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UNIVERSIDAD DE PAMPLONA

Programa de ciencias sociales


DOCENTE: Mag. LAURA LUCILA SÁNCHEZ DUMEZ
Materia: Organización del planeta 1.

Crisis ambiental en Colombia


Colombia tiene una gran riqueza de recursos naturales: 10% de la Política fauna flora mundiales, el
20% de las especies de aves del planeta, Ambiental* un tercio de las especies de primates de
América tropical, más de 56.000 especies de plantas fanerógamas registradas (U. Nal., 1993),
incluido el 15% del total mundial de especies de orquídeas (Me. Neely, 1990), cerca de mil ríos
permanentes (Marín, 1992). El irracional uso de los mismos ha conducido su creciente deterioro,
reducción de la biodiversidad, deforestación, degradación del suelo, déficit de agua, destrucción
de manglares, desastres naturales frecuentes problemas de contaminación, dando lugar un
proceso que afecta el bienestar actual futuro de la población. El crecimiento de la población su
concentración en ciudades, unidos al aumento en la intensidad de las demandas sobre los recursos
naturales bajo condiciones de manejo inadecuadas, han dado como resultado procesos de
deterioro ambiental que están afectando la calidad de vida de los colombianos.

Causas de la crisis
Las causas del proceso de deterioro ambiental en el país son numerosas, entre ellas vale la pena
destacar: (1) las condiciones de libre acceso buena parte de los recursos naturales, lo que ha
llevado tasas de extracción superiores las que serían socialmente deseables (2) la ausencia de
mecanismos que permitan cobrar por el deterioro ambiental (es decir, por las externalidades
negativas) que generan mu chas actividades productivas; (3) la pobreza los bajos niveles
educativos de gran parte de la población colombiana, que la llevan consumir intensamente los
recursos naturales y no le permite acceder fácilmente tecnologías con las que podrían mejorar su
ingreso sin deteriorar el medio natural; su vez, los grupos más pobres son los más vulnerables la
contaminación, la degradación del entorno y los desastres causados por el inadecuado manejo de
los recursos naturales; (4) algunas tendencias de los patrones de consumo de los grupos más ricos
de la población se caracterizan por el uso ineficiente de los recursos naturales renovables; (5)
variables de carácter inter nacional, tales como los términos inequitativos de intercambio de
productos básicos, la demanda de recursos de la fauna la flora silvestres, el consumo de drogas
ilícitas contribuyen la deforestación de valiosos bosques al daño ocasionado los recursos naturales
comunes, como son el agota miento de la capa de ozono el sobrecalentamiento de la atmósfera;
(6) la reducida investigación en recursos renovables en el manejo de la contaminación que ha re
dundado en una base científica en un sistema de información inadecuados para sustentar las
propuestas de manejo de los recursos naturales; (7) la inadecuada relación del hombre con la
naturaleza, basada en principios de destrucción explotación, aunada la debilidad institucional
ineficiencia administrativa en los programas de vigilancia, control manejo de los recursos
naturales.

Disminución de la oferta ambiental en ecosistemas estratégicos


La disminución de la oferta ambiental y la pérdida de la capacidad de los ecosistemas de sustento
básicos del país, tales como los que suministran agua, energía materias primas, indican un
deterioro de los ecosistemas estratégicos, no entendidos única mente como aquellos de gran
importancia biológica, sino los que son esenciales para el desarrollo y bienestar del país. La inade-
cuada gestión a que han sido sometidos estos ecosistemas estratégicos se ha hecho evidente con
los problemas de suministro de agua potable en varias ciudades del país, los racionamientos en el
fluido eléctrico, y la pérdida de suelos agrícolas. El desarrollo económico y social se enfrenta
barreras notables para el 24% de la población que no dispone del suministro de agua potable para
uso doméstico o para ciudades, como Santa Marta, Pasto Tunja, que han sufrido severos
racionamientos del servicio de agua en épocas de verano, en lo cual han incidido los manejos
inadecuados de las cuencas abastecedoras.

