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LA MUJER ESPAÑOLA

UNA CRÓNICA DE NUESTRO TIEMPO


Nota aclaratoria
He puesto mucho cuidado para mantener el anonimato, pues debido
al contenido de este libro, e independientemente de que sea legal o
ilegal, muchos lectores de esta obra intentarán dañarme a nivel
físico, social, económico y jurídico. Esto tiene una fácil explicación: La
presente lectura es totalmente parcial y se puede estar de acuerdo, o
en desacuerdo. En este último caso, seguro que sus lectores se
ofenderán. Por tanto, los pocos nombres, lugares y situaciones han
sido convenientemente alterados para facilitar al autor su anonimato.
Introducción
Este libro no es una autobiografía, aunque mayormente está escrito
en primera persona. Este libro no es un análisis sobre las mujeres,
aunque analiza su comportamiento. Este libro no es una ficción, pues
describe situaciones reales y vivencias totalmente verídicas.
Este libro no es un manual para la mujer de nuestros días, más bien
podría decirse que es un manual para el hombre de nuestros días.
Lo que sí es este libro, sin duda alguna, es una obra misógina, que
critica a las mujeres y expone sus comportamientos más bajos y
degradantes a todo aquel que quiera leerlo.
Nota: Si usted es una mujer, lo que pone en este libro no le interesa
lo más mínimo y lo único que sacará en claro es que me acabará
odiando a muerte, pues intento destruir todo aquello que usted,
mujer española, representa.
No está usted invitada a leerlo, ni le pido que responda o de su
opinión a lo que aquí se expone.
Si finalmente decide leerlo, lo hace bajo su propia responsabilidad y
estando advertida de que este libro no le aportará nada.
Si es usted un hombre, debo advertirle que lo que va a leer no le
gustará, acabará enfadándose a medida que va leyendo estas
páginas. Bien se cabreará con las mujeres en general, o conmigo en
particular, pero lo que es seguro es que no quedará indiferente ante
lo aquí expuesto.
Sin embargo, si usted es un hombre, le recomiendo que lea estas
páginas. Quizá aprenda algo nuevo sobre las mujeres, o simplemente
corrobore lo que usted ya sabe sobre ellas. Quizá se convierta en una
guía que le ayude a comprender mejor el género femenino, y pueda
defenderse de las mujeres de una forma activa, y no simplemente
manteniéndose apartado y esperando que ninguna mujer quiera
hacerle la vida imposible.
Pese a lo anteriormente dicho, este libro no es una obra extensa ni
completa en modo alguno, pues más que nada es una recopilación de
pequeños ensayos sobre un mismo tema: la mujer frente al hombre.
Muchos fragmentos de este libro han sido publicados por primera vez
en el foro de varias páginas webs de Internet, y viendo las respuestas
de los contertulios, nació la idea de recopilar todos los pequeños
fragmentos en un único volumen.
Finalmente, este libro es de distribución gratuita, pueden (y el autor
así lo desea) hacerse tantas copias de él como sean posibles, y
distribuirse por toda la geografía, española o mundial, hasta el punto
en que cada español tenga su propio volumen y le sirva de
inspiración. Que se joda la SGAE.
Veremos si una sola persona con la conciencia social suficiente puede
llegar a cambiar las cosas.

CAPITULO PRIMERO
LA IMPRIMACIÓN SEXUAL
Esta carga genética que el hombre ha de soportar, es decir, la gran
cantidad de testosterona que hay en su sangre constantemente, hace
que la mujer cause en este un profundo efecto, que es el siguiente:
NECESITO SEXO Y HARÉ LO QUE SEA POR CONSEGUIRLO.
Las mujeres no tienen ese deseo tan desarrollado ni de lejos, por lo
que no entienden cómo piensan los chicos, y al no entenderlo, se
limitan a criticarlo: “todos los tíos son iguales”, “todos piensan en lo
mismo”, etc.
La necesidad de sexo que el hombre siente puede ser saciada, pero la
trampa que la naturaleza nos ha tendido está en que solamente
puede ser saciada “realmente” por una mujer. Las pajas solo hacen
que ansiemos más desesperadamente el sexo con ellas, los sustitutos
(muñecas hinchables, vaginas vibrantes, etc.) nos hacen sentir
menos hombres y nos acomplejan.
Las mujeres no tienen inteligencia creadora, pero evidentemente no
son tontas, y saben perfectamente que pueden aprovecharse de esta
necesidad masculina de miles de formas distintas.
La cosa ha llegado a un grado de refinamiento tal que hoy por hoy ni
siquiera es necesario que las mujeres den sexo a los chicos de los
que quieren conseguir algo, sino que por el mero hecho de insinuar
que “puede ser” (que luego resulta que es un NO rotundo), los chicos
ya hacen lo que ellas le piden.
Pero en esta última generación la cosa llega incluso más lejos. La
chica NI SIQUIERA INSINÚA QUE PODRÍA TENER SEXO CON EL,
simplemente porque es una tía y tiene un coño e “hipotéticamente
podría practicar sexo con ella”, el chico ya se desvive para hacer lo
que ella le pida, incluso sabiendo que no va a obtener nada a cambio.

Esto unido a que vemos a las chicas como seres desvalidos e


inocentes, hacen que hagamos cosas por ellas que rayan en lo
ridículo y absurdo.
Ahí van algunos ejemplos:
He visto a tíos con un buen coche hacer literalmente de chofer para
tías buenas, llevarlas a donde ellas quieran totalmente gratis. Una
vez en la disco o zona donde ellas querían ir, estas se dedican a ligar
con otros tíos pasando olímpicamente del “chofer”, que
voluntariosamente las llevará a su casa y luego se hará una paja
pensando en ellas, porque es todo lo que va a conseguir.
En otra ocasión un conocido mío gastó varios millones de pesetas en
menos de dos años en darle a su “novia” todos los caprichos que ella
quería, pero es que encima ella no se lo follaba porque decía que era
virgen y que no estaba segura y que tenía que hacerse una operación
o algo así. Lo más fuerte es que le estuvo poniendo los cuernos desde
la primera semana que salieron juntos hasta el día en que este
conocido mío la pilló el día que rompieron, más de dos años después.
Busca a una chica con un puesto de presentadora, alta ejecutiva o un
puesto de poder y la probabilidad de que haya llegado hasta ahí
chupando pollas es de un 90 %.
He visto a tíos en una discoteca ponerse de rodillas, ladrar como un
perro (os juro que es cierto), invitar a cubatas hasta reventar y
prestar las llaves del coche a una tía mientras esta se descojonaba de
él en la cara y presumía ante sus amigas de que podía conseguir de
un tío lo que quisiera, porque todos los tíos eran subnormales.
El 80 % de las peleas que ocurren los fines de semana es porque la
novia de alguno ha sido mirada (o alguien le ha entrado) y su novio,
asumiendo funciones de guardaespaldas, ha liado la de dios.
Lo curioso es que he visto a los que le han entrado (¡o solo mirado!)
a otra chica con las narices partidas.
A los novios con los ojos morados, pero a la chica sin un solo rasguño
y a más de una con una satisfacción reflejada en la cara (porque se
han peleado por ella) apenas contenida.
Es perfectamente normal que las tías, ante esta programación
genética de los hombres a hacer cualquier cosa por sexo, piensen que
son tontos y que pueden manejarlos como quieran, y en definitiva es
así. El único recurso de los hombres es acudir a la prostitución, eso
calma sus ansias (si no del todo al menos en su mayor parte).
Cuando digo el único recurso lo digo de forma totalmente deliberada,
pues siempre que un hombre mantiene relaciones con una mujer es
por dos motivos:
1. Porque a la mujer le has caído en gracia (si estas superbueno
puede pasar).
2. Porque le has pagado (de una forma u otra) para que lo haga
contigo.
El 99% de las relaciones sexuales ocurren porque el hombre “paga” a
la mujer para que esta le de sexo.
Por lo tanto, el 99% de las mujeres (creo que me quedo corto) son
(literalmente) unas prostitutas.
Las prostitutas más conocidas son las que ofrecen una relación sexual
a un precio determinado y fijo, pero hay todo un sinfín de prostitutas
que actúan de forma mucho más subrepticia e incluso ellas mismas
no piensan que son prostitutas.
La primera es la “prostituta callejera”: Si tiene ganas de sexo y le
resultas tolerable, quizá decida darte una oportunidad, pero claro, no
será tan sencillo, hay que pagar. Lo primero es invitarla a algo, las
veces que hagan falta, lo segundo es decirle todo lo que ella quiera
oír, alabar e incrementar su autoestima, aunque sea a costa de que el
chico se humille a si mismo. Por último, hacer lo que a ella le
apetece, lo que tú quieras hacer se la suda. Si quiere hacerlo en un
hotel, pues tú se lo pagas. Que te permite que se lo hagas en un
coche, pues el coche es sin duda el tuyo y más vale que sea un buen
coche. Que quiere que te la folles pero no tiene ganas de chupártela,
pues te apañas como puedas y te empalmas sin que te la
chupe, etc.
Otro tipo de prostituta es la denominada “novia”: Esta se lo curra
mucho más, porque lo que pretende es que te enamores de ella
(aunque la mayoría no se esfuerzan mucho, la verdad). Una vez
enamorado, hacen contigo literalmente lo que quieren, te lavan el
cerebro para que pienses lo que ellas quieren que pienses, y te sacan
hasta el último euro que tengas en la cartera.
Si demuestras que puedes ganar dinero de forma constante y que te
pliegas a todos sus caprichos, se pasa a la siguiente fase:
El siguiente tipo de prostituta es la “esposa”: Hoy en día las tías se
casan por tres motivos: para que las mantengas, para divorciarse y
dejarte sin un duro y finalmente para escapar de una mala situación
familiar y “liberarse” de sus padres. También están las típicas que se
casan porque se encaprichan de un tío, pero si ella trabaja o tiene
una buena herencia, la cosa acaba siempre en divorcio.
La otra puta, aparte de la esposa, es la prostituta “trabajadora”.
Si tienen un puesto de gran responsabilidad y poder, ten por seguro
que se han follado o al menos se la han chupado a todo tío que se le
ha puesto por delante para conseguirlo, amén de hundir a todas las
tías que podían haberle hecho la competencia, porque tened muy en
cuenta que las mujeres son unos malos bichos y entre ellas mismas
se putean unas a otras siempre que les sea necesario para auto
promocionarse.
LAS PUTAS
Yo lo tengo claro: IR DE PUTAS.
Las ventajas son muchas, y os citaré algunas:
1º. ES MAS BARATO. ¿Creéis que no?, bueno, haced un cálculo:
Mínimo cinco euros para gasofa, de 15
a 20 euros en bebidas para ti y para ella (ya se sabe, las tías no se
pagan sus gastos, hay que tener morro), 30 euros en una cenita en
plan romántico, y si la tía se cree que tiene mucho nivel (o sea la
mayoría, aunque últimamente hay mucha zorra que folla en el coche
de cualquiera) pues gástate como mínimo otros 30 euros en un
hotelito. Suma: 5 + 15 + 20 + 30 = 70 euros.
Eso sin contar el tiempo que pierdes (unas cuatro o cinco horas)
diciéndole gilipolleces y dándole la razón en todas las tonterías que
suelta por esa boquita que para lo único que sirve es para chuparla.
Coste de ir de putas: 6 euros la consumición (si no tienes prisa y si te
apetece tomar algo), y 50 euros la puta.
2º NADA DE COMPROMISOS. Llegas, te la follas y luego si te he visto
no me acuerdo. Si la mayoría de las veces ni me molesto en
preguntarle el nombre, jajaja. No tienes que llamarla después, no
tienes que conocer a sus padres y amigos petardos, y no va a
criticarte delante de otra gente que te conoce.
3º SIEMPRE FOLLAS Y SIEMPRE ELIGES TU. ¿Cuantos de vosotros
habéis vuelto a casa medio
borrachos, amargados de la vida y sin echar un polvo un sábado por
la noche?. Es más, seguro que habéis tenido que rebajaros y hacer el
gilipollas con las tías y que encima estas, o pasan de ti, o te insultan,
o se ríen a tu costa. ¿Cuantas veces has dicho "me gusta esa" y has
acabado follándotela?.
Si te vas de putas, siempre acabas follando, eres tú el que puedes
pasar de las tías o reírte de ellas, y lo mejor, follas con la que más te
guste, la que mas buena esté de todo el local. Llegas a casa follado y
contento.
4º NO PILLAS CALENTONES INÚTILES. Más de una vez me ha pasado
que he ido de putas y después he quedado con los colegas. Me parto
de risa cuando los veo a todos nerviosos, mirando los culos de las
calientapollas, entrándole a alguna y volviendo con cara de gilipollas
porque han pasado de él. Yo las miro y pienso "menea el culo todo lo
que quieras, que me acabo de follar a una rubia impresionante que te

