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Ejercicio 1 22:31

Encabezado y Pie de Página

Carrión Ramos Diego Alcides

Código Hinfo: HINFO2019-152

Aula:201

Horario: Domingo 12-14 pm

EL TRASTORNO FRONTERIZO

El desánimo, la indignación, el odio hacia sí mismo, la petulancia, la


ansiedad, la incertidumbre, la necesidad de aferrarse a otro, la
terquedad y los impulsos violentos y autodestructivos son algunos de
los tormentos que acosan a los que padecen este trastorno.

Se trata de personas desesperadas, intensas e inestables, incapaces


de aprovechar sus aptitudes. 

Les aterra estar solas, pero al mismo tiempo destruyen las relaciones
de las cuales no pueden prescindir. 

Tener este trastorno equivale a vivir en perpetua angustia. 

Y convivir con alguien que lo padece es estar atrapado en el mismo


infierno que él. 

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO

El DSM-III-R describe el trastorno fronterizo de la personalidad como: 

Un patrón general de inestabilidad afectiva, relaciones interpersonales


y autoimagen, que comienza a manifestarse a principios de la edad
adulta y se presenta en una variedad de contextos, tal como lo
indicaría la presencia de por lo menos CINCO elementos siguientes:

 Una pauta de relaciones interpersonales intensas e inestables,


que se caracteriza por cambios marcados de actitud que van
desde el extremo de la idealización hasta el de la subestima. 

 Impulsividad en, por lo menos, dos áreas que son


potencialmente autodestructivas; por ejemplo: sexo, gasto

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Ejercicio 1 22:31

excesivo de dinero, uso de sustancias tóxicas, robo de tiendas,


conducir alocadamente o comer en exceso. (No incluir el
comportamiento suicida o automutilador). 

 Inestabilidad afectiva: marcados cambios de ánimo de la


normalidad a la depresión, irritabilidad o ansiedad, que suelen
durar unas pocas horas y sólo raramente más de algunos días. 

 Una ira inapropiada e intensa o por falta de control; por ejemplo:


manifestaciones frecuentes de mal genio o ira constante, y la
costumbre de iniciar peleas físicas. 

 Amenazas recurrentes de suicidio o automutilación. 

 Alteraciones de la identidad manifestadas por incertidumbre


sobre por lo menos dos de los temas siguientes: la autoimagen,
la identidad sexual, los objetivos a largo plazo, la elección de
carrera, las pautas de amistad, los valores y las lealtades.

 Sentimientos crónicos de vacío y de aburrimiento. 

 Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario.


(No incluir la conducta suicida o automutiladora). 

LOS CICLOS DE LA DESESPERANZA

La vida es una pesadilla para los que padecen este angustioso


trastorno: para ellos, nunca nada permanece igual. 

Se enamoran desesperadamente, pero en seguida el ser amado los


desilusiona y ya les resulta odioso. 

Cuando se sienten felices, creen que ya nada ni nadie podrá


entristecerlos; después, todo se convierte en cenizas para nunca más
reavivarse. Viven para el amor, y sin embargo actúan con arrogancia,
con terquedad, y se indignan por el más leve motivo.

Buscan una identidad –que puede ser la de estudiante, miembro de un


culto religioso, asistente social- pero al poco tiempo ya no les
satisface; no se entienden, no saben en qué creer, entonces piensan
que deben transformarse en otra persona. 

¿Quién soy? 

¿Qué pienso? 

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Ejercicio 1 22:31

¿Qué va a ser de mí? 

Sus sentimientos, sus humores cambiantes y sus experiencias con


otros son trágicos por lo incoherentes. 

No saben avanzar en línea recta sino sólo en círculos. 

UN ESTUDIO EN BLANCO Y NEGRO

Los que sufren el trastorno fronterizo llevan una existencia donde


siempre es todo o nada, blanco o negro. 

Así como los demás pueden tolerar los sentimientos variados –amo a
mi pareja pero reconozco que tiene muchos defectos, desde luego- los
fronterizos consideran al mundo poblado por dos tipos de personas:
los buenos y cariñosos por un lado, y por el otro los malvados. 

Necesitan el amor de los primeros, pero sólo se encuentran con los


últimos. 

Sentimientos igualmente confusos abrigan sobre sí mismos. 

Piensan que son los mejores, y al instante siguiente comienzan a


rebajarse. 

Como se sienten vacíos por dentro, no se atreven a estar solos


consigo mismos. 

Tienen que tener el amor, la protección y la compañía de una persona


que les brinde toda su bondad. 

Encuentran a alguien, y en el acto les parece que jamás han conocido


a nadie tan cariñoso y comprensivo. 

Pero pronto el ser amado, quizá porque comete una mínima


indiscreción, se vuelve objeto de odio o desprecio. 

El mundo se viene abajo una vez más, e inevitablemente el ser amado


cae en desgracia. 

Puede ocurrir que antes de esto, el individuo con personalidad


fronteriza empiece a temer o a predecir que va a ser rechazado, por lo
cual se aferra al otro cada vez con más desesperación. 

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Ejercicio 1 22:31

En ocasiones, es capaz de llegar a hacer sacrificios extremos con tal


de no perder a su compañero, para luego volverse contra él con una
mezcla de furia y autocompasión. 

Puesto que constantemente saltan del blanco al negro, del todo a la


nada, llevan una vida que no les satisface. 

Se sienten fundamentalmente deprimidos y pesimistas, y cualquier


cosa los arroja a la desesperación, la ansiedad, la desilusión, la culpa,
aunque con breve períodos eufóricos. 

Sin embargo, lo único que les dura es el dolor habitual. 

Su incapacidad para reconocer la solidez y perseverancia de las cosas


o las personas, incluidos ellos mismos, les impide ser constantes,
aprender de la experiencia y salir airosos frente a los desafíos. 

No soportan los cambios de humor, la frustración y, sobre todo, los


rechazos. 

No saben qué hacer para no vivir pensando en la angustia y el


sufrimiento; no se pueden concentrar en el trabajo, en una película, en
un paseo en bicicleta o en un buen libro. 

En cambio, para buscar el escape se entregan al sexo en forma


impulsiva, a las drogas, salen a hacer compras y, de vez en cuando,
directamente a robar a las tiendas. 

¿CON QUÉ LIMITA EL FRONTERIZO?

De los trece trastornos de la personalidad, hoy en día el fronterizo es


quizá el que más interés clínico y de investigación despierta entre los
profesionales de la salud mental. 

Es una especie de rompecabezas de muchas piezas extrañas. 

Cuanto más conocemos sobre él, más frecuentemente lo


encontramos, sobre todo en las personas que son internadas por
problemas psiquiátricos. 

Es posible que entre el 15 y el 25% de la población sufra de este


complejo problema. 

Pero, ¿QUÉ es el trastorno fronterizo? 

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Ejercicio 1 22:31

Algunos investigadores y clínicos sostienen que no se trata en


absoluto de un trastorno sino más bien de cierto nivel de
‘desorganización’ de la personalidad. 

Este término comenzó a emplearse hace más de cincuenta años para


identificar al grupo de pacientes que no entraban en las categorías de
neurosis y psicosis, corrientes en aquella época. 

Los enormes problemas de esos pacientes parecían corresponder


más a una categoría intermedia entre funcional y antifuncional. 

Aunque los autores del DSM-III conservaron el término fronterizo


(BORDERLINE), su intención no fue que se refiriera a los trastornos
que lindaban con la psicosis.

Los pacientes fronterizos tienen un trastorno de la personalidad, y


punto. 

Sin embargo, actualmente a los investigadores les intriga su relación


no tanto con la esquizofrenia como con los trastornos afectivos. 

