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Imagen: lección 1 ¿La participación para qué?

Imagen logo Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal y Escuela de Participación.

Introducción

El primer curso de este ciclo se denomina “El Encuentro es Ciudadano”, con este te animarás a ser
parte de este escenario, encontrarás los elementos conceptuales y prácticos pertinentes para
resolver diferencias propias de las conversaciones entre seres humanos con intereses, necesidades
y expectativas distintas. Si eres Consejera/o Local de Planeación, o miembro de CLIP, habrá un
módulo especial que te aportará elementos teóricos y prácticos pertinentes para tu rol.

Los Encuentros Ciudadanos tienen una importancia estratégica. En términos políticos, constituyen
el primer momento de encuentro ciudadano con el nuevo Gobierno para reconocer qué ha pasado
en el territorio, revisar las distintas visiones de desarrollo presentes en las UPZ/UPR (Unidad de
Planeación zonal o Rural, o conjunto de barrios, cabildos indígenas y veredas) en cada localidad.
Es una oportunidad para mirarnos con satisfacción por los logros alcanzados como comunidad y
para proyectar las acciones requeridas para promover el bienestar colectivo y avanzar en los retos
pendientes.
Imagen: espacio abierto, estilo feria de servicios en donde se encuentra la Alcaldía Local, el
representante del Consejo de Planeación Local. Adicionalmente, se observa a una lideresa de la
comunidad, un indígena Muisca y la una persona con discapacidad visual.

Normativamente, los Encuentros Ciudadanos son el primer escenario de encuentro y deliberación


para la construcción de los Planes de Desarrollo Locales. Cada una de las veinte (20) localidades de
Bogotá se alista para definir, por Unidades de Planeación Zonal o Rural, sus prioridades para los
próximos 4 años, tomando como referencia los cinco (5) ejes el Plan de Desarrollo Distrital
propuesto para el periodo 2020-2024. Aunque normativamente se denomina “Encuentro
Ciudadano” a este periodo inicial de planeación basada en el Plan de Desarrollo, este encuentro
no es único, es una secuencia de encuentros que inician con la planeación, se consolidan con la
participación en sesiones de las Juntas Administradoras Locales (JAL), tanto en la definición del
Plan de Desarrollo Local, como en la definición de proyectos de inversión para cada uno de los
años cubiertos por el plan de desarrollo, y terminan con las audiencias de rendición de cuentas de
la administración. Así, el ciclo de la planeación se consolida con la comprensión de los alcances y
las competencias de cada actor y con la participación activa de la ciudadanía en todo el ciclo del
proceso.

¿Has estado en un Encuentro Ciudadano? ¿Has percibido que algunas veces se torna complejo y se
hacen visibles las angustias y problemas del territorio? ¿Sientes que el final, más que un encuentro
es una pelea?

El encuentro entre los seres humanos no siempre es fácil, de hecho, que sea algo complejo
también lo hace interesante. Aunque no debe llegar al punto de generar diferencias
irreconciliables, el encuentro entre personas distintas, con intereses y expectativas que en un
principio pueden resultar contrapuestas, en realidad es la oportunidad para darnos cuenta de la
importancia de escuchar y construir valores y bienes públicos desde los puntos en común, sin
perder, anular o renunciar a las diferencias.

En este curso, encontrarás no sólo información que será útil para que te acerques a estos
Encuentros Ciudadanos, sino también algunas pistas que te ayudarán a comprender el valor de la
diferencia, de la diversidad, la relevancia del diálogo y la importancia de la construcción
colaborativa, incluso en contextos de conflicto. La construcción de acuerdos es posible, e incluso
para las democracias es deseable llegar a acuerdos por consenso conflictivo, que preserven las
diferencias y la diversidad de valoraciones.