da 20.000 vueltas". Luego me río de pura felicidad al verme libre de


las tensiones que mis amigos tienen encima.
5º NO TE UTILIZAN. Cualquier tía tiene como objetivo cuando sale
por ahí tres cosas:
- Volver a casa con la sensación de que es una diosa y que los
hombres son sus siervos.
- Procurar que la mayor cantidad de tíos posibles se fijen en ella,
suspiren por ella, hagan lo que sea por ella, y que ella pueda tener la
oportunidad de tratarlos como basura.
- Hacer que los tíos hagan, piensen y digan lo que ellas quieran.
Vete de putas, fóllate un par de veces a una tía impresionante y luego
vete a un pub, comprobarás que las tías del pub no consiguen lo que
quieren de ti tan fácilmente.
En cuanto a lo de comerse un coño, a mi me encantaba hacerlo,
aunque es curioso que no a todas las tías les guste que se lo hagan
de la misma forma. Pero claro, el problema es que me da un poco de
asco hacérselo a una tía que he conocido en un pub (o en
cualquier otro sitio que no sea un puticlub) porque lo que es yo no me
apasiona comerle el coño a una tía a la que todavía le puedan quedar
espermatozoides dentro del último tío que se le ha corrido dentro.
Aunque parezca contradictorio, prefiero comerle el coño a una buena
puta, porque (al menos al sitio
donde yo voy) siempre usan condón y se lavan antes y después, que
da gusto como huelen. Además da mucho morbo ver como una
colombiana de 20 añitos que en principio pasa de todo acaba
teniendo un pedazo de orgasmo. ¡La última se olvidó de cobrarme!,
aunque yo se lo recordé y le pague sus 50 euros, no me gusta
deberle nada a una mujer.
He dicho que me encantaba porque ya no lo hago, mi odio hacia las
mujeres ha crecido tanto que me da asco hasta tocarlas, en serio, no
se si será una fobia o algo, pero no las puedo ni ver.
Tengo una asesoría y en ella solo trabajan tíos, nada de tías buenas
que distraigan al personal. Y por supuesto, los tíos son la mayoría o
solteros sin novia presente ni futura, o casados que se han dado
cuenta de que una mujer es un veneno en un bonito envase.
LAS AMAS DE CASA SON EN REALIDAD PROSTITUTAS DE
UN SOLO HOMBRE
Quien tenga una madre que se dedique a "sus labores" o sea "ama de
casa", que son la mayoría, sabrá perfectamente de lo que le estoy
hablando.
1. Se casan para poder vivir GRATIS.
2. ¿Trabajan?... seguro... yo trabajo diez horas diarias y además
limpio mi casa, cocino, plancho, hago la cama, etc. Es decir, hago
todo lo que hace una "ama de casa" y además trabajo, así que no me
vengan con cuentos, que con un poco de organización, tres o cuatro
horas al día son más que suficientes, y eso no llega ni a media
jornada. Yo con una hora al día y dos horas diarias los fines de
semana, tengo mi piso como lo pueda tener la mejor “ama de casa”
del mundo. Estoy harto de ver a "amas de casas" viendo un montón
de programas rosa y telenovelas echadas en el sofá y encima
quejándose de que sus hijos "no la ayudan en nada"... joder, ¿pero
que quieres, que encima te hagan el trabajillo?, ¿pero tú para que
cojones tienes hijos/as?.
3. De una forma o de otra, hacen con el marido lo que quieren, y si el
marido no se deja mangonear, pues lo putean: nada de sexo, nada
de hablarle, y mil cosas más. Si encima intentas que no se te suba a
la chepa, te acusa de malos tratos (aunque ella si que puede pegarte
una hostia o arañarte la cara sin motivo alguno, como no). Y si ven
que no te pueden hacer su puto esclavo, pues se divorcian y utilizan a
los hijos para quedarse con el piso o la casa (que invariablemente ha
pagado el hombre con su trabajo), ¡y encima hay que pasarle una
pensión!, ¿pero por que voy a tener que pagar dinero a una mujer
con la que no convivo y a la que no aguanto?, ¿es que el hecho de
haber pasado unos años conviviendo con ella me obligan a darle la
mitad de mi sueldo durante toda mi vida?.
En fin, podría decir mil cosas más pero es que estos temas me ponen
enfermo...
RESPUESTAS A ALGUNAS PREGUNTAS
¿Quien desprecia a las putas y a los que se van de putas?.
Las tías "normales".
Evidentemente a una tía que quiere un puto esclavo, un novio (o sea
un esclavo), un amigo (o sea un
esclavo), o un rollo de una noche (o sea un esclavo), no le apetece
tener por COMPETENCIA a tías buenísimas, que cuestan menos dinero
y que hacen lo que el hombre quiere. La mayoría de las tías odian a
las putas, las deprecian y no las pueden ni ver, y si lo pensáis bien,
es por lo que acabo de decir antes, sino que alguien me dé otro
motivo, si es que puede.
Hay tíos que tienen como lema "no ir de putas", "desprecio a las
putas", "desprecio a los que se van de putas". Se nota que les han
lavado el cerebro a base de bien, no tienen ni puta idea (valga la
redundancia).
Vamos a ver señores:
1. Una puta es una mujer como otra cualquiera, EXACTAMENTE
IGUAL.
2. Acostarte con una mujer siempre cuesta algo, dinero, tiempo,
autoestima, dinero... o dinero.
3. Las putas de clubs, profesionales del porno, etc. Tienen muchas
menos enfermedades que las tías "normales". Esto es así por una
razón sencillísima: Todos se la follan con condón, se hacen revisiones
médicas frecuentes y su higiene, debido a su trabajo, es superior a
las niñatas esas que les huelen el coño a bacalao toda la semana y se
lo lavan con fruición el viernes y el sábado.
4. Un tío que se tira a una tía de un pub, está claro que no tiene
ningún mérito propio, se la tira porque la tía quiere follar con él y
punto. Pero si estas tan bueno, ¿no te das cuenta que a las putas
también les atraerás exactamente igual y que te harán cosas que esa
tía del pub ni siquiera ha oído nombrar?.
Finalmente, hay quien piensa que es una putada que los hombres
tengamos que pagar a las mujeres para poder follar, y en eso estoy
totalmente de acuerdo, pero tened en cuenta que siempre hay que
pagar, y si no que me digan qué es lo que hace un tío casado con la
tiparraca de turno (su mujer), manteniéndola y pagándole todos los
caprichos.
ALGUNAS REFLEXIONES
La cruzada que se está dando a los “maltratadores domésticos” en
todos los medios de comunicación es tan vomitiva como casi todas las
demás noticias que dan por TV.
Hoy por hoy, cualquier mujer puede solicitar “per se” (o sea, porque
le sale del coño) una orden de alejamiento (y eso significa que puede
echar al marido de su propia casa en cuanto ella quiera).
El colmo es los nuevos dispositivos que hay por ahí. Me refiero a los
collares que se ponen en la muñeca y los tobillos para saber dónde
está el “maltratador” en cada momento.
Ahora está de moda (es decir, que se aplica en los juzgados) la
llamada “presunción de culpabilidad”. Es decir, que si una mujer
denuncia a un hombre por abuso (por ejemplo, por tocarle el culo), la
mujer no tiene que demostrar que el hombre es culpable, que va. Es
el hombre el que tiene que demostrar que es inocente, y si no lo
puede demostrar (porque allí no había ni testigos ni cámaras), pues
se le considera directamente culpable y hala, al trullo.
Aunque no lo parezca estoy de acuerdo en que nadie debe putear a
nadie, y por tanto ningún tío tiene derecho a violar a una tía así sin
más, pero estas defensas desmedidas a favor de la verdadera mujer
maltratada, son utilizadas por otras mujeres (la mayoría) para putear
a los hombres simplemente porque no les caen bien, o por intereses
económicos.
Hace unos dos meses chateé con un madrileño que había estado seis
meses en la cárcel (¿el motivo?, una exnovia lo había denunciado por
violación).
Gracias a las pruebas del ADN se pudo demostrar que aunque
efectivamente la chica había mantenido relaciones sexuales, también
era cierto que el semen no pertenecía al exnovio en cuestión. Sino
llega a ser por esta prueba, el chaval habría pasado 20 años en la
cárcel.
Aunque se demostró su inocencia, al chico en su barrio lo
amenazaron de muerte, lo llamaban violador cuando iba por la calle y
perdió su trabajo.
A la exnovia, por acusar falsamente y hacer que metan a una persona
inocente en la cárcel, además de los inconvenientes sociales que el
chico ha tenido que afrontar, no le ha pasado absolutamente nada.
De hecho parece ser (aunque esto no lo he podido comprobar) que
esta chica en cuestión procura fastidiar a todos los chicos que no le
caen bien de la peor manera posible.
Por favor, señor, que me encuentre con ella algún día. El chico este
de Madrid no quiso darme el nombre y la dirección de la chica porque
no quería meterse en líos, sino lo habría publicado en todos los foros
de Internet.
¿IGUALDAD?
Además en realidad las mujeres no quieren igualdad (pídeles que
paguéis a medias cuando salís de marcha, o que ella vaya a buscarte
a ti con el coche, verás lo que te dicen). Lo que buscan es vivir a
nuestra costa (unas), tener trabajos de esos que no hay que hacer
nada puteante y cobrar un buen sueldo (otras), y provocar y calentar
pollas para luego dejarte con la miel en los labios (todas).
En cuanto a lo de la violencia doméstica, habrá de todo, pero si un tío
le pega un tiro a su mujer, está claro que motivos de peso tiene que
tener, nadie mata a nadie así sin mas, sabiendo que luego o se pasa
la vida en la cárcel o se tiene que suicidar.
Las muy putas se lo tienen muy creído, te putean de mil maneras y
encima quieren que seas su puto esclavo.
Ya hubiese querido yo que el maricón de mierda de mi padre le
hubiese pegado un buena paliza a su mujer cada vez que la muy
perra hacia de las suyas.
Y no, no tengo novia (ya he tenido dos y estoy escarmentado).
Me he vuelto misógino y ahora me dan tanto asco esas putas que
cuando intentan ponerme caliente lo único que hacen es cabrearme, y
prefiero ver una buena peli porno y hacerme un par de pajas que
tocar a una de esas mierdas que se llaman a si mismas "mujeres
liberadas".
LEY DE IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES
- Las mujeres entrarán gratis en las discotecas de alto nivel con un
precio superior a los 20 €, no guardarán cola de ningún tipo y
recibirán una invitación gratis.
EN CAMBIO: Los hombres pagarán la entrada, irán vestidos según las
normas propias de cada local y esperarán pacientemente formando
cola.
- Todas las chicas tienen el derecho a que las inviten por la cara y a
no gastarse dinero cuando salen de marcha por la noche.
EN CAMBIO: Los chicos tienen el deber de invitar a las chicas hasta
que estas digan basta, sin compromiso alguno por parte de ellas.
- Si un chico mira fijamente a una chica durante sesenta segundos,
esto se considerará acoso sexual, y además tendrá derecho a que
otro chico la defienda partiéndole la cara al chico que la ha mirado.
EN CAMBIO: Las chicas pueden mirar, tocar, meter mano e insinuar
sin que el chico deba molestarse.
Asimismo las chicas pueden insultar, pasar o responder de manera
agresiva con cualquier chico sin temor a represalia alguna.
- Si en igualdad de condiciones y con un currículum similar, un chico
y una chica optan a un mismo puesto de trabajo, se dará preferencia
siempre a la chica.
EN CAMBIO: Ningún chico puede suplantar a una chica en su puesto
de trabajo.
- Primera enmienda: si el currículum de la chica es mucho peor, pero
la susodicha está buena, también se dará preferencia a la chica.
- Segunda enmienda: Si al chica además chupa bien las pollas de sus
jefes, podrá ascender por encima de los trabajadores más antiguos
del personal de la empresa.
- Los puestos más cómodos y seguros, como por ejemplo los del
ejército (grupo logístico, oficinas, etc), estarán siempre reservados a
las mujeres.
EN CAMBIO: Los puestos de trabajo mas arriesgados y peor pagados
estarán destinados a los hombres, siempre que ninguna mujer quiera
desempeñarlo.
- Las mujeres pueden abstenerse de ir al trabajo sin problema alguno
aduciendo cualquier excusa. En este caso, su compañero de trabajo
masculino hará su propio trabajo y el de su compañera hasta que
esta decida volver a su puesto de trabajo.
EN CAMBIO: Si un hombre falta al trabajo, aunque esté justificado,
será tenido en cuenta por la dirección.
- Si una mujer decide tener relaciones sexuales con un hombre y este
la rechaza (incluso si está casado, tiene novia o simplemente no le
gusta esa mujer), la susodicha tiene derecho a odiarle y puede
inducir a otros hombres a hacerle la vida imposible al primero.
EN CAMBIO: Si un hombre quiere tener relaciones sexuales con una
compañera de trabajo y esta le rechaza, este no deberá enfadarse ni
insistir, pues será considerado como acoso sexual.
- Las mujeres atractivas quedan exentas de multas de aparcamiento,
por exceso de velocidad, mala conducción o ebriedad.
EN CAMBIO: Estas multas serán pagadas por los hombres o serán
embargados de sus bienes y privados de su libertad.
- La mujer puede agredir físicamente al hombre con total impunidad,
siempre que lo desee y por cualquier motivo. Puede estar totalmente
tranquila pues no podrá ser denunciada por ello, y si es denunciada,
dicha denuncia se archivará y desestimará.
EN CAMBIO: El hombre no puede agredir a la mujer bajo ningún
concepto, ni siquiera en defensa propia.
- Si una mujer es asesinada, la investigación policial será exhaustiva
y se dedicarán todos los medios disponibles, incluso se dedicarán
programas de televisión y demás medios de comunicación para
concienciar a la gente de lo importante que es esclarecer el caso.
EN CAMBIO: Si un hombre es asesinado, el esclarecimiento e
investigación del crimen será investigado, pero dando prioridad a las
investigaciones anteriormente mencionadas.
Texto transcrito de las palabras de una mujer dichas en un noticiario
de Antena 3: “al menos ahora hay un poco de igualdad entre mujeres
y hombres, aunque todavía queda mucho camino por recorrer”.
¿QUÉ BUSCAMOS EN UNA MUJER?
Yo ya no busco nada, no merece la pena.
¿Que soy un cabrón?, por supuesto.
Aunque cueste creerlo yo no nací así, odiando a las mujeres, pero las
experiencias propias, ajenas, vistas en televisión y oídas en la radio,
me han convencido: la única mujer buena es la mujer muerta.
Prefiero ir de putas, por lo menos son mas sinceras y realmente sale
mas barato (en todos los sentidos) que las putillas que se ven por la
calle y en la discoteca
Está claro: Las españolas no son verdaderas mujeres.
Aquí son unas bordes y unas putas (porque si te follas a una española
le tienes que pagar, sea de la forma que sea).
Si las españolas se van al extranjero, se follan todo lo que se mueve,
excepto a un español, claro está.
Una mujer de verdad es aquella que no es retorcida por naturaleza,
que no usa el coño como arma para conseguir lo que quiere y que no
echa la culpa a los hombres por cada cosa que le sale mal.
Pensándolo bien, ¿existen las mujeres de verdad?.
Cuando Adán le pidió a Dios la compañera perfecta, seguro que le
respondió: "vale, pero te va a costar un ojo de la cara, un riñón, un
brazo, una pierna y un testículo”.
Seguramente Adán se lo pensaría y entonces dijo "¿que me das por
una costilla?".
Y así nos va...

DESDE MÁLAGA A BILBAO


En Bilbao no se folla, esto es de sobra sabido, pero si en Bilbao no se
folla, en Andalucía follan cuatro gatos, y el 80 % se van de putas.
En mi pueblo un 15 % (datos reales, no me preguntes de donde los
he sacado) de los chicos de entre 18 y
30 años son vírgenes. El resto folla porque tiene novia o porque se va
de putas.
Yo mismo me desvirgué a los 24 años cuando por fin tuve coche y
pude irme de putas a un buen club. El primer polvo con una chica que
no fuera prostituta lo eché a los 29 años, echándome novia, que
además tuvo que ser del pueblo de al lado, y me costó más dinero
que ir de putas, aparte de muchos malos ratos.
En mi pueblo el 30 % de los chicos (incluyendo casados) nunca se
han dado ni siquiera un beso con una paisana de su misma localidad.
Yo mismo nunca me he comido nada con una tía de mi pueblo.
Y sin embargo, todas las de mi pueblo que se van a estudiar fuera se
hartan de follar con el primero que ven por ahí (eso si, que esté
bueno y la pueda invitar a lo que quiera, preferiblemente con un buen
coche).
Así es la hipocresía de esta sociedad en general y de las tías en
particular. Si en Bilbao no se folla, aquí la frase “nadie es profeta en
su tierra” tiene aplicación sexual explicita.
Ya ni te cuento si el chico en cuestión es tímido o no sabe entrarle a
las tías, esos prácticamente o se hacen truchones o se meten a curas.

¿Porqué las tías son así?. Bueno, los motivos son varios, pero pueden
resumirse en dos: El “qué dirán” y “si no tienes pelas no me sirves”.
Como anécdota contaré que hace unos días mientras iba dando un
paseo por la calle, dos chavalitas que no llegarían a los quince años
iban hablando mientras andaban delante de mi, y lo que decían era:

CHICA DE LA DERECHA: - “Es que es muy feo, no me gusta nada de nada”.


CHICA DE LA IZQUIERDA: - “Si, pero su padre tiene mucho dinero y es hijo
único, ¡aprovéchate!.
CHICA DE LA DERECHA: - “Vale, pero si estando con él me dan ganas de
vomitar paso del tema”.
CHICA DE LA IZQUIERDA: - “Bueno, pero si no lo quieres me lo pasas a mi,
¿vale?.
CHICA DE LA DERECHA: - “Vale”.

¿Que decir a esto?. Sin comentarios.


LAS VENTAJAS DE SER SOLTERO
Lo normalmente establecido (hoy en DIA, que no siempre ha sido
así), es: Estudiar, echarse novia, buscar trabajo, comprar vivienda,
casarse, tener hijos, estar pasando apuros toda la vida y morirse de
asco en un asilo, o peor aún, siendo un estorbo para los engendros
que has tenido.
Y yo me pregunto ¿porqué es esto así?. ¿Acaso no hay una forma
mejor de vivir?.
Estudiar: Está claro que hoy en DIA hay que tener cierta cultura para
poder sobrevivir, sino el espabilado de turno te venderá un precioso
juego de imanes que valen 3 euros al módico precio de 180 euros
diciéndote que poniéndotelos cerca del cuerpo te curarán todas las
enfermedades, como le pasó a un progenitor mío, mientras yo me
partí de risa viendo como tiraba su dinero. También es necesario para

muchísimos trabajos tener un título oficial de algo para poder acceder


a un puesto de trabajo medianamente decente.
Sin embargo: No es muy lógico estudiar durante veinte años
asignaturas y materias diversas que no vamos a utilizar nunca, y que
ni siquiera nos interesan a nivel intelectual, para que luego podamos
acceder a un puesto de trabajo que solamente requiere unos pocos
conocimientos concretos y aprender de alguien que ya trabaje ahí
durante un par de meses. Es trabajo que estoy desempeñando ahora
podía hacerlo perfectamente ya a los 20 años, y sin embargo he
tenido que esperar 9 años más para poder ganarme la vida con él.
Nueve años estudiando cosas que no me han servido para nada, que
me han costado mucho dinero y que me han impedido
independizarme mucho antes.
Echarse novia: Recuerdo que desde la pubertad solamente quería a
las mujeres para una cosa: relaciones sexuales y carantoñas. Esta
necesidad no ha cambiado en lo más mínimo en lo que llevo de vida y