LA INCIDENCIA, LA PREDISPOSICIÓN 
Y LOS RIESGOS

El trastorno fronterizo es mucho más habitual entre las mujeres que


entre los hombres, a razón de tres a uno. Los motivos de esta
proporción aún no terminan de explicarse. 

Cabe mencionar que padecer las formas clínicas de la depresión es


mucho más común en las mujeres que en los hombres, por causas
poco claras. 

Las investigaciones que se están practicando comienzan a revelar


indicios de que la depresión (especialmente las formas bipolares o
maníacodepresivas) quizá sea una enfermedad hereditaria. 

Puede ser que igualmente se den similares tendencias hacia el


trastorno fronterizo. 

En la historia familiar de esas personas a menudo aparece una


vinculación con la depresión maníaca y con el alcoholismo. 

Ciertos investigadores de la biología de la personalidad creen que


estos individuos heredan una predisposición genética a una deficiente
regulación del humor, lo cual explicaría sus sentimientos tan variables,

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Ejercicio 1 22:31

lo sensibles que son al rechazo, sus relaciones inestables, los


trastornos en sus hábitos de alimentación e incluso sus tendencias
suicidas. 

Los indicios sugieren que pueden tener un nivel bajo de serotonina, el


importante elemento químico del cerebro que ayuda a regular el
sistema nervioso central y muchas de sus funciones emocionales. 

En todo caso, tal predisposición tornará al individuo sumamente


vulnerable a las experiencias más arduas de la vida, las cuales serán
para él difíciles de superar. 

Y hay bastantes pruebas como para suponer que esos hombres y


mujeres hayan tenido que pasar por terribles circunstancias en los
primeros años de su vida. 

Muchos fronterizos provienen de familias perturbadas o deshechas, en


las cuales hubo alcoholismo, abuso, violencia y separaciones
traumáticas. 

CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS FRONTERIZAS

Conviene consultar los consejos que se dan para las personas


vivaces, pues también pueden aplicarse a quienes sufren un trastorno
fronterizo leve. 

Recuerde que los fronterizos se comportan como lo hacen porque


viven una enorme angustia; trate de no acostumbrarse a reaccionar de
igual modo ante las reacciones excesivas que esa persona con usted. 

En una palabra, procure distanciarse emocionalmente y no hacer caso


de las consecuencias que esa conducta pueda producirle. 

Esto le ayudará a dominar sus sentimientos, pero lo más importante


es que le permitirá conocer sus propios límites. 

Dígale a esa persona que la quiere, pero que NO PUEDE ser todo lo
que ella pretende que usted sea y no puede hacerse responsable de
todo lo que ella se hace a sí misma. 

Aliéntela para que busque ayuda. 

Si la vida familiar es caótica, busquen ayuda juntos.

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Ejercicio 2 22:31

EL TRASTORNO FRONTERIZO

El desánimo, la indignación, el odio hacia sí mismo, la petulancia, la


ansiedad, la incertidumbre, la necesidad de aferrarse a otro, la
terquedad y los impulsos violentos y autodestructivos son algunos de
los tormentos que acosan a los que padecen este trastorno.

Se trata de personas desesperadas, intensas e inestables, incapaces


de aprovechar sus aptitudes. 

Les aterra estar solas, pero al mismo tiempo destruyen las relaciones
de las cuales no pueden prescindir. 

Tener este trastorno equivale a vivir en perpetua angustia. 

Y convivir con alguien que lo padece es estar atrapado en el mismo


infierno que él. 

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO

El DSM-III-R describe el trastorno fronterizo de la personalidad como: 

Un patrón general de inestabilidad afectiva, relaciones interpersonales


y autoimagen, que comienza a manifestarse a principios de la edad
adulta y se presenta en una variedad de contextos, tal como lo
indicaría la presencia de por lo menos CINCO elementos siguientes:

 Una pauta de relaciones interpersonales intensas e inestables,


que se caracteriza por cambios marcados de actitud que van
desde el extremo de la idealización hasta el de la subestima. 

 Impulsividad en, por lo menos, dos áreas que son


potencialmente autodestructivas; por ejemplo: sexo, gasto
excesivo de dinero, uso de sustancias tóxicas, robo de tiendas,
conducir alocadamente o comer en exceso. (No incluir el
comportamiento suicida o automutilador). 

 Inestabilidad afectiva: marcados cambios de ánimo de la


normalidad a la depresión, irritabilidad o ansiedad, que suelen
durar unas pocas horas y sólo raramente más de algunos días. 

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Ejercicio 2 22:31

 Una ira inapropiada e intensa o por falta de control; por ejemplo:


manifestaciones frecuentes de mal genio o ira constante, y la
costumbre de iniciar peleas físicas. 

 Amenazas recurrentes de suicidio o automutilación. 

 Alteraciones de la identidad manifestadas por incertidumbre


sobre por lo menos dos de los temas siguientes: la autoimagen,
la identidad sexual, los objetivos a largo plazo, la elección de
carrera, las pautas de amistad, los valores y las lealtades.

 Sentimientos crónicos de vacío y de aburrimiento. 

 Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario.


(No incluir la conducta suicida o automutiladora). 

LOS CICLOS DE LA DESESPERANZA

La vida es una pesadilla para los que padecen este angustioso


trastorno: para ellos, nunca nada permanece igual. 

Se enamoran desesperadamente, pero en seguida el ser amado los


desilusiona y ya les resulta odioso. 

Cuando se sienten felices, creen que ya nada ni nadie podrá


entristecerlos; después, todo se convierte en cenizas para nunca más
reavivarse. Viven para el amor, y sin embargo actúan con arrogancia,
con terquedad, y se indignan por el más leve motivo.

Buscan una identidad –que puede ser la de estudiante, miembro de un


culto religioso, asistente social- pero al poco tiempo ya no les
satisface; no se entienden, no saben en qué creer, entonces piensan
que deben transformarse en otra persona. 

¿Quién soy? 

¿Qué pienso? 

¿Qué va a ser de mí? 

Sus sentimientos, sus humores cambiantes y sus experiencias con


otros son trágicos por lo incoherentes. 

No saben avanzar en línea recta sino sólo en círculos. 

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Ejercicio 2 22:31

UN ESTUDIO EN BLANCO Y NEGRO

Los que sufren el trastorno fronterizo llevan una existencia donde


siempre es todo o nada, blanco o negro. 

Así como los demás pueden tolerar los sentimientos variados –amo a
mi pareja pero reconozco que tiene muchos defectos, desde luego- los
fronterizos consideran al mundo poblado por dos tipos de personas:
los buenos y cariñosos por un lado, y por el otro los malvados. 

Necesitan el amor de los primeros, pero sólo se encuentran con los


últimos. 

Sentimientos igualmente confusos abrigan sobre sí mismos. 

Piensan que son los mejores, y al instante siguiente comienzan a


rebajarse. 

Como se sienten vacíos por dentro, no se atreven a estar solos


consigo mismos. 

Tienen que tener el amor, la protección y la compañía de una persona


que les brinde toda su bondad. 

Encuentran a alguien, y en el acto les parece que jamás han conocido


a nadie tan cariñoso y comprensivo. 

Pero pronto el ser amado, quizá porque comete una mínima


indiscreción, se vuelve objeto de odio o desprecio. 

El mundo se viene abajo una vez más, e inevitablemente el ser amado


cae en desgracia. 

Puede ocurrir que antes de esto, el individuo con personalidad


fronteriza empiece a temer o a predecir que va a ser rechazado, por lo
cual se aferra al otro cada vez con más desesperación. 

En ocasiones, es capaz de llegar a hacer sacrificios extremos con tal


de no perder a su compañero, para luego volverse contra él con una
mezcla de furia y autocompasión. 

