Está en la página 1de 18

LOS ORIGENES DE LAS ACCIONES GUERRILLERAS.

EN ARGENTINA DE LA

DÉCADA DEL SESENTA

Lic. Ricardo Di Mario

La militancia de la más variada procedencia ideológica se orientó a organizar

grupos armados como respuesta al golpe de estado librado por la autodenominada

Revolución Libertadora. Las primeras experiencias de vía armada que podemos

reconocer, se dieron entre los años 1958 y 1964. Estas acciones iniciales fueron parte de

un período de experimentación de distintas opciones como las del grupo Uturuncos que

exigía en 1959 la anulación de los contratos petroleros, la renuncia del presidente

Frondizi y bregaba por el retorno de Perón al país. Sus miembros eran ex-militantes del

Partido Socialista de la Revolución Nacional (PSRN) fueron desarticulados durante el

año 1960.

Una acción de envergadura, de carácter “urbana”, fue la toma del Instituto

Geográfico Militar realizada en Junio de 1962, perpetrado por un grupo de militantes

que luego formarían las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL); este hecho precedió al

asalto al Policlínico Bancario1, y acción que suele señalarse como la primer experiencia

de guerrilla urbana, fue realizadas por el Movimiento Nacional Revolucionario Tacuara2

(MNRT), movimiento integrado por grupos nacionalistas, peronistas de distintas

vertientes. Entre las primeras acciones de Tacuara pueden mencionarse el atentado

contra Guillermo Kehoe y Adolfo Trumper, ambos abogados miembros del Partido

Comunista (PC), realizado el 28 de Febrero de 1964; un ataque con bomba a la

Aerolínea Británica (BOAC) el 9 de Marzo de este año. En Marzo también son

1
Autores como Karina García en su artículo “Policlínico Bancario. El primer golpe de Tacuara” en Todo
es historia nº 373; o Gutman, Daniel señalan a Tacuara como la primera guerrilla urbana en la Argentina.
2
Quienes provenían del Movimiento Nacional Tacuara (MNT) era una organización de derecha que
representa algunos sectores de la pequeña burguesía enfrentada a las fuerzas de la izquierda tradicional y
enemiga de los Estados Unidos y asociaciones de origen judío. Sus principales acciones se realizaron
durante el año 1964.-
detenidos algunos integrantes de la agrupación; que fueron procesados por el asesinato

de Raúl Alterman. Otra acción del grupo fue la toma simbólica del Cabildo el 20 de

Noviembre del mismo año, para conmemorar el día de la soberanía nacional. En mayor

o en menor medida en esta primera etapa, todas estas agrupaciones convergerían en lo

que se denomina la resistencia.

Otras organizaciones optaron por formas combinadas –urbanas y rurales- para

sus acciones, como es el caso de las Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional

(FARN) creadas por Nahuel Moreno, con cierta orientación properonista.

Al mismo tiempo que cada vez más los jóvenes militantes radicalizaban su

posición política los Partidos tradicionales de la izquierda argentina atravesaban una

profunda crisis como es el caso del Partido Socialista y del Partido Comunista. Los años

posteriores a 1955 protagonizaron el fin de una etapa de la izquierda tradicional y

dieron nacimiento a nuevas formas de izquierda. Para algunos analistas de estos temas

como Vazeilles3, “la crisis del Partido Socialista fue más rápida que la del Partido

Comunista lo que debe atribuirse a la mejor adecuación al maniqueísmo autoritario


4
que este último organizó alrededor de la admiración por la Unión Soviética”. Estos

partidos lejos de admitir que esas radicalizaciones eran mayoritarias en sus filas

recurrieron a métodos fraudulentos para preservarse en las cúpulas de sus

organizaciones.

En la década del sesenta surgieron nuevas organizaciones guerrilleras que siendo

pequeñas inicialmente, fueron incrementando su caudal en adherentes y su influencia en

la vida política y social del país. Vinculamos estas asociaciones con el proceso de

gestación de lo que se denominó Nueva Izquierda (NI), influidas por el proceso de

3
Vazeilles, José Gabriel “La izquierda argentina que no fue” Estudios de historia ideológica. Ed.Biblos.
Bs.As. 2003. P 50
4
Vazeilles. Ob Cit amplía diciendo: Su dependencia de Moscú sería muy resquebrajada por la irrupción
de la Revolución Cubana y por el conflicto Chino-Sovietico.
descolonización de mediados del siglo pasado, la revolución vietnamita y

específicamente por la revolución cubana. Estas, tenían nuevas lógicas organizativas,

daban decisiva importancia a la lucha armada como un camino a la toma del poder,

constituían un discurso renovadamente anti-imperialista y se identificaban con los

sectores oprimidos, de allí su difícil relación con la compleja identidad peronista de la

clase trabajadora argentina. Cada una de estas organizaciones fue producto de su época,

y todas se esforzaron por conectar las reivindicaciones populares a su visión del

socialismo5.

