Está en la página 1de 13

1

Perversión y fetichismo.

Introducción.

Una de las estructuras propuestas por Sigmund Freud son las perversiones, la idea central

de este documento es describir el fetichismo en el individuo. Para ello, primeramente se

expondrá que es la perversión y un sujeto perverso desde la perspectiva freudiana en su tomo

‘’tres ensayos de la teoría de la sexualidad’’. Seguidamente se dará cuenta del desarrollo

psicosexual donde de cierto modo para Freud es aquí donde el individuo genera la perversión.

Por último, haremos énfasis en el fetichismo desde diferentes perspectivas, teniendo en cuenta

otros tratamientos diferentes al psicoanálisis.

Perversión.

Para Freud la perversión es toda forma de conducta sexual que se desvie de lo ‘’normal’’.

En esta estructura Freud describe que el punto central de anclaje se dará durante el

complejo de castración. El padre no representa una ley que limite el goce entre la madre y el

hijo, sino que aparece como un padre rival. Por el lado materno, se instaura el fantasma de

la madre fálica que alienta al niño a colocarse en el lugar de su objeto de goce.

La perversión se distingue de otras estructuras clínicas por la renegación. El perverso

reniega la castración, pues percibe que la madre carece de falo, pero se niega a aceptar la

realidad de esa percepción traumática. Esto es más evidente en el fetichismo, donde el fetiche

es un sustituto simbólico del falo faltante en la madre.


2

Siendo esto así, el individuo perverso tiene su propia ley se basa en la certeza del goce,

tanto propio como del otro. Él mismo ha sido objeto de goce para otros. De esta forma, ni él

ni el otro son sujetos, sino objetos de pulsión y rebajados a la condición de la cosa.

¿Qué es un perverso?

Para el psicoanálisis, la perversión es una estructura clínica junto con la neurosis y la

psicosis. Pero contra lo que puede parecer por lo histórico de la palabra, ser perverso no tiene

nada que ver con ser mala persona, sino con ciertas operaciones psíquicas.

Correlatos de la perversión:

La Perversión como estructura clínica. Es una de las modalidades de defensa frente a la

castración materna. El sujeto perverso ha visto la falta en la madre, hay una inscripción de la

misma en el inconsciente, pero esta ha sido luego desmentida, o denegada. En la neurosis el

tipo de defensa es diferente e incluye una inscripción de la castración, y una represión

posterior.

La sexualidad perversa, que incluye tanto la infantil como la vida pulsional adulta. Es lo

que denomina Freud perversión polimorfa. Se trata de la falta de organización de las pulsiones

parciales bajo la primacía fálica. Esta perversión polimorfa no es exclusiva de la infancia, si

no que constituye una predisposición humana. No está ligada a la edad, sino a las pulsiones,

ya que es la pulsión la que es perversa polimorfa, por la pluralidad de los objetos a los se

dirige y porque el goce castrado en otras palabras el goce desintegrado.

Los fantasmas neuróticos: Freud empezó a interesarse por la perversión como estructura

clínica, a partir de los relatos de las fantasías sexuales de sus pacientes neuróticos, relatos que
3

son perversos, Pues que de cierta manera se deduce que los neuróticos sueñan con ser

perversos pues no solo imaginan, sino que van al acto.

El fetiche desde nuestra perspectiva cumple una función de protección o represión contra

la angustia de castración, ya que la angustia de castración está atada con la ausencia del

órgano fálico en la mujer y de cierto modo con la negación de dicha ausencia. Freud dice que;

el fetiche es un monumento al falo.

Para dar cuentas del desarrollo sexual de la perversión se debe dar cuentas de una de las

teorías más influyentes de Freud, pues es aquí donde da paso a la vida sexual, dando origen a

desviaciones de lo ‘’normal’’ como se menciono anteriormente.

Etapas del desarrollo psicosexual:

Sigmund Freud describe que todos pasamos en nuestra infancia, pubertad y adolescencia

por las 5 etapas del desarrollo psicosexual y de allí la sexualidad se configura en el sujeto de

forma definitiva.

En cada una de las fases la energía sexual del individuo se centra en una zona erógena

distinta ya sea; la boca, el ano y/o genitales. Si la gratificación de las necesidades es

insuficiente o excesiva durante el desarrollo de estas etapas, existe la posibilidad que se

produzca una fijación psicología, dándole paso a la aparición de neurosis y perversiones

específicas.

