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Buena parte de las sustancias que existen se encuentran en un estado en específico que,
junto con el sólido, se denominan: líquido, gaseoso y plasmático. La palabra sólido
deriva del latín solĭdus, que significa fuerte o firme.
Las materias en estado sólido son uno de los más comunes y observables, éstas solo se
pueden mover a través de la oscilación o vibración de sus partes fijas y sus partículas no
pueden trasladarse libremente de un lugar a otro a lo largo del sólido.
Sin embargo, hay materias que pueden cambiar de un estado sólido inicial y fundirse
tras alcanzar el punto de fusión, esto gracias a que la velocidad de movimiento que
alcanzan las moléculas ya que vencen la fuerza de atracción y abandonan su posición
fija y su estructura cristalina se destruye lentamente.
Otra característica que se puede añadir es que cuando la materia se encuentra en estado
sólido y de reposo presenta una resistencia que impide modificar su maleabilidad y
ductilidad.
Sin embargo, muchos sólidos se pueden deformar porque tienen diversas propiedades
como la elasticidad con la cual una materia sólida puede recuperar su estado inicial
luego de haber sido deformado). También puede tener otras propiedades como la dureza
o la fragilidad.
Por otra parte, las materias en estado sólido pueden aumentar o disminuir su volumen
cuando se exponen a temperaturas muy altas o bajas. A estos fenómenos se les conoce
como dilatación y contracción.
También, algunas materias en estado sólido pueden ser amorfas, rígidas y de alta
densidad.