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1.

Intimidad con Dios


Así dice el SEÑOR:

"Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder,

ni el rico de su riqueza. Si alguien ha de gloriarse,

que se gloríe de conocerme

y de comprender que yo soy el SEÑOR, que actúo en la tierra con amor,

con derecho y justicia,

pues es lo que a mí me agrada".

Jeremías 9:23-24

1) Hablar con clichés

2) Compartir hechos

3) Compartir opiniones

4) Compartir sentimientos

5) Compartir necesidades

Dios no se sienta y espera a que encontremos alguna manera de conocerlo. De hecho, cuando
llegamos a la puerta de la decisión, Él está ahí parado tocando pacientemente. La verdad es que,
aunque no lo notemos, Él es quien primero nos lleva hacia esa puerta; en palabras sim p les, Dios
nos busca con desenfreno.

2. El desenfreno de Dios
Dado que Dios entiende los desafíos que enfrentamos al conocerlo (incluyendo las trampas
de Satanás para distraernos, desanimarnos y desilusionarnos), Él nos lleva sobre sí m ismo
asumiendo Él todo el riesgo. Dios está dispuesto a poner su corazón en juego primero, con
la esperanza de que queramos conocerlo tanto como Él quiere conocernos a nosotras.

Para ello Dios se hace: Vulnerable, Accesible y Personal.

3. La conspiración de Satanás
¿Soy suficiente? ¿Con quién puedo contar? ¿Seré rescatada? ¿Tendré éxito? ¿Quién me
protegerá? ¿Qué piensan los demás de mí? ¿Estaré sola? Con cada una de estas preguntas,
debemos tomar una decisión:
¿Utilizaré mi propia experiencia para responder esta pregunta o la responderé con u n
conocimiento íntimo de Dios?

2 corintios 10: 4-5

4. Conociendo íntimamente a Dios


Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que ustedes, luego de
escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener
parte en la naturaleza divina. (2 Pedro 1 :4)

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