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Formas Musicales
Formas Musicales
LEIT MOTIVE
Es el motivo conductor, es una idea musical que prepondera en toda una
obra de gran desarrollo siendo objeto de variaciones dramático - psicológicas.
El Leit.Motiv fue empleado por Berlioz en el género sinfónico, con lo
que él denomino ideé fixe o tema dominante y después será Wagner el que lo
aplicaría al teatro con una extraordinaria genialidad.
La práctica del arte ha dado nacimiento a una serie de formas musicales
con características propias en su forma y contextura. El músico cuando
compone puede no adaptarse a una forma precisa, preestablecida o adoptar
algunas de las ya sancionadas por la tradición. En este último caso ha de
someterse en lo esencial a las características del tipo de forma musical elegida.
Así como en literatura utilizamos la prosa y el verso, en música existen
formas métricas y formas no métricas. Las primeras son las que someten a las
frases y su desarrollo a una regularidad y simetría, nacidas de las cadencias y
reposos que periódicamente se suceden. Las frases resultan regulares cuando
tales reposos se producen a distancias simétricas, por ejemplo de cuatro en
cuatro, que las llamaríamos cuadradas; son, por el contrario irregulares,
cuando al componerse de miembros de frases desiguales, los fragmentos no se
corresponden en número de compases. No obstante, las frases métricas son
empleadas con mayor frecuencia.
Las segundas, formas no métricas, no se hayan sujetas a regularidad y simetría
en sus subdivisiones, y entre ellas se encontrarían: el contrapunto, la fuga, la
imitación, el recitativo o el canto llano.
PSICOLOGÍA DE LA TONALIDAD
Canon
Entendemos por canon aquella composición polifónica en la que cada
una de las voces van entrando sucesivamente, repitiendo con toda exactitud el
antecedente o modelo que establece la primera voz, el cual se constituye así en
su propio acompañamiento contrapuntístico. No es, por tanto, otra cosa el
canon, que una imitación regular que tiene continuidad hasta la Coda final, y
cuando no tiene Coda puede prolongarse de forma indefinida volviendo de
nuevo al principio, presentando entonces la denominada forma CANON SIN
FIN, PERPETUO o CIRCULAR.
Fuga
La fuga es la forma más completa y más perfecta del desarrollo
polifónico. Es una amplia composición fundada en la imitación y cuyos
elementos (en su totalidad) derivan directa o indirectamente de un tema inicial
que llamamos motivo o sujeto. El complemento del motivo es su imitación
más o menos exacta del mismo, y tanto el motivo como su contestación se
acompañan todas las veces con uno o varios contramotivos en forma de
contrapunto.
Llamamos episodios a los pasajes obtenidos por la imitación de alguna parte o
fragmento del motivo, del contramotivo o de sus contestaciones respectivas,
que sirven para separar las diversas entradas y también para modular,
prestando variedad al conjunto.
La fuga se compone de tres partes o períodos: en el primero se exponen
sucesivamente el motivo y su contestación, y aparecen dos veces seguidas en
voces distintas. El segundo período es el de desarrollo y modulación, en el que
por medio de episodios se consigue hacer aparecer el motivo en diversos
tonos, que siempre son próximos al principal. Y en tercer período se forma
con el Estrecho, que es la parte donde todos los elementos de la fuga se
acumulan y se acercan o estrechan entre sí. En el estrecho es donde se vuelve
a presentar un motivo inicial con entradas en las que la contestación cada vez
se inicia más al principio del motivo, superponiéndose a él. normalmente al
final del estrecho suele ponerse un canon y una pedal de dominante
finalizando con unos compases del conclusión.
Formas breves
En vez de desarrollar los motivos, suelen limitarse a hacer oír de forma
sucesiva una o más frases melódicas que constituyen sus temas, hasta cuando
la pieza entera está constituida por una sola frase musical, ésta nos da la
apariencia binaria, por la correspondencia de sus dos fragmentos.
La pequeña forma binaria se compone de dos partes: la primera de ellas
integrada por la frase o tema que se toca una o dos veces. Y la segunda está
constituida bien por un segunda frase o tema o alternativamente por la
repetición de la primera precedida de un corto fragmento intermedio.
La pequeña forma ternaria, aunque puede presentarse con tres temas
distintos, lo más frecuente es que se componga de un primer tema, una
segunda parte, y finalmente, la repetición íntegra de la segunda.
