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Delitos contra el

honor

Derecho
Penal II

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Delitos contra el honor
Bien jurídico protegido. Sistematización.
En este tipo de figuras el bien jurídico que la norma intenta proteger, y que la
acción del autor lesiona, es el honor. El honor es la propia personalidad, entendida
como la suma de cualidades físicas, morales, sociales y/o profesionales, valiosas para
la comunidad y atribuibles a una persona. El honor subjetivo u honra, está constituido por
las cualidades que se atribuye el
propio interesado. En cambio, cuando son terceros los que atribuyen esas
cualidades al interesado, se habla de “honor objetivo” o crédito. No es requisito que el
sujeto pasivo de la ofensa posea realmente las cualidades valiosas que se le niegan,
se presupone que siempre existe honor.
Subjetivamente los delitos contra el honor reclaman el conocimiento del carácter
ofensivo de las expresiones por parte del sujeto activo, y la voluntad de ofender al
sujeto pasivo con el desarrollo de esa conducta. Asimismo, la nueva redacción de la
ley N° 26.551 del año 2009, requiere que las injurias y calumnias sean hechas de
manera asertiva. Con ello se requiere que se afirme de manera categórica alguna
cualidad deshonrosa hacia la persona. Todo ello significa, que las mismas requieren
dolo directo, y con un especial animus injuiriandi, atento a que la misma ley derogó las
injurias equívocas o encubiertas existentes en el Código. Finalmente, sólo pueden ser
sujetos pasivos de este tipo de delitos las personas físicas, no así, las personas jurídicas.

Injuria
Art. 110. El que intencionalmente deshonrare o desacreditare a una persona física determinada será
reprimido con multa de pesos mil quinientos ($ 1.500.-) a pesos veinte mil ($ 20.000.-). En ningún
caso configurarán delito de injurias las expresiones referidas a asuntos de interés público o las que
no sean asertivas. Tampoco configurarán delito de injurias los calificativos lesivos del honor cuando
guardasen relación con un asunto de interés público.

Concepto, medios, aspectos subjetivo.


La injuria es una ofensa genérica al honor ajeno, por contraposición a la calumnia
que es una ofensa especializada. La “deshonra” es una lesión al derecho que tienen las
personas a que los terceros respeten las cualidades que -según su propia
estimación- le asignan a su personalidad. La “desacreditación” es una lesión al
derecho que tienen las personas a que no se perjudique la opinión que sobre su
personalidad puedan tener los terceros (fama o reputación). El descrédito no solo
requiere que trascienda a terceros, sino que exista voluntad de lograr esa
trascendencia.
La injuria entonces, en sus dos modalidades: deshonra y descrédito, consiste
en la imputación de una calidad, costumbre o conducta socialmente disvaliosa, aún
cuando las imputaciones sean verdaderas. Es un delito doloso que se consuma
cuando ésta llega a conocimiento de su destinatario o un tercero, es además formal, y no
requiere que el hecho dañe efectivamente la honra o el crédito ajeno.
La prueba de la verdad.

Art. 111. El acusado de injuria, en los casos en los que las expresiones de ningún modo estén
vinculadas con asuntos de interés público, no podrá probar la verdad de la imputación salvo en los
casos siguientes:
1- Si el hecho atribuido a la persona ofendida, hubiere dado lugar a un proceso penal.
2- Si el querellante pidiera la prueba de la imputación dirigida contra él.

En estos casos, si se probare la verdad de las imputaciones, el acusado quedará exento de pena.

Una consecuencia del modo objetivo de proteger el honor, es la prohibición de “la


prueba de la verdad”, salvo que un interés social más valioso que el honor individual exija
la acreditación. Este supuesto está reglado en el Art. transcripto, y su desarrollo puede
estudiarse sin dificultad del manual de la bibliografía básica. Sin embargo, debemos tener
presente que en orden a la pruebas de la injuria, la nueva ley prevé que no
constituyen calumnia o injuria, aquellas expresiones referidas a asuntos de interés
público, sin que sea necesario, ni probar que se esta defendiendo un interés público, y
sin que sea preciso que ese interés público sea actual. De este modo, cualquier
conducta ofensiva relacionada con un interés público, actualmente es una conducta atípica.