Puesto que constantemente saltan del blanco al negro, del todo a la


nada, llevan una vida que no les satisface. 

Se sienten fundamentalmente deprimidos y pesimistas, y cualquier

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Ejercicio 2 22:31

cosa los arroja a la desesperación, la ansiedad, la desilusión, la culpa,


aunque con breve períodos eufóricos. 

Sin embargo, lo único que les dura es el dolor habitual. 

Su incapacidad para reconocer la solidez y perseverancia de las cosas


o las personas, incluidos ellos mismos, les impide ser constantes,
aprender de la experiencia y salir airosos frente a los desafíos. 

No soportan los cambios de humor, la frustración y, sobre todo, los


rechazos. 

No saben qué hacer para no vivir pensando en la angustia y el


sufrimiento; no se pueden concentrar en el trabajo, en una película, en
un paseo en bicicleta o en un buen libro. 

En cambio, para buscar el escape se entregan al sexo en forma


impulsiva, a las drogas, salen a hacer compras y, de vez en cuando,
directamente a robar a las tiendas. 

¿CON QUÉ LIMITA EL FRONTERIZO?

De los trece trastornos de la personalidad, hoy en día el fronterizo es


quizá el que más interés clínico y de investigación despierta entre los
profesionales de la salud mental. 

Es una especie de rompecabezas de muchas piezas extrañas. 

Cuanto más conocemos sobre él, más frecuentemente lo


encontramos, sobre todo en las personas que son internadas por
problemas psiquiátricos. 

Es posible que entre el 15 y el 25% de la población sufra de este


complejo problema. 

Pero, ¿QUÉ es el trastorno fronterizo? 

Algunos investigadores y clínicos sostienen que no se trata en


absoluto de un trastorno sino más bien de cierto nivel de
‘desorganización’ de la personalidad. 

Este término comenzó a emplearse hace más de cincuenta años para


identificar al grupo de pacientes que no entraban en las categorías de
neurosis y psicosis, corrientes en aquella época. 

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Ejercicio 2 22:31

Los enormes problemas de esos pacientes parecían corresponder


más a una categoría intermedia entre funcional y antifuncional. 

Aunque los autores del DSM-III conservaron el término fronterizo


(BORDERLINE), su intención no fue que se refiriera a los trastornos
que lindaban con la psicosis.

Los pacientes fronterizos tienen un trastorno de la personalidad, y


punto. 

Sin embargo, actualmente a los investigadores les intriga su relación


no tanto con la esquizofrenia como con los trastornos afectivos. 

LA INCIDENCIA, LA PREDISPOSICIÓN 
Y LOS RIESGOS

El trastorno fronterizo es mucho más habitual entre las mujeres que


entre los hombres, a razón de tres a uno. Los motivos de esta
proporción aún no terminan de explicarse. 

Cabe mencionar que padecer las formas clínicas de la depresión es


mucho más común en las mujeres que en los hombres, por causas
poco claras. 

Las investigaciones que se están practicando comienzan a revelar


indicios de que la depresión (especialmente las formas bipolares o
maníacodepresivas) quizá sea una enfermedad hereditaria. 

Puede ser que igualmente se den similares tendencias hacia el


trastorno fronterizo. 

En la historia familiar de esas personas a menudo aparece una


vinculación con la depresión maníaca y con el alcoholismo. 

Ciertos investigadores de la biología de la personalidad creen que


estos individuos heredan una predisposición genética a una deficiente
regulación del humor, lo cual explicaría sus sentimientos tan variables,
lo sensibles que son al rechazo, sus relaciones inestables, los
trastornos en sus hábitos de alimentación e incluso sus tendencias
suicidas. 

Los indicios sugieren que pueden tener un nivel bajo de serotonina, el


importante elemento químico del cerebro que ayuda a regular el
sistema nervioso central y muchas de sus funciones emocionales. 

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Ejercicio 2 22:31

En todo caso, tal predisposición tornará al individuo sumamente


vulnerable a las experiencias más arduas de la vida, las cuales serán
para él difíciles de superar. 

Y hay bastantes pruebas como para suponer que esos hombres y


mujeres hayan tenido que pasar por terribles circunstancias en los
primeros años de su vida. 

Muchos fronterizos provienen de familias perturbadas o deshechas, en


las cuales hubo alcoholismo, abuso, violencia y separaciones
traumáticas. 

CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS FRONTERIZAS

Conviene consultar los consejos que se dan para las personas


vivaces, pues también pueden aplicarse a quienes sufren un trastorno
fronterizo leve. 

Recuerde que los fronterizos se comportan como lo hacen porque


viven una enorme angustia; trate de no acostumbrarse a reaccionar de
igual modo ante las reacciones excesivas que esa persona con usted. 

En una palabra, procure distanciarse emocionalmente y no hacer caso


de las consecuencias que esa conducta pueda producirle. 

Esto le ayudará a dominar sus sentimientos, pero lo más importante


es que le permitirá conocer sus propios límites. 

Dígale a esa persona que la quiere, pero que NO PUEDE ser todo lo
que ella pretende que usted sea y no puede hacerse responsable de
todo lo que ella se hace a sí misma. 

Aliéntela para que busque ayuda. 

Si la vida familiar es caótica, busquen ayuda juntos.

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Ejercicio 3 22:31

EL TRASTORNO FRONTERIZO

El desánimo, la indignación, el odio hacia sí mismo, la petulancia, la


ansiedad, la incertidumbre, la necesidad de aferrarse a otro, la
terquedad y los impulsos violentos y autodestructivos son algunos de
los tormentos que acosan a los que padecen este trastorno.

Se trata de personas desesperadas, intensas e inestables, incapaces


de aprovechar sus aptitudes. 

Les aterra estar solas, pero al mismo tiempo destruyen las relaciones
de las cuales no pueden prescindir. 

Tener este trastorno equivale a vivir en perpetua angustia. 

Y convivir con alguien que lo padece es estar atrapado en el mismo


infierno que él. 

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO

El DSM-III-R describe el trastorno fronterizo de la personalidad como: 

Un patrón general de inestabilidad afectiva, relaciones interpersonales


y autoimagen, que comienza a manifestarse a principios de la edad
adulta y se presenta en una variedad de contextos, tal como lo
indicaría la presencia de por lo menos CINCO elementos siguientes:

 Una pauta de relaciones interpersonales intensas e inestables,


que se caracteriza por cambios marcados de actitud que van
desde el extremo de la idealización hasta el de la subestima. 

 Impulsividad en, por lo menos, dos áreas que son


potencialmente autodestructivas; por ejemplo: sexo, gasto
excesivo de dinero, uso de sustancias tóxicas, robo de tiendas,
conducir alocadamente o comer en exceso. (No incluir el
comportamiento suicida o automutilador). 

 Inestabilidad afectiva: marcados cambios de ánimo de la


normalidad a la depresión, irritabilidad o ansiedad, que suelen
durar unas pocas horas y sólo raramente más de algunos días. 

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Ejercicio 3 22:31

 Una ira inapropiada e intensa o por falta de control; por ejemplo:


manifestaciones frecuentes de mal genio o ira constante, y la
costumbre de iniciar peleas físicas. 

 Amenazas recurrentes de suicidio o automutilación. 

 Alteraciones de la identidad manifestadas por incertidumbre


sobre por lo menos dos de los temas siguientes: la autoimagen,
la identidad sexual, los objetivos a largo plazo, la elección de
carrera, las pautas de amistad, los valores y las lealtades.

 Sentimientos crónicos de vacío y de aburrimiento. 

 Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario.


(No incluir la conducta suicida o automutiladora). 

