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LA HUELLA DE DIOS EN TU ViDA

Yo pienso. Yo puedo
Capítulo Tres

“Sea lo que pienses que puedes o no puedes hacer algo, estás absolutamente en lo cierto.”
Henry Ford

“Porque cuales son sus pensamientos íntimos, tal es él.”


Proverbios 23:7 (RV95)

En esta sesión examinaremos dos principios cruciales para que persigas tus metas. El primero implica
un método para que estés seguro de creer que tus metas pueden realizarse. El segundo explica cómo
mantener tu enfoque mental para que se lleven a cabo. Un plano arquitectónico contiene numerosos
detalles y acotaciones para mostrar cómo los planos llegarán a materializarse. Con La huella de Dios en
tu vida no es diferente. Como hemos dicho, los propósitos separados de los planes específicos tienen un
valor limitado. Las técnicas de esta sesión te ayudarán a ejecutar los planes que Dios te concedió.

Entrena tu cerebro

La Biblia tiene mucho qué decir acerca de visión, sueños, fe, confianza, obras y lograr metas.
Desafortunadamente estos conceptos se han mal usado y abusado en los círculos secular y cristiano, y
por eso los concebimos como controversiales. Como resultado, hemos perdido la perspectiva de su
valor para el creyente sincero. Estos principios se mencionan escasamente en la actualidad por los
maestros cristianos de las principales corrientes por miedo a ser malinterpretados, como la teología de
la prosperidad y la enseñanza de la mística Nueva Era. Pero La Biblia contiene muchas de las más
autoritativas instrucciones sobre cómo funciona el cerebro y cómo puedes impulsar el poder de tu
mente para lograr cosas que creías imposibles.

En el corazón de La huella de Dios para tu vida se encuentra el objetivo de capacitar una nueva
generación de cristianos, no sólo con una visión del propósito de Dios para sus vidas, sino también con
una comprensión de cómo una mente transformada, sobria y consagrada a los propósitos de Dios es
capaz de mover montañas. Cuando verdaderamente entiendas lo que significa “llevar todo pensamiento
cautivo”, descubrirás un nuevo nivel de lucidez en tu vida y tus metas para cumplir tu propósito.
Incluso Sigmund Freud puntualizó: “La mente es como un iceberg, flota con tan sólo una séptima parte
de su tamaño sobre el agua.”

Yo creo que puedo volar

El 6 de mayo de 1954, Roger Banister puso el pie en la línea de salida en la pista de carreras del
Oxford Iffley, en Londres, Inglaterra. La competencia que enfrentaba era dura. Sin embargo, en los
siguientes momentos Bannister no sólo venció a los otros corredores en la carrera, también rebasó
virtualmente a todo competidor que en la historia había participado en la carrera de una milla. Llegó a
ser el primer hombre en romper el récord de una milla en 4 minutos. Lo relevante de su logro fueron los
años de preparación que dedicó. Los expertos habían considerado humanamente imposible correr una
milla en menos de 4 minutos, teoría que se había comprobado por décadas en las carreras de manera
consistente.

La noticia de la carrera de Bannister dejó atónito al mundo.


Pero lo que sucedió después fue más impresionante. En menos
Nos controla más lo
de dos meses, John Landy, de Australia, superó el récord que creemos de
mundial de Bannister con otra carrera de una milla en menos nosotros mismos, que
de 4 minutos. Ese mismo año, Meter Snell, de Nueva Zelanda,
se unió a Bannister y Landy, mejorando el tiempo. Luego, en nuestras verdaderas
los meses siguientes, se unieron al club de los 4 minutos limitaciones.
docenas de corredores. Pronto se convirtió en una meta común
hacer menos de 4 minutos la carrera de una milla.