Estas etapas son:

Fase oral.
4

La primera fase del desarrollo sexual se corresponde aproximadamente con el primer año

de vida. Durante este periodo el bebé obtiene placer a través de la boca, por ejemplo,

introduciendo objetos en ella, lo cual le permite también explorar su entorno. El Ello domina

la estructura psíquica, por lo que el funcionamiento se basa en el principio de placer.

La fijación en la fase oral provocaría la aparición de rasgos psicológicos como inmadurez,

pasividad y manipulabilidad. A nivel sexual se desarrollarían perversiones relacionadas con la

boca.

Fase anal.

La etapa anal se da entre el segundo y el cuarto año de vida. Durante este periodo los

pequeños aprenden a controlar la higiene personal, incluyendo la retención y expulsión de las

heces y la orina. Según Freud en la fase anal el placer sexual se obtiene de la eliminación de

excrementos a través de los tractos intestinal y urinario.

Si se produce una fijación en este estadio del desarrollo pueden aparecer rasgos y

conductas de tipo obsesivo.

Fase Fálica.

Esta fase pulsional duraría entre los 3 y los 6 años, y su zona erógena asociada es la de los

genitales. De este modo, la principal sensación placentera sería la de orinar, pero también se

originaría en esta fase el inicio de la curiosidad por las diferencias entre hombres y mujeres.

Aquí al igual se origina par Freud el complejo de Edipo.

Fase de latencia.

Entre la fase anal y la pubertad (es decir, aproximadamente entre los 6 y los 10 años) las

pulsiones sexuales quedan silenciadas y la energía se redirige hacia la interacción social, el


5

aprendizaje, las actividades de ocio… Durante este periodo se consolida el carácter adquirido

durante los estadios psicosexuales previos.

Se considera que las fijaciones en la etapa de latencia son menos habituales que en otras

fases. Cuando suceden tienden a relacionarse con frustración sexual intensa y/o con una

incapacidad para focalizar el placer en actividades consideradas aceptables por el contexto

social del individuo.

Fase genital

Freud consideraba que después de la pubertad las personas alcanzamos la etapa definitiva

del desarrollo psicosexual: la fase genital, en la que nos mantendremos durante toda la vida

adulta. La gratificación se centra de nuevo en los genitales, si bien en este caso la normalidad

incluye la obtención de placer a través de otras personas, y no de modo solitario.

Los fallos en el progreso de este periodo pueden interferir con la adquisición de patrones

de relación sexual adaptativos. Así, es habitual que aparezcan disfunciones sexuales como

dificultades para la excitación (principalmente erección y lubricación, en función del sexo) en

las relaciones sexuales, y también que estas no resulten satisfactorias.

Perspectivas del fetichismo de otros autores:


6

Marx:

Retomó la palabra para describir cómo, en las sociedades capitalistas, las relaciones

sociales adoptan la forma (ilusoria) de relaciones entre cosas, el “fetichismo de la mercancía”.

Krafft-Ebing:

A fines del siglo XIX, aplicó por primera vez el término a la conducta sexual; definió el

fetichismo como una perversión sexual en que la excitación depende de la presencia de un

objeto específico. Freud (y otros estudiosos de la sexualidad) adoptaron aproximadamente

esta definición. El fetiche es, generalmente, un objeto inanimado; por ejemplo, un zapato o

una prenda interior (femenina, ya que sería una perversión casi exclusiva de los varones), para

citar los más frecuentes u obvios.

Lacan:

Jacques Lacan; La relación del sujeto perverso con el objeto, en tanto es la dimensión

imaginaria del deseo, el del deseo de la madre que viene a ocupar el rol decisivo lo cual

permite considerar que, a nivel del deseo, el perverso está identificado con la forma

imaginaria del falo.

Lacan categoriza el fetichismo desde:

Lo simbólico.

Lo imaginario.

Lo real.
7

Freud platea de que “las neurosis son el negativo de las perversiones”, por otro lado, Lacan

la reformula en cuanto la perversión está estructurada de un modo inverso al de la neurosis

(pero también está estructurada).

Mientras que la neurosis se caracteriza por una pregunta, la característica de la perversión

es la falta de pregunta; por eso es muy raro que un sujeto perverso pida ser analizado.

