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Capítulo 6. Dejando pistas.

Deusa al ser parte de la familia má s poderosa en su mundo, poseía muchos conocimientos


sobre la magia que durante su vida había adquirido casi de manera intrínseca, pues para
ella la magia formaba parte de lo cotidiano, por esta razó n suponía que cualquier persona
que portara una varita, debía tener algunas nociones bá sicas sobre la magia, aunque jamá s
en su vida hubiese sido instruido por algú n maestro. Hasta ahora creía que Pío solo era un
poco inculto en cosas de magia, pero resultó ser que definitivamente no sabía nada en
absoluto. Entonces Deusa, comenzó a sentirse muy desconcertada con el hecho de que Pío
poseyera una varita auténtica, y si existía un motivo para hacerle acreedor de tal posesió n,
debía de ser algo sin duda inusual.
Recordó entonces una historia que se profesaba en su mundo, la historia de los avatares,
seres celestiales que venían al mundo para restaurar la armonía cuando el caos se volvía
predominante. Recordó también que en alguna ocasió n, le habían mencionado la existencia
de mundos cuyos habitantes no conocían la magia. Atando cabos, Deusa concluyó que había
llegado a este mundo en medio de una situació n bastante particular. ¿Sería que a Pío se le
habría encomendado alguna clase de misió n en este mundo sin magia?; esto le hizo decidir
que definitivamente debía hacer algo para bien encaminar a Pío en descubrir sus
potencialidades.
Esa tarde decidió meterse nuevamente en la casa de Pío, para darle una señ al de que antes
de ponerse a utilizar una varita, ésta debía ser cargada con las energías de los cuatro
elementos. Entonces vino Deusa una segunda vez, como ladró n por la noche, y dejó abierto
el libro en el capítulo llamado "Activando la varita" y justo cuando estaba dejando el libro
sobre el suelo, Pío comienza a acomodarse dormido sobre su colchó n, pues esa noche hacía
calor así que buscaba escaparse de las sá banas, Deusa lo miraba serenamente, hasta que de
repente Pío se da un cabezazo contra el respaldo de la cama, haciendo que éste despertara
quejá ndose por el dolor, cuando abrió los ojos se dio cuenta que se hallaba frente a frente
con una hermosa mujer.
¿Qué... Quién eres... qué haces aq...- alcanzó a preguntar alertado, antes de que Deusa le
arrojara un hechizo que nuevamente lo puso a dormir (Aparentemente, de una forma muy
incó moda, pues había quedado con un pie por un lado, y una mano fuera de la cama por el
otro lado.)
Luego de este incidente, Deusa un tanto temblorosa a causa del susto que se llevó se pone a
buscar algunos materiales que se mencionaban en el libro, para que Pío no fuese a tomar a
la ligera el hecho de que el libro estuviese abierto en la secció n de activació n cuando lo
viera. Finalmente puso un vaso con agua, algunas piedras, incienso y velas al rededor del
libro y se disponía a marcharse cuando accidentalmente pisó la mano de Pío, quien de
nuevo despertó con un quejido frente a frente con Deusa, quien por segunda vez lo puso a
dormir con un hechizo.
Esa noche Deusa se marchó a su casa con el corazó n en la mano.

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