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Para cada uno de nosotros, adultos, padres de fa- puede traducirse también en una necesidad de se-
milia, educadores responsables en un momento u guir corriendo y saltando, mientras el adulto se en-
otro de tomar decisiones importantes que puedan cuentra cansado; puede implicar una necesidad de
tener un impacto en el futuro de los niños de nues- explorar y descubrir, tomando riesgos mal evalua-
tros países respectivos, es importante estar profun- dos; jugar puede significar una necesidan de lograr
damente convencidos de la importancia del juego. algún apoyo sin ser sobreprotegido, y puede signi-
ficar una necesidad de que se atiendan sus peculia-
El derecho de jugar es una necesidad que los adul- ridades, aprendiendo, al mismo tiempo, los límites
tos no deberían nunca negociar o alterar. Jugar es del respeto a los demás.
el trabajo del niño: una frase que oímos a menudo
y muy tentadora para iniciar una conferencia. Pero La ludoteca: un espacio
les advierto, no me limitaré a citarla, sino que ten- adaptado a las necesidades de jugar
go la intención de explorar con ustedes, los signifi-
La ludoteca puede llegar a ser un espacio maravi-
cados concretos y las implicaciones más importan-
llosamente adaptado a todas estas necesidades. A
tes de esta idea.
menudo ignoradas u olvidadas por el mundo ofi-
En mi calidad de educadora y psicopedagoga me cial de la educación, las ludotecas están a la bús-
preocupa el hecho de que un niño no juegue lo su- queda de una identidad. Centradas, a la vez, en las
ficiente de manera espontánea durante los años necesidades lúdicas del niño y preocupadas por
preescolares. democratizar el número de juegos y juguetes, las
ludotecas tienen todavía dificultades, a veces, para
Pero cuidado, me refiero aquí al placer de jugar por presentarse como un recurso para la comunidad.
jugar... y no a la visión lúdica que trata de explotar En las sociedades antiguas, la infancia se reducía a
de manera no pertinente las funciones educativas, un corto período de insuficiencia física y de frágil
pedagógicas y didácticas del juego. El adulto se dependencia. Muy temprano el niño se mezclaba
aprovecha del interés lúdico espontáneo del niño, con el mundo de los adultos y compartía sus traba-
para orientarlo demasiado temprano hacia aprendi- jos y sus juegos. El niño aprendía mirando, al ver a
zajes específicos. Por ejemplo, la industria del ju- los adultos. Los historiadores y psicólogos mencio-
guete propone muchas veces aprendizajes acadé- nan, de manera casi unánime, el desconocimiento
micos con falsos pretextos lúdicos: pienso en generalizado que tienen numerosas culturas, de
particular en las series de alfabetos; en los juguetes los primeros años de vida, así como la aparición
con cifras asociadas a juegos de bloques, destina- tardía del sentimiento de infancia como nivel de
dos a niños demasiado jóvenes. Ellos no están ge- conciencia, de las características que distinguen
neralmente listos para este tipo de aprendizaje. esencialmente al niño del adulto.
Si lo que queremos para el futuro son adultos El niño de hoy adquirió en gran parte el derecho
motivados, activos, equilibrados, debemos dar a de ser diferente, adquirió el derecho de aprender a
los niños de hoy, en todas las culturas, el derecho través del juego. Nuestra sociedad actual recono-
a jugar. ce, al menos en principio y de modo todavía teóri-
co, el derecho del niño al juego.