¿La participación para qué? … Para transformar las relaciones de poder


Imagen que tiene con 7 recuadros. En el primer y segundo recuadro se encuentra una mujer de
Mujer de 35 años en el Parque de Lourdes diciendo ¿Participar? Eso no sirve. Siempre son los
mismos peleando por lo mismo. Yo en peleas no me meto. En el tercer recuadro se encuentra un
Hombre de 60 años en Plazoleta de Usme diciendo ¿Participar? Jajajajaja ¿Legitimar lo que se
ganan esos políticos corruptos? ¡Ni bobo que fuera! En el cuarto y quinto recuadro se encuentra
una Mujer trans de 25 años en la esquina de la carrera séptima con Jiménez, al frente del Banco de
la República quien dice ¿Participar? Esos cuchos toda la vida han estado ahí, con la comunidad,
pero el Estado no les da nada. En los recuadros seis y siete se observa a una mujer indígena de 40
años vendedora ambulante en un puente de Transmilenio diciendo ¿Participar? Si no somos
tomados en cuenta en la ciudad. Somos invisibles.

¿Alguna vez has pensado cómo sería tu vida si no tuvieras el derecho a participar? Imagina si no
pudieras escribir o dar a conocer tus opiniones sobre las decisiones de los gobiernos, si por hacer
propuestas de cambio te reprimieran… Imagina que no pudieras discutir, escribir, proponer, hacer
plantón o reaccionar frente a decisiones del Estado. El derecho a participar no es un asunto
estático, puede ser restringido o puede ser ampliado; y nos interesa ejercer y fortalecer este
derecho para abrir cada vez más espacios en los que sea posible ampliar nuestra capacidad
colectiva para generar cambios. El derecho a participar se enmarca entre la propuesta y la
reacción, y se manifiesta de múltiples y diversas maneras. Preservar y ampliar los espacios para
las diferentes expresiones de la participación es nuestra tarea.

Se presenta una imagen estilo línea de tiempo que inicia con la palabra propuesta. Luego sigue
una línea que tienen diferentes ramificaciones, en la primera ramificación hacia arriba está una
cámara fotográfica y una nota musical, en la segunda ramificación hacia abajo se encuentra un
calendario y un texto con un lápiz, en la tercera ramificación hacia arriba está un megáfono y un
punto de encuentro, en la cuarta ramificación hacia abajo se observa comunidad con diferentes
características; personas lgbti, personas con discapacidad, niños, adultos, mujeres , personas
mayores, entre otros. En la siguiente ramificación hacia arriba está una imagen de trasmilenio con
personas que presentan distintas características, una bandera de Colombia y una bandera de
Bogotá. En la sexta ramificación se ven personas en una parte de la ciudad con características
diferentes. En la séptima y última ramificación se encuentra una publicación en una red social. Se
finaliza la línea con la palabra reacciones.

La participación es el corazón y fin último de la democracia. No hay democracia sin ciudadanía.


Aun más, la definición de ciudadanía no se limita a aquella que ejerce su derecho al voto en las
urnas, sino aquella que valora y concibe la participación como un derecho y un deber con su
comunidad. Aquella que ejerce sus derechos y reclama para que el Estado cumpla con sus
obligaciones, poniendo un alto a los abusos del propio Estado y de particulares que pretenden
sobreponer sus intereses al bienestar de otros y en detrimento de los bienes y valores públicos.

Esta imagen contiene un círculo en el centro, en donde se encuentran personas con diferentes
características y entre ellas la palabra participación. Alrededor del círculo central, se encuentran
varios círculos unidos por una línea los cuales contienen los siguientes derechos: libertad de
asociación, libertad de pensamiento, libertad de expresión, libertad de aprendizaje, libertad de
culto, derecho a la paz, libertad de conciencia, libre desarrollo de la personalidad.
Imagen. Se encuentran tres grupos. El primero conformado por personas de los sectores LGBTI
que tienen diferentes características, discapacidad motora, hombres y mujeres, de diversas etnias.
En la segunda parte de la imagen se encuentran dos personas sentadas sobre tres libros leyendo y
trabajando y una persona mayor al lado viendo lo que están haciendo. En la tercera parte se
encuentran tres niñas, una con muletas porque le hace falta una pierna, otra niña con audífonos y
una niña de espaldas dialogando con las otras dos niñas.