supongo que todos los demás hombres tienen los mismos deseos que
yo, aunque ahora hay muchos pseudo-hombres por ahí cuyo único
objetivo cuando ven una mujer es mantener una conversación
intelectual con ella (si, si, una conversación inteligente!, jajajaja).
Sin embargo: No es muy lógico tener que comprometerte con una
chica, salir con ella todos los días que te sea posible, gastarte tu
dinero en ella, fingir (o incluso llegar a creerte) que te interesan sus
temas de conversación, darle la razón en cosas absurdas y sin
sentido, hacerle todo tipo de favores a ella y a toda su familia,
relacionarte con sus familiares por cojones, pasar de tus amigos
porque ella es lo primero, etc., por el solo hecho de follar de vez en
cuando y darte algunos besos y abrazos.
Buscar trabajo: Hoy en DIA es fundamental trabajar para ganarse la
vida, y parece ser que cuanto más
dinero ganes y más horas trabajes, mejor. Bueno, lo del dinero estoy
de acuerdo, pero conozco a mucha gente (de hecho a la mayoría),
que se levantan a las seis de la mañana y vuelven a su casa a las
ocho de la tarde –noche, además de trabajar los sábados hasta las
tres de la tarde.
Sin embargo: No es lógico vivir simplemente para poder trabajar y
producir riqueza a terceras personas, cuando uno mismo no tiene
tiempo para hacer nada más, excepto salir a gastar dinero el sábado
por la noche y al cine con la parienta o los amigos el domingo.
Cuando se jubilan descubren que su vida carece de sentido, pues lo
único que saben hacer es trabajar como esclavos y poco más.
Comprar vivienda: Que bonito es tener tu propio piso, ¿verdad?,a
independencia, el ser dueño de tu propia vida... jajajaja.
Sin embargo: Tienes que pasar entre veinte y treinta años dándole la
mitad de tu sueldo al banco y para lo único que utilizas ese piso es
para cenar por la noche y dormir para poder trabajar al día siguiente
y así pagar ese piso. Los únicos que lo disfrutan son la mujer y los
hijos, y más vale que te portes bien con ellos, o tu mujer se
divorciará de ti y entonces no sólo tendrás que pagar el piso, sino que
no podrán vivir en él y tendrás que buscarte una pensión o irte de
nuevo a casa de tus padres.
Casarse: Esto, para mi, solamente tiene una definición: absurdo.
Vamos a ver, si quieres follar y no te apetece ir de putas, pues vale,
te echas novia, pero ¿casarte?. Es que no tiene sentido. Todos los
casados que conozco me dicen lo mismo: las cosas, una vez casado,
siempre empeoran, siempre.
Ya no se trata de salir y pasarlo bien, de follar y disfrutar. Ahora hay
que pagar muchas cosas y hacer miles de planes y ejecutar cientos
de tareas pendientes. Ahora no puedes pasar de la mujer, no puedes
tener tiempo para ti solo, ahora estás jodido. Si crees que se folla
más que antes, es justo al contrario, follas cuando a ella le parece
bien o le da la gana, porque si no quiere ¿qué vas a hacer?, no
puedes cortar con ella y liarte con otra a la que le guste más el sexo.
Te jodes y follas cuando te dejan o cuando ella tiene ganas. Aunque
eso si, si ella tiene ganas más vale que la dejes satisfecha porque si
no vas a tener más cuernos que los renos de Santa Claus.
Tener hijos: Ahora si que la has pringado. ¿pero qué sentido tiene
eso?. Cada vez que lo he preguntado, cada vez que he pedido un
motivo para tener hijos, siempre me han contestado dos cosas: “Para
que la humanidad siga existiendo” y “Porque es lo normal, porque
apetece sentar la cabeza y tener una familia”.
La humanidad seguirá existiendo tengas tu hijos o no, de hecho
nunca han existido tantos seres humanos
como ahora y el problema no es que hay que tener hijos, no. El
problema es que si no queremos acabar nadando en mierda, hay que
dejar de tenerlos, pero ya.
En cuanto a que es lo normal: Bueno, también era normal que la
mujer no trabajase y se dedicase a cuidar la casa, pero a veces lo
normal no tiene porqué ser lo mejor.
Y para remate: Sentar la cabeza y tener una familia. Eso no es sentar
la cabeza, joder, eso es volverte loco perdido trabajando como un
cabrón para no tener nunca un duro y teniendo todo tipo de
problemas con esos descendientes que al fin y al cabo has traído al
mundo para estar puteados y que acaben pasando por las
penalidades que has pasado tú, porque esta vida no es precisamente
el paraíso.
Acabando, que lo mejor es estudiar solamente lo preciso para
conseguir un trabajo relativamente cómodo (si quieres tener cultura,
aprende por tu cuenta, pero no estudies una carrera). Irse de putas o
echarse novia (esto último un par de meses solamente). Comprar un
piso de lo más barato que haya, y que se jodan los muebles caros y
las habitaciones para los niños. No caer en desgracia casándote con
alguna pava y por supuesto dejar lo de la descendencia a los
“animales humanoides” que pueblan este mundo.
CAPITULO SEGUNDO
EXPERIENCIAS CON MUJERES (PROPIAS Y AJENAS)
LA CALIENTAPOLLAS
Hace tres semanas una tía buena se me puso a bailar en plan
calientapollas, pero calientapollas, incluso rozándome y tal.
Yo, que estoy bastante cansado de tanta tontería, es que no la miré
mas de tres segundos, palabra de honor.
Total que la tía se me acerca y me dice: "ahora te vas a enterar".
Un minuto mas tarde aparece con un chico que era mas o menos un
armario empotrado lleno de músculos y con una cara de mala leche
que no veas, con su fornido brazo pasándolo por el brazo de la chica.
Me cogió de la camisa y me dice "Que, ¿te lo has pasado bien
magreando a mi novia?" (increíble pero cierto).
Acto seguido me pegó un puñetazo en pleno estómago que me dejó
sin respiración, mientras, desde el suelo pude ver a la tía con una
sonrisilla de satisfacción, como diciendo "verás como la próxima vez
no pasas de mi".
¿Que hacer ante semejante situación?. No sé vosotros, yo, al estar en
una ciudad de vacaciones que no iba a volver a visitar nunca mas,
hice lo siguiente…
(Censurado por el autor: lo que hice implica penas de 2 a 5 años de
cárcel)
P.D: La chica no volvió a putear a ningún tío.
CARA DURA
Que me vais a contar a mi de la cara dura y el morro que tienen las
tías. Lo más increíble es que ellas mismas se delatan y cuando están
un poco bebidas te sueltan cómo piensan realmente.
Una en concreto me dijo que siempre que se quería tomar un cubata,
se ponía a mirar a un tío fijamente, sonriéndole y tal. Al poco tiempo
ya tenía al tío presentándosela, hablando de tonterías y… dispuesto
invitarla a lo que sea. Ella consigue su cubata y en cuanto ha dado el
primer sorbo, le dice al tío “espera un momento que voy a buscar a
una amiga mía, y se pierde de vista”. Me llegó a contar la muy
cabrona que cada vez que sale se toma dos o tres cubatas con esa
“técnica”. También me dijo que lo malo es cuando el tío que la ha
invitado “se pega a ella como una lapa”, que no soporta a los tíos así.

Otra comentaba en una ocasión, que está clarísimo que cuando sale
de paseo, ella no tiene porqué gastarse un duro, que para eso está su
novio. Respondiéndome a la pregunta que le hice, de qué pasaría si
su novio no la invitaba, me dijo que ya podía buscarse a otra, que ella
no sale con muertos de hambre.
Lo último que he oído es que un chico que conozco de vista, que
empezó a salir con una chavala de 19 años (el tiene 25) hace ya un
par de años, se ha gastado en esos dos años todo lo que tenía en el
banco, que estaba ahorrándolo para comprarse un piso
(aproximadamente cerca de 3,5 millones de las antiguas pesetas).
El tío le compraba vestidos, joyas, cenas en buenos restaurantes,
cine, bebida, llevarla en coche a todas partes, fines de semana en
hoteles, etc.
Cuando se quedó sin un duro y ya no pudo seguir manteniendo ese
nivel de gasto, le dejó, y tres días más tarde estaba saliendo con otro
tío cuyo padre tiene una gran empresa de transportes. Un hijo de
papá en toda regla, con buen coche y tarjeta de crédito.
Eso si que es sacarle el dinero a un tío y lo demás son tonterías. A la
pregunta de cómo es posible que un tío sea tan gilipollas, las
respuesta es, según sus palabras, que “estaba totalmente enamorado
de ella y no podía negarle nada”. Para postre, y esto si que no me lo
creo mucho pero eso me han contado, es que la tía le dijo que tenía
una “disfunción ovárica” y que no podía practicar relaciones sexuales
hasta que no “la operaran”. Es decir, que el tío ni siquiera llegó a
mojar el churro.
Sin comentarios.
Y luego hay gente que se sorprende de que le tenga asco a estas tías,
de que no las pueda ni ver...
Por otra parte, me sorprende mucho estos metrosexuales que hay
por ahí que defienden a las tías a capa y espada, yo es que no lo
entiendo. De acuerdo que hay tías “buenas”, pero eso si: te tienes
que gastar el dinero en ella. Es por eso que digo que a las tías
siempre hay que pagarles, de una forma u otra.
En cuanto a mi persona, llevo más de dos años sin invitar a una tía. Y
conste que raro es el fin de semana que no estoy con algún grupo de
chicos y chicas y más de una intenta sacarme el dinero.
Ya que estamos os contaré lo de este sábado, que fue brutal.
Estamos yo y un amigo mío tomando algo y nos entra hambre, nos
metemos en un bar de estos que te ponen de comer unas tapas de
puta madre, y a esto que llegan dos parejitas “amigos” nuestros.
Así como si tal cosa se sientan con nosotros y dicen que ellos también
van a cenar. Por mi de puta madre.
Total que cenamos tranquilamente, yo pasando de los comentarios de
las tías, que no repito aquí porque si no me tiro la mañana
escribiendo, y cuando llega la hora de pagar, mi amigo se fija en la
cuenta: 40 euros.
Lo comenta en la mesa y la espabilada de turno dice: “bueno, no nos
ha salido nada de caro, diez euros cada uno”.
Me pongo a pensar: “vamos a ver, si somos seis: 40 / 6 = 6,7 euros
por persona, aproximadamente”. Eso pagando a escote, pero es que
resulta que lo que yo he pedido no llega a los cuatro euros (dos
cervezas y una tapa especial de ensaladilla), y mi amigo exactamente
igual. Así que me pregunto, ¿tengo que pagar diez euros por los
cubatas que se han tomado las parejitas estas y por las raciones que
han consumido de calamares, callos, etc, que son mucho más
caras?).
A todo esto los novios de las tías sacan sus carteras y ponen cada
uno diez euros encima de la mesa (las tías, por supuesto, no sacan ni
un euro).
Mi amigo, con bastante mala cara, saca también un billete de diez
euros y lo pone encima de la mesa.
Y yo, por supuesto, sonrío y pongo 3,65 euros encima de la mesa:
exactamente lo que he consumido.
Se me queda uno de los de la parejita mirando y me dice “oye, que
son diez euros”. “nop, yo he consumido 3,65, ¿no pretenderás que
pague unos 6 euros más así por el morro?”.
A esto una de las novias salta “que morrotiene este tío”, refiriéndose
a mi. La miré y amplié mi sonrisa.
El novio, haciéndose el digno, dice, “a ver, ¿cuanto hemos consumido
nosotros?”, hicieron cuentas y había consumido cada pareja 16,35
euros. A final los novietes pagaron los 16 euros cada uno, y mi amigo

recogió su billete de 10 euros y pagó los 3,65 que realmente había


consumido.
Como despedida, el novio de una de las tías (que antes era un gran
amigo mío, pero desde que tiene novia hace tres años se ha
convertido en un gilipollas integral) nos insinúa claramente que no
contemos con él para nada.
Juzgad vosotros mismos.
EL CLIENTE DE LA ASESORÍA
No puedo por menos que contaros una cosa que me acaba de pasar
ahora mismo, atentos que no tiene desperdicio.
Tengo una asesoría y como tal llevo la contabilidad de bastantes
pymes (pequeñas y medianas empresas).
Hace dos semanas estuve asesorando a unos de mis clientes, que
quería (y aunque no tenga mucho que ver con la administración de
empresas, los dos abogados que trabajan aquí también prestan ese
tipo de servicios) que le organizásemos el tema para cambiarse al
régimen matrimonial de separación de bienes, porque “tenía muchos
problemas de hacienda y seguridad social”y tal y quería ponerlo todo
a nombre de su mujer (Como le llevo el papeleo, sabía que esto no
era cierto, que ni tenía problemas con hacienda ni nada, pero le seguí
el juego).
Total, que nos ponemos de acuerdo con la Notaría y le preparamos
todo el papeleo. Se organizó la cosa para que en caso de exigirle a mi
cliente cualquier cantidad de dinero, o intentar embargarle sus
bienes, se le pudiese declarar insolvente (tengo que decir a su favor
que este cliente mío es bastante honrado y hasta el DIA de hoy no ha
cometido ninguna estafa, así que estaba un poco sorprendido por
esto que nos había pedido).
Total que este lunes firmaron todos los papeles mi cliente y su mujer
y ahora está “libre de embargos”. Cual no ha sido mi sorpresa cuando
hoy, dos días mas tarde, se presenta este cliente mío y me dice si se
puede hacer algo para ponerlo todo como estaba antes de firmar los
papeles. Que a él no le hace falta ponerlo todo a nombre de su mujer,
que fue ella la que lo había convencido para hacerlo.
Yo le digo que por supuesto, que le pido cita en la Notaría y que se
presenten él y su mujer el DIA citado y lo dejan todo como antes.
A esto que mi cliente me dice que si su mujer no quiere firmar ¿hay
algo que hacer?.
“Bueno, le respondí, la verdad es que no”.
A esto se me echa a llorar y ha tenido un ataque de ansiedad en toda
regla, que le hemos tenido que poner la bolsa de papel y todo.
Cuando hemos logrado tranquilizarle, nos cuenta que su mujer había
contratado a un abogado hace más de dos meses porque quería
divorciarse de él (sin que el marido lo supiera, claro está), y que este
abogado le había aconsejado que hiciera eso de la separación de
bienes y ponerlo todo a nombre de la mujer.
Los papeles los firmaron este lunes y hoy miércoles a primera hora el
abogado de su mujer le ha llamado al móvil para decirle que su mujer
ha solicitado el divorcio (motivo: malos tratos) y que sería consejable
que abandonase el domicilio conyugal para hacer efectiva la
separación matrimonial.
Mi cliente se dirige a su casa y (agarraos fuerte), ¡hace unas horas un
cerrajero ha cambiado la cerradura de su casa!. La mujer ni se
molestó en abrir la puerta.
La guardia civil dice que no puede hacer nada porque la casa es
propiedad de su mujer y que lo más que podrían hacer es permitirle
la entrada para que recoja sus efectos personales.
Después de escuchar esto no me extrañó nada la gran preocupación
del hombre, que ahora debe de estar en su ex–casa recogiendo su
ropa y poco más. Según me ha comentado se va a vivir
temporalmente a casa de su hermano.
He pedido a un compañero que busque todo lo que tenemos sobre la
situación socioeconómica de este hombre y según me ha dicho no
hay nada que hacer: bienes muebles, inmuebles (que no son pocos) y

hasta una empresa que tiene más de 25 trabajadores son ahora


propiedad de su mujer. No dudo que liquidará la empresa y dejará a
los trabajadores en el paro, que por cierto es uno de los motivos por
los que mi cliente estaba tan preocupado, porque muchos de sus
trabajadores llevan casi 15 años trabajando en su empresa (desde
que se fundó) y ahora van a acabar en la calle.
Estamos investigando a ver si se puede hacer algo en el juzgado,
pero como el pobre hombre firmó voluntariamente los papeles, me
temo que nos hemos quedado sin cliente y mis ingresos ahora van a
ser un poquito inferiores a como eran el mes pasado.
Mala suerte, aunque eso ahora me preocupa poco.
Joder, es que no doy crédito, estas cosas pensaba que pasaban en las
películas tipo “Crueldad intolerable”, pero al parecer también ocurren
ante nuestras narices.
¿Dónde llegaremos mientras las leyes sigan así?.
EL CASO DE LA COLOMBIANA ESPABILADA.
Ayer salí a tomar algo y estuve comentando lo que le pasó a mi ex
cliente. Pues a raíz de esto, uno de mis colegas me ha comentado lo
que ha hecho un conocido suyo de la provincia de Málaga.
Resulta que hay una página en Internet (www.teamo.com), que se
dedica ni más ni menos que a poner anuncios de señoritas que
buscan casarse con un español y vivir con él para siempre y comer
perdices y todo eso.
Pues el conocido de mi amigo, Juan (No suelo dar nombres pero no
creo que pase nada), estaba más que enterado de cómo funcionan las
chicas estas).
Las hay de dos clases, las que buscan marcharse de su país y buscan
un marido (la típica prostitución de ama de casa) y las que buscan
venir a España y quedarse aquí (casándose y divorciándose luego)
para buscarse la vida por su cuenta (estas suelen ser las que tienen
estudios superiores y están más buenas).
Juan estuvo casi un mes mirando en esta página y se abonó para
obtener los teléfonos y direcciones de las chicas que le interesaban.
Dos semanas más tarde había entablado una “relación a distancia”
con una colombiana que estaba buenísima (eso dice mi amigo, que la
vió en un par de ocasiones) y que era enfermera en su país.
Parece ser que el interés inmediato de la colombiana era venirse a
España, olvidarse de su país y de la familia que tenía allí. Se lo
insinuó de mil formas a Juan, dándole a entender que ella le daría el
paraíso a cambio de legalizar su situación en España.
El tal Juan no se lo pensó mucho: le envió a la colombiana un billete
para España, pese a haberla visto únicamente en foto y hablado con
ella solamente por teléfono.
La colombiana llega a España con un permiso de seis meses, y se va
a vivir a la casa de Juan. A los tres días ya tenía la casa “decorada a
su gusto”, como el propio Juan decía, y se había follado al susodicho
Juan de mil maneras distintas, siempre insinuándole que si quería que
ella permaneciera a su lado tendrían que casarse, porque le quedaba
“muy poco tiempo” para que la echasen de nuevo a su país (llevaba 3
días en España y el permiso era de seis meses).
A la semana le pone a Juan un ultimátum. “O te casas conmigo o me
voy, “mi amor”, porque no puedo entregarme a un hombre que no
me demuestra que me quiere”.
Una semana más tarde, Juan le da una sorpresa a la colombiana
(diría el nombre de la chica, pero el amigo que me lo contó no lo
recuerda), se la lleva a un hotel de estos de lujo, donde están todos
sus amigos esperándolos, y allí celebran una boda improvisada esa
misma noche. A la colombiana no le interesaba mucho lo del vestido
de novia y todo eso, lo que quería era casarse, así que se puso un
sencillo vestido blanco de noche que ya tenía en su guardarropa.
Esa noche la pasan en el hotel y al DIA siguiente ya están de vuelta
en su piso. Ni viaje de novios ni pollas.
La cosa va muy bien durante los tres meses siguientes, Juan se la
folla siempre que quiere y la colombiana es una excelente ama de
casa. Aparte de pedirle dinero para “su guardarropa” (es decir, que la

