ayud. Del Sole María
Los vendajes desempeñan un papel importante en la medicina veterinaria, dado
que el paciente no coopera y que su hábitat no suele ser higiénico. Aunque en general la
mayoría de las heridas no son vendadas y se inspeccionan y tratan diariamente, las
lesiones con excesivo daño hístico, exudación o infección establecida pueden requerir
cambios de apósitos 2 veces al día.
Las funciones de los vendajes son cuatro: protección, absorción de exudados,
compresión para reducir los espacios muertos y la formación de hematomas, y
estabilización e inmovilización. Además, el mantenimiento de calor en la herida mejora
la cicatrización y facilita la disociación de oxígeno desde la hemoglobina. La cobertura
lesional promueve un medio ambiente ácido en la superficie de la herida al impedir la
pérdida de dióxido de carbono y la absorción del amoníaco elaborado por los
microorganismos. Este ambiente ácido favorece la disociación del oxígeno a partir de la
hemoglobina, incrementando su disponibilidad en los tejidos lesionados.
Los materiales y métodos utilizados para efectuar los vendajes dependen del
estadio de cicatrización y de la necesidad de presión e inmovilización.
En general, los apósitos ideales para una herida son aquellos que proporciona
protección y que además son oclusivos, característica que genera el ambiente físico
propicio para la cicatrización. Si bien un apósito biológico es ideal para esta función, no
es practicable en la mayor parte de animales.
Los apósitos deben ser confortables y limpios. Los vendajes incómodos
molestan al paciente, que entonces puede mutilar al apósito y/o herida. Cabe considerar,
que la presión en los vendajes debe ser aplicada sobre y en distal a las heridas más que
en proximal de ellas, para minimizar la afección venosa o linfática.
En general los vendajes se componen de tres estratos (Fig. 1.1), cada uno con
propiedades y funciones definidas.
Fig. 1.1
Adherente
Este estrato de contacto se utiliza cuando la herida se encuentra en el estadio
inflamatorio de la cicatrización.
Se utiliza material de mallado amplio, sin algodón, para que las aberturas
atrapen el tejido necrótico suelto y los cuerpos extraños que, posteriormente, serán
extraídos cuando se cambie el apósito (Fig. 1.2). Además, permite que el exudado pase
a través del vendaje y se evapore, y éste se adhiera a la costra formada.
Fig. 1.2
Tipos:
− Seco a seco. Se utiliza cuando la herida presenta un exudado de escasa viscosidad,
que no tiende a agregarse. El material de cobertura debe mantenerse colocado hasta
que los estratos de contacto e intermedio hayan absorbido los líquidos y desechos de
la herida y el primero se haya evaporado. En este momento se extrae el vendaje y
con él, el tejido necrótico y los cuerpos extraños atrapados.
− Húmedo a seco. Se utiliza en los casos contrarios al anterior. Consiste en la
colocación sobre la herida de una gasa de malla amplia embebida en solución salina
estéril o en dilución 1:40 (0,05%) de diacetato de clorhexidina. Una forma más
sencilla es aplicar la gasa seca y embeberla por aspersión con la solución
anteriormente citada. El líquido diluye el exudado viscoso y acrecienta su absorción.
− Húmedo a húmedo. Se utiliza en heridas con grandes cantidades de exudación
viscosa y escasez de detritos o tejidos necróticos. Es similar al anterior excepto que
la capa de contacto debe mantenerse húmeda y no dejar que se seque antes de su
remoción. Se emplean para transportar calor y potenciar el movimiento capilar del
exudado desde la herida.
Los apósitos adherentes deben ser cambiados por lo menos una vez al día. Para
aliviar el dolor generado durante la extracción se puede colocar lidocaína al 2% 1 ó 2
min previos. Asimismo, la rehumectación del apósito desecado con solución salina
caliente facilita la remoción y reduce el dolor durante los cambios de los vendajes.
1. No adherente
Se utiliza en el estadio de reparación y son de dos tipos, oclusivos y
semioclusivos. Estos últimos poseen la capacidad de retener la suficiente humedad como
para prevenir la deshidratación del tejido. Además promueven la epitelización mientras
que permiten que el exceso de líquido se absorba desde la herida previniendo de este
modo la maceración tisular.
Las gasas impregnadas en vaselina o una combinación de itrofurazona/
propilenglicol, esterilizadas en autoclave, cumplen esta función. La aplicación de un
ungüento con base de vaselina también provee la función de no adherente en el vendaje.
Se deben dejar colocados por 1 ó 2 días de acuerdo con el volumen de drenaje de la
herida.