Y dicha convicción debe sobrepasar las palabras,
El derecho al juego
las grandes declaraciones teóricas, para aplicarse
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en la vida diaria que compartimos de múltiples ma- A pesar del reconocimiento teórico de esta necesi-
neras con los niños. Aplicar estos principios puede dad fundamental que tiene el niño, existen todavía
tornarse exigente para nosotros, los adultos; esto en nuestras sociedades numerosas diferencias en
requiere comprender todas sus implicaciones y la aplicación de este principio. Una primera situa-
consecuencias. En la vida diaria, jugar significa pa- ción de hecho, acentúa la distancia entre los verda-
ra el niño muchos placeres pequeños, y para el deros intereses lúdicos de los más pequeños y el
adulto, muchas concesiones pequeñas. Jugar pue- ejercicio real de este derecho de la vida diaria. Mu-
de traducirse en una necesidad, en un momento chas veces, debido al desconocimiento de las prin-
dado, de hacer ruido mientras el adulto quisiera lo- cipales características del desarrollo del niño, nu-
grar, por fin, una cierta calma y tranquilidad; jugar merosas familias ignoran la importancia de las
actividades lúdicas en las primeras etapas evoluti- Si consideran a padres y niños solamente como
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juego parecía haber desaparecido del universo de rísticas de la infancia, hace que el adulto empuje al
los niños en los territorios ocupados. Los niños no niño a veces demasiado temprano hacia la edad
jugaban más que a la Intifada y se había vuelto adulta, olvidándose de que un niño feliz es un niño
muy difícil establecer la diferencia entre el juego y que puede vivir plenamente su infancia.
la realidad. Los niños jugaban de manera extrema-
Todos tenemos buenos recuerdos de los principales
damente violenta y hasta llegaban a maltratarse
juegos de nuestra infancia. Cualquiera que sea el
entre ellos durante sus juegos. Tras tirar piedras a
juego o el medio particular donde nos hemos cria-
los soldados en situación de guerra o en situación
do, todos tenemos un recuerdo de nuestro juego
de juego parecía confundirse en la mente de estos
más lindo, del que jugábamos con nuestros pa-
jóvenes, fácilmente considerados por su familia co-
dres, nuestros hermanos o nuestros amigos. Sin
mo niños mártires o niños héroes.
embargo, para nosotros los adultos, interpretar lo
En un medio ambiente de violencia permanente que significa jugar para un niño no es siempre fá-
debida a la guerra o a situaciones socioeconómicas cil, porque esta interpretación varía de una perso-
extremadamente serias, los niños están, como los na a otra.
adultos, obligados a luchar diariamente para de-
¿Trabajar o jugar? Ahí está la pregunta. Varias es-
fender su supervivencia; los puntos de referencia
cuelas de psicología se confrontan. El único verda-
están borrados y el juego ya no cumple el papel
dero consenso es cuando rememoramos los juegos
esencial que permite socializar según reglas cono-
de nuestra infancia. Jugar por jugar es escoger li-
cidas y aceptadas en una misma cultura: todo está
bremente. La verdad es que este concepto es difícil
dado la vuelta, ya que se debe sobrevivir con toda
de aplicar. A veces, el adulto interpreta como un
urgencia. Las fronteras de la vida, del sufrimiento y
juego una actividad que no es lúdica y otras veces
de la muerte ya no tienen el mismo significado; la
no cree que el niño está jugando cuando en reali-
moral y los valores positivos que intentan transmitir
dad lo está.
los adultos ya no pueden apoyarse en una realidad
concreta. Poder contribuir a jugar en tiempos de Dentro del marco proyecto «Una ludoteca para ti».
guerra es un medio de preservar una salud mental Nos hemos reunido aquí para reflexionar sobre el
sana a pesar de todo. juego, un derecho que, en realidad, no siempre
respetamos. Como adultos responsables y cons-
Sin tener que padecer en este momento las limita-
cientes, debemos tratar de sacar el mejor provecho
ciones que conllevan las situaciones de guerra, al-
de este tipo de servicio: las ludotecas constituyen
gunos barrios urbanos muy desfavorecidos tienen
lugares adaptados a la necesidad de jugar que tie-
que encarar situaciones de extrema miseria. Poder
nen los niños. Esto no significa que el niño no deba
seguir jugando, poder jugar a pesar de todo, es el
respetar consignas y reglas de funcionamiento. Al
primer elemento de supervivencia que hay que
contrario, en la ludoteca aprende el niño a respetar
mantener en la vida de los niños socialmente per-
a los demás en un medio adaptado a sus necesida-
turbados. La ludoteca debe influir, en su medida y
des. Pero, la ludoteca no es la escuela ni el kinder,
con los limitados recursos, en el modelo de la socie-
ni tampoco es un jardín infantil.
dad para favorecer espacios lúdicos para los niños.
