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LAS MOSCAS .

En un panal se derramó la rica miel y cientos de moscas acudieron al lugar para comerla.

-¡Qué maravilloso manjar! –decían algunas, mientras chupaban la miel.


-¡Qué dulzura, qué suavidad! –gritaban alborozadas otras, mientras se daban suculento festín.
Tan felices y contentas estaban las moscas que no se dieron cuenta de que sus patas se iban
hundiendo cada vez más en el pegajoso alimento.
Cuando trataron de alzar el vuelo, era ya demasiado tarde. Atrapadas y a punto de sucumbir
en el dulce néctar, así se lamentaban:
-¡Infelices de nosotras que, por un instante de placer, perdemos la vida de la manera más
torpe!
PLACERES EN EXCESO
ALGÚN MAL EN PROCESO.

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