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Univ. Nac.

de La Rioja-Sede: Villa Unión


7-5-2020 ÉTICA Y DEOTOLOGIA
TRABAJO PRÁCTICO N°4
Prof. De la Vega, Nélida

GRUPO
PAEZ, JIMENA Y PAEZ SOFIA
Actividad 3
Modalidad pareja
Alumnas: PAEZ, JIMENA ANABEL Y PAEZ, SOFIA DANIA.
Consignas:
1-Realizar lectura analítica de texto: Teorías Éticas Deontológicas de Àngels Varó Peral
De acuerdo a la Lectura realizada, podemos comenzar hablando de ¿qué es una teoría ética? Las
"teorías éticas" son justamente el resultado de una reflexión que a lo largo de la historia la
humanidad se preguntaba sobre los rasgos de la Moral.

Por tanto, podemos decir que las teorías éticas establecen principios que justifiquen enunciados
del tipo “Todas las personas deben hacer X” y “X es bueno”.

La Ética es una disciplina filosófica que reflexiona acerca de la validez de las acciones morales y
pretende determinar en qué consiste el bien o lo bueno. Para ello, para explicar el
comportamiento moral e intentar definir en qué consiste el bien y la felicidad y, en definitiva, la
vida buena, a lo largo de la historia han surgido una serie de teorías éticas.

Con respecto a la Deontología, para nosotras fue un término desconocido, jamás lo hemos
escuchado, y menos relacionarlo a la conducta humana, Según la historia la palabra
DEONTOLOGIA se empezó a escuchar por el inglés Bentham en el año 1832.

Este término se puede aplicar a cualquier actividad y profesión, pero quien principalmente la ha
adoptado es el área médica, algunos la han nombrado “ciencia de los deberes” o “teoría de las
normas morales”, esto quizá se deba a que la medicina tiene un grado mayor, una particularidad
que otras carreras no poseen, la sensibilidad y amor a otros y sus semejantes (o al menos así
tendría que ser). Es una ciencia que trata del estudio de lo correcto e incorrecto, costumbres y
hábitos, así como las virtudes que se tienen cuando son aplicadas al ejercicio de cada una de las
profesiones que ejercemos, entonces toma el nombre de “deontología profesional”.

2- Que implicancias tienen las teorías éticas para el análisis de las prácticas educativas.
Como futuros docentes pues debemos ser un ejemplo a seguir ya que nuestra carrera es una de
las más importantes pues somos los formadores de las futuras generaciones, somos guías, los
espejos donde los alumnos se miran, la falta de ética nos puede traer muchas consecuencias.

Debemos tener en cuenta que actualmente la sociedad está constantemente en una crisis de
valores, producto de actitudes negativas como la carencia de afectividad, egoísmo, violencia,
pérdida de respeto, entre otros factores, situación que acrecienta la exclusión. Pero no todo es
malo; porque, aún quedan núcleos sanos fortalecidos por las prácticas de valores, como es el caso
de los profesionales en el área de la docencia, que asumen el compromiso de velar por una
formación integral de sus estudiantes, así como también hogares, cuyos padres están preocupados
por dar buenos testimonios de vida.
Esto nos exige como futuros docentes, estar actualizados todo el tiempo en saber desarrollar
principios ético, saber, conocer, querer, ser y sobretodo convivir. En consecuencia, la implicancia
que tiene la ética en la práctica educativa sería en los valores que nos permitirá producir principios
y el cumplimiento de las normas.

Todo individuo desde que nace se enfrenta a diversos problemas y a medida que van creciendo,
desarrollan sus habilidades para pensar, reflexionar, adquirir capacidades para la toma de
decisiones, también surgen cambios de aptitud y actitud. Es evidente entonces que, previo a lograr
el nivel profesional, el ser humano tiene que pasar por diferentes etapas, las cuales les ayudan a
crecer física e intelectualmente, este crecimiento está expuesto a recibir influencias que pueden ser
positivas o negativas, esto dependerá mucho del entorno en el que la persona se desenvuelva.