También se pueden hacer más complejas. Tanto las binarias como las
ternarias pueden ampliarse utilizando el mecanismo de sustituir frases o
sistemas más complejos, cada uno de los cuales a su vez pueden configurar en
sí mismos una forma binaria o ternaria.
En la forma ternaria, el primer tema se sustituye por un período de
exposición, el segundo, por un período de desarrollo y la repetición final del
primero, seria ocupada por un período de reexposición que pretende más o
menos reproducir exactamente el primer período.
La Danza
La danza es un fenómeno humano - musical tan antiguo como el
hombre y en ella predomina el principio del ritmo con un carácter simétrico.
Su forma más sencilla y corriente se compone de una pequeña introducción, el
aria de danza propiamente dicho, el grupo central, de contraste o trío, y la
repetición total o parcial del primer tiempo, y lo cerramos finalmente con una
breve coda.
Las danzas se dividen en función del compás en binarias o ternarias;
teniendo en cuenta el movimiento, las dividimos en aire lento, moderato o
allegro, o en algunas de sus variaciones; y finalmente, por la figuración
rítmica, las dividimos en téticas y protéticas.
De las formas primitivas de danza nacería la Suite, que en su origen era
una serie de varias danzas independientes que se presentaban en orden regular
y en el mismo tono. Comenzaban con un preludio y terminaban en una Giga.
La Suite moderna es una serie de composiciones de forma libre que están
relacionadas entre sí y que están destinadas a tocarse de forma consecutiva.
TEMA 2: MUSICA POLITONAL, MÚSICA ATONAL
Y MÚSICA INTERTONAL
Tono o altura:
Es el lugar que ocupa el sonido dentro de la escala musical por su
mayor o menor agudeza. La música sólo considera como diferentes a los
sonidos de distinta entonación, y es al tono al que deben esto su nombre e
intensidad. El tono depende del número de vibraciones, cuanto mayor sean por
segundo el sonido más agudo resulta. Llamaremos unísono a la identidad de
entonación. Los sonidos audibles por el ser humano abarcan desde 16 hasta
36000 vibraciones por segundo. De entre todos ellos cada civilización ha
elegido un número determinado siempre reducido de sonidos, para formar sus
escalas. La serie total de entonaciones musicales en la actualidad se divide en
octavas, cada una de ellas integrada por las siete notas con sus
correspondientes alteraciones.
En el Sistema Italiano para distinguir cada escala se escribe al lado del
nombre un número que permite identificarlo.
El Sistema Alemán tiene un procedimiento que consiste en representar
las notas por letras, correspondiendo:
A ¾ La
B ¾ Si b
H ¾ Si (becuadro)
C ¾ Do
D ¾ Re
E ¾ Mi
F ¾ Fa
G ¾ Sol
Para indicar las notas con alteraciones, por ejemplo #, se añade a cada letra la
sílaba -is- , con lo que resultarían:
Ais
His
Cis
Dis
Eis
Fis
Gis
A los bemoles se le añade la sílaba -es- :
Ces As
Des Es
Fes B (si b)
Ges
Según la octava a la que pertenece la nota se escribirán mayúsculas o
minúsculas y con o sin números de subíndice.
A B H C D E F G
la si b si do re mi fa sol
# Ais His Cis Dis Eis Fis Gis
b As Ces Des Es Fes Ges
Entonación.
Atendiendo a la entonación, los diversos instrumentos de música se suelen
dividir en dos grupos:
1. De entonación fija: son aquellos en los cuales el ejecutante no puede alterar
voluntariamente la entonación de cada nota, como sucede en el piano, órgano,
armónico o incluso en el arpa.
2. Entonación variable: son aquellos en los que el ejecutante determina a
voluntad cada uno de los sonidos que produce, por ejemplo los instrumentos
de arco.
Tanto unos como otros no son susceptibles en todos los casos de una afinación
inalterable o perfecta y la razón de que eso sea así es porque los materiales de
los que están construidos pueden sufrir , y de hecho, sufren, variaciones por
agentes atmosféricos, especialmente de la temperatura y la humedad, que se
traducen finalmente en alteraciones de los sonidos que producen.
