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Informes de la Construcción Vol.

17, nº 160
Mayo de 1964

5 1 3 - 13

basée eetabilizadae cen cemento


SANDRO RCCCI, ingeniero de caminos

sinoissis
En el primero de una serie de artículos que abarcarán todos los aspectos,
teóricos y prácticos, de la estabilización de suelos con cemento para afirmado
de carreteras, el autor examina las características de los materiales empleados
y del producto terminado, y establece los criterios de aptitud y dosificación
más usuales.

INTRODUCCIÓN.

1.1. Definición.

Estas bases se obtienen a partir de materiales granulares (áridos o suelos), mezclados con canti-
dades adecuadas de cemento y agua, y compactados después, dentro de un plazo limitado de tiempo.

1.2. Características.

Estas bases se obtienen a partir de materiales ón al material, proporcionándole una rigidez sen^
sible, por lo que la base funciona ya como una losa, repartiendo las cargas del tráfico sobre una su-
perficie mayor como si se tratara de una base granular; además, el material resulta prácticamente inal-
terable por los agentes ecológicos (humedad, temperatura). Al mismo tiempo, dicha rigidez no es
demasiado elevada, permitiendo que la base se adapte a deformaciones lentas de las capas subya-
centes, sin que se produzcan agrietamientos excesivos, como en el caso de un firme rígido. Se trata,
por lo tanto, de un material distinto, tanto de las bases granulares como de los firmes rígidos y, en
cierto modo, intermedio entre los dos.

1.3. Materiales.

El material natural, que es el que entra en la mezcla en mayor cantidad (ahededor del 90 por
100 en peso), puede ser seleccionado o no. En el primer caso se le denomina «árido», debiendo cum-
plir unas limitaciones en cuanto a granulometría y plasticidad : al resultado de su mezcla con ce-
mento y agua se le denomina «hormigón magro». A partir de los materiales que se denominan «sue-
los», en los que las limitaciones son bastante menos exigentes, se obtienen ios «suelocementos».

El componente estabilizador, o sea, el cemento, se incorpora de forma íntima al material natural


por medio de la operación que se denomina «mezcla». Su proporción (dosificación) debe ser suficien-
te para conferir a la base ciertas cualidades mínimas de insusceptibilidad, resistencia mecánica y
durabilidad.

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Fig. 1

El agua se añade en la proporción óptima para obtener la máxima densidad al compactar; ade-
más, parte de ella sirve luego para hidratación del cemento.

1.4. Métodos de mezcla.

La mezcla de los componentes pu-ede realizarse por varios procedimientos, descritos esquemáti-
camente y clasificados con arreglo al emplazamiento y estado del material natural, movilidad de la
instalación y número de operaciones necesarias, en la figura 1.

1.5. Limitaciones.

El método por el cual se efectúa la mezcla es determinante de muchas características técnicas y


constructivas de las bases estabilizadas con cemento.

1.5.1. Limitaciones geométricas.—^Así, por ejemplo, el espesor de dicha base que se construya de
una vez estará determinado, en el caso de mezcla en central, por el alcance eficaz del equipo de com-
pactación que se esté utilizando (normalmente, de 25 a 30 cm); pero en el caso de mezcla en trán-
sito, el espesor estará limitado por el alcance de las paletas de la máquina mezcladora, que general-
mente es menor que el anterior (15 a 20 cm); en el caso de premezcla, actúa la segunda limitación
al mezclar, y la primera, al extender y compactar. También el ancho total estabilizado, en el caso de
mezcladoras por monopasada, no es arbitrario, sino que, por razones de facilidad de construcción, se
ajusta a un múltiplo del ancho eficaz de la máquina: el cual a veces es regulable. Se recomienda
construir la base con unas creces mínimas de 30 cm a cada lado de la calzada, para la contención late-
ral del firme.

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1.5.2. Limitaciones de tiempo.—Como en todas las obras en las que interviene el cemento, al
entrar éste en contacto con el agua se inicia un proceso irreversible de fraguado y endurecimiento, que
hace que el tiempo de que se dispone para transportar, extender y/o compactar y refinar la base
sea limitado, so pena de mermar las características resistentes de la misma. La presencia de este
plazo limitado obliga a cuidar de la programación de las diversas operaciones de que consta la cons-
trucción; y a adoptar ciertas medidas especiales, según el método de mezcla; por ejemplo: prefijar
la longitud del tajo diario (multipasadas); disponer juntas (monopasadas o central). También existe
un plazo mínimo de curado, antes de que pueda someterse la base a la acción del tráfico (incluso el
de obra) : este plazo depende, fundamentalmente, de las características de dicho tráfico.

1.5.3. Limitaciones climatológicas.—Se incluyen en este apartado las limitaciones a la construc-


ción causadas por la lluvia o el frío.
Las limitaciones debidas a la lluvia dependen, a que en cualquier otra obra en que intervenga el
cemento, cuyo fraguado se detiene a 0° C; sumándose al nocivo efecto anterior la expansión produ-
cida por la congelación del agua contenida en la base, cuando el cemento no ha endurecido aún lo
suficiente. Por lo tanto, siempre que haya motivo razonado para suponer que helará dentro de las
cuarenta y ocho horas siguientes a la construcción de la base, deberá suspenderse ésta; la base se
protegerá contra la helada durante siete días con paja, sacos, tierra, etc.

Las limitaciones debidas a la lluvia dependen asimismo, del procedimiento constructivo empleado.
Las operaciones podrán proseguirse a pesar de la lluvia, siempre y cuando ésta no haga que la hu-
medad en el momento de compactar rebase la óptima especificada. Además, algunos métodos de mez-
cla «in situ» requieren una distribución muy anticipada del cemento sobre el suelo acopiado o exten-
dido: operación que no es posible con lluvia, porque el cemento se hidrataría antes de su mezcla
con el suelo.

CONDICIONES FACULTATIVAS.

2.1. Concepto.

Las condiciones facultativas, a las que hace mención un Pliego de Condiciones, se refieren a la
forma y al material de la base estabilizada, de los que se trata en este epígrafe; y a los materiales
componentes, y proceso constructivo de la misma, de los que se trata más ampliamente en epígrafes
sucesivos.

2.2. El material de la base.

En el material de la base terminada pueden distinguirse dos tipos de características: las intrínse-
cas, o propias del material, sea cual fuere su estado; y las accidentales, q u e dependen de dicho es-
tado.

2.2.1. Estado del material de la hase.—El «estado» del material lo define su compactación. Esta
ha de ser tal, que la base en todo punto presente una densidad no inferior a la máxima obtenida
en un Ensayo Normal de Compactación (E. N. C ) , realizado con una presión equivalente (energía por
unidad de volumen) correspondiente al equipo de compactación que se va a emplear en obra, y no
inferior a 6,05 kg/cm^. También es fundamental que dicha densidad se alcance en presencia de una
humedad lo más cercana posible a la óptima (humedad correspondiente a la máxima densidad en
el E. N. C ) .

