Está en la página 1de 22

ANALISIS LITERARIO

LOS PERROS HAMBRIENTOS

CIRO ALEGRIA

YENIFER YANINA CONTRERAS INGA

PROFESOR

ROBERT QUISPE SALAZAR

INSTITUTO AVANSYS

AREA: TALLER DE COMUNICACIÓN Y REDACCION LABORAL

11 DE JULIO DEL 2017

1
TABLA DE CONTENIDO

Introduccion…………………..…….……………………………….…pag
Epigrafe…………………………………………………………………pag
1.Biografia del autor……………………………………………………pag
2.Marco histórico literario………………………………………………pag
3.Sinopsis de la obra……………………………………………………pag
4.Agumento………………………………………………………………pag
5.Personajes……………………………………………………………..pag
6.temas……………………………………………………………………pag
7.Espacio………………………………………………………………….pag
8.Tiempo………………………………………………………………….pag
9.Recursos literarios……………………………………………………..pag
10.vocabulario…………………………………………………………….pag.
11.Induccion………………………………………………………………pag.
12.Bibliografia……………………………………………………………..pag.

2
INTRODUCCION

Hemos realizado el presente análisis literario con el objetivo de cumplir


con los logros del área de castellano y literatura, relacionado con el
conocimiento de las obras de la literatura con valor universal.

El análisis de la obra LO PERROS HAMBRIENTOS del escritor Ciro


Alegría nos ha permitido no solo conocer el valor de la literatura, sino
que además nos ha ´permitido conocer y profundizar sobre la realidad
del ser humano latinoamericano que no solamente se ve atacado por la
realidad física que la rodea sino por la explotación que realizan sus
mismos congéneres.

En primer lugar, estudiamos la vida del escritor Ciro Alegría quien tuvo la
oportunidad en su niñez de vivir de cércala condición del indígena
peruano sus dificultades y sus esperanzas. En segundo lugar
estudiamos aspectos relacionados con la literatura indigenista, es decir,
aquella cuya temática trata principalmente del indígena y su realidad
social y política .Luego hicimos un análisis de cada uno de los aspectos
importantes de la obra:temas,personajes,recursos literarios.

Estamos seguros de que este trabajo ha contribuido con nuestra


formación integral.

3
1.BIOGRAFIA DEL AUTOR

Ciro Alegría Bazán nació el 4 de noviembre de 1909


en el distrito de Saltimbanca de la provincia de
Huamachuco (La Libertad). Sus padres, José
Alegría Lynch y Herminia Batán Lynch, eran primos
hermanos. Ellos se encargaron de prodigarle una
educación humanista y liberal, ¡a pesar de que gran
parte de su niñez transcurrió en los ambientes de la
hacienda Marcaba Grande, propiedad de su abuelo.
Herminia alentó sus precoces creaciones. El
pequeño Ciro cursó sus estudios primarios en el
colegio San Juan de Trujillo. Allí pudo conocer a
nuestro inmortal poeta, César Vallejo, quien fue su
profesor de primaria. Desde muy temprano el
destino marcó su vida literaria. En su niñez sufrió
enfermedades que motivaron que su padre lo llevará
a vivir en Cajabamba. Luego de una larga y
fructífera experiencia en la vida rural, en la hacienda
Colpa, inició sus estudios secundarios nuevamente
en el colegio San Juan. Allí siguió desarrollando su
camino creador, componiendo algunos versos y
escribiendo ocasionales relatos. En el año 1926
falleció su madre, aciago acontecimiento que le
causó muy hondo pesar. Quizás empujado por el
bello recuerdo de su madre, Ciro Alegría quiso
iniciar muy pronto su carrera literaria, cuando a la
sazón frisaba los diecisiete años. Para tal fin, viaja a
Lima con la esperanza de que le publiquen algunos
cuentos y artículos, pero el empeño
lamentablemente no llegó a buen término. Era difícil
bailar trabajo de escritor en la metrópoli y, por ello,
hasta tuvo que pernoctar en el Zoológico. Sin
embargo, a su regreso a Trujillo, la ilusión de ser
escritor no había claudicado. Por ese entonces, el
filósofo Anterior Orrego lo llama para que colabore
en el diario El Norte de Trujillo y de ese modo
comienza su oficio de periodista. En 1930 nuestro
escritor ingresa a cursar estudios en la Facultad de
Letras de la universidad de Trujillo y, asimismo, a la
redacción del diario La IrvSustfw. No pudo concluir
sus estudios porque fue separado de la universidad,
a causa de haberse comprometido en la noble tarea
de lograr la ansiada reforma universitaria. A partir de
entonces. Ciro Alegría realizó una activa vida
política como miembro del Partido Aprisca. Por
diversos motivos políticos, estuvo preso primero en
Trujillo, después en Lima y, por último, fue

4
desterrado a Chile. Cuando llegaba al vecino país
se enceró de la infausta noticia del asesinato de
José Santos Chocano, nuestro gran poeta
modernista. En el país sureño desarrolló una intensa
actividad de creación literaria. Fue en Chile donde
escribió, entre otras cosas, las tres grandes obras
por las que es reconocido como uno de los
novelistas más destacados del Perú, América y el
mundo.
En su exilio en Santiago de Chile, se desposó con
su tía segunda, Rosalía Amézquita Alegría, con la
que tuvo dos hijos, Ciro y Alonso. Alonso Alegría ha
llegado a ser un considerado dramaturgo peruano.
Se divorcia desde Nueva York, en 1945.
Posteriormente, se casaría con una portorriqueña,
con la que no tendría hijos, Ligia Marchand. Por
último, desposaría en terceras nupcias a la poetisa
hispano-cubana Dora Varona, recopiladora y
estudiosa de su obra, con la que tuvo cuatro hijos:
Cecilia, Ciro, Gonzalo y Diego, de los cuales Diego,
el menor nacería |póstumamente y fallecería con 14
años. Gonzalo Alegría es presidente de la
Fundación Bmundi, desde la cual colabora con el
Perú y la obra de su padre.
Volvió a residir en su tierra con 51 años y falleció de
58 años. En su exilio en Nueva York, Alegría
abandona el aprismo. A su vuelta al Perú, y a
pedido de su amigo Fernando Belaúnde
Terry, Alegría se unió al partido Acción Popular, por
el cual fue elegido diputado en 1963. Así mismo, se
incorporó a la Academia Peruana de La Lengua en
1960 y asumió el cargo de presidente de la
Asociación Nacional de Escritores y Artistas.
Falleció en lima en 1967.