El inadecuado manejo de los ecosistemas estratégicos y la deficiente prevención de riesgos son


responsables de múltiples de sastres. El creciente deterioro de las cuencas hidrográficas, debido la
tala y el sobre pastoreo, se asocia con la erosión las inundaciones. Los derrumbes y
deslizamientos están asociados con la localización de obras en zonas inestables geológica mente;
las inundaciones y vendavales, los terremotos la erupción de volcanes con tribuyen con pérdidas
humanas económicas significativas. Las poblaciones más pobres son las más vulnerables a los
desastres mencionados, ya que éstas se localizan o en zonas de alto riesgo de inundación en sitios
inestables en los límites de las ciudades. Este es el caso de tragedias como las de Florida por el río
Fraile, Tapartó en Andes (Antioquia), Dabeiba por el río Su cio, Combeima en Ibagué, Iguana en
Medellín, Santa Helena y de otros incidentes deplorables. De los desastres naturales que se presen
tan en el país el 96% es por causas hidrometeorológicas de éstos el 33% es causa do por las
denominadas crecientes repentinas inundaciones súbitas. En 1993 el 76.5% fue causado por
inundaciones, 14.1% por vendavales, 4% por deslizamientos 2.9% por sismos. En 28 de los 32
departamentos ocurrieron emergencias, afectan do más de 128 mil personas. Además, los
desastres han afectado la red vial, parte de la infraestructura básica de los servicios públicos,
especialmente acueductos, alcantarillado, energía y comunicaciones.

Ineficiencia en el uso del agua


Colombia es un país rico en recursos hídricos, pero su uso es deficiente. Casi mil ríos permanentes
fluyen en el territorio y el rendimiento hídrico promedio alcanza 58 lts/s/kmz (Marín, 1992), con
notables variaciones interregionales e intertemporales.

Como resultado de los ciclos hidrológicos. Así, existen zonas donde estos rendimientos superan los
140 lts/s/km2 y 75 millones de hectáreas están sometidas a inundaciones periódicas, pero en el
14% del territorio nacional hay déficit de agua. No obstan te, la riqueza en recursos hídricos, las
alte raciones en los ecosistemas que regulan el agua han generado problemas de escasez. Las
cuencas en los páramos, (2.6% del territorio colombiano) retienen grandes cantidades de agua que
al dosificarse garantizan un caudal continuo a las corrientes, son inadecuadamente utilizadas y
afectan así áreas estratégicas para la sostenibilidad de la red hídrica nacional. Además, se pre
senta una sobreexplotación contaminación del agua y graves indicios de desertificación en
diversas regiones del territorio nacional. El agua subterránea es una fuente potencial importante
para el abastecimiento, 31% del agua dulce del país está contenida en los acuíferos. El uso de
aguas subterráneas se hace de manera poco eficiente se sobreexplota en algunas zonas como la
Sabana de Bogotá, La Guajira y Córdoba.

El territorio nacional cuenta con más de 2.5 millones de hectáreas de humedales con una alta
productividad de biomasa, que contienen el 87% del volumen de los cuerpos de agua superficial.
Las áreas inundables asociadas con las ciénagas abarcan una extensión cercana los 2 millones de
hectáreas. Los humedales cumplen una importante función en los procesos de re carga y descarga
de acuíferos; control de inundaciones; retención de nutrientes, sedimentos y contaminantes;
producción de biomasa; mantenimiento de especies de fauna y flora; estabilización de la línea cos
tera, estabilización de microclimas; transporte acuático; recreación y turismo. Los humedales son
vitales en el mantenimiento de la oferta ambiental de bienes y servicios como el agua para el
consumo huma no, agrícola y pecuario, recursos pesque ros e hidrobiológicos, forestales y de vida
silvestre. Los beneficios que prestan los humedales se han visto afectados por el mal manejo que
se le ha dado a estos ecosistemas y por el desconocimiento de sus funciones y servicios. La
desecación de pantanos y la contaminación de origen industrial, agrícola, pecuario y doméstico,
han contribuido a alterar ecosistemas tan importantes como la Ciénaga Grande de Santa Marta, el
complejo cenagoso de Zapatosa Teca, la ciénaga de la Virgen, el lago de Tota, las lagunas de la
Cocha y Fúquene, entre otros.

