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26 Lacaza de brjes un enemigo o sociedad secrets, la suposicién de que este enemigo no esté solo sino que forma parte de un movimiento més amplio (cuan- do no de una auténtica conspiracién) y la utilizacién de medidas le- gales extraordinarias para descubrir lo que no es solo un secreto si- no, ademés, un crimen ideolégico o religioso. Por tanto, todas las ccazas de brujas suponen un alto grado de ansiedad judicial o con nitatia y este estado de énimo es el que justfica los procedimientos legales excepcionales y refuerza al mismo tiempo el temor a que los cémplices u otros malhechores permanezcan ocultos. Asé pues, cuan- do en el mundo actual tribunales, comisiones o equipos de investiga- cin diversos investigan movimientos politicos, ideolégicos o religio- 50s supuestamente subversivos movidos por la idea de que tal investigacién revelard los nombres y actividades de los enemigos de |a sociedad, nos hallamos en presencia de un fenémeno que guarda un llamativo patecido con los centenares de cazas de brujas que se dieron en Europa en la Edad Moderna. | a La a a & & Butt F Levack,- Viens Ae haute, ae i 7. CRONOLOGIA Y GEOGRAFIA DE LA CAZA DE BRUJAS Una de las tareas mas dificiles con que se enfrentan los historia. dotes de la brujeria en Europa es la de dar cuenta de las variaciones en la intensidad de la caza de brujas en distintos tiempos y lugares. €or qué hubo, por ejemplo, més procesamientos entre 1580 y 1630 que entre 1530 y 1580? eY por qué la caza de brujas fue mucho més intensa en Alemania que en Espa, Escocia o Inglaterra? Para res- ponder a este tipo de cuestiones debemos seguir dos lineas de inves- tigacién distintas. Pot un lado, hemos de determiner las pautas cro- nolégicas generales de la caza de brujas en toda Europa, proponien- do diversas razones para explicar el flujo y reflujo de los enjuicia- mientos durante el periodo de 300 afios entre 1450 y 1750. A con- tinuacién, habtemos de examinar Ia historia de los procesos por brujeria en los diferentes Estados y regiones de Europa, empresa que tendré asi mismo en cuenta los cambios cronolégicos dentro de estas, zonas concretas. Ambas investigaciones nos darn mas luz sobre la complejidad y diversidad del fendmeno general del que nos ocupa- Pautas cronol6gicas Resulta dificil hablar de procesos por brujerfa en ef sentido ple- no de la expresién en el periodo anterior a 1430, yaque el concepto pr 238 Lacaza de brujas acumulativo de brujeria se hallaba atin en proceso de formacién. Los casos registrados durante esos afios que han llegado hasta nosotros tratan o bien de simple maleficium o de magia ritual. Teniendo en cuenta estas reservas, podemos no obstante detectar algunas pautas significativas en aquellos procesamientos. Richard Kieckhefer ha divi dido el periodo que va de 1300 a 1435 en tres partes, la primera de Jas cuales, de 1300 a 1330, estuvo caracterizada sobre todo por los juicios contra hechiceros politicos. Desde 1330 hasta 1375, el enjui ciamiento de casos relacionados con Ia politica ces6 pricticamente, pero hubo un niimero importante de causas por hechiceria. Bs dificil determiner si fueron casos de simple maleicium o de magia ritual, pero, de todos modos, el rasgo mas notable de los juicios es la ausen: cia de acusaciones de demonismo. Durante el tercer periodo, de 1375 a 1435, no solo aument6 el niimero de procesos, sino que los cargos de demonismo pasaron a ser mis comunes, principalmente en Italia, Esta evolucién, facilitada por la adopcién del procedimiento inquisitorial en los tribunales locales, reflejé la asimilaci6n gradual de las acusaciones de demonismo a las de hechiceria ', La historia de los procesamientos por brujeria en Europa, iniciada en 1435, ented en uuna fase nueva y radicalmente distinta, No sélo aument6 el niimero de juicios por hechiceria, sino que aparecieron acompatiados cada vez més de acusaciones de demonismo y la caza de brujas comenz6 a asumir les diferentes caracteristicas descritas ya en este libro. El pe- riodo que va de 1435 a 1500, el ultimo estudiado por Kieckhefer, presagis las cazas masivas de finales del siglo xvt y del siglo xvu. Fue, ademas, durante este periodo cuando aparecié un gran ntimeto de tratados sobre brujeria, fendmeno que reflejé y estimuld el aumento de Ia cifta de procesos. Estos juicios del siglo xv sefialan a todos los efectos el inicio de la caza de brujas turopea 2 Este es el punto en que la historia de la caza de brujas en Euro- pa comienza a adoptar un curso un tahto sorprendente. En vez de it sganando en fuerza lentamente y encaminarse hacia los grandes pani os de finales del siglo xvt y principios del xvu, el nimero de enjui ciamientos se estabiliz6 durante Ia primera mitad del siglo xvt y en algunas zonas llegé de hecho a descender ». El descenso no se les pa- " Kicckhees, European Wieb Trice, pp 10-26 Para un en el siglo ung "Cie las cltas de juiios yejecuelones de 1490-1900 y 1900-1950 en Tlansen, CCronologa y geograia de la caza de bruja Be 86 por alto a los contempordneos. En un escrito de 1516, Martin Lu- tero afirmaba que, a pesar de la existencia de muchas brujas y hechi- ceras durante su juventud, ya «no se ofa hablar de ellas tan habitual mente» 4. Como es de esperar, hubo algunas zonas donde Lutero podria haber ofdo hablar mucho mas sobre brujas en esos mismos aftos. Entre 1507 y 1539 hubo varios juicios en el pais vasci; en Ca- talufa, en 1549; en la didcesis de Como y otras partes del norte de Italia, en las décadas de 1510 y 1520; en partes del norte del Langue- doc, entre 1519 y 1530, y en Luxemburgo, Namur, Douai y otras, zonas de los Paises Bajos, a lo largo de le primera mitad del siglo xv’, También hubo procesamientos ocasionales en lugares como Nuremberg *, pero es dificil no llegar a la conclusién de que la pri mera parte del siglo xvt fue un periodo de relativa tranquilidad por lo que respecte a la brujeria? La teduccién de la intensidad de la caza de brujas durante la pri ‘mera mitad del siglo xv" tuvo su reflejo ¢ incluso, has.a cierto punto, estuvo causada por una interrupcién en la publicacién de tratados y manuales sobre brujeria. El Malleus Maleficarum, por ejemplo, que ha bia sido enormemente popular entre 1486 y 1520 y lo volveria a set entre 1580 y 1650, no se reimprimié ni una sola vez entre 1521 y 1576, De manera similar, ninguno de los demas tratacos sobre bruje- ria escritos en el siglo xv tuvo mercado durante estos afios. Y tras la publicacién de la obra de Grillandus, Tractatus de Heretcis t Sorile- ais, en 1524, se escribié muy poco en apoyo de la caza de brujas has- ta la década de 1570. En otras palabras, si comamos la produccién de literatura sobre brujeria como indicador de la intensidad de la caza de brujas, concluiremos que a comienzos del siglo xvi se produjo cla- ramente un paréntesis, con un ligero retraso respecto de la reduccién cfectiva del nimero de juicios. En vez de una caza de brujas conti- Quellen, pp. 68-262; en Foucault, Les Procs de socllere dane 'anionne France devant les ristctions scares (Pats, 1907), pp. 297°306; y en Midelfrt, Witcb-Hlanting pp, 2012, "Kors y Peters, Witcher in Europe, p, 201 > HL Kamen, dnguision and Society in Spain inthe Siteont and Sevententh Centu- vie (Blooming, 1985, po 210-12 Mone, Fronts of Heep. 297-67 G. Bae- ‘mo, acca alle Strephe (Palermo, 1939), p. 14; Lea, Materials TM, p>. 