Con relación a la figura que estamos analizando, y en comparación la el


delito de “calumnia”, el TSJ señaló lo siguiente: “…la doctrina actualmente afirma en forma
unánime que los delitos contra el honor ofenden a las personas de manera directa e
inmediata en su personalidad, vale decir, en el conjunto de las cualidades morales,
jurídicas, sociales y profesionales, apreciadas como valiosas por la comunidad,
atribuibles a las personas (Ricardo C. Núñez, Derecho Penal Argentino, Omeba,
Buenos Aires, 1964, T. IV, ps. 18/19; Sebastián Soler, Derecho Penal Argentino,
T.E.A., Buenos Aires, 1970, T. III, p. 184; Carlos Fontán Balestra, Tratado de Derecho
Penal, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1968, T. IV, p. 401; Carlos Creus, Derecho
Penal: Parte Especial, Buenos Aires, Astrea, 1999, T. 1, p. 125). Con respecto a este
bien jurídico, el Código Penal prevé solamente dos tipos fundamentales de delitos contra
el honor: el de injurias es el tipo genérico, y consiste en "deshonrar o desacreditar a otro"
(art. 110 C.P.); el delito de calumnias es un tipo específico en relación al anterior, porque
consiste en imputar falsamente a otro un delito que de lugar a una acción pública (art.
109 C.P.) (Ricardo C. Núñez, op. cit., p. 55; Carlos Creus, op. cit., T. 1, p. 131). Ahora
bien, en lo que aquí concierne, es conveniente destacar el carácter imputativo de la
conducta injuriosa. En efecto, la injuria, como deshonra o como descrédito, es siempre
una conducta significativa de desmedro para las calidades estructurantes de la
personalidad. Debe estar constituida, por consiguiente, por imputaciones de
calidades, costumbres o conductas susceptibles de ser apreciadas como peyorativas
para la personalidad del ofendido, por éste o por los terceros. Para arribar a esta
conclusión, se sostiene que el art. 110 del Código, apartándose del Proyecto Tejedor
(part. II, tít. VII, art. 1), el Código de 1886 (art. 179) y el Proyecto de 1891 (art. 138),
inspirados a su vez en el Código peruano de 1862 (art. 281) y en el Código español de
1848 (art. 379), abandonó el menosprecio como forma constitutiva de injuria y mantuvo la
deshonra y el descrédito como tipos posibles de este delito. Pero al proceder así, el
legislador no entendió comprender en la deshonra el menosprecio, esto es, la conducta
que sin imputarle a la víctima de ella una calidad, costumbre o conducta deshonrante, la
tiene en menos de lo que merece por su dignidad o decoro. Tanto es así, que el artículo
111 supone que la injuria implica siempre una imputación al ofendido susceptible de
probarse por el querellado. Esto no puede ocurrir respecto del simple menosprecio, el
cual no señala calidad, costumbre o conducta de la víctima sometible a prueba. Además,
cuando la ley ha querido castigar las infracciones al decoro, lo ha hecho específicamente (como
ocurría con el desacato del art. 244, Cód. Penal, que derogó la ley 24.198) (Cfr. Ricardo C.
Núñez, op. cit., p. 58; Carlos Fontán Balestra, op. cit., p.
432; Carlos Creus, op. cit., p. 125)…” (16/11/99, autos "Querella formulada por Clara Bomheker c/
Isaac Jacobo Plotnik p.s.a. injurias e incumplimiento de los deberes de asistencia familiar -
Recurso de Casación-" – Expte. "Q", 04/98).

Injurias recíprocas y en juicio.


Injurias recíprocas:

Art. 116. Cuando las injurias fueren recíprocas, el tribunal podrá, según las circunstancias,
declarar exentas de pena a las dos partes o a alguna de ellas.

Las injurias no adquieren el carácter de recíprocas porque el querellante y el


querellado se hayan injuriado uno a otro (simultáneamente). Este carácter se
adquiere cuando una de las injurias tiene su causa en la otra, es decir, debe existir entre
ambas una relación de causalidad subjetiva (se injuria en razón de una injuria sufrida
anteriormente, y a causa de ésta). No es necesario que las “injurias” sean
equivalentes, simultáneas (que se hayan dado en un mismo contexto), ni que se
encuentren temporalmente próximas. La facultad del juez constituye una excusa
absolutoria (si bien es facultativa, no implica que pueda ser discrecional).

Injurias en juicio:

Art. 115. Las injurias proferidas por los litigantes, apoderados o defensores, en los escritos,
discursos o informes producidos ante los tribunales y no dados a publicidad, quedarán sujetas
únicamente a las correcciones disciplinarias correspondientes.