El derecho a que las diversas voces, lengua de señas, comunicación pictográfica, entre otras
formas, de todas y todos se escuche, que se tome en cuenta, que sea consultada y decida, es fruto
de muchos años de intentos colectivos para que el Estado sirva a los intereses de la ciudadanía y
no de unos pocos. Es fruto de las luchas de mujeres, hombres, migrantes, jóvenes, grupos étnicos,
personas con discapacidad y personas de la comunidad LGBTItantos otros que continúan
defendiendo el derecho a que se nos tenga en cuenta de manera efectiva en los procesos de
decisión sobre los asuntos que nos afectan, y para que la fórmula de las mayorías se transforme en
el respeto y promoción de la diversidad y, por lo tanto, en el aprecio y promoción de los derechos
de las minorías. Si algo es síntoma de la buena o mala salud de las democracias y sus procesos
participativos, es que las mayorías aprecien y garanticen los mismos derechos a las minorías.

Es así que la fórmula mágica del poder de las mayorías como cualidad de la democracia, se ha
transformado en la capacidad de respetar y tener en cuenta a quienes pudiendo ser minorías
hacen parte del territorio y no pueden ser desconocidos, discriminados o excluidos por las
decisiones de otros. El poder, entonces, es la capacidad que todas las personas tenemos para
generar cambios, para transformar nuestro contexto, para preservar y ampliar los derechos.
Podemos usar el poder imponiéndonos con el uso de la fuerza o podemos usar el poder
convenciendo a otras personas con argumentos. Todas y todos tenemos poder, la diferencia es
cómo, para qué y en qué contexto lo usamos.

Imagen. Reunión de un grupo de personas, una de ellas se encuentra al frente de las otras
liderando la reunión. Las otras persona se encuentran de espaldas con nubes de diálogo que
muestran inquietud y molestia.

La democracia, entonces, ya no se mide en cuantos somos y quién gana las elecciones, sino en la
calidad de las conversaciones y los debates que propiciamos, en el concepto de bienestar que
construimos y la protección que damos a las diversas formas en las que se expresa o concreta, y en
la forma en que definimos las prioridades de la inversión del Estado en los territorios para avanzar
en esos acuerdos colectivos. Así, el dilema que plantea hoy en día la democracia y la participación
no gira en torno al número de personas que se sienten beneficiadas por una medida pública, gira
en torno al impacto que ese bienestar genera en el ambiente, otras personas e incluso otros
ecosistemas.
Imagen. Se presentan tres recuadros en los que se encuentra una niña diciendo. Yo pensaba que la
democracia era lo que dijera la mayoría. Continúa diciendo En realidad es como garantizamos los
derechos de las minorías y finaliza diciendo Ahora no solo hay que tomar decisiones sino anticipar
sus efectos. La democracia está en #ModoReto.

Aunque la participación surge como un derecho de cada uno de los individuos por separado, al ser
relacional, es decir, al ser una dinámica que se alimenta de la relación con otras personas,
trasciende su carácter individual y se reconoce como principio y fin último de una sociedad y un
Estado como el colombiano.

Imagen. Se encuentran tres personas una mujer y dos hombres. Uno de los hombres dice. Mis
hijos dijeron que yo tenía una cualidad. Que soy participativo. La otra persona le pregunta ¿Por
qué? ¿Por qué te la pasas metido en cuanta cosa hay? El hombre le contesta. No porque me tomo
el tiempo y esto abierto a escucha y tener en cuenta a los demás cuando tengo que tomar
decisiones.
La participación es un principio porque guía la interpretación del alcance y límites del Estado, y
reconoce un lugar especial y esencial a la ciudadanía y sus expresiones de agrado o descontento
frente al Estado. También es importante reconocer que la participación es una actitud y, en tanto
actitud, no solo se hace visible frente al Estado, sino que define el carácter y los valores más
profundos de un ciudadano o ciudadana. Es fácil identificar a una persona que es participativa en
su vida cotidiana: pregunta, indaga, investiga, toma en cuenta diferentes opiniones, se sienta con
sus familiares, amigos, vecinos para comprender las implicaciones o efectos de sus acciones,
explora los intereses y expectativas de las personas que pueden estar afectadas por sus
decisiones.