Para tener siempre un instrumento de entonación constante que nos
pueda servir de punto de referencia para poder afinar los instrumentos
susceptibles de ser afinados se ideó el diapasón, que se compone de una
varilla metálica curvada sujeta por su punto medio, la cual está construida con
una aleación de metales dispuesta para no sufrir alteraciones por las
influencias atmosféricas. Hay que decir que las relaciones interválicas
relativas se vinculan a alturas absolutas del tono. De este modo se estableció
el diapasón normal la, también denominado tono de referencia o incluso tono
de cámara en 440 Hz a 20ºC. Esta formulación se estableció en la segunda
confederación internacional que hubo en Londres en 1939. La afinación pura o
natural sigue las proporciones interválicas naturales. En cuanto a la afinación
temperada, divide a la octava matemáticamente en 12 distancias. Existen otras
formas de evaluar el diapasón.
Intensidad:
Denominamos intensidad a la mayor o menor sonoridad de un sonido
determinado. La intensidad depende de la amplitud de las vibraciones, debida,
en los instrumentos de cuerda, a las posiciones extremas que las mismas
alcanzan; y en los instrumento de viento, al grado de condensación de la
columna de aire, que es por completo independiente de la entonación y del
timbre. En efecto, dentro de la misma nota y del mismo instrumento podemos
distinguir entre los pasajes forte y los pasajes piano. Hay que decir que es
grande la importancia que la intensidad ofrece en la música. De ella depende
el matiz musical que de forma tan considerable puede modificar el sentido
expresivo de unos mismos sonidos. Los fortes y los pianos, los crescendo y
los diminuendo, los reguladores, múltiples y variadas indicaciones que se
utilizan al escribir música se utilizan y sirven para modificar la intensidad y en
su precisión ponen un especial énfasis y esmero los compositores modernos,
regulando mediante ellos señalar los detalles más insignificantes, puesto que
en ellos se encierra un valioso elemento de expresión musical. Lo único que
varía según nos aproximemos o alejemos de la fuente sonora es tan solo la
intensidad de los sonidos, permaneciendo inalterables el timbre, el tono y el
ritmo de los mismos.
En general, el aumento de intensidad lo percibimos como un acrecentamiento
de la actividad, y en esta cualidad del sonido no podemos fijar una región
media, ya que depende mucho de la naturaleza del órgano productor.
Al igual que ocurría en la entonación podemos considerar dos tipos de
intensidad: intensidad absoluta e intensidad relativa. En el primer sentido la
intensidad equivale a potencia efectiva del sonido, que aunque ofrece siempre
un valor cualitativo y no sólo cuantitativo como algunos pretenden, no tiene
por sí misma verdadera importancia artística.
En la percepción de la intensidad musical, la fuerza efectiva se atempera
a las posibilidades de los medios productores del sonido, que son muy
desiguales unos de otros. Así, efectivamente, ni una flauta puede producir
sonidos tan intensos como los de un trombón, ni tampoco en las voces
humanas la intensidad es igual. Los instrumentos de arco, sin variar el
instrumento, la intensidad cambia según el ejecutante. De aquí nace la noción
de intensidad relativa, que partiendo de una región media propia de cada voz o
instrumento nos hace apreciar los grados de aumento y disminución en las
variaciones que en más o menos han de determinar los matices dinámicos. Por
ello, tanto en las obras escritas para un solo instrumento o aquellas escritas
para un conjunto de ello más o menos numeroso, nuestro instinto halla una
intensidad normal que es equivalente a la combinación de intensidades medias
de los órganos sonoros utilizados, y traduce como intensidades relativas bien
hacia el fuerte o hacia el suave las subsiguientes variaciones de potencia
sonora. Aunque la cantidad de sonido, es decir, la intensidad absoluta puede
producir por si sola un efecto artístico, desde el punto de vista musical, ofrece
un mayor valor la intensidad relativa, es decir, las variaciones de intensidad a
través de una obra o pasaje. Es lo que llamamos Dinámica.
El término dinámica que utilizaron ya los griegos para designar la teoría
de las fuerzas y de los movimientos resultantes fue introducido en la Estética
Musical por el ilustre Doctor Hugo Riemann en 1854, publicando “Dinámica
y Agógica Musicales”. Riemann entiende por dinámica la teoría de la
graduación de intensidad de que son susceptibles los sonidos y adopta en
cambio el término de agógica de acuerdo con el sentido del vocablo griego
agoce para la teoría de las variaciones y matices rítmicos, que junto con los
dinámicos, han de determinar la expresión.
Por tanto, en sentido musical, denominamos dinámica al conjunto de
variedades de intensidad de que el sonido es susceptible.
