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CAPITULO IV

LA INMUNIDAD
PARLAMENTARIA EN
EL DERECHO
COMPARADO
Los textos constitucionales de diferentes países de Europa y de América, nos
permitirán conocer acerca del tratamiento que se le da a la Institución de la
Inmunidad Parlamentaria; de tal manera que podamos contrastarla con la
que se regula en nuestra legislación, la misma que será tratada más
adelante.

I. Constitución de Estados Unidos

La Constitución de Estados Unidos contempla en el artículo I, sección 6,


sobre “Privilegios e inmunidades parlamentarias” la inmunidad de arresto,
mas no de proceso, al disponer lo siguiente:

“Los senadores y representantes (…) en todos los casos excepto los de


traición, felonía y violación de la paz pública, gozarán del privilegio de
no ser arrestados durante su asistencia a las sesiones de sus
respectivas Cámaras, y en su viaje de ida o regreso a las mismas; y no
serán interrogados en ningún otro lugar por sus discursos u opiniones
vertidas en debates en cualquiera de las Cámaras (…)”

Cabe señalar que en la práctica, estos privilegios e inmunidades


parlamentarias resultan inoperantes porque la Corte Suprema
Norteamericana en el caso Williamson vs. United States (1908) ha
interpretado la expresión “traición, felonía o violación de la paz pública” como
comprensiva de todas las infracciones criminales que hacen referencia al
ámbito del privilegio. Quedaría solamente para ser invocado en el caso de
arrestos en causas civiles, frecuentes al tiempo de aprobarse la Constitución
y actualmente practicados raras veces. Esa inmunidad no protege del
procesamiento en causas civiles o criminales1.

1
PRITCHETT, C. Herman. “La Constitución Americana”. Topográfica Editora Argentina S.A. Buenos
Aires, 1965.
II. Constitución de Alemania

La Constitución de Alemania dispone en su artículo 46° una inmunidad de


proceso sumamente restringida, porque los parlamentarios no se encuentran
cubiertos por la inmunidad durante los recesos parlamentarios ni en caso de
ser detenidos en flagrante delito, o dentro de las 24 horas siguientes o en
caso de injurias calumniosas. En tales casos, no son puestos a disposición
de su Cámara para que autorice la privación de la libertad y el
enjuiciamiento, como está previsto en el ordenamiento jurídico peruano, sino
que son procesados penalmente en forma directa por el órgano jurisdiccional
competente.

En tal sentido la Constitución de Alemania dispone:

“Artículo 46.-

1. Los diputados no podrán en ningún momento ser perseguidos


judicial o administrativamente ni de otra manera fuera de la Dieta
Federal por su voto o manifestaciones en el seno de ésta o de
alguna de sus Comisiones, si bien no se aplicará esta norma a
las injurias calumniosas (verleumderische Beleidigungen).
2. Los diputados podrán ser acusados o detenidos por acción
castigada con una pena, sólo con el consentimiento previo de la
Dieta Federal, a menos que hayan sido detenidos al perpetrar
dicha acción o durante el día siguiente.
3. Se requerirá asimismo autorización (Genehmigung) de la Dieta
Federal para cualquier otra restricción de la libertad personal de
un diputado o para la incoación de procedimiento contra él, con
arreglo a lo dispuesto en el artículo 18.
4. Se dejarán en suspenso, si lo exige la Dieta Federal, todo
procedimiento penal y toda actuación en virtud del artículo 18
contra un diputado, así como toda detención (Haft) o restricción
de otra clase de su libertad personal”

III. Constitución Española

En su artículo 71°, afirma que durante el período de su mandato los


Diputados y Senadores gozarán asimismo de inmunidad y sólo podrán ser
detenidos en caso de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni
procesados sin la previa autorización de la Cámara respectiva.

Estipula además que en las causas que se inicien en contra de Diputados y


Senadores será competente la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

IV. Constitución de Francia

En Francia, la inmunidad de proceso, que conforme a la Constitución de


1958 se había limitado sólo a los periodos de sesiones y que permitía el
procesamiento de los parlamentarios durante los recesos, se ha suprimido
luego de la reforma constitucional incorporada en 1995, quedando vigente
sólo la inmunidad de arresto.