Como experiencia “foquista pura” deben ser mencionadas las operaciones

guerrilleras en las provincias del noroeste que fueron desarticuladas rápidamente por las

fuerzas de seguridad del Estado. La existencia de estas acciones prístinas, tuvo una

directa relación con el proyecto de Ernesto Guevara de instalar un foco revolucionario

en Salta. El llamado Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) operó entre los años 1963 y

1964, dirigido por Jorge R. Masetti “Comandante Segundo”, en los límites con Bolivia,

marcó la fugaz y trágica experiencia de este argentino que había entrevistado a Fidel

Castro y al Che en la Sierra Maestra, que se había destacado inmediatamente como un

cuadro revolucionario. El fracaso de esta experiencia anticipaba a menor escala lo que

le ocurriría al propio Guevara unos años más tarde6. Y si bien en los orígenes del

surgimiento guerrillero argentino, tuvo una relativa resonancia política y social, no

puede dejar de analizarse como parte de los momentos fundacionales del accionar de la

teoría política de la lucha armada.7

5
Pozzi Pablo, Schneider Alejandro: Memoria y socialismo, historia de la militancia Argentina 1965-
1975, pp 40-53. En Taller vol3 n°6. Abril 1998
6
Tarcus, Horacio. Prólogo del importante trabajo de Gabriel Rot sobre “Los orígenes perdidos de la
guerrilla en la Argentina. La historia de Jorge Ricardo Masetti y el Ejército Guerrillero del Pueblo” El
Cielo por asalto. Bs.As. 2000, p.8.-
7
La guerrilla de Masetti sólo alcanzó a operar entre junio de 1963 y abril de 1964.
En la coyuntura Argentina caracterizada por la proscripción del peronismo y por

el avance del liberalismo y la transnacionalización de la economía8, el fenómeno de la

Revolución Cubana significó la profundización de las relaciones entre marxistas y

nacionalistas. Esto posibilitó la aparición de vasos comunicantes entre izquierdas,

nacionalismos y peronismo que fundó las bases de agrupaciones de diverso signo

ideológico, unidas todas por su carácter antiimperialista y nutridas por el ejemplo

cubano tanto de sus acciones: la adopción del marxismo leninismo, la expropiación de

las empresas de Estados Unidos, la reforma agraria entre otras, como las acciones de sus

hombres especialmente representados por la figura del Che.

A estas agrupaciones que tomaron forma en el transcurso de esa década pueden

analizárselas en dos etapas, la primera de acumulación revolucionaria y la segunda de

acción revolucionaria. Este trabajo pretende recorrer el primero de estos dos momentos,

tomando como caso paradigmático el surgimiento, la crisis y la ruptura del PRT9 en el

marco de esa acumulación; dejando planteado para un posterior análisis la segunda

etapa de acción revolucionaria iniciada a partir de1969.

Las acciones guerrilleras estaban de alguna manera relacionadas con factores

motivacionales e ideológicos internos a las organizaciones, pero en parte también con

circunstancias externas que alentaban a los revolucionarios a la intransigencia y de las

cuales queremos mencionar las que podemos establecer como importantes. La génesis

de las organizaciones guerrilleras de origen peronista, se produce sin lugar a dudas,

desde la etapa abierta con el golpe de estado de septiembre de 1955 y con el proceso de

la llamada “Resistencia” y en el contexto de la proscripción que sufrió el movimiento

hasta la etapa del retorno de Perón en 1973. Todas las organizaciones con características

revolucionarias fueron encontrando un camino de posibilidades para el desarrollo de sus

8
Liberalismo que se caracterizó por el avance del imperialismo financiero y la política
transnacionalizante de la economía.
9
Ver parte II
estrategias a partir de importantes sucesos latinoamericanos, como la multiplicación de

los procesos revolucionarios, la fundación de la Organización Latino Americana de

Solidaridad (OLAS) o la propia muerte de Guevara en el intento por instalar un foco

insurgente en Bolivia.