5
2.MARCO HISTORICO-LITERARIO DE LA OBRA
Ciro Alegría nos relata la vida rural del periodo colonial en Perú, la
mayoría de las acciones se efectúan en Perú en la pequeña región de
Cañar, por la comunidad de Huaira, por el valle y la hacienda de Páucar
o por las riberas del río Yana en busca de una sola gota de agua. Ahí se
encuentra la casa de de los Robles, según la descripción en la falda de
un cerro rodeada de plantíos. Y no muy lejos se encuentra la casa de
Don Cipriano, que es un gran caserón de tejas rojas entre muchos
árboles. Las casas pequeñas alrededor del cerro pertenecen a la
mayoría de indígenas que forman gran parte de la población en la
región. Toda esta zona esta surcada por quebradas, cubiertas por
arbustos y árboles verdosos. El clima es caluroso pues lo podeos
observar cuando Julián Zeledón y su hermano son arrinconados a una
cueva. El calor los hace sudar y tener mucha hambre. En cuanto a las
personas se habla d un mestizaje en la región de Perú, donde las
mezclas son muy variadas, pero donde prevalecen las mezclas
indígena-español. Podemos observar la descripción de Simón, donde se
dice:
Era un cholo cetrino, cuya faz de rasgos indios estaba pulida por
el torrente hispánico

6
3.SINOPSIS DE LA OBRA

I. Perros tras el ganado


El relato empieza mencionando los ladridos de los perros pastores que
conducían un rebaño de ovejas. La pastora es Antuca, una chiquilla de
doce años. Es una “china”, como les dicen a las muchachas indígenas
del norte del Perú. El rebaño lo conforman cien pares de ovejas sin
contar los corderos. Los perros que la ayudan en la labor responden a
los nombres de Zambo, Wanka, Güeso y Pellejo. Antuca se encuentra a
veces con Pancho, otro pastorcito, que con su antara toca un yaraví muy
triste, denominado el manchaipuito. Este yaraví cuenta la desgracia de
un sacerdote que se enamora de una doncella del pueblo, la cual muere,
por lo que el cura enloquece junto al cadáver de su amada, mientras
tocaba día y noche con una flauta, hecha de uno de los huesos de
aquella. La Antuca se siente feliz con la compañía del Pancho, mientras
que él se solaza contemplándola; así son los idilios en la sierra del Perú,
nos dice el narrador. Ya de noche Antuca regresa a su casa con el
rebaño, donde le esperan don Simón Robles, el padre; doña Juana, la
madre; Timoteo y Vicenta, los hermanos, y Shapra, el perro guardián de
la casa.
II. Historias de perros
Wanka y Zambo provenían de Gansul, de la afamada cría de don
Roberto Poma. Los perros son criados, antes de que abran los ojos, en
el rebaño, amamantados por las ovejas; de esa manera se acostumbran
tempranamente con el ganado. A Zambo le pusieron ese nombre por ser
de color prieto; en cambio, nadie pregunta al Simón Robles por qué puso
el nombre de Wanka a la perra (lo cual era una alusión a una tribu
guerrera de la sierra central peruana). La perra se convirtió en madre de
muchas camadas, cuyos miembros fueron repartidos entre los
habitantes del pueblo y de otros lugares. Simón les ofrecía ya sea como
perros ovejeros o como guardianes de casa. Muchos de ellos ganaron
fama. Güendiente, el perro del repuntero Manuel Ríos, manejaba
excepcionalmente a las vacas. Máuser, el perro de Gilberto Morán,
muere en una explosión de dinamita, durante una obra de construcción
de carretera; Tinto, el perro guardián de la casa de Simón Robles, es
muerto por el feroz Raffles, enorme perro de don Cipriano Ramírez, el
hacendado de Páucar, siendo reemplazado por el ya mencionado
Shapra como guardián del hogar. Quien de alguna manera venga a
Tinto es Chutín, otro hijo de Wanka y Zambo, el cual fue regalado al niño
Obdulio, hijo del hacendado Cipriano, quien se rindió ante la insistencia
del niño de tener un perrito de compañía. Chutín se ganó la preferencia

7
de todos en la casa hacienda, en desmedro del feroz Raffles. Cuando el
rebaño de Simón Robles aumenta y se necesita más ayuda en el
pastoreo, los Robles deciden quedarse con dos perros de la siguiente
parición de Wanka. A ellos les colocan los nombres de Güeso y Pellejo
debido a una historia que Simón narra sobre una viejita que para no ser
asaltada disimuladamente se quejaba: “estoy hecha puro Hueso y
Pellejo”, llamando de este modo a sus perros que tenían esos nombres.
Los perros al oír el llamado de su ama ingresan al cuarto de la vieja y se
lanzan contra el ladrón, “haciéndole leña”. Cuando el Timoteo objeta la
historia haciendo notar que cómo podía ser que unos perros guardianes
dejaran entrar a un ladrón en casa y encima necesitaban que su ama los
llamara, el Simón Robles se limita a sentenciar: “cuento es cuento”. Y el
narrador pone como ejemplo la historia de un curita de Pataz quien
luego de narrar con mucha emoción y patetismo la pasión y muerte de
Nuestro Señor, vio atónito como todos los feligreses lloraban a moco
tendido. El cura tuvo que finalizar diciendo que como era una historia
ocurrida hace mucho tiempo, bien podía ser solo cuento.
III. Peripecia de Mañu
Mateo Tampu era un joven y robusto campesino, muy laborioso, casado
con Martina Robles (hija de don Simón Robles). Tenía su propia choza y
su chacra, y como necesitaba un perro pastor para su rebaño de ovejas
que cada día crecía más, solicita a su suegro que le obsequiará un
cachorrillo. Simón le da permiso para que coja uno de los perritos de la
última camada de Wanka. Mateo escoge al azar uno y lo mete a su
alforja, acomodándolo para que quedara con la cabeza afuera. Se
despide de su suegro y retorna a su casa. Damián, su pequeño hijo, en
su media lengua llama Mañu al perrito (en vez de decirle “hermano”), y
con ese nombre se quedó. Todo prosperaba en la familia y la Martina dio
luz a otro niño. Pero un día, mientras Mateo trabajaba en su chacra,
aparecen dos gendarmes o policías, quienes le piden su libreta de
conscripción militar. Como no la tenía se lo llevan violentamente, a pesar
de las súplicas de Martina, quien es abofeteada por uno de los
gendarmes. La pobre esposa queda sumida en la más profunda tristeza;
sin embargo, guarda la esperanza de que su esposo retornara, aunque
sin tener una idea cabal de qué se trataba eso de “servir en el ejército”.
Ante la ausencia del esposo cobra importancia el Mañu, como guardián
no solo del rebaño sino del pequeño Damián, a quien sigue a todos
lados.
IV. El puma de sombra
Los perros ladran de noche porque sienten la presencia de un enemigo
(un puma o un zorro). Los hombres se alertan, sueltan a los perros y
salen a merodear. Luego esperan el retorno de los perros. Simón
aprovecha para contarles una historia: el puma de sombra. Les relata
que estando solo en el Paraíso, Adán le pide a Dios que no exista la
noche y que fuera siempre de día. El Señor le pregunta la razón de ese
pedido y Adán le responde que por miedo a la oscuridad. Entonces Dios