Esta excepción funciona para las injurias, y no para los supuestos de calumnias,
debido a que en estos casos existe un interés social en que se averigüe la posible
comisión de un delito.
Este supuesto no presenta mayores dificultades. No obstante conviene
resaltar los
siguientes aspectos señalados por la jurisprudencia de la Cámara Nacional en lo
Criminal y
Correccional
Federal:
1) “…No es procedente aplicar la excusa absolutoria prevista en el art. 115,
C.P. -de aplicación si las expresiones prima facie injuriantes son proferidas en juicio
y no son dadas a publicidad-, cuando las frases injuriantes habrían sido
pronunciadas directamente ante periodistas en el marco de una entrevista televisiva.
La expresión "en juicio" se refiere exclusivamente a los escritos, discursos o
informes que se produzcan ante los Tribunales. Es que el motivo de esta norma es el
resguardo del derecho a la libre defensa en juicio, es decir, en los procesos judiciales en
los que se dirima un litigio, sea dentro del principal o en sus incidentes. No puede
extenderse a cualquier otro ámbito en que se pretenda desmentir una acusación. El
giro "dadas a publicidad" se refiere a que las expresiones sean sacadas
intencionalmente por el autor del ámbito desaparece la necesidad de resguardar el
ejercicio de la defensa en juicio

Autos: “SOAJE PINTO, José M - 8/08/02 - c. 17.813”,


Sala VI.
2) “… Si los términos considerados injuriosos por el querellante habrían sido
vertidos en el trámite de procesos judiciales, es aplicable la exención contemplada en
el art. 115 del código sustantivo. "Pensamos que el art. 115 se refiere también a
las injurias proferidas contra terceros. La norma es amplia pero no ilimitada (...) El
límite de las injurias comprendidas está, pues, fijado por la naturaleza de su
contenido vinculado a la controversia, sean dirigidas a las partes o a terceros". "Las
injurias a las que se refiere el art. 115 del C.P. son las que se profieren en los
escritos presentados por los litigantes en un juicio y mientras se desarrollen dentro
de ese contexto y no sean dadas a publicidad, se los exime de responsabilidad. La
expresión "en juicio" se refiere exclusivamente a los escritos, discursos o informes
que se produzcan ante los Tribunales. Es que el motivo de esta norma es el
resguardo del derecho a la libre defensa en juicio, es decir, en los procesos judiciales en
los que se dirima un litigio, sea dentro del principal o en sus incidentes". Si las
cuestiones vertidas en el juicio no fueron comunicadas a terceros ajenos al juicio, no
se han dado a publicidad sino que, en todo caso, fueron conocidas por las partes
interesadas en los pleitos y por los órganos estatales encargados de investigar
y juzgar. Por ello, corresponde confirmar el auto que desestima la causa por
inexistencia de delito…”.
Autos: “FILANDINO, Lucrecia R. - 23/05/06 - c. 28.943”,
Sala VI.
3) “…Si las actuaciones se iniciaron a raíz de la querella incoada por el apoderado
de la querellante quien indicó que las calumnias habrían sido proferidas al
momento de la presentación de un escrito por parte de la querellada en el Juzgado
Comercial en los autos que allí tramitan, el hecho investigado, de adecuarse a algún
tipo penal sería el de injurias y no el de calumnias. "La imputación calumniosa requiere
que se atribuya un delito determinado o, cuando menos, determinable como hecho
real; no basta por consiguiente, atribuir un delito según la calificación exclusivamente
penal; es imprescindible que la determinación se establezca en virtud de sus
circunstancias fácticas (víctima, lugar, tiempo, objeto, medios, otros), aunque no
contenga a todas, pero sí las que basten para permitir la individualización".
"Es suficiente con que la injuria se profiera en las circunstancias típicas del art.
115 para que sea procedente la exención, aunque no concierna específicamente al
objeto del juicio en el cual se produce". "Se ha puesto de acuerdo la doctrina en que
la publicidad mencionada por la norma no es el procedimiento destinado a que la
ofensa tome estado público con su conocimiento por un número indeterminado
de personas, sino la circunstancia de que ese conocimiento haya sido llevado, por
obra intencional del agente, a terceros ajenos al juicio, antes de la presentación de
la instancia en el tribunal (...) o después de ella ..." .
"Las injurias a las que se refiere el art. 115 del C.P. son las que se profieren en los
escritos presentados por los litigantes en un juicio y mientras se desarrollen dentro de
ese contexto y no sean dadas a publicidad, se los exime de responsabilidad. La
expresión "en juicio" se refiere exclusivamente a los escritos, discursos o informes
que se produzcan ante los Tribunales. Es que el motivo de esta norma es el
resguardo del derecho a la libre defensa en juicio, es decir, en los procesos judiciales
en los que se dirima un litigio, sea dentro del principal o en sus incidentes". En
consecuencia, debe confirmarse el auto que desestima la querella.
Autos: “BARBERO, Delfina - 18/04/06 - c. 29.055”,
Sala VI.

