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Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad No 279,

enero-febrero de 2019, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.


n TRIBUNA GLOBAL

Nuestro bonito modo de vida imperial


Cómo el modelo de consumo occidental arruina el planeta

Ulrich Brand / Markus Wissen

Las normas de producción y consumo del Norte global, que han sido
formateadas por el capitalismo y finalmente se han generalizado
alrededor del mundo, solo pueden mantenerse –aun en la variante
moderna «ecologizada»– a costa de la violencia, la destrucción
ecológica y el sufrimiento humano. Esta es la tesis central de este
artículo, basado en el libro Imperiale Lebensweise. Zur Ausbeutung
von Mensch und Natur im globalen Kapitalismus [El estilo de vida
imperial. Sobre la explotación del ser humano y la naturaleza
en el capitalismo global], publicado recientemente en alemán.

E n febrero de 1994, la revista The


Atlantic Monthly publicaba un ar-
tículo del periodista estadouniden-
Fría, el Norte global perdiera el inte-
rés en el Sur, este corre el riesgo de
hundirse en el caos. Y la violencia, el
se Robert D. Kaplan bajo el título «La colapso estatal, las epidemias, la «su-
anarquía venidera»1. Tomando África perpoblación» y la destrucción ecoló-
occidental como ejemplo, el autor trata gica son algunas de las amenazas.
el desarrollo político y social del llama-
do «mundo subdesarrollado» y traza Con su artículo, Kaplan no quiere se-
un cuadro extremadamente sombrío. ñalar el sufrimiento de la gente ni in-
El efecto de este artículo se ve aumen- vestigar las relaciones entre la riqueza
tado por fotos de calles congestiona- en el Norte y los conflictos en el Sur.
das en megaciudades del Sur global, Más bien, busca retratar un orden
de barrios marginales y ríos contami- mundial en el que la clara competen-
nados, de niños soldados y de escenas cia entre Estados nacionales es reem-
de guerras civiles. El mensaje es claro: plazada por un sinnúmero anárqui-
después de que, con el fin de la Guerra co de conflictos de origen «cultural»

Ulrich Brand: es profesor de Política Internacional en la Universidad de Viena. Es miembro del


Grupo Permanente de Trabajo «Alternativas al Desarrollo» e integrante el comité asesor de Blätter
für deutsche und internationale Politik. Colabora con el Grupo de Investigación sobre Sociedades
Poscrecimiento de la Universidad de Jena.
Markus Wissen: es profesor de Ciencias Sociales en la Berlin School of Economics and Law.
Integra el comité editorial de la revista de ciencias sociales críticas Prokla y colabora con el Grupo
de Investigación sobre Sociedades Poscrecimiento de la Universidad de Jena.
Palabras claves: capitalismo, consumo, ecología, modo de vida, naturaleza.
1. R.D. Kaplan: «The Coming Anarchy» en The Atlantic Monthly, 2/1994.
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y religioso. Asimismo, quiere alertar construyen vallas, se evoca un «des-