8
le hace ver una visión: un puma enorme se acerca bramando y
corriendo, ante el terror de Adán, pero cuando ya lo tenía cerca, éste ve
que se le pasa por encima: era solo una sombra. Dios le explica
entonces que así es la noche, pura sombra. Luego Adán le pide a Dios
compañía, ya que todos los animales la tenían menos él, y viendo que
tenía razón, Dios se lo concede, creando así a la mujer. Y termina Simón
señalando que la mujer surgió por el miedo del hombre a la noche. Los
perros regresan fatigados y todo indica que solo se trata de un puma de
sombra, como el de la historia de Simón. (relatada antes)
V. Güeso cambia de dueño
Un día Vicenta pide permiso para acompañar a su hermana Antuca en el
pastoreo, pues quería ir al campo a buscar ratanya (una planta que
servía para dar tinte morado a los tejidos). Su padre aprovecha para
encargarle que trajera (hierba que servía para engordar al ganado).
Cumplido su cometido, Vicenta se despide de su hermana. De pronto
aparecen dos jinetes con aire amenazante. Vicenta se esconde detrás
de una roca y los reconoce: son los cholos Julián y Blas Celedón,
hermanos bandoleros, muy temidos en la región. Recuerda que años
atrás ella había bailado con el Julián en una fiesta, pero su padre se
había opuesto a que la cortejara pues el cholo ya tenía muy mala fama.
Julián atrapa a Güeso con un lazo, pues quería un perro de la muy
afamada cría de los Robles para entrenarlo como conductor de ganado
robado. Wanka y los otros perros se acercan ladrando a los intrusos y a
su encuentro les sale Güenamigo, el perro de los bandoleros, pero
Julián lo contiene para evitar una pelea desigual. Wanka espera solo la
orden de su ama para lanzarse contra los forajidos, pero el Blas apunta
su carabina amenazando con disparar, por lo que Antuca se apresura a
alejar a sus perros y calmarlos. Cuando se entera por boca de ellos
mismos de que se trataban de los famosos “Caledonios” queda helada
de conmoción. Suplica llorando por su perro, pero los bandoleros la
amenazan y se llevan a Güeso arrastrándolo por el camino. No bien se
alejan, la Vicenta sale de su escondite y se va a consolar a su hermana,
quien no cesaba de llorar.
VI. Perro de bandolero
Los bandoleros se llevan a Güeso, pero este, muy terco, no quiere
avanzar. Lo flagelan; finalmente, el Blas lo marca con hierro candente.
Muy adolorido, no le queda al perro sino seguir a los bandoleros para no
recibir mayores maltratos. Luego de un largo recorrido llegan a una
cabaña, donde los reciben una pareja de esposos llamados Martín y
Pascuala. Los bandoleros se alimentan y se disponen a dormir, dejando
a Güeso atado a una viga con una soga. El perro intenta escapar,
royendo la soga. Ya estaba a punto de romper la última hebra cuando es
descubierto por Julián. Lo ata entonces con una soga de cerda. Gueso
se siente entonces perdido, sin esperanza ya de huir. Muy de mañana
parten los Caledonios y llegan a Cañar, un valle profundo lleno de monte
tupido, escondite ideal de ladrones, a cuyo lado corre el río Marañón.

9
Después de cierto tiempo, Güeso se acostumbra con sus nuevos
dueños y termina por encariñarse con Julián, quien lo suelta y lo junta
con el Güena amigo para que aprendiera a ser perro abigeo o conductor
de reses robadas. Güeso conoce entonces a los amigos de los
Caledonios: el Santos Vaca, el Venancio Campos, bandoleros todos. Un
día Güeso ve de lejos a Antuca y a su rebaño; parece recordarlos, pero
luego de un rato regresa corriendo donde Julián, decidiendo así su
destino, el ser un “perro de bandolero”. El amor de Julián es Elisa, bella
chinita del pueblo de Sarún, a quien embaraza. Su peor enemigo es
Chumpi, apodado el Culebrón, un alférez de gendarmes, el cual le sigue
tenazmente los pasos, pero siempre era burlado. El Güeso y el
Güenamigo se convierten en aliados valiosísimos de los Celedonios ya
que con sus ladridos avisan cuando los gendarmes se hallan cerca.
VII. El consejo del rey Salomón
En aquel año no hubo buenas cosechas. Las lluvias escasearon y las
mieses de la mayoría de las chacras no alcanzaron su plenitud. La
comida empezó a escasear. Los Robles se enteran de que las chacras
de la Martina se han perdido y que para colmo, recibe la visita de su
cuñada, la cual tenía problemas con su marido y no quería volver donde
él. Aprovechando este percance, don Simón cuenta la historia de un
hombre que no era feliz debido a que su esposa siempre le causaba
problemas y lo comparaba con su anterior marido, el “difuntito”, diciendo
que éste había sido más bueno. El hombre, desesperado, visita al rey
Salomón, el cual le aconseja sabiamente que vaya a ver lo que hacía un
arriero con su burro, en un cruce de caminos, y que haga lo mismo. El
hombre observa que el arriero, cada vez que su burro quería ir en la
dirección contraria a la que él quería, le sonaba las orejas con un palo; el
animal le obedecía entonces. Entonces el hombre va a su casa, y
cuando su esposa le sale a su encuentro amenazando con irse, coge un
palo y le da duro, tal como vio hacer al arriero con su burro. La mujer le
suplica entonces que no la pegue más, y desde ese día no volvió a
molestar al marido.
VIII. Una chacra de maíz
La casa-hacienda de Páucar, propiedad de don Cipriano, contaba con
una represa que almacenaba el agua de una quebrada. De modo que en
torno a ella verdecían los alfalfares y germinaban los maizales, lo que
contrastaba con la desolación del contorno. A una de esas chacras de
maíz ingresan los perros Manolia y Rayo, seguidos por Shapra y Wanka.
Se alimentan de la pulpa jugosa de los choclos aún tiernos. Guiados por
su fino olfato, Zambo y Pellejo los imitan. Pero el hacendado decide
frenar los estragos. Una noche, don Rómulo Méndez, el empleado de la
hacienda, coloca una trampa, donde al día siguiente muere Rayo,
aplastado por una piedra enorme. Los demás perros huyen, pero Shapra
y Manolia sucumben bajo las balas de los guardianes. Los
sobrevivientes no volvieron más a la chacra de maíz.