Calumnia.
Definición.

ARTICULO 109. - La calumnia o falsa imputación a una persona física determinada de la comisión
de un delito concreto y circunstanciado que dé lugar a la acción pública, será reprimida con multa
de pesos tres mil ($ 3.000.-) a pesos treinta mil ($ 30.000.-). En ningún caso configurarán delito de
calumnia las expresiones referidas a asuntos de interés público o las que no sean asertivas.

Estructura del delito.

Mientras que en la injuria los términos ofensivos no está tipificados, en la


calumnia si (delito que dé lugar a la acción pública). Se justifica que esta conducta
esté más severamente penada por la naturaleza de la imputación y el peligro que para el
ofendido implica la eventualidad de verse sometido a un proceso penal. La calumnia
consiste en atribuir a una persona determinada –verbalmente, por escrito o por otro
acto- y a sabiendas de la falsedad de la imputación, ser autor o partícipe de un delito
perseguible mediante acción pública. Sujeto activo y pasivo: sólo personas físicas. No
es suficiente atribuir una conducta criminal indeterminada (ejemplo “Ud. es un
ladrón”), ya que esa conducta tipificaría como injuria. Resulta imprescindible que se
señalen las circunstancias del hecho delictivo que se atribuye al sujeto pasivo. No
estaremos ante una calumnia si el hecho (tal como fuera descripto por el sujeto activo),
ocurrió realmente. La calumnia se consuma cuando la falsa imputación llega al propio
sujeto o a un extraño. Admite tentativa.

En cuanto a esta figura, el TSJ de la Provincia de Córdoba, señaló “… en el plano


objetivo, para que se configure el delito de calumnias es necesario que la imputación
delictiva realizada sea falsa; la falsedad de la imputación es un requisito expresamente
contemplado (T.S.J., Sala Penal, S. Nº 3, 10/03/04, “Querella Riutort de De la Sota c/
Martínez García”; Núñez, Ricardo C., Derecho Penal argentino, Bibliográfica Omeba,
Buenos Aires, 1964, T. IV, ps. 57, 58 y 134; Soler, Sebastián, Derecho Penal
Argentino, T.E.A., Buenos Aires, 1970, T. III, ps. 219 y 240; Fontán Balestra, Carlos,
Tratado de Derecho Penal, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1968, T. IV, p. 457 y
483; Creus, Carlos, Derecho Penal. Parte Especial", Astrea, Buenos Aires, 1999, T. I,
ps. 136 y
143; Vázquez Rossi, Jorge, La protección jurídica del honor, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe,
1995, p.
67; Pérez Barberá, Gabriel, Libertad de prensa y derecho al honor: Repercusiones
dogmático- penales de la doctrina constitucional de la "real malicia", Alveroni,
Córdoba, 1999, p. 41). En consecuencia –se agregó– la esencia de la calumnia es
subjetiva, y la imputación es falsa cuando el autor, conociendo en forma cierta que la
víctima es inocente o en la duda sobre ello, le atribuye un delito incierto, o un hecho
cierto con circunstancias inciertas que lo vuelven delictivo, o una responsabilidad
inexistente en un delito cierto (v. Núñez, op. cit., ps. 133 y 134; Soler, op. cit., ps.
253 y 254; Creus, op. cit., 136; Vázquez Rossi, op. cit., 65. T.S.J., Sala Penal, S. nº 100,
2/11/01, "Sarsfield Novillo c/ Croce"; “Querella Riutort de De la Sota c/ Martínez García”,
cit.). Es que, con acierto ha señalado Carlos Creus, la falsedad objetiva de la imputación no
implica de por sí el dolo (Carlos Fontán Balestra, op. cit., p. 495)…” (04/09/07, autos
“Querella presentada por Grahovac, Walter Mario c/ Julia Antonia Azzetti por injurias y
calumnias -Recurso de Casación-” - Expte. “Q”, Nº 3/05)1.

Figuras comunes.

Publicación o reproducción de la calumnia e injuria ajena.