LOS CICLOS DE LA DESESPERANZA

La vida es una pesadilla para los que padecen este angustioso


trastorno: para ellos, nunca nada permanece igual. 

Se enamoran desesperadamente, pero en seguida el ser amado los


desilusiona y ya les resulta odioso. 

Cuando se sienten felices, creen que ya nada ni nadie podrá


entristecerlos; después, todo se convierte en cenizas para nunca más
reavivarse. Viven para el amor, y sin embargo actúan con arrogancia,
con terquedad, y se indignan por el más leve motivo.

Buscan una identidad –que puede ser la de estudiante, miembro de un


culto religioso, asistente social- pero al poco tiempo ya no les
satisface; no se entienden, no saben en qué creer, entonces piensan
que deben transformarse en otra persona. 

¿Quién soy? 

¿Qué pienso? 

¿Qué va a ser de mí? 

Sus sentimientos, sus humores cambiantes y sus experiencias con


otros son trágicos por lo incoherentes. 

No saben avanzar en línea recta sino sólo en círculos. 

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Ejercicio 3 22:31

UN ESTUDIO EN BLANCO Y NEGRO

Los que sufren el trastorno fronterizo llevan una existencia donde


siempre es todo o nada, blanco o negro. 

Así como los demás pueden tolerar los sentimientos variados –amo a
mi pareja pero reconozco que tiene muchos defectos, desde luego- los
fronterizos consideran al mundo poblado por dos tipos de personas:
los buenos y cariñosos por un lado, y por el otro los malvados. 

Necesitan el amor de los primeros, pero sólo se encuentran con los


últimos. 

Sentimientos igualmente confusos abrigan sobre sí mismos. 

Piensan que son los mejores, y al instante siguiente comienzan a


rebajarse. 

Como se sienten vacíos por dentro, no se atreven a estar solos


consigo mismos. 

Tienen que tener el amor, la protección y la compañía de una persona


que les brinde toda su bondad. 

Encuentran a alguien, y en el acto les parece que jamás han conocido


a nadie tan cariñoso y comprensivo. 

Pero pronto el ser amado, quizá porque comete una mínima


indiscreción, se vuelve objeto de odio o desprecio. 

El mundo se viene abajo una vez más, e inevitablemente el ser amado


cae en desgracia. 

Puede ocurrir que antes de esto, el individuo con personalidad


fronteriza empiece a temer o a predecir que va a ser rechazado, por lo
cual se aferra al otro cada vez con más desesperación. 

En ocasiones, es capaz de llegar a hacer sacrificios extremos con tal


de no perder a su compañero, para luego volverse contra él con una
mezcla de furia y autocompasión. 

Puesto que constantemente saltan del blanco al negro, del todo a la


nada, llevan una vida que no les satisface. 

Se sienten fundamentalmente deprimidos y pesimistas, y cualquier

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Ejercicio 3 22:31

cosa los arroja a la desesperación, la ansiedad, la desilusión, la culpa,


aunque con breve períodos eufóricos. 

Sin embargo, lo único que les dura es el dolor habitual. 

Su incapacidad para reconocer la solidez y perseverancia de las cosas


o las personas, incluidos ellos mismos, les impide ser constantes,
aprender de la experiencia y salir airosos frente a los desafíos. 

No soportan los cambios de humor, la frustración y, sobre todo, los


rechazos. 

No saben qué hacer para no vivir pensando en la angustia y el


sufrimiento; no se pueden concentrar en el trabajo, en una película, en
un paseo en bicicleta o en un buen libro. 

En cambio, para buscar el escape se entregan al sexo en forma


impulsiva, a las drogas, salen a hacer compras y, de vez en cuando,
directamente a robar a las tiendas. 

¿CON QUÉ LIMITA EL FRONTERIZO?

De los trece trastornos de la personalidad, hoy en día el fronterizo es


quizá el que más interés clínico y de investigación despierta entre los
profesionales de la salud mental. 

Es una especie de rompecabezas de muchas piezas extrañas. 

Cuanto más conocemos sobre él, más frecuentemente lo


encontramos, sobre todo en las personas que son internadas por
problemas psiquiátricos. 

Es posible que entre el 15 y el 25% de la población sufra de este


complejo problema. 

Pero, ¿QUÉ es el trastorno fronterizo? 

Algunos investigadores y clínicos sostienen que no se trata en


absoluto de un trastorno sino más bien de cierto nivel de
‘desorganización’ de la personalidad. 

Este término comenzó a emplearse hace más de cincuenta años para


identificar al grupo de pacientes que no entraban en las categorías de
neurosis y psicosis, corrientes en aquella época. 

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Ejercicio 3 22:31

Los enormes problemas de esos pacientes parecían corresponder


más a una categoría intermedia entre funcional y antifuncional. 

Aunque los autores del DSM-III conservaron el término fronterizo


(BORDERLINE), su intención no fue que se refiriera a los trastornos
que lindaban con la psicosis.

Los pacientes fronterizos tienen un trastorno de la personalidad, y


punto. 

Sin embargo, actualmente a los investigadores les intriga su relación


no tanto con la esquizofrenia como con los trastornos afectivos. 

LA INCIDENCIA, LA PREDISPOSICIÓN 
Y LOS RIESGOS

El trastorno fronterizo es mucho más habitual entre las mujeres que


entre los hombres, a razón de tres a uno. Los motivos de esta
proporción aún no terminan de explicarse. 

Cabe mencionar que padecer las formas clínicas de la depresión es


mucho más común en las mujeres que en los hombres, por causas
poco claras. 

Las investigaciones que se están practicando comienzan a revelar


indicios de que la depresión (especialmente las formas bipolares o
maníacodepresivas) quizá sea una enfermedad hereditaria. 

Puede ser que igualmente se den similares tendencias hacia el


trastorno fronterizo. 

En la historia familiar de esas personas a menudo aparece una


vinculación con la depresión maníaca y con el alcoholismo. 

Ciertos investigadores de la biología de la personalidad creen que


estos individuos heredan una predisposición genética a una deficiente
regulación del humor, lo cual explicaría sus sentimientos tan variables,
lo sensibles que son al rechazo, sus relaciones inestables, los
trastornos en sus hábitos de alimentación e incluso sus tendencias
suicidas. 

Los indicios sugieren que pueden tener un nivel bajo de serotonina, el


importante elemento químico del cerebro que ayuda a regular el
sistema nervioso central y muchas de sus funciones emocionales. 

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Ejercicio 3 22:31

En todo caso, tal predisposición tornará al individuo sumamente


vulnerable a las experiencias más arduas de la vida, las cuales serán
para él difíciles de superar. 

Y hay bastantes pruebas como para suponer que esos hombres y


mujeres hayan tenido que pasar por terribles circunstancias en los
primeros años de su vida. 

Muchos fronterizos provienen de familias perturbadas o deshechas, en


las cuales hubo alcoholismo, abuso, violencia y separaciones
traumáticas. 

CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS FRONTERIZAS

Conviene consultar los consejos que se dan para las personas


vivaces, pues también pueden aplicarse a quienes sufren un trastorno
fronterizo leve. 

Recuerde que los fronterizos se comportan como lo hacen porque


viven una enorme angustia; trate de no acostumbrarse a reaccionar de
igual modo ante las reacciones excesivas que esa persona con usted. 

En una palabra, procure distanciarse emocionalmente y no hacer caso


de las consecuencias que esa conducta pueda producirle. 

Esto le ayudará a dominar sus sentimientos, pero lo más importante


es que le permitirá conocer sus propios límites. 

Dígale a esa persona que la quiere, pero que NO PUEDE ser todo lo
que ella pretende que usted sea y no puede hacerse responsable de
todo lo que ella se hace a sí misma. 

Aliéntela para que busque ayuda. 