Por siglos, los 4 minutos marcaron el límite del logro humano, y cada hombre que llegaba a la pista se
sometía sumisamente a esa preconcepción. Pero el 6 de mayo de 1954, Bannister quebró el antiguo
mito, y al hacerlo invitaba a los corredores del mundo a unírsele. Pronto se le unieron en multitudes.
¿Introdujo un nuevo estilo para correr? ¿Un entrenamiento especial? ¿Dietas secretas? No. Bannister
simplemente contribuyó con la única cosa que había faltado en los años anteriores: creer. Una vez que
vieron que alguien lo había hecho, no tenían más opción que creer que podía lograrse; y si Bannister lo
había hecho, entonces ellos podían. El resto es historia.

El enlace faltante

Los contemporáneos de Bannister estaban limitados por una cosa: su nivel de fe. Querían romper el
límite de la carrera de una milla en 4 minutos, y como vemos, tuvieron la capacidad de hacerlo todo el
tiempo, pero lo consiguieron sólo después de creer que podían lograrlo. La fe era el ingrediente que
faltaba. El mismo principio es aplicable para ti. Tu nivel de fe es frecuentemente lo único que te mantiene
en el mismo sitio donde te encuentras.

Así que uno de nuestros primeros objetivos al crear la huella para tu vida es quitarle la tapa a tu nivel de
fe. Seguro que no quieres que tu incredulidad sea tu primer limitante. Esta es una noción importante. Tu
propio nivel de fe parece ser el primer obstáculo en términos de descubrir todo lo que Dios tiene
guardado para ti. Las personas tendemos a pensar mucho más en pequeño para nosotros mismos de lo
que Dios piensa. Por ende, puede ser que Dios desee hacer más cosas con nuestras vidas de las que
percibimos o imaginamos. Pero si fijamos nuestras perspectivas en algo menor, podríamos perderlo a
él.

Este es un claro patrón entre Dios y su pueblo. Cuando Dios le dijo a Sara, la esposa de Abraham, de la
nación que se originaría en su matriz, ella se rió con incredulidad. Cuando Moisés oyó que él iba a
convencer a Faraón de que dejara ir al pueblo de Dios, dijo que él no era el adecuado para esa tarea.

Si Dios te revelara la visión completa de lo que quiere hacer en tu vida, ¿cómo reaccionarías? Si es un
gran sueño, nuestra tendencia natural es concebirlo como una fantasía o la consecuencia de algo que
comimos. Hemos crecido a la expectativa de las cosas ordinarias de Dios, que no nos damos oportunidad
para grandes sueños. Debes preguntarte si, a menos que la voluntad de Dios se disfrazara de algo
mundano, una persona promedio la reconocería.
Lo que creas de ti mismo determina tu potencial. Si crees que tu vida es incapaz de sostener una visión
grande, nunca la abrazarás ni perseguirás. Sin fe, tu cerebro acallará cualquier esfuerzo serio por hacer
que algo suceda. Cuando un elefante de circo pasa los primeros años de su vida encadenado a una
estaca, después sólo se necesita una pequeña soga para atarlo, aunque sea un paquidermo enorme. La
mera sugestión de que está atado es suficiente para mantenerlo allí.

Lo mismo puede pasarte. Si Dios te da una gran visión, una visión de proporciones de toda una vida,
puede ser algo abrumador. Pero tu tendencia será permanecer en la zona de confort.

Pasos de bebé

La clave para adquirir una fe confiada se encuentra en reconocer el proceso que sigue tu propósito.
Siempre es una progresión. Cuando fragmentas una visión en pequeños pasos, eso te permite desarrollar
la confianza necesaria para mantener tu corazón en la visión. En lugar de permitirte sentirte agobiado
por alguna gran meta a la que piensas que Dios te llama a cumplir, puedes desarrollar dicha confianza
al enfocarte sólo en el siguiente paso, que es el único a tu alcance.