Deforestación pérdida de la biodiversidad


Se estima que más del 30% de la cobertura forestal nativa ha sido destruida, presentándose una
tasa de deforestación de entre 300 mil y 800 mil has/año, con un número probable de 600 mil
has/año. A pesar de estos altos índices estimados, en los últimos seis años sólo se plantaron 94 mil
has. El total reforestado en las últimas dos décadas no supera las 300 mil has. (Figura 1, Cuadro 3).
De los 48 millones2 de hectáreas de bosques que aún quedan en pie, el 60% se encuentra
localizada en el ecosistema amazónico, cerca de millones de hectáreas en la zona andina, las
regiones costeras pacífica atlántica están sometidas severos procesos de destrucción.

A pesar de los variados esfuerzos realiza dos por el gobierno para promover la reforestación la
industria forestal colombiana continúa dependiendo de los bosques naturales para abastecimiento
de materias primas. Alrededor del 65% del consumo total de productos del bosque proviene de
bosques naturales de la Costa Pacífica. El alto consumo de leña, que oscila entre 8.5 y 10 millones
de toneladas al año, también contribuye la deforestación.
Las causas a las cuales se atribuye la deforestación son, en orden de importancia: la expansión de
la frontera agropecuaria y la colonización con una participación del 73.3%, la producción
maderera (11.7%), el consumo de leña (11.0%), los incendios forestales con un 2% y los cultivos
ilícitos un 2% (Minminas, 1994). Con el fin de conservar su riqueza natural el país ha venido
desarrollando un sistema nacional de áreas protegidas. En la actualidad cuenta con 33 parques
nacionales, dos reservas naturales, siete santuarios de flora y fauna, y una zona ecológica
especial. Este sistema nacional de áreas protegidas, que cubre una área de nueve millones
hectáreas, presenta restricciones para su manejo eficiente, en razón de problemas de tenencia de
tierra, presiones colonizado ras, una administración centralizada, subvaloración de los servicios
que prestan, falta de recursos humanos calificados, escasez de recursos financieros, poca
participación ciudadana en su conservación, producción y transporte de narcóticos en los mismos,
y los problemas de violencia conflicto social.

Erosión y degradación del suelo


Unida a la deforestación y al mal uso de los recursos hídricos se presenta una degradación
permanente del suelo. El 45% de los suelos del territorio es usado para fines diferentes su
vocación y, por lo menos, el 8.5% del territorio nacional presenta erosión severa o muy severa
(Igac, 1988). Buena parte de este fenómeno es el resultado del uso inadecuado de maquinaria
agrícola, la carencia de tecnologías agrícolas apropiadas, la tala, la quema, la minería, la
colonización y otros fenómenos de orden económico social. Se estima que anual mente entre 170
mil y 200 mil has. De terreno quedan sujetas a erosión. Existen alrededor de 700 mil hectáreas en
vía de desertificación y se presentan síntomas de este proceso en 16 millones de hectáreas más.

Deterioro de la calidad de vida en centros urbanos


La estructura, tamaño y nivel de crecimiento de las ciudades en Colombia genera grandes
presiones sobre el entorno urbano y sus ecosistemas, definiendo patrones de desarrollo urbano
no sostenibles, extremando condiciones de pobreza, insalubridad deterioro de la calidad de vida,
ocupando áreas de riesgo de alto valor agrologico. El crecimiento desordenado de los centros
urbanos se debe, en buena parte, a un rápido crecimiento en la proporción de la población urbana
y una concentración de la población las actividades económicas en ciudades primarias (Santafé de
Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena). La calidad del medio ambiente de los principales
centros urbanos del país se ha deteriorado significativamente en las últimas décadas. Los
principales problemas de calidad de aguas, originados por fuentes puntuales de contaminación,
incluyen la: (i) presencia de sustancias peligrosas descargadas por las industrias, las cuales pueden
causar efectos acumulativos y/o persistentes con graves consecuencias para la salud, (ii) 2)
presencia de bacterias, protozoos, y otros microorganismos patógenos provenientes de descargas
de origen residencial, de los hospitales y centros de salud, y de algunos tipos de industrias que
represen tan riesgos severos para la salud de consumidores de agua de las fuentes receptoras o
de productos agrícolas regados con ellas, (iii) descargas de materia orgánica de fuentes
residenciales e industriales, que reducen o eliminan el oxígeno disuelto de las corrientes de agua
causando impactos sobre la vida acuática y su calidad estética.
El asentamiento de comunidades en zonas de inundación, en márgenes de cauces, así como en
caños de aguas servidas en in mediaciones de basureros, han convertido importantes áreas
urbanas en zonas en crisis sanitaria. En Buenaventura, Cartagena, Santafé de Bogotá, Tumaco,
Medellín y Cali es prioritario y urgente reubicar, por lo menos, 14 mil familias localizadas en zonas
con características sanitarias críticas.

