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17, nº 160
Mayo de 1964
5 1 3 - 13
sinoissis
En el primero de una serie de artículos que abarcarán todos los aspectos,
teóricos y prácticos, de la estabilización de suelos con cemento para afirmado
de carreteras, el autor examina las características de los materiales empleados
y del producto terminado, y establece los criterios de aptitud y dosificación
más usuales.
INTRODUCCIÓN.
1.1. Definición.
Estas bases se obtienen a partir de materiales granulares (áridos o suelos), mezclados con canti-
dades adecuadas de cemento y agua, y compactados después, dentro de un plazo limitado de tiempo.
1.2. Características.
Estas bases se obtienen a partir de materiales ón al material, proporcionándole una rigidez sen^
sible, por lo que la base funciona ya como una losa, repartiendo las cargas del tráfico sobre una su-
perficie mayor como si se tratara de una base granular; además, el material resulta prácticamente inal-
terable por los agentes ecológicos (humedad, temperatura). Al mismo tiempo, dicha rigidez no es
demasiado elevada, permitiendo que la base se adapte a deformaciones lentas de las capas subya-
centes, sin que se produzcan agrietamientos excesivos, como en el caso de un firme rígido. Se trata,
por lo tanto, de un material distinto, tanto de las bases granulares como de los firmes rígidos y, en
cierto modo, intermedio entre los dos.
1.3. Materiales.
El material natural, que es el que entra en la mezcla en mayor cantidad (ahededor del 90 por
100 en peso), puede ser seleccionado o no. En el primer caso se le denomina «árido», debiendo cum-
plir unas limitaciones en cuanto a granulometría y plasticidad : al resultado de su mezcla con ce-
mento y agua se le denomina «hormigón magro». A partir de los materiales que se denominan «sue-
los», en los que las limitaciones son bastante menos exigentes, se obtienen ios «suelocementos».
79
El agua se añade en la proporción óptima para obtener la máxima densidad al compactar; ade-
más, parte de ella sirve luego para hidratación del cemento.
La mezcla de los componentes pu-ede realizarse por varios procedimientos, descritos esquemáti-
camente y clasificados con arreglo al emplazamiento y estado del material natural, movilidad de la
instalación y número de operaciones necesarias, en la figura 1.
1.5. Limitaciones.
1.5.1. Limitaciones geométricas.—^Así, por ejemplo, el espesor de dicha base que se construya de
una vez estará determinado, en el caso de mezcla en central, por el alcance eficaz del equipo de com-
pactación que se esté utilizando (normalmente, de 25 a 30 cm); pero en el caso de mezcla en trán-
sito, el espesor estará limitado por el alcance de las paletas de la máquina mezcladora, que general-
mente es menor que el anterior (15 a 20 cm); en el caso de premezcla, actúa la segunda limitación
al mezclar, y la primera, al extender y compactar. También el ancho total estabilizado, en el caso de
mezcladoras por monopasada, no es arbitrario, sino que, por razones de facilidad de construcción, se
ajusta a un múltiplo del ancho eficaz de la máquina: el cual a veces es regulable. Se recomienda
construir la base con unas creces mínimas de 30 cm a cada lado de la calzada, para la contención late-
ral del firme.
Las limitaciones debidas a la lluvia dependen asimismo, del procedimiento constructivo empleado.
Las operaciones podrán proseguirse a pesar de la lluvia, siempre y cuando ésta no haga que la hu-
medad en el momento de compactar rebase la óptima especificada. Además, algunos métodos de mez-
cla «in situ» requieren una distribución muy anticipada del cemento sobre el suelo acopiado o exten-
dido: operación que no es posible con lluvia, porque el cemento se hidrataría antes de su mezcla
con el suelo.
CONDICIONES FACULTATIVAS.
2.1. Concepto.
Las condiciones facultativas, a las que hace mención un Pliego de Condiciones, se refieren a la
forma y al material de la base estabilizada, de los que se trata en este epígrafe; y a los materiales
componentes, y proceso constructivo de la misma, de los que se trata más ampliamente en epígrafes
sucesivos.
