La Ética de Nicómaco se organiza en cuatro núcleos:
- Naturaleza de la felicidad y del bien del hombre
- Examen de las virtudes - Examen de la amistad - Naturaleza del placer y de la felicidad Sobre este último núcleo se desarrolla el texto que se nos presenta. En este texto, Aristóteles nos presenta su teoría ética. Nos habla sobre la felicidad y el concepto que para Aristóteles tiene. Para él la felicidad no es un modo de ser, sino una actividad que desarrollamos en nuestra vida racional mediante la contemplación. Hay actividades propias que nos ayudan a ser felices. Las acciones tienen una meta y esa meta un fin. Para Aristóteles Esa felicidad es un fin en sí mismo. La felicidad no debe estar enfocada a la diversión o los placeres del cuerpo. Las acciones humanas van encaminadas a un fin, que para Aristóteles es la felicidad. “La felicidad no es un modo de ser, sino algo activo”, es decir, que las acciones que son las correctas son las que nos dan la felicidad. La felicidad no es algo que se nos dan sino que tenemos que buscarla... Esa búsqueda de la felicidad dependerá de cada persona. Habrá personas que buscarán la felicidad en la riqueza, otras en los placeres, aunque para Aristóteles esas acciones no van dirigidas a la felicidad como tal. Para Aristóteles el bien supremo es aquello que sólo el hombre puede realizar y es la actividad intelectual, la razón. La felicidad no se alcanza sólo por tener la capacidad de razonar, sino con la actividad de la razón. Esa felicidad nos vendrá dada a través de la virtud, creando un hábito en nuestras acciones buenas y justas. La virtud es el término medio, la justa proporción entre dos excesos. La virtud no es un hábito, sino que con el ejercicio la adquirimos. Para Aristóteles, Para llegar a esa felicidad, tenemos actividades que nos lleva a ella que no se nos da a través del ejercicio y el ejercitamiento de ese raciocinio y la enseñanza: la ciencia, el arte, la prudencia y la sabiduría. En los últimos párrafos del texto defiende la supremacía de la vida contemplativa para llegar a la felicidad y de porqué ésta deriva en la felicidad. Es la dimensión más importante que hay en nosotros y conoce las cuestiones más perfectas, es la actividad más continua, está acompañada de placeres puros y firmes, es la forma de vida más suficiente y autárquica (el sabio se basta a sí mismo), “es la única actividad que se ama por sí misma”. La vida contemplativa es en cierto modo divina.