1112-13; Le Roy Ladurie, Paysan de Langusdoe, p. 408. J. Delumeau, Catholic between Lather and Voltaire A New View of the Counter Reformation (Landes, 1977, pp. 1701 «HH. Kunstmann, Zaubenouia und Hexenprozel ts der Ketcbtat Nenaberg (Nu remberg, 1970), pp. 39.73, 7 Tevor Roper, «Witch-Crazer,p. 136 240 Lacxze de brojes nua en Europa, se dieron en realidad dos campafas separadas: un ataque temprano, geogréficamente limitado, a finales del siglo xv, y tuna caza mucho mis intensa y extendida a finales del xvi y en el sic alo xvn. El aletargamiento de la caza de brujas durante los primeros aftos del siglo xv1 estuvo causado en parte por los efectos combinados del escepticismo erudito y el choque inicial de la Reforina. Este periodo fue testigo de la difusién del humanismo renacentista por toda Euro- ay, aunque los humanistas no consiguieron socavar el concepto acumulativo de brujeria, atacaron algunas de sus partes asi como la mentalidad escolistica, que se habia mostrado receptiva hacia el mis mo, Las eriticas a la creencia en las brujas y a los procesos que pode- ‘mos encontrar en escritos de hombres como Erasmo, Alciati, Pom. ponazziy Agrippa, pudieron haber hecho vacilat en distintas autoridades durante un breve lapso de tiempo su decisi6n de perse- Buir @ un gran ndmero de brujas 6, Su insistencia en la posiilided de practicar Ia magia natural sin ayuda de demonios y en que las brujas eran seres inofensivos vietimas de un engafio tuvo al menos el efecto de suscitar dudas sobre la realidad del deli. Al mismo tiempo pro. sres6 en Alemania, sobte todo en la obra del predicador Martin Plantsch de Tubinga, la idea de que Dios era responsable directo de muchos de los desastres naturales, como las granizadas, atribuidos a menudo a la brujeria °. Este escepticismo del siglo xv fue expuesto ‘con méxima claridad por el tolerante médico humanista Johann We- yer La influencia de la Reforma protestante en la reduccién de los tocesamientos por brujeria en la primera parte del siglo xvt es un asunto mis complejo y problemiticp. Hay pocas dudas sobre el he cho de que los eser20e combinudos dels refoamas prorewante y cutdlica contribuyeron notablemente.a fomentar los procesos por brujeria a finales del siglo xvi y en el siglo xv Sin embargo, durante los primeros aftos de la Reforma, la desintegracidn de la eristiandad medieval y la intensa controversia suscitada en torno a este hecho pudo haber servido para distraer a las élites europeas de la tarea de |i caza de brujas de manera similar a como las campafias bélicas pu vans, Habsburg Monarchy p. 402, ateibuye la ausencia de procesam durante este tiempo a euna stmésfera de humanism, tl relative urbanidad * Oberman, Mites ofthe Reformation, pp. 158-83, Conologia y geopratia dele cuz de bras 2a dieron impedir que se produjeran dichas cazas. Més en concreto, el rechazo del catolicismo romano manifestado por los protestantes lle ¥6 a los reformadores de manera natural a desear formular sus pro- pias teorias sobre la brujerfa, en vez de apoyarse en la abra de los de. monélogos ¢ inquisidores catdlicas del siglo xv. La teoria protestante que acabé naciendo fue, en realidad, muy similar y en muchos aspec- tos indistinguible de le de su antecesora catélica, pero el proceso de formulacién de una teoria nominalmente protestante necesit6 tiem po. Lo menos que puede decirse es que el evidente rechazo de la teoria catélica de la brujerfa contribuyé a un descenso en la deman: da de los viejos tratados del siglo xv. Finalmente y sobre todo, el re- chazo protestante de la Inquisicién, su revisién dristica de toda juris diccién eclesidstica y la transferencia de gran parte de la misma de los tribunales de la Iglesia a los civiles supuso amplias alteraciones en Ja maquinaria judicial utilizada para procesar a las brujas. Incluso en zonas catélicas, el paso de la jurisdiccién sobre la brujetfa a los tribu: nales civiles requitié tanto la aprobacién de leyes especificas que la facilitaran como la aceptacién por parte de los magistrados laicos de la necesidad de ponerla en prictica Durante las décadas de 1550, 1560 y 1570 hubo muchos signos de que Europa sc hallaba en el umbral de un nuevo estillido de caza de brujas, mucho mas intenso y extendido que el asalto inicial de finales del siglo xv. Durante estas décadas se produjeron pocos péni- cos de masas pero si un notable aumento en el mtimero de juicios in dividuales y pequefias cazas. Ademés, por esas mismas fechas, se aprobaron en Inglaterra, Escocia y los territorios alemanes varias le yes sobre brujerfa. ¥ lo que es tds significative: durante estas tres décadas, tedlogos, juristas y otros intelectuales superaron sus dudas respecto a la brujeria, con el resultado ultimo de la refutacién de ‘Weyer realizada por Thomas Erastus y Jean Bodin , La reanudacién de las reimpresiones del Malleus Maleficarum, asi como le publicacién por primera vez de algunos tratados del siglo xv que sélo habjan per. vivido en manuscrito (como el Flagellum hacreticorum fascinariorunt, de Nicholas Jacquicr) fue un aviso de que el petiodo de escepticismo habia pasado y estaba al acecho todo un nuevo grupo de autores de esctitos sobre brujeria como Boguet, De Lancre, Guazz0 y Del Rio "© Montes, Eurpean Wich, pp. 55:71. Sobre la desaparicgn del escepicismo ‘en Luxemburgo, eft. Dupont-Bouchat, «Repression», p. 87. _ ° 22 La caza de bros que utilizarfan las pruebas obtenidas en los juicios del siglo xvt para confirmar su realidad, incrementar el miedo a ella y proporcionar tuna guia para su procesamiento eficaz La reanimacién de los procesos por brujeria y su intensificacién sin precedentes a finales del siglo xvt reflej6 no sélo la solucién de las dudas de las personas instruidas y la liquidaciGu de la incertidum: bre jurisdiccional sino también el impacto de las reformas, tanto pro- testante como catdlica, en las vidas de miles de europeos, En aquel tiempo la Biblia, con su sentencia literal de muerte contra las brujas, citculaba ampliamente en traducciones vernéculas; los predicadores habfan declarado la guerra @ a magia en todas sus formas, y el proce- so de cristianizacién habia contribuido a cultivar sentimientos de su: perioridad moral y de culpa que tuvieron una parte muy importante en la caza de brujas. Para agravar la situacién, el conflicto entre pro: testantismo y catolicismo, por un lado, y entre las diversas formas de protestantismo, por otro, comenzé a aleanzar su punto culminante, circunstancia que reforzé el miedo al diablo y la hostilidad hacia la brujeria Un factor tiltimo y quizé decisivo en la intensificacién de la caza de brujas a finales del siglo xv1 fue el comienzo de uno de los perio- dos de cien afios econémicamente mas erriticos y politicamente mis inestables de la historia de Europa. Durante los afios que van de 1550 a 1650, Europa experimenté una inflacién continua, una transi cin hacia la agricultura comercial, una serie de hambrunas (la peor de ellas en la década de 1590), varias depresiones en el comercio y una situacién calificada de crisis productiva . La agitacién politica adopté Ia forma de un conjunto de sublevaciones provinciales, gue- ras civiles y religiosas y hasta revoluciones nacionales. Ademés, en muchas partes de Europa hubo Serias epidemias de peste y otras en- fermedades en una escala desconocida a principios del siglo xv. Estos sucesos agravaron hasta cierto punto los conilictos personales gue solian expresarse en acusaciones de brujeria. Su principal efecto fue, sin embargo, el de alimentar un estado de ansiedad que estimuls cl auge de la caza de brujas. ‘Aunque las décadas de 1550, 1560 y 1570 conocieron un incre- vor Roper, «European Witeh-Cenzes, pp. 197-40, 12 Ver E. Hobsbawm, «Ihe Crisis of the Seventeenth Century, en: Cit in Euro- ‘6 1560-1660 eT. Aston (Nueva York, 1969) pp. 5-62 Gronologlay geografa de la caza de beujas 28 mento del ntimero de procesamientos, Europa no entré en el periodo de juicios masivos y grandes cazas hasta las de 1580 y 1590, a pesar de que esas cazas no se iniciaron en algunos paises hasta algunas décadas ins tarde. Sin estedisticas completas, es dificil determinar cual de los decenios entre 1580 y 1650 fue el de mayor intensidad en la caza de brujas. La década de 1580 fue especialmente wila en Suica y Tos Paises Bajos; la de 1590, en