10
IX. Las papayas
Don Fernán Frías, el subprefecto de la provincia, encomienda una
misión al alférez Chumpi, conocido como el Culebrón: capturar a los
Celedonios, vivos o muertos. Chumpi recibe la colaboración de los
hacendados y ordena arrear unas vacas a Cañar, refugio de los
Celedonios, como señuelo para atrapar a los bandidos. A Cañar llega el
cholo Crisanto Julca, para avisar a los Celedonios que había divisado
una vacada de la que podían echar mano fácilmente. Sin sospechar la
trampa se duermen esa noche. De madrugada los despiertan los
ladridos de los perros. Se dan cuenta entonces que los gendarmes
estaban muy cerca. Tratan de huir por una quebrada, pero notan que
han sido rodeados. En la balacera mueren el Crisanto y el Güenamigo.
Los hermanos Celedonios se ocultan en una cueva, junto con el fiel
Güeso. Allí resisten varios días, sin comida ni agua. Un gendarme,
cansado de esperar, se acerca a la cueva dispuesto a acabar con los
Celedonios, pero estos lo matan a balazos. Una esperanza renace en
los Celedonios cuando ven asomar de lejos a su amigo, el Venancio
Campos, junto con un segundo suyo. Pero el Venancio no se atreve a
enfrentar a los gendarmes, superiores en número. Pasan los días y a los
mismos gendarmes se les agotan las provisiones. Ya no hay ni frutas
qué coger de los árboles a excepción de unas cuantas papayas que
recién pintaban de maduras. Simulan entonces retirarse, pero antes, el
Culebrón envenena las frutas que quedaban, utilizando una jeringuilla
que para el efecto había comprado en el pueblo. Los hermanos bajan
entonces de su escondite confiados, y sacian la sed con el agua de un
arroyo. Pero no encuentran nada para comer, y solo divisan las
papayas, las que se apresuran a derribar y devorar ávidamente. Blas
siente primero los estragos del veneno, luego Julián. Caen ambos al
suelo, retorciéndose de dolor, y entonces llega el Culebrón y los remata
a tiros. Güeso trata de defender a su amo, y es también baleado,
cayendo muerto al lado de Julián.
X. La nueva siembra
Luego de un año malo para las cosechas, las nuevas lluvias parecen
anunciar una naciente época de fecundidad del suelo. Don Cipriano
Ramírez, junto con sus empleados y peones, ara y siembra los campos,
ayudado por las yuntas de bueyes. Los granos de trigo y cebada son
depositados en los surcos. Junto con su mayordomo don Rómulo
Méndez, don Cipriano es el último en abandonar las labores. Regresan
ambos a la casa-hacienda donde les espera la comida lista. Esa noche
llueve, por lo que auguran que la siembra promete una buena cosecha.
XI. Un pequeño lugar en el mundo
Pero las lluvias solo duraron una semana. Luego la sequía continuó. El
indio Mashe y cincuenta indígenas, quienes habían sido expulsados de
Huaira por el terrateniente don Juvencio Rosas, llegan hasta la hacienda
de Páucar y ruegan a don Cipriano Ramírez para que los reciba. El

11
hacendado los acoge porque iba a necesitar trabajadores para las
futuras siembras. Les da permiso para que se asienten en sus tierras,
así como cebada y trigo para que coman, mientras durara la sequía.
Mashe, quien tiene una esposa y dos hijas solteras, es recibido
temporalmente por la familia Robles, mientras busca un pequeño lugar
en el mundo donde vivir. El Timoteo observa detenidamente a una de las
hijas de Mashe, la Jacinta. Pero la época es tan mala, al punto que no
se puede estar pensando en buscar pareja.2
XII. “Virgen Santísima, socórrenos”
Gente muy devota de los santos, cada uno de estos tiene la virtud de
conceder favores específicos, que los creyentes invocan con rezos y
demás ceremonias. La favorecedora de las lluvias es la Virgen del
Carmen del pueblo de Sauco pampa. La gente decide sacarla en
procesión. Los Robles se unen al cortejo. Simón recordaba una
anécdota del pueblo de Pallar, cuando la imagen de la Virgen que
cargaban los fieles cayó sobre las rocas destrozándose completamente;
la gente, mientras tanto, seguía cantando el tradicional himno: “Eso se
merece nuestra Señora, eso y mucho más, nuestra Señora”. Pero
Simón, incansable narrador, esta vez ni siquiera intenta traer a colación
su historia pues el ánimo de la gente se hallaba por los suelos. Su mujer
y sus hijos iban tras él, en silencio. Timoteo deseaba más que nadie que
se acabara la sequía para poder sembrar y a la vez tomar como su
mujer a la Jacinta.
XIII. Voces y gestos de sequía
Pasaron varios días desde la procesión y seguía sin llover. Las
cementeras ya habían muerto pero los campesinos seguían anhelando
la lluvia. Esta llega al fin, pero solo dura algunos días. La sequía
continúa. Un cielo azul alumbrado por un sol ardiente cubre el horizonte.
Wanka pare, pero sus cachorros son arrojados a una poza. Era la única
manera de librarles de una muerte más penosa por el hambre. Simón
guarda las semillas de trigo, arveja y maíz para el año entrante.
Hombres y animales en medio de la tristeza gris de los campos, vagan
languidecientes y descarnados.
XIV. “Velay el hambre, animalitos”
El ganado no tenía qué comer y es dejado suelto en los campos. Pero
apenas encuentran alimento con qué calmar el hambre: solo paja seca,
chamiza e icho reseco. Uno tras otro los animales son sacrificados y
comidos por los campesinos. Los perros llevan la peor parte. Muy flacos,
deambulan por el pueblo en busca de sustento que casi nunca
encuentran. Una vez Juana regresa indignada a su bohío luego de
visitar la capilla de San Lorenzo, en Páucar: habían robado el manojo de
espigas que cada año se ofrendaba al santo. Para ella era un sacrilegio
nefando. La Antuca seguía saliendo a pastear a las ovejas junto con sus
perros, pero ya no era como antes. Ella misma había enflaquecido y
para colmo, ya no se encontraba con el Pancho. Viendo el paisaje tan