En La Habana, luego del triunfo de la revolución, junto a militantes,

organizaciones y partidos de toda América, que buscaban inspiración revolucionaria o

posibilidades de entrenamiento y equipamiento adecuados para la lucha guerrillera, se

encontraba la figura de John W. Cooke10 junto a su esposa Alicia Eguren. Estos

alentaban la organización de un grupo en el que el mismo Ernesto Guevara depositaría

parte de sus planes futuros para lo que dio en llamarse la región sur. La célula

denominada Formación Revolucionaria Peronista, se hallaba integrada por Manuel

Gaggero, entre otros hombres provenientes de la resistencia peronista y de una variada

gama de tendencias ideológicas, nacionalistas de derecha, militantes de formación

marxista y otros que sostenían, que sin el peronismo, no habría revolución posible en la

Argentina11.

Para entonces se hallaban en la isla cuadros del Partido Comunista Argentino

recibiendo instrucción militar, siempre reservándose las órdenes políticas sobre estos.

También se encontraba en La Habana, Ángel “el vasco” Bengoechea 12, dirigente del

partido trotskista Palabra Obrera, junto a media docena de militantes con los cuales

estuvo muy cerca de participar en las acciones del Ejercito Guerrillero del Pueblo (EGP)

en Salta. Para esta época Palabra Obrera dirigido por Nahuel Moreno adscribía a la

10
Delegado personal de Perón durante el exilio: ...al doctor Cooke mandé un documento en el que lo
declaraba mi representante en caso de muerte. El doctor Cooke fue el único dirigente que se conectó
conmigo y el único que tomó abiertamente una posición de absoluta intransigencia...Perón desde el exilio
en Panamá.
11
Recuerda el mismo Gaggero en “El encuentro con el Che” en “Che el argentino” Ed.Mano a Mano
Bs.As. 1997 p.31.
12
Ver biografía en Apéndice Documental
necesidad de continuar la lucha política por medio de la lucha armada13, como lo

sostenía en el seno del partido y en otros círculos de izquierda de nuestro país el mismo

Abraham Guillén14.

Las redes de apoyo urbano al E.G.P, que sostenían simpatías con la experiencia

guevarista, no tardaron en dar vida a nuevos reagrupamientos. Estas redes casi en su

totalidad desarticuladas entre sí y precariamente organizadas, sin dejar de reivindicar la

lucha armada, fueron modificando paulatinamente algunas de sus características

originarias, reemplazándolas por otras que terminaron hegemonizando la modalidad de

la lucha guerrillera en los tiempos que seguirían a la caída del propio Masetti.

En esos años iniciales comienzan a encolumnarse los primeros militantes tras un

planteo guevarista elemental, que consistía en sostener ideas tales como: revolución,

liberación nacional, el hombre nuevo y la lucha armada. En términos generales

provenían de diversas corrientes políticas y de sectores sociales y no escaparon al

común de las organizaciones armadas. Algunos habían participado en la Resistencia

peronista y hasta llegaron a asistir al Puma Mena de los Uturuncos, colaborando con su

escape del monte. Los más hicieron su experiencia en los partidos tradicionales de la

izquierda vernácula, como el Comunista y el Socialista. Otra parte provino de

experiencias en el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria Argentina (MIRA) y el

Partido del Trabajo (PT), de los que se fueron tras establecer el debate sobre la lucha

armada y quedar en minoría. De esos años datan sus relaciones con otros grupos a quien

los unía la pura acción, como el Movimiento Nacional Revolucionario Tacuara

(MNRT) de Fidanza y la Agrupación Nacional de Estudiantes (ANDE)15 “Tras la

desarticulación del EGP, se sucedieron olas de detenciones y seguimientos en todas las

13
Sin abandonar las prácticas del “entrismo” en el movimiento obrero Argentino de extracción peronista.
14
Anarquista español exiliado tras la guerra civil de importante influencia en el Partido Palabra Obrera
entre 1959 y 1961. en Gaggero, Manuel “Che el argentino” Mano a Mano. BsAs. 1997 p.31
15
Rot, Gabriel “Los orígenes de la guerrilla en la Argentina” en I Jornadas de historia de las izquierdas
Bs,As. 8 y 9 /12/2000.
ciudades donde habían surgido grupos de apoyo, especialmente en Buenos Aires y

Córdoba. Poco después, con el descubrimiento de la célula político-militar del Vasco

Bengoechea, a causa de la explosión de su arsenal en la calle Posadas 1168 de la Capital