Francia, los Paises Bajos y Escocis; la de 1600 cn la regidn del Jura y en muchos Estados alemanes; la de 1610 en Espafa, y las de 1620 y 1630 en Alemania. Por lo que respecta a las meras cifras, los afios entre 1610 y 1630, testigos de cientos de ejecuciones en lugares como Wiirzburg, Bamberga y Ellwangen, fueron provablemente los peores. Los afios entre 1580 y 1650 fueron, sin duda, el perisdo culminante de la caza de brujas en Europa. Bl episodio no concluyé totalmente has- ta cien atios después pero, incluso en medio de este perodo slgido, hu- bo sefiales de que el fendmeno comenzaria pronto a perder fuerzas. En Espaia, el momento crucial se dio en la década de 1610 y en Francia cen la de 1620, mientras que los juicios masivos en Alemania, sobte todo los celebrados entre 1627 y 1632, generaron una crisis de confianza que dio lugar a dristicas reducciones en la intensidad de los procesos ¥. In alaterra conocié su caza mas importante en la década de 1640, Escocia en la de 1660 y Suecia y Finlandia a finales de la misma y comienzos de la de 1670, peto pasados estos traumas, todos los paises experimentaron disminuciones lamativas en la caza de brujas. En 1675, los tinicos que no habian soportado Ia arremetida plena de la caza de Erujas eran Aus tsia, Hungria, Transilvania, Polonia y Nueva Inglaterrs 4, El petiodo que va de 1675 a 1750 fue en la mayor parte de Europs un tiempo de reflujo en los procesamientos de brujas y los juicios que se llevaron a cabo sslo implicaron en general a uno o dos acusados. Pautas geogrificas Cualquier intento de establecet pautas cronolégicas amplias en la caza de brujas europea se complica debido a las variantes regionales. Al- Ver Midelfort, Witeh-Mantng pp. 121-163, Bylo, Hexenglade, p. 160; Evans, Habsburg Monarchy, pp. 4045. Baranowski, Procsy Cesroonc 179, a aca de bras gunas pautas claras resultan evidentes, pero la caza de brujas se ini ci6, alcanzé su cima y decayé en tiempos y lugares diferentes. Para complicar atin més las cosas, la suma total de procesos, condenas y ejecuciones varié considerablemente en los diferentes Estados y re giones de Europa. Un estudio completo de estas pautas regionales, subdividide por proviueias particulates, coududos y ciuddes, seria imposible de emprender en un estudio de esta naturaleza. Podemos, sin embargo, determinar algunas de las pautas geograficas mis am- plias. La eleccién de las unidades geogrificas mas apropiadas para tal comparacién presenta ciertas dificultades. $i recurtiéramos a las fron: teras politicas de los Estados soberanos, deberiamos tratar por sepa- rado cada uno de los Estados individuales de Alemania e Italia y los diversos reinos de Espaiia y tendriamos ademas que tener en cuenta los cambios de soberania ocurridos en muchas zonas de Europa du- rante la Edad Moderna. Si utilizamos el criterio de la lengua, no podremos analizar el caso de Suiza, 0 el de Escocia como unidades aparte. Las regiones ‘geogrificas de dimensiones medias son, quiza, las mas susceptibles de anilisis y en esta categoria contamos con estudios muy excepcionales realizados por Midelfort para el sudoeste de Alemania, de Schormann para el noroeste de la misma nacién, de Behringer para Baviera, de Muchembled y Dupont-Bouchat para los Paises Bajos, de Monter para la regién del Jura y de Demos para Nueva Inglaterra, A ment lo, sin embargo, resulta dificil encontrar otras regiones con las que compararlas de manera adecuada y legitima, ¢ incluso cuando se con- sigue definir tales zonas no se suele disponer de suficientes datos como para establecer comparaciones significativas. En funcién de lo ue se propone nuestro estudio, analizaremos cinco zonas de Europa notablemente extensas: (1) Europa occidental y Centroeuropa occi- dental: Alemania, Francia, Suiza y los Paises Bajos; (2) las Islas Brita nicas y las posesiones ultramarinas britdnicas: Inglaterra, Escocia, Ir Janda y la América colonial; (3) Escandinavia: Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia; (4) Centroeuropa oriental y Europa del este: Polo: nia, Hungria, Transilvania y Rusia, y (5) Europa meridional: Italia, la peninsula ibérica y los imperios coloniales de Espaiia y Portugal. Ex: cluiremos la zona controlada de hecho por el imperio otomano, a ex: cepcién de las provincias relativamente auténomas de Moldavia y Valaquia, pues en ella no se emprendiefon procesos por bryjeria Dentro de cada una de estas grandes zonas, hubo algunas diferencias CCronologia y geogralia de a za de bruja 25 regionales y nacionales acentuadas en lo que respecta a la caza de brujas. Las diferencias fueron, por ejemplo, significativas entre Fran- cia y Alemania, Inglaterra y Escocia, Noruega y Suecia, Polonia y Ru- sia y Espafia c Italia, Pero estas amplias zonas tertitoriales, ademas de ser geogrificamente bastante coherentes, muestran un auimero sufi ciente de similitudes en cuanto a la caza de brujas como pata consi- derar valiosas las comparaciones mas amplias. Estas similitudes hun- den sus raices en diversas caracteristicas religiosas, legales y politicas compartidas por los paises de cada una de las zonas. Europa occidental y Centroeuropa occidental La inmensa mayorfa de los procesos por brujeria —quiza hasta tun 75 por ciento— se dieron en Alemania, Francia, Suiza y los Paises Bajos, una zona que contenia aproximadamente la mitad de la pobla- cién de Europa. No es de extrafar que fuera también la region don- de se produjeron las cazas y los panicos mas importantes y dichos pé- nicos explican principalmente por qué la cifta total de procesos cjecuciones fue desproporcionadamente elevada. Durante los prime ros afios de la caza, la mayoria de los procesos se dieron en Francia, sobre todo en las dreas de la parte este del pais limitrofes con Suiza y los territorios de Borgofia. Sin embargo, para finales cel siglo xvi, cuando la caza entré en su fase mas intensa, Alemania se habia con vertido en el centro de los procesamientos. Los juicios continuaron en Francia, especialmente en las regiones limitrofes del sur, y hubo varios casos urbanos de posesin demoniaca que motivaron process: rmientos por brujeria. Pero los panicos mas importantes ce finales del siglo vty del siglo xvu se dieron en los teritorios de habla alemana, Mis de la mitad del tertitorio de-la zona occidental y central oc- cidental caia dentro del Sacro Imperio Romano. En 1559, el Imperio se extendié tanto hacia el oeste y el sur que legs a comprender todos los Paises Bajos y el Franco-Condado (sometidos el control ¢s- pafiol), la Confederacién Helvética ¢ incluso partes del norte de Ita lia, mientras que por el este abarcaba Bohemia, Austria y Silesia, En 1648 sus fronteras se habian reducido considerablemente al haber fijado su propia identidad las provincias del norte de los Paises Bajos y la Confederacién Helvética, mientras que los ducados de Saboya, Mildn, Génova y Toscana no se incluian ya dentro de él. El desplaza. 