El rey David da un ejemplo perfecto de este proceso en el Antiguo Testamento. David es famoso por
derrotar al guerrero gigante Goliat. Aunque era joven, su segura decisión de enfrentar a Goliat no se
basó en un arrebato ingenuo e ignorante. No fue una jugada engreída para impresionar a las adolescentes,
ni un mal cálculo del peso de su oponente. Su confianza fue el resultado de una fe que había empezado
mucho tiempo antes del día en que enfrentó a Goliat, y que había aumentado con el tiempo.

En una etapa más temprana de su vida, David tuvo una visión… una visión de que Dios lo protegería de
cualquier enemigo al que se enfrentara. Quizás abrazó esa idea de inmediato, o quizá necesitaba ser
convencido. No podemos estar seguros. Sin embargo, sabemos que cuando encaró a Goliat ya había
comprobado tal suposición en varias ocasiones. Cuando Saúl se entrevistó con David para pedirle
referencias de su experiencia como guerrero, David le expresó su visión y fe. Su conversación fue
similar a la siguiente:

Pero Saúl le dijo: —No vas a poder matarlo. Tú eres todavía muy jovencito, y él ha sido guerrero toda su
vida. David le contestó: —Yo soy pastor de las ovejas de mi padre. Pero si un león o un oso vienen a llevarse
alguna oveja, yo los persigo, los hiero y les quito del hocico la oveja. Y si el león o el oso se me echan
encima, yo los golpeo y los mato. Y eso mismo voy a hacer con este filisteo, pues ha desafiado a los ejércitos
del Dios vivo. Si Dios me ha librado de las garras de leones y de osos, también me librará de este filisteo.
Entonces Saúl le dijo a David: —Anda, pues, y que Dios te acompañe.
1 Samuel17:33-37 (TLA)

Nótese el progreso en el relato de David. Peleó contra leones y se perfeccionó luchando contra osos.
Ahora está listo para el siguiente desafío, Goliat. Así se manifiesta el crecimiento de la fe y, como
veremos más adelante, también es nuestro modelo para cultivar la fe en nuestras metas inspiradas por
Dios.

Mantener viva la esperanza

Por ejemplo, supón que deseas ser presidente de tu país. Sí, es correcto, ¡tú! Esa es una meta respetable;
sin embargo, a menos que seas un gobernador, senador o político experimentado, quizá no sea muy
creíble. Sé honesto, mientras lo desees con todo tu corazón, si no crees en ello, jamás lo alcanzarás. Lo
que necesitas es una razón para creer en tu meta y, de hecho, a veces necesitas muchas razones para
internalizarlo.

Así que supón que primero decides lanzarte como presidente de la asociación de vecinos. Eso no sería
muy difícil, ¿verdad? Y luego de haber adquirido algo de experiencia cívica, ¿por qué no involucrarse
en el cabildo municipal? Requerirá trabajo, pero es posible. Un buen regidor será un buen candidato a
diputado del municipio. Después de eso, ser representante del estado será un legítimo siguiente paso.
Una vez más, será un reto, pero no está fuera del alcance. Luego senador… y quizá gobernador. De
pronto, ser presidente no es una idea absurda después de todo.

Cultivando la fe

La fe muere sin visión, y la visión muere sin fe. La clave cuando te muevas más allá de este estudio será
mantenerte con la vista puesta en tus metas. Una manera de hacerlo es establecer metas que no desgasten
tu fe. Cuando comenzamos a creer algo, todos estamos un poco cortos de visión; por eso, antes de ir tras
una meta, examínate a ti mismo. ¿De verdad puedes verla? ¿O es un poco confusa? Si no sientes como
si pudieras casi alcanzarla y tocarla, quizá necesites una meta más sencilla primero. Pero no abandones
la meta a largo plazo, almacénala y trabaja con una meta más sencilla que te conduzca hacia la otra.
Mientras Dios te capacita para completar tus metas provisionales, te brinda la confirmación de estar en
el camino para descubrir su voluntad para tu vida.

La creación de Huellas de Dios en tu vida no es sólo cuestión de decidir a dónde quieres ir, sino de
decidir cómo llegar allí. La habilidad más importante en este proceso es dividir el trayecto en segmentos
razonables… segmentos que preservarán y acrecentarán tu confianza.