chica quería renovar su vestuario), cosa a la que Juan,


inexplicablemente, se negaba, había pocas tiranteces entre ellos.
La sorpresa llegó cuando una tarde, llega la colombiana al piso de
Juan con un hombre trajeado y… ¡la policía!.
No voy a explicar aquí lo que sucedió porque mi amigo no lo sabe, y a
fin de cuentas solo estoy narrando libremente lo que él me ha
contado, pero a grandes rasgos fue muy parecido a lo que le ha
pasado a mi ex cliente.
La colombiana había ido a uno de esos centros de defensa de la
mujer, o algún organismo con nombre parecido, había consultado a
más de un abogado y había obtenido la información necesaria para
darse cuenta de que podía separarse oficialmente de él, para
divorciarse a los tres años de la separación, y que no solamente
tendría la nacionalidad española, sino que además tenía derecho a la
mitad de los bienes de Juan, y al usufructo (el derecho a uso) del piso
de Juan, ya que ella no tenía a donde ir.
Todos estos tejemanejes de la colombiana acontecían mientras la
implicada follaba con Juan todos los días y lo trataba como a un rey.
Pero esa tarde todo cambió. El hombre trajeado (es decir, el
abogado), acompañado de la policía (dos agentes), le instaba,
mediante una orden firmada por una “jueza”, a abandonar su
domicilio y a mantenerse alejado de la colombiana gracias a otra
orden de alejamiento de “la jueza”. La colombiana se la había jugado
a Juan.
Ahora viene lo interesante:
Juan mira al abogado y a la policía y, poniendo la cara más inocente
que puede componer, les dice:
“perdonen ustedes señores, pero… ¿de qué me están hablando?. Esta
chica es amiga mía, es cierto que la invité a pasar unos meses en mi
casa, pero ni es mi esposa ni tengo nada que ver con ella”.
Ante la perplejidad del abogado, este le muestra un documento de
esos de votos matrimoniales (a saber donde lo consiguió Juan) con su
firma estampada en él.
Juan lo mira con asombro y dice: “mire usted, señor abogado, yo me
llamo Juan, NO TOM SAWYER, como pone en este documento”.
Parece ser que Juan había invitado a sus amigos a la fiesta del hotel,
diciendo que quería hacer una
“declaración de amor” a su colombiana, incluso uno de sus amigos se
vistió de sacerdote y todo, e hizo una “ceremonia”, sin valor jurídico
alguno.
Luego firmaron él, la colombiana y “los testigos” en el papel de votos
matrimoniales, pero el Tal Juan firmó como Tom Sawyer, lo que
invalidaba del todo el documento, además de que su carné de
identidad no se correspondía para nada con el que había escrito en el
documento. Y que coño, que allí ni había sacerdote alguno, ni notario,
ni nada de nada.
Hasta hubo juicio y todo, y los amigos fueron a declarar diciendo que
de boda nada, que había sido una “ceremonia plebeya” sin ninguna
pretensión, que la colombiana no se había casado con Juan ni de
coña.
La colombiana permaneció los tres meses que le quedaban en
España, en una asociación de mujeres o algo así, hasta que cumplió
su visado y tuvo que volverse a su país.
Juan sigue viviendo en su piso, y, ¡quietos paraos!, le ha dicho a sus
amigos que ha conocido a una rusa por Internet que está de buena….

Nota: lo que cuento aquí es lo que mi amiguete me ha contado.


Conociéndolo como lo conozco, no creo que se haya inventado nada,
aunque quizá lo haya adornado un poco, pero debe ser cierto porque
hace una año o así me había comentado lo del Juan este y que se
había traído a una colombiana a España que estaba de muerte.
Al parecer el tal Juan vive en Málaga capital, si alguno de vosotros es
de allí, quizá haya oído hablar de la historia y tenga más datos.
Y digo yo, ¿quién es más cabrón de los dos, la colombiana o Juan?.
Bien es cierto que Juan ha obtenido “servicios sexuales” y “servicios
domésticos” prácticamente gratis durante tres meses, pero no es
menos cierto que la colombiana pretendía desde el principio usarlo
como un clinex y además dejarlo sin un duro y en la puta calle…
opinad vosotros.
Yo por mi parte ya estoy ojeando la página www.teamo.com
VIOLENCIA FEMENINA
Yo es que lo tengo claro, el tío que recibe una hostia de una tía y se
queda ahí con cara de gilipollas, ES QUE REALMENTE ES GILIPOLLAS.

¿A que viene eso de "yo es que no le puedo pegar a una mujer"?.


Ya me pasó hace un año algo muy fuerte con una calientapollas. Pero
vamos que últimamente por decir lo que pienso de las mujeres (sin
atacar a ninguna en particular), más de una me ha pegado una
hostia, sabiendo que su novio está al lado de ella y en teoría no le
puedo hacer nada.
EXCEPTO que si que puedo hacer algo.
Hace dos semanas estaba de tapas, un sábado a las tres de la tarde,
con un par de amigos, llegan dos parejas que no conocía de nada,
amigos de uno de mis colegas. Las tías empiezan con el rollo de que
los tíos son unos cabrones (¡y los demás callados!), total, que suelto
un par de opiniones personales y la tía se levanta y me pega una
hostia!.

Medio segundo más tarde le devolví su hostia con diez veces más
fuerza. Luego el capullo del novio se viene a por mi, pero lo que no
sabía es con quién se la jugaba. Total que unos dos minutos mas
tarde habían desaparecido las dos parejitas, la tía con el labio partido
de la hostia y los dos tíos (porque el amiguete del primero también se
metió) literalmente con la cara partida.
A MI NO ME VIENE UNA PUTA DE MIERDA A CHULEARME, COJONES!!!

LA INTELIGENCIA FEMENINA
He visto incluso en televisión, y casi cada vez que salgo a la calle oír
a una tía decir "es que los tíos son tontos, haces con ellos lo que
quieres", o bien "las mujeres somos mucho mas inteligentes que los
hombres".
Contaré algo que me pasó en el mes de mayo.
Acompañé a un amiguete que le quedaban algunas asignaturas de la
universidad a hacer un examen y me senté en la cafetería a
esperarle. Total que como conocía varios pues se sentaron conmigo,
al rato ya estaban varias tías buenas sentadas allí.
El caso es que una soltó la tipa frase de que las tías son mas
inteligentes que las tíos, y yo le dije que no era cierto y que cuando
quisiera se lo demostraba. La tía se puso en plan chulo y me dijo que
si se lo demostraba me daba todo el dinero que tenia en el bolso.
Vale, pues se lo demostré de la siguiente manera:
Primera demostración: LOS TÍOS SON MAS INTELIGENTE QUE LAS
TÍAS EN GENERAL.
“Dime el nombre de cinco mujeres que haya aportado algo a la
humanidad a nivel científico o invención tecnológica/biológica (porque
el arte no es demostrativo de inteligencia, la música por mucho que
digan, tampoco, y la literatura no tiene porqué serlo). Por cada
nombre que tu me digas, yo te diré el nombre de diez hombres”.
No pudo decir ni uno solo. Bueno, si, mencionó a varias mujeres...
Ana Frank, La madre teresa de Calcuta, la doctora Ochoa... Le repetí
lo de "ciencia o tecnología" y pilló un cabreo de la ostia. Luego dijo
que eso no demostraba nada porque el hombre siempre había
dominado a la mujer y que esta no había tenido la oportunidad de
estudiar e investigar.
Bueno, tampoco mucho de los grandes científicos había podido
estudiar nunca, pero el caso es que en el ultimo siglo, y
concretamente en los últimos cincuenta años, muchas de las mujeres
que han querido estudiar han podido hacerlo, y hoy por hoy cualquier
mujer tiene acceso a libros de cualquier tema, que
yo sepa. ¿Cómo es que en el último siglo tampoco hay ninguna
mujer?.
Segunda demostración: Tomemos a una mujer cualquiera (tu misma)
y a un hombre cualquiera (yo mismo) y hagamos ahora mismo un
test de inteligencia, que aquí en la copistería de la facultad hay 50
modelos diferentes de test . Escoge uno y vamos a hacerlo.
Al principio no quería “porque ella no tenía que demostrarme nada”.
Pero yo si quería demostrárselo a ella, así que bueno... ¿de que
tienes miedo?.
Total que nos hicimos un test de de esos de mensa de cociente
intelectual, que, a saber cómo, el bedel tenía fotocopiado.
Resultado de la chica: C.I. = 91
Resultado de un servidor: C.I. = 146
Sin comentarios.
Al final me echó en cara que las tías siempre sacaban mejores notas
que los tíos y que por eso la mayoría de las tías eran más inteligentes
que la mayoría de los tíos:
Vale, tienes razón, los exámenes de las universidades (tipo esponja,
léete un libro y me escribes lo que te has aprendido de memoria en el
examen, o bien metodológicos: estúdiate 100 problemas de memoria
y haz uno muy parecido), demuestran que las tías se concentran mas
que los tíos y asimilan mejor los conocimientos, pero... ¿es eso ser
más inteligente?.
Tercera demostración:
Si tan inteligentes son las tías... ¿cómo es que no se sabe de ningún
“genio” femenino?. Joder, es que ni uno solo... (ninguna “Newton”,
ninguna “Einstein”, ninguna “Galileo”).
Es cierto que la persona más inteligente de este mundo es una mujer
(colaboró con su marido en la creación del corazón artificial). Pero…
¿cómo es que no ha revolucionado el mundo con esa inteligencia?,
¿o acaso su inteligencia no es tan creativa como la de los hombres?.
Joder, es que ni siquiera recuerdo su nombre. ¿Alguno lo sabe?.
Total, que todos los tíos de la mesa (y alguna que otra tía, fíjate que
cosas) dio por demostrado que las tías no son más inteligentes que
los tíos.
Vale, aunque claro está, no me dio ni un euro del dinero que tenía en
el bolso y se dedicó a ponerme verde ante todo el que quería
escucharla...
UN POCO DE SEXO LESBICO
Las camioneras, ¿hombres o mujeres?.
Nunca he tenido nada en contra de los homosexuales propiamente
dichos (que si contra los maricones, hay diferencia).
Un homosexual es una persona (hombre o mujer) que se siente
atraída sexualmente por personas de su mismo sexo (supongo que
todo el mundo lo sabe, pero nunca está de más recordarlo).
Hasta ahí ningún problema. A mi no me gustan los tíos, si a ti te
gustan, pues muy bien, respeto mutuo y tan amigos.
En lo de las tías la cosa me da un poco de morbo, pues no sé porqué
ver a dos mujeres ahí liadas como que me pone. Pero claro, siempre
que sean dos mujeres de verdad.
Hace poco tuve la oportunidad de ir con un amigo homosexual a ver
una manifestación gay y yo, quizá porque todavía soy muy inocente
en ciertas cosas, esperaba ver a tías buenas besándose y tal.
Cual no sería mi sorpresa cuando descubrí que apenas había mujeres.

Mi amigo me dijo “¡pero si hay casi mas mujeres que hombres!.


Y yo le respondí “eso, amigo mío, no son mujeres, son tíos con coño”.

El cuerpo, la voz, la forma de moverse y la forma de actuar, y hasta


la forma de vestir, delata claramente que son tíos, que en lugar de
tener un pene tengan entre las piernas un coño, pues vale, pero que
no me quieran dar gato por liebre.
Estos tíos con coño son vulgarmente llamados camioneras.
Vale, a mi me parece muy bien que dos camioneras se líen entre
ellos, pero cuando veo a estos tíos con coño liarse con una tía buena,
es que flipo. ¡No lo entiendo!.
Vamos a ver, señorita, a usted le gustan las mujeres... pues líese con
una mujer. Si le gustan los hombres, pues líese con un hombre, pero
liarse con un tío sin pene... ¿tendrán vaginismo y por eso lo hacen?...

misterios sin resolver.