En el material de la base terminada pueden distinguirse dos tipos de características: las intrínse-
cas, o propias del material, sea cual fuere su estado; y las accidentales, q u e dependen de dicho es-
tado.
2.2.1. Estado del material de la hase.—El «estado» del material lo define su compactación. Esta
ha de ser tal, que la base en todo punto presente una densidad no inferior a la máxima obtenida
en un Ensayo Normal de Compactación (E. N. C ) , realizado con una presión equivalente (energía por
unidad de volumen) correspondiente al equipo de compactación que se va a emplear en obra, y no
inferior a 6,05 kg/cm^. También es fundamental que dicha densidad se alcance en presencia de una
humedad lo más cercana posible a la óptima (humedad correspondiente a la máxima densidad en
el E. N. C ) .
2.2.2. Características del material de la hase.—En cuanto a las características de. material de la
base estabilizada, las condiciones facultativas hacen referencia a una intrínseca: la insusceptibilidad
al agua; y a tres accidentales, anejas al estado de máxima compactación: la resistencia mecánica, la
deformabilidad y la durabilidad.
Por insusceptihilidad al agua se entiende la propiedad de mantener, dentro de ciertos límites, las
características geotecnicas del material (plasticidad, cambios volumétricos, absorción) relacionadas
con el comportamiento del mismo en presencia del agua. La resistencia mecánica es el conjunto de
81
Las características enumeradas en el párrafo anterior son susceptibles de medirse a través de en-
sayos representativos, salvo la deformabilidad, para la cual no se ha normalizado aún ningún ensayo.
Los resultados de estos ensayos deben cumplir ciertas limitaciones, distintas según se trate de hormi-
gones magros o de suelocementos, y aun, dentro de estos últimos, según las características del suelo
del que se ha partido.
2.3.1. Resistencia a compresión.—La resistencia del hormigón magro a compresión simple, medi-
da sobre probetas cúbicas de 15 cm de lado, compactadas al máximo en tres tongadas, y curadas en
ambiente normalizado como si se tratara de hormigón normal, deberá ser, como mínimo, 100 kg/cm^
a los veintiocho días.
2.3.2. Heladicidad.—En los casos en que se sospeche que el árido es heladizo, puede exigirse la
siguiente comprobación: se moldean dos series de probetas, curándolas en ambiente normalizado du-
rante siete días, al cabo de los cuales una serie se somete a 14 ciclos de congelación en su cara supe-
rior, con la inferior sumergida, dieciséis horas a — 5° C y ocho horas a 25° C, mientras que la segunda
serie se sumerge en agua los catorce días; al cabo de dicho tiempo se determina su resistencia a com-
presión simple: la de las primeras no debe ser inferior al 75 por 100 de las segundas. En caso con-
trario, puede exigirse una compactación más enérgica, o bien rechazar el árido.
83
40
^0 sí
• 30
30
base granular, en la
que el tiempo de que
f— 20 se dispone es ilimita-
20 do. Las tolerancias son
de 10 mm en 3 m para
la base terminada; en-
tre 10 y 25 mm se debe
10 -:: 10 estudiar la ejecución
de una capa de regu-
larización antes de la
construcción del pavi-
mento propiamente di-
cho. Por encima de
25 mm se rechazará la
base.
OBTENCIÓN DE MATERIALES.
3.1.1. Griteríos de exclusión.—Las bases estabilizadas con cemento pueden obtenerse a partir de
la casi totalidad de los materiales naturales, siempre que no presenten incompatibilidades químicas
con el cemento (materia orgánica en proporción superior al 2 por 100 en peso, o sulfatos en propor-
ción superior al 1 por 100).