Federal, las medidas represivas y de inteligencia se acentuaron hasta convertirse en una

verdadera caza de sediciosos”.16

Sin embargo, no es sino hasta 1968 que se radicalizaron las acciones en las

grandes aglomeraciones urbanas. Instalándose, por entonces, en el seno de las

agrupaciones revolucionarias la discusión política acerca de que si estaban dadas o no

las condiciones para el paso fundamental de la toma de las armas. 17

Entre los numerosos grupos y células que surgieron en esta época se puede

reconocer como las más importantes a las siguientes: Fuerzas Armadas Revolucionarias

(FAR), Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), los

Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Algunas de estas

organizaciones actuaron fugazmente o se fusionaron quedando finalmente dos grandes

grupos, Montoneros y PRT-ERP. 18

Es importante dejar aclarado que más allá de las concurrencias tácticas de estas

organizaciones deben destacarse las no menos importantes diferencias entre ellos,

especialmente entre las de origen peronistas y las de origen marxista. Las primeras

terminaron siendo la izquierda armada de un movimiento nacional-popular por el

contrario las segundas

16
Rot, Gabriel ob.cit p.1 (I Jornadas de historia de las izquierdas...)
17
Los grupos guerrilleros. Diario La Opinión 14 de Agosto 1974
18
Gillespie, Richard “Los Soldados de Perón”. Los Montoneros. Bs.As. Grijalbo 1987 (p.133)
de origen marxista-leninistas, debieron erigir sus propios partidos o insertarse en otros

ya dados.19 Tal es el caso concreto del PRT-ERP.

El comienzo de la guerrilla, según sostiene Waldmann20, bajo el gobierno

militar de 1966 a 1973, sugiere que fue parte de una reacción “de abajo” a la represión

“de arriba” ejercida por las Fuerzas Armadas que habían suspendido y disuelto el

Congreso, que habían convertido a las provincias en simples distritos administrativos y

prohibido los partidos políticos. Sin embargo, puede sostenerse que el periodo de facto

en los primeros años del gobierno de facto de Onganía hasta 1969, pudo manejar su

intervencionismo con poca represión visible. Esto no implica considerar la represión en

las calles como única forma de respuesta del estado al reclamo social, pero es inevitable

comparar desde el presente con el plan de exterminio llevado adelante desde el

terrorismo de estado a partir de 1976. Frente a esa comparación el estado de Onganía en

cumplimiento de la llamada doctrina de seguridad nacional, no ejerció un plan

sistemático de aniquilamiento con todo lo que eso conllevó años después. Se limitó a

aparecer ante la mirada de los Estados Unidos, en alineamiento con la política de las

fronteras ideológicas que dividía a los partidarios de los valores occidentales y

cristianos de quienes querían subvertirlos, y asimismo llevar a las Fuerzas Armadas al

papel de garantes de los valores supremos de la nacionalidad y que debían obrar cuando

estos se vieran amenazados, particularmente por la subversión comunista21. .

La agrupación de mayor relevancia de origen peronista denominada Montoneros

“...apareció en la escena política Argentina, como lo sostiene Gillespie, durante los

años más turbulentos en cuanto a conflictos sociales experimentados...” tras su

fundación dos años

19
Salas Ernesto [reseña del libro de reciente aparición: Flaskamp, Carlos Organizaciones político-
militares, 1968-1976] en revista Lucha Armada en la Argentina. Bs,As. Dic.Ene.Fer2005. pág.100
20
Waldmann, Peter Ob.cit p.18
21
Romero Luis Alberto “Breve historia contemporánea de la Argentina” FCE. Bs.As. 1994 p.205
después de que el Gral. Juan Carlos Ongania y las Fuerzas Armadas usurparan el poder

en 1966. Los fundadores de la organización dedicaron un par de años al entrenamiento

preparatorio y acumulación de recursos antes de anunciar su existencia al mundo en

mayo de 1970. Se sabe menos de la fase de 1968-197022 que de cualquier otro periodo

de la historia de los Montoneros, aun cuando aquellos años de anonimato, fueron de

importancia fundamental para determinar la fisonomía política de su organización.23

Los Montoneros fueron capaces de aglutinar a distintos sectores de la vida

cultural y política y dar legitimidad a una expresión populista de socialismo. Se

convirtió en algo que atrajo a los civiles de diversas denominaciones políticas: Católicos

militantes, nacionalistas populares, nacionalistas autoritarios y muy especialmente a

populistas militantes de la izquierda tradicional y peronistas combativos24.

