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Victor Andrés Higuera Marín

20141155001

Perspectiva Critica Derechos Humanos

Los derechos humanos constituyen uno de los discursos con mayor trascendencia y a la vez
frecuencia en la modernidad, son mencionados a lo largo y ancho del planeta y son garantes del
bienestar y la dignidad en la vida de todos los seres humanos. Además de poseer un amplio apoyo
popular y ser aceptados por una gran cantidad de estados (Lo que les daría un cierto carácter de
“universalidad”) también cuentan con instituciones internacionales encargadas de juzgar las
violaciones de estos derechos (La corte penal, por ejemplo).

Pese a lo anteriormente mencionado, resulta redundante mencionar las distintas problemáticas


respecto a los derechos humanos en la actualidad, lamentablemente aun es habitual escuchar de
masacres y crisis de derechos humanos en diversos conflictos entre y dentro de algunas naciones,
inclusive sin llegar a ser mencionados de esa manera, muchas poblaciones ven vulnerados sus
derechos con asesinatos, violaciones, secuestros desapariciones, desplazamientos forzados entre
otras atrocidades, lo que se acentúa aún más con la falta de reconocimiento y tristemente en
algunos casos con la discriminación a las cual muchas veces son sometidas las poblaciones más
vulneradas. Para abordar parte de estas problemáticas con los derechos humanos propondremos
tres tesis para el análisis de las mismas, en primera instancia estos derechos carecen de
reconocimiento, segundo son aplicados selectivamente y por ultimo presentan dificultades para
adaptarse a determinados contextos (Orientales principalmente), lo que nos lleva a pensar en que
el discurso de universalidad que estos proponen se reduce a solo una pretensión, dejando por
fuera las problemáticas reales de muchas poblaciones vulnerables las cuales carecen garantías y
principalmente de dignidad de vida.

Carencia de reconocimiento
La dignidad se podría definir como la finalidad y el sentido de los derechos humanos, el hecho de
que todas las personas tengan la seguridad de que podrán convivir lo más pacíficamente, de que
su integridad humana no se va a ver comprometida a causa de actores externos, aunque
evidentemente es una aspiración por la que falta mucho, no obstante, se pretende aproximarse lo
más posible a esta aspiración, y el primer obstáculo es la carencia de reconocimiento de esta
problemática. Aunque existen muchas coyunturas que dan razones del porque hay tantas
poblaciones a las cuales no se les reconocen sus derechos (como debería ser) no se puede
justificar este “despotismo” respecto a la dignidad de vida de las personas, un ejemplo de esto
sería el desplazamiento forzado en países en conflicto, como Colombia o Siria, la gente entiende
que a causa del conflicto armado muchas personas se ven obligadas a dejar su vida atrás por su
supervivencia, la gente entiende lo duro que resulta ir de un lugar a otro sin recursos y con
muchas necesidades, pero eso parece no ser una justificación suficiente como para que se
reconozca que los derechos de estas personas (y no solo desplazados) están siendo vulnerados y
que carecen de cualquier dignidad de vida, la sociedad parece no darse cuenta, o pasa por alto (lo
cual resultaría aún más trágico) que los derechos humanos que son de incumbencia de todos,
están yendo bien solo para algunos, coyuntura que llega a segregar a algunos humanos como “no
personas” ciudadanos que por diversos motivos llegan a no ser reconocidos al mismo nivel que el
resto de la población y por ende el incumplimiento de sus derechos es algo socialmente
naturalizado, bien sea por conflictos de ámbito cultural, como los “desechables” en Colombia, o
por ámbitos políticos como la figura de “terrorista” en conflictos armados como los del medio
oriente o inclusive el conflicto armado en Colombia. Afortunadamente esta poca importancia y
despotismo en algunos casos, no es una regla general para toda la población, existen
organizaciones y principalmente movimientos sociales para la garantía del reconocimiento y
cumplimiento de los derechos humanos. Los derechos humanos no han sido siempre los mismos,
se han adaptado a las distintas problemáticas a lo largo del tiempo por que estos se han y se
siguen constituyendo como una lucha permanente por la dignidad, gracias a los movimientos
sociales por los derechos humanos se logra reducir el margen entre el reconocimiento y el
despotismo, la dignidad de vida de la que carecen un gran número de comunidades y poblaciones,
cuenta con el apoyo de estos movimientos los cuales resultan siendo la principal herramienta para
la sensibilización de la población contra la violación sistemática de derechos y la carencia de
dignidad. Aunque aún persisten muchos obstáculos respecto a esto, se cruzan los intereses
particulares con el activismo por los derechos humanos, no se cuenta con el respaldo suficiente de
la población y finalmente resulta peligroso para quienes permanecen en la lucha por el
reconocimiento y cumplimiento de los derechos. Aunque ya existen medidas en contra de la
carencia de interés en los derechos humanos, aun es un obstáculo muy recurrente y además muy
difícil de superar.

