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Más de 600 familias del campo en Bucaramanga

necesitan un puente nuevo


La comunidad afirma que varias personas han caído al vacío, incluso con sus caballos, debido
al mal estado en el que se encuentra un puente de tablas que se construyó hace más de medio
siglo en el área rural de Bucaramanga.

Hace 12 años se realizó el más reciente mantenimiento por parte de la Alcaldía de Bucaramanga a dicha
estructuta, denunció la comunidad. Desde el pasado viernes el Municipio inició reparaciones en este puente.
(Fotos: Jaime Del Río / VANGUARDIA)




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En el Corregimiento Dos de Bucaramanga, sus habitantes cuentan que hace unos 60 años se
levantó un rústico puente para facilitar la movilidad en cuatro veredas de la zona. Aunque
pasaron varias décadas, las más de 600 familias que habitan allí actualmente usan el paso
elevado que se hizo con madera y cables de acero.
Su estructura “no ha cambiado nada en más de medio siglo”, afirma la comunidad. El piso,
elaborado con tablas, debe resistir el paso de caballos, mulas y de vehículos con cargas de
alimentos que producen los lugareños.
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Los líderes comunales afirman que cada tres años se debe hacer mantenimiento al puente, y
señalan que han tenido que reunir dinero entre los vecinos para hacer las reparaciones “porque
la Alcaldía no ha estado pendiente”.
Recientemente el Municipio inició tareas para arreglar este paso elevado, que se ubica en
inmediaciones de la vereda Bolarquí Bajo, en el kilómetro 12 de la vía que desde Bucaramanga
conduce a Matanza.
Sin embargo, tales intervenciones contemplan el recambio de tablas, cables de acero y pilares.
Básicamente, se renovarán los materiales de la vetusta estructura. La comunidad reclama un
nuevo puente, uno más resistente y perdurable, que brinde una solución definitiva.
“Es un paso muy importante”
María Flórez, líder comunal de la vereda Bolarquí Bajo, narró a Vanguardia que “hace más de
40 años vivo en la vereda y desde que tengo memoria existe ese puente. Es un paso muy
importante para cuatro comunidades. Además de ser nuestra salida principal, por ahí sacamos
lo que producimos; somos agricultores, piscicultores, avicultores y porcicultores.
“El último mantenimiento que hizo la Alcaldía en el puente fue hace 12 años. Hace tres años se
hicieron algunas reparaciones, pero con plata de la comunidad. Ya han sucedido accidentes,
como personas que han caído con todo y caballos, y varios carros han quedado atascados”,
agregó Flórez.
Debido a la falta de mantenimiento y ante los múltiples daños sufridos, en varias ocasiones este
paso elevado ha quedado prácticamente sin piso.
Embarazadas, padres con bebés en brazos y hasta personas de la tercera edad han tenido que
poner a prueba su equilibrio y arriesgarse a pasar dicho puente usando improvisados tablones o
palos como superficie.
Cuando el deterioro del puente es así de avanzado, la población padece grandes barreras y
serios problemas para sacar los productos desde sus fincas.

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