Está en la página 1de 3

La fosa nasal

La fosa nasal es un espacio estrecho recubierto de mucosa que se extiende desde los

orificios nasales hasta el punto de paso hacia la faringe (coanas). Está dividida en dos

mitades (derecha e izquierda) por un tabique cartilaginoso.

En ambos lados de la fosa nasal se encuentran los cornetes: inferior, medio y superior.

También están los senos paranasales, espacios bilaterales llenos de aire entre los

huesos craneales y los faciales, que comunican con las fosas nasales a través de

orificios. Los senos tienen numerosas e importantes funciones, entre las cuales la

humidificación del aire, la resonancia de la voz y la protección.

Los cornetes nasales son estructuras óseas alargadas y recubiertas de mucosa nasal.

Aumentan la superficie de la fosa nasal y calientan y humidifican el aire, lo filtran y

hacen que sea menos turbolento.


Las fosas nasales, que constituyen la vía de entrada del aire que respiramos a través de

la nariz, pueden verse afectadas por distintas patologías, como el resfriado, la gripe o

la rinitis alérgica. Para aliviar los síntomas que provocan estas afecciones en la mucosa

nasal, es importante cuidar y mantener una buena higiene de las fosas nasales. En este

artículo explicamos cómo hacerlo.

Funciones de la nariz

En el ser humano, la respiración tiene lugar principalmente por la nariz, lo que

proporciona una serie de ventajas respecto a la respiración a través de la boca, como

la humidificación, el calentamiento y el filtrado del aire antes de llegar a los pulmones.

Asimismo, la respiración nasal, al ser más lenta y profunda, permite una mayor

permanencia del aire en los pulmones, proporcionando un mayor tiempo para que

tenga lugar el intercambio de gases en los alveolos. Además de participar en la

respiración, la nariz tiene otras funciones, como la olfativa o la fonatoria.

Cuidado de las fosas nasales

Una parte importante de la nariz está constituida por las fosas nasales, que son los

conductos que permiten la entrada y salida del aire a través de la nariz. Gracias a la

membrana mucosa y a los cilios que las tapizan, las fosas nasales también filtran,

calientan y humidifican el aire a su paso. De este modo, en estos conductos existe una

primera barrera de defensa frente a microorganismos, alérgenos (p.ej., el polen o el

polvo) y otras sustancias potencialmente nocivas presentes en el aire y que pueden

provocar la inflamación de la mucosa nasal, lo que se conoce como rinitis. Por este

motivo, es importante cuidar la higiene de las fosas nasales.


Cuando nos sonamos la nariz, ayudamos a nuestro organismo a eliminar la mucosidad

(junto con las partículas atrapadas) de las fosas nasales. Sin embargo, sonarse la nariz

insistentemente podría ser un factor de aparición de problemas, como, por ejemplo, la

infección de los senos paranasales (sinusitis). Además, esta práctica no consigue

eliminar la mucosidad de forma correcta. En cambio, los lavados nasales con

soluciones salinas son una buena opción para una higiene adecuada de las fosas

nasales. Por una parte, ayudan a eliminar los alérgenos, microorganismos y otras

sustancias que se encuentran en las fosas nasales y, por otra, alivian la congestión

nasal, diluyen y facilitan la eliminación de la mucosidad y favorecen la hidratación de la

mucosa nasal. De esta forma, los lavados nasales pueden ayudar a aliviar los síntomas

de la rinitis y a prevenir afecciones como la sinusitis.

También podría gustarte