Si la vida familiar es caótica, busquen ayuda juntos.

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Ejercicio 4 22:31

EL TRASTORNO FRONTERIZO

El desánimo, la indignación, el odio hacia sí mismo, la petulancia, la


ansiedad, la incertidumbre, la necesidad de aferrarse a otro, la
terquedad y los impulsos violentos y autodestructivos son algunos de
los tormentos que acosan a los que padecen este trastorno.

Se trata de personas desesperadas, intensas e inestables, incapaces


de aprovechar sus aptitudes. 

Les aterra estar solas, pero al mismo tiempo destruyen las relaciones
de las cuales no pueden prescindir. 

Tener este trastorno equivale a vivir en perpetua angustia. 

Y convivir con alguien que lo padece es estar atrapado en el mismo


infierno que él. 

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO

El DSM-III-R describe el trastorno fronterizo de la personalidad como: 

Un patrón general de inestabilidad afectiva, relaciones interpersonales


y autoimagen, que comienza a manifestarse a principios de la edad
adulta y se presenta en una variedad de contextos, tal como lo
indicaría la presencia de por lo menos CINCO elementos siguientes:

 Una pauta de relaciones interpersonales intensas e inestables,


que se caracteriza por cambios marcados de actitud que van
desde el extremo de la idealización hasta el de la subestima. 

 Impulsividad en, por lo menos, dos áreas que son


potencialmente autodestructivas; por ejemplo: sexo, gasto
excesivo de dinero, uso de sustancias tóxicas, robo de tiendas,
conducir alocadamente o comer en exceso. (No incluir el
comportamiento suicida o automutilador). 

 Inestabilidad afectiva: marcados cambios de ánimo de la


normalidad a la depresión, irritabilidad o ansiedad, que suelen
durar unas pocas horas y sólo raramente más de algunos días. 

19
Ejercicio 4 22:31

 Una ira inapropiada e intensa o por falta de control; por ejemplo:


manifestaciones frecuentes de mal genio o ira constante, y la
costumbre de iniciar peleas físicas. 

 Amenazas recurrentes de suicidio o automutilación. 

 Alteraciones de la identidad manifestadas por incertidumbre


sobre por lo menos dos de los temas siguientes: la autoimagen,
la identidad sexual, los objetivos a largo plazo, la elección de
carrera, las pautas de amistad, los valores y las lealtades.

 Sentimientos crónicos de vacío y de aburrimiento. 

 Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario.


(No incluir la conducta suicida o automutiladora). 

LOS CICLOS DE LA DESESPERANZA

La vida es una pesadilla para los que padecen este angustioso


trastorno: para ellos, nunca nada permanece igual. 

Se enamoran desesperadamente, pero en seguida el ser amado los


desilusiona y ya les resulta odioso. 

Cuando se sienten felices, creen que ya nada ni nadie podrá


entristecerlos; después, todo se convierte en cenizas para nunca más
reavivarse. Viven para el amor, y sin embargo actúan con arrogancia,
con terquedad, y se indignan por el más leve motivo.

Buscan una identidad –que puede ser la de estudiante, miembro de un


culto religioso, asistente social- pero al poco tiempo ya no les
satisface; no se entienden, no saben en qué creer, entonces piensan
que deben transformarse en otra persona. 

¿Quién soy? 

¿Qué pienso? 

¿Qué va a ser de mí? 

Sus sentimientos, sus humores cambiantes y sus experiencias con


otros son trágicos por lo incoherentes. 

No saben avanzar en línea recta sino sólo en círculos. 

20
Ejercicio 4 22:31

UN ESTUDIO EN BLANCO Y NEGRO

Los que sufren el trastorno fronterizo llevan una existencia donde


siempre es todo o nada, blanco o negro. 

Así como los demás pueden tolerar los sentimientos variados –amo a
mi pareja pero reconozco que tiene muchos defectos, desde luego- los
fronterizos consideran al mundo poblado por dos tipos de personas:
los buenos y cariñosos por un lado, y por el otro los malvados. 

Necesitan el amor de los primeros, pero sólo se encuentran con los


últimos. 

Sentimientos igualmente confusos abrigan sobre sí mismos. 

Piensan que son los mejores, y al instante siguiente comienzan a


rebajarse. 

Como se sienten vacíos por dentro, no se atreven a estar solos


consigo mismos. 

Tienen que tener el amor, la protección y la compañía de una persona


que les brinde toda su bondad. 

Encuentran a alguien, y en el acto les parece que jamás han conocido


a nadie tan cariñoso y comprensivo. 

Pero pronto el ser amado, quizá porque comete una mínima


indiscreción, se vuelve objeto de odio o desprecio. 

El mundo se viene abajo una vez más, e inevitablemente el ser amado


cae en desgracia. 

Puede ocurrir que antes de esto, el individuo con personalidad


fronteriza empiece a temer o a predecir que va a ser rechazado, por lo
cual se aferra al otro cada vez con más desesperación. 

En ocasiones, es capaz de llegar a hacer sacrificios extremos con tal


de no perder a su compañero, para luego volverse contra él con una
mezcla de furia y autocompasión. 

Puesto que constantemente saltan del blanco al negro, del todo a la


nada, llevan una vida que no les satisface. 

Se sienten fundamentalmente deprimidos y pesimistas, y cualquier

21
Ejercicio 4 22:31

cosa los arroja a la desesperación, la ansiedad, la desilusión, la culpa,


aunque con breve períodos eufóricos. 

Sin embargo, lo único que les dura es el dolor habitual. 

Su incapacidad para reconocer la solidez y perseverancia de las cosas


o las personas, incluidos ellos mismos, les impide ser constantes,
aprender de la experiencia y salir airosos frente a los desafíos. 

No soportan los cambios de humor, la frustración y, sobre todo, los


rechazos. 

No saben qué hacer para no vivir pensando en la angustia y el


sufrimiento; no se pueden concentrar en el trabajo, en una película, en
un paseo en bicicleta o en un buen libro. 

En cambio, para buscar el escape se entregan al sexo en forma


impulsiva, a las drogas, salen a hacer compras y, de vez en cuando,
directamente a robar a las tiendas. 

¿CON QUÉ LIMITA EL FRONTERIZO?

De los trece trastornos de la personalidad, hoy en día el fronterizo es


quizá el que más interés clínico y de investigación despierta entre los
profesionales de la salud mental. 

Es una especie de rompecabezas de muchas piezas extrañas. 

Cuanto más conocemos sobre él, más frecuentemente lo


encontramos, sobre todo en las personas que son internadas por
problemas psiquiátricos. 

Es posible que entre el 15 y el 25% de la población sufra de este


complejo problema. 

Pero, ¿QUÉ es el trastorno fronterizo? 

Algunos investigadores y clínicos sostienen que no se trata en


absoluto de un trastorno sino más bien de cierto nivel de
‘desorganización’ de la personalidad. 

Este término comenzó a emplearse hace más de cincuenta años para


identificar al grupo de pacientes que no entraban en las categorías de
neurosis y psicosis, corrientes en aquella época. 

22
Ejercicio 4 22:31

Los enormes problemas de esos pacientes parecían corresponder


más a una categoría intermedia entre funcional y antifuncional. 

Aunque los autores del DSM-III conservaron el término fronterizo


(BORDERLINE), su intención no fue que se refiriera a los trastornos
que lindaban con la psicosis.

Los pacientes fronterizos tienen un trastorno de la personalidad, y


punto. 

Sin embargo, actualmente a los investigadores les intriga su relación


no tanto con la esquizofrenia como con los trastornos afectivos. 