2.2.2. Características del material de la hase.—En cuanto a las características de. material de la
base estabilizada, las condiciones facultativas hacen referencia a una intrínseca: la insusceptibilidad
al agua; y a tres accidentales, anejas al estado de máxima compactación: la resistencia mecánica, la
deformabilidad y la durabilidad.

Por insusceptihilidad al agua se entiende la propiedad de mantener, dentro de ciertos límites, las
características geotecnicas del material (plasticidad, cambios volumétricos, absorción) relacionadas
con el comportamiento del mismo en presencia del agua. La resistencia mecánica es el conjunto de

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propiedades reológicas que hacen a la base compactada apta para soportar cargas concentradas en
su parte superior (producidas por el tráfico), repartiendo su efecto sobre superficies progresivamente
mayores. La durabilidad es la facultad de conservar, dentro de ciertos límites, la antedicha resis-
tencia mecánica, a pesar del efecto de los agentes ecológicos (humedad, temperatura). La deforma-
hilidad es la propiedad que tiene la base de mudar su forma al aplicársele cargas exteriores, o al
producirse asiento en las capas subyacentes, sin que aparezca una fisuración excesiva; es inversa-
mente proporcional a la resistencia mecánica, por lo que generalmente, en vez de exigir una defor-
mabilidad mínima, se limita la resistencia a un máximo.

Las características enumeradas en el párrafo anterior son susceptibles de medirse a través de en-
sayos representativos, salvo la deformabilidad, para la cual no se ha normalizado aún ningún ensayo.
Los resultados de estos ensayos deben cumplir ciertas limitaciones, distintas según se trate de hormi-
gones magros o de suelocementos, y aun, dentro de estos últimos, según las características del suelo
del que se ha partido.

2.3. Condiciones para los hormigones magros.


En cuanto a los hormigones magros, las únicas condiciones que se suelen exigir se refieren a la
resistencia mecánica, puesto que las limitaciones que se imponen al árido del que se parte hacen
que éste sea por sí solo insusceptible al agua; y que normalmente, una vez adquirida la resistencia me-
cánica necesaria, presente durabilidad frente a las bajas temperaturas, a no ser que el árido sea hela-
dizo. No se suele exigir tampoco condición de deformabilidad mínima, aunque un criterio lógico
sería limitar la resistencia mecánica del hormigón magro al valor d e la mínima exigida para el hor-
migón de un firme rígido (que va provisto de juntas especiales para compensar su falta de deforma-
bilidad; lo cual no es el caso con un hormigón magro); en la práctica, la deformabilidad empieza a
ser problemática a partir de una resistencia a compresión simple superior a 1 ^ kg/cm^ a los vein-
tiocho días.

2.3.1. Resistencia a compresión.—La resistencia del hormigón magro a compresión simple, medi-
da sobre probetas cúbicas de 15 cm de lado, compactadas al máximo en tres tongadas, y curadas en
ambiente normalizado como si se tratara de hormigón normal, deberá ser, como mínimo, 100 kg/cm^
a los veintiocho días.
2.3.2. Heladicidad.—En los casos en que se sospeche que el árido es heladizo, puede exigirse la
siguiente comprobación: se moldean dos series de probetas, curándolas en ambiente normalizado du-
rante siete días, al cabo de los cuales una serie se somete a 14 ciclos de congelación en su cara supe-
rior, con la inferior sumergida, dieciséis horas a — 5° C y ocho horas a 25° C, mientras que la segunda
serie se sumerge en agua los catorce días; al cabo de dicho tiempo se determina su resistencia a com-
presión simple: la de las primeras no debe ser inferior al 75 por 100 de las segundas. En caso con-
trario, puede exigirse una compactación más enérgica, o bien rechazar el árido.

2.4. Condiciones para los suelocementos.


En cuanto a los suelocementos, las características del material en estado compactado se ordenan,
para una misma dosificación de cemento, de forma que, si se cumplen las condiciones facultativas re-
ferentes a la durabilidad, automáticamente se cumplen las demás, en la mayoría de los casos; y si se
cumplen las referentes a resistencia mecánica, automáticamente también se cumple la referente a in-
susceptibilidad al agua, en la mayoría de los casos (la deformabilidad es un criterio aparte, cuya exi-
gencia, como se ha dicho más arriba, se concreta en limitar superiormente la resistencia mecánica,
que es inversamente proporcional a ella). Esta ordenación de las características permite un gran
ahorro de trabajo al controlar el suelocemento, puesto que una vez determinada previamente (e in-
cluso «a priori») cuál es la característica «crítica», cumplidos cuyos requisitos se cumplen también
los de las demás, basta con controlar dicha característica sin preocuparse de las demás, más que
para comprobar, de vez en cuando, que el material no ha variado lo suficiente como para hacer que
la característica elegida deje de ser crítica.

2.4.1. Insusceptihilidad al agua.—Las exigencias de insusceptibilidad al agua se definen por tres


ensayos :
2.4.1.1. Plasticidad.—El índice de plasticidad de probetas de suelocemento compactadas en con-
diciones óptimas, curadas durante siete días en ambiente normalizado y disgregadas a continuación,