12
desolador y sus animales raquíticos, les dice tristemente: “Velay (he
aquí) el hambre, animalitos”.
XV. Una expulsión y otras penalidades
En una ocasión la Antuca se percata que sus tres perros (Wanka,
Zambo y Pellejo) están devorando a una oveja. Grita a los perros
tratando de alejarlos, pero estos le ladran agresivamente. Antuca,
llorando, regresa a su casa contando lo sucedido. Los perros vuelven al
hogar de los Robles, pero son expulsados a garrotazos y hondazos. Por
su parte el indio Mashe levanta su choza cerca de un alisar, en la
parcela que le había sido otorgado por don Cipriano. Pero no tenía cómo
dar el sustento a su familia. Su hija, la Jacinta, sale entonces a buscar
algo. Regresa con los restos de la oveja que los perros habían
devorado. Mashe y toda la familia se alegran y preparan la comida con
las piltrafas, que para ellos es un festín.
XVI. Esperando, siempre esperando
Martina decide ir a Sarún, donde vivían sus suegros, pues su cuñada le
había contado que allí si abundaba comida. Lleva a su menor hijo,
todavía bebé, pero deja en la casa a su hijo mayor, Damián, niño de 9
años, acompañado sólo por el perro Mañu, y con una modesta ración de
trigo. Le encarga que en caso de que ella demorara y se acabara la
comida, llamara a la vecina, doña Candelaria, para que le ayudara a
matar la única oveja que quedaba. Y si tardaba más, que fuera donde su
abuelo, el Simón Robles, que vivía en un trecho no tan lejano. Damián y
el Mañu pasan los días cuidando a la oveja y comiendo trigo tostado.
Cuando se les acaba la comida, Damián llama a gritos a doña
Candelaria, la cual no responde. Una noche se roban a la oveja. Damián
se encamina entonces a la casa de don Simón. Pero desfalleciente, cae
en el camino. Un cóndor planea encima, tratando de acercarse al
cuerpo. Mañu, su fiel compañero, lo defiende heroicamente, pero
Damián muere de hambre y sed. Don Rómulo, quien pasa por allí,
recoge el cadáver del niño y lo lleva a la casa de don Simón Robles,
quien de inmediato lo entierra en el cementerio. Al día siguiente Simón
va a la casa de la Martina y la encuentra vacía y desolada. Se da cuenta
entonces que su hija se había ido definitivamente.
XVII. El Mashe, la Jacinta, Mañu
El indio Mashe lleva una gruesa culebra a su casa, le corta la cabeza y
la cola, lo asa y se lo come compartiéndolo con su familia. Pero rara vez
tenía la suerte de encontrar algo qué comer. Hasta que un día cayó
enfermo y ya no se pudo levantar. El perro Mañu se suma a la labor de
pastoreo del rebaño de ovejas cuidado por la Antuca y el Timoteo. Pero
no recibe ninguna ración de comida, por lo que abandona la casa de los
Robles y se reúne con los perros expulsados. Mashe agoniza en su
lecho, y antes de morir, le confiesa a Clotilde, su mujer, que él fue quien
robó el manojo de espigas de la capilla de San Lorenzo de Páucar.

13
Jacinta es llevada por Timoteo a su casa, donde Simón la recibe. Esto
era señal que el viejo aceptaba a la chica como pareja de su hijo.
XVIII. Los perros hambrientos
Las jaurías de perros hambrientos deambulan por todo lado. Un día
Antuca va a recoger agua y encuentra al perro Mañu tirado sobre las
piedras, con la lengua afuera y agonizante. Siente mucha pena por el
animal y se queda acariciándole durante un largo rato, hasta que la voz
de su madre lo vuelve a las tareas cotidianas. Los perros llegan a invadir
la casa hacienda de don Cipriano. Raffles y los demás perros enormes
de la hacienda son encerrados para evitar que se pelearan con los
callejeros, muy numerosos. Zambo husmea en busca de comida, pero
las personas ya no botan ni las cáscaras de los alimentos. Pellejo
recuerda que tiempo atrás una vez una señora muy buena, doña
Chabela, le había dado una semita, y confiadamente se le acerca, pero
esta vez aquella la expulsa cruelmente, hiriéndole con un tizón ardiente.
Los perros hambrientos invaden el comedor de don Cipriano, asustando
a su familia. Son expulsados a patadas y garrotazos. Pero esta vez don
Cipriano decide terminar con el problema. Ordena colocar pedazos de
carne envenenada alrededor de la casa. Muchos perros comen el fatal
bocado, entre ellos Zambo, cuyo cuerpo es devorado por Pellejo, el cual
muere igualmente víctima del tósigo. Con la extinción de los perros,
los zorros y pumas aprovechan para atacar al ganado, por lo que los
campesinos hacen guardia de noche. Algunos incluso imitan el ladrido
de los perros. Rendidos por tantas penurias, indios y cholos se reúnen
frente a la casa hacienda de don Cipriano, rogándole que les diera
comida, mientras esperaban la lluvia para iniciar las labores. Pero don
Cipriano se niega, aduciendo que ya no tenía más grano para repartir. El
Simón Robles le replica entonces, diciéndole que ellos sabían que
alimentaba a su ganado con cebada, como si un animal valiera más que
un cristiano. Don Cipriano y su mayordomo se retiran amenazantes y la
masa de hombres intenta forzar la puerta de la casa. Se escuchan
disparos. Tres indios caen muertos. Los demás huyen. Los tiradores son
los empleados del hacendado; incluso al pequeño Obdulio, el hijo de don
Cipriano, porta un arma que su padre le ha enseñado a usar. La sequía
se prolonga por algunos meses más.
XIX. La lluvia güeña
Llega noviembre. El cielo se cubre de nubes densas. Y las primeras
gotas de lluvia levantan polvo. Es, indudablemente, el fin de la sequía. El
júbilo estalla entre los hombres y animales. Una tarde Simón Robles
miraba desde el corredor y una sombra le hizo volver hacia otro lado.
Era la perra Wanka, escuálida, quien retornaba para ocupar su puesto
de guarda de ovejas, de las que solo quedaban dos pares. Simón la
llama y la perra se acerca a restregarse cariñosamente a su amo.
Conmovido, Simón la acaricia y le habla con ternura, llorando de
emoción. “Y para Wanka las lágrimas y la voz y las palmadas del Simón
eran también buenas como la lluvia”.