Todos los materiales que no estén comprendidos en los anteriores serán considerados como suelos,
obteniéndose de ellos suelocementos. En la figura 7 se distinguen los husos correspondientes a suelos
arenosos y suelos limoarcillosos; y en la figura 8, las zonas correspondientes a suelos poco plásticos
y a suelos plásticos.
3.1.3. Críteríos de aptitud.—La mayor o menor aptitud del material para ser estabilizado con ce-
mento está representada por la dosificación de éste que necesita para cumplir las condiciones faculta-
tivas. Esta dosificación se fija mediante un estudio que, por lo general, es largo de reahzar. Por ello,
cuando se realizan prospecciones de yacimientos, y se trata de discernir «a priori» si un material pre-
senta una reacción normal con el cemento, o cuál de varios materiales es el más adecuado, se recurre a
unos criterios de aptitud simplificados, que permiten ahorrar mucho tiempo y esfuerzo, y se aplican,
fácil y rápidamente, a gran número de muestras. Naturalmente, los criterios de aptitud no son elimina-
torios, sino orientativos: el estudio de dosificación es quien tiene la última palabra.
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LIMITE LIQUIDO
Estos criterios simplificados de aptitud son de dos tipos : los que se aplican a las características identifi-
catorias del material y los que recurren a un ensayo empírico. Los criterios de aptitud descritos a continua-
ción se aplican sobre todo a suelos, puesto que los correspondientes a los áridos (materiales seleccionados)
son precisamente los criterios de clasificación.
TAMIZ A.S.T.M.
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LIMITE LIQUIDO
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LIMITE LIQUIDO
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3.1.3.1. Características identificatorias.—En cuanlo a los criterios de aptitud que se aplican a las carac-
terísticas identificatorias, se reducen a los siguientes:
— Un suelo arenoso es más apto que uno limoarcilloso.
— Un suelo poco plástico es más apto que uno plástico.
— Los suelos cuya granulometría está comprendida parcialmente en el huso (fig. 5) de los áridos, son
menos aptos que los suelos arenosos, pero más que los limoarcillosos.
— Los suelos cuyo coeficiente de uniformidad (deo/dw) sea bajo, son menos aptos que los que lo tienen
alto.
3.1.3.2. Ensayos empíricos.—Los ensayos empíricos que dan origen a criterios de aptitud son los si-
guientes:
Equiíyalente de arena: Un equivalente de arena inferior a 30 o superior a 50 indica un suelo poco apto.
pH del suelo: Un suelo limoarcilloso con pH inferior a 7 es poco apto.
Factor de absorción de calcio: Un suelo arenoso con un factor de absorción de calcio superior a 11 es
poco apto.
pH de un suelocemento tipo: Si el pH de un suelocemento tipo, medido a los quince minutos de ama-
sado, es inferior a 12,2, el suelo es poco apto.
3.1.4. Origen del material.—Ks absolutamente necesario que el material natural que se utilice para mez-
clar sea aquel mismo para el que se ha llevado a cabo el estudio de dosificación. Esto, que en el caso de
áridos es bastante fácil, puesto que se mezcla en central y además cualquier variación de naturaleza en el
árido se acusa fuertemente en su aspecto, no lo es tanto en el caso de suelos, frecuentemente mezclados «in
situ», y en los que variaciones importantes de su naturaleza (p. ej., en contenido de materia orgánica) no
se acusan demasiado en su aspecto exterior. Además, al hacer prospecciones, interesa que los criterios de
aptitud (y eventuales estudios de dosificación) representen a la mayor cantidad del material posible. Se
ve, por tanto, la necesidad de establecer, para los suelos, una unidad de definición, análoga al «yacimien-
to» de los áridos. Esta unidad de definición está basada en unos conceptos edafológicos, que se exponen a
continuación :
El perfil del suelo puede inspeccionarse fácilmente en desmontes o en calicatas. Se llama «serie
edafológica» a un conjunto de suelos procedentes de un mismo material original, y que a través de
parecidas circunstancias ecológicas presentan un perfil idéntico en cuanto a su orden y naturaleza,
con excepción de la textura granulométrica del horizonte superior. Con arreglo a esta última se defi-
nen los «tipos edafológicos» dentro de la «serie».
