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JURISPRUDENCIA

Roj: AAP GI 384/2011 - ECLI: ES:APGI:2011:384A


Id Cendoj: 17079370042011200150
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Girona
Sección: 4
Fecha: 08/04/2011
Nº de Recurso: 304/2011
Nº de Resolución: 218/2011
Procedimiento: Apelación instrucción
Ponente: ADOLFO JESUS GARCIA MORALES
Tipo de Resolución: Auto

AUDIENCIA PROVINCIAL
SECCION CUARTA (PENAL)
GIRONA
RECURSO DE APELACIÓN
ROLLO Nº 304/11
DILIGENCIAS PREVIAS Nº 208/11
JUZGADO DE INSTRUCCIÓN Nº 1 DE BLANES
AUTO Nº 218/2011
Ilmos. Sres.:
PRESIDENTE:
D. ADOLFO GARCÍA MORALES
MAGISTRADOS:
Dª. MARIA TERESA IGLESIAS CARRERA
D. DANIEL VARONA GÓMEZ
En Girona a 8 de abril de 2.011.

ANTECEDENTES DE HECHO
ÚNICO: Por Luis Pedro , representado y asistido por el letrado D. JOSE ENRIQUE PÉREZ PALACÍ se presentó
recurso de apelación contra el auto de fecha 25-3-11 dictado en las Diligencias Previas nº 208/11 seguidas
ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Blanes por la que se acordaba la prisión provisional
del recurrente inculpado por un presunto delito de determinación coactiva a la prostitución y amenazas leves
en el ámbito doméstico, al que expresamente se opuso el MINISTERIO FISCAL, remitiendo las actuaciones
ante este Tribunal a los efectos de dictar la correspondiente resolución.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO: Se alza la parte recurrente frente a la resolución de la instancia sobre la base principal de la
vulneración del derecho al habeas corpus al no haber sido puesto a disposición judicial en el plazo de 72 horas,
y, subsidiariamente, sobre la del error en la valoración de las circunstancias que desde el punto de vista de
legalidad ordinaria y constitucional permiten la puesta en prisión.
El recurso merece prosperar.

