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La Solicitud de Extradición de Pedro Carmona Estanga
La Solicitud de Extradición de Pedro Carmona Estanga
Un análisis jurídico
Advertencia preliminar
Tenemos que reconocer que el presente tema que se intenta desarrollar se traduce en una
discusión de un aspecto sensible que, para algunas personas, representa un capítulo de la
historia venezolana funesto y condenable. Para otras, significa una discusión desde una
perspectiva política-partidista con ocasión de los hechos ocurridos el 11 de abril de 2002.
Un tema tan polémico como este, por decir lo menos, nos obliga a tratar el asunto no sólo con
prudencia, sino con apego exclusivo al conjunto de principios y normas, expresivos de una idea
de justicia y de orden, determinados por el Derecho. En consecuencia, no espere el lector una
opinión apartada de un estudio objetivo de las ciencias penales, siendo ese enfoque el único
posible y pertinente dentro del contenido de esta página web.
La extradición
Para OSSORIO, la extradición es un “acto por el cual un Estado entrega por imperio de una ley
(tratado o ley) un individuo a otro Estado, que lo reclama con el objeto de someterlo a un
proceso penal o al cumplimiento de una pena”[1].
La extradición no es más que un acto que consiste en la entrega de un individuo por parte de
un Estado a otro Estado quien lo reclama para que pueda ser enjuiciado penalmente o cumpla
una pena ya impuesta.
Un Estado no esta obligado con respecto a otro a extraditar a alguna persona salvo que exista
un tratado internacional. Así, existirá, desde un punto de vista clasificatorio, una extradición
facultativa o potestativa, en la que el Estado solicitado no se encuentra obligado a conceder la
extradición requerida, y una extradición necesaria u obligatoria, en la cual el Estado solicitado,
en cambio, si esta obligado a conceder la extradición en vista de la presencia o vigencia de un
tratado de extradición, que, como contrato, obliga a las partes a su cumplimiento, siempre que
la situación de hecho se ajuste a las previsiones legales establecidas.
El delito político
Una de las condiciones requeridas para la extradición, muy extendida entre los Estados, es la
prohibición de otorgarla en el caso de infracciones o delitos de carácter político.
(…) La extradición de un extranjero no podrá tampoco concederse por delitos políticos ni por
infracciones conexas con estos delitos, ni por ningún hecho que no este calificado de delito por
la ley venezolana.
Es, pues, voluntad del Estado venezolano adoptar el principio de no extradición por delitos
políticos.
Como decíamos al inicio el presente trabajo, en fecha 16 de abril de 2007, la Sala de Casación
Penal decidió, por mayoría, acordó la solicitud de extradición del ciudadano Pedro Francisco
Carmona Estanga al Gobierno de la República de Colombia, por el delito de rebelión civil.
El tipo penal bajo examen – la rebelión –, es, por naturaleza un delito político[10]. Nótese, que
la acción antijurídica va dirigida en contra de un gobierno legítimamente conformado con la
intención o voluntad (dolo) inequívoca de deponerlo, apartarlo de la autoridad, usurpar el
poder para instaurar un gobierno de facto.
Los hechos ocurridos en Venezuela, en abril de 2002, se traducen, desde una perspectiva
objetiva, en un ataque en contra de los órganos del Estado, y así fue considerado por el
Ministerio Público al atribuirle a Carmona Estanga el delito de rebelión, y, efectivamente,
corroborado por la propia sentencia de la Sala de Casación Penal que se examina. En
consecuencia, el delito es de naturaleza política, no sólo por tratarse de una acción perpetrada
en contra de un gobierno (criterio objetivo), sino porque el móvil perseguido con la acción
tenía, también, un fin de político (criterio subjetivo).
Es oportuno señalar, que la adecuación de los hechos reproducidos en este fallo como delito
político, sería promover la impunidad, lo que se opondría a los fines de la Carta Democrática
Interamericana y a la vigencia del sistema democrático en nuestras naciones americanas.
En consecuencia, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, con fundamento
en los indicados convenios internacionales y en las actuaciones del expediente, concluye en
que concurren fundados elementos de convicción para estimar que el ciudadano Pedro
Francisco Carmona Estanga, deba ser enjuiciado como autor o partícipe exclusivamente en la
comisión del delito de Rebelión Civil, ante los tribunales de la República Bolivariana de
Venezuela, por los hechos imputados en la acusación fiscal. Así se decide.
El presunto magnicidio frustrado que aduce el fallo jamás fue atribuido al ciudadano Carmona
Estanga por el Ministerio Público. En todo el escrito de sentencia no se advierte una
imputación por homicidio intencional calificado[12] en grado de frustración, ni la base legal de
su tipificación.
