Hoy, no parece tan hostil el silencio cuando el eco del karma reaparece desde la

cima del abismo. Quizá un sueño, o quizá el delirio de la derrota, puede que tan
sólo sea el canto de las cosas perdidas que intenta confundir al olvido.

Hoy, no parece tanta la tristeza en el naufragio de tu recuerdo que me arrastra sin

piedad por océanos de incertidumbre.

Hoy, no pareces tan lejana, pues tu imagen alienta mi dolor en esas horas en las
que sólo habita la luna y la esperanza de volver a sentir tu piel.

Mañana, la noche se encarga de poner todo en su lugar, el hostil silencio que

recuerda la muerte, la tristeza del recuerdo que se viste de sonrisa, y tu lejana
figura, que a pesar del tiempo y los errores, teje y desteje los hilos de una historia
que se mantiene a la espera de su conclusión.