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JURISPRUDENCIA

Muy brevemente y por lo que al primero de los puntos de la apelación se refiere, el art. 6 de la Ley Orgánica
reguladora del Procedimiento de Habeas Corpus establece que "promovida la solicitud... el Juez examinará la
concurrencia de los requisitos necesarios para su tramitación y dará traslado de la misma al Ministerio Fiscal..."
y "...seguidamente, mediante auto, acordará la incoación del procedimiento, o, en su caso, denegará la solicitud
por ser esta improcedente..." siendo que "... contra la resolución que en uno u otro caso se adopte no cabrá
recurso alguno".
En el presente caso consta en las actuaciones que por parte del letrado del imputado se interpuso tal solicitud
de habeas corpus y que la misma fue resuelta negativamente por auto de 25-3-11, distinto al de la resolución
que decreta la prisión provisional, sobre la base de que el detenido fue puesto a disposición judicial antes de
que transcurriera el plazo de 72 horas. No procediendo recurso contra la misma no vamos ahora a recuperar
el discurso del letrado del recurrente que pretende que reexaminemos las circunstancias de la detención y de
la puesta a disposición judicial del detenido, disponiendo a su favor del recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional si no esta de acuerdo con lo argumentado.
En cuanto al grueso fundamental del recurso de apelación contra la situación personal del acusado, que no
es otro que la concurrencia de las condiciones para la puesta en prisión provisional, hemos de reseñar con
carácter teórico, que, tal y como venimos estableciendo con carácter general a la hora de resolver los recursos
interpuestos contra la situación personal de un inculpado, la función de la prisión provisional no puede ser en
ningún caso la de adelantar los efectos de una hipotética pena que pudiera serle impuesta al acusado o la de
impulsar la investigación del delito u obtener pruebas o declaraciones, ya que con tales fines la privación de
la libertad excedería de los límites constitucionales, sino que es necesario para que pueda decretarse, o, en
su caso, mantenerse, la concurrencia, de un lado, de requisitos de carácter objetivo relativos a la realidad del
delito y a la identidad del delincuente, y, de otro, requisitos de carácter teleológico referidos a la necesidad de
garantizar fines legítimamente constitucionales.
Entre los primeros se encontrarían, tal y como dispone con carácter general el art. 503. 1. 1º y 2º de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal, que conste en la causa la existencia de uno o varios hechos que presenten los
caracteres de delito sancionado con pena cuyo máximo sea igual o superior a dos años de prisión, y que
aparezcan en la causa motivos bastantes para creer responsable criminalmente del delito a la persona contra
la que hubiere de decretarse la medida; entre los segundos, tal y como disciplina el art. 503. 1. 3º y 2 de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal, que ha recogido en este aspecto la doctrina constitucional sentada, entre otras, en
la STC 47/00 de 17 de Febrero, se hallarían la necesidad de asegurar la presencia del imputado en el proceso
cuando pueda inferirse racionalmente un riesgo de fuga, de evitar la ocultación, alteración o destrucción de las
fuentes de prueba relevantes para el enjuiciamiento en los casos en que exista un peligro fundado y concreto,
la de evitar que el imputado pueda actuar contra bienes jurídicos de la víctima, y, evitar el riesgo de que el
imputado cometa otros hechos delictivos.
Es más, la afectación que la prisión provisional tiene de un bien de relevancia constitucional como es la libertad
exige, tal y como dispone el art. 502 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que la medida sea objetivamente
necesaria, que no existan otras medidas menos gravosas que puedan adoptarse o que, como establece el art.
504 del mismo texto legal, que dure el tiempo mínimo imprescindible para alcanzar cualquiera de los objetivos
a los que ha de responder.
Por último, no podemos dejar de tener también en consideración que debe tenerse muy en cuenta que la
intensidad del juicio de ponderación entre estos requisitos de la prisión provisional y el derecho a la libertad
del imputado es diferente según el momento procesal en que se deba disponer o ratificar la prisión provisional,
ya que, a modo de ejemplo, la justa medida de los elementos determinantes de la constatación del riesgo de
fuga puede operar de forma distinta en el momento inicial de la adopción de la medida, que cuando se trata
de decidir el mantenimiento de la misma al cabo de unos meses.
Tomando en consideración todos los antecedentes teóricos anteriores, en el caso del recurso todos los
requisitos de legalidad ordinaria en cuanto a la duración de las penas están plenamente cumplidos ya que la
determinación coactiva a la prostitución del art. 188 del Código Penal conlleva una penalidad cuya horquilla
es de 2 a 4 años de prisión. Ahora bien, lo que no podemos compartir con la Instructora es la existencia de
verdaderos indicios de criminalidad de una seriedad tan intensa que por si solos creen la convicción provisional
de los delitos denunciados.
En primer lugar hemos de reconocer que existe un delito de amenazas leves en el ámbito doméstico del art.
171. 4 del Código Penal cometido por el imputado contra su compañera sentimental con la que tiene un hijo
en común, delito que tiene pena menos grave con horquilla de 6 meses a 1 año de prisión; dicho delito si que
aparece con cierta claridad a través del hallazgo casual de una intervención telefónica acordada para verificar
la existencia de datos sobre otro tipo de infracciones, referidas a delitos relativos a la prostitución y delitos de