La radicalización de sectores ligados al catolicismo se encontraba más

emparentada con las posiciones de origen peronista que con las organizaciones

marxistas. Por ello se puede asociar la afinidad que tuvieron algunos grupos de la

acción católica en las ciudades de Córdoba y Buenos Aires con las juventudes que se

reclutaron para integrar Montoneros. El movimiento denominado Iglesia del Tercer

Mundo se nutrió en su prédica social y política de acercamiento a los sectores más

desprotegidos de toda América latina a partir de varias de las encíclicas del Concilio

Vaticano II (1962-1965). En estos documentos la institución iglesia daba un giro

copernicano que cambiaría la historia de la relación clero-pueblo. Se profundiza

22
Están próximos a publicarse unos trabajos sobre este periodo en torno a los testimonios de Ignacio
Vélez, uno de los fundadores del ala Córdoba de esos años. Comentarios al autor en charlas del
Cedinci,15/4/04.
23
Gillespie, Richard “El nacionalismo del catolicismo y los primeros montoneros” En Soldados de Perón.
Grijaldo Bs.As.1987. p. 73
24
Gillespie, Richard”El peronismo montonero” en Soldados de Perón. Ob.cit.p.99
aun más la radicalización del discurso oficial de las estructuras clericales a partir de la

Segunda Conferencia General del Episcopado de Latinoamérica en Medellín (agosto

1968). Allí se denuncian al imperialismo y al neocolonialismo de algunos países ricos

como responsable de la situación de indigencia de los pueblos determinando que estas

condiciones impuestas eran violencia institucionalizada. Se afirmó que era hora de no

seguir discurriendo y hablando únicamente, sino de pasar a la acción para mejorar las

injustas estructuras existentes.25

Los trabajos publicados en torno a la agrupación Montoneros, no se han ocupado

de las profundas divergencias que se plantearon internamente entre las líneas

fundadoras. Una de las vertientes principales del movimiento conocida como la línea

cordobesa, también autodenominada “los sabinos”26, tras el encarcelamiento de sus

miembros luego de los hechos de La Calera hasta mayo de 1973 en que se produjo la

liberación de varios de ellos en la primavera Camporista, presentaron sus disidencias

con la cúpula de la organización. El encarcelamiento posibilitó un crecimiento

ideológico y político con mayúsculas. Entre ellos el mismo Nacho Vélez que afirma que

durante el tiempo de reclusión observaron las transformaciones del movimiento e

inmediatamente de la liberación elevaron las razones por las que se separaban y

advertían acerca de la derrota que se avecinaba27. Era la época de los perejiles, dice

Vélez, mientras estábamos presos y veíamos el crecimiento masivo de Montoneros, la

vanguardia que habíamos fundado el movimiento en Córdoba teníamos prácticamente

un pie afuera, obviamente nadie nos escuchó28

25
II Conferencia Episcopal de Latinoamérica. La Iglesia en la actual transformación en _América Latina
a la luz del Concilio. Bs. As.1968. pp41 a 65. E n Waldmann ob.cit
26
José Sabino Navarro es uno de los fundadores del ala Córdoba de Montoneros, fue asesinado por la
policía en un operativo en Julio de 1971 en las cercanías de V. Gral. Belgrano.
27
Ignacio Vélez, En charlas sobre las organizaciones armadas. CeDinCi, Bs.As. 15/4/04. Documento en
poder del autor.
28
idem
Los organismos estatales de coerción, la policía y el ejército, manifestaban más a

menudo su presencia en las calles, pero su comportamiento era en los inicios cauteloso,

para ir paulatinamente ajustando las operaciones con mayor rigor. Las Fuerzas Armadas

y las fuerzas de seguridad fueron respondiendo cada vez más violentamente29.

Al principio, el gobierno militar se limitó a censurar la libertad de prensa, y a

disimular su falta de un proyecto para garantizar una continuidad del modelo sustitutivo

que iba encontrando su etapa final. Los medios de comunicación se fueron alineando

con el gobierno para evitar ser intervenidos, especialmente los medios gráficos. Estos

contribuyeron a la creación y sostenimiento de cierta sensación de estabilidad que se

instaló en la opinión pública30, no sólo como respuesta a las medidas recesivas que

produjeron el congelamiento de la economía sino también, a cierta forma de orden que

la sociedad esperaba de parte de un gobierno militar.31 Por otro lado, la dictadura de la