Es lógico pensar, y la experiencia lo ha confirmado, que los suelos procedentes de análogos hori-
zontes de igual serie edafológica (para los horizontes inferiores) o de igual tipo edafológico (para el
horizonte superior) presentan las mismas propiedades y, concretamente, la misma aptitud para esta-
bilizarse con cemento. Basándose en todas estas consideraciones, se obtienen las siguientes conclu-
siones:
— No deben mezclarse entre sí, a no ser que se haga en acopios perfectamente controlados, sue-
los procedentes de horizontes o tipo diferentes, con intención de estabilizarlos.
— Los estudios de dosificación siempre deben efectuarse sobre muestras representativas del hori-
zonte a que va a pertenecer el material (si es suelo) o del yacimiento (si es árido).
— Una vez aplicados los criterios de aptitud a un tipo de suelo, en sus diversos horizontes, valen
para los suelos de igual tipo, aunque estén en distinto lugar. Especialmente útil es, para ello,
utilizar los mapas edafológicos empleados en Agricultura, en los que los suelos están diferen-
ciados por tipos.
— Los suelos procedentes del horizonte A son peligrosos, porque pueden contener materia or-
süánica.
3.2. El cemento.
3.2.1. Tipo de cemento.—No existen preferencias en cuanto al tipo de cemento utilizable para
bases estabilizadas, siempre que cumpla las condiciones definidas en el vigente Pliego General de
Condiciones para la Recepción de Conglomerantes Hidráulicos ( 0 0 . MM. 31-12-1959 y 26-7-1960); si
bien se deberán utilizar cementos tipo PAS (resistentes a la acción de los sulfatos) cuando la pro-
porción de sulfatos en el suelo exceda del 0,5 por 100 en peso.
El estudio de dosificación deberá llevarse a cabo con el mismo tipo y marca de cemento que luego
se vaya a emplear en obra.
3.2.2. Almacenamiento del cemento.—Para evitar que el cemento ensacado pierda sus propiedades
por efecto de la humedad, se cuidará que el almacenamiento del mismo sea en lugar ventilado y al abrigo
de la intemperie, apilando los sacos sobre tarimas separadas de las paredes del almacén, dejando
corredores entre las pilas de sacos y tarimas secundarias cada cuatro capas de sacos para permitir el
paso del aire. Si el cemento se suministra a granel, deberá exigirse que los envases metálicos y sus co-
nexiones estén debidamente limpios y sean suficientemente estancos.
3.2.3. Recepción.—Con el fin de comprobar que el cemento cumple las prescripciones del Pliego
General, se realizarán los ensayos indicados en el mismo. Además, cuando el cemento haya de per-
87
Basta con que se cumpla el primero de estos requisitos o, en su defecto, el segundo, para que el
cemento sea declarado apto.
3.3. El agua.
Al igual que con ios materiales naturales, la gama de aguas aptas para la construcción de bases
estabilizadas es muy amplia, con inclusión del agua de mar, y la natural exclusión de las aguas sele-
nitosas y las que contienen aceites, grasas u otra materia orgánica. Si surgiera duda sobre su aptitud,
especialmente en el caso del agua de mar, se podrá repetir el estudio de dosificación con el agua
sospechosa; modificando la dosificación en consecuencia, si es preciso. El agua potable no medicinal
será declarada apta sin más requisitos.
3.4.1. Inclusiones.—Se llama inclusiones a las sustancias contenidas en el material natural y que
no son de la misma naturaleza que éste: como ejemplo clásico se tienen los ligantes bituminosos pro-
cedentes de antiguos firmes.
La presencia de inclusiones, que en ningún caso deberán superar al 25 por 100 del total consi-
derado como material natural, no perjudicará a las condiciones facultativas; realizándose, si se esti-
mara conveniente, los oportunos ensayos.