sobre la amenaza al orden de los Es- tino común» y se demandan «límites
tados nacionales del Norte global que máximos». Parece como si la elite eu-
resulta de una extensión de la anar- ropea, dividida por profundos con-
quía del Sur y de las tensiones gene- flictos de intereses, se aproximara en
radas por las mismas sociedades cul- su empeño de estatuir una política
turalmente heterogéneas del Norte. de ejemplaridad hacia los refugiados.
Kaplan da especial importancia a los Con ello aparentemente pretende en-
problemas ecológicos vinculados a la frentarse unida y con todo su poderío
escasez de recursos y la destrucción a la amenaza al orden nacional, y en
ambiental: este caso también supranacional, ima-
ginada por Kaplan3.
Ha llegado el momento de entender el
«medio ambiente» como lo que es: la cues- Además de eso, la situación de 2017
tión de seguridad nacional de principios muestra una segunda reminiscencia
del siglo xxi. Las implicaciones políticas y del diagnóstico de Kaplan de 1994.
estratégicas del incremento de la pobla-
Muchas de las personas que intentan
ción, de la expansión de enfermedades, la
deforestación, la erosión de suelos, el ago-
llegar a Europa parecen huir también
tamiento de los recursos hídricos, la conta- por motivos ecológicos: el aumento
minación del aire y, posiblemente, el de las temperaturas o los conflictos en
aumento del nivel del mar en regiones torno de recursos agrícolas y mineros
críticas superpobladas como el delta del que escasean los privan de una vida
Nilo y Bangladesh representan el principal libre de miseria y violencia. La guerra
reto para la política exterior, del que final-
de Siria también se enmarca en esta
mente se derivarán todos los demás retos.
narración, ya que la precedió una lar-
Porque estas evoluciones conllevarán una
migración masiva y exacerbarán los con- ga sequía que aumentó el potencial de
flictos de grupo.2 conflictos sociales4.

■■ El cambio climático como una Así pues, el escenario catastrofista


cuestión de seguridad nacional de Kaplan parece confirmarse. Y no
solo eso. El artículo también aporta
Más de 20 años después de la publi- los argumentos que justifican la po-
cación del artículo de Kaplan, los po- lítica de aislamiento europea. Si la
líticos europeos se superan entre sí en
2. Ibíd, p. 58.
las proclamas intimidatorias contra 3. Ver Zygmunt Bauman: «Die Welt in Panik.
personas que, por necesidad existen- Wie die Angst vor Migranten geschürt wird»
en Blätter für deutsche und internationale Politik,
cial o por el deseo de una vida mejor, 10/2016, pp. 41-50.
tratan de llegar a la Unión Europea. 4. V. a este respecto la evaluación diferenciada
de Andreas Frey en «Auf der Flucht vor dem
La cuestión migratoria devino una Klima?» en Frankfurter Allgemeine Zeitung,
cuestión de seguridad nacional: se 22/2/2016.
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Cómo el modelo de consumo occidental arruina el planeta

