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AJEDREZ INTEGRAL

Por MSc. José Ostos/Profesor Universitario/ Entrenador Alto Rendimiento ANAJ/ e-mail:
jostos2008@hotmail.com

EL SACRIFICIO DE MATERIAL EN AJEDREZ

En la partida Hellers - Shirov, que comentamos en nuestra entrega anterior, el


segundo jugador planteó ya en la apertura un “sacrificio posicional” de pieza muy
interesante, lo cual condujo a posiciones bastante complejas, llenas de enormes
posibilidades de lucha. Esta circunstancia nos motivó a dedicar el presente trabajo a
abordar el crucial tema de las operaciones tácticas en ajedrez, en especial lo relacionado
con los sacrificios de material.

El conocimiento de la táctica de juego ocupa un lugar de primer orden en el


proceso de formación del maestro en ajedrez. La táctica incluye un conjunto de
procedimientos, métodos y técnicas para la ejecución de determinadas acciones en el
tablero, las cuales se denominan “operaciones tácticas”. Las combinaciones y los
sacrificios representan las operaciones tácticas por excelencia.

Toda combinación implica una serie forzosa de jugadas, iniciada por un supuesto
sacrificio, que permite arribar a una posición prevista. Es decir, en cualquier combinación
es factible prever con cierta exactitud las consecuencias de la inicial entrega de material.
Esto significa que al final de una combinación correcta siempre se logra una compensación
suficiente con respecto a la entrega inicial. Aquí, por lo tanto, no podemos hablar de un
auténtico sacrificio, sino, a lo sumo, de un “sacrificio temporal”.

Desde nuestro punto de vista, los “sacrificios posicionales” si son verdaderos


sacrificios. Las entregas posicionales de material no se basan de manera fundamental en
el cálculo de variantes forzosas y no conducen a una compensación clara y decisiva por el
material entregado al inicio de la operación táctica. En estos casos, estamos en presencia
de sacrificios en toda la extensión de la palabra, los cuales conducen a posiciones difíciles
en las que el resultado de la lucha es indefinido. Aquí, al no existir compensación material
por las piezas entregadas, todo se concentra en una contrapartida de carácter posicional:
mejor estructura de peones, descoordinación de las piezas contrarias, ventaja de espacio,
posición debilitada del rey adversario, casillas débiles en el campo contrario, ventaja
visible de desarrollo, mayor centralización de nuestras piezas.

Resumiendo, los sacrificios posicionales de material presentan tres características


fundamentales: 1) no existe compensación de carácter material. El ajedrecista que da
inicio a estas operaciones tácticas debe estar preparado para luchar en desventaja
material por el resto de la partida; 2) no se basan en el cálculo concreto de variantes
forzosas. A lo sumo, en ciertos casos es posible efectuar cálculos al comienzo o transcurso
de la operación, pero no muy complejos; 3) su ejecución implica crear condiciones
favorables para la coordinación óptima de nuestra piezas, al mismo tiempo que se
aprovecha al máximo los defectos en la posición del adversario.

Podemos afirmar que los sacrificios posicionales -como sacrificios verdaderos-


incluyen una cierta dosis de riesgo y plantean la necesidad de demostrar que están bien
fundamentados, tanto táctica como estratégicamente. Esto exige del ajedrecista un
determinado grado de valentía, una elevada responsabilidad, seguridad en sí mismo,
además de un conocimiento profundo del ajedrez. Al respecto, es muy valiosa la opinión
del ex campeón mundial Alexander Alekhine: “Como regla general, las denominadas
entregas posicionales son las más difíciles de encontrar y realizar, y por lo tanto deben
valorarse por encima de aquellas que se fundamentan únicamente en el cálculo exacto de
las posibilidades tácticas.”

Los sacrificios posicionales que se producen con mayor frecuencia en la práctica


son los de peón y los de calidad. Por supuesto, también es posible encontrar los de torre,
alfil, caballo y dama. Los sacrificios posicionales de dama son indudablemente los más
complejos, y estamos convencidos de que están sólo al alcance de quienes hayan logrado
adquirir una maestría suprema en el arte ajedrecístico.

En la siguiente posición de la partida Gusev - Averbach, 1946, se llevó acabo un


sacrificio posicional de dama impresionante. (Ver Diagrama). Les corresponde jugar a las
blancas. Las negras atacan la dama y se proponen capturar el peón de “e6” para luego
comenzar a liberar su juego y, finalmente, hacer valer la ventaja de calidad que poseen.
Sin embargo, Gusev lleva a cabo un inesperado sacrificio de dama, basado en ciertas
particularidades de la posición y no en el cálculo concreto de variantes:

1.D:e5!! [Esta entrega trata de aprovechar los siguientes defectos en la posición contraria:
a) la pésima ubicación del rey en ”g8” y, sobre todo, de la torre en “h8”, totalmente fuera
de juego; b) la apertura de la columna “f”, que permitirá a la torre desde “f1” y al alfil en
“h6” amenazar un potencial jaque mate en “f8”, lo cual obligará a las piezas negras a
defender constantemente ese punto. Esto les restará movilidad, en contraste con la
enorme actividad que adquieren todas las piezas blancas restantes;] 1…fe 2.Tf1!
[Amenaza 3.Ab5] 2…Tc8 [2…T:e6 3.Ac4] 3.Ad1! [una maniobra tranquila que traslada el
alfil a la diagonal de ataque “a2-g8”, al mismo tiempo que defiende indirectamente al
peón de “e6”] 3…Tc4 [Las negras sacrifican la calidad para cerrar la peligrosa diagonal]
4.Ab3, b5 5.A:c4, bc [la ventaja material de la negras es enorme: dama contra alfil. Sin
embargo, todas las piezas negras están tan maniatadas, que las blancas pueden preparar
sin apresurarse la creación de un peón pasado en el flanco de dama] 6.b3, a5 7.bc, De7
8.Rg2, Da3 9.Tf2, De7 10.Tf1, g5 11.Tf5, g4 12.c5!, Dd8 [12…D:c5 13.Tg5, jaque mate]
13.c6, De7 14.c7 [Las negras abandonaron. (14…De8 15.e7, ganando)].

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