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será igual o inferior a 10. Si se tuviera duda sobre la permanencia del efecto del cemento, podrán
someterse las probetas a 30 ciclos de congelación antes de disgregarlas; en este caso, el índice de
plasticidad no deberá rebasar 12.
2.4.1.2. Retracción y entumecimiento.—El coeficiente volumétrico de retracción del suelocemento
compactado en condiciones óptimas no deberá ser superior a la mitad del correspondiente al suelo
solo.
El coeficiente volumétrico de entumecimiento del suelocemento compactado en condiciones ópti-
mas no deberá rebasar el 2 por 100.
2.4.1.8. Absorción de agua por capüaridad.—La absorción de agua en veinticuatro horas de probe-
tas de suelocemento, compactadas con el 85 por 100 de la humedad óptima, y curadas en ambiente
normalizado hasta que sólo contengan el 55 por 100 de dicha humedad, no deberá rebasar el 30
por 100 de la misma.
2.4.2. Resistencia mecánica.—Las exigencias de resistencia mecánica se definen por dos ensayos:
2.4.2.1. Resistencia a compresión simple.—Esta resistencia, medida a los siete días sobre probetas
cilindricas de doble altura que diámetro, compactadas en condiciones óptimas y curadas a tempe-
ratura y humedad constante, no deberá ser inferior a 17,5 kg/cm^.
2.4.2.2. Resistencia a la penetración.—La relación de penetración por cilindro (CPR), medida
con la técnica C. B. R. sobre probetas compactadas en condiciones óptimas y curadas durante siete
días a humedad y temperatura constantes, no deberá ser inferior a 120.
2.4.8. Deformabilidad.—Las exigencias de deformabilidad se definen por los mismos ensayos
que la resistencia mecánica, a los que se fijan los valores máximos, respectivamente, de 25 kg/cm^ y 350.
2.4.4. Durabilidad.—Las exigencias de durabilidad se definen por unos ensayos de abrasión.
Estos ensayos son, sin embargo, muy largos y requieren tiempo costoso; por lo que se suelen sus-
tituir por ensayos acelerados, basados en la resistencia a compresión simple.
2.4.4.1. Pérdidas por abrasión.—Estas pérdidas, medidas en probetas compactadas en condiciones
óptimas y curadas en ambiente normalizado durante siete días, sometidas a 12 ciclos de inmersión-
desecación-abrasión, o a 12 de congelación-deshielo-abrasión, no deberán rebasar el 14 por 100 para
suelos arenosos no plásticos; el 10 por 100, para suelos arenosos plásticos y suelos limoarcillosos
poco plásticos, y el 7 por 100, para suelos limoarcillosos plásticos.
2.4.4.2. Ensayos acelerados.—Son de dos modalidades, según el tipo de suelo :
a) Suelos arenosos: la resistencia mínima a exigir de probetas de 4" (10 cm) de diámetro y 4,59"
(11,6 cm) de altura, compactadas en condiciones óptimas, curadas durante siete días en ambiente nor-
malizado, y sumergidas en agua durante cuatro horas antes de romperlas, está relacionada con la gra-
nulometría del suelo, según muestra la figura 2.
b) Suelos limoarcillosos: la resistencia de probetas de doble altura que diámetro, compactadas
en condiciones normales y curadas durante siete días a humedad y temperatura constante, y someti-
das a 14 ciclos de congelación o sumergidas durante siete días, no deberá ser inferior al 75 por 100
de la resistencia de probetas análogas, que, en vez de someterse a esos ciclos, se hubieran conservado
en ambiente normalizado.

2.5. Condiciones de forma de la base.


Las condiciones facultativas que se refieren a la forma de la base estabilizada consideran dos
aspectos de la misma: sus dimensiones y su regularidad superficial.
En cuanto a las dimensiones geométricas, vienen fijadas en los planos, y únicamente cabe hacer
tolerancias en cuanto al espesor; más adelante, en el epígrafe dedicado a «Control geométrico», se
trata de ellas.
La regularidad superficial de una capa de base es muy importante, puesto que sólo la capa de ro-
dadura la separa del tráfico; sin embargo, el plazo limitado de tiempo de que se dispone para terminar
el refino hace que en la práctica sea difícil alcanzar la misma regularidad que en el caso de ima

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- 45 Fig. 2.—Criterio acelerado de
50 — 1 durabilidad p a r a suelos are-
nosos.

40

^0 sí

• 30
30
base granular, en la
que el tiempo de que
f— 20 se dispone es ilimita-
20 do. Las tolerancias son
de 10 mm en 3 m para
la base terminada; en-
tre 10 y 25 mm se debe
10 -:: 10 estudiar la ejecución
de una capa de regu-
larización antes de la
construcción del pavi-
mento propiamente di-
cho. Por encima de
25 mm se rechazará la
base.

OBTENCIÓN DE MATERIALES.

3.1. Materiales naturales.

3.1.1. Griteríos de exclusión.—Las bases estabilizadas con cemento pueden obtenerse a partir de
la casi totalidad de los materiales naturales, siempre que no presenten incompatibilidades químicas
con el cemento (materia orgánica en proporción superior al 2 por 100 en peso, o sulfatos en propor-
ción superior al 1 por 100).

Las características identificatorias (granulometría y límites de Atterberg) que corresponden a los


materiales naturales con los que pueden construirse bases estabilizadas, están resumidos en las figu-
ras 3 y 4.

3.1.2. Crítenos de clasificación.—Los materiales más seleccionados (áridos), cuya granulometría


esté dentro del huso de la figura 5, dan origen a hormigones magros. También pueden dar origen a hor-
migones magros materiales cuya granulometría se salga parcialmente de dicho huso, siempre que el
coeficiente de curvatura de la granulometría {d\/d(^ • dio) sea inferior a 0,6. En cuanto a los límites
de Atterberg, deberán estar comprendidos dentro de la zona señalada en la figura 6.

Todos los materiales que no estén comprendidos en los anteriores serán considerados como suelos,
obteniéndose de ellos suelocementos. En la figura 7 se distinguen los husos correspondientes a suelos
arenosos y suelos limoarcillosos; y en la figura 8, las zonas correspondientes a suelos poco plásticos
y a suelos plásticos.

3.1.3. Críteríos de aptitud.—La mayor o menor aptitud del material para ser estabilizado con ce-
mento está representada por la dosificación de éste que necesita para cumplir las condiciones faculta-
tivas. Esta dosificación se fija mediante un estudio que, por lo general, es largo de reahzar. Por ello,
cuando se realizan prospecciones de yacimientos, y se trata de discernir «a priori» si un material pre-
senta una reacción normal con el cemento, o cuál de varios materiales es el más adecuado, se recurre a
unos criterios de aptitud simplificados, que permiten ahorrar mucho tiempo y esfuerzo, y se aplican,
fácil y rápidamente, a gran número de muestras. Naturalmente, los criterios de aptitud no son elimina-
torios, sino orientativos: el estudio de dosificación es quien tiene la última palabra.

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Figs. 3 y 4.—Características identifleatorias
Tamices A.S.T.M. de los materiales naturales que se pueden
estabilizar.

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LIMITE LIQUIDO

Estos criterios simplificados de aptitud son de dos tipos : los que se aplican a las características identifi-
catorias del material y los que recurren a un ensayo empírico. Los criterios de aptitud descritos a continua-
ción se aplican sobre todo a suelos, puesto que los correspondientes a los áridos (materiales seleccionados)
son precisamente los criterios de clasificación.

TAMIZ A.S.T.M.

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Á R I D O S

20 40
LIMITE LIQUIDO

Figs. 5 y 6.—Características identifleatorias de áridos


para hormigón magro.

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LIMITE LIQUIDO

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g Figs. 7 j- 8.—Características identiflcatorias de


£ suelos para suelocemento.