246 La eaza de brojas miento de las fronteres del Imperio hace dificil cualquier intento de calcular el ntimero total de juicios por brujeria emprendidos en sus te rritorios, pero no ¢s itrazonable asegurar que la cifta fue significative mente mayor que la de todas las demés partes de Europa juntes °. Si ‘nos limitamos a los territorios de habla alemans dentro del Imperio el ‘imero de procesamientos fue por lo menos de 30.000 y posiblemente La debilidad politica del Imperio pudo haber sido el motivo part cular mas importante de la alta concentraciGn de juicios por brujeria cn esa parte de Europa. El Imperio era una confederacién muy laxa de hhumerosos pequefios reinos, principados, ducados y territorios que ac tuaban como Estados soberanos 0 cuasi soberanos. Algunos de estos territorios, como los Paises Bajos espafoles, estaban en posesién de go. bernantes extranjeros. Otros dependian de unidades mayores dentro del Imperio, como Montbéliard, que se hallaba técnicamente bajo la soberania del duque de Wiirttemberg, Otros més eran territorios ecle- sigsticos sometidos al control de un principe obispo o un abad. Habia ademas varias ciudades imperiales que, aun manteniendo una relacién directa con la estructura imperial, actuaban con relativa autonomia. El cfecto judicial de toda esta diversidad y descentralizacién politica era el de dar en la prictica autonomia judicial a unidades politicas relativa mente pequefas, El Imperio mismo proporcionaba escasa unidad legal y ejercia muy poco control judicial sobre las actividades de los diversos tribunales que conocian casos por brujeria. En 1552 otorgé a la total dad del Imperio un cddigo legal, la Carolina, pero no brindd mecanis- mos eficaces para su aplicacién. No habia jueces itinerantes que garan- tizaran el mantenimiento del cédigo ni un procedimiento para apelar de forma regular ante el tribunal supremo imperial de Espira. Las mis mas unidades politicas mayores en el interior del Imperio, al ser Estados patrimoniales débiles o coAfederaciones de entidades menores, no lograban muchas veces ejercer un control judicial efectivo sobre los diversos tribunales que actuaban en el interior de sus territorios. Asi pues, en la mayoria de los casos, los juicios contra las brujas en Alema. nia se confiaban a tribunales que ejercian su jurisdiccién sobre un area gcogrifica relativamente pequeita ' Montes, «The Pedestal and che Stakes, p. 130, afirma que mis de la mitad de las eecuciones se levaron a abo al. i Ver Schormann, Hexrprozase in Deuscblond p71. Behringer, aEehab sich das gue Lands clela 20000 eecuciones para oda Amana Cronologiay geografla de la cuz de brujes 27 El predominio de la pauta del particularismo jurisdiccional en Alemania significé que la caza de brujas podia desarrollarse ficilmen- te sin control, Seria una exageracién afirmar que esta situacién con- cedia a cada sefior, patroco © magistrado la libertad de «quemar a placer», pero los jueces alemanes disponian de una discrecionalidad en el tratamiento de los casos de brujeria que habia sido envidiada sin duda por algunos celosos cazadores de brujas ce otras partes de Europa ". Uno de los ejemplos més llamativos de este tipo de inde. pendencia jurisdiccional fue el de la Fiistpropstei de Ellwangen, un diminuto territorio catélico en el sudoeste de Alemania casi comple tamente independiente de cualquier control externo politico y ecle siastico que nunca permitié apelaciones a tribunales superiores. No es de extrafiar que Ellwangen fuera el lugar de una de las cazas de brujas més graves de la historia de Alemania, suceso que se cobré las vvidas de unas 400 personas entre 1611 y 1618 #, La distribucién de los procesos por brujeria en el Impetio presta tun apoyo complementatio a la tesis de que el tamafio de las unidades jurisdiccionales alemanas tuvo mucho que ver con ks intensidad de la caza de brujas, Sin pretender simplificar en exceso una situacidn in- mensamente compleja, podemos dividir Alemania en dos regiones, tuna de las cuales conocié cazas de brujas mucho més fuertes que la otra, Los territorios que ejercieron un control relativo se hallaban en su mayoria en el norte y el este, con la notable excepcidn a esta regla del ducado nororiental de Mecklemburgo, un punto especialmente negro en la historia de la brujeria alemana, Los principales centros de caza de brujas se encontraban, no obstante, hacia el sur y el oeste, en tuna amplia zona que incluia Wiireburg, Bamberg, Fichstitt, Wirt temberg y Ellwangen, por mencionar sélo unas pocas localidades con cazas de brujas famosas. Como ha mostrado Gethard Schormann, existen varias diferencias entre estas dos regiones, pero una de las ‘mis significativas es que las zonas norte y este estaban compuestas por unidades politicas mucho menos fragmentadas que las del sur y este, De acuerdo con esta tesis, Schormann clasifica el gran prin- cipado suroriental de Baviera entre los tettitorios septentrionales y © Lea, Material HI, p. 1231, "8 Midelfor, Witc-Hurting’ pp, 98-100, '» Schormann, Hesenprozise in Deutschland, pp 65:66, La topograta de ambas te Biones s también diferente. Ei norte y este son sobre too tera: baja, mientras que el sur y el oeste se earacterizan por sus montains de atitud medi, 248 La caza de brujas orientales, pues ejecuté a un niimero de brujas relativamente peque- fio para una unidad politica de sus dimensiones ®. Si incluimos en cesie esquema los paises igualmente grandes de Austria y Bohemia (ambos dentro del Imperio), la relacidn entre el tamafio de las unida des politicas auténomas y la intensidad de la caza de brujas se hace aiin mis clara. La cilra total de ejecuciones en Austria rond6 proba- blemente las 900 y en Bohemia Iss 1,000. La gran mayoria de estos procesos tuvo lugar a finales del siglo xvi y en el siglo xvi, algo des. pués de lo ocutrido con el grueso de los procesamientos en Alema: ‘Aunque los tribunales locales alemanes no tenian que enfrentarse por lo general a apelaciones ante los tribunales imperiales o a super visiones por parte de autoridades judiciales imperiales, se les solicita ba que consultaran con las universidades en casos de brujeria. Esta demands, incluida en el Articulo 109 de la Carolina, pretendia ayu: dar a los jueces locales a resolver las complejidades del procedimien- to criminal en un terreno legal con el que no solian estar familiarize dos, Antes de proceder a la tortura y dictar sentencia, solian enviar informes a la facultad de leyes de la universidad mis préxima (a co- mienzos del siglo xvu habia veintitrés en el Imperio) en demanda de consejo. En vez de conducir « una mayor moderacién y cautela en los procesos por brujeria, como solia suceder al intervenit las autori dades centrales, esta prictica tuvo habitualmente el efecto contratio. De hecho, dado que las universidades eran centros para el desarrollo y difusién de la teoria demonoldgica, la consulta con juristas eruditos ayud6 a exponer las ideas satanistas a los magistrados locales, cuyas cteencias no eran a veces diferentes de las de los simples campesi ros ”, Asf pues, en este caso, la determinacién local de eliminar la ® Behringer, Hexeneroleung ix Bayernp 69, calcula que bubo de 1.000 a 1.500 cjecuciones en toda ia region del surest de Alemania. Enel aniguo ducado de Bx ‘eve (principado a partir de 1623 y,seguidamente, clectorado) hubo quia tan s6lo {unas 300 jecuciones, Puera del prineipado, la epi se carateraba por una ampli, Fragmentacon politica Lat jurisdicclones menorestuvieton un papel desproporciona damente importante en cl panico de 1590, Ver pp. 139-40. Pars una sere de compa factones ene fa totalided de la reyign suroriental y otras partes de Alemania, cf Behringer, «Brhob sch das ganze Lands, pp. 133. or Behsinges, Hexenverolgumg tv Bayern p. 414; Evans, Habsburg Monarcb, pp. 40217. Byloll Hexenglnbe, pp. 15940, caleuls en 1.700 los individuos acusados en ‘usta pero admite que facta pudo ascender «5.000, Ver Midelfor, sfleatand of the Witeheraze, p30; Lea, Mates UI, pp. 1229, 1246, 1251 Schormann, Hesenpozese in Nordwesdeschland, pp. 1589; 8 Lo Cronologa y geografia de la caza de brojas 29 brujeria se vio fortalecida més que debilitada por la intervencidn de autoridades judiciales «superiores Si dejamos el Sacro Imperio Romano, podemos comprobar ain Ja importancia de los factores jurisdiccionales en la determinacién de Ia intensidad de la caza de brujas en el territorio que fue ‘corazén’ de la bruieria. En Suiza, donde se ha calculado que fueron ejecutadas 10.000 brujas 8, el cuadro es extremadamente complejo, puesto que la Confederacién era religiosa, cultural y lingiisticamente pluralist Los cantones eran también jurisdiccionalmente aut6nomos, situacién que no sdlo fomenté la diversidad de pautas en la caza de brujas sino gue