Anteriormente hemos visto como los evangelios se parezcan en la estructura, en el esquema narrativo, en la manera de organizar formalmente los contenidos y en la finalidad de la organización del libro a las bios griego-romanas. En los evangelios sinópticos solo el de Lucas dedica una parte a la infancia de Jesús (dos capítulos), y la brevedad de la extensión puede ser típica de una bios. Hemos visto que en una bios no es casual la exposición de algunas episodios en lugar de otros, sino que se utilizan con la finalidad de introducir, anticipar y aclarar/anticipar un elemento de la personalidad del protagonista que será profundizado en la parte central del libro (en el caso de Lucas salen, por ejemplo, episodios puntuales como la presentación en el templo, la purificación, la circuncisión, la Pascua, episodio que podría ser considerados de poco valor si sabemos previamente que se trata de una familia judía piadosa).
2. NACIMIENTO Y INFANCIA EN LAS BIOGRAFÍAS
CLÁSICAS Y EN LA BIBLIA. En la biografía de Alejandro Magno podemos ver como se describe el sueño de Felipe de Macedonia, el padre de Alejandro, soberano de un pequeño reino, en función de la expansión futura del Imperio asiático del hijo, que está destinado a desbordar de las fronteras del pequeño reino balcánico. También el episodio del caballo Bucéfalo apunta a la descripción de la potencia de Alejandro que, como es el único capaz e domar el caballo, así podrá gobernar sobre muchos pueblos y administrar un vasto Imperio. En el Antiguo Testamento notamos el episodio del pequeño Isaak qu e juega con Ismael; del pequeño Jakob que tocando el talón de Esaú indica la intención de robarle la primogenitura (esta parte ocupa solo dos versículos, Gn 25, 25-26, porque en Gn 25, 27 ya los dos hermanos son adultos). La misma cosa pasa en el caso de Moisés, cuyo origen está explicado en Ex 2, 1-9 y cuya edad adulta empieza ya en Ex 2, 10. Normalmente el autor puede dedicar solo un versículo, en el libro, al nacimiento del personaje en el caso que se quiere indicar que el niño había sido escogido por Dios o que el mismo nacimiento había pasado en circunstancias especiales. En el caso de Jesús vemos como el hecho de que María y José no hayan encontrado un sitio donde alojarse, y el hecho que nazca al final en un establo apunta a que el Hijo del hombre no tiene un sitio para dormir, para quedarse. También la visita de unos reyes paganos apunta a la universalidad del anuncio de Nuestro Señor.
3. EL CUMPLIMIENTO DEL ANTIGUO TESTAMENTO EN
LOS EVANGELIOS DE LA NIÑEZ En el siglo I, con la destrucción del templo y el exilio, desaparecen las corrientes de los saduceos y de los esenios y queda dominante la de los fariseos. Aunque nazca en un claro contexto cultural judío, aparece claro que el cristianismo no es una mera continuación del judaísmo ni una evolución, sino que lleva a cumplimiento y da plenitud y sentido global a todas aquellas normas e intuiciones del genio religioso de Israel en cuyo contexto ha nacido. Todo el Antiguo Testamento apunta hacia Cristo (2 Cor 1, 19-20): Lc 24, 25-27, Lc 24, 44-47 (la escena de los discípulos de Emaús donde el mismo Jesús explica la Escritura a la luz de los acontecimientos actuales que se refieren a Él mismo y avisa la oportunidad que se cumpla todo aquello que se profetizó y se anunció, dando una clave de interpretación por la exacta comprensión de las Escrituras, que pide una apertura del corazón); Jn 1, 45; Jn 5, 34. Como hemos anticipado, Jesucristo es la clave hermenéutica para comprender las Escrituras. El evangelio de Mt, en especial manera, propone muchísimas citas de cumplimiento del AT aplicando a la infancia de Jesús la misma clave hermenéutica del AT enseñada por el mismo Cristo resucitado. Es como si la interpretación pensada por Dios para que se puedan leer los diferentes acontecimientos fuera la misma exégesis cristológica, como si la metodología intrínseca y casi connatural de lectura, la perspectiva y el horizonte de pre-comprensión fueran el mismo Verbo Eterno. Verbo Eterno que se hace entender a partir de la Encarnación, que existe desde siempre pero que con gradualidad se va explicitando y haciéndose manifiesto de manera tal que se puedan entender las fases anteriores de una historia global. La economía trinitaria prepara el momento de la Encarnación. Así el Verbo interactúa entre Dios y el pueblo en vista del momento de la Encarnación. 2 Cor 3, 12-16 nos dice que leer el Antiguo Testamento sin Cristo sería como tener el rostro tapado, de la misma manera que Moisés lo tenía a causa de la prohibición de ver el rostro de Dios. Las profecías que vuelve a repetir Mateo en el evangelio (Mt 1, 23; Mt 2, 5-6; 2, 15; 2, 18; 2, 23) reanudan los dos Testamentos de manera armónica y los actualizan dándoles claridad, explicitación y profundización. A veces, hay puntos del Antiguo Testamento que no se pueden entender sin el nuevo, como el «siervo», o la explicación que hace Mateo de la «virgen» que sale en Isaías.