El problema con muchos de los propósitos de año nuevo es que descuidan este principio. Son metas a
largo plazo que no tienen conexión alguna con el presente, así que es sólo cuestión de tiempo para que
la visión se desvanezca en medio de la cotidianeidad. Después de seis semanas de una extenuante dieta,
sin ver señales del punto B en el horizonte, comienzas a preguntarte: “Y bien, ¿porqué decidí torturarme
de esta manera?”

Nuestra estrategia al proveer La huella de Dios en tu vida incluye la creación de metas a corto plazo que
te capacitarán para cumplir tu visión estrechamente relacionada con el presente. Ver es creer. Cuando se
puede ver claramente la meta… casi como para palparla… es fácil creer. Tu seguridad es apuntalada y
tu visión crece. Eso es lo que hizo Bannister por sus colegas. Y eso es lo que una huella hará por ti. La
huella de Dios en tu vida es como un camino con piedras que te señalan tu senda hacia tu destino final.
Mientras llegas a cada una de estas piedras tu confianza crece, tu visión se cristaliza y tu motivación
crece como rascacielos.

Por supuesto, creer no es una varita mágica. No puedes simplemente “creer” que Dios va a hacer algo
que no es parte de su plan. Tener más fe no hará que de pronto las cosas funcionen como lo deseas. Dios
hizo al hombre con ciertos límites. No obstante, también es cierto que a menudo el hombre se autoimpone
límites aún más grandes. Así que cuando llegue el tiempo de establecerte metas, asegúrate de que no
sean estorbadas por el miedo o por una visión corta, y que tampoco te hipnoticen la avaricia o la
egolatría.
El poder del enfoque

La fe es el primer componente necesario para establecer cualquier meta. El segundo es el enfoque.

Tu habilidad para perseverar en las metas en la vida está


directamente relacionada con tu habilidad para mantenerte
enfocado en ellas. Tu dirección en la vida determina Tendemos a
cualquier cosa que tengas frente o dentro de tu mente en un
momento dado. Si te distraes de tu principal objetivo, tus edificar nuestra vida
metas se dispersarán inútilmente a los profundos huecos de en torno a lo que
tu cerebro, donde después se esfumarán. Pero si aplicas gobierna nuestro
técnicas para llevar tus pensamientos cautivos, puedes vivir
con propósito en cada zancada de la vida. Adoptar este pensamiento
principio equivale a tomar el timón de tu vida, y usarlo para
direccionarte virtualmente a ti mismo hacia cualquier
dirección que elijas.

En un día típico hay miles de cosas que compiten por llamar nuestra atención, pero sólo podemos
prestársela a una cosa a la vez. Tus metas deben sobrepasar el revoltijo de las distracciones diarias si
piensas perseverar en ellas y seguirlas. La atención consistente a largo plazo, para una meta
predeterminada requiere que tengamos una apreciación intencional de la vida. No puedes dejarla a la
deriva. La huella en tu vida incluye mecanismos para traerla de vuelta a tus prioridades principales de
una base regular.

Mediante el seguimiento de la huella en tu vida, tu vida diaria se liga a tus metas, y tus metas a tu
propósito.

Todo aprendizaje se basa en repeticiones y asociaciones. Nuestros cerebros priorizan la información


basados en patrones de repetición. Cada vez que una idea se repite, incrementamos el número de
asociaciones correspondientes a esa idea. Entre más estemos expuestos a una idea, más la traeremos a
la memoria en situaciones cotidianas.

Los anunciantes entienden esta dinámica por completo, pues confían en ella para vender sus productos.
Nos muestran imágenes de gente sonriente que come sus alimentos, manejan sus vehículos o limpian la
casa con su detergente… Y lo más importante, repiten el nombre de sus producto. Gastan millones de
pesos para tener acceso por unos cuantos segundos a nuestras mentes. Invierten en el hecho de que
pueden crear en nuestros cerebros asociaciones que nos llevarán a recordar su nombre en las situaciones
cotidianas, y a comprar sus productos.