posibilité, ademas, su descontrol. La gravedad de la caza de bru jas en Suiza queda ilustrada de manera excelente por el caso del Pays de Vaud, donde fueron ejecutadas més del 90 por ciento de las per sonas juzgedas por brujeria y donde la cifra total de victimas supers las 3.000. Por el contrario, Ginebra, a pesar de vivir de tiempo en tiempo algunos graves brotes de panico por la propagacisn de la pes te, tuvo unas marcas muy bajas de procesos por brujeria*. ‘A medida que nos trasladamos al norte de Suiza nos encontra mos con una franja de tertitorios que, aun perteneciendo técnica- mente al Imperio, eran pricticamente auténomos, como el Franco Condado, Lorena y los Paises Bajos. En todas estas zonas la caza de brujas resulto estimulada por la independencia jurisdiccional de facto, a pesar de que en el caso de las posesiones espatiolas la situacién se vio agravada por los intentos de los agentes reales de definir la bruje- ria como delito y fomentar su. procesamiento. En estas areas se pro dujo de hecho una combinacién mortifera de implicacién central y local en la caza de brujas, pues el rey de Espafia, el Emperador del Sacro Imperio Romano y el archiduque de Borgoia sroporcionaban Ia legislacin, y a veces la inspiracién inicial, para las mismas y los pe- quefios ducedos o Estados poseian la libertad de prozeder a su anto- jo ®. Como es de esperar, los procesos por brujeria se cobraron un ‘enn, Aliowarendung und Hexenproxeh Dagestan Beipe der Jrtenlltten Ros- see eager ose ae atm ° "Las ees de 8888 acurtionesy 3417 ejecucions dada por Bader, Hexenro- sexe inde Schuee pp aise ton defnivamene demasiado bss Cle Beings, ‘Ethab sich das ganze Land, pp 1629. 2° Montes, Rinal Mggh and hic. 4, se sir omertar us aaabiconss genes tor brace Boned digesta 250 Le eaza de brojas clevado precio en estos pequeiios territorios. En Lorena, donde Nico- las Remy envid a la muerte a mas de 800 brujas entre 1586 y 1595 ya ras de 2.000 a lo largo de su carrera, los viajeros pudicron ver «miles y miles de patibulos a los que estén atadas las brujas para ser quema das» *, De los 3.000 individuos juzgados por brujeria en Lorena entre 1580 y 1630, alrededor del 90 por cien fueron declarados culpables ”, En Luxemburgo hubo 398 eecuciones entre 1509 y 1687, y muchas ‘mas en otras partes de los Paises Bajos espafioles *. Las tinicas’unidades politicas de esta parte de Europa que no se ajustan a la pauta general de intensa actividad procesal fueron los Pai- ses Bajos del Norte. En esta region, con mas de un millén de habitan- tes, se ejecut6 a menos de 150 brujas, Las ejecuciones por brujeria ter rminaron ademas antes en esta regién que en cualquier otra parte de Europa. Holanda conocis algunes grandes cazas de brujas en las pro vincias de Groninga, Utrecht y Brabante del Norte, pero en ninguna de estas zonas se ejecuté a tantas brujas como en la region de Limburgo, que por esas fechas no se habia incorporado atin al pais”. La probabilidad de recurrie a los factores jurisdiccionales, que tan- to cuentan para dar razén de la intensidad de los procesos en tantas partes de Alemania, es escasa cuando se trata de explicar las pautas se guidas en Holands. Bl sistema judicial estaba globalmente muy descen- tralizado —situacién que en otras partes facilit6 los procesamientos— y el grado de control central en cada provincia era muy variado ®, No obstante, es digno de sefialar que en la provincia de Frisia, donde la 2B Boguet, Exemen of Witches, p. xxxit; Remy, Demonolany, p. 36, habla de no menos de B00 cjecucionesy aun nimero casi igual» que habia hide 0 superado la tortura Sobte el ealeulo de un total de 2000:3.000 ejecuciones, eft. C. Piste tas Remy eta sorelerie en Loreane& afin du xv sel et: Rese Hiroe, 9 (5071p 239. 27 Briggs, «Witchcraft and Popular Mentality in Loreuine, 1580-1630, en: Oc alt and Scientific Moats the Renaian, ef. Brian Vickers (Cambridge, 1989) p 3a, °® Dupont-Bouchat, «Repression» p. 127 2 M Gijswieotsrs, «Six Centuries of Wicheraf in the Netherlands», ene Wit. erat inthe Netherland, ed. M. Glew Holsira y W. Fribott owterdam, 199, pp. 25:30. AF, Soman, «Decriminalizing Witcherat: Does the French Expericnce For fish « European Model? en: Criminal Juice History 10 (1989), p. 17, considera 2 Holanda, dande una judicatura deseenralizad logré muy pronto que decayera la ex tade bras, una excepciin ala rela predominante en la mayoria de las juisdiecio: ‘es europeat CCeonologia y geogrfia de Ia exza de brojas 251 justicia estaba centralizada, no hubo précticamente procesos, mien: twas que en la de Groninga, donde los tribunales locales disponian de tuna considerable libertad de accién, se produjeron dos cazas de bru: jas bastante importantes en el siglo xvt > La principal explicacién de la levedad de la caza de brujas en Holanda parece ser mas bien ideolégica que judicial. Aunque los jue: ces holandeses disponian de todos los instrumentos procesales para efectuar cazas de brujas masivas, incluido el derecho a la utilizacién de la tortura, nunca creyeron que las brujas estuvieran involucradas en las actividades descritas por la literatura demonoldgice. El concep- to acumulativo de brujeria se desarrollé en Holanda lentamente y, cuando por fin aparecié, nunca halld un suelo fériil % Los magistra dos aceptaron la realidad del pacto con el diablo, pero jamés la ni cin de una vasta conspiracién diabdlica. Sin esta creencia aterrado- ra, era mas probable que respetaran las reglas de cautela judicial que tenian a mano. Al dar razén de la debilidad de le caza de brujas en Holanda, merece la pena considerar otras dos explicaciones. La primera fue la intensa dedicacién del pais a la lucha por independizarse de Espatia, conflicto que requirié todos sus esfuerzos entre 1568 y 1609 y no se resolvié formalmente hasta 1648. Como hemos mencionado més arti- ba, los procesos por brujeria no se producian en general durante los periodos de guerra o crisis politica doméstica y, en ests caso, el con: flicto con Espaiia cubrié toda la época de la caza de brujas. La se zgunda explicacién fue la resistencia de las autoridades, tanto catoli- cas como protestantes, « intervenir en campafias contra la magia y la supersticién. Esas mismas autoridades fueron reticentes a prestar ayuda a las autoridades civiles para la deteccién y prozesamiento de las brujas Volviendo finalmente nuestra atencién a Francia, se plantea la cuestién de si los factores politicos o jurisdiccionales fueron tan im: portantes como en el Imperio para determinar la intensidad de la ca za de brujas. El modelo general de los procesamientos por brujerfa, sobre todo después de que los tribunales civiles asumieran la carga principal de los procesos en el siglo xv, hace pensar que si lo fueron 2% Gijewii Hofstra, Six Centuries, pp. 31-2 21 M,Gielis, «The Netherlandic Theologians’ Views of Witchereft andthe Devils Pacts, en: Wichoraf tbe Neterlends, p. 37-92. 