Los juguetes y el placer de jugar
Debemos respetar el universo del niño, alimentarlo
con elementos de su cultura dándole siempre el de- La ludoteca puede revestir distintas formas porque
recho de jugar. A pesar del reconocimiento teórico es flexible en su misma concepción. Los juguetes
de este derecho al juego, existen sociedades que no reemplazan el placer y la acción de jugar. Por
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aplican este principio de manera muy diferente. muchos juguetes que tengamos en las ludotecas,
no necesariamente jugarán los niños. Ellos acom-
En nuestras sociedades de abundancia, hay todavía
pañan el juego. Son accesorios del juego. En las lu-
muchos niños privados de juguetes, mientras que
dotecas, se pueden prestar los objetos o se pueden
otros muchos están saturados de los mismos; la
utilizar en el mismo lugar y también se pueden fa-
misión esencial de dichos juguetes es sustituir la
bricar.
presencia de los adultos. Por muchas razones legí-
timas, el adulto muchas veces se olvida de su pro- Pero en realidad, ¿por qué importa tanto el juego?
pia infancia estando preocupado por su vida diaria, ¿No sería exagerado afirmar que jugar o no jugar
su supervivencia y su trabajo. Este olvido compren- puede ser una cuestión de vida o muerte? Sabe-
mos que la capacidad de jugar es una muestra de des primarias es la condición fundamental de la vi-
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enfermedad psíquica y hasta física. Los psicólogos da del niño durante su infancia. Si el bebé no es
hicieron este descubrimienbto hace años, después bien alimentado, su salud empezará a fallar. Y lo
de la última guerra mundial, cuando se dedicaron mismo sucede con el desarrollo cognitivo. Si com-
a estudiar a los bebés y niños abandonados. paramos a dos bebés nacidos al mismo tiempo y
dotados de un mismo potencial, a uno de los cua-
Pero esta mejor comprensión de la importancia del
les se le ofrece un ambiente estimulante, mientras
juego en las etapas del desarrollo del niño hubiera
al otro se le deja durante horas, contemplando el
tenido que contribuir a modificar los enfoques edu-
techo, no tardaremos en observar una notable di-
cativos actuales. Las implicaciones prácticas de este
ferencia entre ambos.
tipo de filosofía asustan a más de un adulto; algu-
nos adultos temen, de manera confusa, perder su Un niño a quien se hable, hablará en general bas-
poder de adulto sobre los niños o temen perder su tante más que un niño al que no se le ha hablado,
privilegio de ser quienes todo lo saben frente a un al igual que el juego es una de las habilidades que
niño aparentemente más autónomo o más activo. los niños aprenden en buena medida a través de la
imitación. El desarrollo mental se parece mucho al
Un niño más autónomo y más activo
su desarrollo físico. Si se alimenta bien a un bebé
El mundo de los adultos es un mundo de objetivi- sano, lo más probable es que continúe creciendo.
dad, un mundo que el niño se encuentra dado. Es Cuando el niño juega, aprende, trabaja, reinventa
el mundo de los objetos con sus cualidades perma- para él, a su manera y a su ritmo, gran parte de las
nentes y modos de uso, el mundo del lenguaje, de competencias que le permitirán acceder a todo el
las concepciones e ideas lógicas, es el mundo de saber humano.
los adultos y de sus relaciones.
Según el psicólogo Piaget, las concepciones infan-
Podemos proporcionar tiempo y materiales que al tiles son diferentes de las del mundo adulto. El ob-
niño permitan experimentar un mundo que él jeto y su denominación, la fantasía y la realidad, la
comprenda. El bebé está descubriendo que las co- mentira y la verdad son para el niño conceptos que
sas hacen ruido, se caen y que incluso siguen exis- no van separados con suficiente precisión. La situa-
tiendo aunque desaparezcan de la vista. Observe a ción lúdica no tiene limitaciones rigurosas. Piaget
un niño pequeño explorar los objetos, la configu- estimaba que el juego era una de las manifestacio-
ración, el color, el gusto y la textura, y habrá asisti- nes más brillantes de esa peculiaridad del pensa-
do a la experiencia de ver cómo aprende un niño. miento infantil situado entre los primeros meses y
Los sentidos del olfato, la vista, el oído, el tacto y el el pensamiento de los adultos.