Según la cantidad de asociaciones que desarrolles respecto a un concepto o idea, éstos serán más centrales
en tu pensamiento. Tu vida actual es una compleja red de asociaciones creadas en el transcurso de tu
vida. Ahora sólo imagina, si pudieras influir en esas asociaciones… o crear nuevas… para establecer
conexiones que te guíen de manera natural y sin esfuerzo hacia tus metas en la vida. Una vez que hayas
entendido lo que sucede en tu cerebro durante este proceso, será realmente fácil hacerlo.

Suponte que estás atorado en el tráfico, rodeado de cientos de carros de diferentes diseños y modelos
mientras avanzas lentamente por la autopista. Mientras avanzas pacientemente, prestas seria atención a
los demás coches y automovilistas de alrededor. De pronto, fuera de lo ordinario, tus ojos se fijan en un
auto en particular… a un par de carriles de distancia… oculto en parte por un tractor atravesado más
adelante. Apenas puedes verlo, pero salta a la vista para ti, como si fuera el único vehículo en la
carretera aparte del tuyo. ¡Es el auto de tus sueños…! ¡Justo el que has estado pensando comprar!

Hablando relativamente, no hay nada al respecto de prestar atención a dicho auto. Sin embargo, has
estado viendo ese modelo durante semanas, diciéndole a tu cerebro que ese auto es mejor que los
demás. Creaste numerosas asociaciones. Como resultado, sólo bastó un vistazo a la defensa trasera de
ese auto para captar tu atención.

Enfoque intencional

Puedes darte cuenta de cómo este principio trabaja de manera pasiva en tu vida, sin ningún esfuerzo de
tu parte. Ahora imagínate usar este principio proactivamente para dirigir tu atención hacia las ideas más
importantes de tu vida, ¡tus metas! Si repites dichas ideas de manera intencional, en intervalos específicos
de tiempo, pronto se convertirán en lo más relevante en tu mente.

La Biblia llama a este proceso “renovación del entendimiento”. Nuestros pensamientos preceden a
nuestras acciones. Por eso nuestras vidas tienden a formarse alrededor de lo que predomina en nuestras
mentes. Como Alexander Graham Bell dijo: “Concentra todos tus pensamientos en la tarea que tienes
a la mano. Los rayos del sol no queman sino hasta que se concentran en un punto”. Cuando aplicas este
mismo principio a tus metas, la mente comienza a priorizar tus acciones en torno a lo que apoya tus
objetivos.

Inversiones de la mente

Jesús enseñó otro punto importante acerca del principio del enfoque cuando dijo que tiene un valor
exponencial al ser intencionales. Declaró:

Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.


Mateo 6:21 (NVI)

Jesús emplea el término “tesoro” para referirse a lo que consideramos valioso. Donde sea que esté tu
tesoro, tu “corazón” o enfoque tenderá a crecer en torno a ello. Nuestro enfoque, tiempo, dinero…
nosotros mismos, tiende a expandirse en torno a las cosas que priorizamos. Jesús advirtió que en lo que
invirtamos nuestro tiempo, eso será más importante para nosotros. La sabiduría común lo diría de
modo diferente: “…en lo que invertimos nuestro tiempo, eso es más importante para nosotros”. No
obstante, Jesús enseñó que funciona al revés, puesto que este principio nos da el poder para desarrollar
nuestros intereses alrededor de las cosas que más nos beneficiarán… en lugar de hacer simplemente lo
que se presente.
Jesús sigue diciendo:

El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de
la luz. Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en
ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!
Mateo 6:22-23 (NVI)
Otra vez encontramos el principio del enfoque. Es como si él estuviera diciendo: “Como se conduce el
ojo, se conduce el resto del ser.” Lo que mires, escuches, o pienses… determinará dónde terminarás. Si
te deleitas en mirar lo bueno, tu cuerpo entero caminará en luz. Si lees detenidamente folletos sobre el
auto de tus sueños, todo tu cuerpo estará compenetrado con ese vehículo. Como Jesús enfatiza, puedes
llenarte con cosas buenas o malas. Depende totalmente de ti, pues lo que repitas tu mente lo priorizará.

