publicitaria, comprende, en términos generales [1]:
El diseño, elaboración y producción de piezas creativas que se plasman en audiovisuales, medios impresos o sonoros, musicales, literarias o en materiales de comunicación para la divulgación de la pieza publicitaria, etc, que son necesarias para lanzar, posicionar o incrementar la participación en el mercado de la marca del producto o servicio del cliente (anunciante).
La estrategia, que comprende la definición, plasmada de cualquier forma, de acciones específicas desarrolladas para conseguir un objetivo propuesto. Las estrategias tratan de desarrollar ventajas competitivas en productos, mercados, recursos o capacidades, de modo que aseguren la consecución de tales objetivos.
Las estrategias posibles para alcanzar los objetivos pueden ser muy diversas. Un mismo objetivo se puede conseguir a través de estrategias distintas, y la misma estrategia no proporciona siempre los mismos resultados de objetivos y de tácticas de medios. Las propuestas estratégicas que describen las alternativas u opciones para lograr un objetivo, tales como los de medios y de marketing [2], como obras literaria que son, también alcanzan protección en los términos de la Propiedad Intelectual.
Consulte en esta sección:
1. Objeto de protección del derecho de autor en la obra publicitaria 2. Tips para contratar servicios que incluyen obra publicitaria
Para tener en cuenta...
Las simples “ideas publicitarias”, en otras palabras, aquellas que aún no se expresan aunque sea en dibujos, bocetos, storyboard, según el caso, no quedan cubiertas por la protección del derecho de autor.
En cuanto a la obra estratégica, se ubica en una creación propia del dominio literario por el hecho de tratarse de una creación intelectual que se encuentra plasmada o materializada en un documento tangible (en cualquier medio tecnológico: impresión o medio electrónico), con una estructura interna y un diseño propio, susceptible de ser reproducida.
1. Objeto de protección del derecho de autor en la obra publicitaria
La creación publicitaria, las estrategias de
marketing y las estrategias de medios que crean las empresas de publicidad y de medios, se encuentran dentro del ámbito de protección del derecho de autor. Su uso indebido, sin la autorización o el pago que reconozca los derechos correspondientes, bien sea como consecuencia de una licitación o concurso o por la ruptura anticipada de un vínculo contractual, genera responsabilidades jurídicas y económicas para quien los vulnera.
Como ha señalado la Corte Constitucional, el concepto de propiedad intelectual, “...hace referencia a un amplio espectro de derechos de distinta naturaleza: mientras algunos se originan en un acto de creación intelectual y son reconocidos para estimularla y recompensarla, otros, medie o no creación intelectual, se otorgan con la finalidad de regular la competencia entre productores”[3]
Una de las expresiones de la propiedad intelectual son los derechos de autor, que comprenden, entre otros las obras literarias, científicas y artísticas. El objeto que se protege a través del derecho de autor es la obra, como expresión personal de la inteligencia que desarrolla un pensamiento y que se manifiesta bajo una forma perceptible, con originalidad o individualidad suficiente y con aptitud para ser difundida y reproducida.
La Corte define los derechos de autor como “aquellos que surgen en virtud de la relación entre personas naturales creadoras de obras originales, sean éstas literarias, artísticas o científicas, y que recaen exclusivamente sobre las expresiones de las mismas”[4].
Al analizar los alcances de los Derechos patrimoniales del autor, señala la Alta Corporación que “el titular tiene plena capacidad de disposición, lo que hace que sean transferibles y por lo tanto objeto eventual de una regulación especial que establezca las condiciones y limitaciones para el ejercicio de la misma, con miras a su explotación económica, (reproducción material de la obra, comunicación pública en forma no material, transformación de la obra).”[5]