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Conclusiones
La decisión de desarrollar la guerra prolongada cuando se enfrenta a un enemigo
superior, será exitosa siempre y cuando se asegure un apoyo logístico eficiente y
constante, es falso que se puede abastecer del material tomado del enemigo en la escala
suficiente para sostener el accionar de las fuerzas de guerrilla.
En el proceso de la guerra prolongada los elementos de éxito son, una sólida voluntad de
lucha, el apoyo participativo de la población y el establecimiento de bases de apoyo
efectivas, si alguno de esos elementos no se concreta, la guerra prolongada no pasará de
ser una aventura política.
El peor error al enfrentar la guerra prolongada es buscar la decisión rápida desplegando
fuerzas de mayor magnitud, lo que se debe hacer es negar el establecimiento de las
bases de apoyo. Si se trata de una organización subversiva dentro del propio territorio, la
negación del establecimiento de bases de apoyo no es una tarea exclusivamente militar,
sino una empresa multisectorial en la que las fuerzas militares deben establecer control
territorial y los demás sectores del estado deberán dar solución a las contradicciónes
políticas, psicosociales, culturales y económicas que alimenta la causa ideológica
subversiva. La guerra prolongada no se puede combatir si no se soluciona la causa que
genera el descontento en vista que constituye el germen del apoyo participativo de la
población. Tampoco podemos establecer como objetivo la eliminación total de la
insurgencia porque eso no sucederá, la insurgencia es imposible de vencer si no se le
ataca en su estado más temprano cuando se trata de agitación subversiva, el objetivo
correcto es no permitir que se logre el equilibrio estratégico y ¿Cómo se logra?, negando
el establecimiento de bases de apoyo.
La principal arma para desbaratar un esfuerzo de guerra prolongada es la inteligencia,
con ella podemos avanzar decididamente sobre las vulnerabilidades del enemigo
manteniéndolos en un estado latente. El papel de grupos de inteligencia operativos que
busque la neutralización de objetivos alto valor se hace imprescindible cuando
encontramos que se está llegando a lograr el equilibrio estratégico.
En el Perú hemos tenido una experiencia de larga data contra dos organizaciones
terroristas que buscaron desarrollar la guerra prolongada. Uno de ellos es la organización
terrorista Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, que fue derrotado antes de lograr el
equilibrio estratégico debido a que no lograron establecer bases de apoyo consolidadas.
La otra organización terrorista fue Sendero Luminoso que si llego a establecer bases de
apoyo consolidadas, sin embargo no logró mantener el apoyo de la población lo que
permitió que su organización se desmorone cuando se capturó a sus cabecillas. En el
caso de la O.T.-S.L., las bases de apoyo Del Valle del Río Huallaga y Valle del Río
Mantaro continuaron sirviendo de plataforma para que facciones armadas mantengan su
accionar terrorista pero ya no de la misma magnitud ni con la misma participación de la
población. Actualmente, el valle del Huallaga está completamente pacificado. Los
terroristas que aún se encuentran en el valle del Mantaro continúan actuando pero en
acciones delincuenciales ligadas al narcotráfico en una zona delimitada y controlada por
las Fuerzas Armadas.