Timbre:
Es la calidad de cada sonido según la naturaleza del instrumento que lo
produce. Es la personalidad característica del medio productor del sonido; hay
que tener en cuenta que así como algunos instrumentos conservan el mismo
timbre en toda su extensión: cuerdas, otros cambian en las diversas tesituras
como sucede por ejemplo con la flauta o el clarinete. Algunos instrumentos
tienen un timbre tan característico que aún empleados dentro de un conjunto
se destacan de manera que es difícil que logren confundirse con los demás.
Otros, en cambio, por tener un timbre menos marcado y también más variable,
se mezclan perfectamente y empastan con el resto de la orquesta
confundiéndose con uno u otro grupo según la tesitura en la que toquen.
El timbre depende la forma de las vibraciones, debida
fundamentalmente al número y calidad de armónicos que acompañan a cada
sonido fundamental.
En la construcción técnica de todos los instrumentos se procura
provocar sobre cada nota la formación de los 4 ó 6 primeros armónicos, con lo
cual los sonidos adquieren un timbre cálido y pastoso. Finalmente diremos que
la originalidad, novedad, en la elección de timbres y disposiciones orquestales
es una facultad tan imprescindible en el compositor como el instinto del
colorido en quien se consagra a la pintura.
Finalmente, todos los grandes compositores conciben sus obras no sólo como
combinaciones de diversas alturas, sino como fusiones, sucesiones y
contrastes de timbres que ofrecen una inagotable variedad de recursos sonoros.
TEMA 6: EL RITMO
El ritmo puede definirse en sentido general como orden y proporción en
el espacio y en el tiempo. Es común a todas las artes y a través de él se
ordenan los colores, las formas, las líneas, los sonidos o las palabras. Surge de
la necesidad humana de dividir las grandes cantidades para su más fácil
comprensión. El ritmo es una necesidad natural y social que rige los
fenómenos naturales y las funciones de nuestro organismo y sirve también
para regular el trabajo colectivo aunando los esfuerzo individuales en
beneficio de su rendimiento.
En la música, el ritmo se desarrolla en el tiempo y, en consecuencia,
toda la música se reduce a ritmo. Musicalmente la palabra ritmo se
corresponde con tres acepciones:
n medida
n figuración rítmica
n proporción simétrica
Medida: da lugar a la división de una obra en partes iguales dentro de las que
se establecen valores proporcionales que determinan la duración relativa de
sonidos y pausas.
Figuración rítmica: variada sucesión y superposición de duraciones y acentos
que prestan a los sonidos su significado expresivo.
Proporción simétrica: es la que marca el equilibrio general de cada obra y rige
las formas musicales.
La medida es una fórmula mecánica que se fija al principio de cada obra,
aunque puede variar dentro de ella y tiene por objeto valorar las duraciones
relativas por medio de una unidad que sirve de medio de comparación. Se
representa por los compases que dividen el discurso sonoro en fragmentos
iguales, cada uno de los cuales constituye la unidad que a sí mismo se llama
un compás, y es el espacio comprendido entre dos líneas divisorias, dentro del
cual tiene cabida un número determinado de valores. Los compases se
componen de partes o tiempos, a cada un de los cuales corresponde un valor
determinado. Los valores se indican por las figuras musicales que, a la vez que
especifican los sonidos según su posición sobre el pentagrama, constituyen
una serie de fracciones de la unidad de medida. Sobre la base de la división
binaria, en la que cada figura vale por dos del orden inferior. La figura que
posee mayor valor es la redonda. A cada figura le corresponde un silencio
equivalente que marca o establece una pauta del mismo valor. Los tiempos
pueden ser binarios o ternarios. Los binarios están establecidos por una
unidad, que cada unidad está subdividida por dos. Y los ternarios, cuya unidad
es un valor con puntillo, y su subdivisión normal es por tres. Producen
respectivamente compases simples o de combinación doble, y compases
compuestos, o de combinación triple, que en sus formas regulares equivalentes
se componen de dos, tres o cuatro tiempos. Los compases irregulares de 5, 7,9
ó más, se forman combinando compases regulares distintos. La clase de
compás se determina por la cifra indicadora, que es un quebrado, cuyo
numerador representa la cantidad de figuras o valores que lo integran, y el
denominador refleja qué clase de valores son. Al precisar cuántos entran en la
unidad de valor o redonda.