«ecología» se convierte en una cues- el Congo, se oculta la demanda del


tión de seguridad nacional y si es el coltán, mineral que se necesita en el
Sur global el que más sufre la crisis Norte global para la fabricación de
ecológica, si además el Sur se hunde en teléfonos celulares y computadoras.
un caos tal que toda perspectiva de es- Los conflictos en torno del agua, que
tabilidad política y de desarrollo eco- en gran parte del mundo parecen la
nómico bajo la premisa de un Estado consecuencia inevitable de la sequía
nacional es impensable, entonces pare- causada por el cambio climático, se
ce que el Norte global tiene que con- revelan como el resultado de la des-
centrarse en defender los logros de su trucción del modo de producción de
civilización. Y que, con ese objetivo su- los pequeños agricultores fomentada
perior, debe negar la entrada a quienes por las empresas agroindustriales del
proceden del Sur global. Norte en sintonía con los intereses de
las elites locales y nacionales del Sur
El problema es que tanto el diagnóstico
global. Y, finalmente, vemos que una
de Kaplan como la política actual con
de las causas de la migración a Euro-
respecto a los refugiados basan su legi-
pa de pequeños agricultores africanos
timación y plausibilidad precisamente
–calificada de «ilegal» a falta de moti-
en el hecho de callar acerca de los dos
vos reconocidos para recibir el estatus
nexos decisivos. En primer lugar, no
de refugiados– es la política agraria y
son la «escasez» de recursos naturales
de comercio exterior de la ue que, con
ni el «cambio climático» lo que lleva a
la exportación a África de productos
las personas a huir. Son, más bien, las
agropecuarios altamente subvencio-
condiciones sociales injustas –como el
nados, destruye los mercados y las
acceso desigual a la tierra, el agua y los
fuentes de ingreso en este continente5.
medios de producción– las que provo-
can la escasez de recursos y convierten
Bajo esta perspectiva, el análisis de
el cambio climático en una amenaza
Kaplan pierde apariencia de plausi-
vital para muchos. En segundo lugar,
bilidad, así como pierde también le-
estas condiciones se entienden única-
gitimidad la política de la ue. Esta
mente si uno aleja la mirada de las im-
política se presenta como el intento de
presiones inmediatas y observa el con-
defender un bienestar que se genera
texto global de las regiones afectadas.
también a costa de otros, contra la rei-
Solo entonces se comprende toda la
vindicación de participación de esos
complejidad de las crisis ecológicas y
los conflictos violentos. 5. V. por ejemplo Dorothea Schmidt y Sandra
Sieron: «Editorial: Ökonomie der Flucht und
■■ El bienestar a costa de otros der Migration» en Prokla No 183, 6/2016; Kristi-
na Dietz: Der Klimawandel als Demokratiefrage.
Sozial-ökologische und politische Dimensionen
Detrás de los conflictos de las de- von Vulnerabilität in Nicaragua und Tansania,
nominadas «etnias enemistadas» en Westfälisches Dampfboot, Múnich, 2011.
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otros. Es por eso una consecuencia en que están organizadas las socieda-
lógica de un modo de vida basado en des en otras partes, especialmente en
aprovechar a escala mundial la natu- el Sur global, y cómo configuran su rela-
raleza y la mano de obra y externalizar ción con la naturaleza. Esto, a su vez,
los costos sociales y ecológicos que ello es la base para garantizar el traspaso
conlleva: esta externalización toma la de trabajo y naturaleza del Sur global
forma de dióxido de carbono que se necesario para las economías del Nor-
emite en la fabricación de productos te global. Y a su vez, el modo de vida
de consumo para el Norte global y imperial del Norte global contribuye de
que es absorbido por los ecosistemas manera decisiva a estructurar en modo
del hemisferio sur (o bien que se con- jerárquico las sociedades en otras par-
centra en la atmósfera). Se presenta tes. Hemos elegido conscientemente la
en forma de materias primas metáli- expresión «en otras partes» por su in-
cas del Sur global que son el requisito determinación.
indispensable para la digitalización y
la «industria 4.0» del Norte global. Se Electrodomésticos, aparatos médicos o
presenta también en forma de la mano infraestructuras de transporte, así como
de obra del Sur global que arriesga la de abastecimiento de agua y energía,
salud y la vida en la extracción de mi- contienen materias primas cuyo origen
nerales y metales, en la reutilización no es visible. Lo mismo es válido para
de nuestros residuos electrónicos o las condiciones de trabajo en que se ex-
en el trabajo precario en plantaciones plotan estas materias primas o en que
contaminadas de pesticidas donde se se producen los textiles y los alimentos.
plantan las frutas tropicales consumi- Y es igualmente válido para el gasto
das por el Norte global6. de energía necesario para ello. Todo
esto queda oculto al comprar, consu-
■■ El modo de vida imperial mir y utilizar muchos de los objetos
cotidianos necesarios, incluyendo los
Un modo de vida que se basa en es-
tas condiciones e implica a la vez este 6. V. Stephan Lessenich: «Weil wir es uns leis-
modo de producción es imperial. La ten können. Wie und warum wir über die Ver-
hältnisse anderer leben» en Blätter für deutsche
configuración de las relaciones so-
und internationale Politik, 11/2016.
ciales y ambientales en otros lugares 7. Sumideros son aquellos ecosistemas que ab-
hace posible la vida cotidiana en los sorben más de lo que emiten de una determi-
nada sustancia (como las selvas tropicales y los
centros capitalistas. Esto ocurre a tra- océanos en el caso de dióxido de carbono). No
vés de la apropiación en principio ili- obstante, habría que problematizar los términos
«recursos» y «sumideros», porque terminológi-
mitada de la capacidad de trabajo, los camente ya contienen una comprensión instru-
recursos naturales y los sumideros a mental de la naturaleza externa del ser humano.
Los recursos y los sumideros no existen per se,
escala global7. Para la vida en los cen- sino solo en relación con determinadas necesi-
tros capitalistas, es decisiva la manera dades sociales, que son históricamente variables.
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«alimentos culturales», como los me- aunque formen parte de relaciones