22 Lacuaa de bras Las zonas de Francia més duramente afectadas por la brujeria se si tuaban en las fronteras del reino: el norte, el este, Languedoc, el st roeste y (con retraso) Normandia, Todas estas reas opusieron resis- tencia a los esfuerzos de la monarquia francesa por estableccr un Estado centralizado y absolutista ®., Es posible que esta situacién Ile vara a los jueces reales a incoar procesos por brujerfa como parte del programa para disciplinar y cristianizar a la poblacién y contener la rebelidn en estas regiones marginales. Segtin hemos visto, los contem: porsineos asociaron brujeria y rebelién en el Languedoc de manera al menos parcialmente correcta. Pero la razén principal de la intensidad de le caza de brujas en las regiones periféricas de Francia es que sus tribunales actuaban con mayor independencia del control central gu- bernamental que las del centro del pais. Y, segtin sabemos por los juicios celebrados en Rouen a finales del siglo xv, el derecho de las localidades patticulares a procesar brujas sin intromisién del gobier- ‘no cenital fue una de las muchas cuestiones que enfrentaron @ Luis XIV con las diversas provincias de su reino > La lucha entre el centro y la periferia en Francia tuvo, por tanto, mucho que ver con los procesos por brujeria en este reino, y el notable éxito del pais en la implantacién de una monarquia central en los siglos xvi y xvm ayuda considerablemente a explicar por qué dentro de sus fronteras se ejecuté a muchas menos brujas que en ‘Alemania. Otro factor relacionado también con este proceso de cen- tralizacién fue el sistema regular de apelaciones desde los tribunales locales a los ocho parlements provinciales. En algunos casos, como en Normand{a en la década de 1590, cuando el parlement provincial de Rouen avalé y confirmé plenamente sentencias que habian sido obje- to de apelacion, este sistema de control provincial contribuyé poco a disuadir a las autoridades locales tn su voluntad de continuar los procesos. Pero la revocacién de muchas sentencias por el parlement de Paris, que ejercia una jurisdicciéii-de apelacién sobre la mayor parte del norte de Francia y marcaba las pautas para los demas parla- mentos provinciales, tuvo un efecto disuasorio sobre el fendmeno ge- neral de la caza de brujas en Francia, Ello explica, més que cualquier otro factor particular, por qué Francia, con una poblacién sélo poco menor que la del Imperio, procesé a muchas menos brujas. Mientras 9 Machembled, «Satan ou les hommes?» p18 3 Mandrou, Magistrate Soros, pp. 449.62, CCeonologia y geogralia de la casa de bros 253 no se hayan realizado mas estudios de las actas de los parlements pro- vinciales, la mayoria de los edlculos seguiran siendo meres conjeturas, pero no estaria fuera de lugar sugerir una cifra de 4000 personas para las zonas sometidas directamente a la jurisdiccién del rey. Las ci- fras de cjecuciones ilegales, como las 300 efectuadas en las Ardenas a principios del siglo xvu, podrian aumentar algo mis ese ntimicro *: ero, aun asi, la mayor cantidad resultante no significar’a una perse- cucién judicial mucho mayor que la de Inglaterra, si tenemos en cuenta el tamafio relativo de la poblacién de ambos patses. La concentracién de la gran mayoria de los procesos por brujeria en el nticleo central occidental de Europa tuvo causas tanto religio- sas como politicas y judiciales. Es incuestionable que se trataba de la regin eclesidsticamente mas inestable de toda Europa. Fue vivero de + herejias a finales de la Edad Media y centro de la Reforma protestan- te. Tras la Reforma, la region se sumi6 en la inestabilidad eclesiéstica; algunas zonas cambiaron de afiliaciGn religiosa mas de una vez y coiras pasaron a ser pluralistas en lo religioso. En Alemania, cada prin- cipe determinaba la religién de su territorio a partir de 1556, mien- tas que en Francia hubo un periodo de relativa tolerancia religiosa de 1598 a 1685, No obstante, a lo largo del pais existian niuchas 20- nas religiosamente divididas y ef conflicto confesional fue amplio, tanto en Francia como en Alemania, Todas estas disensiones, inesta- bilidades y diversidad religiosa fomentaron los procesos por brujeria. La mera tradicién de disidencia hizo, como es natural, que las autori dades tomaran conciencia de la posibilidad de la brujer'a, pues, a fin de cuentas, se trataba de un brote nuevo y especialmente virulento de herejia. La estrecha proximidad con los partidarios de una fe rival pudo haber fortalecido la conciencia del diablo en estas zonas, mien- > ara Ia zona sometida 1 Ia jursdiccién del pariement de Paris disponemos de acias de 1.288 apelaciones y 954 casos que nunca llegaron a esta fase A. Soman, ‘STrente procés de sorelleri dans le Perche (1366-1624), pp. 42-7. riggs, Communi= ties of Belch p12, sugiere que Francia, en conjunto, no padecio un aivel de proces micntossignificstivamente superior al de Inglaterra, si se tiene en cucota el tamafo Felativa de las dos poblaciones, Soman, Hleaningscs, sPaprs of Salazar, pp. 88.96. % Hlenningsen, Witter Adena pp 223. 4 D:Burke,eWircheraft and Magi in Renaissance Tialy: Giantancesco Pico and sis Sens Anglo (ed), The Daron 49 Vee Caro Baroj World of Witches, pp. 104. ; Cronologa y geograia de la cza de brujs 283 con la popularidad del Directorium Inquisitorunt de Nicholas Eymetic (1376), el manual inquisitorial mas utilizado en Italia durante el pe- riodo de la gran caza de brujas. La forma de bruje:ia descrita en el ‘manual de Eymeric ere la de la magia ritual que el autor, con criterio ficlmente escolistico, consideraba una forma de herejia, pues impli caba un pacto con el diablo. Existia una importante diferencia entre esta concepcién de la brujeria y la que mis tarde consagearon obras como el Malleus Maleficarum y los Disquisitionum de Del Rio, Eymeric no tenia nada que decir sobre el aquelarre ni tampoco sobre el male- ficium. Asi pues, al fundarse en la definicion de brujeria de Eymetic, los inquisidores italianos perpetuaron un punto de vista sobre el del- to que excluia muchos de los elementos aiiadidos al concepto acu- mulativo de brujeria después de que hubiera escrito su manual, ‘Otra razén de la relativa templanza de los procesos por brujeria en Italia y Espaiia fue la conformidad de la Inquisicién de estos pai ses con normas procesales muy estrictas. En la Edad Media los inqui sidores papales se habian hecho tristemente célebres por su uso sin restricciones de la tortura y la multitud de medios diversos por los gue prejuzgaban la causa contra el acusado, Sin embargo, en el mo- mento del inicio de la caza de brujas en Europa, los inquisidores ha- bian desarrollado un gran cuerpo de literatura cautelar y las dos ins tituciones que sucedieron a la inquisicién medieval en la Edad Moderna —las Inquisiciones espafiola y romana— mostraron ut terés excepcional por la correccién de los procedimientos judiciales. De hecho, se ha llegado a hablar del Santo Oficio romano como de ‘un pionero de la reforma judicial’ 8, A diferencia de muchos tribu- nales civiles preveia la posibilidad de proporcionar asistencia letrada; proporcioneba al acusedo una copia de los cargos y pruebas en su. contra, y atribuia muy poco peso al testimonio presentado contra sus supuestos cémplices por una persona sospechosa de brujeria ®. Una de las caracteristicas més notables del procedimiento inquisitorial tanto espatiol como romano es Ia rara utilizacién de la tortura. En Espaiia sélo se empleaba cuando existfan fuertes indicios citcunstan- ciales, pero no pruebas, y era aplicada hacia el final del juicio, inme- 2 Ma, Wich an te pasion i Vere 50.6, 2595, % J. Tedeschi, Preliminary Observations on Writing o History ofthe Roman In guistion, en: Continuity and Discontinuity in Chuoch Hitory, ed. fF. Chrch y T, George siden, 1979), p42, Ibid, pp. 2423, 234 La caza de brujes dliatamente antes de la pronunciacién de la sentencia , Incluso en la gran caza de brujas del pais vasco de 1610-1614, en la que se vie- ron implicados miles de sospechosos, la Inquisicién solo torturé a dos de las personas acusadas y, dado que la tortura permitia que sus sentencias de muerte fueran conmutadas por destierro, puede consi- derarse legitimamente como un acto de piedad "!, La nica presion para utilizar el tormento como medio deliberado para extraer confe- siones provenia de las autoridades civiles y las masas populares, gru [pos cuyas tacticas extralegales procuré limitar la Inquisicién, En Ita lia, el rechazo al uso de la tortura no fue menor 2. Los mismos benandant, miembtos de un antiguo culto de fertilidad a quienes se convencié gradualmente de ser brujos, nunca fueron torturados * La contenci6n mostrada tanto por la Inquisicién espatiola como por la romana en la aplicacién de la tortura tuvo un efecto predeci ble en la caza de brujas en ¢! mundo