14
4.ARGUMENTO

La segunda novela de CIRO ALEGRIA los perros hambrientos, se gestó


de forma extraña. Las Luchas apristas, las presiones y el destierro
habían minado el Organismo del escritor; una embolia le produjo
amnesia parcial y le privó de la vista del habla. E l médico para que
recuperarse la visión le ordeno escribir. De esta forma comenzó la
segunda novela. Los aullidos de los perros que había en el hospital para
hacer experimentos, trajo a sus memorias el recuerdo de otros que
había oído ladrar durante una sequía que ocurrió en la sierra cuando era
niño. Los perros hambrientos (1939) es, intencional y originalmente, la
novela de unos perros pastores que, en su desarrollo. Alcanza cumbres
de humanidad ubicada la acción en las alturas andinas, en la “puna”,
tierras frías y secas a cuatro mil metros de altitud, aparece una pastora,
Antuca con sus rebaños y sus perros en medio de un paisaje idílico
donde un día truena la carga de dinamita: ha surgido la violencia de los
gendarmes, el mundo organizado en el interior del mundo natural. Los
perros de Antuca wanka, zambo, hueso, y pellejo adquieren enseguida a
los ojos del lector auténticos valores humanos, así Máuser morirá en la
explosión de dinamitas; tinto destrozado por los dientes del feroz Raffles;
los gendarmes arrastrarán a mateo a la milicia; hueso será robado por
los Celedonios, huirá, se echará al monte, para morir violentamente.
Este perro bandolero es una de las figuras novelescas mejor trazadas.
Las desraízas viene una tras otra: Los Celedonios son exterminados por
su fiereza, mientras a los indios les quitan Ley sus tierras. Y en medio de

15
estas desgracias, aparece la sequía, a la que sigue, como inevitable
consecuencia, el hambre. El Mundo del hombre se desmorona; los
mismos perros antes sus fieles amigos, huyen tras dar muerte al ganado
para comer. Es la hora en que los mastines hasta entonces pastores se
convierten en la peor amanzana del ganado. Solitarios o en grupos,
expulsados por sus dueños, merodean como alimañas, aullando
constantemente la inmensidad de la noche Puneña: “Tornaba el coro
trágico a estremecer la puna. Los aullidos se iniciaban cortando el
silencio como espadas. Luego se confundían formando una vasta queja
interminable. El viento pretendía alejarla, pero la queja nacía y se
elevaba una y otra vez de mil fauces desoladas... “Y llega un momento
en que el perro se come al perro ante los ojos de los cóndores, illa
guanga y otras aves de carroña que esperan, desde el aire, su
momento. Hasta que, por fin, ya en el desenlace, vuelve la lluvia; y con
ella, algunos perros que regresan humildes, en espera del castigo, a
casa de sus dueños: “wanka, Wanka, vos sabes lo que es cuando el
pobre y el animal no tienen tierra ni agua... Sabes, y puso has vuelto...
Has vuelto como la lluvia quema...” En los perros hambrientos, Alegría
se desenvuelve, Novelas comento hablando, en su ambiente en su
ambiente adecuado, en un medio propio, donde el lado de los temas de
evocación, de esas peripecias abrumadoras, pone una conciencia
humana. La impresión de madurez que da las novelescas fruto de un
equilibrio entre el sentimiento y la conciencia, entre la evocación y la
significación de la realidad. Hay que destacar también la poesía que se
desprende de cada línea cuando Alegría canta la naturaleza peruana, la
estrecha comunión existente entre la tierra y el indio, la protesta que el
autor invoca en nombre de este desposeído que guarda en su corazón
la esperanza de salvarse algún día, de alcanzar la dignidad de hombre
en toda su dimisión.

5.PERSONAJES
5.1 Personajes principales:
En la obra de Cirio Alegría encontramos una gran variedad de
personajes tanto humanos como perros. En cierta forma cada uno tiene
relevancia, pero los de mayor importancia en el desarrollo de los hechos
son los siguientes:
 Simón Robles: él es el padre de Vicenta, Timoteo, Martina y Antuca. Él
gusta de tocar la flauta y la caja además de poner nombres a las cosas.
Entre ahí se cuentan los más curiosos apelativos como los puestos a su
caballo “Cortaviento” y a su gallina estéril “Poni aire”.
 Wanka: es la madre de las generaciones de los afamados Perros
Robles entre los que se cuentan Güeso, Pellejo, Mañu etc... El papel de
esta hembra pasa a reproductor de perros. Pero es en el tiempo de
sequía en donde se muestra infiel hacia sus amos

16
 Mañu: es hijo de Wanka y hermano de Güeso y Pellejo. Es llevado a
casa de Mateo esposo de Martina y padre de Damián. Cuando Mateo es
llevado a hacer servicio militar el asume un gran compromiso que es el
de cuidar a los otros miembros de la familia.
 Julián Celedonio: es el afamado bandolero que roba ganado junto a su
hermano Blas.
 Él es un hombre que vive siempre al filo del peligro, esperando las
emboscadas que tiene preparado el Culebrón su peor enemigo.
 Güeso: hijo de Wanka y hermano de Pellejo, Mañu. Este animal surge
un cambio muy importante a través de los acontecimientos.
 Don Cipriano Ramírez: hacendado, que tiene un hijo llamado Obdulio y
vive en la hacienda de Páucar. Es patrón de Simón Robles y dueño de la
mayoría de las tierras. Don Cipriano es un hombre generoso cuando
tiene la posibilidad.
5.2. Personajes secundarios:
 Zambo: él es el hermano de Wanka y al igual que ella fue dado a las
ovejas para lo amamantaran y cuidaran del él. Éste perro no tiene un rol
muy importante ya que en él no surgen cambios tan drásticos como en
Güeso.
 Damián: él es el hijo de Martina Robles, Mateo Tampu. Es un niño
simple que sufre al igual que toda la desgracia de la cosecha. En su
caso es abandonado por una Madre que se pone en busca de su
esposo.