gusto son las herramientas que el niño utiliza para
comprobar, comparar y aprender. El juego: elemento
de transmisión social de valores
El juego permite el contacto
del niño con el mundo El juguete es un elemento estimulador del juego; es
también, sin duda, un elemento de transmisión so-
El juego permite el contacto del niño con el mun- cial de valores y modelos, y los mismos objetos de
do, el afinamiento de la coordinación motora, jue- juego toman en el curso del desarrollo, nuevos signi-
go de fantasía, juego con amigos imaginarios, ficados. Por ejemplo, durante las primeras etapas de
juego de construcción, juego colectivo, juego elec- juego, el niño bañaba la muñeca, le daba de comer y
trónico e informático, etc. la acostaba. Con el tiempo, aparecen modificaciones
lúdicas; la conversión de la niña en mamá y de la
El juego siempre debe ser entretenido. La vida del
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cios de los cachorros y gatitos pequeños. Mead pen- tar artículos por unidades y hasta hacer las cuentas
saba que estos niños no encuentran en la vida de los y dar las vueltas.
mayores, modelos que los inciten a imitarlos. Recalca
Las observaciones demuestran que en el centro de
que los niños no encuentran en la organización so-
la actividad de los niños están las operaciones con
cial de los adultos modelos interesantes para sus jue-
el peso y otras medidas, los cálculos, etc. Pero se
gos representativos.
relegan a un segundo plano las relaciones entre las
También, porque los niños y las niñas juegan de di- personas en el proceso de la compraventa. Esto no
ferentes maneras y buscan juguetes diferentes, se quiere decir que Elkonin niegue la posibilidad de
puede discutir si se trata de un hecho adquirido o utilizar así el juego, pero al representar la actividad
cultural, o si, por el contrario se basa en las necesi- del chófer, del médico, del marino, del capitán, del
dades psicológicas, pero raramente se puede argu- vendedor, el niño no aprende de verdad ni a con-
mentar una condición genética. En este camino de ducir un automóvil auténtico, ni a guisar comida
comprensión y aceptación del propio sexo, se ne- verdadera, etc. Lo que importa principalmente es
cesitan signos de identificación. el placer de jugar.
El juego, durante una etapa que puede ir desde los La competición también tiene mucha fuerza en
7 hasta los 12 años, necesita tener referentes dife- nuestra cultura. Los resultados de esos juegos ex-
renciados por sexo. Pero si, por tradición, sólo da- traordinariamente reglamentados, que llamamos
mos muñecas y cocinas para las niñas y coches, «deportes», ocupan muchas páginas y secciones
tecnología y mecánica para los niños, estamos de los medios de comunicación, pues permiten al
manteniendo un círculo cerrado. occidental identificarse con un vencedor o perde-
dor. Un juego o deporte competitivo puede animar
Según el autor ruso, Daniel Elkonin, la importancia
mucho a un grupo, pero no nos aportará nada
puramente didáctica del juego, el valor que éste
nuevo si no observamos atentamente qué ha suce-
tiene para adquirir nuevas nociones o formar nue-
dido principalmente en nosotros.
vas aptitudes y facultades, es muy limitada. Así,
por ejemplo, se puede organizar el juego a las tien- ¡Jugar por el placer de jugar! Jugar con o sin ju-
das con el fin de enseñar a los niños a utilizar el pe- guetes, pero ¡poder jugar! Jugar para vivir la infan-
so. Para ello se introducen en el juego una balanza cia como deberían hacerlo todos los niños de este
y pesas reales para aprender a medir y pesar unos planeta. Incluso si el juego no hace milagros, pue-
u otros objetos ejecutando por turno las funciones de ayudar de manera sorprendente a echar raíces
de vendedores y compradores. En estos juegos, en la vida.
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