La sorpresa mayúscula me la llevé cuando fui a un sitio de ambiente
con el susodicho amigo gay y otros dos amigos heterosexuales, y al
entrar había una de estas camioneras puesta ahí de vigilante.
A mi amigo lo conocía y lo deja pasar, pero le preguntó “¿tus amigos
son gays?”. Les dijo que no y va la camionera y suelta “pues
entonces no pueden pasar”.
Joder, me quedé de piedra, pero que pasa que los pubs de
heterosexuales tienen prohibida la entrada a los gays. Que iluso soy,
yo que pensaba que me podía tomar una copa donde me saliera de
los cojones.
Le pregunto porqué no podemos pasar (con educación, que conste), y
la camionera con un hablar bastante pedante me dice que nosotros
queremos entrar para ver a las chicas y que si queremos ver
lesbianas que veamos una película porno, así sin mas.
Vale, sin problemas.
El puñetazo que le pegué a la camionera me parece a mi que
retumbó en toda la calle, luego entré y me tomé una cerveza con mis
colegas, pero se pusieron muy nerviosos porque lo más seguro es
que la poli estuviese de camino, así que nos fuimos a los cinco
minutos. En fin, cosas de la vida.
JOVENCITAS Y MILLONARIOS
Una jovencita si... ¿pero con un millonario viejo?. Bueno, eso es lo
que ellas quisieran, pero ya que no hay suficientes millonarios viejos
para todas, se conforman con amigos míos que trabajan y tienen su
piso recién pagado.
Un amigo mío, concretamente, me contó tres meses después de su
boda (se casó de penalti) que su maravillosa mujercita lo había
engañado. Mucho córrete dentro que tomo la píldora y a la tercera
vez que se corrió dentro ya estaba embarazada.
Esta chica no ha estudiado nada desde que acabó el colegio (bueno,
no estoy muy seguro de que terminase, la verdad), no ha trabajado
en su vida, y de hecho, a sus 20 añitos, tiene lumbago, según su
médico, ¡porque pasa demasiado tiempo tumbada en el sofá!.
Mi amiguete está echo polvo, pero la verdad es que la culpa es un
poco suya por:
1. Confiar en ella y hacérselo sin preservativo.
2. Casarse con ella después de que lo engañara.
Evidentemente si está embarazada (y si el niño es suyo, por
supuesto), pues tendrá que responsabilizarse de ese niño (y no me
refiero solamente a pagarle la mitad de sus gastos, y conste que digo
la mitad, porque el niño también es de la madre), pero de ahí a que
tenga que casarse con la elemento esa, en fin, cada uno a lo suyo.
En segundo lugar:
Ciertamente las madres y abuelas de antaño si que eran trabajadoras
y amas de casa (al menos las de familias humildes), ese tipo de
mujeres merecen todo mi respeto. Pero si tantas mujeres las
alaban...
¿porqué no siguen su ejemplo?. Porque esas madres y abuelas de las
que habláis no pueden ni ver a “las perras esas”, como ellas mismas
las llaman. Joder, pero si mi abuela me da toda la razón cuando le
digo lo que pienso, coño.
Por último, evidentemente cambiaré de actitud, lo que no se es si ese
cambio será a mejor o a peor.
Por ahora, desde que vivo solo y mi sueldo lo gasto única y
exclusivamente en mi, resulta que no solamente me sobra dinero (y
no es que gane una barbaridad), sino que vivo más feliz que los
amiguetes que tengo, casados y con hijos. Joder, que muchos de
ellos vienen a mi casa a escondidas para tomarse una cervecita
porque si su mujer se entera ya tienen la bronca montada en casa, es
patético.
CUANDO FALLA LA AUTOESTIMA
Mi consejo es que no te rebajes. Mira, cuando tengas pelas, te vas de
putas y te follas a una de nivel 9 o 10, y cuando no tengas pues
haces como todos nosotros, te la meneas y vas ahorrando. Ten por
seguro que tu autoestima subirá y cada vez te será más fácil pasar de
los adefesios.
Yo le he entrado a tías feísimas y gordísimas y aun así la mayoría han
pasado de mi. Vale, lo acepto y hasta cierto punto se lo agradezco,
porque gracias a eso descubrí el maravilloso mundo de los clubs de
alterne y, quitando a un par de novias que tuve que físicamente no
estaban mal (de esas que siempre están con uno por interés),
siempre me he follado a tías buenísimas en los clubs. Así que doy las
gracias a todas las gordas y feas a las que por pura desesperación les
he entrado por mandarme a la mierda (si, literalmente me han
llegado a decir "vete a la mierda" sin motivo alguno).
Gracias a eso no tengo pesadillas...
Gracias a eso no tengo pesadillas con esos seres que son mitad
monstruos y mitad mujeres. Puedo decir que la mayoría (el 90%) de
los problemas que he tenido en esta vida ha sido por culpa de las
mujeres. Y puedo criticarlas todo lo que quiera, porque me he ganado
ese derecho a pulso.
Todavía no he encontrado a una mujer que tras muchos años de
conocerla, resulte que merezca la pena, y 31 años son muchos años,
como ya me recuerdan las tías.
Pero vamos que lo mío no es nada, tengo amiguetes y conocidos
(cuatro, que yo sepa) que tienen mi edad y... agarraos fuerte...
TODAVÍA SON VÍRGENES, y todo por la absurda manía de que irse de
putas está mal. Casi todos tienen problemas psicológicos en cuanto al
sexo y a la relación con chicas se refiere. Algunos tienen la
autoestima tan baja que se consideran a si mismo mierdecillas.
Y lo más fuerte de todo, un buen amigo mío se llegó a suicidar porque
a los 22 años se le declaró a una chica de la que se había enamorado
tontamente y esta lo ridiculizó delante de todo el mundo, lo humilló
de una forma que no voy a decir aquí porque entonces algún
convecino mío sabrá de quien estoy hablando, y después le "sugirió"
que se suicidara, así sin más.
Lo mas triste es que esta chica no conocía a mi amigo de nada, solo
de vista. Cuando le pregunté porqué había tratado así a mi amigo me
contestó con un simple "pasa de mi". Entonces yo tenia 22 años y
todavía algo de fe en las tías. Ojalá me lo hubiera dicho ahora, os
aseguro que esa tía no estaría viva.
Esta es solo una de las cosas que me han pasado con las tías, pero
vamos que si tuviera que contarlas todas, la capacidad de
almacenamiento de vuestro disco duro no sería suficiente.
EL NUEVO HOMBRE
Con esto de los avances culturales, la liberación femenina y todas las
chominadas esas, parece que los hombres están desapareciendo y en
su lugar están esos... uffff, joder, ¿como los llamaría?, ¿seudo
hombres? ¿hombres - perritos?, ¿femihombres?. Bueno, no sé. Yo los
llamo maricones (que no homosexuales o gays, estos merecen todos
mis respetos).
El caso es que están por todas partes. tíos que pese a ser puteados y
despreciados por las tías, defienden a estas hasta su último aliento.
En fin, ciñéndome al tema, ¿que les pasa a los tíos? ¿es que al ser
educados por mujeres, al estudiar en colegios mixtos, al echarnos
novia, vamos perdiendo nuestra masculinidad?.
En cuanto al panorama actual en nuestra sociedad, específicamente
en la sociedad española, la verdad es que da pena.
Fijaos en los partidos políticos: el 50 % de los miembros relevantes
del Psoe son mujeres, hace diez años eran el 23 %. Apuesto a que
hay hombres que tienen mejor currículum que muchas de esas
mujeres, pero claro, aquí lo que cuenta es que las mujeres voten al
Psoe no?, pues venga, ponemos en puestos de responsabilidad a
mujeres que así damos mejor imagen, y si hacen peor el trabajo, nos
la suda. Siempre he pasado de política, pero prefiero la España de
Franco a la que se está formando hoy en DIA.
Ahí queda eso.
ARABIA SAUDITA
Puede a que más de uno le sorprenda mi “amor” por Arabia Saudita,
pero tiene su explicación:
En mi último año de carrera, con mis 26 tacos recién cumplidos, tuve
la oportunidad de participar en un programa de esos de intercambio
de tres semanas de duración, para aprender la gestión de empresas
en otros países. Curiosamente, mi universidad se decantó por el
desarrollo energético, y durante tres semanas estuvimos “invadidos”
(jajaja) por estudiantes de los Emiratos Árabes (de Arabia Saudita en
particular), estos nos parecieron chicos serios (ninguna tía vino de
intercambio), bastante aplicados y que solamente se relacionaban
entre ellos.
Muy pocos nos apuntamos para ir a Arabia Saudita y pasar allí tres
semanas, y eso que por aquella época las relaciones de ese país con
España eran muy buenas (hoy por hoy gracias a la guerra de Irak ya
no podemos decir lo mismo). Al final fuimos 17 personas (y había 25
plazas).
Éramos 12 chicos y 5 chicas (estas eran bastante reacias a ir allí,
pero sabían que era una buena oportunidad de ampliar su curriculum
y como buenas empollonas no la desaprovecharon). Total que las
últimas tres semanas de curso, tras habernos adelantado los
exámenes (a mi me quedaron 3 para septiembre), íbamos en el avión
camino de Arabia Saudita.
Todos los tíos estábamos bastante ilusionados, nerviosos y excitados,
pero las tías… las tías estaban realmente ACOJONADAS, literalmente.
Más de una la vi “buscando un protector” entre los tíos que íbamos
allí. Frases típicas como “no me dejes sola” o “tu me apoyas a mi y yo
a ti”, se escuchaban en el avión.
En aquella época todavía no era misógino, aunque ya estaba de las
tías hasta los mismos huevos. Toda la tensión que teníamos se
disolvió cuando llegamos a nuestro destino. Nos asignaron un guía
(¡uno de los estudiantes que habían estado en nuestra universidad!) y
nos trataron de puta madre.
Nada de hospedarnos en un “colegio mayor”, no señor, NOS
ALOJARON EN UN PEDAZO DE HOTEL, que más que para estudiar
parecía que estábamos allí de vacaciones.
A las tías las hospedaron en otra ala del hotel, y una guía las
“instruyó” sobre las costumbres del lugar. Por su calidad de
extranjeras no tenían que usar ninguna ropa especial ni nada de eso,
pero les “aconsejaron” que no mirasen a los hombres a los ojos y que
solo hablasen cuando les preguntasen. Cuando se reunían con
nosotros ponían verdes a “los moros” y se las veía muy ofendidas y
prepotentes al mismo tiempo, pero cuando estaban en la universidad,
se comportaban tal y como las habían instruido.
Joder, es que no parecían las mismas. Esa timidez con la que
respondían a las preguntas, esa falta de chulería que siempre
exhibían, parecía que habían nacido allí.
Cuando mejor me lo pasé es cuando nos invitaron a cenar a casa de
uno de los profesores de la universidad. Tuvimos la oportunidad de
ver un “harem” propiamente dicho, y a mas de uno se nos hacía
la boca agua.
Fue un momento de tensión, pero sorprendentemente satisfactorio
para mi, cuando a la hora de comer, nos sentamos todos alrededor
de una gran mesa y tres de las tías, ni cortas ni perezosas se
sentaron a nuestro lado.
Tendríais que haber visto la bronca en árabe que les echó el profesor.
Joder, me acojoné hasta yo. Resulta que es una grave ofensa que las
mujeres se sienten a la mesa con los hombres, ellas tienen un sitio
especial para ellas, que no es otro que la cocina (os juro que es
cierto).
Si las hubierais visto disculparse, todas coloradas, todas acojonadas,
corriendo a la cocina con la mujer guía que tenían… ahhh, es uno de
los recuerdos más gratos que tengo.
Las tres semanas se nos hicieron bastante cortas, no nos hicieron ni
tan siquiera un examen (al contrario que en mi universidad, que les
pusieron un pedazo de examen a los pobres estudiantes que fueron
allí).
Por cierto que esos estudiantes que en España estaban serios y
solamente se relacionaban entre ellos, en
su país nos trataron con la mayor cortesía y como si fuéramos sus
colegas de toda la vida. Lo único malo es que allí en el hotel
podíamos beber alcohol, pero en nuestras habitaciones solamente, y
teniendo cuidado de que no nos oliera el aliento. Por lo demás, en la
puta gloria.
El jueves antes de volver a España, nuestros amiguetes nos llevaron
a un “club” de esos de danza y no veas que pedazo de tías había allí.
Joder, es que me río yo de los que se van a Cuba de excursión de fin
de curso. No follamos porque en aquella época no teníamos ni un
puto duro, que sino nos habríamos puesto las botas.
Cuando volvíamos a España teníamos gratos recuerdos de aquel país,
y desde entonces pienso en los árabes de otra manera, esos si que
saben vivir (aunque por supuesto, los pobres allí las pasan canutas,
como en cualquier otra parte del mundo).
A la semana de estar allí, apenas hablábamos ya con las tías, que se
metieron en un curso de esos de estudio del Corán porque era lo más
parecido que había allí a un centro de reunión social de mujeres.
Se nos olvidó por completo las promesas que les hicimos de
“protegerlas” y “apoyarlas” en ese país tan “tiránico”para con las
mujeres.
Fue cómico y a la vez trágico ver como las tías, ya en el viaje de
vuelta, empezaban otra vez a mostrar esa chulería y esa vanidad
típica de cualquier española. Cuando pusieron el pie en España ya se
habían convertido de nuevo en unas putas zorras. Sin embargo nunca
olvidaré cuando una tía, en el avión, insultó gratuitamente a uno de
mis compañeros de clase, y este (que había prometido protegerla “de
todo mal”), casi le pega una ostia por su insolencia. La tía lo miró y le
dijo “cuando llegues a España te vamos a tener que educar de
nuevo”, a lo que mi compañero de clase bajó la cabeza, cabreado y
avergonzado por no poder hostiar a la tía.
A las pocas semanas ya estaba yo también “educado” de nuevo, y
plenamente convencido de que las mujeres merecían la “igualdad” de
la que disfrutaban. El lavado de cerebro de la sociedad me tenía
atrapado. Pero no me cabe duda de que esas tres semanas que pasé
en Arabia Saudita me abrieron los ojos y permitieron que poco a poco
fuese tomando conciencia de la realidad social que existe hoy en día
entre hombres y mujeres.
He leído libros de ficción donde las mujeres eran literalmente esclavas
de los hombres, las clasificaban en reproductoras, matronas, criadas
y concubinas. Quizá no sería mala idea hacer de ese libro una
realidad en España, que falta le hace.
CAPITULO TERCERO
BREVE Y TRISTE AUTOBIOGRAFÍA SEXUAL
Mi primer coño me lo comí a los cuatro añitos de edad. Pocos amigos
míos se lo creen cuando lo suelto así, pero una vez les he explicado
como fue, ya acaban creyéndome. Sucedió así:
Mis padres eran de familia humilde y trabajadora (blablabla),
acabaron en un pueblo de estos de la costa trabajando en cosas
varias (es que no quiero dar pistas). El caso es que debido a su bajo
nivel de ingresos, compartían piso con otra familia: Un piso de 80 m2
para: mis padres y yo (que tenia 4 añitos) y los padres de la chavala
y ella (que tenia 14 recién cumplidos).
Allí estuvimos viviendo tres años. Por la noche cada uno dormía en su
cama, pero los veranos, a la hora de la siesta, pues dormíamos en la
misma cama la muchachica esta y yo.
Ni que decir tiene que la idea que yo tenia entonces de un buen rato
de sexo era dar un beso en la boca, sin lengua ni nada, y como
mucho chupetear un pezón.
Pero ese primer verano aprendí mucho más que eso. La cosa empezó
cuando descubrí que la chica esta estaba siempre más caliente que el
palo de un churrero. Yo no sabía que lo que estaba haciendo siempre
a la hora de la siesta era masturbarse, pero me ponía encima de ella
y empezaba a darle besos como un condenado, porque ella se dejaba
y se notaba que le gustaba un montón.
Pasamos una semanilla así, hasta que la niña empezó a enseñarme a
masturbarla. No veáis que plan, yo con 4 añitos masturbando a una
cría de 14 y dándole unos morreos que no veas. Al principio me
asustaba cuando se corría porque no sabía lo que le pasaba, pero
cuando ella me lo explicó, no veas que bien, joder.
Total, que a las tres semanas de ese primer verano ya le comía el
coño como un experto. Tres años más tarde volví a mi pueblo de
nacimiento. Y se daba la puta casualidad que mis tíos (y mis dos
primas) eran vecinos nuestros.
Ni que decir tiene que rara era la noche que una de mis primas no se
venía a dormir a mi casa o yo me iba a dormir a la de ellas. Yo tenía
por entonces ya prácticamente 8 años y mis primas 11 y 12.
Cuando descubrieron el sexo oral conmigo se lo hacía un par de veces
a cada una en una noche (dormían en la misma habitación). Y lo
mejor de todo es que se lo comía a las dos por turnos y cuando
estaban casi a punto de correrse, las “obligaba” a hacer el 69 entre
ellas. Tanto se aficionaron las cabronas que a mi se
me acabó el chollo. Así que desde los 11 años hasta los 24 no me
comí nada de nada, hasta que me desvirgué con una puta y
luego me eché un par de novias cabronas.
SITUACIONES EXTREMAS A LAS QUE LLEGAMOS LOS HOMBRES
DEBIDO A NUESTRA NECESIDAD SEXUAL
Recuerdo que en el instituto estudié la filosofía de Epicuro, este
hedonista creía firmemente en disfrutar del placer, en recrearnos en
él, y tenía un baremo que consciente o inconscientemente todos
empleamos: en un lado ponemos las ventajas, lo que podemos
disfrutar si realizamos una determinada acción, y por otra los
inconvenientes, lo malo que nos puede pasar si realizamos tal acción.

CASO 1. MI PRIMA LEJANA.


Una noche de borrachera me quedé a dormir en casa de un primo
lejano mío, este tenía una hermana que pese a su corta edad (13
años, yo tenía entonces 16), se me insinuaba a la menor oportunidad,
a veces de forma tan descarada, delante de todo dios, que yo tenía
que disimular y hacerme el tonto porque allí se
podía liar la de dios: Me ponía la mano en los muslos (ella a mi), se
acercaba mucho para decirme algo (hasta casi besarme), se frotaba
contra mi de forma lasciva, en fin, se comportaba como una auténtica

viciosilla.
Pues la noche esa de borrachera, cuando mi primo se durmió, se me
ocurrió una idea propia de un borracho. A saber, meterme en la
habitación de mi primita darme el lote con ella.
Llevaba desde los 10 años sin besar a una tía y casi cinco
masturbándome como un mono, así que mi grado de calentura era
bestial. Ni corto ni perezoso me levanté sigilosamente y me metí en
el cuarto de mi prima.
Estaba dormida y contemplándola así me venían a la mente la forma
que tenía de calentarme, de frotarse contra mi, etc.
La desperté lo más silenciosamente que pude, la miré y la besé.
Entonces, esa primita que aprovechaba la oportunidad de provocarme
y volverme loco a cada ocasión, se puso a gritar como una loca,
llamando a su madre y a su padre.
Yo no sabía donde meterme, qué hacer. Corrí hacia el cuarto de mi
primo y me hice el dormido. Tan borracho estaba que creía que la
cosa iba a funcionar.
Oía perfectamente a mi prima hablar con mi tía, aunque no podía
escuchar las palabras exactas.
Bien, resumiendo bastante, mi primita básicamente me acusó de
intento de violación (no es broma). Pasé dos meses encerrado en mi
casa y tuve que pedirle perdón a mi prima, a mi tía y a mi tío, y casi
suplicarles que no me denunciaran, porque estaban más que
dispuestos a meterme en un reformatorio. Mi primo me odia a muerte
desde entonces. Y, joder, solo le di un beso, coño.
Desde aquel día vi cientos de veces a mi primita, siempre en la parte
de atrás de la moto del macarra de turno, fumando sus porrillos con
los gitanos del barrio y follándose a todo dios (que yo sepa ha
abortado al menos una vez, pero sospecho que realmente han sido
dos veces).
Quedé realmente traumatizado por aquella experiencia, no hable con
una chica en al menos cuatro años, y cada vez que tímidamente
miraba a alguna, mis progenitores prácticamente pensaban que
literalmente quería violarla (de hecho durante varios meses, no me
llamaban por mi nombre, me llamaban “violador”).
CASO 2. TIEMPOS DE INSTITUTO
En el instituto las putillas estaban a la orden del día. Se notaba que
estaban realmente cachondas y todas estaban perdiendo la virginidad
a la menor ocasión. Muchos compañeros míos se hartaron de follar en

aquella época.
Pero claro, no era mi caso. Yo me había convertido en un chico
bastante tímido que no se atrevía a hablarle a las tías, que soñaba
con echar un polvo con una de esas viciosas pero que pensaba que
era más cuestión de suerte que otra cosa.
Un día oí a cuatro chicas hablando del morbo que les daría follarse a
un chico en los servicios, que se ponían muy burras cuando lo
pensaban y que incluso se masturbaban pensándolo.
Ese día decidí pasar a la acción. Por la noche, con una antigua
máquina de escribir, puse un anuncio bastante personal en un folio,
decía (todavía lo recuerdo): “si quieres que te coma el coño,
chupármela o que follemos, falta a la siguiente clase, te espero en
este servicio a las 12:20”.
Tal era mi credulidad que pensaba que si dejaba la nota en el servicio
de las chicas, en uno de los vater, la chica que la descubriera se
pondría bastante cachonda y pasaríamos los dos un buen rato juntos.