dios de comunicación impresos o digi- sociales amplias y, en especial, de in-
tales. Solo estas condiciones sociales y fraestructuras materiales y sociales9.
ecológicas invisibles permiten que es-
tos productos puedan ser comprados y La compra de un automóvil, por ejem-
consumidos tan fácilmente. plo, es una acción consciente, que se
desarrolla dentro de patrones infraes-
El sociólogo especialista en temas tructurales, institucionales o socia-
agrarios Philip McMichael habla de les preestablecidos e interiorizados
«alimentos de ninguna parte» (food en el hábito. Así, numerosos facto-
from nowhere) para referirse al opaca- res supraindividuales y de los cua-
miento del origen y la producción de les el individuo no necesariamente es
los alimentos, lo que normaliza su consciente influyen en la decisión de
disponibilidad espacio-temporal ili- compra. Entre ellos, una red vial que
mitada8. Fresas de China ofrecidas en perjudica el transporte público, in-
invierno en comedores escolares centivos estatales de compra y uso del
en Alemania, tomates producidos automóvil, pero también ideales de
por migrantes ilegales en Andalucía masculinidad predominantes y con-
para el mercado del norte de Europa ceptos de independencia individual.
y langostinos criados para los consu- De igual importancia son las cade-
midores en el Norte global a costa del nas de valor agregado, que posibilitan
destrozo de los bosques de manglares una apropiación barata de recursos
tailandeses y ecuatorianos son ejem- y mano de obra de otras partes, así
plos de ello. El modo de vida imperial como normativas de emisión laxas y
se basa en normas de producción, dis- una competencia por el estatus social
tribución y consumo profundamente que también se disputa a través de la
arraigadas en las estructuras y prác- posesión de un auto. Todos estos fac-
ticas políticas, económicas y cultu- tores confieren «racionalidad» a la de-
rales cotidianas de la población en el cisión del automóvil y la hacen apare-
Norte global, y cada vez más también cer como normal. Pero también hacen
en los países emergentes del Sur glo- desaparecer el poder subyacente que
bal. No nos referimos solo a las prác- se reproduce en estas condiciones
ticas materiales, sino en especial a las bajo las cuales se toma la decisión, así
condiciones estructurales que las po- como su violencia.
sibilitan y a los modelos y discursos
sociales asociados. Dicho de otra ma-
8. P. McMichael: «The World Food Crisis in
nera: los estándares de la vida «bue- Historical Perspective» en Monthly Review,
na» y «verdadera», que muchas veces 3/2009.
9. Dieter Kramer: Konsumwelten des Alltags und
consisten en el modo de vida impe- die Krise der Wachstumsgesellschaft, Jonas, Mar-
rial, se establecen en la vida cotidiana, burgo, 2016, p. 29.
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■■ El traspaso de los costos con el fin de la Guerra Fría. Es más, el