Quedando así el artículo 26° de la Constitución Francesa:

“Artículo 26.-

Ningún miembro del Parlamento podrá ser procesado, perseguido,


detenido, preso o juzgado por opiniones o votos que haya emitido en el
ejercicio de sus funciones. Ningún miembro del Parlamento puede ser
objeto, en materia criminal o correccional de arresto o de cualquier otra
medida privativa o restrictiva de libertad sin autorización de la Mesa de
la asamblea de la cual forma parte. Esta autorización no será necesaria
en caso de crimen o de flagrante delito o de condena definitiva.

La detención, medidas privativas o restrictivas de libertad o la


persecución de un miembro del Parlamento se suspenderán durante el
periodo de sesiones si lo requiere la asamblea de la que forma parte.

La asamblea interesada se reunirá de pleno derecho en sesiones


suplementarias para permitir, en caso necesario, la aplicación del
apartado anterior.”

V. Constitución de Italia

La legislación constitucional Italiana ha sufrido modificaciones respecto a la


institución de la Inmunidad parlamentaria.

En 1993 se eliminó la inmunidad de proceso; siendo así el parlamento


italiano aprobó una ley que modificó el párrafo que prohibía que los
parlamentarios fueran sometidos a procedimiento penal sin la autorización de
la Cámara a la que pertenecían; no obstante dejó subsistente la inmunidad
de arresto y otras garantías2.

El artículo 68° de la Constitución Italiana -luego de la reforma- quedó de la


siguiente manera:

2
Es importante mencionar que con fecha 23 de Julio del 2008, se aprobó la ley publicada en
la Gaceta oficial el 25 de mismo mes denominada “Disposiciones en materia de suspensión
del proceso penal de los altos cargos del Estado”, que regular la suspensión de los procesos
penales, incluidos aquellos antes de acceder al cargo, contra el Jefe del Estado, el
Presidente del Gobierno y los titulares de la Cámara de Diputados y del Senado. Sin
embargo, hay que señalar que dicha ley no reincorpora la inmunidad parlamentaria al
ordenamiento jurídico italiano. Por lo tanto, los miembros de las Cámaras carecen de la
referida prerrogativa, porque esta rige únicamente para los Presidentes de los mencionados
órganos estatales.
“Los miembros del Parlamento no podrán ser perseguidos por las
opiniones que expresen ni por los votos que emitan durante el ejercicio
de sus funciones.

Ningún miembro del Parlamento podrá ser sometido sin autorización de


la Cámara a la que pertenezca a registro personal o domiciliario, ni
podrá ser arrestado o privado de su libertad personal, ni mantenido
detenido, salvo que se ejecute una sentencia firme o de condena, o bien
que sea cogido en flagrante delito.

La misma autorización será necesaria para someter a los miembros del


Parlamento a interceptaciones, fuere cual fuere su modalidad, de
conversaciones o comunicaciones así como para proceder a la
incautación de correspondencia.”

VI. Constitución de Noruega

El ordenamiento de Noruega solo regula la inmunidad de arresto, y ésta se


limita exclusivamente a asegurar la asistencia del parlamentario a su trabajo.

El artículo 66° de la Constitución de Noruega establece lo siguiente:

“(…) los diputados no podrán ser detenidos mientras vayan al


Parlamento o vuelvan de éste ni durante su estancia en él, a menos que
sean sorprendidos en la comisión de un delito.”

VII. Constitución de Guatemala

En su artículo 161°, prescribe que los Diputados –como garantía para el


ejercicio de sus funciones- gozarán, desde el día que se les declare electos,
de inmunidad personal para no ser detenidos ni juzgados, si el Congreso no
lo autoriza previamente y declara que da lugar a formación de causa, salvo el
caso de flagrante delito en que deberán ser puestos inmediatamente a
disposición de la Junta Directiva o Comisión Permanente del Congreso para
los efectos del antejuicio correspondiente. Además, en este supuesto los
acusados quedan sujetos a la jurisdicción del juez competente. Si se les
decretare prisión provisional, quedan en sus funciones en tanto no se
revoque el auto de prisión. Por último, en caso de sentencia condenatoria
firme, el cargo quedará vacante.