Sin embargo de algo me había servido la desagradable experiencia el


año anterior con mi primita, y esta vez tomé toda clase de
precauciones.
Primeramente no escribí el mensaje con mi letra, sino con la máquina
de escribir, un modelo muy extendido en aquella época. Segundo,
tuve buen cuidado de no dejar ninguna huella dactilar en el papel,
lo manipulaba con pinzas de esas de depilación facial para arrancar
los pelos de las cejas (las pinzas no eran mías, sino de mi progenitora
femenina, no penséis mal).
Tercero, falté a una clase (la primera del día) y cuando me aseguré
de que no había nadie en los pasillos,
me metí rápidamente en los servicios de las tías y puse la nota
encima del último vater que había, el más escondido de todos.
Asistí a las dos clases siguientes, y dije a mis compañeros que me
había quedado dormido y que por eso había llegado tarde, que
además no me encontraba muy bien, y volví a faltar a la clase de 12
a 13 horas, sabiendo de sobra que por huevos alguna tía había tenido
que leer la nota y que (presumiblemente) estaría lista para el
“encuentro”. Pero lejos de esperar dentro de los servicios, en la
puerta o tan siquiera cerca, cogí mi carpeta y me puse a
esperar la llegada de un profesor que tenía tutoría de matemáticas
esa hora en un aula muy alejada y escondida de los servicios, pero
que asomando la cabeza por la esquina podía de un rápido vistazo
ver si entraba alguien, y por supuesto, como los pasillos se habían
vuelto a quedar desiertos, podía oír si alguien (alguna chica)
caminaba por ellos. Era la hora señalada, las 12:20, y allí no aparecía
nadie. Mi corazón se me iba a salir por la boca, mi adrenalina estaba
a tope. En mi calenturienta imaginación me imaginaba besando y
teniendo sexo oral con alguna chica en breves momentos.
A las 12:25 oí pasos, me asomé muy rápidamente, pero no era una
alumna la que se acercaba, sino una profesora de lengua que nunca
daba clases en ese edificio y, lo que es mas, era la jefa de estudios.
Se metió en el servicio de las chicas y se quedó completamente en
silencio (no se sentía mear ni nada de nada).
Al principio pensé que tenía muy mala suerte, que si la chica que
había encontrado la nota llegaba se iba a encontrar con la profesora y
no íbamos a poder hacer nada. Pasó casi un cuarto de hora y me
percaté de la cruda realidad. Allí no iba a llegar ninguna chica, la
profesora de lengua no salía del servicio porque estaba esperando al
autor de la nota, y no para follar precisamente. La hijaputa que había
encontrado la nota se había chivado a los profesores a base de bien.
Muy lentamente, sin hacer ningún ruido, salí del edificio y me fui a mi
casa, le dije a mi progenitora que un profesor se había puesto
enfermo y que habían suspendido las dos últimas horas de clase.
Al día siguiente me enteré de todo con pelos y señales. La jefa de
estudios había esperado una hora en los servicios y al ver que no
aparecía el autor de la nota (es decir, yo), fue en busca del director y
los dos se dedicaron a ir, junto con la chica que había encontrado la
nota (curiosamente una de las más zorras del instituto) de clase en
clase asustando al personal, advirtiendo que no iban a reparar en
medios para encontrar al autor del que había escrito “semejante
salvajada” y casi haciendo el tercer grado a los chicos del instituto.
A mi apenas si me preguntaron donde estaba, pues le dije al profesor
de historia que había faltado a su clase porque me había ido a casa,
que me encontraba mal, lo que corroboraron mis compañeros (les
dije
que me iba a mi casa que tenía ganas de vomitar) y por lo cual
resulté, quizás, el menos sospechoso de todos, ya que
supuestamente no estaba en el instituto a la hora del “encuentro”.
Corrieron rumores de que incluso buscaron huellas dactilares, aunque
no lo creo, pero si fue así, me alegro de haber sido tan precavido.
Aquello se comentó durante todo el curso.
Después de lo que me pasó con mi primita, ni me atrevo a pensar en
lo que habría pasado esta vez. Por lo visto la guarrilla que encontró la
nota (y que se había tirado a medio instituto), lloró en todas y cada
una de las clases que visitó con el director, diciendo que “la habían
hecho sentirse sucia”, tiene cojones.
A Partir de entonces, mis fantasías con las tías se hicieron más
oscuras y poco estimulantes, recurría generalmente a la pornografía
(películas, sobre todo) para masturbarme y pensaba con total
seriedad que mi destino era morirme virgen.
CASO 3. MÁLAGA CAPITAL.
Así fueron pasando los años hasta que a los 19 me llamaron a filas
para hacer el Servicio Militar. Hasta entonces prácticamente nunca
había pasado una noche fuera de mi casa, de hecho vivía en mi
pequeña habitación, incluso comía en ella, ya que mis progenitores se
desahogaban de la tensión que acumulaban durante el día
echándome unas broncas tremendas, absurdas y sin sentido, decían
que no merecía sentarme a la mesa con ellos y me daban el plato,
que me llevaba a mi habitación, comiendo allí.
Por tanto, cuando tuve algo de libertad (para mis compañeros era
una tortura estar lejos de su casa, para mi una bendición), iba por las
tardes a Málaga con los compañeros de mili. A las pocas semanas
estaba convencido de que allí, en la gran ciudad, al fin podría perder
mi virginidad, y me puse manos a la obra.
Desgraciadamente, aunque había leído mas de 3000 libros (en mi
habitación solo tenía el ordenador y
muchos, muchos libros, que compraba con el dinero que tenía para
salir, pero que tenía que leer a escondidas, porque mi progenitor
quería que estudiase los libros del instituto solamente), no tenía ni
idea de lo que era relacionarme socialmente con una chica, ni de
cómo conseguir llegar a practicar el sexo con ella.
Mi concepción de cómo conseguir poner a una tía cachonda era la
siguiente: Las tías se excitaban, más que con la vista, con el tacto.
Por lo tanto, si las acariciaba despacio y lascivamente, habría alguna
que en ese momento estuviese cachonda (pongamos una de cada 20,
pensaba yo), y con mis caricias se pondría tan cachonda que
podríamos ir a cualquier sitio (a los servicios del Corte Inglés, por
ejemplo, aunque en aquella época era Galerías Preciados) y follar
como conejos, o al menos una mamadita, o unos cuantos de
besos con lengua… algo, cojones.
Le metí mano al menos a 150 tías ese año, y ninguna quería nada,
evidentemente. De hecho tuve que salir corriendo del autobús un
montón de veces para evitar que me detuvieran y llevaran a
comisaría, y en una ocasión me persiguieron durante casi 20 minutos.
La suerte era que estaba haciendo la mili y mi forma física era por
aquel entonces excelente, a ver quién era el guapo que me cansaba a
mi corriendo.
Poco a poco, cuando acabé la mili, fui tomando conciencia de que a
las tías había que conquistarlas con un largo y laborioso proceso, que
solamente funcionaría si ya le gustabas a la chica anteriormente, y
que además tenías que tener una cosa indispensable para conseguir
tu objetivo: dinero.
Me convertí en un pelota de las tías, en un seudo-hombre convertido
en mascota, en alguien que hacía favores a todas y no pedía nada a
cambio… y realmente no recibínada a cambio.
A las tías les resultaba mono, un “buen amigo”, pero luego se iban a
follar con otros. Todavía buscaba la “mujer perfecta”, que me querría
por como era, por mi inteligencia, por mi bondad, por mi capacidad
de comprensión y mi tolerancia y, mientras tanto, las chicas que me
gustaban se follaban todo lo que se movía, o iban de novio en novio
como quien se cambia de pantalones, con la desfachatez de
contármelo luego con todo lujo de detalles, y partiéndose de risa
cuando veían la cara de pena y desesperación que ponía yo.
A los 22 años conseguí entrar en la universidad, con una buena beca,
y me relacionaba con mis compañeras universitarias tal y como lo
hacía con las tías de mi pueblo: era su mascota, su buen amigo,
alguien que siempre estaba ahí para decirle lo cabrón que había sido
con ella el novio de turno, y hacerle ver que ella merecía algo mejor,
y todo ese rollo.
Aunque aquello no sirvió para nada en cuanto a mantener relaciones
sexuales con ninguna tía, si que sirvió para una cosa muy importante:
SABER COMO PIENSAN LAS TÍAS.
Lo convertí en una ciencia, sabía cómo era cada tía con tan solo oírla
hablar cinco minutos, sabía como apaciguarlas, cómo hacerles la
pelota sin que pareciera que se la estaba haciendo, cómo pensaban y
en qué pensaban, qué deseaban y hasta donde estaban dispuestas a
llegar para conseguirlo, y pese a que en un principio “las
comprendía”, me fui dando cuenta de la terrible verdad: las tías eran
todas una puta mierda y únicamente podías obtener algo de ellas
cuando las engañabas, cuando les mentías sin ningún escrúpulo y
cuando las tratabas como a basura, en algunos casos.
A los 23 años ya estaba listo para seducir a una tía y follármela. Y sin
ninguna duda lo habría conseguido si no fuera por un pequeño
detalle: había engordado. Tantos años sin esperanza, tantos sábados
en el cine comiendo palomitas y tantas noches leyendo novelas hasta
las cinco de la mañana mientras me atiborraba de cortezas de cerdo,
dulces varios y cosas con muchas calorías, habían hecho de mi un
chico que medía
1,67 cm. Y pesaba 90 kg.
Ahora tenía “labia”, como dicen aquí en Andalucía. Ahora sabía como
“conquistar” a las mujeres, pero no tenía el físico adecuado. Seguía
siendo “un buen amigo” para cualquier tía.
El 16 de diciembre de 1996 murió mi progenitora femenina de un
derrame cerebral, de fumar como una cosaca. Había estado aspirando
su humo desde antes de nacer, y por las mañanas me despertaba
exactamente igual que un fumador: tosiendo y algunas veces hasta
vomitando. Nunca he fumado pero hasta que no murió, es como si
hubiera estado fumando toda mi vida, excepto el año de servicio
militar.
Fue entonces cuando pude realmente encauzar mi vida de una forma
más constructiva. Mi progenitor masculino dejó de putearme tanto,
de tratarme como a una puta mierda, pues se sentía solo y quería
que yo cuidara de él. Mi hermano pequeño había entrado en un
reformatorio a los 13 años por apuñalar a un profesor en el colegio
(aunque esto pueda dar una idea de que mi “familia” era de estas
tipo chorizos y macarras, el hecho es que de puertas para afuera
éramos una “familia” completamente normal, en apariencia, aunque
en algo se tenían que notar los puteos constantes a mi y a mi
hermano, que era mucho más impulsivo que yo, se le fue la cabeza
un día y pasó lo que pasó. Falleció a los 14 años en el reformatorio,
en un “accidente” mientras trabajaba como peón de albañil en los
“cursos” que impartían allí dentro.
Una semana antes me dijo por teléfono que no saldría vivo de allí,
que iban a matarlo, y así fue.
Con mi progenitora femenina muerta y mi progenitor masculino
compadeciéndose de su mala suerte, me dediqué a estudiar como un
loco y a hacer ejercicio. Recuperé la buena forma física y a los 24
años trabajaba a media jornada por las tardes en una empresa de
distribución de hierros.
Eso me permitió comprar mi primer coche, un Seat Ibiza rojo
precioso, que para mí fue el mayor tesoro que un hombre puede
llegar a tener. Entonces comencé a ligar de verdad, empecé a tener
rollitos, me comí algunos coños y de vez en cuando me hacían una
paja y con algo de suerte, hasta una mamadita, aunque justo es decir
que aunque hubo variedad, solamente tuve cuatro “encuentros
sexuales”. Pero seguía sin follar. A mis 24 tacos descubrí
que en mi pueblo todos nos conocíamos, al menos de vista, y que
ninguna tía iba a follar conmigo arriesgándose a que los demás la
considerasen una puta. Además, que había muchos mas chicos que
chicas en el pueblo, y los que follaban eran siempre los mismos.
Lo ideal habría sido tener un piso en Málaga, un piso de estudiantes,
y aprovechar el tirón para follar de
vez en cuando, pero la triste realidad es que vivía tan cerca de mi
pueblo que iba y venía todos los días en coche, y como tenía que
trabajar por las tardes en mi pueblo, ya podía olvidarme de lo del
piso de estudiantes.
Como en mi pueblo me resultaba imposible follar, empecé a salir por
Málaga capital los fines de semana, pero no había nada que hacer.
Las tías notaban que estaba desesperado por follar. Aquel chico
comprensivo y atento estaba desapareciendo rápidamente para dar
paso a un chico amargado que veía como las tías follaban con tíos
buenos, con mucho dinero o que tenían mejor posición que yo.
Estaba tan desesperado y mis niveles de testosterona eran tan altos,
que sencillamente no podía disimularlo. Y es bien sabido que cuando
una tía sabe que quieres follar con ella y te ve desesperado, pasa de
ti como de la mierda.
Entonces descubrí el maravilloso mundo de la Prostitución.
CAPITULO CUARTO

TODO LO QUE A UN HOMBRE LE INTERESA SABER SOBRE LA


PROSTITUCIÓN
Nota: lo escrito en tipo de letra “Antique Olive”ha sido copiado de una
página de Internet. No he conseguido ponerme en contacto con el
autor, así que me he permitido la licencia de incorporarlo a mis
propias investigaciones, confiando en que lejos de enfadarse, se
sienta reconfortado al saber que su creación difícilmente puede
superarse, así que me limito a citarla en la presente obra.

La prostitución ha existido siempre y siempre existirá por razones


obvias:
En primer lugar los hombres necesitan sexo más a menudo que las
mujeres.
En segundo lugar las mujeres gordas y feas pueden ligar aunque lo
tengan más difícil, pero los hombres gordos y feos lo tienen crudo.
Acudir donde una prostituta puede ser una buena opción si:
- Quieres sexo al instante
- No te apetece dedicar tiempo a conquistar a una chica
- Tu mujer ya no te pone
- Tu pareja no hace realidad tus fantasías
- Eres poco agraciado físicamente y no tienes éxito con las mujeres
O puede ser una mala opción si:
- Buscas amor sincero
- Quieres dejar asombrada a una chica mostrando tus artes amatorias