“revolución argentina” debió enfrentarse a reacciones más radicalizadas que produjeron

levantamientos y rebeliones auténticas como el cordobazo32, o la formación de grupos

de resistencia armada. La clásica frase “violencia produce violencia” no alcanza para

explicar el origen de las guerrillas bajo el tiempo de Onganía.33

29
Waldmann, Peter “Anomia social y violencia” En Rouquie, Alain comp.. Argentina, Hoy. Siglo XXI
Bs.As 1982.
30
Principalmente en los sectores burgueses, la clase media y hasta en obreros más o menos bien
remunerados, que encontraron ciertas formas de ascenso social. Como aquellos obreros calificados que
trabajaban en las principales automotrices multinacionales, que podían, gracias a la estabilidad recesiva
hacerse la casita o comprar el auto, muchos de ellos a los que se recuerda como los que: que solo fueron
peronistas y nunca se metieron en política. Más ligados a la base social de los sindicatos oficiales. Más
cercas del paternalismo que de la conciencia de clase.
31
O’Donnell, Guillermo “1966.1973 El Estado Burocrático Autoritario”Editorial de Belgrano.Bs.As.1982
32
Cordobazo 29/5/69, Rosariazo 9/69, Catamarcazo 17/11/70, Viborazo 12/3/71, Mendozazo 4 al 7/4/72
33
Waldmann, Peter “Anomia social y violencia” en Rouquie, Alain (comp.) Argentina, Hoy (pag219)
Las acciones y los discursos que producían las organizaciones armadas político-

militares, resultaban convergentes en la manera de oponerse a la dictadura y en las

críticas al sistema, esa convergencia potenciaba su accionar y motivaba el intento de

actuar en movimientos sociales. Si bien puede afirmarse que en nuestro país a diferencia

de otros, la protesta evolucionó rápidamente hacia una acción política de carácter

masivo al articularse con la oposición que despertaba la dictadura militar, no puede

sostenerse que el movimiento obrero en su conjunto adhiriese al empleo de la violencia

como es el caso de otras experiencias revolucionarias del tercer mundo. Muy por el

contrario la clase trabajadora argentina había alcanzado sus reivindicaciones de la mano

de una política proscripta que añoraba y que la llevaba a radicalizar sus acciones en pos

de alguna forma de recuperación de aquella. Esto contribuyó a que las organizaciones

de la Nueva Izquierda orientaran el desarrollo de las tendencias combativas y del


34
clasismo en la protesta social.

El Partido Revolucionario de los Trabajadores, que analizaremos en la segunda

parte de este trabajo, era como lo señala María Seoane, un grupo marginal de la

política nacional, que aun transcurría por las turbulentas y anchas aguas del

peronismo. El sector que lideraba Moreno dentro de esta agrupación sostenía que debía

profundizarse la política de entrismo en el campo sindical peronista. En tales

circunstancias a mediados del año 1967 los siete principales gremios perdieron la

personería por intervención del gobierno militar, esto socavaba las bases económicas de

la CGT al anular la cuota sindical obligatoria. A partir de esta situación comenzó un

reagrupamiento del sindicalismo combativo que aceleró la elección del gráfico

Raimundo Ongaro como secretario general de la denominada CGT de los argentinos. El

34
Tortti Marìa Cristina: Protesta social y nueva izquierda en la Argentina del GAN, pp. 15-16-24-26. En
Taller Vol.3 n°6 Abril 1998. Muchos jóvenes, sostiene esta autora, ingresaran a organizaciones en las que
fueron adoptando un estilo de vida austero, a veces rígido y muchas veces heroico. Empujados por la
situación política y acosados por la represión, le fue quedando escaso margen para que su rebelión fuera
completamente cultural.
otro sector del PRT liderado por Santucho, criticó profundamente esta caracterización

que hacía Moreno con el argumento de que se trataba de una excusa para no formar el

destacamento de vanguardia de la revolución, ya que consideraba que una cosa era la

conciencia política y otra muy distinta la lucha por el salario. Comenzaba el

distanciamiento que se analiza en la segunda parte de este trabajo. También se alejaba

de la concepción propia de la izquierda ortodoxa que sostenía que el cambio

revolucionario se daría por etapas de diversos grados de acumulación de fuerzas, y

confiaba no solo en la lucha política pacífica y parlamentaria, sino también en la

creencia que tenían los trotskistas de que en cada sindicato germinaba un soviet.35