VIII. Constitución de Argentina

La legislación argentina sólo regula la inmunidad de arresto, expresada en su


artículo 69° que señala que:

“Artículo 69°.- Ningún senador o diputado, desde el día de su elección


hasta el de su cese, puede ser arrestado; excepto el caso de ser
sorprendido in fraganti en la ejecución de algún crimen que merezca
pena de muerte, infamante, u otra aflictiva; de lo que se dará cuenta a la
Cámara respectiva con la información sumaria del hecho.”

Gentile3, respecto a la regulación de la inmunidad de arresto, señala que esto


es así, pues si un congresista cometiera un delito y como consecuencia de
ello se le iniciara un proceso judicial, el mismo se llevará adelante por el
tribunal hasta la sentencia, aunque no podrá ordenarse la privación de la
libertad del mismo, sin que previamente se haya pedido el desafuero,

3
GENTILE, Jorge. “Derecho parlamentario argentino. Antecedentes, roles y organización.
Funcionamiento y procedimiento. Decisiones, relaciones y atribuciones. Reglamentos de
ambas Cámaras.” Ediciones Ciudad Argentina. Buenos Aires, 1997.
contemplado en el artículo 70° de la Constitución argentina, que señala lo
siguiente:

“Cuando se forme querella por escrito ante las justicias ordinarias


contra cualquier senador o diputado, examinado el mérito del sumario
en juicio público, podrá cada Cámara, con dos tercios de votos,
suspender en sus funciones al acusado, y ponerlo a disposición del
juez competente para su juzgamiento.”

Es preciso indicar que aunque de una interpretación literal podría deducirse


que el artículo 70° de la Carta Magna argentina establece la inmunidad de
proceso, específicamente cuando señala que “la Cámara, con dos tercios de
votos, pueden ponerlo –al parlamentario- a disposición del juez competente
para su juzgamiento”, la doctrina y la jurisprudencia de la Corte Suprema
argentina citada anteriormente, nos aclara que los procesos penales contra
los parlamentarios pueden iniciarse y llevarse a cabo, mientras no se afecte
la libertad del imputado.

Bidart Campos4 sostiene “Se trata de inmunidad de arresto, o sea, de


detención o privación de la libertad corporal, pero no de inmunidad de
proceso. La causa penal puede iniciarse, mientras no se afecte la libertad del
imputado, que sólo es allanable en caso de sorprenderse in fraganti en la
comisión del hecho criminoso sancionado con pena de muerte, infamante o
aflictiva”.

IX. Constitución de Brasil

En la legislación brasilera, se regula sólo la inmunidad de arresto en su


artículo 53°, que señala:

4
BIDART CAMPOS, Germán. “Tratado elemental de derecho constitucional argentino: El
Derecho Constitucional del Poder”. Editorial Ediar. Buenos Aires, 1989.
“Recibida la denuncia contra el Senador o Diputado, por un delito
ocurrido después de la acreditación, el Supremo Tribunal Federal dará
cuenta a la Cámara respectiva, que, por iniciativa del partido político en
ella representado y por el voto de la mayoría de sus miembros, podrá,
hasta la decisión final, interrumpir la continuación del proceso”.

Esta regulación se estableció mediante reforma del 21 de Diciembre del


2001, alterando aspectos del instituto de la inmunidad parlamentaria en
Brasil.

X. Constitución de Bolivia

La antigua Carta Política boliviana de 1967 con reformas, regulaba la


inmunidad parlamentaria en su artículo 52°, estableciendo la inmunidad de
proceso cuyo levantamiento estaba a cargo de la Corte Suprema de Justicia;

Este artículo literalmente, consignaba lo siguiente:

“Artículo 52°.-

Ningún Senador o Diputado desde el día de su elección hasta la


finalización de su mandato, sin discontinuidad, podrá ser acusado o
procesado en materia penal ni privado de su libertad, sin previa
autorización de la Corte Suprema de Justicia por dos tercios de votos
de sus miembros, a requerimiento del Fiscal General de la Republica,
salvo el caso de delito flagrante.”

