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Conociendo la Guerra Prolongada.

En el esquema convencional del desarrollo de la guerra, tenemos una fe ciega en la


disuasión, pensamos que la superioridad de empleo de recursos bélicos nos pone en
ventaja sobre el adversario y verdaderamente es lógico asumirlo porque nuestra doctrina
se basa en un enfoque clausewiano de fuerza contra fuerza, es así que quien concentra
mayor poder militar en un espacio-tiempo decisivo es quien podrá adjudicarse la victoria.
Pero qué pasa si el adversario, al ver una marcada inferioridad en su contra, decide
eliminar el espacio-tiempo decisivo y apuesta por prolongar la guerra.

¿Cómo prolongar la guerra?.


Para el maoísmo la guerra prolongada tiene tres etapas bien definidas, la primera es
defensiva estratégica y ofensiva táctica, la segunda es el equilibrio estratégico y la ultima
es la ofensiva estratégica en la que se logra la insurrección general y en consecuencia la
conquista del poder total o como Mao Tse Tung prefiere decir, la liberación. Debemos
centrarnos en la primera etapa que es la más importante porque en ella se construye las
bases materiales e inmateriales del éxito de la guerra, aquí se consolida la preparación y
entrenamiento de la fuerza que ocurre durante el propio desarrollo del enfrentamiento a
diferencia de las fuerzas convencionales que lo desarrollan antes de entrar en
operaciones, un guerrillero aprende a combatir enfrentando al enemigo y no frente a
situaciones esquemáticas o simulaciones, no importa el tiempo que se tenga que emplear,
en la guerra prolongada la rapidez en el desarrollo de las operaciones no es un factor
decisivo en el plano estratégico, sin embargo en el plano táctico si toma importancia en
vista que las acciones guerrilleras deben causar el mayor efecto sobre el enemigo para
debilitarlo, desgastarlo, reducir la moral del combatiente, desorganizarlo y mantenerlo
reactivo, todo esto en un plazo determinado. La guerrilla se va nutriendo de experiencia
frente al enemigo y sus mejores cuadros van encaminándose a engrosar las filas de las
fuerzas regulares que estarán encargadas de dar el golpe decisivo cuando se pase a la
última etapa, paralelamente el liderazgo de los comandantes va evolucionando a medida
que las misiones de combate se van haciendo más complejas y tomando mayor
relevancia. Según Mao Tse Tung, lo mismo sucede con el apoyo administrativo necesario
para el sostenimiento de las acciones guerrilleras, el apoyo de personal se va integrando
al esfuerzo de guerra y va creciendo conforme lo hace las necesidades básicas de
reemplazo de personal y el mantenimiento de la moral y disciplina. En teoría el apoyo
logístico se hace más eficiente mientras se logre arrebatar recursos del enemigo pero
esto es difícil de creer porque la logística requiere inevitablemente de preparación previa,
tanto para la administración de los recursos como para su existencia física en el campo de
batalla, hacer la guerra cuesta y eso no se obtiene del enemigo al contacto. Sabemos que
la doctrina maoísta de guerra prolongada es producto de la guerra de liberación contra la
invasión japonesa enfrentando a una fuerza lo suficientemente grande como para
asegurar el dominio de los vastos territorios de Manchuria, en consecuencia el esfuerzo
logístico requerido fue imposible de asumir por el Partido Comunista Chino, es ahí cuando
interviene el apoyo de la Unión Soviética y de los E.E.U.U., durante el inicio de la
Segunda Guerra Mundial, esta situación inclina la balanza a favor de la liberación de
China y se hace más contundente hasta la derrota definitiva de los japoneses en la que
los aliados tuvieron el protagonismo principal. Una vez derrotado el Imperio Japonés, el
Partido Comunista Chino retomó la guerra contra los nacionalistas del Kuomintang,
quienes liderados por el General Chian Kai-shek tuvieron que refugiarse en la antigua isla
de Formosa luego de ser derrotados. Sin el patrocinio de la Unión Soviética hubiera sido
más difícil para los comunistas chinos llegar al poder y consolidar la República Popular de
China, no se resta importancia a la efectividad de la estrategia de guerra prolongada, sin
embargo es importante resaltar que el apoyo logístico a las operaciones debe ser
asumido por una organización de cualquier procedencia que esté alineada con el
propósito de la guerra, un actor beligerante cualquiera que sea el motivo de su alzamiento
en armas que decida desarrollar la guerra prolongada, primero debe solucionar sus
necesidades logísticas. Es evidente que la intervención de una potencia extranjera en
apoyo a un grupo armado que apuesta por la guerra prolongada es una de las
condiciones de éxito de mayor importancia porque soluciona el principal problema de este
tipo de guerra que es la falta de recursos materiales necesarios para mantener la
capacidad de sostenimiento.