Una pizarra vacía

Así que esta es la pregunta: ¿Qué quieres realizar en tu vida? A donde te dirija tu huella en la vida, lo
hará sólo mediante tu poder de empezar a enfocarte intencionalmente en las cosas que la apoyen. En
lugar de seguir siendo pasivo, mientras tus intereses gravitan de modo natural alrededor de lo que te
sucede, puedes ser proactivo y asegurarte no sólo de divertirte, sino también de progresar. ¿Qué metas
dirigidas por Dios visualizas en tu camino por delante? ¿Qué valores deseas que refleje tu vida? El
principio del enfoque puede ayudarte a conducir tu vida hacia actividades… prácticas… las piedras que
te señalan el camino te guiarán hacia tu visión.

Tus metas son ideas que deben reforzarse. Mientras te enfocas intencionalmente en las piedras que te
señalan el camino y te guían a tus planes a largo plazo, tu cerebro comenzará a notarlo. Sólo requiere un
pequeño refuerzo. En las sesiones siguientes recorreremos cinco áreas clave de su vida, para determinar
tus metas más importantes. Luego, en la sesión final, revisaremos algunas técnicas para reforzar dichas
ideas a lo largo de toda tu vida. Al final de este proceso, no sólo sabrás hacia dónde vas; también
experimentarás un nuevo nivel de enfoque y confianza para asegurarte de llegar allí.

Audio

Esta semana, escucha el mensaje de audio 3, Sueños divinos.

Ejercicio de aplicación práctica 1. El sueño que sueño

En el espacio de abajo, enlista al menos 25 (o tantas como se te ocurran) cosas que soñarías hacer en tu
vida. Si supieras que no puedes fallar, ¿qué querrías para tu vida? No cuenta el dinero, ni el status
social, ni la experiencia, etc. Así que sueña las estrellas. Incluye lugares que te gustaría visitar, gente
que te gustaría conocer, situaciones y escenarios que te gustaría vivir, posesiones que te gustaría tener,
logros que te gustaría alcanzar, etc. ¡Imagina que pudieras hacer cualquier cosa! Considera preguntas
como: ¿Qué lugares del mundo visitarías? ¿Cenarías con el presidente? ¿Conocerías detrás de escena a
algún músico preferido? ¿Desayunarías con algún líder espiritual importante? ¿Tendrías una casa de
campo o en Acapulco, Viña del Mar o Cancún? ¿Serías el mejor vendedor de tu compañía? ¿O el jefe
ejecutivo? ¿Dirigirías un estudio bíblico? ¿Cuál sería tu peso ideal? ¿Correrías en el maratón de San
Silvestre? ¿Incluso lo ganarías? ¿Tendrías suficiente dinero para ser económicamente independiente?
¿Llevarías a tu familia a un paseo a Disneylandia? ¿Darías el 25% de tus ingresos a las misiones? No
importa mucho cubrir las cinco categorías. ¡Este es tu tiempo para cumplir tus sueños más atrevidos!
Haz una vívida imagen mental del deseo de tu corazón en cada área de tu vida. Dedica de 10 a 20
minutos para este ejercicio. Empieza ahora.

