“Instituto Superior de Formación Docente Clelia Fanny Castagnino”
Carrera:
Profesorado en Educación Primaria
Taller:
Problemáticas Socio-Antropológicas en Educación-Docente
Profesor:
Daiana Monti
Alumno:
Giselle Ada Rodríguez
Fecha de entrega:
Martes 25 de septiembre de 2018
Trabajo Práctico evaluativo Eje 2:
Responder consignas de los siguientes ejes:
1. Desigualdades sociales
¿Qué situaciones de desigualdad social observan en la vida de los niños
protagonistas de la película? Caracteriza los rasgos socio-económicos y culturales que identifican a las familias de los protagonistas de la película y señala contrastes. ¿De qué manera estas desigualdades tienen impacto en sus vidas cotidianas y en la escuela?
2. Experiencias infantiles diversas y constitución de identidades
Recupera a Lahire y caracteriza los procesos de socialización primaria de los
protagonistas. Señala los contrastes de cada proceso. ¿Cuál es el papel de sus familias? ¿Cómo son las relaciones entre adultos y niños en cada experiencia? ¿Cómo creen sé que se refleja esto en la construcción de sus identidades y modos de ser?
3. La escuela
Teniendo en cuenta el proceso de socialización primaria de cada uno de los
niños y las experiencias diversas en sus familias: ¿Cómo son las experiencias cotidianas en la escuela de estos dos niños? ¿En que se parecen o en que se diferencian? ¿Hay conflictos en la escuela? ¿De qué tipo y que relación tienen con las experiencias de desigualdad que atraviesan algunos niños? ¿Cuál es el papel de los adultos allí?
Reflexión final: ¿Hay algún aspecto de la experiencia que muestra la película
que les aporta para pensar lo que sucede en nuestra escuela? ¿Cuál? ¿Por qué?
En la película se puede visualizar las desigualdades sociales en la historia de
dos niños de diferentes clases sociales de Chile, en una época en la que el país se encontraba a días previos al golpe militar y que se conocen por cosas del destino gracias al cambio que quiere hacer un cura el cual piensa que todos somos iguales y que no debemos tener diferencias ya que para dios todos somos iguales ante sus ojos, de algunas familias para incorporar en carácter de becados a un grupo de chicos pobres de un barrio cercano a la escuela con la intención de lograr que se conozcan y aprendan a respetarse. Entre esos nuevos compañeros se encuentra Pedro Machuca. Se escenifica así dentro de la escuela el desafío de integrar a los distintos, a los que se conocen pero poco comparten en el afuera de la escuela. Se presenta la oportunidad del encuentro y de la amistad. Esta película nos ofrece la posibilidad de analizar varias cuestiones que, aunque situadas en una época y espacio distintos, atraviesan nuestra vida social actual y la de las instituciones educativas: el conflicto y sus modos de abordaje y resolución, sujetos diferentes que pueden encontrarse o enfrentarse, la iniciación sexual en los jóvenes, los vínculos de amor y cuidado en las familias, las relaciones entre jóvenes y adultos, la escuela como espacio de oportunidad para ampliar el conocimiento del mundo, la inclusión, la diversidad y la desigualdad social y cómo se ponen en juego en los distintos ámbitos de la vida social y educativa. Si bien el contexto de este film es diferente, nos permite pensar algunas cuestiones que atraviesan a nuestras escuelas secundarias en la Argentina de hoy: la obligatoriedad y la responsabilidad de inclusión de sectores sociales históricamente postergados, la cualidad de esa inclusión en términos de igualdad, convivencia, enseñanza y derechos, cómo irradia esta inclusión y cómo se dirime esta tensión en otros escenarios menos protegidos que la escuela. La película invita a la comparación entre dos clases sociales y sus modos de vida. Elijo en este texto pensar esta comparación en tres escenarios: las calles y los barrios, las casas y las familias, y la escuela que comparten y los distingue mutuamente. Los modos de hacer política, los vínculos familiares, las formas de cuidar a los hijos son atravesados por aspectos comunes y son a la vez profundamente diferentes. Dos clases sociales que están separadas por una frontera que la escuela se desafía a traspasar. ¿Es posible la construcción de lo común en contextos de profunda injusticia y desigualdad? Esta película nos ofrece la ilusión de creer que sí y la decepción de ver que no. En el cual está el racismo y la discriminación. Por el color de piel, la clase social, el abuso a los derechos de las personas. Y en este contexto podemos citar a LAHIERE donde nos muestra que estamos ante un tiempo de socializaciones múltiples en el cual se hace sentir la influencia conjunta y en ocasiones, contradictoria de la familia, del grupo de pares y de la institución escolar. Pensar sociológicamente a los niños y a los adolescentes exige comprender su lugar en el seno de los diferentes contextos, familiar, amistoso y escolar, infantil o adolecente. Se produce la integración de pobres a un colegio “medio-alto” ,es cuando un niño Chileno llamado Gonzalo Infante, perteneciente a una clase social alta que reside en un barrio adinerado, con comodidades, una vivienda estable, con una conciencia clara, en lugar de acceder a burlas o agresiones, defiende y hace amistad con Pedro Machuca de clase social baja, vive en un barrio pobre y marginal, en donde todas las casas son de estructura carenciada y viven en las condiciones más insalubres y precarias. Y nace una interesante relación donde cada uno de ellos tiene la oportunidad de introducirse y ver el mundo del otro. De la mano de Pedro Machuca, Gonzalo conoció la pobreza y las carencias materiales como el hecho que la casa era de un tamaño reducido y de madera rustica y una letrina putrefacta como baño, además el niño se dio cuenta que podía ser feliz una persona a pesar de vivir en esas condiciones. Machuca pudo comprobar que las personas adineradas también pueden ser sensibles y que valoran la amistad y la honestidad, además se dio cuenta que siendo el