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Todas las mujeres cuando somos unas niñas deseamos vestirnos de princesas e igual que en

las películas, encontrar a nuestro príncipe azul. Pero yo Desde que era pequeña el sueño de
mi boda fue muy particular.
Crecí en una familia muy tradicionalista, rodeada de ciertos rituales que acompañaban todos
los festejos de bodas a las que asistimos y gracias a los cuales hoy tengo ilusión de vivir en mi
propia boda.
Sin más preámbulos les cuento todos los detalles de mi boda:
La propuesta.
José y yo nos conocimos por unos amigos que tenemos en común, Pepe y Carmen, ellos
fueron los ángeles que Dios mando para hacer de nuestros caminos uno solo. Desde que nos
conocimos José y yo sabíamos que teníamos que permanecer juntos siempre, supimos que
éramos el uno para el otro gracias a un viaje que hicimos al pueblo de la familia de mi mamá.
La propuesta fue mucho mejor de lo que siempre soñé, lo hizo nada más y nada menos que
en complicidad con cuñado y mi hermana, quien sabía que mi sueño era que pidieran tal
compromiso en la fuente frente a la catedral de Guadalajara, y así lo hizo, acompañado de un
ballet folclórico y replicando las campanas de la hermosa catedral, le dije que SI.
El anillo.
Mi reglo símbolo de compromiso es el más hermoso de todo el planeta, es simplemente
perfecto, mi prometido es muy detallista y analista en lo que regla, para que todo detalle sea
perfecto. Así, como decimos aquí en México, “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo
alumbre”.
La iglesia, nuestro compromiso con Dios.
Después de tanto estar a vuelta y vuelta, obtuvimos información correcta para reservar la
fecha en el lugar de mis sueños, la catedral de Guadalajara, mi futuro marido está cumpliendo
cada uno de mis sueños y el lugar exacto no podía ser una excepción. Cuando reservamos la
catedral y nos preparamos para en matrimonio en pláticas prematrimoniales, fueron
momentos en los que sin darnos cuenta, poco a poco reafirmábamos que lo que tanto
queríamos era vivir juntos de la mano de Dios.
El vestido.
Hay quienes se obsesionan por encontrar un vestido ideal, el perfecto, el de sus sueños, pero
cuando mi vestido llegó a mí, supe porque no tenía que soñar, porque mi vestido lo había
conocido ya 12 años atrás, aunque claro yo jamás imagine en ese momento que mi vestido
seria ese. Y es que nuestra madrina de velación, mi tía Perlita, me permitió usar su vestido,
claro, con algunos arreglitos personales.
Los Zapatos.
Un día caminando por el centro de mi amada ciudad iba con mi dama de honor, mi hermana
Melissa y entramos a una de nuestras tiendas favoritas de zapatos. Desde que los vi, debo
admitir que me enamoré, aunque al ver el precio me desanime bastante, pero llegue y le
platiqué a José y fue entonces que me dijo “toma dinero de nuestra alcancía y cómpratelos,
quiero que tengas la boda que siempre hayas soñada y que mis posibilidades me permitan.
El Lazo.
Hemos estado rodeados de muchos ángeles en este proceso, haciendo de estos, los
preparativos más hermosos en la historia de las bodas. Un buen día encontré un concurso
donde al inscribirte te regalaban el lazo para tu boda y cual va siendo la sorpresa, que era el
mejor lazo del mundo, tan lindo como toda novia quiere tener el suyo.
El salón.
En una búsqueda desesperada cuando no encontrábamos la fecha disponible en ningún lado,
el salón que gracias a mi prometido encontramos con fecha disponible es uno cuya temática
es completamente adaptada a lo que nosotros queríamos. En un paquete todo incluido
pudimos ver reflejada nuestra boda perfecta.
Y bueno yo sé que aún faltan muchos detalles por escribir aquí pero la mayoría son secretos
que guardo para mis invitados.
Espero sea de su agrado. Con amor, Dany.

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