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Quizás leíste esta pregunta y ya estás pensando en dejar esta carta,

pero te pido que no lo hagas. Tomate un tiempo y hazlo por mí, que
dediqué algunos minutos para pensar en la forma en que puedo llegar
a ti. 

¿Para qué vivir? No es una pregunta de adultos, porque ellos ya tienen


sus vidas definidas. Felices o fracasados, consideran que no hay opción de cambio. Tampoco
es una pregunta de ancianos (creo que puedes entender por qué lo digo). De más estaría
decirte que no es una pregunta de niños. Ellos ni saben lo que es la vida. 

Es una pregunta nuestra, tuya y mía. Sé que es común responder: “¡yo que sé!”; “¡no me
importa!”; “¡nunca me lo cuestioné!”; “¡no estoy en esa, lo importante es vivir!” 

No te dejes engañar. Evitando la respuesta te estás quitando la posibilidad de ser feliz. Te


preguntarás ¿qué tiene que ver la felicidad con el sentido de la vida? La respuesta es
sencilla. ¿Alguna vez tuviste la posibilidad de competir en algún deporte o actividad?, ¿por
qué lo hiciste?, ¿sólo para competir o para ganar? Si eres sincero, confesarás que buscabas
ganar. ¡Bueno, por esa misma razón vives! ¡Para ganar! 

Pero, ¿qué hacer para ganar?  

Es muy fácil escuchar: ¡vive la vida!, ¡hazle caso a tu sed!; ¡vive la vida “loca”! Entonces
nos enseñan solamente a vivir y ello significa hacer lo que tu cuerpo te pide y experimentar
todo lo que más puedas. Alucinar unas horas bajo los efectos de algo, o por ahí, “vivir la
vida” es salir los fines de semana con el objetivo de tomarte unas cervezas con tus amigos
para ver de qué eres capaz. También puede ser que estés buscando alguna persona con la
cual pasar un rato solamente, porque como dicen por ahí, “hay que probar para después
elegir lo mejor”. 

Si te sentís identificado con alguna de estas situaciones, vivir la vida, para ti es vivir al
límite. Sé que es emocionante, pero estás poniendo en riesgo la vida y estas perdiendo el
control, dejando de vivir la vida, para que otros la vivan en tu lugar. 

Ya sé lo que estás pensando, ¡a mí no me va a pasar! ¿Te parece que esto es cierto? Piensa
por un momento lo contradictorio del mundo adulto. Puede ser que tus padres te prohíban
fumar, pero te piden que les vayas a comprar los cigarrillos a ellos. Te deben prohibir que los
insultes, pero entre ellos deben insultarse todo el tiempo. Te
deben prohibir tener aventuras, pero ocultan las que ellos pueden
tener por ahí. ¿Es un poco contradictorio no? 

Quizás sea fuerte lo que te estoy diciendo, pero el mensaje que


quiero transmitirte es: ¡NO TE DEJES ENGAÑAR! ¡Tu vida vale!,
y tienes una razón por la cual vivir. Esa esperanza no está en la
marihuana, o en la cocaína, porque son breves y te dañan
del mismo modo en que lo hace el alcohol. Esto no es ganar,
al contrario es perder. 
Me preguntarás entonces nuevamente, ¿qué es ganar? 

En realidad quiero hablarte de una esperanza que es eterna, que es la mía, que es la que
le dio un sentido a mi vida y la razón por la cual vivo. Ella me enseñó a tener un proyecto de
vida, a plantearme metas y a cumplirlas. Me enseñó a no mirar al costado para imitar lo
malo, sino para ayudar al caído. ¡Eso es ganar! 

¿Cómo tener esa esperanza? Lo que tienes que hacer es seguir las huellas de un joven de
33 años al que criticaron, al que llevaron a una cruz solamente por verlo como un
revolucionario. Deja que Él revolucione tu vida, como lo hizo con la mía. Su nombre es
JESÚS. 

Ábrele tu corazón y empieza a conocerlo. La Biblia dice que Él está


a la puerta de tu corazón y que golpea. Tú tomas la decisión.
Puedes abrirle o no, pero te aconsejaría que no dejaras pasar esta
oportunidad. Él le dio sentido a mi vida y a muchos otros jóvenes
que vivimos con Él a diario. Si probaste buscar cosas que te
llenaran y que te dieran una razón por la cual vivir y no la
hallaste, prueba ésta que te propongo hoy. No necesitas pagar, es
GRATIS y ETERNA. 

La Biblia dice que es “para todo aquel que en Él crea” y para que no te pierdas, sino que
puedas alcanzar la felicidad plena.  

Si quieres que Jesús entre en tu corazón y cambie tu vida, solo necesitas decírselo en pocas
palabras: “Jesús, quiero pedirte perdón por aquellas cosas que he hecho y sé que
están mal, me arrepiento y te pido que entres en mi corazón y que a partir de hoy
las cosas puedan ser diferentes. En tu nombre, amén”. 

Si te animaste, ¡fue la MEJOR DECISIÓN DE TU VIDA! La Biblia dice que ahora eres un
Hijo de Dios y que por lo tanto tienes vida eterna. Ahora sí, ¡eres un ganador! pues es Dios
mismo el que te ayuda a vencer y tu vida tendrá un propósito. 

Si quieres contarme la decisión que tomaste o alguna otra cosa, puedes escribirme a     
info@esperanzaenlaciudad.co m

Espero que nos volvamos a encontrar en otra oportunidad. Piensa en todo lo que te escribí y
¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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