3.1.3.1. Características identificatorias.—En cuanlo a los criterios de aptitud que se aplican a las carac-
terísticas identificatorias, se reducen a los siguientes:
— Un suelo arenoso es más apto que uno limoarcilloso.
— Un suelo poco plástico es más apto que uno plástico.
— Los suelos cuya granulometría está comprendida parcialmente en el huso (fig. 5) de los áridos, son
menos aptos que los suelos arenosos, pero más que los limoarcillosos.
— Los suelos cuyo coeficiente de uniformidad (deo/dw) sea bajo, son menos aptos que los que lo tienen
alto.
3.1.3.2. Ensayos empíricos.—Los ensayos empíricos que dan origen a criterios de aptitud son los si-
guientes:
Equiíyalente de arena: Un equivalente de arena inferior a 30 o superior a 50 indica un suelo poco apto.
pH del suelo: Un suelo limoarcilloso con pH inferior a 7 es poco apto.
Factor de absorción de calcio: Un suelo arenoso con un factor de absorción de calcio superior a 11 es
poco apto.
pH de un suelocemento tipo: Si el pH de un suelocemento tipo, medido a los quince minutos de ama-
sado, es inferior a 12,2, el suelo es poco apto.
3.1.4. Origen del material.—Ks absolutamente necesario que el material natural que se utilice para mez-
clar sea aquel mismo para el que se ha llevado a cabo el estudio de dosificación. Esto, que en el caso de
áridos es bastante fácil, puesto que se mezcla en central y además cualquier variación de naturaleza en el
árido se acusa fuertemente en su aspecto, no lo es tanto en el caso de suelos, frecuentemente mezclados «in
situ», y en los que variaciones importantes de su naturaleza (p. ej., en contenido de materia orgánica) no
se acusan demasiado en su aspecto exterior. Además, al hacer prospecciones, interesa que los criterios de
aptitud (y eventuales estudios de dosificación) representen a la mayor cantidad del material posible. Se
ve, por tanto, la necesidad de establecer, para los suelos, una unidad de definición, análoga al «yacimien-
to» de los áridos. Esta unidad de definición está basada en unos conceptos edafológicos, que se exponen a
continuación :

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El suelo se forma a partir de un material primario (llamado a veces «roca madre» u «horizonte C»),
generalmente una roca, aunque puede ser otro suelo (que entonces se llama relicto), por descompo-
sición físico-química causada por la acción conjunta de los agentes ecológicos (humedad, temperatu-
ra, vegetación). Bajo esta acción conjunta, modificada localmente por circunstancias topográficas (re-
lieve, escorrentía), se diferencian en el material primario unos estratos u «horizontes» de diversa com-
posición, textura y color. El proceso de solificación es permanente, y afecta a la capa superficial
del terreno. En el conjunto de horizontes, denominado «perfil edafológico», se distinguen: la capa
superficial (horizonte A), frecuentemente rica en materia orgánica de origen vegetal, y de la que las
aguas pluviales tienden a lavar las sales solubles y partículas finas hacia horizontes más profundos
(zona de eluviación); la capa intermedia (horizonte B), a la que afluyen las sales solubles (carbonato
calcico, principalmente) y las partículas finas procedentes del horizonte A; es la zona de iluviación.
Más abajo, el horizonte C, o material original, que puede llegar a desaparecer. Existen además sub-
divisiones en estos horizontes, que no interesan aquí.

El perfil del suelo puede inspeccionarse fácilmente en desmontes o en calicatas. Se llama «serie
edafológica» a un conjunto de suelos procedentes de un mismo material original, y que a través de
parecidas circunstancias ecológicas presentan un perfil idéntico en cuanto a su orden y naturaleza,
con excepción de la textura granulométrica del horizonte superior. Con arreglo a esta última se defi-
nen los «tipos edafológicos» dentro de la «serie».

Es lógico pensar, y la experiencia lo ha confirmado, que los suelos procedentes de análogos hori-
zontes de igual serie edafológica (para los horizontes inferiores) o de igual tipo edafológico (para el
horizonte superior) presentan las mismas propiedades y, concretamente, la misma aptitud para esta-
bilizarse con cemento. Basándose en todas estas consideraciones, se obtienen las siguientes conclu-
siones:

— No deben mezclarse entre sí, a no ser que se haga en acopios perfectamente controlados, sue-
los procedentes de horizontes o tipo diferentes, con intención de estabilizarlos.
— Los estudios de dosificación siempre deben efectuarse sobre muestras representativas del hori-
zonte a que va a pertenecer el material (si es suelo) o del yacimiento (si es árido).
— Una vez aplicados los criterios de aptitud a un tipo de suelo, en sus diversos horizontes, valen
para los suelos de igual tipo, aunque estén en distinto lugar. Especialmente útil es, para ello,
utilizar los mapas edafológicos empleados en Agricultura, en los que los suelos están diferen-
ciados por tipos.
— Los suelos procedentes del horizonte A son peligrosos, porque pueden contener materia or-
süánica.

3.2. El cemento.

3.2.1. Tipo de cemento.—No existen preferencias en cuanto al tipo de cemento utilizable para
bases estabilizadas, siempre que cumpla las condiciones definidas en el vigente Pliego General de
Condiciones para la Recepción de Conglomerantes Hidráulicos ( 0 0 . MM. 31-12-1959 y 26-7-1960); si
bien se deberán utilizar cementos tipo PAS (resistentes a la acción de los sulfatos) cuando la pro-
porción de sulfatos en el suelo exceda del 0,5 por 100 en peso.

El estudio de dosificación deberá llevarse a cabo con el mismo tipo y marca de cemento que luego
se vaya a emplear en obra.

3.2.2. Almacenamiento del cemento.—Para evitar que el cemento ensacado pierda sus propiedades
por efecto de la humedad, se cuidará que el almacenamiento del mismo sea en lugar ventilado y al abrigo
de la intemperie, apilando los sacos sobre tarimas separadas de las paredes del almacén, dejando
corredores entre las pilas de sacos y tarimas secundarias cada cuatro capas de sacos para permitir el
paso del aire. Si el cemento se suministra a granel, deberá exigirse que los envases metálicos y sus co-
nexiones estén debidamente limpios y sean suficientemente estancos.

3.2.3. Recepción.—Con el fin de comprobar que el cemento cumple las prescripciones del Pliego
General, se realizarán los ensayos indicados en el mismo. Además, cuando el cemento haya de per-

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manecer almacenado durante tres o más semanas en condiciones atmosféricas normales, se repetirán
los ensayos de recepción por este orden :

Residuo sobre tamiz de 4.900 mallas.


Pérdida al fuego.
Ensayos restantes.

Basta con que se cumpla el primero de estos requisitos o, en su defecto, el segundo, para que el
cemento sea declarado apto.

3.3. El agua.

Al igual que con ios materiales naturales, la gama de aguas aptas para la construcción de bases
estabilizadas es muy amplia, con inclusión del agua de mar, y la natural exclusión de las aguas sele-
nitosas y las que contienen aceites, grasas u otra materia orgánica. Si surgiera duda sobre su aptitud,
especialmente en el caso del agua de mar, se podrá repetir el estudio de dosificación con el agua
sospechosa; modificando la dosificación en consecuencia, si es preciso. El agua potable no medicinal
será declarada apta sin más requisitos.

3.4. Otros materiales.

Bajo este epígrafe se agrupa a las inclusiones y a las"adiciones.

