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CONDICIONES GENERALES:
La población cubana crece poco durante este siglo, tenía
sólo 20 000 habitantes entre blancos, negros, indios y
mestizos.
Se incrementan los ataques de Corsarios, piratas y
filibusteros.
Surgieron nuevos núcleos poblacionales.
Se extendió el cultivo del tabaco, toma fuerza la
ganadería y la exportación de maderas preciosas. Ésta
última llegó a ser una floreciente industria.
Disminuye la construcción de obras militares y se
multiplican las casas con muros de albañilería y
cubierta de tejas.
En la arquitectura civil y religiosa se aprecia la
influencia de los estilos de la metrópolis.
Las obras constructivas alcanzan en ésta época un
carácter arquitectónico definido.
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Alrededor del traspatio se localizaban las habitaciones
para el servicio doméstico.
La casa, aún la más modesta, poseía un patio, tenía
generalmente dos galerías en sus lados menores y
ocasionalmente una en su lado mayor.
Las fachadas son apaisadas, con puntales bajos, carecen
de entresuelo.
Sobre los gruesos muros descansan los techos de tejas a
vista.
No existe una cornisa propiamente. Ocasionalmente se
empleaban varias hiladas de tejas o ladrillos volados.
Los últimos fundamentalmente en la región central. Este
contaba con una hilada intermedia colocada en diagonal o
“Sardinel”.
El alero de tejas voladas se conoce con el nombre de
Tejarós. El de ladrillos volados se conoce con el nombre
de sardinel.
La disposición de los vanos era balanceada y simétrica.
Aplicaban colores brillantes a los muros y carpintería,
en contraposición con el encalado morisco.
Las portadas son lisas, ocasionalmente rematadas por
pilastras sencillas adosadas a ambos lados. Ellas
sostenían un tablamento simplificado.
Las puertas eran de dos hojas, clavadizas o españolas; o
de cuarterones pequeños.
Las rejas eran de madera con balaustres torneados.
Las rejas exteriores eran con frecuencia voladizas.
El material de construcción más utilizado en el siglo
XVII era la tierra mojada y apisonada conocida también
por el nombre de tapias. Se combinaban con hiladas de
ladrillo, ladrillo asentado con barro o mortero de cal y
arena.
Sobre el muro se colocaba una estructura de madera
denominada soleras, que soportaban los techos de
alfarjes o armaduras.
Los vanos se cubren con soluciones adinteladas o
alquitrabadas (Rectas); o con arcos de mediopunto,
rebajados o carpanel; y trilobulados, también arcos
capialzados.
Los techos en planta baja se cubrían con solución plana
de vigas de madera; los dela planta alta eran de
alfarjes, también conocidos como de par y nudillo,
poseían tirantes los que en Cuba se dieron dobles o
pareados, también con cuadrales en las esquinas.
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PLAZAS HABANERAS IMPORTANTES:
En el terreno del urbanismo el desarrollo y evolución
del sistema de plazas y espacios públicos cobra
particular importancia, sobre todo en la ciudad de La
Habana. Entre ellas se destacan:
a) Plazuela de la Ciénaga (Hoy Plaza de la Catedral).
b) Plaza de San Francisco.
c) Plaza del Cristo.
CONSTRUCCIONES RELIGIOSAS:
En su mayoría tuvieron planta rectangular, de una sola
nave, fachadas sencillas, una sola puerta central, o
tres en caso de poseer más naves.
En la parte central solían terminar con un piñón
rectilíneo o mixtilíneo.
La torre se situaba a un lado, formada por tres cuerpos
que decrecen en tamaño (sección en planta)
Dentro de las construcciones religiosas habaneras más
importantes se encuentran:
a- Parroquial Mayor.
b- Iglesia del Espíritu Santo.
c- Iglesia del Santo Cristo del Buenviaje.
d- Convento de San Juan de Letrán.
e- Convento de Santa Clara de Asís.
CONSTRUCCIONES CIVILES:
Fueron importantes en este período:
a- Casa del Cabildo.
b- La Cárcel.
c- Hospital de San Juan de Dios.
CONSTRUCCIONES MILITARES:
En este período se construyen:
a- Castillo de la Chorrera.
b- Castillo de Cojímar.
c- Torreón de San Lázaro.
d- Las Murallas.
Las Murallas tenían un promedio de 1.40m de espesor y
10m de altura.
Eran todas de buena sillería.
Formaban un polígono compuesto por 9 baluartes y un
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semibaluarte.
En ellos habían garitas para los centinelas.
Poseían, además, camino cubierto, plaza de armas y ancho
foso.
El 8 de agosto de 1863 comenzó su derribo, ya La Habana
había rebosado el cinturón de las murallas hacía un
siglo.