Los vendajes oclusivos se presentan comercialmente. Están compuestos por un
material hidrocoloide sobre una de sus superficies. El hidrocoloide que se encuentra
sobre la piel que rodea la herida se adhiere a dicho tejido, mientras que el que queda
sobre la herida absorbe los líquidos para crear un gel hidrocoloide oclusivo no
adherente.
Deben permanecer colocados durante 2 o 3 días o hasta que la superficie externa
que se encuentra sobre la herida quede como un recipiente lleno de líquido. Allí se
extrae, se retira el gel de la herida y la piel adyacente, y se aplica un segundo vendaje.
Cuando el epitelio cubre la herida se suspende la colocación.
Ventajas y desventajas. Dentro de las ventajas de los vendajes no adherentes se
encuentra la rápida epitelización de la herida y la síntesis de colágeno. Además, las
gasas embebidas en nitrofurazona/polietilenglicol tienen la ventaja de ser antibióticas e
hidrofílicas. Esta última propiedad conduce al líquido homeostático a través de los
tejidos para lavar la herida y diluir el coágulo, de forma tal que pueda ser absorbido.
En cambio la vaselina, además de promover una epitelización más lenta,
esterilizada en autoclave se distribuye irregularmente, de modo que las gasas colocas en
el fondo del recipiente contenedor se encuentran sobresaturadas de vaselina, haciendo
que los intersticios se tapen creando un vendaje de tipo oclusivo. Se debe tener en
cuenta que a través de estos vendajes puede drenar poco o nada de líquido y conducir a
la maceración tisular.
No obstante, la vaselina de bajo punto de fusión (ej. pomada de neosporina) no
tiene efectos adversos sobre la cicatrización cuando se utiliza aisladamente; cuando se
combina con agentes antimicrobianos (neomicina, polimixina, bacitracina, cinc, etc.)
mejora en gran medida la cicatrización de la herida.
Una solución de povidona yodada con vehículo hídrico, no altera la tasa de
cicatrización; su actividad antimicrobiana es excelente y es material de apósito
aceptable.
En un estudio, el apósito que presentó la mayor tasa de cicatrización fue una
crema hidromiscible que contenía sulfadiacina argéntica al 1 %. Su actividad
antimicrobiana de amplio espectro, en comparación a los resultados de las heridas
control no tratadas produjo una tasa de cicatrización un 28 % mayor.
En heridas contaminadas por Pseudomona spp., se empleó con éxito la
neomicina en solución alcalina al 0,25%. La pomada de gentamicina al 0,1% también es
útil en estas heridas de difícil tratamiento.
Las heridas cubiertas con material oclusivo epitelizan más rápido que aquellas
con un vendaje semioclusivo. Sin embargo reducen la contracción de la herida debido a
la adherencia del hidrocoloide a la piel, lo cual hace que los bordes de la herida actúen
contra los elementos contráctiles. Además el gel hidrocoloide es pegajoso y difícil de
eliminar.
4Guía de Estudios de Cirugía General Presentación PRELIMINAR
Vendajes y Drenajes
Fig. 1.3
DRENAJES
MV Prof. Adj. Becaluba Mario
Son dispositivos utilizados para crear o mantener una salida de líquidos de una cavidad,
de una herida o área infectada.
Es necesario un drenaje cuando:
• Hay abscesos organizados.
• Como prevención, evitando la formación de acúmulos de sangre, de aire, de material
purulento o para evitar la formación de espacios muertos.
• En determinadas zonas donde no puede evitarse una contaminación de la herida (por
ejemplo en la zona anal).
• Ante la presencia de material extraño o de tejido no viable que no puede ser
totalmente debridado.
TIPOS DE DRENAJE
Los drenajes pueden ser:
• Pasivos: éstos funcionan por diferencia de presión, de gravedad o de derramamiento.
Pueden ser en tubos planos o tubulares. Pueden ser fabricados con goma látex blanda,
delgada o plástico.
• Activos: funcionan cuando se aplica vacío en el extremo del tubo, pudiendo tener o no
comunicación con el exterior.
Los drenajes pasivos planos (De Penrose) son drenajes simples, fabricados de goma
látex con pared fina. No se degradan con los líquidos corporales produciendo poca
reacción hística y a medida que el líquido se drena el espacio muerto se cierra.
DRENAJES ACTIVOS.
De succión abierta: no se recomiendan por la entrada de aire a la herida.
De succión cerrada: no tienen conexión con el aire exterior y funcionan aspirando el
líquido por vacío en forma contínua. Se utiliza como drenaje la tubuladura de un
Butterfly adosándose la aguja a un tubo colector de sangre al vacío de 5 a 10 mm. El
Butterfly se corta y el tubo se fenestra asegurándose dentro de la herida .Luego se debe
realizar un vendaje que incluya a los colectores.
Guía de Estudios de Cirugía General Presentación PRELIMINAR 7
Vendajes y Drenajes