3.4.1. Inclusiones.—Se llama inclusiones a las sustancias contenidas en el material natural y que
no son de la misma naturaleza que éste: como ejemplo clásico se tienen los ligantes bituminosos pro-
cedentes de antiguos firmes.

La presencia de inclusiones, que en ningún caso deberán superar al 25 por 100 del total consi-
derado como material natural, no perjudicará a las condiciones facultativas; realizándose, si se esti-
mara conveniente, los oportunos ensayos.

3.4.2. Adiciones.—Bajo esta denominación se designa a ciertas sustancias cuya inclusión en la


base estabilizada con cemento es deliberada, obedeciendo al propósito de utilizar un material na-
tural que, de lo contrario, no sería apto, o de rebajar la dosificación de cemento, o de trabajar en
condiciones especiales que, de otro modo, no se tolerarían.

Las adiciones deben ser homologadas mediante ensayos que demuestren que, en la proporción
en que se van a añadir, y con las dosificaciones de cemento y agua que se vayan a emplear (eventual-
men te modificadas), cumplen su misión específica, no alterando las condiciones facultativas; los valo-
res tope fijados en el epígrafe 2.2 para dichas condiciones pueden rebajarse en un 20 por 100 de su
valor original.

Las adiciones pueden incorporarse al material natural, al cemento o al agua.

3.4.2.1. Adiciones al material natural.—Frecuentemente se trata de otro material natural de me-


jores características. No se limita la proporción, pero hay que comprobar que el conjunto presenta ho-
mogeneidad, y someterlo de nuevo al estudio de dosificación.

3.4.2.2. Adiciones al cemento.—Obligatoriamente las adiciones serán materiales granulares secos


y no higroscópicos, en proporción no superior a la de cemento. La incorporación a éste deberá reali-
zarse con preferencia en fábrica; y de hacerse en obra, el procedimiento deberá ser aprobado y com-
probada la homogeneidad del resultado.

3.4.2.3. Adiciones al agua.—Las adiciones serán productos solubles o emulsionables, dosificándose


en peso de adición por volumen de agua, y disponiéndose los medios oportunos para que la solución
o emulsión sea completa antes de emplearse en obra.

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ESTUDIO DE DOSIFICACIÓN.

4.1. Objeto del estudio de dosificación.

Una vez definidos los materiales de forma inequívoca, se realiza un estudio sobre muestras represen-
tativas de ellos, con objeto de determinar tres datos para la construcción:

— El estado mínimo de compactación en que debe hallarse la base construida para que cumpla
las condiciones facultativas accidentales de resistencia y durabilidad. Este estado se define
por medio de una densidad, cuya medida le da un peso específico conjunto (peso de mate-
riales sólidos por unidad de volumen, incluyendo todos los huecos y estando éstos totalmente
rellenos de aire), que se expresa en kg/dm^

— La humedad óptima de compactación, por encima de la cual no es posible alcanzar el estado


mínimo de compactación sin alterar las condiciones facultativas accidentales (resistencia y du-
rabilidad) de la base. Esta humedad se define como un porcentaje ponderal de agua respecto
de sólidos y también es función de la energía de compactación.

— La dosificación mínima de cemento para que la base cumpla las condiciones facultativas intrín-
secas (insusceptibilidad al agua), y además en el estado mínimo de compactación cumpla las
condiciones facultativas accidentales (resistencia y durabilidad). Esta dosificación, que se ex-
presa en porcentaje ponderal de cemento respecto del material natural seco, es a la vez resultado
y dato inicial del estudio, puesto que influye en el resultado del ensayo de compactación; por
lo tanto, es necesario estimarla al principio del estudio de dosificación, en función de las carac-
terísticas identificatorias del material natural.

4.2. Compactación.

4.2.1. Estructura intermí de la hase.—La resistencia de la base depende de su estructura interna,


que el cemento se encarga de mantener (durabilidad). Dicha estructura interna es la disposición de
unas partículas con respecto a otras, en posiciones más o menos estables frente a los agentes exterio-
res que tiendan a desplazarlas.

4.2.2. Relaciones volumétricas.—En un volumen unitario de base, se pueden distinguir: el volu-


men ocupado por los sólidos (material natural y cemento) dispuestos según una estructura interna de-
terminada, y el volumen de huecos; éstos pueden estar rellenos de agua o de aire, llamándose «grado
de saturación» a la relación entre el volumen ocupado por el agua y el volumen total de huecos.

Las propiedades resistentes de la estructura interna de la base se aumentan generalmente cuando


el «índice de huecos», e (relación entre el volumen de huecos y el volumen de sólidos), disminuye:
esto es evidente, puesto que, al disminuir los huecos, los sólidos se disponen de forma más apretada,
multiplicándose los contactos entre partículas. Si la disminución de huecos totales se realiza a costa
de los huecos ocupados por el aire, el proceso se llama «compactación» y es relativamente rápido;
si son los huecos rellenos de agua los que se reducen (expulsándose, por lo tanto, el agua), el proceso
se llama «consolidación» y es lento; además, para ello hace falta que ya no queden huecos rellenos
de aire, o sea, que la saturación sea total. Es importante observar que la saturación aumenta a me-
dida que la compactación progresa, puesto que se elimina aire sin eliminar agua. En la práctica, por
medio de la compactación no se llega a eliminar totalmente el aire, quedando un volumen de hue-
cos de aire absorbido a las partículas sólidas, que puede llegar a ser el 5 por 100 del total de huecos:
esta situación se llama «pseudosaturación».

Aunque la medición del volumen total, V,, de la base resulta bastante fácil, no se puede medir direc-
tamente el volumen real ocupado por los sólidos de la misma, V^ (y, por tanto, el volumen de huecos,
Vf^ = Vf — Vç); acudiendo entonces a determinar el peso de sólidos, P¡ (lo cual es fácil, puesto que el
aire no pesa y el agua se puede eliminar por desecación), y su peso específico neto, y,.„ (el de los
sólidos secos, con exclusión de los huecos comunicados con el exterior, el cual es constante si no
varía la naturaleza de los sólidos).

89

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Entonces se tiene;

V, =.Ps/ysn

y, por lo tanto;

V, Vs V,:
V, 7b c

siendo y^, ^ ^Ps 1^t ^ P^so especí-


fico conjunto de la base (o sea, el de
la base seca, con inclusión de los
huecos que quedan entre sus partícu-
las). De las fórmulas anteriores se
deduce que, siendo fijo y^^, para dis-
minuir el índice de huecos, e, basta
aumentar el peso específico conjun-
to, y 6,.

La compactación, cuyo objeto es


disminuir los huecos ocupados por el
aire (aumentando, por lo tanto, el
peso específico conjunto, pero tam-
bién el grado de saturación) se rea-
liza aplicando a la base un trabajo
mecánico. Es fácil ver que un trabajo
por unidad de volumen tiene las mis-
mas dimensiones que una presión, y,
efectivamente, a la base se la com-
prime por medio de la compactación :
así que al trabajo unitario de com-
pactación se le denomina también
«presión equivalente».