El propósito de la etapa de defensiva estratégica y ofensiva táctica es crear condiciones


favorables para lograr el equilibrio estratégico y estas condiciones se dan cuando se
establecen bases de apoyo. Las bases de apoyo son zonas del terreno de importante
valor estratégico cuya población no solo ha sido captada para apoyar la causa de lucha
de la guerrilla, sino que también participa activamente integrando las fuerzas guerrilleras,
las bases de apoyo son las plataformas desde donde la insurrección general puede ser
lanzada hacia la toma del poder o en su defecto constituye un punto seguro de retorno
para un segundo intento, a partir de esta segunda etapa de la guerra prolongada es
mucho más difícil revertir la situación y derrotar a las fuerzas guerrilleras que ahora ya se
van constituyendo como una fuerza regular con zonas liberadas que defender ante un
enemigo desgastado y en repliegue, aún así la guerrilla continúa su accionar donde aún
son inferiores en comparación con su adversario. Las bases de apoyo inicialmente se
establecen sobre poblaciones pequeñas y poco a poco se logra controlar centros
poblados más grandes hasta llegar a las principales ciudades generando zonas liberadas
cada vez más extensas que facilitan las operaciones al momento de pasar a la etapa de la
ofensiva estratégica.

¿Como se organiza la fuerza en la guerra prolongada?


El esquema organizacional planteado para desarrollar la guerra prolongada se basa en
las tres funciones principales, la conducción de operaciones militares, la dirección política
administrativa y ejecución de acciones complementarias, estas últimas planeadas y
conducidas por el Frente Único que de manera muy inteligente logra articular acciones de
toda índole para contribuir con el desarrollo de las operaciones y en muchos casos
explotar el éxito, es también una de sus tareas principales la captación de ayuda
internacional, opera organismos de fachada y realiza guerra de información además de
cualquier tarea que surja durante las operaciones. Tiene su origen en la lucha contra la
invasión japonesa, cuando se conforma el Frente Único Antijaponés cuyo propósito era
crear conciencia de rechazo a la invasión japonesa en el ámbito de la opinión pública
china, internacional y hasta del propio Japón. Aplicar la estrategia de guerra prolongada
no es simplemente la evasión del combate decisivo, la guerra prolongada requiere
articular varios esfuerzos procedentes de diferentes fuentes que no necesariamente
actúan en forma coordinada pero si con un solo propósito y es con base en ese propósito
común que surge el Frente Único como conductor de todas aquellas actividades que
complementa el desarrollo de la las fuerzas de guerrilla potenciando sus éxitos en el
ámbito político, legal, ideológico, económico, psicosocial y de cualquier índole que pueda
aportar beneficio a la dirección central de la organización.

Conclusiones
La decisión de desarrollar la guerra prolongada cuando se enfrenta a un enemigo
superior, será exitosa siempre y cuando se asegure un apoyo logístico eficiente y
constante, es falso que se puede abastecer del material tomado del enemigo en la escala
suficiente para sostener el accionar de las fuerzas de guerrilla.
En el proceso de la guerra prolongada los elementos de éxito son, una sólida voluntad de
lucha, el apoyo participativo de la población y el establecimiento de bases de apoyo
efectivas, si alguno de esos elementos no se concreta, la guerra prolongada no pasará de
ser una aventura política.
El peor error al enfrentar la guerra prolongada es buscar la decisión rápida desplegando
fuerzas de mayor magnitud, lo que se debe hacer es negar el establecimiento de las
bases de apoyo. Si se trata de una organización subversiva dentro del propio territorio, la
negación del establecimiento de bases de apoyo no es una tarea exclusivamente militar,
sino una empresa multisectorial en la que las fuerzas militares deben establecer control
territorial y los demás sectores del estado deberán dar solución a las contradicciónes
políticas, psicosociales, culturales y económicas que alimenta la causa ideológica
subversiva. La guerra prolongada no se puede combatir si no se soluciona la causa que
genera el descontento en vista que constituye el germen del apoyo participativo de la
población. Tampoco podemos establecer como objetivo la eliminación total de la
insurgencia porque eso no sucederá, la insurgencia es imposible de vencer si no se le
ataca en su estado más temprano cuando se trata de agitación subversiva, el objetivo
correcto es no permitir que se logre el equilibrio estratégico y ¿Cómo se logra?, negando
el establecimiento de bases de apoyo.
La principal arma para desbaratar un esfuerzo de guerra prolongada es la inteligencia,
con ella podemos avanzar decididamente sobre las vulnerabilidades del enemigo
manteniéndolos en un estado latente. El papel de grupos de inteligencia operativos que
busque la neutralización de objetivos alto valor se hace imprescindible cuando
encontramos que se está llegando a lograr el equilibrio estratégico.
En el Perú hemos tenido una experiencia de larga data contra dos organizaciones
terroristas que buscaron desarrollar la guerra prolongada. Uno de ellos es la organización
terrorista Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, que fue derrotado antes de lograr el
equilibrio estratégico debido a que no lograron establecer bases de apoyo consolidadas.
La otra organización terrorista fue Sendero Luminoso que si llego a establecer bases de
apoyo consolidadas, sin embargo no logró mantener el apoyo de la población lo que
permitió que su organización se desmorone cuando se capturó a sus cabecillas. En el
caso de la O.T.-S.L., las bases de apoyo Del Valle del Río Huallaga y Valle del Río
Mantaro continuaron sirviendo de plataforma para que facciones armadas mantengan su
accionar terrorista pero ya no de la misma magnitud ni con la misma participación de la
población. Actualmente, el valle del Huallaga está completamente pacificado. Los
terroristas que aún se encuentran en el valle del Mantaro continúan actuando pero en
acciones delincuenciales ligadas al narcotráfico en una zona delimitada y controlada por
las Fuerzas Armadas.

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