LA INCIDENCIA, LA PREDISPOSICIÓN 
Y LOS RIESGOS

El trastorno fronterizo es mucho más habitual entre las mujeres que


entre los hombres, a razón de tres a uno. Los motivos de esta
proporción aún no terminan de explicarse. 

Cabe mencionar que padecer las formas clínicas de la depresión es


mucho más común en las mujeres que en los hombres, por causas
poco claras. 

Las investigaciones que se están practicando comienzan a revelar


indicios de que la depresión (especialmente las formas bipolares o
maníacodepresivas) quizá sea una enfermedad hereditaria. 

Puede ser que igualmente se den similares tendencias hacia el


trastorno fronterizo. 

En la historia familiar de esas personas a menudo aparece una


vinculación con la depresión maníaca y con el alcoholismo. 

Ciertos investigadores de la biología de la personalidad creen que


estos individuos heredan una predisposición genética a una deficiente
regulación del humor, lo cual explicaría sus sentimientos tan variables,
lo sensibles que son al rechazo, sus relaciones inestables, los
trastornos en sus hábitos de alimentación e incluso sus tendencias
suicidas. 

Los indicios sugieren que pueden tener un nivel bajo de serotonina, el


importante elemento químico del cerebro que ayuda a regular el
sistema nervioso central y muchas de sus funciones emocionales. 

23
Ejercicio 4 22:31

En todo caso, tal predisposición tornará al individuo sumamente


vulnerable a las experiencias más arduas de la vida, las cuales serán
para él difíciles de superar. 

Y hay bastantes pruebas como para suponer que esos hombres y


mujeres hayan tenido que pasar por terribles circunstancias en los
primeros años de su vida. 

Muchos fronterizos provienen de familias perturbadas o deshechas, en


las cuales hubo alcoholismo, abuso, violencia y separaciones
traumáticas. 

CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS FRONTERIZAS

Conviene consultar los consejos que se dan para las personas


vivaces, pues también pueden aplicarse a quienes sufren un trastorno
fronterizo leve. 

Recuerde que los fronterizos se comportan como lo hacen porque


viven una enorme angustia; trate de no acostumbrarse a reaccionar de
igual modo ante las reacciones excesivas que esa persona con usted. 

En una palabra, procure distanciarse emocionalmente y no hacer caso


de las consecuencias que esa conducta pueda producirle. 

Esto le ayudará a dominar sus sentimientos, pero lo más importante


es que le permitirá conocer sus propios límites. 

Dígale a esa persona que la quiere, pero que NO PUEDE ser todo lo
que ella pretende que usted sea y no puede hacerse responsable de
todo lo que ella se hace a sí misma. 

Aliéntela para que busque ayuda. 

Si la vida familiar es caótica, busquen ayuda juntos.

24
Ejercicio 5 22:31

EL TRASTORNO FRONTERIZO

El desánimo, la indignación, el odio hacia sí mismo, la petulancia, la


ansiedad, la incertidumbre, la necesidad de aferrarse a otro, la
terquedad y los impulsos violentos y autodestructivos son algunos de
los tormentos que acosan a los que padecen este trastorno.

Se trata de personas desesperadas, intensas e inestables, incapaces


de aprovechar sus aptitudes. 

Les aterra estar solas, pero al mismo tiempo destruyen las relaciones
de las cuales no pueden prescindir. 

Tener este trastorno equivale a vivir en perpetua angustia. 

Y convivir con alguien que lo padece es estar atrapado en el mismo


infierno que él. 

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO

El DSM-III-R describe el trastorno fronterizo de la personalidad como: 

Un patrón general de inestabilidad afectiva, relaciones interpersonales


y autoimagen, que comienza a manifestarse a principios de la edad
adulta y se presenta en una variedad de contextos, tal como lo
indicaría la presencia de por lo menos CINCO elementos siguientes:

 Una pauta de relaciones interpersonales intensas e inestables,


que se caracteriza por cambios marcados de actitud que van
desde el extremo de la idealización hasta el de la subestima. 

 Impulsividad en, por lo menos, dos áreas que son


potencialmente autodestructivas; por ejemplo: sexo, gasto
excesivo de dinero, uso de sustancias tóxicas, robo de tiendas,
conducir alocadamente o comer en exceso. (No incluir el
comportamiento suicida o automutilador). 

 Inestabilidad afectiva: marcados cambios de ánimo de la


normalidad a la depresión, irritabilidad o ansiedad, que suelen
durar unas pocas horas y sólo raramente más de algunos días. 

25
Ejercicio 5 22:31

 Una ira inapropiada e intensa o por falta de control; por ejemplo:


manifestaciones frecuentes de mal genio o ira constante, y la
costumbre de iniciar peleas físicas. 

 Amenazas recurrentes de suicidio o automutilación. 

 Alteraciones de la identidad manifestadas por incertidumbre


sobre por lo menos dos de los temas siguientes: la autoimagen,
la identidad sexual, los objetivos a largo plazo, la elección de
carrera, las pautas de amistad, los valores y las lealtades.

 Sentimientos crónicos de vacío y de aburrimiento. 

 Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario.


(No incluir la conducta suicida o automutiladora). 

LOS CICLOS DE LA DESESPERANZA

La vida es una pesadilla para los que padecen este angustioso


trastorno: para ellos, nunca nada permanece igual. 

Se enamoran desesperadamente, pero en seguida el ser amado los


desilusiona y ya les resulta odioso. 

Cuando se sienten felices, creen que ya nada ni nadie podrá


entristecerlos; después, todo se convierte en cenizas para nunca más
reavivarse. Viven para el amor, y sin embargo actúan con arrogancia,
con terquedad, y se indignan por el más leve motivo.

Buscan una identidad –que puede ser la de estudiante, miembro de un


culto religioso, asistente social- pero al poco tiempo ya no les
satisface; no se entienden, no saben en qué creer, entonces piensan
que deben transformarse en otra persona. 

¿Quién soy? 

¿Qué pienso? 

¿Qué va a ser de mí? 

Sus sentimientos, sus humores cambiantes y sus experiencias con


otros son trágicos por lo incoherentes. 

No saben avanzar en línea recta sino sólo en círculos. 

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Ejercicio 5 22:31

UN ESTUDIO EN BLANCO Y NEGRO

Los que sufren el trastorno fronterizo llevan una existencia donde


siempre es todo o nada, blanco o negro. 

Así como los demás pueden tolerar los sentimientos variados –amo a
mi pareja pero reconozco que tiene muchos defectos, desde luego- los
fronterizos consideran al mundo poblado por dos tipos de personas:
los buenos y cariñosos por un lado, y por el otro los malvados. 

Necesitan el amor de los primeros, pero sólo se encuentran con los


últimos. 

Sentimientos igualmente confusos abrigan sobre sí mismos. 

Piensan que son los mejores, y al instante siguiente comienzan a


rebajarse. 

Como se sienten vacíos por dentro, no se atreven a estar solos


consigo mismos. 

Tienen que tener el amor, la protección y la compañía de una persona


que les brinde toda su bondad. 

Encuentran a alguien, y en el acto les parece que jamás han conocido


a nadie tan cariñoso y comprensivo. 

Pero pronto el ser amado, quizá porque comete una mínima


indiscreción, se vuelve objeto de odio o desprecio. 

El mundo se viene abajo una vez más, e inevitablemente el ser amado


cae en desgracia. 

Puede ocurrir que antes de esto, el individuo con personalidad


fronteriza empiece a temer o a predecir que va a ser rechazado, por lo
cual se aferra al otro cada vez con más desesperación. 

En ocasiones, es capaz de llegar a hacer sacrificios extremos con tal


de no perder a su compañero, para luego volverse contra él con una
mezcla de furia y autocompasión. 

Puesto que constantemente saltan del blanco al negro, del todo a la


nada, llevan una vida que no les satisface. 