Las adiciones deben ser homologadas mediante ensayos que demuestren que, en la proporción
en que se van a añadir, y con las dosificaciones de cemento y agua que se vayan a emplear (eventual-
men te modificadas), cumplen su misión específica, no alterando las condiciones facultativas; los valo-
res tope fijados en el epígrafe 2.2 para dichas condiciones pueden rebajarse en un 20 por 100 de su
valor original.
Una vez definidos los materiales de forma inequívoca, se realiza un estudio sobre muestras represen-
tativas de ellos, con objeto de determinar tres datos para la construcción:
— El estado mínimo de compactación en que debe hallarse la base construida para que cumpla
las condiciones facultativas accidentales de resistencia y durabilidad. Este estado se define
por medio de una densidad, cuya medida le da un peso específico conjunto (peso de mate-
riales sólidos por unidad de volumen, incluyendo todos los huecos y estando éstos totalmente
rellenos de aire), que se expresa en kg/dm^
— La dosificación mínima de cemento para que la base cumpla las condiciones facultativas intrín-
secas (insusceptibilidad al agua), y además en el estado mínimo de compactación cumpla las
condiciones facultativas accidentales (resistencia y durabilidad). Esta dosificación, que se ex-
presa en porcentaje ponderal de cemento respecto del material natural seco, es a la vez resultado
y dato inicial del estudio, puesto que influye en el resultado del ensayo de compactación; por
lo tanto, es necesario estimarla al principio del estudio de dosificación, en función de las carac-
terísticas identificatorias del material natural.
4.2. Compactación.
Aunque la medición del volumen total, V,, de la base resulta bastante fácil, no se puede medir direc-
tamente el volumen real ocupado por los sólidos de la misma, V^ (y, por tanto, el volumen de huecos,
Vf^ = Vf — Vç); acudiendo entonces a determinar el peso de sólidos, P¡ (lo cual es fácil, puesto que el
aire no pesa y el agua se puede eliminar por desecación), y su peso específico neto, y,.„ (el de los
sólidos secos, con exclusión de los huecos comunicados con el exterior, el cual es constante si no
varía la naturaleza de los sólidos).
89
V, =.Ps/ysn
y, por lo tanto;
V, Vs V,:
V, 7b c
Como se ha visto, se puede alcanzar un mismo peso específico conjunto con dos humedades dife-
rentes, una inferior y otra superior a la óptima. Sin embargo, las condiciones resistentes no son las
Del examen de lá figura 11 resulta evidente que un mismo peso específico conjunto, yoi, puede
ser alcanzado de dos maneras diferentes: con la presión equivalente pi y, precisamente, la humedad
óptima correspondiente a ella, WQU O bien con la presión equivalente, pz (siempre mayor que pi, puesto
que yoi corresponde al óptimo), y con dos contenidos de humedad muy diferentes: Wj^ , menor que el
óptimo, Wo2, correspondiente a. p2, y w^, superior a dicho óptimo e, incluso, a lüoi- Las condiciones
resistentes de la base para un peso específico conjunto, yoi (que se supone es el deseable) son distin-
tas según haya sido la humedad de compactacion : si ésta ha sido to ^ , habrá hecho falta aplicar una
(menor que p^ y, por lo tanto, más económica); y sihabrá bastado aplicar una presión equivalente, pi
presión equivalente, pz; si la humedad ha sido ÍÜOI, ha sido w ^, habrá sido necesario aplicar una pre-
sión pz, y además se habrá alcanzado la pseudosaturación, con consiguiente pérdida de cualida-
des resistentes. También hay que observar que, si con humedad Wou se aplica una energía mayor que
la pi, correspondiente a cuando dicha humedad sea óptima, se obtiene un peso específico conjunto ma-
yor, pero cayendo de nuevo en la pseudosaturación.