4.2.3. Papel del agua en la com-


pactación.—La influencia del conte-
nido de agua en el momento de com-
pactar (humedad de compactación)
es importantísima y se pone de ma-
nifiesto en el «ensayo normal de com-
Fig. 9.—Ensayo normal de compactación. pactación». Si en unas condiciones
operatorias determinadas se compac-
tan muestras de base con una proporción fija de cemento, aplicando una misma presión equivalen-
te, pi, el peso específico conjunto obtenido varía de la forma que se indica en la figura 9, en la que
también se ha representado la variación de su inverso, el volumen específico conjunto (dado que
muchos de los parámetros que se manejan son hneales en volúmenes). Se ve en dicha figura que,
a medida que el contenido de humedad crece, el agua lubrica las partículas durante la compacta-
ción, facilitando su disposición según estructuras internas más cerradas y estables (menor índice de
huecos y mayor peso específico conjunto y grado de saturación); este fenómeno se presenta hasta
una humedad «óptima», W^, a partir de la cual ya no se expulsa el aire: se ha alcanzado la pseudo-
saturación, el índice de huecos aumenta a costa de nuevos huecos totalmente rellenos de agua (y, por
consiguiente, el peso específico conjunto baja), y las partículas se distancian unas de otras, flotando,
por así decirlo, en el agua intersticial; por lo que los contactos entre ellas son menos intensos, y las
estructuras internas más huecas e inestables: en estas condiciones la base se deforma fácilmente, pro-
duciéndose al compactar fenómenos de arrollamierto.

Como se ha visto, se puede alcanzar un mismo peso específico conjunto con dos humedades dife-
rentes, una inferior y otra superior a la óptima. Sin embargo, las condiciones resistentes no son las

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HUMEDAD INFERIOR HUMEDAD SUPERIOR
A LA OPTIMA HUMEDAD OPTIMA A LA OPTIMA

Fig. 10.—Estructura interna de la base.


mismas. En el primer caso, la
estructura interna se ha logrado
por acercamiento de las par-
tículas (por efecto de la com-
pactación), y multiplicando los
contactos entre ellas; mientras
<jue en el segundo caso, las
partículas se hallaban distancia-
das precisamente por el exceso
de agua, que, al desaparecer
luego, las deja dispuestas según
estructuras internas inestables
(fig. 10).

Por lo tanto, si se quiere que


la base presente propiedades
resistentes, tanto durante la
compactación (que faciliten su
refino) como después de ella
(durante su vida útil), no se
•debe compactar con humedades
superiores a la óptima.
Ahora bien: complica las
cosas el hecho de que la hu-
medad óptima (y el peso espe-
cífico" máximo correspondiente
a ella) son función de la pre-
sión equivalente, o sea, de la
energía compactiva puesta en
juego.
4.2.4. Influencia de la ener-
gía de compactación.—Si se re-
pite el ensayo de compactación
con una presión equivalente, p2^
mayor que pi, se observa (figu-
ra 11) que la reducción del ín-
dice de huecos y, por lo tanto,
el peso específico conjunto, es
mayor, como era de esperar,
puesto que la mayor energía
compactiva es capaz de expul-
sar aún algo del aire que antes
se quedaba absorbido. Pero al
mismo tiempo la humedad óp-
tima es menor: la pseudosatu-
ración se alcanza antes. Fig. 11.—Influencia de la energía de compactación.

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En la práctica, la compactacion se realiza con una humedad prácticamente constante {w fija),,
aumentando progresivamente la energía aplicada {p creciente) hasta alcanzar un peso específico con-
junto que se estima como satisfactorio, porque lleva aneja una estructura interna suficientemente es-
table; la hidratación del cemento «congela» entonces, por así decirlo, esa estructura haciendo que
sucesivas aportaciones de energía por la acción del tráfico, y en presencia de diversas humedades, no
se traduzcan en aumentos ulteriores del peso específico conjunto, provocando asientos que podrían
ser perjudiciales para el pavimento. Esta es una de las ventajas de las bases estabilizadas con ce-
mento sobre los demás tipos de base.

Del examen de lá figura 11 resulta evidente que un mismo peso específico conjunto, yoi, puede
ser alcanzado de dos maneras diferentes: con la presión equivalente pi y, precisamente, la humedad
óptima correspondiente a ella, WQU O bien con la presión equivalente, pz (siempre mayor que pi, puesto
que yoi corresponde al óptimo), y con dos contenidos de humedad muy diferentes: Wj^ , menor que el
óptimo, Wo2, correspondiente a. p2, y w^, superior a dicho óptimo e, incluso, a lüoi- Las condiciones
resistentes de la base para un peso específico conjunto, yoi (que se supone es el deseable) son distin-
tas según haya sido la humedad de compactacion : si ésta ha sido to ^ , habrá hecho falta aplicar una
(menor que p^ y, por lo tanto, más económica); y sihabrá bastado aplicar una presión equivalente, pi
presión equivalente, pz; si la humedad ha sido ÍÜOI, ha sido w ^, habrá sido necesario aplicar una pre-
sión pz, y además se habrá alcanzado la pseudosaturación, con consiguiente pérdida de cualida-
des resistentes. También hay que observar que, si con humedad Wou se aplica una energía mayor que
la pi, correspondiente a cuando dicha humedad sea óptima, se obtiene un peso específico conjunto ma-
yor, pero cayendo de nuevo en la pseudosaturación.

La presión equivalente que se fija como mínima es de 6,05 kg/cm^ correspondiente al Ensayo
Normal de Compactacion. A ella corresponden unas «condiciones óptimas» (peso específico conjun-
to yo y humedad WQ). En obra se exigirá un peso específico conjunto igual o superior a yoi, el cual
deberá ser alcanzado con una humedad no superior a la óptima correspondiente a la presión equi-
valente aplicada: cuando esta última sea de 6,05 kg/cm^, dicha humedad será precisamente WQ; con
presiones inferiores no se alcanzará yo.

4.2.5. Influencia de la dosificación de cemento.—En las consideraciones de los dos epígrafes


anteriores, se ha supuesto que la dosificación de cemento era constante. Sin embargo, la realidad es
que dicha dosificación tiene influencia en el resultado del Ensayo Normal de Compactacion, el cuaL
como se ha visto, es el fundamento del estudio de dosificación.