Contaminación de las aguas


El nivel de contaminación en los principales cuerpos y corrientes de agua que cruzan las
principales ciudades capitales es particularmente alto, especialmente los ríos Bogotá, Cali,
Medellín, Cauca, Magdalena y la bahía de Cartagena. Menos del 5% de los 1.044 municipios del
país tratan sus aguas residuales antes de disponerlas, y de las ciudades grandes tan solo
Bucaramanga cuenta con planta de tratamiento de aguas residuales. El déficit en la cobertura de
alcantarillado obliga a la descarga de aguas servidas en caños, quebradas y, aun, en vías
peatonales. En las zonas inundables de ciudades como Cartagena, Buenaventura, Tumaco, Cali y
Bogotá, estos vertimientos de aguas residuales generan problemas sanitarios en la población,
particularmente problemas de índole gastrointestinal aso ciados con una alta morbilidad y
mortalidad en la población infantil.

En las ciudades el parque automotor también contribuye a la contaminación hídrica. El mayor


porcentaje, de los 650 mil barriles anuales de aceites lubricantes usados de automotores, se
descarga a los alcantarillados y cuerpos de agua sin ningún tratamiento o control. Por ejemplo, en
1989 cerca de 250 mil barriles de aceite motor se vertieron al alcantarillado de la ciudad de Bogotá
y, por ende, al río Bogotá.

En general, la carga de residuos líquidos peligrosos proviene, fundamentalmente, de la mala


disposición de los residuos sólidos y de los residuos de centros de salud, de la escorrentía de
contaminantes atmosféricos depositados por la precipitación (plomo) los residuos que produce la
industria manufacturera, particularmente la industria de procesamiento de petróleo, la industria
química y la de curtiembres. La disposición de los residuos sólidos contribuye las descargas de
lixiviados con altas concentraciones de residuos peligrosos como fenoles, cromo, mercurio y
plomo. El caso de los rellenos sanitarios de Bogotá Medellín es ilustrativo. En el relleno Doña
Juana, de Bogotá, se han registrado altas partículas en suspensión óxidos de azufre provenientes
de las plantas de generación termoeléctricas de cerca de 5.600 fuentes importantes, de las cuales
un 80% se con centra en los siete corredores industriales: Bogotá-Soacha, Cali-Yumbo, Medellín-
Valle de Aburra, valle de Sogamoso, Barranquilla-Soledad, Barrancabermeja Cartagena-Mamonal.
Las emisiones de partículas en suspensión las producen particular mente las quemas cielo abierto,
las explotaciones extractivas (canteras) los procesos de generación de energía que utilizan carbón,
crudo de castilla, aceites lubricantes usados combustóleo.

Manejo inadecuado de los residuos sólidos peligrosos


El manejo aproximado de las 13.500 tons. De residuos sólidos producidos diariamente en el país es
aún muy deficiente. Actual mente, a nivel de capitales departamentales, solamente siete de ellas
(Santafé de Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Ibagué, Pereira, Manizales y Popayán), cuentan con
rellenos sanitarios, pero sus especificaciones técnicas y su operación son inadecuadas. Las labores
de almacenamiento, transporte, tratamiento y disposición aproximada de las 560 tons. De
residuos peligrosos producidos diariamente ocasionan problemas ambientales críticos. En las
demás capitales los residuos son enterrados, dispuestos al aire libre descargados en las corrientes
de agua

