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3.

Los derechos morales del autor abarcan el derecho de paternidad, o la capacidad de exigir el que
una obra sea reconocida como suya en cualquier utilización que de ella se haga, incluso si no se
publica, pues es un derecho que nace cuando nace la obra misma. Integridad, o la facultad que
tiene el autor para impedir que su obra se deforme, mutile, altere o transforme de cualquier
forma sin su expresa autorización. Divulgación, o la acción persona que tiene el autor de decidir si
publica o no su obra y de qué forma. Revelación, o el derecho que tiene el autor de decidir si
revela obra con su nombre real o utilizando un seudónimo o cualquier otra forma de
identificación. Arrepentimiento, la posibilidad que tiene un autor de retirar su obra del mercado o
medios donde se reproduce al haber autorizado esto o modificarla según le plazca incluso cuando
haya cedido sus derechos económicos.

4.

Los elementos internaciones de protección de derechos de autor citados en la presente sentencia


son: el Convenio de Berna de 1886, cuya adición por parte de Colombia se dio mediante la ley 33
de 1987, la cual regula los derechos del autor a reivindicar la paternidad de la obra, a oponerse a
modificaciones y acciones después de la muerte del autor. A su vez, los derechos de autor fueron
reconocidos como derechos básicos de una persona en la declaración universal de los derechos
humanos, declaración que fue adoptada por la ONU en 1948. Además, el pacto internacional de
Nueva York, también adoptado por la ONU en el cual en su artículo 15 reconoce el derecho de
toda persona autora de una obra a beneficiarse de la protección de los intereses morales y
materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de
que sea autora. Por último, se tienen la convención universal sobre derechos de autor de la
UNESCO en 1952, el convenio de Roma de 1961 y el acuerdo entre la organización mundial de
comercio de 1955

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