mediterréneo. No impidié com: pletamente que se produjeran grandes cazas, pues los estados de pa- nico locales y las epidemias de ensofaciones eran de por si capaces de proporcionar notables cantidades de sospechosos. Pero al aplicar la tortura con cottapisas, las cazas que Hegaron a darse no produje- ron tantas condenas ni condujeron a tantas ejecuciones como las grandes cazas llevadas a cabo en Alemania y Suiza. Un hecho atin ids importante es que el rechazo a aplicar la tortura impidio cl desa rollo de creencias sobre brujeria de contenidos extremistas y diabd. licos. Sin la tortura qued6 considerablemente limitada la posibilidad de convertir en delitos de conspiracién diabolica simples actos de su- persticién, pues las creencias demoniacas necesatias para apoyat ulte- Flores cazas de brujas slo podian logear una amplia legitimacién me- diante confesiones hechas bajo tortura, No se puede dudar de que, al faltar el tormento, las ideas sobre brujeria, tanto cultas como popula. res, la verian esencialmente en elpplano de la teansgresién moral indi- vidual, sin legar a considerarla un ataque en gran escala contra la ci vilizaci6n cristiana, 1 Hieoningsen, Witches’ Advocate, pp. 44, 170 ' Thidy pp. 170-1. Salazar propuso que se utlzara el mismo procedimiento con ‘otras personas acusadis de brujeria. pp, 17980 "Tedeschi, sInquistorial Law and the Witch, pp, 97-104; Matin, Wicberaf and the inguin in Vente, pp. 26°, "9 Sobre a amenaza de tortura uno de los denandant, cfr. Ginzburg, Night Bat esp 105, Cronologia y geografia de le caza de brujes Al explicar la relativa templanza de la caza de brujas en Espatia ¢ Italia debemos mencionar también un factor adicional: la fuerza del control central. Aunque los inquisidores medievales recibian siempre sus mandatos de Roma, nunca habian estado sujetos a regu: lacién 0 coordinacién central. En los siglos xvt y xv1l, sin embargo, los inquisidores perdieron su autonomia. La pérdida fue mucho mis perceptible en Fspaaa, donde en 1478 se establecié una instivucion nacional nueva sometida al rey en lugar de la inquisicién medieval, que sélo habia actuado en Aragén. El principal drgano de esta nue. va institucién fue el Consejo de la Santa y Suprema Inguisicién de Madrid, que ejercia un estticto control sobre un gran mimero de tr bunales regionales (hasta veintiuno) en toda Espesia y sus posesiones de ultramar. A principios del siglo xvr algunos de estos tribunales habian logrado una gran autonomia local, pero en 1550 el Consejo . de la Suprema impuso su autoridad sobre todos los tribunales locales #4, El efecto de esta imposicién del control cerital en el de- sarrollo de la caza de brujas results evidente en Barcelona en la dé. cada de 1530, cuando la Suprema puso fin a una caza de brujas de. terminando su derecho a confirmar todas las sentencias "5, De ‘manera atin mas impresionante, el consejo de la Suprema dio fin a la ‘gran caza de brujas de 1610-1614 en el pais vasco y asestd un serio golpe a la brujomania cuando, por recomendacién de Salazar, publi- 6 un conjunto muy estricto de normas procedimientales para los Procesos contra las brujas en todo el pais. La autoridad e influencia del Consejo de la Suprema se evidencis incluso en los procesos civi les por brujeria. En vatios casos del siglo xvu, sobre tedo en Vizca y4, en 1621, el Consejo consiguid imponer modificaciones de senten- ccias muy severas 1%, Los diversos tribunales inquisitoriales papales que actuaben en Ttalia fuera de los Estados de la Iglesia no estaban sometidos al mis mo grado de control central que los de Espaiia. Algunas de las cor poraciones regionales, como la Inquisicién de Venecia, que incluian miembros laicos representantes del gobierno secular, actuaban con cierto grado de independencia respecto de la Congregacion del San: Unless Sedaris ae 53 y Br ok BAR ee foe of Heresy op. 2646. ‘0° Hi Kamen, The Spanish Inquisition, (Nuews York, 1965), p. 145. ' Henningsen, Wilcke’ Advocte, pps 3879. 286 La eaza de brujas to Oficio de Roma '. No obstante, la Inquisicién romana tuvo cier: ‘0 éxito en sus esfuerzos por normalizar los procedimientos y prict cas de enjuiciamiento en Italia, Daba aprobacidn previa a todas las sentencias y, lo que es atin mas importante, exigia a veces que los in- quisidores provinciales ampliaran la investigacion de casos que en su opinién lo requerian !, La misma Inquisicién veneciana, que defen is eelosamente su indlependencia, consultaba a menudo con Roma asuntos de procedimiento y en algunos casos extraditaba a sospecho sos para que fueran juzgados en Roma ‘Antes de dejar la cuestién de la brujeria en la zona del Medite- rrineo, debemos considerar la tesis de Trevor-Roper segtin la cual los procesamientos de brujas en Espafia fueron relativamente benignos porque este pais dirigia toda su hostilidad contra los judios en vez de hacerlo contra las brujas. Esta tesis se basa en la suposicién de que los procesos por brujeria eran una mera manifestacién de una necesi dad mis general de la sociedad de encontrar chivos expiatorios para sus problemas y aliviar las tensiones sociales llevndolos ante los ti bunales. Brujas y judios (al igual que los herejes y otros grupos mino- ritarios) eran en cierto sentido intercambiables. Cualquiera de ellos podia servir como objeto de miedo y discriminacién social; era sim- plemente una cuestién de cual de los grupos parecia mds amenazan- te, Uno de los corolarios de este razonamiento es que la eliminacién del miedo hacia un grupo puede llevar a ejercer acciones judiciales contra el otro, puesto que la sociedad encuentra nuevos chivos ex- piatorios en cuanto puede prescindir de los anteriores. Otro corola- rio es que los funcionarios judiciales no disponen de demasiado tiempo para dedicarlo a procesat a grupos disidentes y que, por tan- to, ¢s probable que en cada momento se persiga judicialmente a uno de tales grupos El valor de esta tesis no jfasa de ser limitado para explicar la mo- deracién de la caza de brujas en Espana. Puede ayudarnos @ enten- der por qué se procesé a un niimero relativamente bajo de brujas a finales del siglo xv y principios del xvt. Aunque los inquisidores es paiioles estuvieran preocupdos por la magia ritual en los siglos x1v y xv, no mantuvieron su vigilancia cuando esa clase de magos se con- eters, Inuiitiom, pp. 109-119 es Ginzburg, Night Bales, pp. 1256, 2 eters, Inqution pL, 1 Trevot-Roper, «European Witch Craze, pp, 10-12, Ceonologia y geogralia de la caza de brujas 287 virtieron en brujos en Francia y Renania, En cambio, dirigieron su atencién casi con exclusividad a los judios, razén principal del esta blecimiento de la Inquisicién en 1478 y que soportaron toda la vio- lencia de su fuerza hasta aproximadamente 1540. Sin embargo, es di ficil atribuir la templanza de la caza de brujas en Espaiia a partir de 1540 a la presencia de chivos expiatorios judios, pues para entonces cl problema habfa quedado ya resuelto y la Inquisicién dirigia su atencién a otros asuntos. Ahora bien, podria mantenerse que el au: mento del ntimero de brujas en Espafia a partir de 1580 habria sido de hecho el resultado de la disminucién de la amenaza judia; esta afirmacién podria ser coherente con el contenido general del razona- miento de Trevor-Roper. Peto asi resulta imposible explicar la fen lanza de la caza de brujas espafola —que, segiin hemos visto, no se ha de medir por el niimero de juicios sino por la eifra de ejecucio: rnes—. Sencillamente, no hay modo de atribuir la «moderada sensa- tez» de Espafia en su trato de la cuestién de las brujas a partir de 1540 a la presencia de chivos expiatorios judios en la sociedad espa- fola. Lo cierto es que los judios no fueron procesidos durante ese tiempo y las brujas si, Las tazones del tratamiento indulgente de las, brojas tuvo mucho que ver con la naturaleza de la Inquisicién y con el modo