Contaminación sonora
Los altos niveles de ruido que se han medido en los centros urbanos del país son causados
principalmente por los vehículos de transporte, el comercio, las actividades de la construcción y la
industria manufacturera. Teniendo en cuenta que la mayoría de automotores en el país no posee
un sistema efectivo de mitigación de ruido, y considerando las bajas especificaciones de las vías y
las congestiones de tráfico, los niveles de ruido se incrementan constantemente. Por otra parte,
pocas industrias manufactureras cuentan con sistemas de control del ruido en el interior y
exterior de sus instalaciones. Por efecto del ruido, la primera causa de enfermedad profesional es
la hipoacusia o pérdida de la capacidad auditiva. Las fuentes móviles, como automotores, y
aeronaves trenes contribuyen, en gran parte a los altos niveles de ruido que se presentan en los
centros urbanos del país. En los barrios residenciales, situados en la zona de influencia del
aeropuerto Eldorado, de la ciudad capital, en las horas pico de tráfico se registran niveles que
alcanzan los 93 decibeles (dB); en el 70% del tiempo los valores registrados superan los 85 dB.

Una evaluación entre los agentes de tránsito de la capital concluyó que uno de cada quince
ciudadanos presentaba pérdida auditiva causa del ruido. A pesar de estos niveles de
contaminación, nuestras ciudades carecen de sistemas de seguimiento y control de los índices de
calidad ambiental.

Pérdida del espacio público


Los espacios públicos cumplen una función fundamental para el mejoramiento de la calidad de
vida, al posibilitar la recreación, el esparcimiento, el deporte, las relaciones sociales y la
integración de la comunidad. La Ley 9a. de 1989 definió el espacio público como el conjunto de
inmuebles públicos y los elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles privados
destinados por su naturaleza, su uso o afectación a la satisfacción de las necesidades urbanas
colectivas que trascienden, por tanto, los límites de los intereses individuales de los habitantes; en
este sentido hacen parte del espacio público las áreas para la circulación, vehicular y peatonal, las
áreas para la recreación, las franjas de retiro de las edificaciones sobre las vías, fuentes de agua,
parques, plazas, zonas verdes y similares, la conservación del paisaje y los elementos naturales
del entorno de la ciudad, entre otras áreas.
Es general, el mal uso, la pérdida y el deterioro del espacio público. La presión de la población que
vive en condiciones de pobreza en las ciudades, la cual representa el 50% de la población urbana,
da origen a la conformación de barrios subnormales e ilegales, y carentes de planificación sin
especificaciones mínimas de urbanismo que brinden las condiciones físicas, culturales, recreativas,
de servicios y ambientales para alcanzar niveles de bienestar.

La ocupación del espacio en las ciudades, por parte de las actividades del sector informal, así como
la inseguridad de sus calles asediadas por delincuentes, afecta directamente la capacidad de
movilización, de disfrute del paisaje y, en general, la calidad de vida de los habitantes de los
centros urbanos.

Tecnologías contaminantes
Las tecnologías aplicadas en la mayoría de los procesos productivos de servicios originan graves
problemas ambientales, relacionados con la contaminación atmosférica, hídrica de los suelos. La
calidad ambiental en zonas cercanas los centros de producción agropecuaria, manufacturera,
agroindustrial, minera, energética se ha deteriorado significativamente en las últimas décadas,
debido a los vertimientos incontrolados, carentes de tecnologías apropiadas.

Un porcentaje mínimo de las industrias del país posee sistemas de tratamiento de residuos o
adelantan prácticas de prevención de la contaminación. Características estructurales de los
sectores productivos se traducen en bajo cumplimiento de las normas ambientales, asociado al
uso ineficiente de los recursos naturales la alta producción de desperdicios.

En la industria manufacturera el uso de tecnologías poco eficientes, como las utilizadas


tradicionalmente en las curtiembres, galvanoplastia, fundición de metales, ex tracciones de aceite
de palma, licoreras, plantas de producción de cloro y soda, plan tas de refinación de petróleo y
petroquímicas o en los mataderos y frigoríficos, pro mueven el desperdicio de materias primas y
la alta producción de residuos. La industria química, de galvanoplastia, de procesa miento de
papel, y de curtiembres también descargan sustancias venenosas como desechos con cromo,
níquel, cadmio, plomo, mercurio o compuestos organoclorados. El uso de tecnologías precursoras
de contaminantes se ejemplifica en casos como el de la planta de Ecopetrol de producción de
materias primas de los detergentes no-biodegradables con base en alkil-bencen-sulfonados ABS
(prohibidos en los países industrializados desde la década de los sesenta).