El avance de las tendencias izquierdistas dentro del peronismo fue más irregular

que persistente. Las aspiraciones de la izquierda peronista a mediados de los años

sesenta se vieron influidas por una disminución temporal de la opresión sobre la clase

trabajadora. Estas se vieron afectadas durante toda la etapa del Onganiato en el poder,

sin embargo no debería exagerarse la irregularidad del desarrollo de la Izquierda

peronista ni el aparente vigor de esa tendencia en la primera mitad de los años

sesentas.36

La dura represión de las movilizaciones obreras, junto a los ejemplos del Che

Guevara en Bolivia, Camilo Torres en Colombia, y la guerra de Vietnam, influyeron

fuertemente en la discusión dentro de las organizaciones, en torno a la necesidad de

iniciar la lucha armada en Argentina. También y aunque resulte muy difícil cuantificar,

existió una fuerte politización de los sectores medios de la sociedad, intelectuales y

profesionales que como se analizó precedentemente constituyeron al sostenimiento de

discursos contestatarios muy relativos a los tiempos de rebelión y protesta propios de la

35
Seoane Marìa: "Todo o nada, la historia secreta y la historia pública del jefe guerrillero Mario
Roberto Santucho", Planeta, 1991, pág.. 97
36
Gillespie, Richard “El surgimiento de la izquierda Peronista” en Los soldados de Perón” Grijaldo.
Bs.As. 1987. pag 54-55.
época. En cuanto a la composición de las agrupaciones debe afirmarse, a nuestro modo

de ver, que las mismas eran de carácter policlasistas, aun cuando sostenían en sus

construcciones teóricas el carácter clasista de la lucha.

El PRT frente a la discusión de la vía armada, se dividió en dos grupos37: el

grupo liderado por Nahuel Moreno se llamó PRT "la verdad", mientras que el PRT de

Santucho fue el PRT "el combatiente". El PRT a pesar de los escasos recursos

económicos y militares disponía de una importante organización. Su éxito aparente en la

"inserción de masas", es un tributo, no tanto a su línea política, sino más bien a la

capacidad de sus activistas de liderar luchas y de representar a la gente de la más

variada extracción. Sin lugar a dudas se creyó que esta política de entrismo, en los

sectores de lucha, constituía un camino para la construcción de las condiciones

propicias para encauzar un proceso revolucionario. No se tenía en cuenta que la

aceptación o simpatía de esas masas a estos liderazgos, no implicaba una suscripción

completa a una transformación sistémica de las estructuras sociales y políticas, sino más

bien un anhelo de volver al estado benefactor que había mostrado su mejor cara durante

el peronismo para luego abandonarlos definitivamente.

Producto de la lucha de clases y de la nueva orientación que planteaba combinar

el trabajo de masas con la lucha armada, en un corto plazo duplicó la cantidad de

militantes y logró una inserción en la clase obrera, sobre todo en las grandes ciudades

como Córdoba38. Este crecimiento sin límites fue coronado en movilizaciones

espontáneas, multisectoriales que embriagaron a los dirigentes revolucionarios

convenciendo aún a los más escépticos de que se estaba en el camino correcto. Todas

estas movilizaciones con tintes de desobediencia constituían una forma de quitar

consenso al Estado capitalista.

37
Este punto lo analizamos en el capítulo titulado PRT, origen y ruptura.
38
Pozzi Pablo, Schneider Alejandro: Los setentistas izquierda y clase obrera, 1969-1976, EUDEBA,
BS.AS. 2000, pp117-120
El peronismo adquirió su ala izquierda, en esta época, no por el “entrismo”

practicado por la izquierda, sino a través de un proceso de radicalización de los

activistas peronistas pertenecientes a sectores medios de la sociedad. Fue una

radicalización hacia la izquierda de las posturas políticas, especialmente de las

juventudes de los partidos tradicionales, y a la vez, fue una peronización de muchos

jóvenes que comenzaban a interesarse en la práctica política, en algunos casos, como lo

señala Gillespie, provenían de la derecha y del nacionalismo Católico.

La polarización de las fuerzas políticas bajo el régimen militar pone en claro que

después del golpe de 1966 la guerrilla tuvo amplias posibilidades de despliegue, pero

este crecimiento del fervor militante que manifestaban los guerrilleros en sus acciones

tácticas debe ser analizado, para intentar comprender cuáles son los componentes de

este temperamento revolucionario39. Los ciudadanos asesinados por la dictadura, a partir

del 28 de Junio de 1966, de distintas edades y extracción social, como consecuencia de

las represiones a manifestaciones pacíficas y desarmadas, fueron parte de la violencia

gubernamental. Esta se abatió sobre quienes reclamaban su derecho a la libertad,

exteriorizaban su descontento o denunciaban las políticas de explotación que se

imponían desde el Estado; con su inobservancia o complacencia por parte de las

empresas del poder económico nacionales y multinacionales. Entre los asesinatos del

periodo analizado y como estigmatizados desde los sectores en lucha es importante

nombrar a Santiago Pampillón40.