La explicación de la variación en el resultado del E. N. C. por causa de la variación de la pro-


porción de cemento es doble; por un lado, el cemento tiene una densidad mayor que el material
natural con el que se mezcla, resultando, por tanto, que los «sólidos» tienen un peso específico neto
creciente con la proporción de cemento. Por el contrario, al mezclarse los sólidos con agua al compac-
tarse, se verifican ciertos fenómenos fisicoquímicos : la hidratación parcial del cemento, que disminuye
la cantidad de agua libre para actuar de lubricante en la compactacion; y una coagulación del ce-
mento hidratado, que aumenta el rozamiento interno de los sólidos. Por estas razones ocurre general-
mente que, a medida que aumenta la dosificación de cemento (y el tiempo que transcurre desde el
amasado hasta la compactacion), la humedad óptima sube y el peso específico conjunto a ella co-
rrespondiente baja.

La proporción de cemento es, por lo tanto, a la vez dato y solución del estudio de dosificación; o
sea, para realizar el Ensayo Normal de Compactacion (y seguir después con el estudio) hay que pre-
suponer una dosificación de cemento, en función de las características identificatorias del material na-
tural; y proceder por aproximaciones sucesivas, repitiendo, si es preciso, el estudio con una nueva
dosificación de cemento inicial más acorde con la final.

La tabla I indica las dosificaciones de cemento iniciales para realizar el ensayo de compactacion
según el tipo de material natural.

4.2.6. Estima «a priori» del resultado del Ensayo Normal de Compactacion.—En algunos casos de
suelos arenosos, puede ser interesante, con cierta aproximación, conocer «a priori» el peso específico
conjunto máximo que se va a obtener en el Ensayo Normal de Compactacion, puesto que con este
dato estimado se puede calcular la dosificación de cemento necesaria para dicho ensayo. (Véase más
adelante, 4.3.)

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TABLA I
Dosiflcación de cemento p a r a el
TIPO n F lUATFRiAi IVATTIRAT ensayo normal de compactación,
TIPO DE MATERIAL NATURAL ^^ y^ ^^j ^^^^ ^^ material natural
seco

ÁRIDOS

QTTTTT r»<; » Clasiflcación AASHO


Dur.L,v.fa equivalente

A-l-a 5
A-l-b 6
Suelos arenosos
A-2 7
A-8 9

A-4 y A-5 10
Suelos limoarcillosos : \ ^ < A-6 12
/ Plásticos ; A-7 13

* Para suelos procedentes del horizonte «A», aumentar:


4 % si el color es gris.
6 % si el color es negro.

Esta estima, basada en dalos estadísticos, se reñeja en la figura 12, y tan sólo es aplicable a suelos
con una fracción máxima del 50 por 100 inferior a 0,05 mm, y máxima del 20 por 100 inferior a
0,005 mm; y que no contengan partículas retenidas en el tamiz * 4 (4,76 mm), cuyo peso específico
neto sea inferior a 2,45.

4.2.7. ínter predación del resultado del Ensayo Normal de Compactación.—Por medio del Ensayo
Normal de Compactación se han determinado un peso específico conjunto mínimo (que será luego
el que se exija en obra) y una humedad óptima máxima para alcanzarlo. Parece a primera vista que
dichos datos son solamente útiles para la obra; pero, sin embargo, el primero de ellos (peso específico
conjunto) sirve también para caracterizar los suelos, àe forma que constituye un dato identificatorio
más, en función del cual es posible deducir la dosificación de cemento adecuada. En los áridos, dicho
dato no es significativo para el proyecto.

Se consideran por separado los suelos arenosos y los suelos limoarcillosos. En los primeros, puede
precederse de dos maneras, según se vayan a aplicar los ensayos de abrasión o los ensayos acelera-
dos: ambas están fundadas en una correlación estadística entre la granulometría del suelo, el peso
específico conjunto mínimo obtenido en el E. N. C , y la dosificación de cemento adecuada; la ta-
bla II expresa esta correlación para el caso de ensayos de abrasión, y la figura 13 la expresa en forma
de abaco para el caso de los ensayos acelerados (sólo aplicables a los suelos mencionados en 4.2.6).

Para los suelos limoarcillosos existe también una correlación estadística, en la que interviene ade-
más la plasticidad, en forma del parámetro conocido universalmente bajo el nombre de «índice de
grupo»; se expone en la tabla III.

4.3. Dosificación mínima de cemento.

El Ensayo Normal de Compactación ha facilitado los siguientes datos para proseguir el estudio de
dosificación :

— Peso específico conjunto máximo que debe alcanzar la base.


— Humedad óptima correspondiente a una presión equivalente de 6,05 kg/cm^, con la que se al-
canza el peso específico anterior.
— Dosificación de cemento media para los ensayos subsiguientes: 5 por 100 para los áridos, y
una función de las características identificatorias y del peso específico alcanzado para los sue-
los (véase 4.2.7).

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ESTIMA DEL RESULTADO DEL ENSAYO NORMAL
DE COMPACTACION

IOC

90
N
E
o 80
U
c
70
a o
1X3
c * 60
0; M

c fc 50
o
(J
u o
N
o 40

/.3S

'U
Fracción inferior a 0.05 roi

B N

'1
o o
"O £
•— y
C «,

LOS NUMEROS ACOTADOS INDICAN:


PESO ESPECIFICO CONJUNTO MAXIMO EN kg/dm^

Fit-. 12.

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TABLA II

Dosificación m e d i a de c e m e n t o (% del peso de suelo seco)


P a r a suelos a r e n o s o s procedente s del h o r i z o n t e B o C

PESO ESPECIFICO CONJUNTO MAXIMO ALCANZADO EN EL E. N. C.

1,76 1,84 1,92 2,00 3,08


Rechazo del tamiz # 4 Fracción inferior a 0,05 m m
(%) (%)
0
10 9 8 7 6 5

20
9 8 7 7 5 a
40
11 10 9 8 6 5
15 50
0
10 9 8 6 3 5

20
9 8 7 6 6 5
40
12 10 9 8 7 (3
30 50
0
10 8 7 6 5 5
20
11 9 8 ' 7 6 5
4 0 „...„
12 11 10 9 8 6
45 50

Dosificocián de cemento
( % del peso de suelo seco)

19 1 12 1 II 1 10 , 9 3 7 6 _L

x" 1
4
1 \ ^ "^^ ^ k
V "^• v' ' 40

Si
\
V' 4
^ h •o 1
1
K%-
1 30
k
u
^ \,
20
^ fi 1
f* c p 1
10
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k

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20 .<í1^ 1^ .a —
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t% a
40
\^^
S^- j. yl
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L-f 1
^%>". 1 j

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^
V, r 1

^s 1
t
. S
S|^
1 \
, 1
^Bl S i

0 Î H3 15 20 25 3C> S6 4O 46 5<
Froccion inferior o 0,05 mm
( % del peso )

Fig. 13.—Dosificación media, de cemento p a r a suelos arenosos.