Propagación de la injuria o calumnia por la prensa. Retractación.
Art. 117 bis del CP.

ARTICULO 113. - El que publicare o reprodujere, por cualquier medio, injurias o calumnias
inferidas por otro, será reprimido como autor de las injurias o calumnias de que se trate, siempre
que su contenido no fuera atribuido en forma sustancialmente fiel a la fuente pertinente. En ningún
caso configurarán delito de calumnia las expresiones referidas a asuntos de interés público o las
que no sean asertivas.

Para este tipo penal no interesa la responsabilidad del “otro”. El que publica es
ajeno a la ofensa. Sin embargo, cuando el contenido de las calumnias o injurias mismas
son atribuidos a una persona, quien publica o reproduce se encuentra exento de pena.

Propagación de la injuria o calumnia por la prensa.

Art. 114. Cuando la injuria o calumnia se hubiere propagado por medio de la prensa, en la Capital
y territorios nacionales, sus autores quedarán sometidos a las sanciones del presente Código y el
juez o tribunal ordenará, si lo pidiere el ofendido, que los editores inserten en los respectivos
impresos o periódicos, a costa del culpable, la sentencia o satisfacción.

Se trata de una medida reparatoria para el ofendido por la injuria o calumnia


publicada por un medio de prensa.

1
Ambos fallos se encuentran agregados en la carpeta de “Fallos y dictámenes” correspondiente a esta
unidad. En ellos puede advertirse cómo se valora la prueba en el caso concreto y qué elementos no pueden
faltar a los fines de tener por configurados estos delitos.
Art. 117 bis del CP.

ARTICULO 117 bis.


1°. (Inciso derogado por art. 14 de la Ley N° 26.388, B.O. 25/6/2008)
2°. La pena será de seis meses a tres años, al que proporcionara a un tercero a sabiendas
información falsa contenida en un archivo de datos personales.
3°. La escala penal se aumentará en la mitad del mínimo y del máximo, cuando del hecho se
derive perjuicio a alguna persona.
4°. Cuando el autor o responsable del ilícito sea funcionario público en ejercicio de sus funciones,
se le aplicará la accesoria de inhabilitación para el desempeño de cargos públicos por el doble del
tiempo que el de la condena.

Retractación:

ARTICULO 117. - El acusado de injuria o calumnia quedará exento de pena si se retractare


públicamente, antes de contestar la querella o en el acto de hacerlo. La retractación no importará
para el acusado la aceptación de su culpabilidad.

La “retractación” es el acto por el cuál el culpable, arrepentido, se desdice en el


trámite del juicio de la imputación injuriosa o calumniosa. No es necesario que asuma que
mintió, sino que la retractación supone que él ofensor se reconoce culpable y que en
un acto de arrepentimiento afirma la inexactitud de sus dichos. De esta forma se excusa
la responsabilidad penal, no la civil.

Delitos contra el honor y la libertad de prensa.

Como bien lo señala Ricardo Núñez, el honor y la libertad de prensa son bienes
muchas veces enfrentados. El honor, como derecho personalísimo del hombre, es
resguardado mediante la figura de la injuria, aun cuando lo que se exponga de una persona
sea cierto. El segundo un derecho de los hombres, ganado no a costa de pocos
sacrificios, que implica o se relaciona directamente con la libertad institucional. Son
los jueces los que deben decidir cuándo este segundo derecho avasalla
legítimamente al primero, imponer los límites, y en su caso, las sanciones que
correspondan (Manual de Derecho Penal – Parte Especial, Núñez, página 110/11).

La acción penal en los delitos contra el honor.

Ver artículos 71/75 del Código Penal. Para mayor abundamiento, y teniendo en
cuenta que el tema no presenta dificultades, ver Manual de Derecho Penal – Parte
Especial, Núñez, página 109.
Teniendo en cuenta el desarrollo eminentemente teórico de las unidades, se les
recomienda leer los fallos y dictámenes fiscales que se agregan en una carpeta adjunta
a la presente unidad o lectura. La intención es que ustedes tomen contacto directo con
"Derecho penal II" en toda su dinámica, y en este sentido, qué mejor método que el
estudio de las resoluciones emanadas por los tribunales o procuradores fiscales,
quienes tienen la tarea de poner en marcha todo el andamiaje teórico que compone
nuestra materia. Algunos fallos son extensos, y no son de tipo obligatorio, no obstante
se aconseja -en la medida de su tiempo- su lectura

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