39
ver tercera parte: A modo de Conclusión: “La construcción del concepto enemigo”
40
Santiago Pampillón fue herido de bala el 7 de septiembre de 1966, en una manifestación realizada en el
centro de Córdoba, había resistido junto a profesores y alumnos el asalto a la universidad nacional en
Julio del mismo año. Se convierte en símbolo de todas las corrientes estudiantiles.
También debe analizarse en su complejidad el rol de Perón, en el surgimiento y

accionar de las organizaciones guerrilleras. El caudillo, desde el exilio en Madrid,

apoyaba por medio de mensajes a las agrupaciones radicalizadas de su partido, las

acciones terroristas y las estimulaba a seguir adelante. Al mismo tiempo, descartaba con

razón, la posibilidad de que los trabajadores se unieran en masa a las filas de los

guerrilleros. Manipulaba sus “formaciones especiales” con máxima habilidad. El

apoyo a Montoneros de Perón en sus declaraciones cuasi-revolucionarias se basaba en

la convicción de que estos, se habían convertido a una forma nacional del socialismo.

La mala visión que tenían los guerrilleros de las verdaderas diferencias estratégicas y

políticas existentes entre ellos y el líder se hizo visible después de septiembre de 1970.41

Los Montoneros, lejos de advertir que el proceder de Perón era reformista,

consiguieron encontrar una razón revolucionaria a su comportamiento. Para los

Montoneros la hora del pueblo era solo una de sus astutas maniobras tácticas destinada

a mantener el régimen en la mesa de negociaciones mientras el movimiento

profundizaba sus niveles organizativos y sus métodos de lucha para emprender las

próximas etapas de la guerra. Más adelante el propio líder parecía reafirmar la

perspectiva revolucionaria al destituir a Paladino y nombrar a Cámpora como delegado.

Entre tanto los Montoneros se habrían estado reorganizando después de su descalabro

de la Calera. José Sabino Navarro tomó posesión de la jefatura de la organización

después de la muerte de Abal Medina y Ramus42. Se trasladó a Córdoba y trabajó

diecisiete horas diarias para reconstruir la red montonera.43

41
Ver Capítulo Relaciones con Perón y otras agrupaciones guerrilleras. Gillespie ob.cit. p135.
42
Asesinados en las proximidades de la Estación William Morris Ferrocarril San Martín. Fecha: 7 de
Septiembre 1970.-
43
Gillespie, Richard. "Relaciones con Perón y otras organizaciones guerrilleras. Soldados de Perón”
ob.cit. pp 134 a 141. El líder peronista se hizo visible en noviembre de 1970. En ese mes Perón patrocinó
una accción colectiva pidiendo la declaración firmada por el partido radical de Balbín, el partido
Conservador Popular, El partido Demócrata Progresista y el Socialista Argentino y los Radicales
Bloquistas de San Juan, además de los peronistas, el grupo hizo declaraciones públicas sobre la política
que pensaba seguir la cual se anticipaba al programa del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI)
Para el caso del PRT, como veremos, esta es la etapa de la ruptura y de la

aparición del Ejército Revolucionario del Pueblo. Es el fin de la década del sesenta y el

inicio de la radicalización de algunos sectores. Algunos autores denominan a este

momento como “la guerra civil en ascenso”.44 No adscribimos a la idea de guerra civil

pero aclaramos que ciertamente los sectores en pugna se enfrentaron abiertamente en el

período siguiente, es decir en la década del setenta, pero sin alcanzar el contexto masivo

que requiere la utilización de esta categoría. Las experiencias anteriores como

Uturuncos, EGP, FAP constituirán los antecedentes de la lucha armada urbana o rural,

pero no estarán ligadas directamente a la aparición de estas que podemos llamar

setentistas. Este trabajo fija como límite temporal el surgimiento de los grupos que

desplegaron su política de guerra en los años setenta.

El estudio del PRT nos dará la oportunidad de encontrar una organización que

atravesó ambas décadas (sesenta y setenta). Este partido se constituye en el paradigma

de la lucha armada en la Argentina, es por ello que analizaremos su origen y ruptura

hasta 1968 año del IV Congreso en el que quedan planteadas las diferencias entre los

dos líderes fundacionales, Nahuel Moreno y Roberto Santucho.

44
Bonavena Pablo y otros “Orígenes y desarrollo de la guerra civil en la Argentina 1966-1976” C.B.C
Oficina de publicaciones UBA. Bs.As. 1996 pág.77.

También podría gustarte