Para que un profesional alcance un alto nivel de integridad, a más de adquirir amplios
conocimientos teóricos y desarrollar diferentes capacidades para ponerlas en práctica, debe
poseer fortaleza y sentido moral para tomar decisiones, por  lo que se puede decir que: Al
cumulo de saberes, creencias, valores puesto en práctica en el campo profesional, se le
denomina Ética Profesional; que es parte del conocimiento transmitido de generación a
generación. (Dubar C, (2000)

En el sentido ético profesional, la ética está relacionada con el sentir del hombre en el campo
laboral, está conectada con lo que se hace, esto implica que esté presente en todo momento, en
otras palabras; la ética es la práctica de valores como la honestidad, responsabilidad, vocación y el
amor por lo que se realiza. La cultura ejerce influencia, porque es un referente para el desarrollo
de todo individuo.

Los docentes; son profesionales que realizan actividades cuyo aporte es el intelecto, que le
permite alcanzar el objetivo de servir a la sociedad en la formación del sujeto, para mejorar su
calidad de vida. La práctica docente requiere de la pasión por el servicio al prójimo, para promover
la formación de las personas con valores éticos y así ofrecer a la sociedad; individuos solidarios,
respetuosos, tolerantes, demócratas, auténticos y apasionados por la justicia.

3-Relea cuidadosamente sus respuestas a la actividad 2 Caso del Sr González


4. Teniendo en cuenta las distinciones que hemos planteado entre teorías éticas evalúe las
respuestas que usted dio desarrollo en la actividad, formulándose las siguientes
preguntas:
a) ¿Encuentro cambios en mis ideas (esto es, respondería ahora de modo diferente)?
-NO
b) ¿Qué tipo de cambios: reformularía mis posiciones, encuentro nuevas posiciones en las
que no había pensado, organizaría mejor mis argumentos, modificaría algunas de sus
enunciados? ¿Cuáles y por qué?
-NO
La respuesta de las consignas 3 y 4 la justificamos en lo siguiente: El deber supone una
obligación, frente a otra parte, que por el contrario, tiene un derecho. El deber puede adoptar
diferentes formas de obligaciones, de acuerdo al ámbito con el cual esté relacionado: moral,
jurídico, tributario, financiero, social, por citar sólo algunos de ellos. En la mayoría de los casos, el
incumplimiento del deber recae en una sanción, multa o castigo para la persona que poseía la
obligación, y de acuerdo a la magnitud del deber no cumplido, será la magnitud de esas
consecuencias.

El deber moral es aquel que está ligado a los comportamientos o actitudes humanas respecto de
la escala de valores y antivalores. Es una especie de presión que la razón ejerce por sobre la
voluntad. “Por más que yo quiera hacer esto, DEBO hacer esto otro, porque la obligación moral
me lo exige”. La obligación moral representa la acción basada en valores positivos y correctos por
sobre la acción humana basada en anti valores, esencialmente negativos e incorrectos.
La obligación denominada “social”, estrechamente ligada a los valores, supone un compromiso
que poseen todos los miembros de una sociedad en particular, y que éstos lo tienen para el
beneficio de dicha sociedad como conjunto. Respetar las normas de circulación, el respeto hacia
símbolos nacionales, hacia las autoridades policiales, pueden ser algunos ejemplos de este tipo de
obligaciones.

Para el filósofo Inmanuel Kant (1724-1804) nuestro comportamiento no debe basarse en buscar
un premio o evitar un castigo, sino en lo que la razón nos dicta que es nuestro deber. El deber
consiste en actuar con buena voluntad. Esto significa hacer lo que hay que hacer, aunque de ello
no obtengamos ningún beneficio.

Kant defiende que es nuestra razón la que nos indica qué leyes morales debemos seguir para
comportarnos. Así, serán leyes morales todas aquellas todas aquellas normas que puedan ser
entendidas como universales, es decir, las que puedan servir para todos los seres humanos en
cualquier circunstancia.

Los individuos aprenden los principios morales en el ámbito de la familia, el entorno y también en
la escuela. Los conceptos morales se exponen mediante los llamados juicios del valor. Estos juicios
aluden al “deber ser” y no al “ser”; por lo tanto, no puede decirse que sean verdaderos o falsos.
Por ejemplo, del juicio según el cual “no se debe mentir”, no podemos decir si es o no verdadero.
Simplemente, se lo acepta o se lo rechaza.

