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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular Para la Educación.


L.B “Lcdo. Diego Bautista Urbaneja.”
Lechería – Edo. Anzoátegui.

COVID-19.

Docente: Alumna:
Florangel Rondón.
5to “A”.
La pandemia del Covid-2019 situó la economía mundial en una crisis
sanitaria, humana y económica sin precedentes en el último siglo; se han
hecho múltiples comparaciones con crisis anteriores (crisis financiera 2008,
crack 1929, segunda guerra mundial) es cierto que sus características y
magnitud, ponen al mundo en un contexto muy difícil e inédito. En la
actualidad tenemos economías cerradas y paralizadas, sin saber cuánto
durará la crisis, ni qué características tendrá la recuperación, solo se sabe que
mientras más rápida y contundente sean las respuestas, menores serán los
efectos negativos. La actividad económica mundial se paralizó
progresivamente, inició en China (Wuhan, Hubei) y se fue propagando a
Europa, Estados Unidos, Asia y América Latina. El virus se ha manifestado en
más de 180 países con el contagio de aproximadamente 2.2 millones de
personas y más de 144.243 fallecidos, según registros de la Universidad Johns
Hopkins.
El aislamiento social generó un impacto indirecto en la actividad económica
por sector, produciendo un shock de oferta y demanda mundial. La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) expresó en su último informe la
paralización total o parcial que afecta a casi 2.700 millones de trabajadores,
lo cual representa un 81% de la fuerza de trabajo mundial. Al mismo tiempo,
advierten que se proyectan mayores niveles de desempleo en el mundo
-6.7% de empleos afectados para el 2do trimestre del 2020, lo que significa
aproximadamente, la pérdida de 195 millones de puestos de trabajo tiempo
completo.
La economía mundial entró en recesión por los efectos de la pandemia y su
caída se proyecta en -3% según el último informe del FMI, al mismo tiempo,
América Latina tendrá una contracción de -5.2%, la región enfrentará
procesos recesivos en distintas magnitudes, la expansión de la pandemia está
provocando shock internos de oferta y demanda; las dimensiones del daño
dependerán de las capacidades productivas de cada país, lo cual les permitirá
enfrentar en mejores o peores condiciones esta crisis.
El distanciamiento social y el llamado a quedarse en casa han cambiado la
dinámica laboral, escolar, familiar y social de muchas personas, que de un día
para otro han tenido que adaptarse a esquemas de home office o de
educación a distancia, a integrar el trabajo con la propia convivencia familiar
y a limitar todo tipo de actividades fuera de casa, entre muchas otros
aspectos que se han visto alterados.

Esto sin duda representa un reto importante, para el que muchos no


estábamos preparados, y que desde luego puede impactar en nuestra salud
emocional por la falta de contacto físico con otras personas (más allá de
aquellos que viven en la misma casa), el estrés, la ansiedad, o el miedo que
se pudiera generar por la incertidumbre de la situación en la que vivimos, y
que pudiera desencadenar lo que algunos han llamado “síndrome de
cuarentena”, o el surgimiento de roces y conflictos con la pareja u otros
integrantes de la familia por una mayor convivencia a la que no estábamos
acostumbrados, por mencionar algunos efectos.

Sin embargo, por otro lado, también es un llamado a la reflexión personal,


para enfocarnos en lo que realmente importa, cuidar nuestra salud y seguir
todas las indicaciones de prevención y contención, valorar a nuestra familia y
amigos, desarrollar nuevas habilidades y competencias laborales y/o de
aprendizaje, apoyar a las personas que más lo necesitan (por ejemplo,
adultos mayores, grupos vulnerables, pequeños negocios, productores
locales o gente que vive al día y no puede dejar de trabajar), etcétera.
Las cuentas del nuevo coronavirus reflejan una compleja realidad presente
en los países latinoamericanos. A la par de las decisiones políticas que
insuflan la crisis, hay otras que amortiguan los problemas que habrá de
enfrentarse en el corto y mediano plazo. En nuestro tiempo de la COVID-19
la situación de los distintos países latinoamericanos avizora nuevos retos que
en una región deprimida por factores endógenos y exógenos, ahora se
complica mucho más con la pandemia global.
La región latinoamericana y caribeña atraviesa por un escenario complejo
donde las cuentas de la actual pandemia nos muestran los contrastes de las
decisiones políticas de los gobernantes en turno. En el caso brasileño que es
de los que más llama la atención a nivel mundial, las posturas irracionales de
su presidente, el neofascista Jair Bolsonaro, parece ser cada día más una
figura decorativa en la toma de decisiones para enfrentar la pandemia. Esto
se puso de manifiesto con la pretendida deposición que quiso hacer del
ministro brasileño de salud, Luis Henrique Mandetta. Respaldado por la
cúpula militar y por el consenso de que dicho Ministro de Salud tiene la
aprobación del 76 por ciento de los brasileños.

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