DSM – 5:

La característica esencial del fetichismo consiste en el uso de objetos no animados

(fetiches). Entre los fetiches más comunes se encuentran los sostenes, la ropa interior

femenina, las medias, los zapatos, las botas o cualquier otra prenda de vestir. El individuo con

fetichismo se masturba frecuentemente mientras sostiene, acaricia o huele el objeto fetiche, o

bien le puede pedir a su compañero sexual que se lo ponga durante las relaciones. Por lo

general, el fetiche es necesario e intensamente preferido para la excitación sexual, y en su

ausencia pueden producirse trastornos de la erección en el varón. El diagnóstico no debe

efectuarse cuando los fetiches se limitan a artículos de vestir femeninos utilizados para

travestirse, como ocurre en el fetichismo transvestista, o cuando el objeto es estimulante desde

el punto de vista genital debido a que ha sido diseñado especialmente para este propósito (p.

ej., un vibrador). Por lo general, el trastorno empieza en la adolescencia, aunque el fetiche

puede haber tenido ya una especial significación durante la infancia. Una vez establecido el

trastorno, tiende a ser crónico.

Tratamientos:

Tratamiento Psicoanálisis:

Desde el psicoanálisis, Freud introduce el término de fetichismo en el ‘Ensayo sobre las

aberraciones sexuales’, enmarcado en la obra ‘Tres ensayos de teoría sexual’, publicado en

1905.
8

Freud por tanto, considera el fetichismo como una “aberración sexual” y lo incluye en el

capítulo dedicado a la “situación inapropiada del objeto sexual”, en este caso, “una

transgresión anatómica”. Cabe señalar, que en la misma categoría de aberraciones, el

fundador del psicoanálisis incluye la homosexualidad y el sexo oral.

La definición no se aleja mucho de la vigente en la actualidad: “el objeto sexual normal es

sustituido por otro relacionado con él, pero al mismo tiempo totalmente inapropiado para

servir al fin sexual normal” y como ejemplo se cita el pie, que junto a la del zapato es una de

las parafilias más comunes.

Para su tratamiento, Freud hace dos diagnósticos: existen los fetichismos de tipo limítrofe

con lo patológico y de tipo patológico. Las actividades no patológicas se presentan como

“conexiones normales” y determina que “es regularmente propio del amor normal cierto

grado de fetichismo, sobre todo en aquellos estadios del enamoramiento en el que el fin

sexual es inasequible o en los que su realización aparece aplazada”.

La patología aparece cuando “el deseo hacia el fetiche se fija pasando esta condición y se

coloca en lugar del fin moral o, cuando el fetiche se separa de la persona determinada y se

deviene por si mismo como un único fin sexual”.

El origen de esta condición psicológica, como ya se ha dicho, reside en la infancia según la

mayoría de los autores, y Freud no será menos.

En cuanto a las consideraciones sobre el pie y el zapato, Freud alude al pie como un

“ejemplo antiquísimo de símbolo sexual que aparece ya en el mito”; mientras, el zapato es

“correlativamente símbolo de los genitales femenino” (hueco en el que se introduce el píe)”

mientras que el tacón representa “el falo masculino” de ahí la considerada “bisexualidad”  del

zapato freudiana.
9

Antes de la llegada del psicoanálisis, el “fetichista aparecía como un psicópata que

coleccionaba objetos de uso femenino para satisfacer en ellos su lascivia” cuenta el psicólogo

alemán Josef Rattner en su obra ‘Psicología y patología de la vida amorosa’.  Fue Freud y su

psicoanálisis, el que ‘descriminalizó’ las prácticas fetichistas diferenciándolas entre las

“normales” y las “patológicas”.

Tratamiento Cognitivo-Conductual:

La teoría cognitiva conductual considera que debe haber una intervención cuando se tiene

un fetiche cuando:

La práctica de esta conducta sexual te provoca malestar en las actividades diarias

Esta práctica dificulta el mantenimiento de relaciones íntimas

No te gusta este tipo de conductas moralmente, pero sí disfrutas realizándolas

Has intentado controlarlo, pero notas que se escapa de tu control

Después de evaluar si se debe intervenir, la terapia psicológica del tipo cognitivo

conductual consiste en intervenir en tres áreas: los pensamientos, las emociones y el

comportamiento. A medida que se va trabajando en las diferentes áreas se notará una mejora

progresiva en el ámbito sexual.

Otros tratamientos:

Técnicas de masturbación: Consisten en programar la masturbación con estímulos no

fetichistas, para asociar el placer a estos estímulos y distanciarlos de los estímulos fetichistas.