Aplicación selectiva de los derechos humanos


Los derechos humanos son universalmente válidos para todas las personas, irrevocables e
intransferibles, se los tiene desde el momento del nacimiento hasta el momento del
fallecimiento, en todas sus facetas (Primera, segunda y tercera generación) deben estar
garantizados y son responsabilidad de todos, sin embargo, la gran mayoría de las
violaciones de derechos siguen impunes, además de la carencia de reconocimiento
mencionada anteriormente nos encontramos con otro obstáculo que es la “aparente”
preferencia de algunas poblaciones en el cumplimiento de sus derechos humanos,
entidades como la corte penal internacional y asociaciones internacionales como las
naciones unidas que son entidades que entre sus funciones comprenden parcial o
totalmente la supervisión de los derechos humanos, así como el deber de procesar y
condenar las violaciones de derechos humanos, parecen enfocar su atención y capacidad
solo en una parte del mundo, en “occidente” principalmente, un ejemplo claro de esto
sería la figura del “terrorista”, que fue propuesta desde occidente, principalmente desde
el año 2000, incluso anterior a eso fue la figura del “comunista” como una persona a la
cual se debía negar, en la actualidad miles han sido las víctimas de la llamada guerra
contra el terrorismo, tanto personas que han sido llamadas terroristas, como poblaciones
inocentes que se vieron envueltas en el conflicto o simplemente resultaron damnificadas
por el “daño colateral” de la guerra contra los terroristas (justificación pobre y nefasta por
parte de los grupos armados). Aunque la corte penal internacional se creó para el
juzgamiento de todas las violaciones de derechos humanos, destaca el silencio de esta
respecto a la masacre, violación, tortura, desaparición de miles de personas en países no
occidentales, como el medio oriente, de la misma manera la falta de atención en países
del hemisferio sur (américa latina y áfrica), pero a diferencia de estos los crímenes de lesa
humanidad perpetuados en Europa central y Norteamérica cuentan con un gran respaldo
de la corte penal internacional y demás entidades encargadas de la protección de los
derechos, lo que evidencia una clara “hegemonía mundial”, que excluye mayorías y
beneficia minorías y además de esto niega la razón de ser de los derechos humanos la
dignidad de vida y por ultimo niega el desarrollo de los derechos y su composición como
lucha social permanente. Los movimientos sociales por los derechos también han tratado
visibilizar estas problemáticas y dar un carácter más práctico de los derechos a los diversos
contextos a los cuales no se les reconoce sus derechos o poseen disputas entre su cultura
y el cumplimiento de los derechos, además de intentar su reconocimiento en el ámbito
mundial, no obstante, esta discusión se profundiza en nuestro siguiente apartado, lo que
se quiere concluir aquí es que los derechos humanos en la práctica parecen ser más un
discurso de hegemonía política por parte del mundo occidental, que unas leyes
universales que garantizan la dignidad de vida.

Dificultades para adaptarse a algunos contextos


Del anterior apartado continuamos con la idea de que los derechos humanos se plantean como un
discurso de hegemonía política por parte de occidente, y además de esto se niega su visión como
proceso, partamos de la idea de que cuando se planteó la primera generación de derechos, los
derechos civiles, no se contemplaba como ciudadanos ni a las mujeres ni a los esclavos, estas
falencias se solventaron tiempo después con la segunda y tercera generación de derechos, lo que
evidencia un proceso histórico, no obstante bajo el discurso de pretensión universal que tienen los
derechos humanos se niega este desarrollo, al igual que en aquel entonces como se excluía a
esclavos negros o las mujeres hoy se excluyen los “terroristas” y se invisibilizan muchas más
poblaciones, los derechos humanos pensados por occidente responden al “mundo” de occidente,
diversas concepciones de dignidad humana y formas de interrelación social chocan con la tradición
y cultura de diversos grupos no occidentales, los derechos humanos son universales en el sentido
que todas las culturas deben acogerlos como válidos, evidentemente es algo que no sucede y de
hacerlo sería poco práctico debido al actual ejercicio de los derechos como discurso hegemónico
en lugar de su ejercicio como esfuerzo por la dignidad humana. Muchas poblaciones se ven
ignoradas en este proceso volviendo al ejemplo del medio oriente, niños palestinos o sirios, tal vez
la población más vulnerable en tal conflicto y desafortunadamente la más ignorada. Los derechos
humanos no acogen a las víctimas y victimarios dentro de su propio contexto si no que intentan
adaptar estas problemáticas a las lógicas occidentales y siempre presentan un distanciamiento
hegemónico. Por ello los derechos humanos y su finalidad de dignidad de vida tiene que ser una
lucha constante, por el reconocimiento y la validez de cada uno de los derechos en el contexto que
se presenten, a cargo tanto de movimientos como individuos que aporten a su construcción y
constante evolución además de sensibilizar su cumplimiento, las luchas sociales siempre deben ser
de carácter propositivo e intentar alivianar la presión que ejercen fuerzas hegemónicas (tales
como el estado, grupos armados, entre otros) para así reducir la exclusión a la cual son sometidas
las poblaciones más vulnerables. A causa de todas estas coyunturas se hace necesario reconocer
un nuevo contexto de los derechos humanos uno que implica tener en cuenta el carácter social,
económico, cultural y político de las diversas poblaciones, implica reconocer la lucha social como
la búsqueda de la dignidad, del acceso igualitario a bienes dentro de los contextos y que es esto
esencialmente lo que constituye define y da sentido a los derechos humanos.

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