En nuestra vida cotidiana, nos encontramos todo el tiempo regidos por normas. Y es que
simplemente (aunque en la práctica no sea tan simple) son las encargadas de “poner en orden” a
la vida en sociedad, en un territorio determinado. Es importante la existencia de normas que
ordenen la convivencia social, y sobre todo que sancionen a quienes no las cumplen. De otro
modo, sería lo mismo que si no existieran.
5- Trabajando con la imagen
a- Describa lo más objetivamente posible la escena de la foto.
Creemos que salen de un lugar donde hubo un encuentro social, tipo iglesia,
velorio o juicio.
b- Formule las hipotéticas relaciones entre los personajes.
Podrían ser un grupo familiar, vecinos o amigos que salen de un determinado
lugar.
c- Exprese qué emociones le suscita.
Las emociones que nos produce la imagen son, pena, incertidumbre y tristeza.
d- Extraiga alguna recomendación.
Como recomendación la Imagen nos deja lo siguiente: “que todos tenemos
problemas y necesidades por satisfacer, y aun así podemos tener en cuenta
también al otro y ayudar”.

Como se notó un grupo de personas, como tristes, preocupadas por sus caras al
salir del lugar, notamos que una de las mujeres, pudo ver la necesidad de otra
persona y ayudar.

6-A partir de observar
video de Cullen Carlos:
https://www.youtub e.com/watch
?v=SXYyK-zzAhs
En grupo (virtual) de 2 integrantes elabora un texto de dos carillas, recuperando aporte de
autores trabajados argumenta la siguiente afirmación:
“Podemos responder a la interpelación ética del otro en cuanto otro”
Para comenzar nos gustaría hacer una breve reflexión para saber de qué hablamos cuando
hablamos de ética.

Cuando hablamos de ética, hablamos justamente de la posibilidad de argumentar, de razonar y de


reflexionar. Generalmente se distinguen en nuestras memorias grandes posicionamientos
teóricos; las éticas teleológicas, se mueven por un fin, normalmente ahí la categoría clave es la
categoría del bien y como fin de las acciones. Estas fueron las posiciones fundamentalmente de las
éticas antiguas, desde Aristóteles o Platón hasta la actualidad. Son lo que se suele llamar las éticas
de fines o del bien.

En la época moderna hubo una crisis muy profunda que llego a plantear de otra manera la ética
argumentable que es no poner el acento en el fin de las acciones, los valores y los bienes. La ética
moderna cambia el punto de vista al considerar como problema argumentable desde qué normas
actuamos, en qué principios de la acción actuamos, no de qué fines sino de qué normas y de qué
principios.

La ética está en los hombres desde siempre; no conocemos ninguna cultura que no haya
distinguido acciones buenas de acciones malas, correctas de incorrectas, reglas que permiten y
reglas que prohíben.

Hacer una reflexión nos puede dar más razones y argumentos para actuar bien, que es otra cosa, o
para rectificar lo que creíamos que era actuar bien.

El Autor plantea la práctica docente como una acción moral comprometida socialmente, no puede


entenderse como algo ya construido, se va creando y recreando en base a la acción. 

La docencia como virtud se refiere, según Cullen a actuar cada vez mejor en la práctica, de manera
inteligente. Poder elegir, en base a la propia actividad, los métodos o acciones que resulten
moralmente buenos sin pensar o permitir exigencias o presiones externas o internas. Lo que no
significa que dicho contexto no exista y que no influya en el sistema educativo.

La docencia como virtud, se presenta así, como una forma de resistencia, como un modo de saber
diferenciar, por medio de la educación, lo que es justo y correcto de lo que es injusto o incorrecto.

También entender a la docencia como virtud, implica estar abiertos al dialogo, a la escucha, a la
alteridad.

"La docencia enseña bien, porque enseña a pensar", con esto se podría afirmar que el docente
debe crear un ámbito donde cada uno se piense desde sí mismo, donde se puedan articular los
conocimientos previos con los nuevos saberes; se podría afirmar que el docente debe crear un
ámbito donde cada uno se piense desde sí mismo, donde se puedan articular los conocimientos
previos con los nuevos saberes; espacio donde estén presentes la palabra, la pregunta y la opinión
del otro como otro externo, concibiendo al hombre como un ser incompleto, con carga emocional,
pulsional, con conocimientos previos y una curiosidad impulsora de una búsqueda continua.

Para que dicho espacio se haga real, es necesario que este encaminado por  docentes que lo
acepten y se permitan reconstruirlo, es decir, que adquiera la postura de docencia como virtud
ciudadana. "el educador ya no es sólo el que educa, sino aquel, que en tanto educa es educado a
través del diálogo, quien al ser educado, también educa". Así la educación se convierte en una
comunión donde nadie es superior a nadie. Donde los educandos, se vuelven investigadores
críticos de su proceso. Se logra, a través del diálogo constante, una comprensión del mundo en la
relación entre educador y educando que lleva a una transformación profunda de la concepción de
la educación. Se establece, de esta forma, un modo auténtico de pensamiento crítico y acción que
lleva a un replanteamiento por parte de los alumnos, de la idea de quienes son y lo que serán
(conciencia de clase).