- Quieres enamorarla la primera noche


Si estas entre los que consideran que puede ser una buena opción
acudir a una prostituta, el siguiente documento te aclarará todas las
dudas que puedas tener, además de darte consejos útiles sobre el
tema.
DONDE ACUDIR
Prostitutas se pueden encontrar en innumerables sitios, pero hay que
saber que unos sitios son mejores que otros. Que hay lugares a los
que merece la pena ir y lugares que francamente no merecen la
pena.
Estudiemos los distintos sitios donde se puede encontrar una
prostituta:
1. En calles y plazas donde las prostitutas se colocan para que las
recojas con el coche.
2. En casas particulares donde hay prostitutas que ofrecen sus
servicios.
3. En clubs selectos donde se encuentran las putas de lujo.
4. En cines que emiten películas clasificadas X.
5. En agencias especializadas en servicios a domicilio.
6. En locales y clubs de alterne.
Analicemos cada una de estas opciones:
1. En calles y plazas donde las prostitutas se colocan para que las
recojas con el coche.
La prostitución callejera, contra la creencia popular, es bastante
reciente, apenas tiene un siglo de edad y
es donde las prostitutas se encuentran en las peores condiciones.
Una prostituta que ejerce su profesión en la calle lo hace por obvios
motivos: no puede ejercerla en ningún otro sitio.
Normalmente los tipos de prostitutas que se pueden encontrar en la
calle son:
- Chicas que necesitan dinero rápido (no fácil) para mantener su
casa.
- Chicas que tienen algún tipo de dependencia de estupefacientes o
drogas.
- Chicas que quieren un suplemento de dinero para satisfacer sus
caprichos.
Las chicas que necesitan dinero rápido suelen ser mujeres casadas o
chicas con personas a su cargo y que no encuentran otro trabajo más
adecuado o tan bien remunerado.
Su físico suele ser bastante normalito y tienen bastante cuidado de no
contagiarse de enfermedades venéreas o el VIH (SIDA).
Las chicas que tienen dependencia de las drogas suelen ser jóvenes y
dependiendo del tiempo que lleven enganchadas a las drogas pueden
encontrarse desde chicas bastante atractivas hasta auténticos
monstruos (extremadamente delgadas y con un aspecto físico muy
deteriorado).
Muchas de estas chicas son menores de edad, lo cual atrae a una
clientela que prefiere a este tipo de chicas y no puede encontrarlas en
ningún otro sitio. Algunas toman precauciones pero la mayoría ya
tienen el VIH o alguna enfermedad y eso las hace mas
descuidadas.
Las chicas que quieren un suplemento de dinero para satisfacer sus
caprichos son de cualquier edad, desde chicas universitarias o incluso
de los institutos hasta mujeres casadas que desean un nivel de vida
más elevado del que poseen.
Estas chicas son especialmente precavidas en las relaciones sexuales
y son las que más precauciones toman.
EL PRECIO
Normalmente los precios suelen ser bastante asequibles, desde 20
euros hasta 60, dependiendo del tipo de chica y el servicio que esté
dispuesta a prestar.
MODUS OPERANDI
Suelen ser las más baratas porque no ofrecen ningún atractivo
especial aparte del sexo en si, el cual se practica normalmente dentro
del propio vehículo del cliente, en algún descampado y
excepcionalmente en casa del cliente.
Cobran por polvo, es decir, se tarden 30 segundos o una hora, se
paga la misma tarifa, aunque ni que decir tiene que están deseando
acabar cuando antes.
2. En casas particulares donde hay prostitutas que ofrecen sus
servicios.
En este caso podemos diferenciar entre dos subclases distintas.
2.1. Casas patrocinadas.
Es el caso en que un “empresario o empresaria” compra o alquila un
piso y contrata un número variable de prostitutas (que suele oscilar
entre 1 y 5) para que ejerzan la prostitución en él.
Las prostitutas tienen un lugar donde vivir y ejercer su trabajo en
mejores condiciones y a cambio abonan un porcentaje de sus
ganancias al dueño del piso.
Su forma habitual de anunciarse es a través de anuncios personales
en periódicos y revistas especializadas, donde prometen el oro y el
moro por un precio prefijado y fijo.
EL PRECIO
Suele oscilar entre 30 y 200 euros.
Esta enorme diferencia de precios se debe a que los servicios
prestados pueden ser muy diversos, dependiendo del tipo de casa con
la que contactemos. De menor a mayor precio se pueden distinguir
los siguientes servicios.
- Masaje y masturbación.
- Masaje, masturbación y sexo oral.
- Servicio completo: sexo oral y penetración vaginal.
- Servicios especiales:
i. Sexo anal.
ii. Francés completo (sexo oral con eyaculación en la boca).
iii. Meadas y cagadas (coprofagia).
iv. Sadomasoquismo.
v. Lesbicos.
Normalmente la higiene de estas chicas es muy superior a las de la
calle; ya que disponen de ducha y aseo para la higiene antes y
después de cada servicio:
Casi todas toman precauciones aunque se puede dar el caso de no
usar preservativo si se paga un precio más elevado (no os lo aconsejo
por nada del mundo).
2.2 Casas propias.
Aquí la prostituta es la dueña del piso (en propiedad o alquiler).
Estamos en el caso de una mujer o chica (Separada, Viuda o Soltera,
generalmente no casadas) que teniendo acceso a una vivienda, no
dispone de medios económicos para mantenerla, para lo cual recurre
a la prostitución.
Hay que advertir que muchas casas llamadas propias son en realidad
casas patrocinadas donde solamente reside una prostituta que se
hace pasar por ama de casa, estudiante, etc.
En los casos reales de casas propias los servicios prestados suelen ser
mucho menos diversos, generalmente dedicándose casi
exclusivamente al sexo oral y a la penetración vaginal, y tomando
todo tipo de precauciones. En cambio el precio es mucho más
elevado, debido a que la mujer que ofrece sus servicios lo considera
algo temporal, no se dedica a la prostitución de forma permanente y
tiene mayor autoestima. Normalmente y de forma orientativa el
precio oscila entre los 100 y 300 euros.
3. En clubs selectos donde se encuentran las putas de lujo.
Este tipo de club suele encontrarse casi exclusivamente en las
capitales de provincia más importantes. Puede decirse que las chicas
que trabajan allí son seleccionadas con el mayor cuidado.
Normalmente tienen una base cultural alta, incluso con estudios
superiores. Para ser cliente en uno de estos club es imprescindible
tener una cartera bien surtida y no importarte gastar todo lo que
lleves en ella. Aquí no existe una política de precios reglamentada,
pero ni que decir tiene que como mínimo los 300 euros son
necesarios. El máximo... bueno, se puede decir que no hay máximo.
Se ha dado el caso de una puta de lujo que ha cobrado hasta dos
millones de pesetas por una noche.
En realidad los servicios prestados no difieren en nada de los que
ofrecen el resto de las prostitutas, excepto quizá una belleza más
diferenciada y por supuesto mayor nivel cultural.
Normalmente estas chicas no cobran por hora sino por noche y
suelen quedar en hoteles o incluso en sus propios pisos o el del
cliente.
La probabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual son
escasas, pues pasan rigurosos controles médicos y se cuidan mucho.
4. En cines que emiten películas clasificadas X.
Este tipo de prostitución tuvo su auge cuando a partir de la entrada
en vigor de la constitución española se permitieron la emisión de
películas clasificadas X en cines especializados. Se perdió casi por
completo con la llegada del video pero aun subsisten algunos cines en
Madrid y Barcelona.
MODUS OPERANDI Y PRECIO
Entras en el cine (previo pago de la entrada) y esperas a que
comience la película. Al poco tiempo una mujer (normalmente mayor
y poco atractiva) se te sienta al lado y se ofrece a masturbarte por un
módico precio (unos 5 euros). Si aceptas pues te desabrochas la
bragueta y ella pasa a la acción mientras tu miras la película. En
cuanto llegas al orgasmo ella se va al servicio a lavarse las manos y
se va en busca de otro cliente.
En algunos casos puedes pedirle que te la chupe a cambio de pagarle
más, o incluso ir a los servicios y hacerlo allí, aunque normalmente ni
ellas aceptarán ni tu tendrás ganas de hacerlo con semejantes
mujeres.
5. En agencias especializadas en servicios a domicilio.
Suele confundirse este tipo de prostitución con la de las putas de lujo,
y si bien es cierto que las chicas suelen ser bastante atractivas y el
precio suele ser alto, se diferencia en que los precios son
relativamente mas bajos.
Las tarifas pueden oscilar entre los 100 y los 500 euros, dependiendo
del tiempo y del servicio que solicites.
6. En locales y clubs de alterne.
He dejado este tipo de prostitución para el final por ser la más
solicitada y la que mejor conozco. En este tipo de locales es donde se
realiza el 70 % de la prostitución y donde la mayoría de los hombres
suelen acudir, las razones se explican a continuación.
DESCRIPCIÓN Y ENTORNO
Normalmente este tipo de locales se encuentran situados justo al lado
de una autovía bastante transitada, a las afueras de algún pueblo o
capital. El club o local de alterne se distingue claramente por las luces
de neón que lo anuncian a todo el que pase por la autovía. Salvo este
detalle, el edificio tiene toda la apariencia externa de un hotel (u
hostal), y de hecho muchos de ellos son hoteles reconvertidos en
clubs.
Los horarios de estos clubs con prácticamente idénticos en toda
España: Abren entre las cinco y las siete de la tarde, dependiendo de
la época del año, si es invierno o verano respectivamente y cierran a
las cinco de la madrugada.
Las tarifas también son extraordinariamente similares en todos ellos y
van en función del tiempo que decidas pasar con la prostituta en la
habitación (puedes estar en la barra todo el tiempo que quieras que
no tienes que pagar nada, excepto si quieres tomar algo, más
adelante me extenderé sobre esta cuestión).
Los precios al 2/4/04 son:
- 50 € media hora.
- 75 € tres cuartos de hora.
- 100 € una hora.
Y así progresivamente.
Las chicas trabajan y viven de la siguiente forma:
Vienen del extranjero fundamentalmente, de dos zonas
diametralmente opuestas: América latina y Europa del Este.
Los principales países de procedencia son: Colombia, Brasil, República
dominicana y Cuba (por la parte de Latinoamérica). Y Rumanía,
Lituania, República Checoslovaca y Polonia (por la parte de Europa
del este).
Contrariamente a lo que se cree, ellas vienen a España
voluntariamente y sabiendo lo que van a hacer cuando lleguen aquí.
Otra cosa muy distinta es que entren legalmente o no en el país.
Las famosas redes de trata de blancas de las que has oído hablar lo
único que hacen es facilitarles la entrada en el país y ponerlas en
contacto con los clubs. Las famosas redadas de la policía en los club
solamente afectan a las prostitutas que estén de forma ilegal
en el país (son repatriadas muy a su pesar) y al dueño del club por
dejarlas trabajar en su club sabiendo que son ilegales (tiene que
pagar una multa administrativa).
Si crees que estas redadas son comunes estas completamente
equivocado, de hecho solamente se hacen una o dos cada cierto
número de años para acallar las críticas de los sectores feministas de
la sociedad.
En caso de encontrarte en el club cuando efectúan una redada (muy
improbable, pues las hacen durante el día cuando solo están en el
local las prostitutas y los gerentes o dueños), puedes estar tranquilo
que ni te van a detener ni te va a pasar absolutamente nada, pues la
prostitución no es un delito ni para la persona que la practica ni para
el que la solicita. Las chicas de los clubs viven dentro del recinto del
hotel, normalmente en habitaciones con dos camas,
pues comparten habitación con otra chica. Tienen uno o dos días
libres a la semana y tienen servicio de cocina y asistencia médica (un
médico especializado las visita una vez cada quince días, las reconoce
y les hace todo tipo de pruebas, incluida la del VIH).
Otro mito o rumor es que las chicas trabajan explotadas en el local,
llevándose el dueño la mayoría de los beneficios. Nada más lejos de
la realidad, el negocio funciona de la siguiente manera:
La chica paga diariamente habitación y comida, unos cincuenta o
sesenta euros que es lo que normalmente pagarían en cualquier
hotel, y el resto de lo que gane es todo para ella.
¿Difícil de creer?. Pensareis que el dueño del local hace poco negocio,
pues aquí tenéis las cifras:
Ingresos de una prostituta mensuales por termino medio: 6.000
euros o un millón de pesetas.
Ingresos mensuales del club: Quince millones de pesetas al mes.
Estos fabulosos ingresos son posibles gracias a lo siguiente:
- La prostituta presta aproximadamente cuatro servicios por noche, y
luego queda fuera
con algún cliente, por lo que cobra mucho más que por los servicios
prestados en el club (unas 50.000 pesetas por unas horas en el piso
del cliente).
- El club vende las bebidas a un precio exorbitante (precio único: 8
euros por consumición). Aparte de lo que le pagan las chicas
diariamente por el alojamiento.
- Los clientes van al club, se emborrachan y luego se van con una de
las prostitutas a su habitación.
Supongamos una excursión virtual por uno de estos clubs (al tener
todos idénticas características, yendo a uno es como si hubieras ido a
todos).
VISITA VIRTUAL
Como ejemplo pondré el de más categoría de la provincia de Málaga
(lo cual no quiere decir que los demás sean peores) y me remitiré al
Club S’candalo.
Vas decidido a ir de putas por primera vez pero no tienes ni idea de
cómo va a salir la cosa o que tienes que hacer. Has oído hablar del
club y sabes donde está, así que pones rumbo al Club y cuando pasas
por la autovía ves las luces destellantes del neón que anuncian dónde
está la casa del placer sexual.
Nota: Si estas decidido a ir, ve siempre temprano, al poco de abrir,
pues las prostitutas no habrán estado con nadie todavía y como la
gente suele llegar más tarde, tienen tiempo de sobra para dedicarte.
Lo ideal es un día laboral a las siete y media de la tarde.
Durante un momento dudas si salir de la autovía para dirigirte al
S’candalo. Mi consejo es: no lo dudes, hazlo, pero hazlo siempre que
estés caliente, si no tienes muchas ganas mejor pasa de largo.
Supongamos que al fin te decides y entras al recinto del S’candalo. Lo
primero que verás es que hay una amplia zona de aparcamientos y
casi todos están libres, pues has llegado temprano. Aparca donde
quieras y no te preocupes que al coche no le va a pasar nada, pues la
gente que entra en el recinto solo piensa en el sexo.
Bajas del coche con el pulso acelerado y te diriges a la entrada del
local.
Allí lo primero que salta a la vista es uno o dos guardias de seguridad,
lo cual te hace sentirte inseguro. Lo mejor es: vas directamente hacia
la puerta del local y dices “hola” o “buenas” a los guardiasy entras en
el local.
Una vez entras en el local notas que no ves un pimiento, es decir, que
está rematadamente oscuro. Ese efecto dura tan solo unos diez
segundos, y en seguida te das cuenta en que estás lo mas cerca
posible del paraíso de lo que se puede estar en la tierra.
Hay un pub lujoso con unos pocos tíos en la barra y bastantes nenas
que están básicamente imponentes.
Lo mejor es cómo van vestidas, eso la que lleva algo de ropa porque
algunas prácticamente van con un tanga y poco más.
Lo interesante es acercarse a la barra y en dos segundos tienes al
camarero preguntándote que quieres tomar, que es todo lo contrario
de lo que pasa en un pub normal.
Te aconsejo que te pidas algo sin alcohol, pues este puede hacer que
luego no cumplas con la chica. Si tienes prácticamente lo justo, pídete
un botellín de agua que solamente cuesta cinco euros. Y si tienes sólo
lo justo, dile que no quieres tomar nada todavía y te dejará en paz.

Al poco tiempo se te acercará alguna de las chicas y se te saldrán los


ojos de las órbitas, pero es muy importarte que no te vayas con la
primera que se te acerque, por tres motivos:
1. Si se te acerca una nada más entres en el local, está claro que la
tía está desesperada porque tiene pocos clientes, y si tiene pocos
clientes, por algo será ¿no?. Si tiene prisa por subir contigo a una
habitación, créeme que tendrá mucha más prisa en que termines y
salir de ella.
2. Si te paras un momento a ver detenidamente al resto de las
chicas, puede que descubras que alguna está muchísimo mas buena y
que te gusta más.
3. Una tía que se te acerca sin que tu la hayas mirado primero o
sonreído como diciendo “tu me gustas, ven para acá”, es que no tiene
mucha clase que se diga, así que a no ser que de la casualidad de
que la primera que se te acerque esté buenísima y te resulte
simpática, lo mejor es que le digas que solamente has venido a tomar
algo y que no vas a subir con ella a la habitación,
así te dejará en paz.
Si no se te acerca ninguna, mejor que mejor, pues así tendrás tiempo
de mirar el panorama y decidir con que chica te quieres ir.
Lo mejor es que la mires fijamente y si ella te devuelve la mirada, le
sonrías. Lo normal es que se te acerque o te pida por gestos que te
acerques a ella.
DE QUE HABLAR CON UNA PUTA
Las prostitutas están ahí para ganar dinero, pero también son
personas, es conveniente que lo recuerdes y lo tengas en cuenta.
También debes tener en cuenta que como en todas partes hay
buenas personas y malas personas.
Lo que nunca debes decirle o preguntarle a una puta:
„hEres una puta (en todos los aspectos)
„h¿Tienes novio?
„h¿Lo hacemos sin condón?
„h¿Repetimos?
„h¿Me quieres?
„h¿Acaso no es el mejor polvo que has echado en tu vida?
Lo que les gusta oír:
„h¿Vamos ya a la habitación?
„hYa me he corrido
„hMe quedo media hora mas, apúntamela
„hEl día que me veas entrar en el club es que vengo a follar contigo.
(Claro, si ya has follado
con ella al menos una vez)
„hSi te vienes a mi hotel te doy 100.000 pelas
„h¿Quieres tomar algo? (Una sola vez)
„h¿Te ayudo a lavarte el coño? (Curiosamente funciona de maravilla
la mayoría de las veces)
Suponiendo que ya has elegido la chica que te gusta y estas decidido
a hacerlo con ella, la cosa es bastante fácil.
La acompañas hasta la recepción, donde ella recoge las llaves de su
habitación y sus efectos personales.
Subes arriba donde estará la encargada general (normalmente
llamada “mami”). Allí la chica te pedirá el dinero y un par de euros
para las sábanas y los preservativos (que no tienes porqué darle, eso
allá tu).
Otra cosa a tener en cuenta es lo siguiente: si le pagas antes de
entrar a la habitación y la tía no te hace nada o pasa de ti o te lo hace
mal, has perdido los 50 euros. A veces es mejor pagarles al final si
puedes, aunque la tía se mosquee.
A continuación la acompañas a su habitación, que suele estar
equipada con dos camas, pues comparte cuarto, pero no te
preocupes que mientras estés con tu chica nadie te molestará.
Una vez en tu habitación no te cortes, desnúdate completamente y
ella hará lo mismo.
Antes de meterse en situación está la cuestión del aseo íntimo. Ella te
llevará al cuarto de baño y te lavará con agua y jabón, a continuación
se lavará ella y una vez echo esto, pues nada, a meterse en faena.
No te preocupes por el tiempo, pues esto mermará tu concentración,
deja que se encargue ella de saber si ya lleváis media hora o no.
Como en todos los oficios, las hay buenas y malas en su trabajo.
La buena puta:
„hLa que te hace creer que está disfrutando contigo
„hLa que dice a todo que sí
„hLa que no te reprocha nada
„hLa que parece que no tiene prisa
„hLa que te acaricia mientras folla
„hLa que te besa en la boca
„hLa que se preocupa por ti
„hLa que te sabe provocar antes de entrar a la habitación
„hLa que solo habla de ti, de ella yde sexo
La mala puta:
„hLa que es un mueble y ejerce como tal
„hLa que no sabe mentir (Por ejemplo: Gime mal o te dice que tienes
la polla enorme cuando
sabes que no es así)
„hLa que grita demasiado
„hla que dice frases sacadas de película porno mala
-Aaayy siii cariiñooo quee ricoooo-
„hLa que te mete prisa
„hLa que habla con otras u otros de cómo le fue contigo
„hLa que se lava sin jabón
„hLa que da la sensación de que te hace un favor
„hLa que te la chupa solo con condón
„hLa que no sabe disimular que es todo por interés
„hLa que te habla de otros clientes
„hLa que insiste demasiado en sus propuestas
„hLa que solo admite llevar ella la iniciativa
„hLa que quiere dar la impresión de ser muy profesional
„hLa que te dice: córrete ya que me tengo que ir
„hLa que huele mal
„hLa que no deja que le toques las tetas u otras partes de su cuerpo
Consejos:
Una vez te has acostado con una puta y quedas para salir por ahí
después, fuera del club, nunca esperes que aparezca. Puedes hacerlo
por curiosidad pero nada más.
Lo mas normal es que no se presente. Si te dice que te quiere,
exígele que no te cobre si os vais a ver en otra ocasión fuera del
club. Habla y pregúntale antes de entrar a la habitación qué es lo que
vais a hacer. Es muy morboso y excitante si entráis en detalles. Si no
te cortas y usas tu imaginación, te puedes llevar una buena y
agradable sorpresa. Además, es mejor pre-acordar lo que vais a
hacer antes, si te la va a chupar con o sin preservativo, si acepta el
anal, etc...
Al entrar en un club escoge tu, que no te escojan ellas. Es muy
normal que se te acerque una y se te arrime poniéndote muy
caliente, tanto que accedas irte con ella. Ten sangre fría y
elige bien, tomate una copa tranquilamente y otea el horizonte sin
prisa Si has bebido mucho, acuérdate de mirarla bien antes de
decidirte, porque puedes terminar con una vaca en la cama o un
travesti ( a un amigo mío gallego le paso eso).
Nunca entres en la habitación pensando solo en la penetración.
Resulta mucho mejor ir con la mentalidad de pasar un buen rato.
Nunca digas a quien te has encontrado allí, entre otras cosas, porque
tú también estabas y esa persona también = pacto entre caballeros
Lo mejor es ir solo, así siempre harás lo que te de la gana.
Si alguna te sonríe y no te gusta, dedícale una media sonrisa y mira
para otro lado haciéndole ver que no te interesa. Eso es mejor que se
acerque, ya que una vez este cerca de ti será mas difícil quitártela de
encima. Nunca invites a tomar algo a una chica después de salir de la
habitación; ella te prestará poca atención porque estará buscando
otro cliente. Para ella ya eres historia.
Vete entre semana y a primera hora; a última hora ya están cansadas
y los fines de semana o los festivos están demasiado ocupadas como
para no tener prisa.
Sobra decir que nunca debes de meterte en la conversación entre un
cliente y una chica. Si es un amigo, te limitas a saludarlo y a irte.
Si cuando has acabado de follar, piensas que era mejor haberse
hecho una paja, no pasa nada, en esto ya se sabe, hay polvos
gloriosos y polvos que no van a ningún lado, como la vida misma.
No por pagar mucho tu polvo va a ser de mayor calidad. y no por
tener a un bellezon delante vas a disfrutar mas, lo mas probable es
que te corras antes. A veces son mejores las chicas normalitas que
parece que nunca han roto un plato.