mismo pudo cambiarle la perspectiva a Gonzalo sobre muchas cosas lo que le granjeo su confianza y lealtad. Ambos niños visitan sus viviendas y conocen a sus familias y las realidades internas que ambos viven desde sus clases sociales. Por el lado de Machuca la pobreza y denigración de la clase alta y por el lado de Gonzalo problemas de disfuncionalidad familiar. Lahire dice que las primeras etapas de la socialización secundaria son épocas particularmente .importantes para la conformación social de los individuos; unos periodos que son consecutivos de las primeras disposiciones mentales y comportamentales que van a marcar duramente a los individuos. Educar, en este contexto, constituye, un proceso de acogimiento hospitalario de los recién llegados, una práctica ética interesada en la formación de la identidad de los sujetos a partir de una relación educativa en la que el rostro del irrumpe más allá de contrato y de reciprocidad. La discordia y diferencias que existen en el país, en cuanto a la política, donde las personas de alta clase social gozan de beneficios y privilegios y los que no cuentan con los recursos económicos son de cierta manera excluidos. Por lo tanto, no es cierto que los niños no tienen prejuicios; probablemente ellos los aprenden de sus padres. Gonzalo es diferente porque la diferencia de clase entre él y Machuca no le molesta, aunque se da cuenta de que existe. Se hace sentir la influencia conjunta, y en ocasiones contradictoria de la familia extensa, del grupo de pares, unido a menudo a las industrias culturales. La sociedad modela a los individuos que viven en su seno. Un ser biológico se transforma en un ser social propio de una sociedad determinada, esencialmente familiar, de todos los que siguen y denominados secundarios. Las primeras etapas de la socialización, el niño incorpora en una dependencia socio-afectiva extrema de los adultos que le rodean. Entre los dos amigos, y la chica Silvana, hay una comprensión de sus clases diferentes. Pero lo primordial en las experiencias íntimas de los personajes como individuos que todavía están formando su persona, su identidad y sus valores con las experiencia vividas en el hogar, la escuela, con sus amistades y por supuesto con lo que está pasando en su sociedad. Al mismo tiempo debido a este proceso de formación el trauma que experimentan tras los cambios sociopolíticos a los que están expuestos son más fuertes, tal vez más íntimos que colectivos, pues la verdadera lucha de poder es entre los adultos, sin embargo es evidente que los niños terminan involucrados y siendo víctimas del conflicto en el país, así como en el hogar, y en su escuela, y eso definirá sus vidas e historias. Con estos personajes jóvenes en pleno desarrollo y descubrimiento, nos muestra la importancia que el núcleo familiar tiene primordialmente en las personas, y como los padres son fundamentales en la formación de los niños. Ambos Gonzalo y Pedro ven la inestabilidad e infelicidad en sus hogares y eso antes que nada los marca como personas. Además en la interacción en el colegio, que no es otra cosa que otro microcosmos que refleja la sociedad, vemos como los maestros, en este caso bajo la figura del cura, son también figuras importantes que ayudan a estos niños a crecer y a orientar su compás moral. Igualmente el cura muestra como los compañeros de escuela dejan marcas importantes en la vida de otros, y como por su puesto las amistades más cercanas y las diferencias sociales afectan profundamente a las personas. En la escuela se ve la diferencia se hace presente en cada una de las actividades: las clases de inglés, las de natación, el patio. Los conflictos devienen violentos: alumnos que no aceptan a los que ven tan distintos y los burlan, hostigan o prepotean. Las violencias se tornan peleas pero también habilitan a la solidaridad de otros chicos y a la intervención de los adultos para ponerle palabras. El cura sostiene su decisión e interviene en las situaciones entre los alumnos transmitiendo valores y sosteniendo su posición y el proyecto. Se organiza una granja con cerdos que el padre de un alumno donó de sus campos para que criaran en la escuela, como una actividad que reúne, propone objetivos comunes y ayuda a la convivencia de los estudiantes de la escuela. En el patio vemos el juego que tantas veces hemos visto en los encuentros entre los estudiantes, el fuerte que avasalla al débil, la picardía del débil que a veces lo vence, la solidaridad y el quiebre de supuestas complicidades para ayudar al otro, las pequeñas venganzas que reivindican la amistad. Los exámenes y la ayuda entre compañeros. La escuela nos muestra cómo la ilusión del encuentro con el otro es posible. Machuca e Infante se encuentran y es la escuela la que abre la posibilidad de conocer a cada uno un mundo que no conocía. Sin embargo, hay familias que no aceptan la experiencia que propone la escuela. En todos los caos, eludiríamos totalmente la variación de los comportamientos culturales de los niños y de los adolescentes desde los que se viven como una constricción o una obligación hasta los más interiorizados en forma de gusto o pasiones personales, sino se abordaran teniendo en cuenta la variedad de los marcos socializadores que actúan sobre ellos y en los que la variedad de los marcos socializadores que actúan sobre ellos y en los que inscriben sus acciones. Como reflexión individual creo que sí, lo que esta historia marca no solo sucede en años posteriores sino que en la actualidad convivimos con esta problemática, donde la desigualdad, discriminación y bulling constituyen uno de los problemas principales en la sociedad y que automáticamente se ve reflejada en las entidades educativas, sobre todo es una historia de crecimiento, descubrimiento y amistad, que se ve impactada por ejes familiares, económicos y sociopolíticos extremos, y que nos recuerda que a veces los niños son testigos involuntarios y producto del mundo que los adultos crean y definen.