Durante todo este proceso, el docente – educador deberá tener en cuenta la historia, las
costumbres y el marco político de su tarea, así como también su propia intencionalidad  política, ya
que la educación nunca es neutra. Debe promover, además del diálogo, el lugar a la pregunta
como pregunta en sí, sin respuestas automatizadas o ya elaboradas.

La acción de preguntar, estimula y refuerza la creatividad y la confianza de los alumnos, así como
también los prepara para desarrollarse frente al mundo y las situaciones cotidianas para lograr
esto, previamente se hace indispensable crear un ambiente donde reine la confianza.

Los docentes tenemos que tener el hábito de deliberar y elegir lo que vamos a enseñar, porque
nuestra responsabilidad tiene que ver con enseñar bien, entonces, cuando decimos enseñar bien,
se pone en juego todo, esto, cómo valoramos el conocimiento como bien, digo conocimiento en
sentido amplio, conocimiento que también juega en el jardín maternal, no lo estoy diciendo en un
sentido restringido, conceptual, sino en un sentido amplio, por eso se puede enseñar. Por eso se
trata del hábito de enseñar bien, pero al mismo tiempo, como es hábito, no es ni facultad ni mera
compulsión: implica un trabajo inteligente, implica una deliberación con razón, implica aprender.
La pregunta es: “¿qué enseño mañana?”, la pregunta que seguramente todos nos hacemos; a lo
mejor nos la hacemos porque es el único momento que tenemos en el colectivo cuando estamos
llegando a la escuela, o cuando estamos por empezar a hablar, y me pregunto “¿ahora qué digo?”,
creo que lo que está detrás y esto es parte de nuestro trabajo docente sin ninguna duda, es hacer
de esto un hábito que no es algo natural, es algo que se adquiere, precisamente porque lo
hacemos, no de otra forma y en última instancia, detrás de esto se necesita prudencia y la
prudencia es justamente saber elegir el justo medio. Es dificilísimo, sí; es que actuar bien también
es difícil, uno siempre está en los límites del exceso y el defecto. En ese sentido, me parece sabia
esta idea de la virtud, pero no suficiente, y ahí es donde yo agregaría lo de virtud ciudadana.
Nuestra profesionalidad está ligada a montones de representaciones sociales que así como
definen al “buen alumno”, definen también al “buen maestro”, pero en realidad el tema no es
quedar pegado a esas representaciones, el tema es justamente la excelencia y la dignidad misma
de lo que hacemos, de la acción misma de enseñar.

Los desafíos de nuestro trabajo docente: entre la violencia y la paz, entre el dominio y la
hospitalidad, o lo someto o le abro la puerta. En ese sentido, la enseñanza es lo que permite que
aparezca el sujeto en el ámbito de lo público. Entonces, hay una pregunta muy concreta que nos
podemos hacer los docentes y es si sabemos dar y tomar la palabra.

En la práctica docente hay tres cuestiones muy importantes: primero, una cuestión clave en la
ética del trabajo docente es la hospitalidad, una palabra muy querida, encierra la idea de acoger al
otro en tanto otro, no al otro que yo represento. Es el aporte más importante de la filosofía de los
últimos cuarenta años es la interpelación ética del otro, el rostro del otro me interpela, previo a
mis representaciones. En realidad, es el otro el que nos hace responsables y desde siempre somos
responsables.

Segundo, aumentemos la potencia de actuar, ¿qué quiere decir? Poder sentirnos causa de lo que
pasa y no mero efecto. Cuantas veces decimos: “¡A esto no lo cambia nadie!”, “¡Con este chico no
se puede hacer nada!”, “En esta escuela, ¡esta directora no!” “¡Con estos maestros que podemos
hacer!”. Creo que tenemos que animarnos a decir estas cosas y a partir de ahí darnos cuenta de lo
que está en juego, es decir, si aumento o disminuyo nuestra potencia de actuar, esto se va a
reflejar en nuestro trabajo como docente.

Y tercero: ¿Cuál es el resultado de todo esto? Resistir con inteligencia responsable.

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