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Cuando falla la cimentación de una edificación, las patologías constructivas se extienden por todo el inmueble poniéndolo

en riesgo de colapso estructural o ruina económica en el mejor de los casos. Esto no debe suceder puesto que la reparación
de cimientos es posible en practicamente el 90% de los casos.

A continuación describo un caso particular en el que nuestra oficina a realizado el estudio, proyecto y dirección de la obra
de reparación de la cimentación de una vivienda unifamiliar en Madrid con grave riesgo de colapso estructural.

La vivienda reparada es una edificación pareada con una antigüedad de 40años con dos plantas sobre rasante mas otra
planta semisótano, situada en la zona de Barajas en Madrid. Esta zona se caracteriza por la dificultad de sus suelos a la
hora de cimentar, debido a su heterogeneidad y a la presencia de arcillas expansivas y yesos.
Los propietarios de la vivienda se pusieron en contacto con Acuatro Arquitectos alarmados por el incremento de unas
grietas en la parte trasera de su vivienda, si bien la presencia de fisuras en la casa había sido constante desde su
construcción en los últimos tiempos el problema se estaba agravando notablemente y ha una velocidad elevada. Las
grietas se extendían por toda la casa, siendo mas anchas sus aberturas en la planta baja y semisótano.

En la primera visita para el estudio de las causas ya se pudo observar la presencia de una piscina en la parte posterior de
la vivienda que aunque no tenia perdidas se había cambiado el agua un mes antes de que la patología se agravase. Tras
estudiar la red de saneamiento realizando una serie de calas pudimos comprobar que esta se encontraba completamente
obstruida por las raíces de un árbol cercano, esta obstrucción impedía la evacuación del agua de la piscina directamente al
saneamiento. El agua de vaciado de la piscina encontraba su salida a través del terreno natural que entre sus componentes
tiene gran presencia de arcillas con propiedades expansivas. Al anegarse la zona trasera de la vivienda mientras que la
delantera permanecía seca provocaba un hinchamiento localizado del terreno por asentamientos diferenciales.

La causa estaba clara, en la rehabilitación de una cimentación lo mas complicado es localizar la causa o causas de las
patologías, la mayoría de las veces los problemas surgen por acumulación de causas lo que impide diagnósticos claros y
las soluciones de reparación deben ser sobreactuadas para asegurar la integridad constructiva.

Lo primero que se hizo fue reparar el saneamiento, transformando la mayor parte de la red enterrada bajo tierra por otra
colgada bajo el forjado de planta baja. Se retiro el árbol que provocaba los daños en la red de saneamiento trasladándolo a
un zona del jardín mas segura.

Para la reparación se debía responder a la reparación de tres patologías aparecidas:

• La primera el lavado del terreno por la evacuación de muchos metros cúbicos de agua sin canalizar a través de el,
debilitando la superficie de apoyo de las zapatas al haber perdido el terreno su compacidad original.
• La segunda la afección de los muros de contención de tierras en la planta semisótano por la misma causa. Los
muros estaban realizados en fábrica de ladrillo de medio pie y la presión de las aguas exteriores había abombado los
paramentos dañando las piezas de cerámica y sus juntas de mortero.
• La tercera y última, los daños en los pilares de acero habían sufrido gravemente corrosiones por el contacto con el
muro de contención de tierras.

Para la rehabilitación de la cimentación se barajaron dos alternativas completamente diferentes:

• Opción 1: Inyección de resinas epoxidicas o cementosas para colmatar el terreno y recuperar la capacidad portante
del suelo.
• Opción 2: Aumentar las dimensiones de zapatas Puesto que la capacidad portante del terreno había disminuido,
aumentar las dimensiones de los cimientos consiguiendo que la transmisión de las cargas se repartiese sobre una
superficie mayor.

La primera solución presentaba la ventaja importante de no tener que actuar “en principio” en el interior de la vivienda, es
una solución efectiva y limpia. La segunda opción, aumentar las dimensiones de los cimientos es mucho mas destructiva,
para su ejecución es necesario realizar una obra mas aparatosa, implica la rotura de acabados y la generación de ruidos y
escombros .

Después de estudiar detenidamente las dos opciones y se optó por la segunda. Los motivos de esta decisión fueron la
necesidad de realizar la obra de refuerzo de muros y pilares dañados, puesto que la ejecución de estos trabajos ya
implicaba las molestias que se pretendían evitar. También influyo en la decisión el que el refuerzo del muro, al ser
ejecutado como una segunda hoja interior paralela a la existente suponía transmitir las cargas sobre la cimentación de
forma excéntrica. Esta circunstancia podía suponer problemas de vuelco en un futuro cuando la carga diferida se asentase
sobre el muro nuevo de mayor rigidez que el original.

Como argumentamos en el artículo anterior, para la reparación de la cimentación optamos por la ejecución de un refuerzo
de los cimientos consistente en el aumento de la superficie de las zapatas. Básicamente el objeto de esta medida es el
repartir las cargas de la edificación sobre un área mayor a la existente. En principio esto supone unas tensiones menores al
terreno que en nuestro caso era el objetivo a conseguir, ya que como dijimos su capacidad portante se había reducido
considerablemente por un lavado del terreno originado por un desagüe en mal estado.
El proyecto de ejecución redactado por Acuatro Arquitectos para la reparación y refuerzo de cimentación, definió,
cuantifico y valoró la ejecución de los siguientes trabajos:

• Ampliación, por el interior de la vivienda, de la cimentación existente consistente en zapatas corridas y puntuales de
hormigón armado de 50cm de canto.
• Ejecución de un muro de contención de tierras, por el interior del sótano de la vivienda, paralelo al existente.

La ejecución de las zapatas debía cumplir el doble requisito de trabajar de manera conjunta a la existente ademas de
aumentar su superficie de transmisión de cargas al terreno. Se optó por la ejecución de una ampliación de zapata de 50cm
de ancho y un canto de 70 cm de manera que la ampliación montase sobre la existente y de esta manera sirviese de reparto
en el apoyo del nuevo muro a ejecutar. Para su unión con la zapata original se cosió una malla cada 30cm de barras de
acero de D12 colocadas en diagonal tras taladrar la base en su canto y en su cara superior. Estas barras se introdujeron en
los taladros con resinas epoxi de alto rendimiento. También se aplicó esta resina como puente de unión a las caras de la
zapata existente que iban a estar en contacto con la zapata ampliada.
Para la ejecución del refuerzo de muro de carga y contención se optó por la realización de una doble hoja de fábrica de
bloque de hormigón de 15cm. Esta fábrica se ejecuto armada en sus dos caras y en la dirección vertical y horizontal
dotándola de gran capacidad de respuesta a las solicitaciones de flexión por empujes laterales del terreno. Los huecos de
los bloques se fueron rellenando de hormigón ejecutado en obra. Como medida adicional y para evitar transmisiones de
carga no deseadas se cosió la nueva fábrica al muro original mediante llaves realizadas con barras de acero corrugado.

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