La albañilería o mampostería se define como un conjunto de unidades apiladas, trabadas o
adheridas entre sí con algún material, como el mortero de barro o cemento. Las unidades pueden ser naturales (piedras) o artificiales (adobe, tapias, ladrillos y bloques). Las edificaciones de albañilería constituyen una alternativa económica y sencilla de construir en nuestro medio para resolver el alto déficit habitacional; son edificios de mediana altura y comúnmente muy pesadas y en vista que vivimos en un país sísmico, estas edificaciones tienen que ser convenientemente analizadas, diseñadas y construidas para salvaguardar la vida se sus ocupantes. La norma técnica de albañilería NTE-070 vigente, específica detalladamente la Albañilería Confinada y la Albañilería Armada.
1.1.1 HISTORIA
La primera unidad de albañilería artificial consistió en una masa amorfa de
barro secada al sol encontrado en Jericó (Medio Oriente), 7350 años a.C. El adobe fue creado en Sumeria (Baja Mesopotamia) 400 a.C.; fue llevado al horno unos 3000 años a.C. en la ciudad de Ur y se formó el denominado ladrillo de arcilla o cerámico, a partir de esto se construyeron edificios de hasta 4 pisos en la Época del Rey Nabucodonosor II. Fue en Babilonia que el Rey Hammurabi (700 a.C.) creo el primer reglamento de construcción donde se especificaba si por causas atribuibles al constructor fallecía el propietario y/o su hijo, se debía dar muerte al constructor y/o a su hijo. El mortero de cemento puzolanico fue inventado por Vitruvio (arquitecto romano, 25 a.C.), quien mezclo con cal y agua la “arena volcánica” (puzolana) del volcán Vesubio, a partir de entonces se construyeron enormes estructuras con forma de arcos, bóvedas y lucernarios. En el siglo XVIII, con la Revolución Industrial (que comenzó en Inglaterra) empezó la industrialización en la fabricación del ladrillo, se inventaron además trituradoras, mezcladoras y prensas. En el Perú, los ladrillos de arcilla llegaron en la época de la colonia española, y la primera fábrica de ladrillos fue construida en Lima en el año 1856. La primera obra de albañilería reforzada data del año 1825, en Inglaterra. Brunel (ingeniero británico) construyo dos accesos verticales a un túnel bajo el rio Támesis en Londres, reforzados verticalmente con pernos de hierro forjado y horizontalmente con zunchos metálicos. La albañilería confinada fue creada por ingenieros italianos, después que el sismo de Messina, Silicia, en 1988, arrasara con las viviendas no reforzadas. En Perú, la albañilería confinada se utilizó después del terremoto de 1940; mientras que la armada lo hizo en la década del 60, pese a que esta había sido creada antes. El estudio racional de la albañilería se inició a partir de los ensayos llevados a cabo en Estados Unidos (1913) y en la India (1920). En el Perú, los primeros ensayos en albañilería se realizaron en la década de los 70 y los escasos resultados alcanzados hasta el año 1982 fueron utilizados en la elaboración del primer reglamento específico de albañilería (NORMA E.070, ININVI, 1982) Finalmente, los múltiples ensayos realizados, así como las investigaciones teóricas y las enseñanzas dejadas por los sismos, permitieron elaborar en el Perú una moderna Norma E.070, publicada en el año 2006 como parte del Reglamento Nacional de Edificaciones.
1.1.2 TIPOS DE ALBAÑILERIA
POR SU FUNCIÓN ESTRUCTURAL
a) Muros no portantes (cercos, parapetos, tabiques) b) Muros portantes
POR LA DISTRIBUCIÓN DEL REFUERZO
a) Muros no reforzados o de albañilería simple b) Muros reforzados (De albañilería armada, de junta seca, laminares, de albañilería confinada)