como era entendido el delito de brujeria en ese momento, y ‘muy poco con los judios. Conclusién Al desctibir las pautas generales de la caza de krujas en Europa, los historiadores suelen comparar el continente europeo con Inglate ra, mostrando cémo la prohibicién de le tortura y la recepeién in- completa de Ia teoria demonoldgica en este pais impidieron que los, procesamientos por brujeria legaran a ser tan inmoderados y exten: sos como lo fucron en lugares como Alemania y Suiza. La compa- racidn es a la vez vilida ¢ instructiva, pero su frecuente utilizacion puede conducirnos a una visién extremadamente simplista de la geo- arafia de la brujeria europea. Por un lado, podria llevar a la conclu sién no demostrada de que Inglaterra fue el tinico pais de Europa donde las autoridades procesaron a un médico nimero de brujas Por otro, podria hacernos suponer con igual falsedad la existencia de tun modelo «continentabs europeo comin de los procesos por bruje: oo EEL 288 La caza de brajas ria. El precedente analisis regional de la brujeria deberia mostrar con cevidencia la invalidez de estas suposiciones. Inglaterra, al disponer de tun cuerpo de leyes nacional distintivo y no haber adoptado ni el de recho civil ni el procedimiento inquisitorio, pudo haber sido muy di ferente de Francia y de los diversos Estados alemanes en lo que se Tefiere a la manera de tratar el caso de las brujas (como tambien fue diferente de ellos en muchos ottos sentidos), pero no canstituyd ni mucho menos la Unica excepcién a la norma predominante en Euro. pa. Podeiamos igualmente afirmar que los procesos por brujeria en Dinamarca, Noruega, Rusia y Espafia fueron «excepcionales» por comparacidn con los modelos alemén 0 suizo. En Europa hubo, en realidad, tantas regiones donde las ideas de. monoldgicas fueron recibidas s6lo parcialmente, donde la aplicacién de la tortura estuvo eficazmente restringida, donde el indice de con dena y ejecucién en casos de brujeria se mantuvo bastante bajo y donde Jas cazas masivas de brujas se produjeron sélo en contadae ocasiones, que debemos poner seriamente en duda la existencia real en ella de una brujomania generalizeda. Hubo, sin duda, una caza de brujas general en Europa en la que participaron varios paises en gra do mayor o un tanto menor. Pero una brujomania caracterizada por uuna persecucin de multitudes de brujas sin restricciones y unida a veces a estados de painico sdlo se dio realmente en Europa occiden. tal y Centrocuropa occidental. Aunque nunca dispondremos de esta disticas completas, las cifras con que contamos nos llevan a pensar que el 75 por ciento de los procesos por brujeria se llevaron a cabo fen esa zona exiensa y muy poblada. En su interior podemos definiy los limites de la brujomania de manera ain mas estricta, pues el ni mero de juicios celebrados en el reino de Francia fue relativamente equefio, El auténtico centro de la brujomania fue la zona que abar- caba el Sacto Imperio Romano Germénico, Suiza y los distintos du cados de habla francesa y principados limitrofes con los territorios alemanes y suizos. En comparacién con esta area, todas las demés re siones —a excepcién, quiza, de Polonia— mostraron moderacidn en su persecuci6n de las brujas y templanza en su tratamiento, No existen, por supuesto, explicaciones simples para el modelo geogrifico més bien irregular de procesamientos que hemos esboza. do en su perfil mas amplio. No obstante, hablando en términos gene. rales, los mayores efectos fueron producidos por cuatro variables dis. tintas pero relacionadas. La primera fue la naturaleza de las ideas CCronologia y geogrfia de Ia caza de brajas 289 sobre brujeria en una regién concreta y la fuerza con que se mantu: vieron. All? donde la brujeria se definié primariamente como malefh cium y no como culto al diablo, las cazas de brujas tendian a ver lim tadas en su objetivo, sobre todo porque la sospecha de que alguien Practicara la hechiceria no llevaba habitualmente a la busqueda de cémplices. El contraste entre Alemania, donde la ereencia en el de. monismo estaba muy extendida, y paises como Rusia, donde practi camente no se conocia, no pudo ser mas acusada. Sin embargo, en muchas zonas, el delito de brujeria pudo definirse de ambas manctas en tal caso las teorias de demonismo podrian manifestarse sdlo de cuando en cuando y gozar tinicamente de aceptacicn limitada, Esta fue, sin duds, la situacién de Inglaterra, los parses escandinavos y Es. Pafia, yen cada uno de estos paises la pauta seguida nor los process. tientos por brujeria abarcé cierto mimero de juicios individuales por malefciue y un niimeto menor de grandes eazas pot culto al dia blo. El segundo factor importante determinante de la relativa intensi dad de los procesos por brujeria fue el sistema de procedimiento or tinal uuilzado en los tribunales. Aunque tendemos a suponer que todos los tribunales europeos, a excepcion de los de Inglaterra: s suieron el procedimiento «inquisitorion y utilizaron la tortura ‘con lena libertad, hemos visto que los juicios por brujeria eran tramite dos de muy diferentes maneras. Los métodos de incoacién de los ¢asos, las normas relativas a la tortura, las costumbres referentes a la dlesignacién de abogados y los procedimientos de apelacion de las sentencias diferian de un lugar a otro. Las diferencias procedimente les tuvieron un efecto profundo en el desarrollo de la saza de brujes, pues influyeron considerablemente en ls posibilidades de condena y ejecucidn. Los procedimientos legales tuvieron asi mismo efecto so bre la secepcién de las creencias acerca de las bruja entre la clase ju. dicial, pues la legitimacién de esas creencias a través de las confeste, nes s6lo pudo darse a menudo bajo tortura, El tercer determinante de importancia para la intensidad de los Procesamientos por brujeria fue el grado de control central judicial sobre los enjuiciamientos. El control central no actud necesarismente como fuerza de contencién en los casos de brujeria, pues algunos le, gisladores mostraron a menudo un vivisimo deseo de ver elimina {a brujeria y en ocasiones iniciaron ellos mismos las exzas de brujes Pero, por regla general, las autoridades locales (magistrados de ung 290 La caze de brvjas ciudad o pueblo determinado 0 funcionarios judiciales de una region pequeita) demostraron mas empeiio en detectar, procesar y ejecutar brujas que quienes ocupaban puestos de autoridad mas elevados en la Iglesia 0 el Estado y en estas actuaciones tendieron con més pro- babilidad a violar las normas procesales formuladas por los gobiernos centrales. La relativa templanza de la caza de brujas en Inglaterra, Suecia, Rusia y Espatia, asi como las de las zonas centrales de Fran- cia, se puede atribuir, al menos en parte, al éxito de las autoridades centrales, civiles o eclesidsticas, en su intento de coartar el entusias- mo de las autoridades locales para librar una guerra de grandes di mensiones contra los aliados de Satanés. E] factor final que debemos tener en cuenta al explicar las pautas regionales es el grado de celo religioso manifestado por los habitan- tes de una regidn determinada, Es, evidentemente, dificil medir el ce- lo religioso y ain lo es mis mostrar sus efectos sobre los procesos por brujeria, Pero esta claro que fue una fuerza motriz de muchas srandes cazas y es patente que los paises que condenaron y ejecuta ron a un gtan numero de brujas cran conocidos por su militancia cristiana, su intolerancia religiosa y su participacién vigorosa tanto en la Reforma como en la Contrarreforma. Las diferencias entre la cxza de brujas en Nueva Inglaterra y el resto de las colonias de Norteamé- rica, entre Inglaterra y Escocia, entre Polonia y Rusia y entre Italia y ‘Alemania se pueden atribuir en cierta medida a esas inasibles dife: rencias en cuanto a

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