Está en la página 1de 1

CONFLICTO DE LA TRAGEDIA GRIEGA EN EL MARCO DEL MITO

Los mitos son definidos como la primera forma de reflexión que, como la filosofía, nace
del asombro. Cuando el hombre primitivo percibía algún fenómeno o movimiento que
producía una fuerte impresión en su mente, ésta imaginaba una fuerza o voluntad activa
por detrás de ese suceso, poblando a la naturaleza de deidades, espíritus benéficos o
siniestros. De este modo el mundo mítico de los griegos se va conformando a través de un
proceso evolutivo, en donde la noción del mundo del hombre se va modificando y
complejizando.
Es casi a la mitad de este proceso en donde surge la tragedia clásica, cuando las figuras
míticas, dioses o héroes, se transforman en expresión de ideales éticos. La obra Edipo Rey
de Sófocles es una tragedia griega en la que el conflicto se centra en Edipo, quien a
medida que intenta alejarse de las fuerzas del destino, inevitablemente camina directo a
ellas.
A lo largo de la historia el protagonista buscará huir de la profecía que lo condenaría a
matar a su padre y contraer matrimonio con su madre. Sin embargo, a pesar de todos sus
esfuerzos, termina enfrentando ese terrible destino.
A través de la representación de la tragedia se buscaba que el alma del espectador se
eleve y purifique de sus pasiones a la vista de la miseria humana (que suscitaban
sentimientos de piedad o terror). Este proceso de purificación se denomina “catarsis”.
El eje central de las tragedias clásicas era el restablecimiento doloroso del orden – orden
al que Edipo atento al intentar ir en contra del destino marcado por los dioses-, y el
alumbramiento traumático del deber en su doble aspecto: religioso y político.
La obra de Sófocles, como muchas otras de la época, era utilizada con fines didácticos, ya
que se buscaba aleccionar a la sociedad con respecto a temas relacionados con el temor y
respeto por los Dioses y el carácter implacable de la justicia. En la obra del filósofo, Edipo
se enfrenta a un castigo divino al ir en contra de sus leyes y, al mismo tiempo, recae en él,
como monarca, la responsabilidad de ejecutar justicia. Por lo que decide autocastigarse al
arrancarse los ojos y desterrarse de la ciudad.

También podría gustarte