El fallo que acuerda la solicitud de extradición yerra en agregar una circunstancia fáctica que
no fue prevista o considerada por el Ministerio Público, como lo es el supuesto atentado
contra la vida de la persona del Jefe de Estado. Los términos de la acusación fiscal, o escrito de
cargos, no señalan ni apuntan a esta hipótesis o conjetura que establece la sentencia; en
aquella, en cambio, sólo queda asentada el alzamiento o subversión civil hostil en contra del
gobierno, y nada más.
La Sala, de oficio, excede en sus atribuciones al atribuir a Pedro Carmona Estanga un hecho
que hasta el momento de la sentencia no estaba previsto. Es decir, en todo el expediente no se
había advertido, pronosticado o vaticinado un presunto atentado físico en contra del
Presidente de la República.
Entonces, no se comprende cómo la resolución de la Sala de Casación Penal del máximo
tribunal de la república modifica y extiende los hechos determinados o precisados en la
acusación, o escrito de cargos, para solicitar, forzosamente, y en contra de los principios y
garantías del proceso penal, la extradición del imputado.
Observando el fallo se denota el pobre y grave argumento de la Sala cuando trata de incluir los
nuevos hechos, relacionados con el magnicidio (resaltado):
En todo caso, creemos, el fallo debió limitarse a examinar y analizar el requerimiento realizado
y los términos de la acusación, así como la opinión realizada por el Fiscal General de la
República.
Esa desnaturalización del proceso resulta un perjuicio para la persona contra quien se dirige el
procedimiento penal, la cual tiene derecho a conocer los hechos por los cuales se le solicita su
enjuiciamiento.
Por ello, concurrimos en razones con el voto salvado de la Magistrada Blanca Rosa Mármol de
León, quien disintió de la mayoría sentenciadora y expuso sobre este punto:
Anotaciones finales
La extradición comparta un acto de cooperación internacional, ya lo decíamos, pues un Estado
recurre a la ayuda de otro para que entregue a un individuo que se encuentra en su territorio;
lugar donde el Estado requirente no tiene soberanía y por tanto se ve impedido de perseguir y
detener al imputado. De ahí, el acto de cooperación.
(...)
Es oportuno señalar, que la adecuación de los hechos reproducidos en este fallo como delito
político, sería promover la impunidad, lo que se opondría a los fines de la Carta Democrática
Interamericana y a la vigencia del sistema democrático en nuestras naciones americanas.
__________
[1] OSSORIO, MANUEL. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. 32ª Edición.
Editorial Heliasta. Buenos Aires, 2006. p. 396
[2] También son fuentes de extradición, además de los tratados internacionales, las normas
previstas en el Código Penal, Código Orgánico Procesal Penal y los principios de Derecho
Internacional.
[3] Art. 2 del Acuerdo de Extradición de las Repúblicas del Ecuador, Bolivia, Perú, Colombia y
Venezuela. Disponible en: <http://www.oas.org/juridico/MLA/sp/traites/sp_traites-mla-ecu-
bol-per-col-ven.pdf>
[4] Artículo 6 del Código Penal (encabezado): “La extradición de un venezolano no podrá
concederse por ningún motivo; pero deberá ser enjuiciado en Venezuela, a solicitud de parte
agraviada o del Ministerio Público, si el delito que se le Imputa mereciere pena por la ley
venezolana.”
[6] ARTEAGA SÁNCHEZ, ALBERTO. Derecho Penal Venezolano. Décima Edición. Editorial
McGraw-Hill Interamericana. 2006. pp. 87 y 88.
[7] Código de Bustamante: Art. 355: “Están excluidos de la extradición los delitos políticos y
conexos, según la calificación del Estado requerido”. Art. 356: “Tampoco se acordará, si se
probare que la petición de entrega se ha formulado de hecho con el fin de juzgar y castigar al
acusado por un delito de carácter político, según la misma calificación”.
[8] Artículo 143 (antes 144) del Código Penal venezolano: “Serán castigados con presidio de
doce a veinticuatro años: /1.- Los que se alcen públicamente, en actitud hostil, contra el
Gobierno legítimamente constituido o elegido, para deponerlo o impedirle tomar posesión del
mando (...)”
[9] GRISANTI AVELEDO, HERNANDO. Manual de Derecho Penal. Parte Especial. Séptima
Edición. Vadell Hermanos Editores. Venezuela, 1997. p. 1152.
[10] Cfr. GRISANTI AVELEDO, HERNANDO. Lecciones de Derecho Penal. Parte General. Novena
Edición. Vadell Hermanos Editores. Venezuela, 1996. p. 84.
[11] GRISANTI AVELEDO, HERNANDO. Lecciones de Derecho Penal … ob. cit. p. 362
[12] Artículo 406 (antes 408) del Código Penal venezolano: “En los casos que se enumeran a
continuación se aplicarán las siguientes penas: (…) 3.- De Veintiocho a treinta años de prisión
para los que lo perpetren: (…) b) En la persona del Presidente de la República o de quien
ejerciere, aunque fuere interinamente, las funciones de dicho cargo.”
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