modo de vida imperial contribuye sus-
En oposición a esto, se trata de visibi- tancialmente a crear estos fenómenos
lizar aquello que posibilita la vida coti- de crisis. Por otro lado, contribuye a es-
diana, la producción y el consumo de tabilizar las relaciones sociales allí don-
las personas del Norte global y de un de se concentran sus beneficios. Sin los
número de personas cada vez mayor alimentos producidos a costa de perso-
del Sur global. En la mayoría de los ca- nas y naturaleza en otras partes, y por
sos, esto ocurre sin traspasar el umbral ello mismo baratos, posiblemente ha-
de la percepción consciente o de la re- bría sido bastante más difícil garanti-
flexión crítica. Porque la normalidad se zar la reproducción de las capas socia-
da, precisamente, cuando se oculta la les bajas del Norte global también en
destrucción en la que se fundamenta. el contexto de la profunda crisis eco-
En otras palabras: las prácticas cotidia- nómica iniciada en 2007.
nas, así como las relaciones de poder
sociales e internacionales subyacentes, En consecuencia, las crisis y los conflic-
generan y perpetúan el dominio sobre tos actuales arrojan una luz deslum-
los seres humanos y la naturaleza. brante sobre las contradicciones del
modo de vida imperial. Muchos pro-
blemas se agudizan críticamente en
Por tanto, tenemos que explicar cómo y la actualidad, porque el modo de vida
por qué se produce algo como normali- imperial triunfa hasta la muerte. Por su
dad en un tiempo en el que los proble- carácter, siempre implica a escala glo-
mas y las crisis se agravan y se solapan: bal una apropiación desproporcionada
esto concierne a la reproducción social de naturaleza y fuerza de trabajo, en
y a la ecología, es válido para la econo- otras palabras, de un «afuera». Presu-
mía y las finanzas, pero también para pone, por tanto, que otros renuncien a
la geopolítica, la integración europea su parte proporcional. Cuanto menos
y la democracia. El modo de vida im- dispuestos estén estos otros, o cuanto
perial es central para entender esta con- más dependan también ellos de acceder
tradicción, pues se trata de una parado- a un afuera y de traspasarle sus costos,
ja que se encuentra en el centro de los más pierde el modo de vida imperial
más diversos fenómenos de crisis. Por su fundamento económico.
un lado, en muchas zonas de la Tierra
tiene un efecto agravante sobre el cam- Y es justamente este el caso actual. En
bio climático y la destrucción de eco- la misma medida en que países emer-
sistemas, la polarización social, el em- gentes como China, la India o Brasil
pobrecimiento de las poblaciones y la desarrollan el capitalismo y sus cla-
destrucción de economías locales o las ses medias y altas asimilan conceptos
tensiones geopolíticas que hasta hace y prácticas de la buena vida «nórdi-
pocos años se consideraban superadas cos», crecen su demanda de recursos
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y la necesidad de externalizar costos, o están dispuestas a ello. El modo de


por ejemplo, en forma de dióxido de vida imperial se convierte en víctima
carbono. Con ello, ascienden no solo de su propia capacidad de atracción y
en términos económicos, sino tam- generalización.
bién ecológicos, a competidores del
Norte global. El resultado son ten- A los centros capitalistas solo les que-
siones ecoimperiales como las que da el intento de estabilizar su modo de
se manifiestan en la política climáti- vida mediante el aislamiento y la mar-
ca y energética global. A esto se aña- ginación. Con ello los representantes
de que cada vez menos personas en el de esta política, que por regla general
Sur global están dispuestas a permi- se autodenominan «de centro», produ-
tir que el modo de vida imperial del cen exactamente eso que consideran
Norte global destruya sus vidas. Los sus adversarios: movimientos autori-
movimientos actuales de huida y mi- tarios, racistas y nacionalistas. Que es-
gración deben contemplarse también tos movimientos cobren fuerza actual-
bajo esta luz. En ellos se muestra ade- mente en todas partes también se debe
más la atracción perenne que el modo a que, por ser más consecuentes, pue-
de vida imperial ejerce sobre aquellos den presentarse en la crisis como los
que hasta ahora no podían participar verdaderos garantes de esa exclusivi-
de él: los refugiados buscan seguridad dad que ya en tiempos normales es in-
y una vida mejor, algo que se encuen- herente al modo de vida imperial. Y, al
tra antes bajo las condiciones del modo contrario que sus competidores «cen-
de vida imperial en los centros capita- tristas», son capaces de hacer una ofer-
listas que en otra parte. ta a su electorado que lo fija en una po-
sición subalterna y al mismo tiempo lo
Esto también explica por qué la par- libera de su pasivización posdemocrá-
te represiva y violenta del modo de tica. Nora Räthzel ha denominado cer-
vida imperial, en forma de conflictos teramente este mecanismo «autosumi-
por materias primas o el aislamiento sión rebelde», en referencia al racismo
frente a los refugiados, se manifiesta que se articulaba en Alemania al prin-
hoy tan claramente. El modo de vida cipio de la década de 1990. La autosu-
imperial se basa en la exclusividad y misión rebelde les permite a los acto-
solo puede conservarse en tanto y en res «constituirse como personas que
cuanto dispone de un afuera en el que actúan en determinadas condiciones a
puede externalizar sus costos. Este pesar de estar a merced de ellas»10.
afuera, sin embargo, está desapare-
ciendo, porque cada vez más econo- 10. N. Räthzel: «Rebellierende Selbstunterwer-
mías acceden a él y cada vez menos fung. Ein Deutungsversuch über den alltägli-
chen Rassismus» en Links, 12/1991, p. 25. V. tb.
personas están en situación de cargar Christoph Butterwegge: «Stolz auf den ‘Wirt-
con los procesos de externalización schaftsstandort D’» en Taz, 1/8/2016.
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■■ Normas de producción del mundo. Debido a la política au-


