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Sois como niños en una habitación iluminada, que cuando cierran los ojos dicen que les
da miedo la oscuridad.
Es limitada.
Quizás alguno de vosotros se pregunta por qué yo siempre prometo la bondad, por qué
no hablo de la oscuridad.
Todas estas cosas están aquí para que aprendáis de ellas, pero, vosotros mismos las
habéis traído.
Por supuesto parece que la oscuridad está en todos vosotros, y sin embargo no es como
vosotros creéis.
Es sólo una sombra de la interferencia producida por vuestras falsas ilusiones la que os
separa de la Luz.
Os seguiré instruyendo en el lenguaje de la Luz y el Amor, pues es el único que conozco.
El mundo es de Dios.
Frente a la distorsión y a la dualidad de vuestra tierra está la Unicidad del Amor de Dios.
Hay una realidad indivisa que abarca vuestro mundo dualista y se halla auténticamente
gobernada por el Amor, la Luz y la Verdad.
Aunque parezca que las energías negativas no fluyen con arreglo a las Leyes naturales
de Dios, se hallan indudablemente presentes en vuestro mundo físico, realizando la Obra
de Dios.
Dichas energías no son dueñas, sino servidoras de la Voluntad de Dios, si bien ellas
serían las últimas en reconocerlo.
Por errático que pueda parecer el dualismo del género humano, rodeándolo y
protegiéndolo está siempre la Sabiduría Universal.
Ese estado de Gracia que os circunda es una Luz amorosa y eterna que permite que en
su interior se produzca el proceso de crecimiento.
Dentro de cada uno de vosotros está el grano que ha contribuido a las circunstancias del
momento presente en la zona concreta del país que ocupáis, en el tiempo concreto del
proceso evolutivo que vivís.
Esta dualidad quizá pueda ser útil para la unificación definitiva pero, eso sí, siempre y
cuando sepáis que se trata sólo de un intento.
Los grandes pensadores han gozado durante siglos y siglos descomponiendo la verdad
con objeto de diseccionarla. Después olvidan todo el ropaje que le habían quitado y con
ello crean dolor y confusión.
Mientras haya quienes buscan la Luz habrá personas con una sombra que parecerá
seguirlas.
Cuando logre modificarse la imagen, de suerte que sea evidente que la sombra es tan
sólo el propio obstáculo interpuesto entre ellos y la Luz, no habrá ya miedo, ni engaño,
sino sólo la alegría de abandonar un cuerpo físico con el que ya se ha terminado.
Habéis contribuido a su creación en la forma que tiene, pues es en ella donde está ahora
vuestra realidad personal.
Sólo parecen serlo, cuando hablamos de la Ley Divina percibida desde puntos de
comprensión distintos.
Y ahí está la lucha para aquéllos que son presa del mucho pensar en su destino.
Simplemente es.
El amor.
El amor. No sólo para el pájaro, sino también para el gato, Cuando en quien lleva la
etiqueta de depredador veis crueldad, rabia, insensibilidad, no veis más que un reflejo.
Cuando en los motivos de dos conciencias que se juntan para llevar a cabo un contrato
recíproco veáis, tras lo que es el propio acto, el amor, el equilibrio, la razón, la finalidad,
dejaréis de sentir la carga del error que os hace estremecer.
Cuando admitáis -no a ciegas, no por descuido, sino con una conciencia cada vez más
honda- las circunstancias que rodean la existencia humana, estaréis reflejando cada vez
más vuestra propia Luz.
Llegará un día pase lo que pase en que, en la comunidad humana, consideraréis que todo
es un rayo de Luz y seréis libres.
¿Es posible que el pájaro caiga del nido como un regalo para el gato?
Yo diría que Dios, en Su conciencia, ve en esa caída, en la pérdida definitiva del pajarillo
el momento de la reunión jubilosa del regreso de la Luz al Hogar.
Si hubierais de escalar la montaña más alta y contemplar vuestro mundo, veríais mucha
más Luz que oscuridad, mucho más amor que odio, mucha más gentileza que violencia.
Al saber que no pueden hacer otra cosa, gritan, chillan y dan manotazos a diestro y
siniestro.
Hace falta elevar el estado de fe para ver otra realidad en la experiencia del dolor.
En los momentos de tanto agobio os exhorto a que os preguntéis quién es el que no está
sufriéndolo.
Y esta persona que es conciente de estarlo sufriendo, sin estar perdido en su agobio, sino
consciente de él, será el portador de la Luz.
ved hasta en las cosas más despreciables la cualidad Divina que ha sido deformada.
Qué sería la violencia en su estado Divino, el que tenía antes de ser convertida en
agresión depravada?
El asesinato, la violencia, la crueldad, la depravación, la maldad... Sí, todo ello existe, del
mismo modo que existe la guardería antes de entrar en la escuela primaria.
La violencia resulta dolorosa a los que la contempláis desde un nivel más adelantado (no
mejor, pero sí desde luego más sabio), y veis con angustia la angustia que produce la
angustia.
No os asuste el terror.
Cuando juzgáis ese tipo de cosas, limitáis la realidad de Dios y la reducís a vuestro
entendimiento humano.
Desde donde estáis vosotros existe el bien y el mal desde donde estoy yo, sólo hay la
verdad.
Con lo que supone el castigo para el criminal cuando entra en otra vida en expiación de
su violencia.
No podéis juzgarlo.
Y si por fin de nuevo nos convertimos todos en una sola alma, ¿debería convertirme,
también con Hitler, en una parte más del todo?
Queridos míos, cuando Hitler y vosotros estéis listos para ser Uno, toda la animosidad se
habrá convertido en Luz y en Verdad.
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