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1Comunicación Escrita y Proyecto Lector I

De la libertad, los derechos, el estado y el individuo

Mucho se ha dicho acerca de la responsabilidad del estado frente a la garantización de los


derechos y de la libertad de sus ciudadanos, mucho se ha especulado acerca de cuál modelo
financiero y político es más eficaz que otro, aún hoy en día los representantes de los países
mantienen acalorados debates frente a su estilo de gobierno, algunos defienden modelos
subsidiarios que suplen la totalidad de las necesidades de la gente, mientras que otros creen
que el poder productivo de sus ciudadanos garantiza que sus necesidades sean suplidas.
Cual fuere el modelo económico óptimo que deban adoptar todas las naciones del mundo
para su desarrollo, poco se ha hablado del individuo, su relación con el estado, sus deberes,
¿y por qué no?, su responsabilidad frente a las situaciones que le afectan.

Pensemos en el individuo como el sujeto responsable de la toma de decisiones acertadas,


cualquiera que sea el país que esté viviendo una crisis o que esté repuntando en los rankins
mundiales de crecimiento económico, es la ciudadanía, su educación y su ejemplo lo que
marca la diferencia en el momento de evaluar la situación de un país. Sabemos de primera
mano que los países llamados del "primer mundo" son aquellos cuya ciudadanía se
preocupa por el ejercicio democrático, entonces, ¿qué nos hace falta? Un modelo
democrático tiene como principio la participación de la gente en todas sus facetas, elegimos
de manera democrática a nuestros gobernantes, dialogamos en espacios de participación,
elegimos a aquellos que nos representarán en los tres poderes, pero todo sistema tiene sus
fallas, la corrupción, es uno de ellos. También la violencia es otro fenómeno que no nos
permite crecer como país. Colombia se ha caracterizado por tener un sistema político
propenso a ser corruptible, nuestras leyes son volubles, nuestros empresarios se rinden ante
intereses ajenos por beneficio propio, nuestros ciudadanos no son el mejor ejemplo si
hablamos de seguir las normas y es allí, en éste punto, donde debemos abrir la discusión al
ámbito más importante: ¿Los colombianos somos éticos?

Concebimos el estado como ese grupo privilegiado que tiene un puesto público de
representación, pensamos equívocamente que el estado lo conforman los representantes de
la cámara, los alcaldes, los gobernadores, el presidente y los jueces, pero no pensamos en
que el estado somos todos. Nosotros como ciudadanos somos la base de dicho sistema,
nosotros escogemos a nuestros representantes, nosotros votamos y ponemos en el poder a
aquellos que ocupan dichos puestos públicos. En cierta medida que exista un alcalde
corrupto es nuestra responsabilidad, por una u otra razón hemos mantenido un sistema
político que va en contra de los intereses de todos, pero debemos tomar conciencia y pensar
en que probablemente el problema seamos nosotros, los ciudadanos. A diario vemos
problemas de riñas, de inseguridad, nuestra percepción es fatalista frente a los temas de
seguridad ciudadana y seguridad alimentaria, pensamos que nuestro país es cada vez un
lugar más difícil para nuestros niños, vemos en la calle consumo de drogas por parte de la
juventud y nos preguntamos hacia dónde nos dirigimos como país. Para nosotros es fácil
decir todas las cosas malas que suceden a nuestro alrededor pero ni nos inmutamos si
presenciamos un robo en nuestras narices, poco hacemos para evitar todas las cosas malas
que suceden a nuestro derredor.

Exigimos con insistencia nuestros derechos pero, ¿respetamos los derechos de los demás?
Salimos a pedirle al mundo que respete nuestras libertades pero, ¿estamos garantizando las
libertades de otros? Le pedimos a los políticos soluciones pero, ¿qué aportamos nosotros
desde nuestra individualidad? Son simples preguntas que nos debemos hacer todos y cada
uno de los individuos para mejorar, no con el ánimo de darnos golpes de pecho y
señalarnos entre nosotros, sino con el ánimo de encontrar aquello en lo que estamos
fallando y mejorarlo. Acciones simples nos pueden ayudar en esa tarea, informarnos, leer,
ayudar a nuestros niños a ser personas de bien, ayudar a nuestros vecinos en aras de
mejorar la convivencia, no tirar basura al piso. Aquellas acciones sencillas que mejorarán
nuestro carácter ético. La respuesta para nuestra Colombia es esa: ¡Nos hace falta ética!

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