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CONDICIÓN CRITICA CONDICIÓN NO CRITICA

RESfSreNCIA MNIMA EXIGIDA

til
-1
a.
2
1/5

Z
2
O <
a
ifí o
ce
a. <
5 <
O z
o
/ ^^O
UJ
S

< 2% ^ 2%
< / z
z
o
o o o
z o
ÜJ
l-
4
c>
<
1^

<rt u. o
o o
</)
Li o
o:

DOSIFICACIÓN DE CEMENTO

Fig. 14.—Ejemplos de estudio de dosificación.

Elegida entonces una condición facultativa crítica entre las enumeradas en 2.3 ó 2.4 (entendiendo
por crítica una condición cuyo cumplimiento requiere una dosificación tal, que se cumplen auto-
máticamente las demás), se realizan los ensayos correspondientes sobre series de probetas moldeadas
con tres dosificaciones de cemento: la media antes mencionada; la media menos 2 por 100, y la media
más 2 por 100. Con los resultados se traza una gráfica en la que se interpola el valor mínimo de la
dosificación que hace que se cumplan las condiciones exigidas en 2.3 ó 2.4 (fig. 14). Para todas estas
probetas se adopta la humedad óptima de eompactación del E. N. C. y el peso específico conjunto a
ella correspondiente.

Existe una excepción al método de interpolación anteriormente expuesto : los criterios de ensayos
acelerados de durabilidad ¡jara suelos arenosos, expuestos en 2.4.4.2 (fig. 2), indican una resistencia
mínima a compresión simple a los siete días, que debe ser alcanzada con la dosificación deducida del
abaco de la figura 13; en caso contrario, deben realizarse los ensayos normales de durabilidad (pér-
didas por abrasión). Algunas veces se ha recurrido, en cambio, a dividir la dosificación que arroja una
resistencia deficiente, por la razón entre ésta y la exigida, adoptando, como definitiva, la dosificación
modificada.

4.4. Utilización en obra.

De los estudios anteriores hemos deducido:


— El peso específico conjunto mínimo que debe presentar la base: yo (kg/dm^).
— La humedad óptima en el momento de compactar: WQ (% del peso seco de la base).
— La dosificación mínima de cemento: c (% del peso seco del material natural).
En los planos está definido el espesor e (cm) de la base terminada.
En obra se debe disponer de los siguientes datos:
— La humedad inicial del material natural, w^ (% del peso seco de dicho materia;).
— El peso específico conjunto inicial del material natural, y¡ (kg/dm^) (en el caso de mezcla en
capa).
Para la obra interesa conocer, a partir de los datos anteriores, los siguientes:
— La cantidad de cemento, C (kg/m^), necesaria por unidad de superficie.
— La cantidad de agua, W (1/m^) que hay que añadir, también por unidad de superficie.

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TABLA III
Dosificación media de cemento (% del peso de suelo seco)
Para sudos limoarcillosos procedentes del horizonte B o C
PESO ESPECIFICO CONJUNTO M A X I MO ALCANZADO EN EL E. N. C.
1.44 1,52 1,60 l,e» 1,96 1,84 1,92
INMCE DE GBVPO Fracción entre OJOS y 0,008 mm
O
O
12 II 10
20
12 11 10 9 8 8 7
40
13 12 11 9 9 8 8
60
80
O
13 12 11
20
13 12 11 10 9 8 8
40
14 13 12 10 10 9 8
60
80 15 14 12 11 10 9 9
O
14 13 11 10 9 8 8
20
15 14 11 10 9 9
40
16 14 12 11 10 10
60

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80 17 15 13 11 10 10 10
12

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O
15 14 13 12 11
20
16 15 13 12 11 10 10
40
17 16 14 12 12 11 10
60
80 18 16 14 13 12 11 11
16
O
17 16 14 13 12 11 10
20
18 17 15 14 13 11 11
40
19 18 15 14 14 12 12
60
80 20 19 16 14 14 13 12
20
— El espesor inicial, e¿ (cm), que hay que mezclar (en el caso de mezcla en capa) para que una
vez humedecido y compactado se obtengan el espesor y densidad requeridos.

Entre todos los parámetros anteriores, existen relaciones sencillas que se deducen a continuación.

En un metro cuadrado de base terminada hay un volumen de base:

100

Como este volum,en presenta un peso específico yo (kg/dm^), el peso de la base será;

10 . e . yo (kg/m^) .

En este peso entran el material natural y el cemento, siendo el peso de este último un c % del
peso del primero. Por lo tanto, el peso de material natural será:

1000 • e . yo ., , ,,
ICO -f- c
y, por lo tanto, el peso del cemento será: : •;
„ 10 • e . c . yo
(kg/m^)
100+ c

En la práctica, C oscila entre 1,0 y 2,4 kg/m^ por centímetro de espesor de base. En cuanto al
agua, la cantidad total necesaria será:

^° • " ' ^° (1/m^). ^ :


• - 10 : :, :

Pero teniendo en cuenta que inicialmente, en el material natural, había presente una cantidad de
agua
1000 • e . yo lüj ,
— • —- (1 rar), -, -;

100+ c 100 ..: •' -•.

la cantidad de agua que haya que añadir a la base será: .°


I 100 • w^\
W=z
' yo \I
e 10 lOO •+tüc/ ^
100 ^

En la práctica, esta cantidad oscila entre O y 2 I/m^ por centímetro de espesor de base.

En cuanto al espesor, e¡, inicial necesario para obtener la cantidad de material natural que se pre-
cisa, se deduce teniendo en cuenta que el volumen inicial del mismo será;

(100 + C)y,
para lo cual hace falta un espesor:
100yo . -
e. = , _í_ . e (cm) .
100 + C y.
En la práctica, el coeficiente multiplicativo de e puede variar entre 0,9 y 1,4.

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Revêtemenf-s stabilisés au cimcsnt

Sandro Rocci, ingénieur des Ponts et Chaussées.

Dans le premier d'une série d'articles qui comprendront tous les aspects, théoriques
et pratiques, de l'emploi du ciment pour la stabilisation des sols en revêtements
routiers, l'auteur fait un exposé des caractéristiques des matériaux employés et
du produit terminé et établit des critères d'aptitude et de dosage les plus usuels.

C e m e n f - sf-atiilizeci liases

Sandro Rocci, civil engineer.

In this first article, out of a series of them, dealing with the theoretical and
practical aspects of the stabilisation of pavements vi^ith cement, the author
examines the properties of the various materials involved, and of the final
pavement, and he enunciates what are the most usual standards of efficiency
and proportioning.

Deffesf-igung ties Stpassenun-tengpundes


mif- Z e m e n t -

Sandro Rocci, Strassenbauingenieur.

In dem ersten einer Reihe von Artikeln, die die theoretischen und praktischen
Aspekte der Untergrundbefestigung im Strassenbau mit Zement zum Gegenstand
haben, pruft der Verfasser die Eigenschaften der verwendeten Materialien und
des fertigen Produktes und stellt eine Reihe von Kriterien iiber Eignung und
Dosierung auf.

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