La construcción de la infraestructura vial, férrea, portuaria y energética, sin el debido control


ambiental, contribuye a destruir ecosistemas frágiles, aumentar la vulnerabilidad de los
trabajadores y, en general, las poblaciones circunvecinas a riesgos por derrumbes accidentes, e
inducir procesos de colonización descontrolada.

La exploración minera petrolera en el Chocó biogeográfico y en las cuencas del Magdalena, el


Orinoco el Amazonas ha contribuido la destrucción de los recursos naturales, poniendo en peligro
especies de fauna silvestre endémicas. Por ejemplo, las explotaciones mineras en el Chocó,
Antioquia, Nariño, el Cesar, La Guajira Cundinamarca, las explotaciones petroleras en el Putumayo,
los Santanderes en la bota caucana han estado asociadas con el deterioro de la calidad de las
aguas por la descarga de contaminantes y el aumento en las cargas de sedimentos en los ríos
cercanos, destrucción de los suelos, alteración de las redes de drenaje, pérdida de la vegetación, y,
en general, degradación de los ecosistemas localizados en las áreas de influencia de estas
actividades productivas. La minería de oro nivel nacional se destaca por su elevada capacidad de
contaminación.

Debilidad institucional
De una parte, el país no cuenta con la capacidad técnica operativa y financiera necesaria para la
protección efectiva de la totalidad de los recursos naturales renovables; de otra, el reiterado
desconocimiento de disposiciones y normas ambientales está produciendo gravísimos efectos
sobre el ambiente y la salud, algunos de los cuales ya se evidencian en varios ecosistemas del país
pero, más grave aún, son aquellos efectos no detectados que se encuentran en proceso de
acumulación o latencia, sobre los cuales no se está adelantando ninguna acción concreta. El
alarmante aumento de la contaminación producida sobre los recursos naturales renovables y el
ambiente no solo está repercutiendo negativa mente sobre éstos y sobre la salud de la población,
sino que, adicionalmente, le cuesta al país enormes sumas cuya inversión podría evitarse, en gran
medida, con el cumplimiento de las disposiciones que regulan esta materia. En general, el país
carece de equipos y elementos apropiados para la medición de los niveles de contaminación, así
como de suficiente personal calificado que realice esta labor, lo que propicia la impunidad de los
contaminadores e, incluso, de las entidades estatales. De acuerdo con la Ley 99, las 34
corporaciones autónomas regionales y las 4 unidades ambientales urbanas deberán ser las
ejecutoras de la política ambiental en el nivel regional y urbano. Pero la mayoría de estas
instituciones no existe todavía y la gestión ambiental en el 60% del territorio nacional sigue siendo
responsabilidad del Inderena, instituto que debe liquidarse a finales de 1995, en tanto esta sea
asumida por las corporaciones autónomas regionales.

Crisis ambiental global


En las últimas tres décadas se han identificado amenazas al medio ambiente cuya naturaleza es de
carácter global y que, como tales, su solución requiere de acciones concertadas entre todas las
naciones de la tierra. Entre los problemas ambienta les globales, producto de la actividad humana
están: (i) la creciente emisión de gases, tales como el dióxido de carbono, que tienen como efecto
el calentamiento de la superficie de la tierra y los cambios subsecuentes en el clima;(ii) la
producción de sustancias que destruyen la capa de ozono, tales como los clorofluorocarbonados,
que tienen como efecto la penetración de dañinos rayos ultravioletas a la superficie de la tierra,
con graves consecuencias para la vida en el planeta y, en particular, para la salud humana; (iii) la
destrucción masiva de los bosques, en particular de los tropicales, con el consecuente declive de la
biodiversidad, alteración de los regímenes hídricos pérdidas de fuentes de agua alimentación; (iv)
la sobrepesca, las prácticas inadecuadas de aprovechamiento de los recursos del mar costeros, la
contaminación de los océanos que pone en peligro la existencia de ecosistemas críticos para la
vida marina, como son los manglares y los arrecifes coralinos, en amenaza de extinción de
diversas especies de flora fauna.

Referencias bibliográficas
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las medidas contra las situaciones actuales de contaminación atmosférica en la ciudad de Bogo
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