La participación es un principio, es una actitud, y también es un fin en sí misma. La participación es


un fin porque es una condición indispensable que alimenta y retroalimenta una democracia. Esto
quiere decir que no se agota con su uso, pues la democracia es más fuerte y consolidada entre
más habitual sea entre nosotros como ciudadanos incorporar actitudes participativas en nuestra
vida, tanto la familiar, como la escolar, la comunitaria, la organizativa y, por supuesto, la vida
pública, aquella en la que nos encontramos con otras personas que no necesariamente
conocemos pero a quienes también les afecta temas como el cambio climático, la inseguridad, el
desempleo, y en donde depende de todos y todas decidir de qué manera abordar y resolver esos
problemas.

La participación, en pocas palabras, implica y agrupa tantos valores que ni nos damos cuenta.
Supone que tengo tanto derecho como los demás de expresar mis opiniones, el derecho a que se
me escuche en igualdad de condiciones que, a otros miembros de la comunidad, a que las diversas
voces, señas o comunicación pictográfica, entre otras y la de cualquier otra persona tenga el
mismo peso o importancia, a que mi visión sobre mi entorno cuente y mis argumentos sirvan para
minimizar los impactos negativos de una decisión.
Como lo decíamos atrás, lo complejo es interesante. La participación, además de ser un principio,
una actitud y un fin, es un derecho que tiene al menos dos dimensiones: la privada, que se da en
escenarios de decisión como la familia, la escuela, al interior de las comunidades étnicas, incluso el
trabajo; y la pública, que es aquella que se da frente a asuntos de interés general y en donde el
Gobierno es uno de los actores involucrados.

Imagen. Una familia compuesta por tres mujeres y un hombre dialogando. El hombre pregunta
¿Deberíamos meternos al crédito de vivienda? La señora que se encuentra a su lado derecho dice
¿Tendríamos que cambiar de colegio para pagar las cuotas? La mujer que se encuentra después de
esta señar pregunta ¿Tendríamos que pagar arriendo y cuota al mismo tiempo? El señor vuelve a
preguntar ¿Nos toca ponernos a investigar si hay otras formas para comprar y sentarnos a valorar
las opciones para decidir?

Así pues, entrando cada vez más en materia, podemos afirmar que los Encuentros Ciudadanos son
escenarios de participación en los que el Gobierno que ganó las elecciones de octubre del año
pasado, presenta a la ciudadanía su Plan de Gobierno, el plan que promueve una idea de
desarrollo para nuestra Bogotá y que fue mayoritariamente apoyado en las urnas. Recordemos
que en esas elecciones locales la ciudadanía debatió sobre los diferentes planes de gobierno
presentados por los candidatos y candidatas, y que su voto, por tanto, fue un voto programático;
es decir, cada persona votó por un programa de gobierno que se traduciría en un plan de
desarrollo. Pues bien, el plan de gobierno elegido mayoritariamente tiene una versión distrital,
que se denomina Plan de Desarrollo Distrital, y unas versiones locales que se denominan Planes de
Desarrollo Locales.

Las elecciones locales y el voto programático son una etapa importante de la participación
ciudadana, pero esta, que es principio, actitud, fin y derecho, no concluye ahí. Los Encuentros
Ciudadanos son el momento, la oportunidad y el espacio para que cada uno de nosotros
manifestemos nuestros intereses y expectativas frente al futuro de nuestro barrio, cabildo
indígena, UPZ/UPR localidad y organizaciones sociales. Es el momento para encontrarnos,
reconocernos desde la diversidad y proponer ideas que generen bienestar. Es el momento para
pensarnos como comunidad y priorizar sobre los recursos con los que cuenta cada localidad. La
participación es proceso, y los procesos, no se detienen, ahora es el momento de participar en la
construcción de los planes, es el momento de planificar colectivamente.

¿Has participado de los Encuentros ciudadanos alguna vez?, ¿cómo te imaginas que participarán
los diferentes actores que hacen parte de tu barrio y UPZ?, ¿hay personas o grupos que hacen
parte de tu territorio que no sabes si participarán?, ¿te has preguntado por qué?, ¿qué podríamos
hacer para que no se pierdan del espacio?

Imagen grupo de personas sin un contexto definido. Allí se pueden ver mujer y hombre indígena,
personas LGBTI con distintas características como afro, discapacidad, niños, niñas, personas trans,
jóvenes y personas mayores hablando entre sí.

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