El compás puede detenerse momentáneamente por medio del calderón,
como acontece en algunas cadencias. En la escritura polifónica pueden
superponerse compases diferentes, aunque se suelen distinguir en cada compás
tiempos fuertes y débiles, que mejor debieran llamarse ligeros al alzar (arsis) ,
y pesados al caer ( o tesis). Tal acentuación de medida debe supeditarse a los
efectos tónicos y expresivos que el principio rítmico exija.
Para fijar la velocidad a que han de llevarse los compases de la que
depende la velocidad absoluta de cada sonido se utilizan los Aires Musicales,
que sirven además para determinar el carácter. La velocidad normal que se
corresponde con la de nuestro pulso y nuestros pasos viene a equivaler al
Andante y tipo central de los cinco principales que nos hemos dado, y que
son, además de él:
ADAGIO
LARGO
ANDANTE
ALLEGRO
PRESTO
El Adagio y el Largo, los más lentos. Y el Allegro y Presto, los más rápidos,
todos los cuales admiten numerosas variantes. Para los cambios transitorios de
tiempo, empleamos los matices de velocidad, tales como el accelerando,
ritardando, etc. Utilizamos para un correcto establecimiento de la duración de
los valores el metrónomo, que es un aparato que al poder marcar exactamente
la duración de unos valores determinados, puede precisar la duración del
compás. No obstante, su empleo puede ser perjudicial en determinadas
ocasiones, ya que resta expresión.
SINFONÍA: es una gran sonata para orquesta, cuyos tiempos ofrecen por lo
general una mayor extensión y desarrollo y ello debido a la diversidad de
elementos y contrastes de que se dispone. Es frecuente en estos casos que al
Allegro le preceda una introducción en tiempo lento.
POEMA SINFÓNICO: Es el acertado nombre que Franz Listz puso para las
grandes composiciones orquestales que no se someten a forma clásica y se
modelan sobre temas conductores, desarrollando un argumento por lo general
literario. Viene a ser la expresión musical de una composición poética, o al
menos, de un asunto o serie de estados anímicos que sirven de guía para el
lógico y equilibrado desenvolvimiento de la obra.
FORMAS MIXTAS: Entre las grandes formas mixtas las principales son: el
Oratorio y la Cantata.
Oratorio: es un género épico - dramático, de carácter sagrado y en general sin
escena, aunque con movimientos, personajes, contrastes, vida, en el cual
predomina el elemento épico a pesar de tener partes líricas y dialogadas. El
narrador o persona que recita era una de sus características esenciales, al igual
que, a partir del siglo XVIII, lo son los coros en el estilo fugado.
La Cantata: es una composición vocal e instrumental de ciertas dimensiones y
con varios personajes, y está destinada a ejecutarse en concierto. Puede ser
sagrada y profana, en ella prepondera el carácter lírico y lo que hace, en
definitiva, es expresar por lo general un momento psicológico determinado. La
cantata no requiere esquema. A J.S.Bach se le deben varios modelos de
Cantatas sacras y profanas, con carácter cómico o humorístico.
EL TEATRO LÍRICO:
Es una de las manifestaciones más interesantes de la música, y también
una de las modalidades artísticas más complejas y perfectas. Nace de la unión
de la música con las diversas modalidades teatrales. La música no sólo debe
reforzar el significado expresivo de las palabras, sino complementar esta
expresión poética, suplir las imperfecciones y deficiencias de ésta, y también
procurando sugerir el cortejo emocional que acompaña a lo que se dice. El
teatro reclama al compositor condiciones propias de un dramaturgo. Esta es la
causa por la cual no siempre los grandes músicos teatrales coinciden con los
cultivadores de música pura.
LA ÓPERA:
Dentro de las formas lírico - dramáticas está la Ópera. La música puede
adaptarse a todas las formas dramáticas, debiendo en cada caso acomodar su
estilo y su carácter al género especial que el libreto imponga, para obtener la
perfecta adecuación que debe existir entre la letra y la partitura.
Entendemos por Ópera a toda forma de teatro lírico en que la música
acompaña sin interrupción la totalidad de la obra dramática. En términos más
estrictos se entiende por obra lírico dramática en uno o más actos divididos en
escenas. Comprende recitativos y números que se destacan con mayor o
menor relieve, y pueden revestir las formas y caracteres más diversos.
Así como los números se adaptan a las formas de la música vocal,
constituyendo cada uno un todo homogéneo, el recitativo, que consiste en una
declamación entonada, no ofrece cuadratura ni desarrollo simétrico y
prescinde exigencias de ritmo, de medida y tonalidad, quedando su fraseo a
iniciativa del cantante.