La presión equivalente que se fija como mínima es de 6,05 kg/cm^ correspondiente al Ensayo
Normal de Compactacion. A ella corresponden unas «condiciones óptimas» (peso específico conjun-
to yo y humedad WQ). En obra se exigirá un peso específico conjunto igual o superior a yoi, el cual
deberá ser alcanzado con una humedad no superior a la óptima correspondiente a la presión equi-
valente aplicada: cuando esta última sea de 6,05 kg/cm^, dicha humedad será precisamente WQ; con
presiones inferiores no se alcanzará yo.
La proporción de cemento es, por lo tanto, a la vez dato y solución del estudio de dosificación; o
sea, para realizar el Ensayo Normal de Compactacion (y seguir después con el estudio) hay que pre-
suponer una dosificación de cemento, en función de las características identificatorias del material na-
tural; y proceder por aproximaciones sucesivas, repitiendo, si es preciso, el estudio con una nueva
dosificación de cemento inicial más acorde con la final.
La tabla I indica las dosificaciones de cemento iniciales para realizar el ensayo de compactacion
según el tipo de material natural.
4.2.6. Estima «a priori» del resultado del Ensayo Normal de Compactacion.—En algunos casos de
suelos arenosos, puede ser interesante, con cierta aproximación, conocer «a priori» el peso específico
conjunto máximo que se va a obtener en el Ensayo Normal de Compactacion, puesto que con este
dato estimado se puede calcular la dosificación de cemento necesaria para dicho ensayo. (Véase más
adelante, 4.3.)
ÁRIDOS
A-l-a 5
A-l-b 6
Suelos arenosos
A-2 7
A-8 9
A-4 y A-5 10
Suelos limoarcillosos : \ ^ < A-6 12
/ Plásticos ; A-7 13
Esta estima, basada en dalos estadísticos, se reñeja en la figura 12, y tan sólo es aplicable a suelos
con una fracción máxima del 50 por 100 inferior a 0,05 mm, y máxima del 20 por 100 inferior a
0,005 mm; y que no contengan partículas retenidas en el tamiz * 4 (4,76 mm), cuyo peso específico
neto sea inferior a 2,45.
4.2.7. ínter predación del resultado del Ensayo Normal de Compactación.—Por medio del Ensayo
Normal de Compactación se han determinado un peso específico conjunto mínimo (que será luego
el que se exija en obra) y una humedad óptima máxima para alcanzarlo. Parece a primera vista que
dichos datos son solamente útiles para la obra; pero, sin embargo, el primero de ellos (peso específico
conjunto) sirve también para caracterizar los suelos, àe forma que constituye un dato identificatorio
más, en función del cual es posible deducir la dosificación de cemento adecuada. En los áridos, dicho
dato no es significativo para el proyecto.
Se consideran por separado los suelos arenosos y los suelos limoarcillosos. En los primeros, puede
precederse de dos maneras, según se vayan a aplicar los ensayos de abrasión o los ensayos acelera-
dos: ambas están fundadas en una correlación estadística entre la granulometría del suelo, el peso
específico conjunto mínimo obtenido en el E. N. C , y la dosificación de cemento adecuada; la ta-
bla II expresa esta correlación para el caso de ensayos de abrasión, y la figura 13 la expresa en forma
de abaco para el caso de los ensayos acelerados (sólo aplicables a los suelos mencionados en 4.2.6).
Para los suelos limoarcillosos existe también una correlación estadística, en la que interviene ade-
más la plasticidad, en forma del parámetro conocido universalmente bajo el nombre de «índice de
grupo»; se expone en la tabla III.