y consumo insostenibles toritaria, que sigue apostando por
la valorización de la naturaleza y la
Si este diagnóstico es acertado, los re- división social, presenciamos ahora
quisitos para una alternativa deben una acumulación de contradicciones
ser formulados de manera más radi- sin precedentes. La reproducción de
cal de lo que está ocurriendo en el la sociedad y de sus bases biofísicas
debate ecologista dominante. Ya no puede ser asegurada cada vez me-
basta con exigir una «revolución ver- nos mediante el imperativo de creci-
de»11 o un nuevo «contrato social»12. miento capitalista. Estamos viviendo
Porque a pesar de la fuerte retórica, una crisis de la gestión de crisis, una
esto deja intacta la economía política crisis de hegemonía y una crisis del
de los problemas, así como el modo de Estado.
vida imperial. También es insuficiente
esperar implícita o explícitamente que Numerosas alternativas responden
«la política» saque por fin las conclu- a esta crisis. Estas alternativas deben
siones correctas ante el hecho inne- ser valoradas en virtud de su aptitud
gable –dado que científicamente está para ser generalizadas y su eficacia so-
probado cada vez con mayor exac- cial. ¿Hasta qué punto se vislumbran
titud– de la crisis ecológica. Porque en los movimientos por la democracia
con esta expectativa se omite que el energética, la soberanía alimentaria o
Estado no es un potencial polo opues- la economía solidaria, por nombrar al-
to, sino un garante esencial de la pro- gunos, los contornos de una socializa-
tección institucional del modo de ción democrática en un sentido fuer-
vida imperial. te? Esta sería una sociedad basada en
el principio de que todos los afectados
En lugar de eso, es indispensable por las consecuencias de una decisión
reconocer la crisis ecológica en pri- participen en igualdad de derechos a
mer término como un indicio claro la hora de tomarla. Y solo un principio
de un problema más fundamental: de regulación social semejante consti-
las normas de producción y consumo tuye una respuesta adecuada al modo
del Norte global, que se han forma- de vida imperial, que se ha convertido
do con el capitalismo y finalmente se en insostenible.
han generalizado, solo pueden man-
tenerse –aun en la variante moder-
11. Ralf Fücks: Intelligent wachsen. Die grüne Re-
na ecologizada– a costa de cada vez volution, Carl Hanser, Múnich, 2013.
más violencia, destrucción ecológica 12. Wissenschaftlicher Beirat der Bundesregie-
rung Globale Umweltveränderungen (wbgu):
y sufrimiento humano. Y esto solo se Welt im Wandel: Gesellschaftsvertrag für eine
conseguiría en una pequeña parte Große Transformation, Berlín, 2011.

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