La Ópera cómica, además de diferir en carácter, suele sustituir los
períodos recitativos por unas breves frases habladas. Es un género que aparece
en Francia.
LA ZARZUELA:
Es la forma de teatro lírico español en el que la música no acompaña
toda la acción, alternándose el canto con la declamación hablada. Esta mezcla
es lo distintivo y no el estilo o carácter de la música: es una muy amplia
participación de la declamación hablada. Acepta argumentos cómicos o
dramáticos. Su nombre deriva del palacio de la Zarzuela, donde en el siglo
XVII se celebraron las primeras representaciones del género. Una forma
análoga en cuanto a la alternancia de partes habladas y cantadas y siempre con
temas cómicos o amables, es la operetta, cuyo modelo francés ha tenido en el
pasado siglo XIX tanto auge como ha tenido en el presente el vienés.
SAINETE:
En literatura llamamos Sainete a una obra dramática en la que se
reproducen con la máxima fidelidad posible los hábitos de la gente popular,
del pueblo y otras clases sociales. El Sainete Lírico consiste en la modalidad
literaria acompañada en parte por la música. Suele acoger ritmos populares, he
tenido en España gran importancia, y ha sido la base de lo llamado Género
Chico, algunas de las partituras, a pesar de parecer breves y livianas, son obras
maestras.
TONADILLA:
Forma española del teatro lírico en la que se reproducía la vida
pintoresca y colorida de la época en cuadros muy breves, pero llenos de
animación , movimiento y realismo. Brilló en el siglo XVIII, también nace en
este período, adquirió gran auge en principios del XIX, para transformarse en
el Sainete Lírico. Mariano Bosch, en su “Historia de la ópera en Buenos
Aires” cree ver las tonadillas españolas l origen del teatro lírico en
Sudamérica.
DRAMA LÍRICO:
Nace al adaptar la música al género literario del mismo nombre,
procurando reflejar musicalmente el contenido ideológico y sentimental del
libreto. Es la más elevada y moderna modalidad de teatro con música.
Como variante del Drama Lírico citamos la COMEDIA y TRAGEDIA
LÍRICAS. Se corresponden respectivamente con los mismos géneros poético -
dramáticos. Es tendencia moderna que el compositor procure seguir al libreto
buscando en cada acto la continuidad musical y sin atenerse a los
convencionalismos formales que presentan los recitativos y los números
sueltos.
BAILABLE:
Adquiere mucha importancia en los últimos tiempos. Consiste en la
unión de la música con la mímica y la coreografía en una acción teatral,
adquiriendo un valor de plasticidad dramática extraordinaria. Es tan moderno
como refinado en el que la presentación y la postura escénica juegan un papel
primordial. Se ha impuesto en los más célebres teatros líricos y lo cultivan los
más famosos compositores.
TEMA 9: COMPENDIO HISTÓRICO DE LA
ESTÉTICA
ORIENTACIONES MODERNAS
La ciencia ha experimentado en Alemania un desarrollo importante. Entre las
modernas obras de estética una de las de más difusión es la del italiano
Benébetto Croce. En Inglaterra toma la estética orientación. En Francia, el
estudio de lo bello se ha abandonado en el aspecto general limitándose al
trabajo de los autores, a la historia de las artes y diversos estudios críticos.
Hemos omitido hacer referencia a España, pues aquí la ciencia ha carecido
hasta la actualidad de verdaderos cultivadores, siendo un reflejo de lo
extranjero y no siempre de las más acertadas por desgracia. Tan solo en
algunas obras de poeta hallamos esto, de calidad y que revelan talento. Esta
serie de trabajos han sido objeto de análisis serio por parte de Pelayo:
magnífico trabajo que se denomina Historia de las ideas estéticas en España.
ESQUEMA:
CUERDA
n FROTADA: violín, viola, violoncello, contrabajo
n PULSADA: arpa, guitarra, clave
n PERCUTIDA: piano
VIENTO
n MADERA: ·de bisel
· de lengüeta simple
· de lengüeta doble
n METAL: trompeta, trompa, trombón de varas, etc..
n VIENTO CON TECLADO: el órgano
PERCUSIÓN
n PARCHES: timbales, bombo, caja, bongos…
n LÁMINAS: Xilófono, Marimba, carrillón, vibráfono…
n PEQUEÑA PERCUSIÓN: maracas, cavassa, flexatón, triángulo,
castañuelas, platillos, gong, etc.