Los materiales granulares constituyen una parte muy importante de la estructura de los
pavimentos, ya que, desde la construcción, soportan la intensidad del tráfico de la
maquinaria pesada y proveen soporte mientras las capas superiores son colocadas y acondicionadas. Cuando el pavimento se termina de construir, esta parte de la estructura continúa comportándose como capa de soporte; por eso, los materiales granulares deben poseer un alto módulo resiliente con el fin de asumir la carga adecuadamente y reducir las deformaciones recuperables de las capas bituminosas superiores; así mismo, debe resistir deformaciones permanentes internas que podrían contribuir al ahuellamiento superficial del pavimento [ CITATION DFV \l 9226 ]. La compactación de un material es un proceso mecánico de reordenamiento de las partículas que lo constituyen, con el fin de disminuir los vacíos. Esta disminución de los vacíos implica una disminución en el volumen del material, haciéndose más resistente a la aplicación repetida de cargas, lo que se manifiesta en una baja generación de deformaciones plásticas. Así mismo, la compactación aumenta la impermeabilidad del suelo y aumenta su resistencia a la ruptura [ CITATION Rey \l 9226 ]. En una estructura de pavimento flexible cada eje de carga genera en las capas de base y subbase (compuestas por materiales granulares no tratados) deformaciones tanto resilientes como permanentes [ CITATION Ron \l 9226 ].