Se sienten fundamentalmente deprimidos y pesimistas, y cualquier

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Ejercicio 5 22:31

cosa los arroja a la desesperación, la ansiedad, la desilusión, la culpa,


aunque con breve períodos eufóricos. 

Sin embargo, lo único que les dura es el dolor habitual. 

Su incapacidad para reconocer la solidez y perseverancia de las cosas


o las personas, incluidos ellos mismos, les impide ser constantes,
aprender de la experiencia y salir airosos frente a los desafíos. 

No soportan los cambios de humor, la frustración y, sobre todo, los


rechazos. 

No saben qué hacer para no vivir pensando en la angustia y el


sufrimiento; no se pueden concentrar en el trabajo, en una película, en
un paseo en bicicleta o en un buen libro. 

En cambio, para buscar el escape se entregan al sexo en forma


impulsiva, a las drogas, salen a hacer compras y, de vez en cuando,
directamente a robar a las tiendas. 

¿CON QUÉ LIMITA EL FRONTERIZO?

De los trece trastornos de la personalidad, hoy en día el fronterizo es


quizá el que más interés clínico y de investigación despierta entre los
profesionales de la salud mental. 

Es una especie de rompecabezas de muchas piezas extrañas. 

Cuanto más conocemos sobre él, más frecuentemente lo


encontramos, sobre todo en las personas que son internadas por
problemas psiquiátricos. 

Es posible que entre el 15 y el 25% de la población sufra de este


complejo problema. 

Pero, ¿QUÉ es el trastorno fronterizo? 

Algunos investigadores y clínicos sostienen que no se trata en


absoluto de un trastorno sino más bien de cierto nivel de
‘desorganización’ de la personalidad. 

Este término comenzó a emplearse hace más de cincuenta años para


identificar al grupo de pacientes que no entraban en las categorías de
neurosis y psicosis, corrientes en aquella época. 

28
Ejercicio 5 22:31

Los enormes problemas de esos pacientes parecían corresponder


más a una categoría intermedia entre funcional y antifuncional. 

Aunque los autores del DSM-III conservaron el término fronterizo


(BORDERLINE), su intención no fue que se refiriera a los trastornos
que lindaban con la psicosis.

Los pacientes fronterizos tienen un trastorno de la personalidad, y


punto. 

Sin embargo, actualmente a los investigadores les intriga su relación


no tanto con la esquizofrenia como con los trastornos afectivos. 

LA INCIDENCIA, LA PREDISPOSICIÓN 
Y LOS RIESGOS

El trastorno fronterizo es mucho más habitual entre las mujeres que


entre los hombres, a razón de tres a uno. Los motivos de esta
proporción aún no terminan de explicarse. 

Cabe mencionar que padecer las formas clínicas de la depresión es


mucho más común en las mujeres que en los hombres, por causas
poco claras. 

Las investigaciones que se están practicando comienzan a revelar


indicios de que la depresión (especialmente las formas bipolares o
maníacodepresivas) quizá sea una enfermedad hereditaria. 

Puede ser que igualmente se den similares tendencias hacia el


trastorno fronterizo. 

En la historia familiar de esas personas a menudo aparece una


vinculación con la depresión maníaca y con el alcoholismo. 

Ciertos investigadores de la biología de la personalidad creen que


estos individuos heredan una predisposición genética a una deficiente
regulación del humor, lo cual explicaría sus sentimientos tan variables,
lo sensibles que son al rechazo, sus relaciones inestables, los
trastornos en sus hábitos de alimentación e incluso sus tendencias
suicidas. 

Los indicios sugieren que pueden tener un nivel bajo de serotonina, el


importante elemento químico del cerebro que ayuda a regular el
sistema nervioso central y muchas de sus funciones emocionales. 

29
Ejercicio 5 22:31

En todo caso, tal predisposición tornará al individuo sumamente


vulnerable a las experiencias más arduas de la vida, las cuales serán
para él difíciles de superar. 

Y hay bastantes pruebas como para suponer que esos hombres y


mujeres hayan tenido que pasar por terribles circunstancias en los
primeros años de su vida. 

Muchos fronterizos provienen de familias perturbadas o deshechas, en


las cuales hubo alcoholismo, abuso, violencia y separaciones
traumáticas. 

CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS FRONTERIZAS

Conviene consultar los consejos que se dan para las personas


vivaces, pues también pueden aplicarse a quienes sufren un trastorno
fronterizo leve. 

Recuerde que los fronterizos se comportan como lo hacen porque


viven una enorme angustia; trate de no acostumbrarse a reaccionar de
igual modo ante las reacciones excesivas que esa persona con usted. 

En una palabra, procure distanciarse emocionalmente y no hacer caso


de las consecuencias que esa conducta pueda producirle. 

Esto le ayudará a dominar sus sentimientos, pero lo más importante


es que le permitirá conocer sus propios límites. 

Dígale a esa persona que la quiere, pero que NO PUEDE ser todo lo
que ella pretende que usted sea y no puede hacerse responsable de
todo lo que ella se hace a sí misma. 

Aliéntela para que busque ayuda. 

Si la vida familiar es caótica, busquen ayuda juntos.

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Ejercicio 6 22:31

EL TRASTORNO FRONTERIZO

El desánimo, la indignación, el odio hacia sí mismo, la petulancia, la


ansiedad, la incertidumbre, la necesidad de aferrarse a otro, la
terquedad y los impulsos violentos y autodestructivos son algunos de
los tormentos que acosan a los que padecen este trastorno.

Se trata de personas desesperadas, intensas e inestables, incapaces


de aprovechar sus aptitudes. 

Les aterra estar solas, pero al mismo tiempo destruyen las relaciones
de las cuales no pueden prescindir. 

Tener este trastorno equivale a vivir en perpetua angustia. 

Y convivir con alguien que lo padece es estar atrapado en el mismo


infierno que él. 

CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO

El DSM-III-R describe el trastorno fronterizo de la personalidad como: 

Un patrón general de inestabilidad afectiva, relaciones interpersonales


y autoimagen, que comienza a manifestarse a principios de la edad
adulta y se presenta en una variedad de contextos, tal como lo
indicaría la presencia de por lo menos CINCO elementos siguientes:

 Una pauta de relaciones interpersonales intensas e inestables,


que se caracteriza por cambios marcados de actitud que van
desde el extremo de la idealización hasta el de la subestima. 

 Impulsividad en, por lo menos, dos áreas que son


potencialmente autodestructivas; por ejemplo: sexo, gasto
excesivo de dinero, uso de sustancias tóxicas, robo de tiendas,
conducir alocadamente o comer en exceso. (No incluir el
comportamiento suicida o automutilador). 

 Inestabilidad afectiva: marcados cambios de ánimo de la


normalidad a la depresión, irritabilidad o ansiedad, que suelen
durar unas pocas horas y sólo raramente más de algunos días. 

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Ejercicio 6 22:31

 Una ira inapropiada e intensa o por falta de control; por ejemplo:


manifestaciones frecuentes de mal genio o ira constante, y la
costumbre de iniciar peleas físicas. 

 Amenazas recurrentes de suicidio o automutilación. 

 Alteraciones de la identidad manifestadas por incertidumbre


sobre por lo menos dos de los temas siguientes: la autoimagen,
la identidad sexual, los objetivos a largo plazo, la elección de
carrera, las pautas de amistad, los valores y las lealtades.

 Sentimientos crónicos de vacío y de aburrimiento. 

 Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario.


(No incluir la conducta suicida o automutiladora). 

LOS CICLOS DE LA DESESPERANZA

La vida es una pesadilla para los que padecen este angustioso


trastorno: para ellos, nunca nada permanece igual. 