Mis sueños:
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Ejercicio de aplicación práctica 2. Una vista desde el columpio del jardín

Con tu lista del ejercicio 1 como panorama general, mírate a futuro a la edad de 75, 85 o 95 años…
Imagínate en tu columpio recordando tu vida. En el espacio inferior escribe las cosas que quieras estar
seguro de haber hecho a los 75 años. De no realizarse, estas cosas son las que nos harán mirar hacia
atrás con remordimiento. Mientras que tu lista del ejercicio 1 se enfoca en alcanzar las estrellas,
enfoquémonos ahora en algunos de los componentes realistas de tu vida. Estos pueden incluir
declaraciones como: Me he mantenido en una excelente condición física; terminé mi carrera profesional;
me uní al ejército; formé una familia; ahorré suficiente capital para el retiro; envié a mis hijos a la
universidad; fui el mejor vendedor de la compañía; obtuve mi licencia como piloto; reparé la relación
rota con mi _______________; hice sentir a mi esposa como mi prioridad después de Dios; hice que
mis hijos se sintieran amados; me he acercado más cada día a Dios; pagué la hipoteca; inicié mi propia
empresa; etc. Puede presentarse cierta redundancia con el ejercicio anterior, pero no te preocupes por
eso. Trata de enfocarte en las cosas no negociables de tu vida… Las que en realidad debes tener para
evitar cualquier posible decepción. Dedica de 10 a 20 minutos para este ejercicio. Empieza ahora.

Pensando en el pasado, yo:


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Ejercicio de aplicación práctica 3. Piedras que señalan el camino

Finalmente, de los ejercicios previos, identifica un objetivo principal que te gustaría cumplir en tu
vida. En el espacio de abajo describe al menos 5 “piedras que señalarían el camino” y darían forma
natural y progresiva hacia el cumplimiento de esa visión en particular.

Uno de mis principales objetivos es:


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Las piedras que me guiarían en mi búsqueda incluyen:

Piedra # 1:
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Piedra # 2:
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Piedra # 3:
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Piedra # 4:
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Piedra # 5:
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Estudio Bíblico y preguntas de comentario grupal

Luego de leer el texto del capítulo 3, de escuchar el mensaje de audio y completar las secciones de
ejercicios de aplicación práctica, contesta las siguientes preguntas. Prepárate para comentar tus respuestas
con el grupo en la siguiente reunión.

1. Lee Mateo 21:21 y contesta:


¿Cómo crees que se aplica este versículo en la búsqueda de tu propósito y llamado en la vida
para hacer impacto en el Reino de Dios y hacer grandes cosas por la causa de Cristo?
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2. Lee Marcos 2:1-5 y Lucas 7:2-10 y contesta:


¿De qué manera estos hombres mostraron su fe y seguridad de que Cristo podía sanar a su
amigo?
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Comenta cómo se interrelacionan las “acciones y la “fe”.


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3. Lee 1 Samuel 17:33-37 e:


Identifica las piedras que capacitaron a David para enfrentar la meta de derrotar a Goliat con
seguridad.
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¿De qué modo cultivaron la fe de David estas experiencias?


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4. Lee Filipenses 3:13-14 y contesta:


¿De qué meta habla Pablo en este versículo?
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¿Qué estrategia recomienda él tener en mente para llegar a esa meta?


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5. Henry Ford dijo: “Sea lo que pienses que puedes o no puedes hacer algo, estás absolutamente
en lo cierto.” ¿Por qué es importante el poder de la fe?
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6. ¿Cuál sería un ejemplo de una meta de “tamaño divino” para tu vida que no triunfaría sin fe?

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7. Después de escuchar el CD (de futura aparición) titulado “Sueños divinos”, ¿qué principios
puedes aprender del ejemplo de José de perseguir el propósito y llamado de Dios en tu vida?

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8. ¿Qué reflexiones tuviste de la prueba del auto de tus sueños acerca del poder del enfoque?
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9. ¿Cómo puedes utilizar tales reflexiones para que seas intencional en la búsqueda del propósito
y llamado de tu vida?

Bibliografía recomendada
Punto focal, Bryan Tracey, American Management.
El poder del enfoque, Jack Canfield, Health Communications.
Ser visionario, Andy Stanley, Multnomah.

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