 Martina: Madre de Damián, se encuentra en una gran desesperación a


ser su marido llevado por gendarmes para hacer el servicio militar. Por lo
que podemos ver es una madre descuidada ya que se lleva al hijo más
chico y deja a Damián solo.
 Mateo: el adopta a Mañu y lo lleva a su casa. Él tenía una vida sencilla
pero feliz con su esposa, pero todo cambia cuando es llevado por la
fuerza por los militares.

6.TEMAS
En la Novela se hace eco de la problemática más profunda del hombre
peruano, para quien, desde tiempos remotos, la tierra y el agua son lo
más sagrado y de ellas depende tanto la economía como las relaciones
humanas. Un drama en el que se dan cita el hombre y la tierra, la sequía
y el hambre, y donde los perros son humanizados y su existencia tiene
lugar en un mundo paralelo al de los humanos. El mismo hace una
referencia de la raza de los perros al ser tan mezclada como la del
hombre peruano.
Claramente vemos que los perros son compañeros del hombre, están
con él para proteger su rebaño y cuidar de sus familias. Al igual que los
humano ellos tienen sentimientos por los que son los suyos. En algunos

17
casos como el de Mañu, donde el animal asume el puesto del padre al
cuidar a Martina y Damián, y lo mas interesante s que el animal se
percata de esto y con orgullo acepta esta difícil tarea la cual cumple
incluso la muerte de Damián al cual protege de ser engullido por un
carroñero. Otro símbolo de compañerismo es apreciable en la relación
entre Güeso y Julián Zeledón. Al principio, la terquedad del perro la hace
difícil, pero el amor que demuestra Julián por el perro hace que cambie.
Es tanto el cariño del perro que le toma al humano que da la vida por él
al tratar de protegerlo.
El ser Humano al igual que el can son atormentados por la sequía la
cual los obliga a hacer actos que van contra sus valores. En el caso de
los animales vemos como Wanka rompe el lazo maternal que tiene con
las ovejas al matar y comer a una. Esta acción hace que rompa el amor
de sus amos, y en ves de ser un compañero se vuelve en un enemigo
de la familia.
En el caso del humano, los peones se revelan en contra del hacendado
Don Cipriano por el hambre y ansiedad que éstos tienen, y a pesar de
que el Don Cipriano es un buen hombre tuvo en ese caso que matar
incluso a tres hombres y así ahuyentar a los indígenas.
Tanto el hombre como el animal están a la merced de la naturaleza, ésta
controla su estado de ánimo y actitudes.
En la novela se da una vista al granjero peruano de esa época, cuya
sabiduría cultura era transmitida oralmente en base a cuentos que
contaban los jefes de familia, y aunque de alguna forma es inocente
tiene cierto grado de verdad.
El peruano es una persona que a pesar de estar en situaciones malas es
capaz de brindar apoyo a los suyo como Simón que no obstante
teniendo poca comida alberga a Mashe para que pudiera tener un techo
donde vivir.
También se nota la fe del pueblo peruano al pedir a la Virgen del
Carmen haga el milagro de regresar las lluvias, además de pequeñas
creencias hacia respectivos santos milagrosos.
Cabe también decir que es un hombre sencillo que no tiene muchas
ambiciones. No busca ni tesoros ni poder sino una vida tranquila.
Aunque podemos ver que la vida de un indio puede cambiar
drásticamente. Tomemos por ejemplo a Julián Zeledón. Él pasó de ser
un peón aun bandolero ladrón de ganado por el hecho de que su patrón
lo acusó de ladrón. Julián no acepto esta medida y lo mató. Esto
también nos indica que ellos son volubles y en cierto caso realizan por la
desesperación acciones extremas como ya hemos dicho.
Y la idea más clara que se nos da es que mientras los dos seres tengan
sustento la armonía existirá.

7. ESPACIO
La mayoría de las acciones se efectúan en Perú en la pequeña región
de Cañar en la hacienda de Páucar.

18
Ahí se encuentra la casa de de los Robles, según la descripción en la
falda de un cerro rodeada de plantíos. La cual estaba en las cercanías
de otras pequeñas casas circundadas al igual que ella por otros plantíos
de diferentes colores. Y no muy lejos se encuentra la casa de Don
Cipriano, que es un gran caserón de tejas rojas entre muchos árboles.
Las casas pequeñas alrededor del cerro pertenecen a la mayoría de
indígenas que forman gran parte de la población en la región.
Toda esta zona esta surcada por quebradas, cubiertas por arbustos y
árboles verdosos.
El clima es caluroso pues lo podeos observar cuando Julián Zeledón y
su hermano son arrinconados a una cueva. El calor los hace sudar y
tener mucha hambre.
En cuanto a las personas se habla d un mestizaje en la región de Perú,
donde las mezclas son muy variadas, pero donde prevalecen las
mezclas indígena-español.

8.TIEMPO

8.1Tiempo real:
Por esos años después de haber participado activamente como
revolucionario con el partido aprista y haber hechos revueltas fue
aprisiona durante un año en lima en condiciones inhumanas, a
consecuencia de ello después de su liberación se le exilio a Chile vivió 
ahí con su nueva esposa. Recayó con tuberculosis, que meses
después se agravo le dio una embolia cerebral que le dejo la mitad del
cuerpo paralizado el lado derecho, para ejercitarse y rehabilitarse estuvo
obligado a escribir algo, entonces escribe una novela que tuvo como
antecedentes a cuentos pequeños que antes ya había escrito. Sobre

la vida de unos perros s peruano y es allí donde nace la novela los


perros hambrientos

8.2 Tiempo ficcional:

El relato es narrado con un cuidadosamente en lo que respecta a, los


detalles pequeños, ello hace suponer que   relata hechos de su infancia
ya que los niños son más receptivos a esos detalles, siendo así
entonces saco las siguientes afirmaciones, con respecto a que ocurría
en esas épocas

El tiempo en el que se muestra el relato es en la época aristocrática del


Perú, aproximadamente en el  oncenio de Leguía, vale recalcar que en
aquellos años el Perú vivió un momento turbulento de protestas y
conmoción social  sobre todo en los andes, en aquellos  ya que
menciona una gran hacienda que era propia de gamonales como en ese

19
tiempo existió, entonces estamos hablando en los años 1910 a 1920 0
1925 ya que ese es el primer momento donde tiene contacto con la
vivencia de indios  que fue en su niñez.