CONCLUSIÓN FINAL
Espero que tus dudas hayan quedado resueltas, al menos en su
mayor parte. La primera vez es difícil que llegues al orgasmo, pues al
no estar acostumbrado a hacerlo con prostitutas puede que te cortes
bastante.
En contra de lo que puedas pensar, no es aconsejable masturbarse
antes de ir allí, pues cuanto más excitado estés mejor será. Tranquilo
que no te vas a correr en los primeros dos minutos. Todos los que se
han masturbado antes de ir no han conseguido correrse.
Cuando hayas acabado, pues nada, te vistes, dos besos y hasta más
ver. Sales tranquilamente del local y ya habrás probado otra cosa en
la vida.
Un último consejo es que no te aficiones demasiado, a no ser que
tengas más dinero del que puedas gastar. Como norma general
aconsejaría una vez cada mes o dos meses, así no mermarán tus
ingresos y estarás medianamente satisfecho.
Hay personas que se gastan un capital en estos sitios, pero es debido
a que se dejan una buena pasta emborrachándose en el local. Si te
gusta beber te aconsejo que primero vayas a un bar normal y luego
al club, así te ahorrarás un 70% del dinero.
Por último decirte que no te encapriches de ninguna de las chicas del
local, pues puedo asegurarte que por muy simpáticas que sean
solamente las mueve el interés y el dinero.
Suelen renovar el surtido de chicas cada mes o así, precisamente
para evitar confraternizar demasiado con ellas, además de evitar que
siempre sean las mismas chicas las que estén en ese local, lo cual
puede ser muy aburrido si llevas bastante tiempo frecuentando el
sitio.
CAPITULO QUINTO
¿PUEDEN CAMBIAR LAS COSAS?
Esto ya entraría en una temática totalmente nueva, y actualmente
estoy desarrollando la metodología necesaria.
Próximamente será publicado con el mismo título de la presente obra,
pero añadiendo (parte 2).
Básicamente se trata de encontrar la forma de detener y revertir el
actual estado de cosas en lo que a las mujeres se refiere.
El trabajo será lento, lleno de altibajos y exigirá un total sacrificio,
pero puede que en las siguientes generaciones, los frutos de nuestro
trabajo hagan que nuestros descendientes (hablando libremente)
puedan volver a llamarse HOMBRES de nuevo y tengan la
oportunidad que nosotros no hemos tenido.
Liberarse de la tiranía de la mujer y tener acceso a un buen puesto de
trabajo, a un buen sexo y a la seguridad de conservar los propios
bienes, los frutos del propio trabajo, se casen con quien se casen y
hagan lo que hagan.
CONTINUARÁ…

A continuación, por cortesía de Ediciones El Cobre, reproducimos el


primer capítulo del libro "Todas putas", de Hernán Migoya.
Cuando era muy pequeño, me enamoré de una niña de mi clase. Mi
persona sólo despertaba en ella indiferencia. Un par de años más
tarde, yo debía tener doce o trece, discutíamos sobre quién era más
fuerte, si el hombre o la mujer. Para demostrarle mi opinión,
descargué un fuerte puñetazo en la boca de su estómago que la hizo
doblarse. Aún recuerdo la bronca de mi profesor y sus ojos de ira y
abyección. Desde entonces, hago lo mismo con todas las cosas que
amo: les propino un puñetazo en el estómago.
EL AUTOR

El violador
Ahora que todos los negros son buenos y todos los maricones unos
seres muy simpáticos, a ver si la sociedad ésta se reúne y decide de
una vez que no todos los violadores somos mala gente. A veces he
tenido que oír que en guerras de ésas que pasan por la tele, del
tercer mundo o del este de Europa –que cada vez se acercan más,
esto ya empieza a acojonar un poco–, más atroces aún que las bajas
civiles se quieren considerar las violaciones perpetradas a las
mujeres. Y no, hombre, eso no. No hay derecho.
Siempre será mejor violar a una mujer y dejarla viva, que no violarla
y matarla. Yo no sería capaz de matar a una mujer, no tendría
estómago para ello. Pero violarlas, les aseguro que no produce
ningún remordimiento.
Claro que entiendo que, hoy en día, con el miedo que da llevarle la
contraria a la opinión pública femenina –o, mejor dicho, a las pocas
mujeres que acceden a los medios de comunicación; en otras
palabras: a las que no representan a nadie–, todos tenemos que
agachar la cabeza y decir que sí, que una violación es peor y más
aberrante que la misma muerte. Porque si lo negamos, siempre
acaban arguyendo lo mismo: «Es que vosotros nunca podréis saber lo
que se siente al ser violado». Hombre, eso es relativo, aunque ellas
seguirán diciendo que una violación a un hombre no es lo mismo que
una violación a una mujer. Así pueden seguir obteniendo el beneficio
de la duda, y seguir aprovechándose de ese privilegio que les
proporciona el supuesto horror absoluto que provoca la mera mención
de una violación femenina. Hacen que el hombre se sienta culpable al
saberse posibilitado para violarlas – aunque jamás se le haya pasado
tal barbaridad por la cabeza; bueno, je, je, ¿a quién no se le ha
pasado por la cabeza?–, y entonces uno les consiente todo, víctima
de un chantaje emocional implícito, como si ya tuviéramos que
disculparnos a priori por nuestra capacidad de follarlas, o incluso de
sentir deseo sexual.
De todas formas, hay que reconocer que, en el fondo, ahora que lo
pienso, en eso de que una violación a un hombre no es lo mismo que
a una mujer, tienen razón: yo he violado alguna vez a un hombre –
cuando todavía no había decidido por qué género decantarme–, y les
puedo jurar que no tiene nada que ver con violar a una mujer.
Vamos, ni punto de comparación.
De todas formas, reincidiendo –en el sentido legal de la palabra–en lo
escrito anteriormente, ¿qué importa que un hombre no pueda saber
lo que es ser violado? A esto se podría aducir que tampoco
sabemos lo que es tener un hijo, y hasta ahora ninguna ha preferido
matarse a tenerlos. En todo caso, prefiere matarlo a él, a la pobre
criatura. Y tampoco es que tengan demasiados remordimientos para
hacerlo. Pero claro, eso sí que no podemos castigarlo. Ellas se cargan
al hijo y no pasa nada. Pobrecitas, qué pena me dan. Seguro que lo
han hecho por una cuestión de necesidad. En cambio, nosotros sólo
intentamos que nos den algo de cariño, y ya somos unos criminales
aborrecibles. Y nuestras necesidades, ¿qué? Y ellas se aprovechan de
eso, como siempre. Así que le hacen creer a todo el mundo que no
hay cosa peor que una violación. A lo mejor no hay cosa peor, pero
yo prefiero vivir, por muchas veces que me hubieran violado, a que
me maten. Al menos después podré elegir si deseo seguir viviendo. Si
al final quiero realmente morir, pues me suicido y ya está. Pero
siempre será mejor dejar decidir a la persona, ¿no? ¿No lo creen
ustedes así? Y, entre nosotros, yo que he violado a muchas mujeres,
déjenme decirles algo: no es para tanto.
Porque, recuperando el hilo lógico de mi razonamiento, a eso es a lo
que iba. Yo no soy tan mala gente, si se paran a pensarlo. Sí, abuso
sexualmente de una persona contra su voluntad. ¿Y? De otras abusan

laboralmente, de otras afectivamente, y de otras económicamente. Y


no pasa nada. Es más, la ley no suele penar ni una mínima
proporción de todos esos casos: ¿quién mete en la cárcel al hijoputa
que te ha robado el corazón? La realidad es que estamos
acostumbrados a todo tipo de abusos. Entonces, ¿por qué no a las
violaciones? ¿Por qué seguimos demonizando a los violadores, como
si fueran monstruos, cuando son personas normales y corrientes,
honrados padres de familia con una pequeña afición que da la
casualidad de que ahora está considerada un delito y tipificada como
tal? No digo yo que no haya que castigarlo, pero tampoco
exageremos. Que una violación es sólo eso, una violación, y a veces
ni siquiera sabes si lo es. En el fondo, ¿cómo va uno a estar seguro,
si igualmente, desde el principio de los tiempos, ellas nunca te dicen
si quieren follar o no? Ellas nunca te dicen nada. Porque, entre
ustedes y yo, ¿con cuántas mujeres se han acostado a lo largo de su
vida que hayan accedido verbalmente a hacer el amor, diciendo «sí»
explícitamente? Permítanme dudar que sean demasiadas. Sin
embargo, ¿con cuántas mujeres se han acostado que al principio
dijeran claramente «no»? Con algunas, ¿verdad? –y si no lo han
hecho, amigos míos, déjenme decirles que se han perdido
ustedes muchos buenos polvos. Eso, en cierta forma, les convierte
también a ustedes en violadores, ¿no? Siguieron adelante, sin un
consentimiento previo, contra la voluntad de ellas, ¿verdad? ¿O
contra la «aparente» voluntad de ellas? ¿Quizá es que estaban
ustedes seguros de que cuando ellas decían «no» en realidad querían
decir «sí»? ¿Se supone entonces que debemos estar siempre
adivinando lo que en realidad piensan ellas? ¿Y cómo vamos a poder
saberlo nunca con seguridad? ¿Lo saben acaso ellas alguna vez con
seguridad? ¿Y cómo vamos a poder fiarnos de un género humano que
ni siquiera es capaz de decir lo que piensa y desea? Yo se lo diré,
amigos, no se preocupen, que para eso ya estoy al otro lado de la
ley: sencillamente, uno no puede fiarse. Si un hombre respetara
desde el principio lo que opina una mujer, el ser humano se habría
extinguido hace eras.
Así que todo el juego consiste sólo en eso: nunca retirarte antes de
tiempo. Y yo me limito a saber aguantar hasta el final. ¿Cómo voy a
estar seguro de si quieren follar o no, si nunca me lo van a decir?
De hecho, antes de descubrir este maravilloso y revolucionario
método que ha cambiado de golpe mi vida, en aquellos años en que,
como cualquier otro tipo vulgar, aún seguía al pie de la letra el rito de

apareamiento de la civilización occidental –léase citas–, siempre


follaba más cuando aceptaba de buen grado la primera y rotunda
negativa de mis acompañantes femeninas, haciéndoles creer que no
me importaba acostarme o no con ellas: luego venían ellas a mí, más
sumisas que un chihuahua, y acababan chupándome la polla, se lo
juro a ustedes. Yo también pasaba, por supuesto, por todos los
prolegómenos de rigor: la cena, los locales nocturnos, las bebidas
para emborracharlas, los halagos... En el fondo, era lo mismo que
violarlas, pero además engañándolas o, mejor dicho, permitiéndoles
que se autoengañaran ellas solas, pues no creo que fueran
tan tontas como para no saber lo que estaban haciendo, aunque su
manera de acercarse oblicuamente a todas las cosas nunca les
permita ser sinceras consigo mismas: créanme, llegué a conocerlas
bien, y tan tontas no pueden ser ni, de hecho, lo son. Yo sabía
exactamente lo que tenía que hacer y decir, cuánto dinero invertir en
ellas, y el método a seguir para lograr que se abrieran de patas sin
que me dijeran nada, porque sabía que nada me iban a decir, aparte
de una ligera protesta inicial. Pero acabó siendo muy cansado, y me
harté de repetir ese laborioso y rutinario proceso. Así que decidí
saltármelo. Ahora, en vez del marisco, las copas, el champán y la
conversación irrelevante, me limito a utilizar un destornillador para
que se bajen las bragas –que, a fin de cuentas, es el objetivo último
que todos buscamos–, y las follo directamente, sin esperar a que
acaben de decidirse, sin engañarlas ni sentirme un estafador. Claro
que siguen protestando, pero eso ya lo hacían antes. Ahora me siento

realizado y sincero con ellas, no tengo que maquillar las cosas y


consigo que, por fin, afronten y reconozcan abiertamente el hecho
sexual, ese hecho que siempre evitan encarar, como si fuera un
sentimiento exclusivo de los hombres para motivo de la vergüenza y
escarnio de éstos. Ya no me siento mal pensando que les oculto mis
verdaderas intenciones. Ya no les miento. Y les prometo que, manda
cojones, por el brillo de sus ojos, a alguna parece que hasta le gusta,
aunque por supuesto nunca sería capaz de reconocerlo ante ella
misma –tampoco son capaces de reconocer ante ellas mismas casi
ninguna otra cosa. Vale, no soy tan ciego como para pensar que les
gusta a todas. Ser violada debe ser un mal rollo, lo confieso, y violar
no está bien –niños, no hagáis esto en casa, ni fuera de ella: os lo
dice un experto; ah, y si tenéis que hacerlo, utilizad al menos un
condón, que vete a saber lo que podéis pillar con según quién. Pero
de ahí a matarlas, hay un trecho. A algunas mujeres las he
traumatizado, sí, pero para otras me he convertido en su mejor
experiencia sexual. Eso debería ser una eximente, ¿no?
Tampoco exijo que me cuelguen una medalla, pero moral, éticamente
y desde cualquier otro punto de vista, yo, que siempre me he
considerado una persona de izquierdas, me niego a que me juzguen
como si fuese peor que un asesino. Al menos, que reconozcan eso.
Por ello no es justo que se pidan penas tan altas para las personas
como yo. Y menos la castración. Vamos, eso es una salvajada. A los
Derechos Humanos me remito.
Una cosa es que se diga que todos los violadores están enfermos, que
no saben lo que hacen, y que eso les exime de cualquier
responsabilidad –no sé los demás, pero yo no me considero enfermo
para nada; soy responsable de mis actos, sé exactamente lo que
hago, y me gusta–, y otra, que todos deberían estar capados.
Hombre, no exageremos. Si violar es un crimen tan atroz, ¿es que
castrar no lo es? Al parecer, según la sociedad «civilizada», no.
Sería de desear una serie de campañas informativas y cívicas, bajo
algún lema apropiado –desde mi modesta aportación, yo propondría
por ejemplo «Violar también es amar», que siempre quedaría bonito
y como sensible–, para que los ciudadanos puedan conocer mejor a
ese ser marginado e incomprendido que es el violador, víctima y
verdugo al mismo tiempo de una sociedad reprimida y represiva. Esas
campañas yo las haría extensivas a las prisiones, lugares donde los
violadores tienen especialmente mala prensa, para que los
compañeros reclusos nos respeten un poquito más: créanme, no es
nada reconfortante pensar que a una condena en la cárcel se sumará
casi con seguridad el acoso por parte de innumerables malhechores e
indeseables dispuestos a dejarte el culo como un abrevadero de
patos. En la calle, la ley defiende a la víctima de una violación. Pero,
en la cárcel, ¿quién defiende al violador violado? ¡Nadie!
Por eso lanzo desde aquí mi reivindicación de que los violadores no
somos gente tan monstruosa ni despreciable. Sólo tenemos mala
fama. Somos como los demás, como usted o como aquel otro. Hay de

todo, como en todo. Como en los taxistas.


Eso sí, las mujeres son todas unas putas. Seguro que ustedes lo han
pensado también alguna vez, ¿verdad? ¿Lo ven? Entonces estamos
todos de acuerdo.
En el foro de donde saqué este relato venía incluido el comentario de
una mujer, me pareció oportuno añadirlo también.
1. Me ha gustado mucho vuestro comentario hacia el libro de \"todas
putas\", sobre todo la comparación con un libro terrorista es muy
representativa; me gustaria que destituyeran a esta mujer de su
cargo en el instituto de la mujer. En cuanto al escritor, se ha hecho
famoso, que seguramente es lo que quería.
Saludos, y dáos más prisa con la página .
Comentario de rosa — 22/5/2003 19:05
FIN Bueno, aqui está, la segunda parte en breve...

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