4. JESÚS. HEREDERO DE LAS PROMESAS MESIÁNICAS
HECHAS A DAVID SOBRE SU DESCENDENCIA: LAS GENEALOGÍAS En Cristo, Hijo de David, se cumple la promesa que Dios hizo a David. En el mondo judío y griego-romano la paternidad no tenía que ver solamente con la relación biológica: indicaba más bien el padre legal. David, pero, tuvo 20 hijos y si multiplicamos los hijos de los hijos etc. podría ser probable que José, el padre de Jesús, haya podido ser descendiente de David de un punto de vista biológico.
5. EL NACIMIENTO VIRGINAL DE JESÚS
A parte Mc, los otros evangelios hablan de esto. Si no es una invención de los autores para subrayar la importancia de Jesús, ¿La narración podría ser una tradición que viene de María? Los evangelios afirman: Mt (1, 18-25): a) Jesús no es hijo de José, b) es concebido por obra del Espíritu Santo, c) La identidad divina del niño. Lc (1, 27-38): a) La virginidad de Maria, b) la concepción por la acción de Dios, c) los títulos cristológicos. Puede ser que verdaderamente la tradición primitiva se haya nutrido de las palabras y del testimonio de María. Solamente María hubiera podido comunicar cosas tan inexplicables y difíciles para entender a Mt y Lc. En Jn, más que sobre la virginidad de María encontramos informaciones fundamentales sobre la naturaleza de Jesús: Si Jn 1, 1 nos dice que el Hijo estaba delante de Dios y que el Hijo era Dios, ¿como puede el Hijo (logos) estar delante de Dios y ser en el mismo tiempo Dios, como podía ser que Dios fuera este mismo logos? Los verbos en imperfecto indican continuidad, y Dios se tendría que traducir primero como Padre (θεόν) y después como Dios (θεὸς): en el primer caso se hace referencia a la primera Persona de la Trinidad y en el segundo a la naturaleza del Logos. El v. 10 y 11 («estaba presente en el mundo, que por Él ha empezado a existir […] ha venido en su casa») sigue aclarando cualidades de la naturaleza del Logos, sobre todo contestando a la pregunta: si estaba en el mundo, ¿como ha podido venir, si ya estaba? Aquí podemos ver que estaba en el mundo como Creador, desde siempre (Paternidad), pero no era en el mundo, no era parte del mundo, se no a partir del momento de la Encarnación (filiación). Nuevo concepto de humanidad, el marco espacio-temporal, el «escondimiento» de la divinidad: muchas pueden ser la determinaciones conceptuales que nos ayudan a aproximarnos al Misterio de la Encarnación, sin caer en los conceptos del tri-teismo y del bi-teismo. Hay una diferencia relevante entre el «estar» y el «ser»: por otra parte la divinidad hubiera tenido que ser parte del mundo físico de alguna manera para poder ser no solamente como mera presencia, en caso contrario quedaría insuperable la distancia entre la esfera trascendente y la inmanente y física. A nosotros nos parece curioso un modo de hablar tan complicado, pero porque no estamos acostumbrados. En realidad, en el caso de Jesús, que convivía desde toda la eternidad con el Padre, esto era perfectamente natural.