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tráfico de drogas, comunicación en la que la amenazaba de muerte si no actuaba de una determinada manera
con respecto al hijo común, y ello pese a que dicha infracción no nos consta en las actuaciones que se nos
han remitido que haya sido expresamente denunciada por Camila .
Ahora bien, respecto del resto de los delitos no aparecen indicios que permitan la puesta en prisión. Ambos
delitos se sustentan por la declaración de una mujer que ha ejercido la prostitución en Málaga obligada, según
ha testificado, por el imputado.
Por lo que se refiere al delito contra la salud pública manifestó que el imputado la obligaba no sólo a
consumir sino también a vender a clientes, manifestando que el recurrente tenía artilugios para confeccionar
las papelinas, incluida una balanza. Pues bien, de las conversaciones intervenidas no surge ni un solo dato de
que se pueda estar traficando con droga, más allá de que su compañera sentimental, en una conversación a
la que se le da gran importancia y que nos parece que tiene más lecturas que la simplemente incriminatoria,
le dice que se puede ir a Málaga con sus putas, con su droga y con su dinero; y de la entrada y registro llevada
a cabo en su domicilio tampoco puede inferirse indicio alguno, pues ni se encontró droga ni instrumentos con
que cortarla, pesarla y dividirla en dosis. Es por ello que nos parece excesivamente atrevido atribuirle este
comportamiento delictivo con base en la manifestación de la denunciante.
Y en cuanto al delito de determinación coactiva a la prostitución, se sustenta esencialmente, en la declaración
de la perjudicada, más allá de la frase a la que hemos hecho referencia anteriormente, y que tanto puede servir
para concluir que se trata de un proxeneta como para entender que es una persona que tiene sexo habitual con
prostitutas, la cual, además, parece ser que esta dicha en el contexto de una discusión fuerte entre la pareja y
no viene sustentada por ninguna otra conversación u objeto hallado en la entrada y registro.
Sin embargo tal declaración tiene contradicciones y lagunas de importancia a través de las cuales no podemos
dar una credibilidad absoluta a la testigo para adoptar una medida tan drástica. Efectivamente, la testigo
reconoce que para iniciarse en la prostitución fue convencida sin violencia o intimidación, es decir, que la ejerció
voluntariamente, de manera que no entendemos como, sin desear retirarse en un principio de su ejercicio, los
golpes y las amenazas se producen cuando ya se halla metida en ese sórdido mundo. No resulta lógico en un
periodo menor a 4 meses, dudándose según las declaraciones si se trata de dos o de cuatro meses, el dinero
que se dice obtenido por el ejercicio de la prostitución en relación con el precio obtenido diariamente, dinero
que varía entre 40.000 euros en una declaración y 60.000 euros en otra, pareciendo que importaba más el
dinero que otras cosas. En tercer lugar la propia testigo reconoce que durante un periodo en que el acusado
no estaba en Málaga sino en Blanes ella siguió ejerciendo la prostitución, entendemos que ya no de manera
coactiva, y que le enviaba el dinero por giro postal, cuestión que no nos parece lógica pues si su voluntad era la
de no seguir ejerciendo dicha actividad, la escapatoria era sencilla, como finalmente se produjo; no sólo se han
hallado giros postales en casa del acusado en los que la perjudicada era la remitente, sin otros en los que ella
era la destinataria; de cualquier manera el importe de los giros que aparece documentado en las actuaciones
es mínimo en relación con las grandes cantidades que se dicen producto de la prostitución.
En definitiva, entendemos que los indicios del delito, sin perjuicio de que otra cosa pueda acordarse por el
Juzgado que sigue con la instrucción de las actuaciones en la provincia de Málaga, con un conocimiento más
amplio de los sucesos investigados en su totalidad, son tan débiles que no permiten tener por probado el
"fumus boni iuris" propio de toda medida cautelar, por lo que procede decretar la libertad provisional.
SEGUNDO.- Pese a tratarse de actuaciones declaradas secretas, conforme al art. 506. 2 de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal se declara expresamente que, conforme al contenido de los argumentos de la presente
resolución, no ha de omitirse en la notificación ningún particular.
TERCERO.- No procede hacer especial imposición de las costas causadas en la presente alzada.
VISTOS los preceptos y principios citados y demás disposiciones de general y pertinente aplicación.

PARTE DISPOSITIVA
LA SALA ACUERDA: Siendo Ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. ADOLFO GARCÍA MORALES, ESTIMAR el
recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de Luis Pedro , representado y asistido por el
letrado D. JOSE ENRIQUE PÉREZ PALACÍ contra el auto de fecha 25-3-11 dictado en las Diligencias Previas nº
208/11 seguidas ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Blanes, del que este rollo dimana,
REVOCANDO la meritada resolución y decretando la situación personal de LIBERTAD PROVISIONAL, sin hacer
especial imposición de las costas causadas en la presente alzada.
Así lo acuerdan y firman los Ilmos. Sres. anotados al margen.
DILIGENCIA.- Seguidamente se cumplió lo acordado; doy fe.

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