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CERO MENOS UNO

El caos de la consulta en el Seguro Social

Dr. Ricardo Perera Merino


5ª Edición e

La consulta externa en el Instituto Mexicano del Seguro Social es un padecimiento crónico que
sufren y toleran millones de derechohabientes y miles de médicos. Considero que la falla
fundamental del sistema de consulta externa en el IMSS se encuentra precisamente en el
concepto de médico familiar. No es posible afirmar con tanta seguridad que asignar a cada médico
determinada población hace posible el desarrollo de relaciones afectivas y de confianza entre
ambas partes, de hecho eso ni siquiera importa. El derechohabiente que sí necesita la atención
medica porque esta verdaderamente enfermo no le interesa la calidez con el que el medico lo
trate, el prefiere en este momento vulnerable un médico que sepa que tiene, que lo atienda y que
lo cure, eso es lo que sí importa, aunque no se mencione como objetivo, se requiere que la
atención sea ágil y de buena calidad. El afecto sale sobrando.

Para que un médico o cualquier persona intente llegar a conocer a un individuo, a una familia o a
un núcleo humano en sus aspectos físico y psicológicos necesita disponer de mucho tiempo para
conocer su problemática integra, su circunstancia y esto es imposible cuando el médico está
sentado detrás de un escritorio, explorando o no a quienes lo consultan, prescribiendo
medicamentos, llenando formas o consignando datos en una computadora, dando o negando
incapacidades, y con una sala de espera repleta de derechohabientes, enfermos o no, exigiendo
ser consultados.

En un sistema como el sistema de consulta en el IMSS la atención es pareja para todos, es


igualitaria mas no equitativa…..

Sin embargo, no solo se otorga atencion de mala calidad, sino que también es sumamente cara. La
institución debería, sin escatimar recursos, y utilizando todos los medios de difusión y
comunicación a su alcance, educar de manera permanente y bien planeada al derechohabiente;
hacerle ver todas las desventahas que acarrea la mala utilización de los servicios. Nosotros no
podemos hacerlo en los consultorios porque no disponemos de tiempo porque no es nuestra
funcion y sobre todo porque no nos hacen caso.
La consulta externa del Instituto está repleta de diferentes personajes, cada uno hace que el
servicio sea bueno, malo o peor, es algo recíproco, no solo de médicos a derechohabientes sino de
derechohabientes a médicos e incluso los directivos también tiene vela en el entierro.

Los médicos “Sin problemas” son aquellos que han sido absorbidos por el sistema, se han rendido
en luchar por tratar de cambiar y reconocen que no pueden prescindir del sueldo que perciben,
por lo que deciden trabajar lo mejor que puedan o lo menos peor pero sin buscarse problemas.
Son médicos que fuera de la Institución tienen ocupaciones que compensan su frustación laboral.
Ya sea trabajando en otra Institución o dedicar tiempo a sus gustos personales. Los médicos
prácticos también se han resignado a que las cosas no van a cambiar sin embargo, tratan de
obtener los mayores beneficios personales posibles y se esfuerzan por ello. Se hacen notar,
opinan, se preocupan y están siempre dispuestos a trabajar; tienen por su modo de ser, mucho de
positivo y son muy útiles al sistema. En otro grupo de médicos se encuentran los “Broncos”
quienes gozan negando una incapacidad a quien no la amerita. Sufre por extenderla a quien si la
necesita. Pelean, se irritan y con frecuencia truenan. Toda su energía la canaliza negativamente,
destruye, reconoce que no habrá un cambio pero no lo acepta, con el tiempo termina
convirtiéndose en un médico apático. Los “Apáticos” por su lado son un grupo numerosísimo,
formado por desertores de los otros grupos. A ellos les vale todo, no busca problemas, pero no los
evita. No estorba, pero no ayuda. Puede estar de buenas, de malas o peores, todo lo realiza al ahí
se va, de mala gana, nada le importa, no dan nada de sí mismos. Por últimos los “Estoicos” han
perdido la esperanza del cambio sin embargo continúan dando o tartando de dar lo mejor de sí
mismos, intenta, inútilmente, influir en sus derechohabientes para que utilicen racionalmente los
servicios. Todos los médicos definitivos se han ganado a pulso su frustración. No luchan, no están
unidos. Son conformistas. Trabajan bajo un sistema que consideran absurdo, pero que aceptan y,
lo que es peor, en el cual ya se acostumbraron, muy cómodamente para percibir su salario sin
importar si existe la posibilidad de cambiar en beneficio al Instituto, a los derechohabientes y a
ellos mismos.

En cuanto a los derechohabientes son todas aquellas personas aseguradas por ser asalariados y a
sus beneficiarios que marca la ley: esposa (o), hijos, madre y padre si son dependientes
económicamente del o de la asegurada. Existen dos tipos en la consulta externa: aquellos que no
utilizan los servicios a los que tienen derecho y a aquellos que sí los utilizan, de los que sí los
utilizan se encuentra los que utilizan racionalmente los servicios y los que los utilizan
irracionalmente. El último grupo es de lo que más abunda en la consulta. Acuden solo por no dejar
pasar la oportunidad, solo para ver que me pueden dar, ya sean medicamentos o incapacidades,
qué es lo que el Seguro me puede ofrecer. Sin importar que están utilizando recursos que bien
otros, que sí lo necesitan podrían utilizar, pero el egoísmo es prevalente, que me importan los
demás a mí solo me importa que me atiendan, y que me atiendan bien aunque no necesite el
servicio, aunque este en perfectas condiciones de salud.

Ricardo Perera. Cero menos uno El caos de la consulta en el Seguro Social. 5ª Edición, 2011.

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