9.RECURSOS LITERARIOS

9.1 Género literario: Narrativa latinoamericana


9.2 Especie literaria: Novela indigenista
9.3 Estructura: Esta novela se divide en 19 capítulos y 141 páginas.
9.4 Tipo de Lenguaje: Informal
9.5 Tema: Relata el abuso de los gamonales hacia los campesinos o
indígenas
9.6Duración de la historia:
9.7 La historia de los perros hambrientos dura aproximadamente un
invierno algo de tres meses
9.8 Referencias del Autor:
Obras del Autor (más destacadas):
- La serpiente de oro
- Los perros hambrientos
- El mundo es ancho y ajeno
- Duelo de Caballeros (colección de cuentos)
9.9ANÁLISIS DEL CONTENIDO:
Ambiente:
Psicológico: la pobreza, el hambre.
Geográfico: Puno (Huayras) .
HECHOS IMPORTANTES:
 Antuca lleva a pastear a sus ovejas en compañía de sus cuatros
perros.
 Se recuerda cuando los perros eran unos cachorros y de donde nace
el nombre de cada uno.
 Simón Robles le regala un perro Mateo y le ponen como nombre
Mañu.
 Mateo es detenido por no tener documentos.
 Los Celedonios roban a Güeso.
 Güeso cede a la mano de Julián, convirtiéndose así en un perro
bandolero.

 Shapra, Rayo, Wanka, Zambo y Pellejo entran a la chacra de Don


Rómulo y se cómanlas mazorcas.
 Shapra y Rayo mueren en la trampa que construyó Don Rómulo.
 Fernán Frías manda al Alférez Chumpi a capturar a los Celedonios.
 Los Celedonios en compañía de sus perros y de Crisanto tienen un
duro enfrentamiento con el Alférez Chumpi.
 Los Celedonios al verse en desventaja deciden refugiarse en una
cueva en lo alto de un cerro.
 Crisanto es capturado y asesinado cuando estaba huyendo.

20
 Chumpi y los suyos deciden marcharse; Chumpi inyecta con veneno
las papayas tendiéndole así una trampa

10.VOCABULARIO
Alco:
Especie de perro de época incaica.
Antara:
Especie de flauta usada por los indios
Peruanos.
Callana:
Vasija chata de barro trozo de olla o
Calabaza.
Checo:
Calabozo pequeño usado para guardar cal
Guapi:
interjección contra las aves de rapiña.
Taita: Padre.
Yaraví: Tonada triste.
Lapa:
Mitad de una calabaza grande y achatada
Jalca: Puna.
Mate:
Mitad de una calabaza achatada.
Gañan:
Mozo de labranza.
Horcón:
Madero vertical que en las casas rústicas sirve, a modo de columna,
para sostener las vigas o los aleros del tejado.
Gendarmes:
Agente de Policía, de Francia o de otros países, destinado a mantener el
orden y la seguridad pública.
Denuedo:
Brío, esfuerzo, valor, intrepidez.
Cansino:
Dicho de un hombre o de un animal: Que tiene su capacidad de trabajo
disminuida por el cansancio.
Bohío:
Cabaña de América, hecha de madera y ramas, cañas o pajas y sin más
respiradero que la puerta.

Comilona:
Que come mucho o desordenadamente.
Balidos:
Voz del carnero, el cordero, la oveja, la cabra, el gamo y el ciervo

11.CONDUCCIÓN
A.-MENSAJE: Expresa un mensaje desgarrador sobre el abuso, la
prepotencia, la brutalidad y la arbitrariedad del latifundismo en

21
detrimento de las comunidades indígenas por un lado y por otro lado el
amor a la tierra y la valentía de los campesinos en la defensa de lo que
para ellos significa la supervivencia de la intangibilidad de la comunidad.
B.- VALORES LITERARIOS. La corriente indigenista tanto en pintura
como en literatura se manifestó en nuestra patria eh la década del
veinte. Conjuga los caracteres del realismo en las inquietudes de la
reivindicación social que se hicieron ostensibles en nuestro siglo. El
indigenismo busca una profundización de la convivencia histórica para
afirmar los elementos constitutivos de nuestra nacionalidad. El
indigenismo e exalta al indio y sus valores y protesta por su situación
postergada en el Perú.
C: OPINIÓN PERSONAL. Esta novela; conmueve todo sentimiento del
lector más aún cuando sus raíces son indígenas, es decir desde las
profundidades del pueblo andino, que con similarmente a los de Rumi,
los gamonales de aquella vez usurparon en toda su magnitud (social,
económica, psíquica, etc.) sin que estos hallen justicia; llenándose de
grandes capitales a cambio de la explotación y apropiación ilícita. 

12.BIBLIOGRAFIA

 BIBLIOGRAFIA Alegría, Ciro (1976). Mucha suerte con harto palo.


Buenos Aires: Losada.
 García Montero Koechlin, María Luisa (1963). Detrás de la máscara (1º
edición). Lima: Latinoamericana.
 Alegría, Ciro: Breve Autobiografía. Inserta en: La serpiente de oro. Tomo
3 de la Biblioteca Peruana. Lima, Ediciones PEISA, 1973.
 Cornejo Polar, Antonio: Historia de la literatura del Perú republicano.
Incluida en “Historia del Perú, Tomo VIII. Perú Republicano”. Lima,
Editorial Mejía Baca, 1980.
 Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición.
Tomo 1. AAA-ANG. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-150-2
 Varios autores: Grandes Forjadores del Perú. Lima, Lexus Editores,
2000. ISBN 9972-625-50-8

22

También podría gustarte