Sin embargo, la Constitución aprobada mediante referéndum en Enero del


2009 y promulgada en Febrero del mismo año, suprimió la prerrogativa de la
inmunidad parlamentaria; estableciendo lo siguiente:

“Artículo 152.-
Las asambleístas y los asambleístas no gozarán de inmunidad. Durante
su mandato, en los procesos penales, no se les aplicará la medida
cautelar de la detención preventiva, salvo delito flagrante.”

Por lo que se puede concluir que la institución de la Inmunidad parlamentaria


fue suprimida de plano, no dejando a salvo ni la inmunidad de proceso ni de
arresto, muy por el contrario señala de manera literal que los parlamentarios
no gozan de esta prerrogativa.

XI. La Constitución de Colombia

El caso colombiano es sumamente ejemplar, ya que no sólo no contempla la


inmunidad parlamentaria, sino que también establece un fuero especial para
el juzgamiento de los parlamentarios, dejando apartada la injerencia de los
mismos congresistas en la autorización para procesar o detener a los
miembros de su Cámara.

Sin embargo, no siempre fue así la legislación colombiana con respecto a la


regulación de la inmunidad parlamentaria, pues la Constitución Colombiana
de 1991 originalmente establecía en su artículo 186° una especie de
inmunidad de arresto que podía ser levantada por la Corte Suprema, el
mismo que señalaba lo siguiente:

“Artículo 186.-

De los delitos que cometan los congresistas, conocerá en forma


privativa la Corte Suprema de Justicia, única autoridad que podrá
ordenar su detención. En caso de flagrante delito deberán ser
aprehendidos y puestos inmediatamente a disposición de la misma
corporación.”
Sin embargo con la reforma constitucional del 2002 hasta la prerrogativa
citada ha sido suprimida, quedando actualmente dicho artículo, de la
siguiente manera:

“Artículo 186.-

De los delitos que cometan los congresistas conocerán como


investigador y acusador la Fiscalía General de la Nación previa petición
de la Sala Penal de La Corte Suprema de Justicia de conformidad con la
ley, a través del señor Fiscal General o su delegado ante la Corte, y
como juzgador en primera instancia la Sala Penal de la Corte Suprema
de Justicia y en segunda instancia la Sala Plena de la Corte Suprema de
Justicia.”

XII. Constitución de Chile

En la legislación chilena se regula la inmunidad parlamentaria, sin embargo


existe un Tribunal de Alzada, es decir, un órgano jurisdiccional
independiente, el cual se encarga de evaluar la autorización del
levantamiento de la inmunidad parlamentaria; dejando de lado la injerencia
de los mismos parlamentarios en dicha decisión; existiendo además doble
instancia para dicho trámite, pues esta resolución es apelable ante la Corte
Suprema.

Tal disposición se encuentra regulada en el artículo 58 de la Constitución


chilena, que señala:

“Los diputados y senadores sólo son inviolables por las opiniones


que manifiesten y los votos que emitan en el desempeño de sus
cargos, en sesiones de sala o de comisión.
Ningún diputado o senador, desde el día de su elección o
designación, o desde el de su incorporación, según el caso puede
ser procesado o privado de su libertad, salvo el caso de delito
flagrante si el Tribunal de Alzada de la jurisdicción respectiva, en
pleno, no autoriza previamente la acusación declarando haber lugar
a formación de causa. De esta resolución podrá apelarse para ante
la Corte Suprema.

En caso de ser arrestado algún diputado o senador por delito


flagrante, será puesto inmediatamente a disposición del Tribunal de
Alzada respectivo, con la información sumaria correspondiente. El
Tribunal procederá, entonces, conforme a lo dispuesto en el inciso
anterior.

Desde el momento en que se declare, por resolución firme, haber


lugar a formación de causa, queda el diputado o senador acusado
suspendido de su cargo y sujeto al juez competente.”

A pesar de que Chile no ha suprimido la inmunidad parlamentaria, ha


designado un órgano especializado para analizar la autorización de su
levantamiento, denotando así la voluntad del legislador chileno de
asegurar independencia y objetividad en dicho trámite; mecanismo que
no se contempla en el caso peruano, que será analizado a continuación.

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