Se enamoran desesperadamente, pero en seguida el ser amado los


desilusiona y ya les resulta odioso. 

Cuando se sienten felices, creen que ya nada ni nadie podrá


entristecerlos; después, todo se convierte en cenizas para nunca más
reavivarse. Viven para el amor, y sin embargo actúan con arrogancia,
con terquedad, y se indignan por el más leve motivo.

Buscan una identidad –que puede ser la de estudiante, miembro de un


culto religioso, asistente social- pero al poco tiempo ya no les
satisface; no se entienden, no saben en qué creer, entonces piensan
que deben transformarse en otra persona. 

¿Quién soy? 

¿Qué pienso? 

¿Qué va a ser de mí? 

Sus sentimientos, sus humores cambiantes y sus experiencias con


otros son trágicos por lo incoherentes. 

No saben avanzar en línea recta sino sólo en círculos. 

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Ejercicio 6 22:31

UN ESTUDIO EN BLANCO Y NEGRO

Los que sufren el trastorno fronterizo llevan una existencia donde


siempre es todo o nada, blanco o negro. 

Así como los demás pueden tolerar los sentimientos variados –amo a
mi pareja pero reconozco que tiene muchos defectos, desde luego- los
fronterizos consideran al mundo poblado por dos tipos de personas:
los buenos y cariñosos por un lado, y por el otro los malvados. 

Necesitan el amor de los primeros, pero sólo se encuentran con los


últimos. 

Sentimientos igualmente confusos abrigan sobre sí mismos. 

Piensan que son los mejores, y al instante siguiente comienzan a


rebajarse. 

Como se sienten vacíos por dentro, no se atreven a estar solos


consigo mismos. 

Tienen que tener el amor, la protección y la compañía de una persona


que les brinde toda su bondad. 

Encuentran a alguien, y en el acto les parece que jamás han conocido


a nadie tan cariñoso y comprensivo. 

Pero pronto el ser amado, quizá porque comete una mínima


indiscreción, se vuelve objeto de odio o desprecio. 

El mundo se viene abajo una vez más, e inevitablemente el ser amado


cae en desgracia. 

Puede ocurrir que antes de esto, el individuo con personalidad


fronteriza empiece a temer o a predecir que va a ser rechazado, por lo
cual se aferra al otro cada vez con más desesperación. 

En ocasiones, es capaz de llegar a hacer sacrificios extremos con tal


de no perder a su compañero, para luego volverse contra él con una
mezcla de furia y autocompasión. 

Puesto que constantemente saltan del blanco al negro, del todo a la


nada, llevan una vida que no les satisface. 

Se sienten fundamentalmente deprimidos y pesimistas, y cualquier

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Ejercicio 6 22:31

cosa los arroja a la desesperación, la ansiedad, la desilusión, la culpa,


aunque con breve períodos eufóricos. 

Sin embargo, lo único que les dura es el dolor habitual. 

Su incapacidad para reconocer la solidez y perseverancia de las cosas


o las personas, incluidos ellos mismos, les impide ser constantes,
aprender de la experiencia y salir airosos frente a los desafíos. 

No soportan los cambios de humor, la frustración y, sobre todo, los


rechazos. 

No saben qué hacer para no vivir pensando en la angustia y el


sufrimiento; no se pueden concentrar en el trabajo, en una película, en
un paseo en bicicleta o en un buen libro. 

En cambio, para buscar el escape se entregan al sexo en forma


impulsiva, a las drogas, salen a hacer compras y, de vez en cuando,
directamente a robar a las tiendas. 

¿CON QUÉ LIMITA EL FRONTERIZO?

De los trece trastornos de la personalidad, hoy en día el fronterizo es


quizá el que más interés clínico y de investigación despierta entre los
profesionales de la salud mental. 

Es una especie de rompecabezas de muchas piezas extrañas. 

Cuanto más conocemos sobre él, más frecuentemente lo


encontramos, sobre todo en las personas que son internadas por
problemas psiquiátricos. 

Es posible que entre el 15 y el 25% de la población sufra de este


complejo problema. 

Pero, ¿QUÉ es el trastorno fronterizo? 

Algunos investigadores y clínicos sostienen que no se trata en


absoluto de un trastorno sino más bien de cierto nivel de
‘desorganización’ de la personalidad. 

Este término comenzó a emplearse hace más de cincuenta años para


identificar al grupo de pacientes que no entraban en las categorías de
neurosis y psicosis, corrientes en aquella época. 

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Ejercicio 6 22:31

Los enormes problemas de esos pacientes parecían corresponder


más a una categoría intermedia entre funcional y antifuncional. 

Aunque los autores del DSM-III conservaron el término fronterizo


(BORDERLINE), su intención no fue que se refiriera a los trastornos
que lindaban con la psicosis.

Los pacientes fronterizos tienen un trastorno de la personalidad, y


punto. 

Sin embargo, actualmente a los investigadores les intriga su relación


no tanto con la esquizofrenia como con los trastornos afectivos. 

LA INCIDENCIA, LA PREDISPOSICIÓN 
Y LOS RIESGOS

El trastorno fronterizo es mucho más habitual entre las mujeres que


entre los hombres, a razón de tres a uno. Los motivos de esta
proporción aún no terminan de explicarse. 

Cabe mencionar que padecer las formas clínicas de la depresión es


mucho más común en las mujeres que en los hombres, por causas
poco claras. 

Las investigaciones que se están practicando comienzan a revelar


indicios de que la depresión (especialmente las formas bipolares o
maníacodepresivas) quizá sea una enfermedad hereditaria. 

Puede ser que igualmente se den similares tendencias hacia el


trastorno fronterizo. 

En la historia familiar de esas personas a menudo aparece una


vinculación con la depresión maníaca y con el alcoholismo. 

Ciertos investigadores de la biología de la personalidad creen que


estos individuos heredan una predisposición genética a una deficiente
regulación del humor, lo cual explicaría sus sentimientos tan variables,
lo sensibles que son al rechazo, sus relaciones inestables, los
trastornos en sus hábitos de alimentación e incluso sus tendencias
suicidas. 

Los indicios sugieren que pueden tener un nivel bajo de serotonina, el


importante elemento químico del cerebro que ayuda a regular el
sistema nervioso central y muchas de sus funciones emocionales. 

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Ejercicio 6 22:31

En todo caso, tal predisposición tornará al individuo sumamente


vulnerable a las experiencias más arduas de la vida, las cuales serán
para él difíciles de superar. 

Y hay bastantes pruebas como para suponer que esos hombres y


mujeres hayan tenido que pasar por terribles circunstancias en los
primeros años de su vida. 

Muchos fronterizos provienen de familias perturbadas o deshechas, en


las cuales hubo alcoholismo, abuso, violencia y separaciones
traumáticas. 

CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS FRONTERIZAS

Conviene consultar los consejos que se dan para las personas


vivaces, pues también pueden aplicarse a quienes sufren un trastorno
fronterizo leve. 

Recuerde que los fronterizos se comportan como lo hacen porque


viven una enorme angustia; trate de no acostumbrarse a reaccionar de
igual modo ante las reacciones excesivas que esa persona con usted. 

En una palabra, procure distanciarse emocionalmente y no hacer caso


de las consecuencias que esa conducta pueda producirle. 

Esto le ayudará a dominar sus sentimientos, pero lo más importante


es que le permitirá conocer sus propios límites. 

Dígale a esa persona que la quiere, pero que NO PUEDE ser todo lo
que ella pretende que usted sea y no puede hacerse responsable de
todo lo que ella se hace a sí misma. 

Aliéntela para que busque ayuda. 

Si la vida familiar es caótica, busquen ayuda juntos.

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