Una vez alcanzado el orgasmo se continúa la estimulación durante quince minutos utilizando

imágenes fetichistas.
10

Terapia aversiva: En la que se relaciona la imagen del fetiche al cual se le da una descarga

eléctrica, en cuanto el paciente ve el objeto que le estimula. También se puede introducir en la

sesión un estímulo olfativo repugnante, aumentando así la efectividad del tratamiento.

Biorretroalimentación: Esta técnica trata de que el paciente controle su grado de excitación

a partir de la información visual que la da el falómetro (aparato que mide cambios en la

circunferencia del pene). Ante los estímulos se debe mantener encendida la luz que

corresponde a “poca excitación”, una vez conseguido, esto se le presenta la tarea de obtener

excitación ante estímulos deseables, no fetichistas.

Tratamiento farmacológico: Estos tratamientos han sido utilizados con delincuentes

sexuales y personas que representan un peligro para la sociedad. Se distinguen dos tipos de

tratamiento:

Tratamiento hormonal: La castración química temporal logra reducir el deseo sexual.

Tratamiento con medicamentos psicoactivos: Se trata de medicamentos que reducen la

libido, como la Fluoxetina (nombre comercial Prozac), que reduce síndromes obsesivo-

compulsivos presentes en muchas parafilias.

Conclusión grupal:
11

Después de indagar en diversas fuentes a cerca de lo que es el fetichismo, comparar

definiciones y tratamientos de otras corrientes, nos dimos cuenta que el fetiche es una

desviación diferente en la conducta sexual, y es “diferente” únicamente por los estatutos o

pautas morales pautadas en la sociedad; desde donde se concibe, se inculca y se juzga también

lo que es normal y lo anormal, lo correcto e incorrecto.

Partiendo de esto, los sujetos que tienen fetiches sufren, debido a que piensan que sus

conductas son extrañas en el común y debe trabajar para cambiar éste aspecto.

Para esto, desde la psicología y la psiquiatría también se encasilla a los fetiches con

diversas definiciones y por ende diferentes tratamientos, sin embargo evidenciamos durante la

realización del trabajo que algunas corrientes psicológicas y desde la psiquiatría, lo que se

busca es la reestructuración del pensamiento del paciente, bien sea con fármacos o con la

modificación progresiva en el comportamiento, en muchos casos, siendo los fetiches de tipo

común o sin que estos atenten directamente otros aspectos y la misma sexualidad de la

persona.

A diferencia de las corrientes y tratamientos mencionados anteriormente, el psicoanálisis

ofrece una respuesta muy diferente, más abierta y más consciente de que las conductas en sí,

son diferentes y no por esto, son patológicas o extrañas. El psicoanálisis primero observa el

panorama del fetichista, en que consiste su fetiche y desde donde proviene, para así

comprender y abordar mejor la situación del paciente, llegando a intervenir cuando realmente

su fetiche le impide realizarse en los otros aspectos humanos como lo social y más aún si a

causa del fetiche su vida sexual, se ve comprometida o si éste es el objeto clave para llegar a

la satisfacción sexual.
12

[ CITATION lil17 \l 9226 ]

Referencias

liliana goldin. (03 de julio de 2017). intervenciones y efectos. Obtenido de en el margen :

http://podcastpsicoanalisis.com/2017/07/03/fetichismo-psicoanalisis/

http://podcastpsicoanalisis.com/2017/07/03/fetichismo-psicoanalisis/

https://enelmargen.com/2015/07/31/fetichismo-lo-simbolico-lo-imaginario-y-lo-real-por-

jacques-lacan-y-wladimir-granoff/

http://www.psiconotas.com/la-perversion-741.html

http://www.acheronta.org/lacan/fetichismo.htm

https://psicologiaymente.com/psicologia/etapas-desarrollo-psicosexual-sigmund-freud

http://www.psiconotas.com/fetichismo-605.html

https://psicovalero.files.wordpress.com/2014/06/manual-diagnc3b3stico-y-estadc3adstico-

de-los-trastornos-mentales-dsm-iv.pdf

https://clinicasorigen.es/parafilias/trastorno-de-fetichismo/

https://calceus.wordpress.com/freud/

http://alex-psicoclinica.blogspot.com/2014/12/del-fetichismo-sexual.html
13

También podría gustarte