El Ensayo Normal de Compactación ha facilitado los siguientes datos para proseguir el estudio de
dosificación :
93
IOC
90
N
E
o 80
U
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a o
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c * 60
0; M
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Fracción inferior a 0.05 roi
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30 50
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10 8 7 6 5 5
20
11 9 8 ' 7 6 5
4 0 „...„
12 11 10 9 8 6
45 50
Dosificocián de cemento
( % del peso de suelo seco)
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1 \ ^ "^^ ^ k
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Li o
o:
DOSIFICACIÓN DE CEMENTO
Elegida entonces una condición facultativa crítica entre las enumeradas en 2.3 ó 2.4 (entendiendo
por crítica una condición cuyo cumplimiento requiere una dosificación tal, que se cumplen auto-
máticamente las demás), se realizan los ensayos correspondientes sobre series de probetas moldeadas
con tres dosificaciones de cemento: la media antes mencionada; la media menos 2 por 100, y la media
más 2 por 100. Con los resultados se traza una gráfica en la que se interpola el valor mínimo de la
dosificación que hace que se cumplan las condiciones exigidas en 2.3 ó 2.4 (fig. 14). Para todas estas
probetas se adopta la humedad óptima de eompactación del E. N. C. y el peso específico conjunto a
ella correspondiente.
Existe una excepción al método de interpolación anteriormente expuesto : los criterios de ensayos
acelerados de durabilidad ¡jara suelos arenosos, expuestos en 2.4.4.2 (fig. 2), indican una resistencia
mínima a compresión simple a los siete días, que debe ser alcanzada con la dosificación deducida del
abaco de la figura 13; en caso contrario, deben realizarse los ensayos normales de durabilidad (pér-
didas por abrasión). Algunas veces se ha recurrido, en cambio, a dividir la dosificación que arroja una
resistencia deficiente, por la razón entre ésta y la exigida, adoptando, como definitiva, la dosificación
modificada.
Entre todos los parámetros anteriores, existen relaciones sencillas que se deducen a continuación.
100
Como este volum,en presenta un peso específico yo (kg/dm^), el peso de la base será;
10 . e . yo (kg/m^) .
En este peso entran el material natural y el cemento, siendo el peso de este último un c % del
peso del primero. Por lo tanto, el peso de material natural será:
1000 • e . yo ., , ,,
ICO -f- c
y, por lo tanto, el peso del cemento será: : •;
„ 10 • e . c . yo
(kg/m^)
100+ c
En la práctica, C oscila entre 1,0 y 2,4 kg/m^ por centímetro de espesor de base. En cuanto al
agua, la cantidad total necesaria será:
Pero teniendo en cuenta que inicialmente, en el material natural, había presente una cantidad de
agua
1000 • e . yo lüj ,
— • —- (1 rar), -, -;
En la práctica, esta cantidad oscila entre O y 2 I/m^ por centímetro de espesor de base.
En cuanto al espesor, e¡, inicial necesario para obtener la cantidad de material natural que se pre-
cisa, se deduce teniendo en cuenta que el volumen inicial del mismo será;
(100 + C)y,
para lo cual hace falta un espesor:
100yo . -
e. = , _í_ . e (cm) .
100 + C y.
En la práctica, el coeficiente multiplicativo de e puede variar entre 0,9 y 1,4.
Dans le premier d'une série d'articles qui comprendront tous les aspects, théoriques
et pratiques, de l'emploi du ciment pour la stabilisation des sols en revêtements
routiers, l'auteur fait un exposé des caractéristiques des matériaux employés et
du produit terminé et établit des critères d'aptitude et de dosage les plus usuels.
C e m e n f - sf-atiilizeci liases
In this first article, out of a series of them, dealing with the theoretical and
practical aspects of the stabilisation of pavements vi^ith cement, the author
examines the properties of the various materials involved, and of the final
pavement, and he enunciates what are the most usual standards of efficiency
and proportioning.
In dem ersten einer Reihe von Artikeln, die die theoretischen und praktischen
Aspekte der Untergrundbefestigung im Strassenbau mit Zement zum Gegenstand
haben, pruft der Verfasser die Eigenschaften der verwendeten Materialien und
des fertigen Produktes und stellt eine Reihe von Kriterien iiber Eignung und
Dosierung auf.
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